Otro Sexo

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P U B L I C A C I Ó N D I G I TA L D E L A E O L S E C C I Ó N C Ó R D O B A

OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 2

Marcos Villarroel
“Otro sexo”
Técnica de collage
en papel. Córdoba,
2021.
STAFF

DIRECTORA RESPONSABLE DE LA PUBLICACIÓN


Eugenia Molina

DIRECCIÓN
Pia Liberati

SECRETARIA EDITORIAL
Silvia Perassi

COMITÉ EDITORIAL
Guido Coll
Gloria Sensi

Jesica Asis,
Melina Di Francisco
y Lourdes Marini
(colaboradoras)

DISEÑO
Santiago Guerrero
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 5

SUMARIO
Otro sexo

8 Eugenia Molina ELLAS NO DICEN NADA


Editorial
21 Cristina Martínez de Bocca
Efecto de silencio en el sinthoma
EL IMPACTO LACANIANO
24 Gabriela Grimbaun
10 Fabián Naparstek Si de eso ni mu
El inconsciente patriarcal
y el inconsciente lacaniano 29 Carolina Ferrieres
Extranjera de ella misma
14 Rosa Yurevich
La fusión imposible
LA OPINIÓN LACANIANA
17 Liliana Aguilar
Dócil a lo femenino 33 Luis Tudanca
La opinión Lacaniana
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 6

38 Mariana Gómez D E L I M PAC TO F R E U D I A N O


Psicoanálisis y feminismos. A L I M PAC TO L AC A N I A N O
Nos toca hacer la diferencia 64 Natalia Andreini
Pluralización y más allá
43 Pilar Ordóñez 67 Adriana Katsuda
Lo más difícil de aceptar Cantares. Del impacto de la voz y su correlato

TRABAJO DE ESCUELA POSICIÓN FEMENINA Y


F O R M A C I Ó N D E L A N A L I S TA
EL UNARISMO LACANIANO 70 Pia Liberati
48 Guido Coll No tan occidentados. La letra y lo femenino
Esquilo, lo otro y el cruce 72 María Luz Quenardelle
51 Claudia Lijtinstens Posición femenina bajo transferencia,
El no binarismo lacaniano efectos de formación

LA NO RELACIÓN – LA RELACIÓN CORPORAL EL GOCE OTRO, LO FEMENINO


54 Silvina Sanmartino 75 Silvia Perassi
El Imperio de la no relación Un Uno que permita lo múltiple
56 Fernando Pomba 78 Ana Cristina Bianco
El cuerpo en la economía del goce Un imposible de estructura

R E L A T O S S A LV A J E S INVENCIONES Y ESCRITURA
58 Graciela Martínez 81 César Mazza
El tiempo para una invención Pero no eso
61 Lucía Bringas 83 Norma Sierra
Políticamente Incorrectos Fuera de género, un debate desde el no-todo
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 7

Otro sexo
Editorial
EUGENIA MOLINA
Directora EOL Sección Córdoba

Otro sexo surgió como tema de las XXIX Jornadas de la EOL su letra a este conjunto.
Sección Córdoba, a partir de la lectura de Lacan Quotidien 897, Esta polifonía de voces, resonó fuertemente en el marco de las
titulado “La opinión lacaniana”, en donde Cristian Alberti reto- Jornadas… y prosiguió… Los ecos de un entusiasmo genuino, a
ma el planteo del movimiento feminista en la actualidad, atra- partir de un trabajo riguroso, un gusto por el debate, por avan-
vesándolo a partir de la enseñanza de Lacan, y de la posterior zar preguntándonos, sin dar por sentado ningún sintagma, nos
lectura de J.-A. Miller, para subrayar fuertemente la necesidad impulsó a proponer esta publicación on-line, que hoy nos ale-
de mantener viva la opinión lacaniana entre los otros discursos, gra presentarles.
hacer que esa opinión se propague. En ella encontrarán el riguroso contenido de tres de las mesas
Esa idea, convocó al Directorio a trabajar enlazando esta preci- plenarias de las Jornadas –ya que los testimonios de Pase, y
sa orientación de no callarnos, sino saber hablar con el otro, al sus comentarios se encuentran en Mediodicho 47- El impacto
eje de investigación de la AMP hacia la próxima Gran Conver- lacaniano, Ellas no dicen nada y La opinión lacaniana.
sación de la AMP: “La mujer no existe”. Los invito a adentrarse en estos exquisitos textos de los que
Así pensamos nuestras Jornadas, a partir de tres ejes funda- sólo menciono algunas perlas:
mentales que hacen a episteme, clínica y política; atravesados El impacto de un Lacan que se opone a cualquier todismo,
por el trabajo de Escuela, por los recorridos en las investigacio- ubicando lo esencial del no- todo y el ser dócil a lo femenino.
nes de los colegas que hicieron llegar su propuesta, aportando La clínica que nos enseña sobre la feminidad, lo femenino y
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la verdadera mujer, sobre el efecto de silencio, el no decir ni


“mu” sobre el goce, y la extranjeridad de eso Otro tanto para
hombres como para mujeres. Y finalmente, la opinión lacania-
na, que implica no sólo emitir nuestra posición, sino alojar al
otro y conversar con él, saber de su discurso y dejarse ense-
ñar un poco también. Contando con que tiene que vérselas
en este caso con lo femenino como lo más difícil de aceptar.
Y finalmente, si un psicoanálisis no-todiza a un parlêtre, saber
y contar con que la política del psicoanálisis como política del
síntoma, se sostiene en el no-todo.
Pero nuestro festín de lectura va más allá, se entremezcla y es
sazonado por el Trabajo de Escuela, expresión viva de la trans-
ferencia de trabajo, en el que catorce colegas generosamente
aportaron sus recorridos, frutos de investigaciones rigurosas y
novedosas, en relación a lo Otro, lo femenino, los debates trans
y de género, la formación del analista en el siglo XXI, su posi-
ción en la sociedad y en la Escuela.
Los invito entonces a entrar en este territorio todavía descono-
cido, silencioso, resonante, colorido, enigmático, apasionante,
texturado por las plumas de cada uno de sus autores, a quie-
nes agradecemos su invaluable aporte.
EL IMPACTO LACANIANO
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 10

El inconsciente patriarcal
y el inconsciente lacaniano
FA B I Á N N A PA R ST E K
AME de la EOL y de la AMP

Freud descubre el inconsciente. Es por ese descubrimiento, cutirlo. Pero, en todo caso, en nuestros términos y tal como lo
que se da la posibilidad de la existencia del inconsciente en pienso, el patriarcado implica que ese inconsciente está toma-
cada caso. A su vez, hay que decir que desde que Freud des- do por el Nombre del Padre; lo cual no quiere decir que hoy
cubre el inconsciente no nos podemos hacer más los tontos. Es en día y para todo el mundo el inconsciente esté tomado por
decir, o lo tomamos o lo dejamos. Pero está allí. Efectivamente, dicho Nombre del Padre. En efecto, eso es algo en lo que avan-
Freud decía que uno es responsable hasta de lo que sueña. Es za Lacan. Si hay un paso que da Lacan respecto de Freud, es
decir, que inmediatamente liga el inconsciente con la respon- poder pensar un inconsciente más allá del Nombre del Padre.
sabilidad. Como lo decía hace un tiempo –María Paz Ferreira– Miss Bolivia,
Lo voy a decir con los términos que se usan hoy: El inconscien- “somos hijos de eso”. Entonces, todo el asunto es qué vamos a
te que descubre Freud es el inconsciente del patriarcado. hacer con eso. Miss Bolivia, decía que hay que “destotemizar”,
Aunque no se puede dejar de señalar que en Freud ya está pre- o decía en un momento, que también me gustó, “desmantelar
sente la falta de objeto para la pulsión y sus consecuencias. La- el patriarcado”1. Podría ser una fórmula lacaniana. Sirve para
can señalaba que Freud creía en el padre. Podríamos agregar plantear que, efectivamente, el psicoanálisis lacaniano apunta
que el inconsciente freudiano y estructurado como un lenguaje
se liga con el Otro de la época. 1 Ferreira, María Paz (Mis Bolivia). Alocución en el Foro Zadig “Los feminismos y su
Por cierto, lo que se entiende por patriarcado habrá que dis- incidencia en la época”. 23 de agosto de 2019, Palais Rouge. Buenos Aires.
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a desmantelar ese patriarcado, pero no para todo el mundo, implica un modo de hacer algo con ese cuerpo.
sino para cada sujeto. Pero a Lacan no se le escapa que en Oriente se interpretaba de
De hecho, la época del patriarcado, ordenado bajo el Nombre otra manera. De hecho, la sabiduría oriental tiene mucho que
del Padre, nos indicaba qué hacer y cómo hacer con el cuerpo. ver con hacer algo con el cuerpo desde otra perspectiva que
Cuando decimos qué y cómo hacer con el cuerpo, nos referi- no es la judeo-cristiana. Cabe señalar que el término orienta-
mos a la definición misma del goce. En efecto, Lacan definía ción, central en nuestra comunidad de trabajo a partir de J.-
al goce como hacer algo con un cuerpo, el propio o el de otro A. Miller, supone algo bien diferente al occidentado. Opongo
(… o peor). Efectivamente, el patriarcado tenía una idea muy aquí al occidentado que se liga al todo, con la orientación en la
clara de qué hacer con el cuerpo, lo cual está puesto en cues- perspectiva del no-todo.
tión hoy en día y, en un sentido, bienvenido sea que se ponga Esa perspectiva del occidentado, ponía a la mujer en un lu-
en cuestión. Ya que, como Miller lo plantea, “no podemos más gar preciso, en un espacio específico, muy determinado, que la
con el padre […] El Edipo no es la solución única del deseo; es dejaba encerrada (el lugar en la casa, el lugar social, etc.). Y a
su forma normalizada y su prisión. El Edipo es patógeno” (“¡No partir de un momento, se abre algo nuevo y diferente a la inter-
podemos más con el padre!”). pretación patriarcal de cómo y qué hacer con el cuerpo. Freud
Por cierto, podríamos decir que el modo patriarcal de interpre- mismo ha tenido mucho que ver con esto, cuando desde el
tar los cuerpos está cuestionado por el psicoanálisis mismo, comienzo escucha una por una a las mujeres, para que puedan
ese cuestionamiento también es consecuencia de la existencia encontrar su lazo al inconsciente. Y desde allí, cómo inscribirse
del psicoanálisis. en el campo del Otro más allá de la interpretación de la época.
El psicoanálisis ha tenido una incidencia tal en Occidente que Ahora bien, así como hablamos del inconsciente freudiano,
ha puesto en cuestión lo que se hace con los cuerpos. Digo está el inconsciente de Lacan –el inconsciente lacaniano–, pa-
occidente porque no es lo mismo que Oriente. De hecho, he- samos del inconsciente del patriarcado al inconsciente real y
mos rescatado en el argumento el neologismo de Lacan cuan- sin ley. Como lo dice Miller, es un Lacan que sacude a Freud.
do habla del occidentado (“Lituratierra”, p. 25). El occidentado, Es un Lacan que tritura el significante padre. Que equivoca al
que se puede leer como aquel que ha interpretado el accidente padre con el epater, con el padre-versión, con el aperitif, etc.
desde Occidente. Aquel que ha interpretado el accidente del La equivocación del padre nos pone frente a un inconsciente
trauma de manera judeo-cristiana. Eso es lo que ha domina- donde la diferencia de los sexos no existe (como lo plantea en
do a Occidente durante muchísimos años. Ha dominado una el título de su último libro Miquel Bassols).
manera judeo-cristiana de interpretar el trauma. Vale decir, in- Es ese inconsciente donde “cada uno habla la lengua común
terpretar el cuerpo. Es una manera de interpretar que, a la vez, que utiliza –francés, español, inglés…–” pero donde termina ha-
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blando “su propia lengua singular” como lo dice Eric Laurent del cuerpo, sin ninguna intervención de una posible elabora-
en un artículo publicado en la Mediodicho 37 (“La imposible ción de cada sujeto.
nominación…”, p. 47). Como nos desafía Lacan en el Seminario 22, cuando se pregun-
Es el impacto del último Lacan, que ubica un inconsciente en ta si “se terminará por inventar algo menos estereotipado que
el que cada parlêtre tendrá que encontrar una manera singular la perversión. Es incluso la única razón por la que me intereso
de nombrar su síntoma, que no responde a ninguna clasifica- en el psicoanálisis y por la que trato de galvanizarlo” (Clase del
ción universal. Donde tendrá que autorizarse de sí mismo res- 8 de abril de 1975).
pecto de lo sexual, tal como lo expresa Lacan en el Seminario Es evidente que el problema que situaba Lacan, ya hace tiem-
21 “El ser sexuado no se autoriza más que por sí mismo” (clase po, hoy es central. Es el problema de que tenemos un cuerpo y
del 9 de abril de 1974). Lo que Lacan denomina el “derecho al no “más Keuno” (“Joyce el síntoma”, p. 591).
síntoma”, donde cada parlêtre deberá inventarse una manera En efecto, la pandemia mediante lo muestra mucho más clara-
de hacer con su cuerpo, con lo sexual y con el partenaire. mente. Qué hacer con el cuerpo que uno tiene y el de los otros,
Ese impacto de Lacan le costó –al mismo Lacan– la excomu- interviene en los debates centrales de hoy en día. Es el debate
nión de la IPA luego de atreverse a hablar, en el Seminario 10, por el goce.
de los nombres del padre y tuvo que abandonar ese camino Freud sabía perfectamente que a ese goce –o sea, a ese cuer-
por doce años, para retomarlo recién en el Seminario 22. po tocado por el significante–, se lo agarra con las manos o con
Cabe decir acá, que cuando se critica al Psicoanálisis por adherir el significante. O se lo toca, se lo corta, se lo cirujea, se lo estira,
al patriarcado, se intenta en el mismo acto desconocer el impac- se lo acaricia, se lo tatúa, etc., o se lo trata con el significante.
to de Lacan. Obviamente, también podrían ser ambas cosas…
Es un Lacan que se opone a cualquier todismo universalizante En efecto, el psicoanálisis de la orientación lacaniana pone a
que empuje a taponar el no-todo y la no relación sexual. A esto cada sujeto a hablar de cómo se autopercibe en este mundo y
último –el empuje al todismo universalizante– ya no lo llama- de los impasses que lo hacen sufrir. Frente a esto, acompaña a
ría el occidentado, sino el occiodentismo. Me refiero a cierto que en su propia lengua, se autorice de sí mismo en una salida
fanatismo en occidente –como lo puede haber en oriente– que singular a su sufrimiento.
empuja a una respuesta para todos por igual, de una manera Finalmente, en el caso de un análisis llevado hasta sus últimas
fanática y que no acepta lo singular. consecuencias, un pasante nos viene a testimoniar cómo se
Un fanatismo que empuja a una lengua universal, que pretende autopercibe luego del recorrido. Se trata de una salida elabora-
borrar las diferencias y desconoce la lengua de cada sujeto. da por el análisis y no de una salida universal para todos y me-
Un fanatismo que empuja a operar desde lo real, sobre lo real nos aún, a una salida que se anticipa a cualquier elaboración.
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Es una salida que supone un saber hacer novedoso cada vez


con su goce, su cuerpo y el de los otros.
Esa salida, no debería desoír que hay algo del Otro sexo que no
se inscribe en lo simbólico y, a la vez, algo del cuerpo que no
termina de ser atrapado por las manos.
¡Volvamos a oriente!... en Japón hay un dicho que viene al caso:
“Cuando las manos no llegan donde pica”.
Hay algo que pica del cuerpo, que no va a ser alcanzado ni con
las manos, ni con el significante. Se ve entonces, que cada cual
podrá encontrar una salida singular y vivificante, a condición
de un no-todo en el horizonte.

Bibliografía
Bassols, Miquel. La diferencia de los sexos no existe en el inconsciente. Buenos Aires:
Grama, 2021.
Lacan, Jacques. El Seminario Libro 19, … o peor. Buenos Aires: Paidós, (2012 [1972-73]).
Lacan, Jacques. “Joyce el síntoma”. Otros escritos. Buenos Aires: Paidós, (2012 [1975]).
Lacan, Jaques. “Lituratierra”, Otros escritos. Buenos Aires: Paidós, (2012 [1971]).
Lacan, Jacques. Seminario 21: Los nombres del padre. Clase 9/4/74. Inédito.
Lacan, Jaques. Seminario 22: R.S.I. Clase 08/04/75. Inédito
Laurent, Eric. “La imposible nominación, sus semblantes, su sinthoma”. Revista Medio-
dicho N° 37. Publicación de la EOL Sección Córdoba, 2011.
Miller, Jacques-Alain. El ultimísimo Lacan. Buenos Aires: Paidós, 2013.
Miller, Jacques-Alain. “¡No podemos más con el padre!” Lacan Cotidiano N° 317 Sitio
web de la Escuela de la Orientación Lacaniana. <http://www.eol.org.ar/biblioteca/la-
cancotidiano/LC-cero-317.pdf >
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La fusión imposible
ROSA EDITH YUREVICH
AME de la EOL y de la AMP

Como decían los estoicos: cuando es de día, está claro. Lacan, … o peor, p. 32

El impacto Lacan lleva a girar de nuestro discurso plagado de identificaciones,


¿A cuál de todas las cuestiones planteadas por Lacan a lo largo donde el I y el a ruedan pegados al discurso analítico? Solo el
de su enseñanza consideraríamos un impacto? Desde “Función amor al inconsciente nos permite transitar dicha experiencia y
y campo...” de 1953, donde plantea la sesión breve en oposición atravesar el obstáculo que va implícito en el no hay.
a la técnica de la contratransferencia hasta ”ficción y canto…”,
del “Atolondradicho”, su enseñanza sigue un eje que J.-A. Miller
nombró: la orientación por lo real. El sexto paradigma del goce: no hay la relación sexual
¿Analizamos como en la época de Freud? Podría responder Lacan, por única vez, en “La dirección de la cura…” escribirá so-
que no, puesto que ese es, a mi gusto, el impacto lacaniano: lo bre la rectificación subjetiva. Un término que, en lo particular,
real en la experiencia analítica. me interrogó: ¿cómo se producía esa rectificación? ¿En qué
En lugar de sumergirnos en un mar de sentido, “un sentido que momento de un análisis? y ¿qué se rectificaba finalmente?
no es más que semblante” (Lacan, Aun, p. 26), Lacan nos aco- Siendo mi nieta una niña, me pregunta a boca de jarro: “¿Qué
ta en nuestra metonimia, en nuestra amplificación significante. es el sexo abuela?”
Ese sentido que nos indica dónde vamos a encallar, el límite Frase que me fue difícil de escuchar y le respondí de acuerdo
que nos conduce hasta la reducción, al hueso de un análisis. a mi lapsus, por decirlo así, auditivo: “¿el sexto? Viene después
¿Cómo transitamos nuestra experiencia analítica y qué nos del cuarto y del quinto.”
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“Nooo, abuela… el sexo. El sexo!!!! Bueno, dejá.” Un para todo x que conviene a la función Φx. Allí, donde se es-
Quedé un tanto azorada por mi imposibilidad de responder. cribe que para cualquier ser hablante ex-sisten los significantes
El significante, es responsable del no hay la relación sexual para binarios, al mismo tiempo, el vacío que se produce introduce el
todo ser hablante. Lacan señala en el Seminario…o peor, que no-todo. Un no-todo que es esencial.
los psicoanalistas aún no nos hemos percatado de ello y que Sin el goce fálico, no habría ningún otro goce más allá. Es necesa-
por lo tanto seguimos intentando dar una respuesta a las pare- rio que ese goce se inscriba para todo ser hablante. “Esto quiere
jas, diría también dar una respuesta a los sujetos. Esa relación decir que cada vez que tengo que vérmelas con ese significante
que no funciona, por suerte, como el deseo que nos mueve sexual, con eso que atañe al goce, tendré que vérmelas con ese
haciendo de la vida un desafío. Φx.” (Lacan, ...o peor, p. 32). La función Φx es la función de la cas-
No se queda allí, sino que insiste en que habría un silencio ins- tración para el hombre y la mujer. Y esto significa que “ya no se
titucionalizado en relación al no hay la relación sexual que no pueda disponer del conjunto de los significantes” (p. 33).
se inscribe y que no cesa de no escribirse (Lacan, ...o peor, p. 18
-19). Si bien el ser hablante se las ingeniará para taponar, para
velar ese vacío que produce ese no hay. Un no-todo que es esencial
Es esta esencialidad lo que le permitirá a Lacan introducir la
cuestión de lo que llamamos las fórmulas de la sexuación. De
Función de Φx ellas sólo tomaré el cuantor: (la A invertida de x lleva
Ese lugar vacío que deja el no hay es absolutamente necesario una barra encima para indicar el no-todo)
que exista. Vacío que el lenguaje ha agujereado. Ese vacío, allí Un universal al cual Lacan colocará la barra de la negación, indi-
donde se instala la x, Lacan lo presenta como una verdad “de cando la existencia del no-todo. Si Lacan hubiese colocado la ba-
que el sexo no define ninguna relación en el ser hablante” (...o rra sobre la función Φx, hubiese significado que toda mujer esca-
peor, p. 13). Para todo ser hablante “o es él o es ella” (p. 32). De paría a la castración. La barra sobre el universal inaugura también
acuerdo con Eric Laurent el extravío es para ambos sexos. Es el misterio del goce femenino. El continente del goce femenino.
una cuestión de lenguaje. Lacan entrevió en un segundo tiempo ese no-todo como propio
Distinguimos el significante hombre, el significante mujer, y el del goce femenino y lo generalizó hasta hacer de él, el régimen
pequeño órgano que nos conducirá por el falocentrismo freu- del goce en tanto tal. Un goce sustraído a la maquinaria del Edipo.
diano, expresión de Lacan, lo cual produce ese impacto donde Goce reducido al acontecimiento de cuerpo. Parafraseando, nos
disiente con Freud, para introducir el goce y al mismo tiempo servimos del Edipo a condición de pasarnos de él.
sin el cual, no habría posibilidad alguna de experiencia analítica. Goce indecible por encontrarse fuera del significante, un
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sin-sentido. “Ese goce no puede ser dicho más que entre lí- Bibliografía
neas” (Miller, “El ser y el Uno”, clase 2/3/2011). Ese goce, aislado Lacan, Jacques. “I. Pequeña diferencia”. El seminario. Libro 19, ...o peor. Buenos Aires:
por Lacan, no es susceptible de Aufhebung. Rechaza los jue- Paidós, 2012.
gos malabares de la dialéctica. Lacan, Jacques. “II. A Jakobson” El seminario. Libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós, 1981.
Lacan inventa, impacta con este principio a partir de la mujer y Lacan, Jacques. Seminario 24, L’Insu que sait de l´une-bévue s´aile a mourre. Inédito.
ha podido despejar algo que llamamos sinthome. Clase 11/1/1977.
Miller, Jacques-Alain. “El Ser y el Uno”. Curso de la Orientación Lacaniana. Inédito. Clase
2/03/2011.
Hasta que te encuentre …o peor
Este último punto, lleva el título de una novela de John Irving
mencionado una vez por Eric Laurent en relación al Padre.
Lo compré porque pensé que el título era romántico, pero
¡vaya sorpresa! Durante 1015 páginas, un joven tatuador bus-
ca incansablemente a su padre, llegando siempre al punto de
desencuentro. Hasta que un día lo encuentra, ¿dónde? En un
manicomio. El desenlace después de esta larguísima búsqueda,
al encontrarlo, no se trata de que ha ido a visitarlo, sino que él
es encerrado en el mismo manicomio.
En el Seminario 24 (inédito), en la clase del 11/1/77, Lacan con-
cluye que la alternativa al ser hablante, ante el traumatismo
inaugural del exilio de la relación sexual, será entre locura y de-
bilidad mental. Entre locura y debilidad será nuestra elección.
La última enseñanza de Lacan, invita a la práctica analítica a
centrarse sobre el goce como un acontecimiento de cuerpo,
como escapando a la dialéctica de la prohibición y del permi-
so. Aceptando que esa relación, esa fusión, es imposible de
escribirse, que solo ante el no hay de lo negativo, conseguimos
establecer lo positivo: el sinthome y el goce opaco irreductible
que conlleva.
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Dócil a lo femenino
LILIANA AGUILAR
Miembro de la EOL y de la AMP

Freud llegó lejos sin duda. Tan lejos que tuvo el valor de reco- confirmar la vigencia del impacto de esa roca. Estos cuestiona-
nocer un límite, una roca, lo que llamó la roca de la castración mientos, no son algo que no deba preocuparnos y ocuparnos,
(“Análisis terminable e interminable”, p. 253). A partir de aquí, todo lo contrario, sin embargo, lo fundamental no es tanto si a
para ellos, la cuestión se jugaría terminable e interminablemen- favor o en contra sino que siga impactando. El verdadero pro-
te, alrededor de un cierto temor, temor a perderlo y, para ellas, blema sería que no se hable más de Freud.
terminable e interminablemente en la envidia. Mal que les pese, Por otro lado, que sean especialmente las mujeres, los movi-
ellos estarían destinados de alguna manera a ser un tanto cui- mientos feministas, quienes hoy en día siguen haciendo resonar
dadosos –y sino locos– y ellas –aún pudiendo gozar de cierta el impacto freudiano no deja de resultar interesante si tenemos
osadía sin por ello ser locas necesariamente– quedarían un tan- en cuenta que también fueron ellas quienes dieron pie para
to ensañadas en un reclamo y en una espera eterna de ese “más gestarlo. Freud fue el inventor de una práctica que dio lugar a
de sustancia” (Lacan, “El atolondradicho”, p. 489), un más que la escucha especialmente de mujeres que hasta el momento no
venga al lugar de ese menos. habían gozado de ese lujo, el de ser escuchadas en su “¡No! ¡No
Esta roca freudiana es una roca viva puesto que aún hoy en es eso!”. Un “¡No! ¡No es eso!” que Freud aloja y hacia el final de
día, un siglo después, sigue dando que hablar. De alguna ma- su obra le da la dignidad de una pregunta; una pregunta que,
nera, los cuestionamientos que actualmente recaen sobre la además, le permite ir más allá de él mismo, saltar los límites de
obra freudiana y también sobre su persona, no hacen más que su propia roca, no solo por formularla sino fundamentalmente
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por dejarla sin respuesta: “¿Qué quiere una mujer?” (Freud en rreno del cuerpo, al terreno de un goce, ya no fuera de cuerpo
Bertin, La dernière Bonaparte, p. 263). Esta pregunta sitúa un sino de un goce en el cuerpo. Podríamos decir que el impacto
más allá del penisneid. lacaniano hace pasar el enigma de lo femenino al “misterio del
Lacan recupera esta pregunta por lo femenino, especialmente cuerpo que habla” (Lacan, Aun, p. 158).
en los años 70. No lo hace tomando apoyo en las mujeres que Hay que decir que este cambio de paradigma no fue ni es fácil
escucha, como lo había hecho Freud, fundamentalmente por- de asimilar para nosotros mismos los psicoanalistas de la orien-
que reconoce que acerca de eso, ellas no pueden decir nada. tación lacaniana y quizá por eso –aunque no solo por eso– se
Lo hace tomando apoyo en los místicos, entre los que se en- evidencia un tanto inasimilable para nuestros contemporáneos
cuentran tanto hombres como mujeres. A los místicos, Lacan que nos cuestionan haber quedado demasiado tomados por el
no los va a escuchar sino que los va a leer. “Son lo mejor que impacto freudiano en una época en donde, tal como el mismo
hay para leer” (Lacan, Aun, p. 92) dice, porque reconoce allí un Lacan se ocupó especialmente de ponerlo en evidencia, la re-
esfuerzo, el esfuerzo que implica escribir lo que no puede de- ferencia del padre pasó a ser la del sinthoma.
cirse, el esfuerzo que implica escribir una experiencia de goce Me gustaría detenerme en este punto: si estamos de acuerdo
en el cuerpo que no se presta a las palabras. Tomando apoyo con que el impacto lacaniano no fue ni es fácil de asimilar, aún
en esas letras de goce, Lacan logra restituirle a esa pregunta para nosotros los psicoanalistas de la orientación lacaniana,
freudiana su condición de enigma. Es decir, que lo que hasta el me pregunto: ¿por qué? ¿Es una cuestión de tiempo? ¿O, aca-
momento era una pregunta, a la que como tal se le supone una so, más allá del tiempo hay algo allí un tanto inasimilable en sí
respuesta, pasa a ser un enigma, el enigma de la feminidad, mismo?
al que no se le supone respuesta pero sí afinidad con lo real. Si de algo podemos estar seguros es que el impacto lacaniano
Hasta aquí estamos en un Lacan con Freud. Un Lacan bajo los implica –voy a usar una expresión que está de moda– hacerse
efectos del impacto freudiano. ¿Cuál sería entonces, el impacto dócil a lo femenino. Ser dócil a lo femenino no va de suyo, hay
lacaniano propiamente dicho? que vérselas con una defensa, más aún, con un rechazo que
Diría que el impacto lacaniano es pasarse de esta pregunta. compartimos en tanto seres hablantes: el rechazo a lo femeni-
El impacto lacaniano es generalizar la dimensión enigmática no. Que a nivel de nuestras elaboraciones teóricas nos encon-
que la pregunta freudiana reducía a la mujer, a todo ser ha- tremos todos más bien dóciles a lo femenino no es lo mismo
blante. Es hacer de ese enigma una alteridad propia a todo ser que dejarse impactar realmente por lo femenino. Creo que si
hablante. De alguna manera el impacto lacaniano a-sexualiza reconocemos este nivel de dificultad podremos, en el mejor de
esta pregunta, la saca del terreno de lo sexual –que es siempre los casos, sino ser dóciles a lo femenino al menos ser dóciles
dialéctico hombres-mujeres, falo sí o falo no– para llevarla al te- al nivel de complejidad que la docilidad a lo femenino implica.
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Mientras tanto, contamos con algunos desafíos interesantes. pp. 473-522.


En este último tiempo, Jacques-Alain Miller (“Dócil a lo trans”) Miller, Jacques-Alain. “Dócil a lo trans”. Lacan Cotidiano Nº 928. Web. 25 Abril 2021
nos ha llamado a ser dóciles. Primero, a lo trans y luego, a lo <http://www.eol.org.ar/biblioteca/lacancotidiano/LC-cero-928.pdf >
joven. No está de más distinguir este llamado a la docilidad
que nos propone Miller del llamado a la docilidad del superyó.
Esta docilidad, no implica de ninguna manera resignar, adap-
tarse o deponer las armas que sostienen el psicoanálisis en su
condición de reverso, pero sí deponer algunas defensas para
dar lugar a lo nuevo. Sin lo trans o sin lo joven o sin lo que
sea que pueda venir a molestar nuestras defensas, corremos el
riesgo de entendernos demasiado bien y así anular el impacto
lacaniano. Es verdad que no está asegurada la supervivencia
del psicoanálisis pero podríamos suponer que si dejamos que
el impacto lacaniano itere, bajo nuevas vestiduras, tendremos
más chances.
Desde esta perspectiva, podríamos decir que el impacto laca-
niano, a diferencia del freudiano, no habría que darlo por he-
cho, más bien habría que hacerlo existir cada vez, dando lugar
a esa objeción que lo femenino implica.

Bibliografía
Bertin, Celia. La dernière Bonaparte. París: Perrin, 1982.
Freud, Sigmund. “Análisis terminable e interminable”. Obras completas tomo XXIII.
Amorrortu: Buenos Aires ([1937] 1991), pp. 211-254.
Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós ([1972-73]1981).
Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 23, El sinthome. Buenos Aires: Paidós ([1975-76]
2006).
Lacan, Jacques. “El atolondradicho”. Otros Escritos. Buenos Aires: Paidós ([1972] 2012),
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 20

ELLAS NO DICEN NADA


OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 21

Efecto de silencio
en el sinthoma
CRISTINA MARTÍNEZ DE BOCCA
AME de la EOL y de la AMP

La salida del padre, sus consecuencias tencia, porque el programa de goce pulsional está fundado en
Un análisis no es solamente una experiencia subjetiva indivi- el horror a saber que el Otro es un agujero. Es preciso que po-
dual, es también un hecho social. Que ya no estemos más en la damos cernir las líneas de fuerza que indican el goce no-todo
declinación del padre sino en su salida, es una precisión crucial de esta época haciendo uso de la enseñanza de Lacan, que
para pensar la clínica. ¿Cómo leemos la “aspiración al todo?” nos orienta en una clínica no separada de lalengua. Ubico aquí
¿Qué quiere decir “lo peor”? ¿La locura ambiente? ¿La locura la frase que titula a esta mesa: Lacan enuncia que el “decir
femenina? ¿Cómo hacemos ver “los axiomas de nuestra épo- que no” queda del lado falo-castración, de lo negativizable, en
ca” que indican “sufrimientos mucho más agudos y mudos”, cambio del lado femenino, “ellas no dicen nada”… (Lacan, RSI).
con “una pérdida total de orientación”? (Miller, Presentación de
Polémica Política) La salida del padre es correlativa de los “sín-
tomas de la no relación sexual” que ahora es evidente, con un Aturdidas
rechazo mayor a la pérdida de L/a mujer. Lo que hemos llama- Una mujer arma su respuesta en tanto la madre no puede trans-
do “menor efectividad de la Metáfora Paterna”, “identificacio- mitirle qué es ser una mujer. Al no haber la función de la cas-
nes lábiles”, “intensidad” de ciertos fenómenos clínicos, hoy se tración como límite, la salida del padre empuja más que antes
hace patente. Los circuitos pulsionales demandan la presencia hacia la metonimia del goce y así encontramos en la clínica los
del plus de goce en el lugar del Otro para asegurar su consis- excesos femeninos, imprevisibles, mujeres “imparables” en su
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 22

voluntad de goce que abre al infinito de la pulsión de muerte. fantasma fundamental que consuena con la advertencia que
La violencia que la arrebata, ante la cual la abuela le decía “reza hace años después a las analistas mujeres: esa “naturaleza anti-
una jaculatoria antes de hablar”, la fobia ante el abismo de la fálica” puede aturdirlas, de ella “no hay la menor huella en el in-
falta de saber sobre el sexo e interesada en el oscuro goce ma- consciente y no tiene ganas de decirse” (Lacan, “Un Otro falta”,
terno, hoy generalizada como “fobia social”, la que no soporta p. 21). Aturdimiento que captamos cuando significantes que
la mudez de la pareja y le envía múltiples mensajes deslizándo- resuenan en el trauma son lanzados y desencadenan la locura
se al estrago sino a la devastación, la “intocable” que se satis- femenina. Lacan dijo varias cosas del fantasma: una ventana,
face con el goce masturbatorio, la que tiene múltiples parejas una pantalla, un marco, también una aspiración y plantea que
pero sufre de frigidez, la que vive en acting out empujada por el goce “como tal” es en relación al S( ) y solo se aprehende
la angustia, la que se fascina con el agujero, la que quiere ser del lado femenino: las mujeres buscan un goce silencioso y ab-
única como falsa excepción, la que se ofrece a la voluntad de la soluto. Es en esta otra “orilla del goce”, en donde el fantasma
ciencia, la que come nada encarnando el vacío, la toda-madre no es de estilo fetichista que busca el objeto en el cuerpo del
que en el análisis encuentra que sus hemorragias menstruales otro, sino un fantasma de palabra, el estilo erotómano de las
tienen que ver con “sangrar por la familia”, la sola, la de la boca mujeres. En su Curso El partenaire-síntoma (p. 317), Miller seña-
cosida, la que habla “de más”, la que se embrolla “aclarando” la que el goce suplementario del que la mujer nada dice, tiene
hasta construir la frase que hace borde: “soy una enferma de dos caras: 1- el goce del cuerpo no limitado al órgano fálico y
ver”, etc… estilo de relación al cuerpo que cuestiona el límite 2- el goce de la palabra. Este es el goce erotómano. Es ahí que
del lado masculino de la sexuación, prefiriendo la exaltación la creencia en La mujer, por medio de la demanda infinita, ma-
de lo que experimentan, antes que el saber inconsciente. Exce- nifiesta el rechazo del sujeto femenino al Otro como agujero,
sos femeninos sin brújula, extravíos, que no van a encontrar un situando en el analista: “usted no dice nada” en el intento de
borde en la prohibición ni en la transgresión. arrancar la última palabra que nombraría su goce. El fantasma
de palabra, el estilo erotómano de amor y goce, quiere a toda
costa hacer Uno con el Otro, que ¡por fin se escriba la relación
Naturaleza antifálica sexual!, desmentir su inexistencia por medio del estrago o del
El Otro goce no es atributo de un sexo biológico, es un goce amor erotómano. Estrago, rapto, arrebato, encantamiento, son
singular de cada ser hablante, que llamamos “goce femenino” términos de valor erotómano. Si el fantasma puede ser atrave-
porque el goce de las mujeres nos da cierta idea de un goce sin sado, es porque participa de las identificaciones fálicas que le
representación, invisible. En el Seminario Aun, Lacan hace una permiten hacer frente al goce enigmático de la madre en tanto
distinción (para luego extenderlo al serhablante), a nivel del mujer, respuesta que es defensa ante el agujero que acompaña
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 23

al serhablante. A partir de Aun y en los seminarios siguientes, el Psicoanálisis les inspira hoy, con decisión, ganas de ex–sistir
no todo entra en la ley del fantasma, resta un goce enigmático, como sinthomas.
que está en relación al y “se sitúa del mismo lado que el Uno”,
un goce del cuerpo que no es un Uno cerrado (Miller, La fuga
del sentido, p. 221). Ese Uno del goce que no tolera el univer- Bibliografía
sal, no obedece a la lógica del fantasma y Lacan se sirve de la
sexuación femenina para demostrar que es ella la que revela la Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 18, De un discurso que no fuera del semblante. Bue-
verdad del fantasma. Lo que indica que la posición femenina nos Aires: Paidós, 2009.
no es idéntica a la posición del analista, por la importancia que Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós, 1975, 8° reimpresión
el analizante femenino le da al amor, haciendo difícil la separa- 2007.
ción. Por eso, el silencio del analista es para hacer callar el amor Lacan, Jacques. El Seminario RSI, clase del 11 de marzo de 1975. Inédito.
transferencial. Lacan, Jacques. “Un Otro falta”. 15 de enero de 1980. La Escuela. Textos institucionales
de Jacques Lacan. Buenos Aires: Manantial, 1989.
Laurent, Eric. Opacidad del síntoma. Colección Orientación Lacaniana. Buenos Aires:
Efecto de silencio, mujeres excepcionales Grama, 2010.
Miller, Jacques-Alain. “Actualidad del Pase I”. El Orden Simbólico en el siglo XXI. Volu-
Si no hay mujer de excepción, el desafío que lanza Lacan es men del VIII Congreso A.M.P. Buenos Aires: Grama, 2012.
“saber si el Psicoanálisis da acceso a una mujer” que consienta Miller, Jacques-Alain. Presentación del libro Polémica Política. Web 30 de junio de 2021
al “no sé” irreductible (De un discurso…, p.144). Para las mujeres < https://www.youtube.com/watch?v=O-wi1rmWmGo>.
en análisis, construir una mujer, resolver su erotomanía, implica, Miller, Jacques-Alain. La fuga del sentido. Buenos Aires: Paidós, 2012.
por un lado, la desvirilización, el duelo por el falo y por otro, Miller, Jacques-Alain. El partenaire-síntoma. Buenos Aires: Paidós, 2da. reimpresión 2011.
“hacer el duelo de sí misma como objeto de amor” (Miller, “Ac-
tualidad del Pase I”, p. 67) para dar lugar a un amor que anude
el goce del Uno y el deseo, sin hacer existir La mujer. ¿Consen-
tirán ellas a que la última palabra no surgirá y decidirán ma-
niobrar de otro modo con el goce que no cambia, alcanzar su
excepción? ¿Pasarán del silencio “porque no tiene ganas de
decirse” a la escritura de una letra con su “efecto de silencio”?
(Laurent, Opacidad del síntoma, p. 34). Habrá una chance si
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 24

Si de eso ni mu
GABRIELA GRINBAUM
Miembro de la EOL y de la AMP

¿Qué decir? aquí el goce femenino. No hay fantasma que lo sostenga.


Solo lo que ya me escucharon en un testimonio. No tenía la menor idea que eso era lo que Lacan nombró como
Una vez acá. acontecimiento de cuerpo.
Y envalentonada por la confianza de ustedes, en Córdoba. No tenía la menor idea que estaba hablando del cuadro de la
Se necesita confianza. sexuación, ni que era preferible estar de un lado que de otro.
Término devaluado en la época del Otro que no existe. Me ocurrió. Fue el cuerpo que me enseñó lo que de la teoría
Pero la confianza es uno de los nombres que le da Lacan a la era solo un murmullo.
transferencia en El Seminario 1.
Es mi transferencia de trabajo. La sexuación es un proceso de identificaciones, y el análisis
En el tramo final del análisis, llego a mi sesión y le digo al analis- conduce a alcanzar la separación entre el goce en el que se
ta que había experimentado otro goce. Sorprendida que había sostiene el sujeto y las identificaciones por medio de las cuales
dejado de valerme de los fantasmas de los que dependía para lo recubría.
obtener la satisfacción. Andrea Améndola, me regaló una cita de El hueso de un análi-
Fantasma enlazado a la identificación al varón portador del ór- sis que ilumina este punto: “La identificación, es como un traje
gano. mal cortado, pues de un lado está la imagen y del otro el signi-
El goce obtenido en el final no está articulado al fantasma. He ficante” (Miller, p. 47).
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 25

Cuando se utiliza un fantasma para gozar fálicamente, se está Mis compañeras de cartel Lisa Erbin, Andrea Améndola, Leti
en todos los lugares. Varga y María Lujan Ros, me fueron de una ayuda inmensa en
En el Pase, hay una apuesta a que este anudamiento entre esta elaboración. También Paula Szabo, gracias por tu mirada
goce sexual e inconsciente sea, de alguna manera, formalizable minuciosa, y Jorge Assef por tu habitual crítica.
y transmisible.
Fue lo que pude decir e intentar transmitir.
La cita de Lacan del capítulo 6, de El Seminario 20, Aun es la Tenemos la feminidad, lo femenino y la verdadera mujer
siguiente: La feminidad, es la cobertura imaginaria fálica. Lo que en mis
“Hay un goce de ella, de esa ella que no existe y nada significa. testimonios nombré como el desprecio por los semblantes uni-
Hay un goce suyo del cual quizá nada sabe ella misma, a no versales femeninos. Los postizos y maquillajes.
ser que lo siente: eso sí lo sabe. Lo sabe, desde luego, cuando Lo femenino, no es la feminidad. Lo femenino no es una cues-
ocurre. No les ocurre a todas” (p. 90). tión de género, es decir está más allá de lo que nos represen-
Y, agrega más adelante: “de este goce la mujer nada sabe, es tamos como masculino y femenino. Para decirlo finalmente, lo
que nunca se les ha podido sacar nada. Llevamos años supli- femenino es asexuado, neutral.
cándoles, suplicándoles de rodillas… ¿y qué?, pues mutis, ¡ni Entonces, cuando hablamos de lo femenino la cosa se complica
una palabra!·” (p. 91). en tanto que su opacidad no es sólo asunto de mujeres. Intro-
duce la alteridad del sexo que el significante no podrá abordar.
En “RSI”, Lacan retoma esta cuestión y en la clase del 11 de Me encantó la idea de Marie-Hélène Brousse, en el libro Lo fe-
marzo del 75´ lo nombra así: “Ellas no dicen nada”. menino que editó hace poco Tres Haches, que me sugirió Eu-
Curiosa expresión acerca de las mujeres, que tenemos un gus- genia Molina, donde hace una suerte de collage de frases de di-
to enorme por hablar de nosotras, de las otras, de ellos, del ferentes analizantes, donde podemos vislumbrar experiencias
amor. Pero, de eso llamado goce, nada. de lo femenino. Voy a tomar su idea.
Como ya les conté, en mi análisis hablé mucho más de mujeres León Ostrov fue el primer psicoanalista de Alejandra Pizarnik,
que de hombres. La pregunta acerca del ser de las mujeres y desde sus 18 años, a mediados de 1954. El análisis duró un poco
sus goces invadía mis sesiones. más de un año. Cuando ella se instaló en París, entre 1960 y 1964,
Como buena histérica y además feminista creía en la existencia entabló con él una relación epistolar sostenida en un amor de
de la mujer y la buscaba en cada una. transferencia, en la que cada vez que ella quedaba inmersa en
Fíjense cómo lo dice Lacan: “Que ella exista es un sueño de una experiencia avasalladora, recurría a una carta dirigida a él.
mujer” (“RSI”, clase 11/03/1975). Le escribe una carta al día siguiente de su encuentro con Simo-
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 26

ne de Beauvoir. cual tal vez ella misma no sabe nada, salvo por el hecho de que
El día había comenzado así: “despertar y sentir que el corazón lo éprouve, ella lo sabe” (Aun, p. 90). Pero, me aclara, que así
me lleva y me trae. Horribles sacudidas. Taquicardia”. “Esto fue como en esta ocasión éprouve es traducido como “sentir”, en
nuevo. No era mi viejo miedo ‘espiritual’ posible de traducir en El Seminario 3, Las Psicosis, se tradujo como “experimenta”.
metáforas”. Me interesa subrayar la manera en que relata esta Sentir, quiere decir percibir una sensación proveniente de un
nueva experiencia inédita de goce: “Cuerpo y alma encontra- estímulo externo o del propio cuerpo. Y experimentar, significa
dos por vez primera, reunidos celebrando nupcias horribles… percibir momentáneamente una sensación. Sutiles diferencias.
asistiendo a algo como una revolución” (p. 45). Podemos subrayar, como lo dice Laura en su investigación,
Tomo este relato, para dar cuenta de ese sentir o mejor de esa otro matiz en castellano evocado por el “ex” presente en el
experiencia de goce que se impone y que la hace en alguna “experimentar”, que alude a la ex-sistencia.
parte “ausente de sí misma, ausente en tanto sujeto” (p. 44), tal El goce femenino es inconsistente, es aleatorio, es no todo. Y, al
como lo describe Lacan en El Seminario 20, Aun. mismo tiempo, es lo que el goce del órgano no es.
La escritora francesa Anaïs Nin, quien había sido amante de Intenté un recorrido por experiencias del goce “no todo”, goce
Henry Miller y de su mujer June Mansfield, escribe en su diario: femenino. Goce que habita en ciertos momentos al parlêtre,
“Mi amor por June me paraliza, pensar en ella durante el día me ex-sistencia de un goce deslocalizado de zonas erógenas ocu-
eleva por encima de la vida corriente” (Henry, su mujer y yo, p. 25). padas por el fantasma. Dice Marie-Hélène Brousse: “Esas expe-
Ricardo Piglia, pone su voz en Los diarios de Emilio Renzi. riencias que siempre sorprenden a los parlêtres cuando ellas se
“Dormía de a ratos tratando de verla reflejada al soñar, y a veces presentan ponen en juego objetos a, pero no son reproducibles
me imaginaba que la veía aparecer en el borde del espejo…soñé a partir de la fórmula de un fantasma y no movilizan una zona
que soñaba con ella en el espejo…la veía tal cual era. Yo era otro, erógena precisa. El efecto obtenido es difuso, deslocalizado”
pero ella era la misma… estuve un minuto y cuarenta segundos (Lo femenino, p. 236).
sin respirar. El corazón me late como una batidora” (p. 44).
Matate amor, de Ariana Harwicz, dice: “Cuando mi marido se
va de viaje a cada segundo de silencio le sigue una horda de La verdadera mujer
demonios colándose por mi cerebro… Imagino a los animales Lacan no dice solamente que “La mujer no existe” (“Televisión”,
en una orgía […] Un soplo de irracionalidad había quemado mi p. 563), sino que dice además que hay verdaderas mujeres.
existencia” (p. 16). Lacan la ubicó en “Juventud de Gide, o la letra y el deseo” a
Laura Petrosino, me manda un trabajo sobre la cuestión del propósito del acto de Madelaine y de Medea. J.-A. Miller reto-
término en francés que utiliza Lacan “Hay un goce de ella del ma este punto en De mujeres y semblantes: “¿Qué sería una
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 27

verdadera mujer? Lo verdadero en una mujer, en el sentido de Entonces, la verdadera mujer es aquella que aparece contin-
Jacques Lacan, se mide por su distancia subjetiva de su posi- gentemente en un acto cuando éste la aleja de los objetos fá-
ción de madre” (p. 92). Hacerse existir como La madre, es ha- licos o sus subrogados. Lo femenino, se refiere a ese goce del
cerse existir como La mujer en tanto que tiene. Miller dice que cual no se puede decir ni mu, porque cada vez se escapa, por-
cuando a Lacan se le escapa ese grito: “¡Esa es una verdadera que es el goce como tal, dice Miller en “El ser y el Uno”, y la
mujer!”, está diciendo que es siempre de ese modo como debe feminidad será la mascarada que cada una se inventa.
usarse esa expresión. No se trata de una posición como lo es La mujer no existe. Hay una y una y una…
la posición femenina, sino de un acto, un momento determina- Y algo más, una mujer son muchas mujeres. Muchas mujeres
do. Allí, el portazo de la Nora de Ibsen en Casa de muñecas al habitan en una mujer. Será femenina o no, experimentará go-
abandonar a su marido y sus tres hijos: “Yo te eximo de obliga- ces aleatorios, será un rato verdadera mujer o una loca no del
ciones… Libertad plena de una parte y de otra. Toma, ahí tienes todo… Una misma mujer puede variar en función del partenaire.
el anillo, devuélveme el mío. Adiós Torvaldo” (p. 107). Hay en ella una plasticidad que le permitirá transitar por estos
“Ella está toda en ese acto, ahí todas las palabras son inútiles, espacios.
sale del registro del significante” (Miller, De mujeres y sem-
blantes, p. 92).
Bibliografía
Patti Smith, en Eramos unos niños, relata: “En 1966, a finales del
verano me acosté con un chico incluso más inexperto que yo Brousse, Marie-Hélène. Lo femenino. Buenos Aires: Tres Haches, 2020.
y concebimos de forma inmediata. Me eduqué en una época Harwicz, Ariana. Matate amor. Buenos Aires: Mardulce, 2017.
en que el sexo y el matrimonio eran sinónimos. No se podían Ibsen, Henrik. Casa de muñecas. Buenos Aires: Ed. del 80. 1981.
conseguir anticonceptivos y a mis diecinueve años yo aún era Lacan, Jacques. “Juventud de Gide, o la letra y el deseo”. Escritos II. Buenos Aires: Siglo
ingenua con respecto al sexo” (p. 29). Entonces una profesora XXI Editores, 2002, 2° reimpresión 2008.
la ayudó a encontrar un matrimonio que quisiera tener ese hijo. Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 1, Los escritos técnicos de Freud. Buenos Aires:
Dice: “Por un instante sentí que me podía morir, pero con la Paidós, 1984.
misma inmediatez supe que todo iría bien. Es imposible des- Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 3, Las Psicosis. Buenos Aires: Paidós, 1984, 16° re-
cribir la inesperada calma que me invadió, la arrolladora sen- impresión, 2008.
sación de que tenía un objetivo en la vida eclipsó mis temores. Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós, 1975, 8° reimpresión
Jamás miraría atrás, no regresaría a la fábrica ni a la facultad. 2007.
Sería una artista” (p. 29). Lacan, Jacques. “Televisión”. Otros escritos. Buenos Aires: Paidós, 2012.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 28

Lacan, Jacques. “Seminario 22: RSI”, clase del 11 de marzo de 1975. Inédito.
Miller, Jacques-Alain. El hueso de un análisis. Buenos Aires: Tres Haches, 2008.
Miller, Jacques-Alain. De mujeres y semblantes. Cuadernos del pasador. Buenos Aires:
Lectura lacaniana, 1994, 2da. edición.
Miller, Jacques-Alain. “El ser y el Uno”. Curso de la Orientación Lacaniana, 2011. Inédito.
Nin, Anaïs. Henri, su mujer y yo. Buenos Aires: Emecé, 1998.
Ostroz, León / Pizarnik, Alejandra. Cartas. Villa María: Edivium, 2012.
Piglia, Ricardo. Los diarios de Emilio Renzi. Buenos Aires: Anagrama, 2015.
Smith, Patti. Éramos unos niños. España: Lumen, 2010.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 29

Extranjera de ella misma


CAROLINA FERRIERES
Miembro de la EOL y de la AMP

¿Cómo escribir sobre lo que ellas no dicen, o para ser más pre- mujeres, el estatuto mismo del sujeto del psicoanálisis es ser un
cisa, sobre lo que no podrá ser dicho? Lacan, en “La instancia inmigrante. Dice: “El sujeto como tal, definido por su lugar en el
de la letra…”, se sirve de una anécdota de un viaje en tren de Otro, es un inmigrante [...] El problema del sujeto precisamente
dos niños para decir “Caballeros y Damas serán desde ese mo- es que ese país extranjero es su país natal” (Extimidad, p. 43).
mento para estos dos niños dos patrias” (p. 468). En la misma Ese Otro que nos hace extranjeros es ese Otro sexo tanto para
línea, Miller en Extimidad dice: “...hombre y mujer son dos razas hombres como para mujeres.
[…], no biológicamente, sino en lo que hace a la relación in- Intentaré transmitir cómo la pregunta por la relación entre el
consciente con el goce [...] en este nivel se trata de dos modos goce femenino y la segregación me permitió ubicar, en el tra-
de goce” (p. 55-56). El goce con el que ellas tienen una relación bajo de un cartel, cómo una experiencia de análisis le permite
más directa no se sirve del significante para operar. Es esto lo a un sujeto una relación diferente a la que fija el fantasma con
que hace que de eso que sienten no puedan decir nada, no es ese Otro sexo.
que sobre eso sepan pero decidan callar, entiendo más bien Una escena de la serie Nos conocimos en Estambul, nos mues-
que al no haber significante posible que nombre eso, tampoco tra a dos mujeres: una de ellas es practicante del Islam, con-
hay saber. Pero sí hay un eso se siente que las hace extranjeras sulta en secreto a una analista por un síntoma: se desmaya.
para ellas mismas. Ahora bien, Miller nos recuerda algo que no Este síntoma, no ha podido ser explicado ni curado por quien
hay que perder de vista, esa extranjeritud no es propia de las encarna el saber en su religión. La mujer que la escucha en un
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 30

consultorio de un hospital es una analista que, luego, en su se- ¿Qué nos enseña el psicoanálisis acerca de cómo el goce
sión de control, dirá la dificultad que experimenta frente a las femenino y la segregación se juegan para el sujeto? Tomaré
mujeres que usan pañuelo: no puede explicarlo, solo sabe que algunos recortes de dos testimonios de Elena Levy Yeyati, para
frente a esas mujeres siente un rechazo. El nombre original de intentar responder a esta pregunta. Ella relata que lo que la
la serie es Bir Baskadir, que traducido al español quiere decir: lleva a consultar a un analista, a los 38 años, fue padecer de
El otro, el diferente. una angustia indefinida y síntomas que contrariaban su deseo.
¿Qué rechaza ella en el pañuelo? Ese objeto, da cuenta de un Dice: “toda vez que intentaba ir más allá del padre hacia el va-
modo de goce que esas dos mujeres no comparten. Desde el rón o hacia mi profesión, se reiteraban impedimentos libidina-
psicoanálisis sabemos que lo que se rechaza y se intenta dejar les: la indiferencia amorosa por el partenaire, y un profundo es-
por fuera, en los fenómenos de segregación, es la forma en que cepticismo acerca del psicoanálisis, así como de la psiquiatría”
el otro goza. La segregación apunta a lo real en el Otro y es (“Llevar un síntoma…”, p. 110). En la entrada entonces ubica la
estructural, por lo que, siguiendo a Miller “el problema tiene un angustia, la indiferencia amorosa y el escepticismo.
aspecto insoluble, porque el Otro es Otro dentro mío. La raíz A partir de un sueño en el que aparece el analista y se des-
del racismo, desde esta perspectiva, es el odio al propio goce. pierta pensando “me burlo de sus palabras y de la intelectuali-
No hay más que ese. Si el Otro está en mi interior en posición dad del ambiente lacaniano” (p. 111), recorta lo que se configu-
de extimidad, es también mi propio odio” (p. 55). ró como el síntoma analítico destacado: el escepticismo bajo
Si el Otro como tal es el Otro sexo, femenino, que no tiene que transferencia. Con respecto a este, dirá que en el escepticismo,
ver con ninguna imaginarización ligada a lo femenino o a lo la satisfacción en juego radica en la contradicción que busca
mujer, es decir al género, lo entiendo como lo más desconoci- anular al otro. En su caso, era mostrar a los psiquiatras lo que
do que habita en cada uno y, en ese punto, lo que se rechaza. no sabían del psicoanálisis y a los psicoanalistas lo que no sa-
¿Será una cara de este goce lo que hace existir a La mujer en bían de la psiquiatría. Así, la lengua del psicoanálisis se volvía
tanto figura de lo que Lacan llamó “esos dioses oscuros”? (Los una lengua del Otro, de la que ella no podía apropiarse.
cuatro conceptos…, p. 282). Esto me permitiría pensar que la En su último testimonio ella cuenta cómo, viendo una serie
segregación responde a una cara del goce femenino, que se subtitulada, reconoce en el idioma original palabras que su
presenta como exceso y que está comandada por el superyó. madre decía en árabe. Dice “la gracia de la musicalidad reco-
Me pregunto entonces, ¿es posible leer los fenómenos actuales nocida se detuvo en un punto desconcertante” (“Los sonidos
de segregación como un efecto de la feminización del mundo?, del silencio”, p. 165) Quiero subrayar aquí “la gracia de la mu-
feminización en tanto lo que hoy comanda en la época es el sicalidad”. El punto que la desconcierta es la referencia cons-
régimen de goce no-todo y no ya el Nombre del Padre. tante, en la serie, a Allah (Dios). Reconoce así dichos que su
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 31

madre impartía cotidianamente en esa lengua extranjera para Bibliografía


bendecir o maldecir: “ve con Dios”, “que Dios te guarde”, “Que
Dios te queme”, y otros. Como la niña no escribía ni hablaba Lacan, Jacques. “La instancia de la letra en el inconsciente, o la razón desde Freud”
ese idioma “...en la onda sonora del árabe las palabras iban Escritos 1. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2da. ed., 2007.
pegadas unas con otras, en un continuum, de modo que sólo Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoa-
traducía un sentido global de la expresión [...] En su entona- nálisis. Buenos Aires: Paidós, 1987, 15° reimpresión, 2008.
ción, en su musicalidad, yo creía percibir el afecto de sus di- Levy Yeyati, Elena. “Llevar un síntoma hasta sus últimas consecuencias”. Revista Medio-
chos pero no su sentido literal.” (p. 165). Su interpretación era dicho N° 44. Publicación de la EOL Sección Córdoba, 2018. pp. 109-116.
que las bendiciones estaban dirigidas a ellos y las maldiciones Levy Yeyati, Elena. “Los sonidos del silencio”. Revista Lacaniana de Psicoanálisis N° 29.
a los otros, pero también captaba que en esa frontera había Publicación de la EOL. Buenos Aires: Grama, 2021. pp. 163-176.
una zona de incertidumbre. Dice: “La ambigüedad de ese Otro Miller, Jacques-Alain. Extimidad. Buenos Aires: Paidós, 2017.
goce, profundamente enigmático, surgía ante mí en el cambio
de lengua” (p. 166) y ubica su respuesta subjetiva frente a esa
opacidad de lalengua: “el rechazo que causa la indiferencia.”
(p. 166). Entonces, a diferencia de sus hermanos, ella no apren-
dió el árabe, “...era sensible a un decir cuyo eco resonaba en mi
cuerpo pero cuyas palabras yo no podía pronunciar” (p. 167),
operando así una “suerte de distancia sentimental” (p. 167). Ella
transmite cómo, hoy, la relación con su partenaire está hecha
de palabras de amor, palabras que ella puede decir como un
“acto de adquisición tardía, efecto de la perturbación de la de-
fensa por el análisis” (p. 167). Ubica allí un litoral que se escribe
con palabras de amor, inauditas en español. Es entonces, me
parece, al dirigir esas palabras de amor a un hombre que ella
consiente a hablar una lengua extranjera y volverse Otra para
sí misma.
Me pregunto, ¿podríamos pensar entonces una experiencia de
análisis como un tratamiento de la segregación? Pregunta que
paso hoy a la conversación.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 32

LA OPINIÓN LACANIANA
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 33

La opinión Lacaniana
LUIS TUDANCA
AME de la EOL y de la AMP

La opinión-interpretación hoy atravesado por lo femenino que, agrega Alberti, “…no es


Retengamos algunos términos que se desprenden del texto de del orden de todas las mujeres” (“La opinión lacaniana”).
Christiane Alberti, de igual nombre. Ella se pregunta: “¿Qué es Tercera cuestión: lo que articula la opinión-interpretación al
una verdadera opinión en el psicoanálisis?” Y contesta: “Una presente malestar es lo que en psicoanálisis llamamos síntoma,
interpretación…” (“La opinión lacaniana”). y que Alberti menciona como “el camino del síntoma”. Un psi-
Primera cuestión: si intervenimos debemos hacerlo utilizando coanalista lee un síntoma en la realidad colectiva e interviene,
la única herramienta propiamente psicoanalítica, es decir, la in- si puede, si se dan las condiciones, con su herramienta, la inter-
terpretación. Cualquier otra forma de opinión no será, desde pretación, siendo esa su política, la del psicoanálisis.
esta perspectiva, propiamente psicoanalítica. Insistiré una vez más en una indicación muy precisa de Lacan
Segunda cuestión: si situamos dicha opinión: “…en el presen- relativa a esta perspectiva: “Que el síntoma instituya el orden
te malestar debe relacionarse con el Otro femenino…” (Alberti, en que se revela nuestra política […] implica por otra parte que
“La opinión lacaniana”). Pero hay que recordar que la posición todo lo que se articule a partir de este orden (el del síntoma) es
psicoanalítica, supone no refrendar la realidad colectiva sino pasible de interpretación” (De un discurso…, p. 115).
inconsistirla. Miller lo dice así: “…tomar cierta distancia respecto Cuarta cuestión: Es todavía necesario indicar que, cuando ha-
de lo que dice, dicta, determina la realidad colectiva” (El lugar blamos de síntoma, nos referimos al síntoma como aconteci-
y el lazo, p. 49). Pero además, lo que llamamos malestar está miento de cuerpo. Es el síntoma como acontecimiento de cuer-
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 34

po, el que instituye el orden en que se revela nuestra política. analítico –tal cual como fue definido por Lacan– puede situar-
Cualquier otro uso del término síntoma desviará del problema se como acción psicoanalítica o incluso como acción lacania-
central que revela la época: cómo armarse un cuerpo y no des- na –me atrevo a decirlo– para dar a ese acto psicoanalítico las
fallecer en el asunto. consecuencias que puede tener en la sociedad” (Un esfuerzo
Quinta cuestión: La distinción que Christiane Alberti realiza en- de poesía, p. 171).
tre un feminismo político y un feminismo de cuerpos, en el artí- Este párrafo parece sencillo pero no lo es en absoluto. Trato de
culo que comento, puede derivarse en la perspectiva de conju- explicármelo hace ya mucho tiempo y ahora someto a prueba
gar síntoma y “la parte femenina de todo parlêtre” ya que es “la mis conclusiones… parciales.
vía del síntoma la que… nos feminiza” (“La opinión lacaniana”). Uno: la acción lacaniana es definida “al lado del acto analítico”.
Al lado no da orden ni en el sentido jerárquico ni en el sentido
de sucesión.
Lo femenino y el sínthoma Dos: Acto analítico: “tal como fue definido por Lacan”. Propon-
Llamemos no-todo a lo femenino del que estamos tratando. go la siguiente definición que da Lacan del acto analítico: “El
Si el síntoma nos feminiza, lo hace en el sentido del no-todo. acto analítico, ni visto, ni conocido fuera de nosotros, es decir,
Por qué no pensar entonces que un psicoanálisis no-todisa a nunca localizado, menos aún cuestionado, he aquí que lo su-
un parlêtre. ponemos desde el momento electivo en que el psicoanalizante
Consecuencia: la política del psicoanálisis, como política del pasa a psicoanalista” (“El acto psicoanalítico”, p. 395).
síntoma, se sostiene en el no-todo. Tres: Las consecuencias del acto analítico, Miller las va a “bus-
Allí se abre la perspectiva de moebizar el psicoanálisis en in- car” en la sociedad.
tensión con el psicoanálisis en extensión: desde el sínthoma Aclaración: para dificultar más cosas hay que tener en cuenta
singular al síntoma “social” y retorno. que una hipótesis fuerte del curso Un esfuerzo de poesía, es
Otra manera de decirlo: con el sínthoma hacia el síntoma. que la sociedad no existe, no hay la sociedad.
La opinión lacaniana entonces, no podrá no ser no-todista en Cuatro: El término que oficia de articulador es “consecuen-
cualquier circunstancia. cias”. Me saltearé el desarrollo de la ética de las consecuencias,
No confundir el no-todo con el silencio cómplice, con el mirar opuesta a la ética de las intenciones, bastante conocido. (Miller,
hacia otro lado, con los consensos espurios, todas formas de la “El acto entre intención y consecuencia”).
ineficacia inauténtica del resentimiento. Pero, si unimos los hilos deshilachados para obtener un tejido,
El no-todo es acción lacaniana, tal cual la define Miller: “…la se observa el peso que tiene en el Psicoanálisis de la Orienta-
cuestión que se plantea es saber qué es lo que, al lado del acto ción Lacaniana, lo diré así, la producción de un analista.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 35

Pero a partir de eso, al lado de eso, se espera de él una acción como grupo-masa. No hay inconveniente alguno con los gru-
lacaniana, continuación del acto analítico por otros medios, pos, pero sí son un problema los grupos que se consolidan en
que provoque consecuencias en la sociedad que no existe, es la perspectiva de la masa.
decir, en los semblantes que tapan ese agujero. El cartel es un ejemplo contrario del grupo-masa.
El no-todo, como acción lacaniana, es impuro. A veces se con- Pero, en el Seminario 24, Lacan usa el término multitud y habla
funde en una acción directa y otras en una acción indirecta. de la psicología de las multitudes, no de la psicología de las
Nunca se lo atrapa del todo, produce efectos sin causa, sin masas. Y da una definición de multitud que nada debe a nin-
agente, desaparece en el proceso mismo que provocó, y no tie- guna filosofía, aunque debo reconocerle una inspiración espi-
ne autor, ni representante ni representado. Existe en el instante. nosista. Dice de la multitud “colección, colección de perlas, sin
duda, cada una es una perla…” (L’Insu que sait…, p. 12).
Colección es un término ambiguo porque da idea de conjunto
Cuando el no-todo se hace social cerrado, pero lo que Lacan quiere transmitir es su idea no-to-
No es fácil demostrar que desde el no-todo podemos, a través dista de conjunto abierto, siempre dispuesto a alojar a un nue-
de la acción lacaniana, intervenir en lo social. vo miembro en su seno, nunca evitando ni favoreciendo que
Sin embargo hay una indicación de Lacan que parece ir en esa alguno se retire del conjunto.
dirección. Nos dice que Freud se percató de una cosa y que Además, ya no es un análisis que hace hincapié en la sugestión,
eso concierne “a algo que estará en el interior de cada uno, de ni en la renuncia al ideal, ni en la identificación al yo entre los
cada uno de quienes forman multitud y creen por ello ser una individuos pertenecientes a la masa, ni en el individualismo de
unidad. Massenpsychologie se tradujo (en francés) por psy- masas, ni en el papel del bigotito. Pero, el problema subsiste. Es
chologie collective (Psicología colectiva) a pesar de que Freud el que rescató Miller del inicio del texto “Psicología de las ma-
partió de lo que Gustave Le Bon llamó la psicología de las mul- sas” de Freud: “…la psicología individual es al mismo tiempo y
titudes” (Lacan, L’Insu que sait…, p. 12). desde un principio psicología social, en un sentido amplio, pero
Tratemos de ordenar tan complejo desarrollo. plenamente justificado” (p. 2565).
En primer lugar, el término que usa Freud en “Psicología de las ¿Cómo pensar una multitud dónde no se dirima una oposición
masas” es masse que se traduce como masa. absoluta entre exterior e interior?
El propio Lacan propone traducir el término masa como grupo. Y la idea de Lacan es que eso solo es pensable desde el cuer-
Lo dice así: “Con este término, en efecto, habría que traducir po, si partimos del cuerpo, ahora definido como cuerpo tórico.
hoy Masse de su Massenpsychologie” (“Proposición…”, p. 275). El uso de dicha figura topológica es sólo para indicar la posibi-
Lo que llamamos habitualmente grupo, deberíamos traducirlo lidad de una reversión: mi cuerpo-tórico se ha dado vuelta y lo
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 36

que era interior se ha hecho exterior. Me retiro de la multitud y ¿No les parece que cada vez que organizamos jornadas y nos
vuelvo a mi vida privada sin discontinuidad. juntamos nos constituimos en una multitud no-todista?
Multitud es montón, enjambre, inclusión, agregación, lo expan- Colección de granos de arena en que cada uno es uno, un mon-
sivo, sin borde, y está constituida por Unos incomparables que tón de colegas que hacen lo imposible para evitar lo que Miller
llamamos “uno por uno” otro de los nombres del no-todo. llamó el segundo axioma en su texto “Dócil a lo trans”: “No
tendrás relaciones amistosas con el partido contrario. Seguirás
tu camino. No pactarás… Que nadie entre aquí si es diferente”
Extraño O sea: segregación.
Cada vez que organizamos jornadas, el problema se vuelve a La frase misma: “dócil a lo trans”, es no-todista, además de
plantear: nos ponemos serios en la organización, en la presen- interpretativa, a nosotros y a los otros y a los de más allá. Y
tación de trabajos, en los horarios. Desde ya, no critico eso tan revela nuestra política como política del síntoma.
necesario, pero el cuerpo no aguanta demasiado.
Entonces vienen los “intervalos”, tanto los que uno se inventa
como los “oficiales”. Se desplaza lo serio de la serie de las pre-
sentaciones a las charlas sin ton ni son para retornar, al rato, a Bibliografía
lo serio.
En las charlas no hay citas, ni trabajo que presentar, ni conver- Alberti, Christiane. “La opinión lacaniana” en Lacan Cotidiano N° 897. 26 de noviembre
sación que sostener, ni comentario que realizar. Los cuerpos de 2020. Web. ago. 2021 <http://www.eol.org.ar/biblioteca/lacancotidiano/LC-ce-
disfrutan un poco sin darse cuenta y sin pensar. ro-897.pdf >
Dura poco, ya que se retorna al pensamiento muy rápido: ¿a Alberti, Christiene: “La mujer no existe”. Argumento para el congreso de la AMP. Web.
qué mesa voy ahora? ¿Me publicarán el trabajo? ¿Habré estado ago. 2021 <https://www.grandesassisesamp2022.com/es/la-femme-nexiste-pas-2/>
bien o mal? Garantía de contracturas, mareos, dolor de estó- Freud, Sigmund. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Obras completas. Tomo 3.
mago, es decir, inhibición, síntoma y angustia. Madrid: Biblioteca Nueva España, 1973.
En la pandemia, se pierden esas charlas, los almuerzos y las ce- Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 18, De un discurso que no fuera del semblante. Bue-
nas posteriores, los encuentros esperados e inesperados. Pero nos Aires: Paidós, (1971 [2009]).
también los gestos, los abrazos y las alegrías. Lacan, Jacques. “El acto psicoanalítico”. Otros escritos. Buenos Aires: Paidós, 2012.
No me quejo pero espero, deseo, que vuelvan las jornadas pre- Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 24, L’Insu que sait de l´une-bévue s´aile a mourre.
senciales con sus fallas insolubles y sus errores de siempre. Clase del 16/11/76 publicada en Revista Lacaniana de Psicoanálisis N° 29. Publicación de
Conclusiones la EOL. Buenos Aires: Grama, 2021, pp. 9-19.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 37

Lacan, Jacques: “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Es-


cuela”. Otros escritos. Buenos Aires: Paidós, 2012.
Miller, Jacques-Alain. El lugar y el lazo. Buenos Aires: Paidós, 2013.
Miller, Jacques-Alain. Un esfuerzo de poesía. Buenos Aires: Paidós, 2016.
Miller, Jacques-Alain. “El acto entre intención y consecuencia”. Política Lacaniana. Bue-
nos Aires: Colección Diva, 1999.
Miller, Jacques-Alain. “Dócil a lo trans”. Web. ago 2021 <http://www.eol.org.ar/bibliote-
ca/lacancotidiano/LC-cero-928.pdf>
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Psicoanálisis y feminismos.
Nos toca hacer la diferencia
MARIANA GÓMEZ
Miembro de la EOL y de la AMP

Mi agradecimiento a la instancia diagonal y al directorio por la refiero a ser un teórico o, más bien, una teórica del feminismo,
oportunidad de participar de esta mesa plenaria llamada “La de los Estudios de Género, sino a una posición subjetiva y ana-
opinión lacaniana”. También a Cristina de Bocca y Fabián Na- lizante. ¿Qué analista no estaría del lado del deseo, de lo feme-
parstek, con quienes compartimos la comisión científica de es- nino, de ir en contra del sometimiento y del goce sádico del
tas Jornadas, por tan grato trabajo. Otro, de la elección singular del ser hablante sobre su goce?
Me interesa particularmente intervenir en una conversación Sin embargo, hemos leído y escuchado –en mi caso con cierto
como esta, porque atañe al vector episteme/política y también dolor–, algunos discursos provenientes de dichos sectores, con
al anudamiento intensión/extensión que tenemos en cuenta en acusaciones injustas o infundadas sobre el psicoanálisis y los
la formación analítica. psicoanalistas. Y esas difamaciones, se construyen, en gran par-
A nivel de lo discursivo, hoy tenemos un nuevo gran desafío. te, en los ámbitos universitarios y desde plataformas teóricas de
Si una de nuestras batallas ha sido, desde hace tiempo, con las prestigio, como muchas de las autoras que ya conocemos.
neurociencias; hoy, como he escuchado, hay un “nuevo frente”: Debo decir que, en la Facultad de Psicología de la UNC, estas
el de los feminismos. Pero, ¿son los feminismos algo que po- voces son aún muy tibias y los psicoanalistas que allí trabaja-
dríamos considerar un frente de los psicoanalistas? mos hemos podido construir transferencias lo suficientemente
Otras preguntas que me hago son: ¿un psicoanalista podría fuertes como para que el psicoanálisis despierte interés y haya
considerarse a sí mismo no feminista en esta época? Y no me buenos encuentros en las aulas, incluso entre los más jóvenes,
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 39

los bachelors, como los llamaba Lacan. Esta es una tarea que te de la psicología de los grupos y de las formaciones colectivas.
se viene llevando a cabo con dedicación y estrategia política. “Las funciones y los fenómenos puestos en evidencia a nivel del
Pero, fundamentalmente, por la consistencia de nuestra teoría y colectivo son las mismas funciones que se manifiestan y los mis-
por nuestro deseo orientado, a la hora de practicar la enseñanza. mos fenómenos que se despliegan en la cura” (Miller, s/p).
Sin embargo, no es imposible que esto no vaya a ocurrir. De Esta orientación apunta al deseo del analista, al deseo de se-
hecho, ya está ocurriendo de manera feroz en otras univer- parar al sujeto de los Significantes Amo que lo colectivizan, de
sidades, como nos lo relatan varios de nuestros colegas que aislar su diferencia absoluta, de subrayar la soledad subjetiva e
ejercen la docencia en ellas. Grupos políticos y feministas, que incluso el objeto plus de goce que se sostiene sobre ese vacío
apuntan a tildar al psicoanálisis de falocentrista y de promover y al mismo tiempo lo colma. Este es el deseo de Lacan. De él
el discurso patriarcal. deriva la Escuela.
Entonces, ¿cómo conversar con el Otro de los feminismos? ¿Qué Entonces, si bien es cierto que, como analistas, es fundamental
podemos aprender de ellos, y al mismo tiempo, cómo incidir, interesarnos por los efectos de saber y de verdad que produ-
aportar con nuestros conceptos a sus prácticas discursivas? cen los deslizamientos sociales, los mismos deberán ser trata-
No es mi propósito hoy acá debatir teorías, ni ver qué puntos dos como si se desplegaran en la cura. Vayamos entonces, a las
de encuentros y no encuentros entre ambas epistemes, sino tres vías que pensé, con el faro de Turín.
algo, tal vez mucho menos ambicioso, pero que me interroga a
mí misma y es cómo hablar, cómo conversar de la buena ma-
nera en los espacios institucionales donde cohabitamos. 1. Saber del discurso del otro:
Me gustó y resonó una frase que aparece en la tapa de Lacan Por empezar, hay que decir que no podemos hablar de un úni-
Cotidiano 930: “Frente a la intolerancia, nos toca hacer la dife- co movimiento feminista. Hay varios. En el campo de lo discur-
rencia”. Cuando la leí, pensé: ¡Es eso! “Nos toca hacer la dife- sivo, de lo político, de lo social, hay diversos espacios o colecti-
rencia” vos, con diferentes posiciones, con distintos objetivos, diversos
Se me ocurren hoy tres vías de acceso para pensar esa dife- tipos de lucha e intereses para defender.
rencia. Por otro lado, hay que considerar varios cuestionamientos y
Pero antes, voy a recortar un pequeño párrafo de “La teo- avances epistémicos dentro del mismo campo del feminismo,
ría de Turín”, que es el que me permitirá fundamentar lo que uno de ellos, el que lee las diferencias de raza, clase y género
quiero decir. como entrecruzamientos que refuerzan o agravan la desigual-
“La Teoría de Turín” nos dice que el psicoanálisis no debe estar dad. En este sentido, no son los mismos reclamos los de las
confinado al consultorio, sino que es necesario conocer el resor- mujeres negras de América Latina que los de las mujeres hete-
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 40

rosexuales, blancas y de clase media que viven en Nueva York, Entonces, como vemos, ya no podríamos hablar de “el femi-
por dar solo un ejemplo. Pensar los feminismos de esta manera, nismo” como una abstracción, o como un conjunto de mujeres
tiene que ver con leerlos desde una perspectiva interseccional, fálicas, sino que es importante saber que estos movimientos
de acuerdo al planteo de autoras como Angela Davis, María son dinámicos, complejos, difíciles de captar, si no se hace el
Lugones y Gloria Anzaldúa, entre otras referentes. intento de adentrarnos en algunas de sus lecturas.
En el mismo sentido, los Estudios de Género que proporcio-
nan interpretaciones teórico académicas, responden a distin-
tas teóricas, que no necesariamente coinciden entre sí. Rubin, 2. Dejarse enseñar por los feminismos:
Wittig, de Lauretis, Copjec, entre tantas otras, cada una con Pienso que los feminismos le enseñan al psicoanálisis. Por
su propia lectura dentro de los feminismos. Esta última, sin ir ejemplo, sobre cómo un colectivo, un espacio político, se las
más lejos, se destaca por enriquecer sus estudios con la teoría arregla para subvertir lo instituido, es decir, el discurso del amo.
lacaniana. Lo digo en el sentido de que estos movimientos han sido punta
Asimismo, no debemos desconocer que los propósitos femi- de lanza de demandas que terminaron vehiculizándose en de-
nistas han ido cambiando a lo largo del Siglo XX y el actual, y rechos, de los cuales hoy gozamos a nivel de lo social. Ley de
que algunas de sus teóricas han sabido escandir, como tiem- matrimonio igualitario, de identidad de género, de interrupción
pos o períodos, también nombrados Olas. voluntaria del embarazo… Entiendo allí el logro de que algo que
Una primera Ola, que nace en el tiempo de Freud, una segunda no cesaba de no escribirse, pudo escribirse en un código civil,
que continúa y profundiza sus luchas en el tiempo de Lacan y al menos en nuestro país.
hoy, la de este tiempo, donde nos encontramos con que las de- Y aun sabiendo que no hay ley escrita que pueda abarcar el
mandas están centradas en los derechos sobre el propio cuer- goce del parlêtre y su singularidad, no es menos cierto que el
po, como así también en los derechos vinculados a las diver- psicoanálisis solo podrá incidir a nivel de lo social y de lo políti-
sidades, disidencias y singularidades del goce. Pero también, co si se habilita a entender que estas conquistas han devenido
hoy asistimos a un rechazo de lo masculino y de lo viril, como como producto de la lucha social, fundamentalmente feminista.
nunca antes visto. Se rechaza su dominación y su agresividad. Por otro lado, si tenemos en cuenta lo que indica Miller, refi-
Si en la época del patriarcado se buscaba la protección de un riéndose a la novela de Angot, sobre que hoy el padre sería lo
padre, un esposo, incluso pagando costos altísimos, hoy se de- imposible de soportar (“JAM Session”, p. 19), podríamos decir,
nuncian sus violencias, apalancadas en uno de los Significantes entonces, y tomando esta idea, que los movimientos feministas
Amo de la época: “empoderada”. A pesar de esto, las cifras de han construido versiones de ese padre imposible de soportar.
femicidios no ceden y crecen día a día. Hoy ese padre, para dichos movimientos, es el padre del “pa-
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 41

triarcado”. cerlo en extensión. Es la función de la escuela y de sus analistas


Los feminismos, entonces, denuncian el modo en el que el amo, en tanto presentifica el psicoanálisis en el mundo.
encarnado en el padre, goza. Denuncian, también, el odio al Los psicoanalistas, entonces, debemos buscar, teniendo en
goce femenino, que es maldicho y difamado por ese amo. En cuenta nuestra formación permanente, aggiornar nuestros
ese punto, nos enseñan cómo de un malestar, de un sufrimien- conceptos fundamentales a la luz de los tiempos actuales. De-
to, se puede hacer un tratamiento que termina siendo una cau- jarnos interpelar y enseñar y estar dispuestos a escuchar sobre
sa y un deseo. El “malestar que no tiene nombre”, por ejemplo, lo nuevo. El deseo del analista, no puede dejar de lado al ana-
es la expresión de la feminista y autora Betty Friedan, que da lista ciudadano.
cuenta de un tratamiento de ese sufrimiento vía la escritura. Al psicoanálisis le ha interesado siempre sostener las polémi-
Podríamos aprender, también, de la poesía de la feminista afro- cas, discutir los textos, elucidarlos, esclarecerlos. Por eso, tene-
descendiente, bell hooks, que escribe su nombre todo en mi- mos una práctica y un saber hacer respecto de cómo conver-
núsculas, desbaratando al lenguaje oficial, que obliga el uso de sar con el otro.
la mayúscula en la primera letra de los nombres propios. Ella, Volviendo al párrafo de Turín, “Las funciones y los fenómenos
con este pequeño detalle, con esta marca sutil, nos hace ver el puestos en evidencia a nivel del colectivo, son las mismas fun-
lugar que ocupan las minorías, revalorizando las minúsculas. ciones que se manifiestan y los mismos fenómenos que se des-
Y aprendemos, también, de la bella y cruda poesía política de pliegan en la cura”.
Audre Lorde, que escribe su posición política y subjetiva en los ¿Qué tratamiento les daremos a esas transferencias negativas
márgenes académicos, en sus bordes. Es una hermosa y fuerte que vienen, a veces, de estos espacios? Si operáramos como
experiencia dejarse conmover por su obra también. en la cura, no se nos ocurriría jamás rechazar los dichos de un
analizante, ni mucho menos enojarnos. Seguramente alojaría-
mos ese decir, lo escucharíamos.
3. Alojar, conversar, transmitir Pero tampoco, como en la clínica, vamos a escucharlo todo, se
“¿Qué es un analista?” Es la pregunta de la “Proposición del 9 trata más bien de saber leer. Lacan prefería el saber leer. Y tal
de octubre del psicoanalista de la Escuela” (Lacan, p. 261). En vez, una interpretación justa (Laurent, inédito).
primer lugar vamos a decir que un psicoanalista depende de su Nuestra formación, nos permite salir de algunos atolladeros
formación, y es la Escuela quien la garantiza. imaginarios contratransferenciales y captar algo de lo real en
Esta formación orientada es la que permite operar no solo en aquello que enoja, duele, produce furia. La lógica y la razón de-
intensión, es decir a nivel de la clínica, de la episteme y de la jan de ser una vía para alcanzarlo y por ello habrá que hacerlo
política de la Escuela, sino que también es la que permite ha- con un esfuerzo de lectura. Como Lacan, que se dejó enseñar
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 42

por Joyce, poniendo en relieve lo imposible de la comunicación. Bibliografía


Tal vez, la posición que convenga sea, justamente, la de reco-
nocer la afinidad entre la posición del analista y la posición fe- Friedan, Betty. La mística de la feminidad. Feminismos. Valencia: Cátedra, 2009.
menina, una posición que nos permita hablar desde el no-todo. Lacan, Jacques. “Proposición del 9 de octubre del psicoanalista de la Escuela”. Otros
Poder conversar, sabiendo que hay puntos irreductibles entre escritos. Buenos Aires: Paidós, 2012, pp. 261-277.
ambos discursos. Los discursos feministas apuntan al sujeto Laurent, Eric. “Reflexiones sobre tres encuentros entre el feminismo y la no relación
social, mientras que nuestra práctica y episteme trabaja con sexual”. Acontecimientos ¿El psicoanálisis cambia? ¿Qué es lo nuevo? Colección Orien-
el parlêtre. Lógicamente, se trata de discursos y prácticas dis- tación Lacaniana. Buenos Aires: Grama, 2019.
tintas. Pero, alojar lo que el otro tiene para decir, sería estar Laurent, Eric. Seminario de Otoño, ELP, 30 de enero de 2021. Inédito.
del lado de la escucha, del saber agujereado, de una posición Miller, Jacques-Alain. Teoría de Turín sobre el sujeto de la Escuela, 2000. Web 30
analítica y analizante. ago. 2021 <https://wapol.org/es/las_escuelas/TemplateArticulo.asp?intTipoPa-
Esta sería una forma diferente, la diferencia de las que les ha- gina=4&intEdicion=1&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=291&intIdiomaArticu-
blaba al principio, “Frente a la intolerancia, nos toca hacer la lo=1&intPublicacion=10>
diferencia” (Miller, “Teoría de Turín”, s/p) Miller, Jacques-Alain. “JAM Session”. Feminismos. Variaciones, controversias. Colección
Es hablar con nuestros conceptos, elucidarlos, estudiarlos, Orientación Lacaniana. Buenos Aires: Grama, 2018.
aprender a transmitirlos. No se trata de hablar fácil, para que Miller, Jacques-Alain. Lacan Cotidiano 930. Web, 30 ago 2021. <http://eol.org.ar/bi-
se nos entienda, pero sí de tomarnos el tiempo que haga fal- blioteca/lacancotidiano/LC-cero-930.pdf>
ta para lograr la transmisión. Es hablar con la consistencia de
nuestro discurso, el lacaniano, pero, como señala Eric Laurent,
separados de la pura relación de fuerzas. La radicalidad de la
definición de Lacan sobre el Otro sexo es lo diferente y necesa-
rio para poder participar en el gran debate con los feminismos.
Pero, siempre del lado de la imposibilidad de definir la esencia
de lo femenino (Laurent, “Reflexiones…”, p. 89).
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 43

Lo más difícil de aceptar


PILAR ORDÓÑEZ
Miembro de la EOL y de la AMP

Como decía Frantz Fanon: “¡Oh, cuerpo mío, haz de mí siempre 1- No hay “las mujeres” que valga
un hombre que interrogue!”. Fanon militaba bajo la marca de Por un lado, están los grupos extremistas que pretendieron im-
la negritud. No es mi marca, ni soy hombre, ni milito, pero sus- poner a esta práctica la clandestinidad. Usaban un slogan con
cribo, a mi manera, a ese pedido. No quiero usar la Razón pura, la primera persona del plural. Quedaba de ese lado el verbo
prefiero la diluida 70/301. ¿Para qué serviría separar la razón de “salvar” conjugado en un “nosotros”. Es decir, la consigna reza-
la “desnuda vitalidad”? En tiempos de pandemia, el desafío es ba: “Salvemos las dos vidas”. A nivel del enunciado, esta prime-
“panzar”, o “pensar con los pies” como lo pretendía Lacan (La ra persona del plural tiene un gesto de inflación, al presentarse
Tercera, p. 12). Acepto que no dejaré la cosa esterilizada ni en como una multitud de yoes. Además, el enunciador se excluye
asepsia, ya que traigo un debate que comenzó a zanjar apenas de los sujetos que desea salvar, más aún, se incluye entre los
seis meses atrás, en plena pandemia, con la legalización de la salvadores. A nivel de la enunciación, ese “nosotros” resulta
interrupción del embarazo. excluyente del sujeto político que se pone en juego. Convie-
ne preguntarse quién es ese sujeto político en pugna. Para los
feminismos, al menos con los que el psicoanálisis ha podido
1 Nadie, ni Lacan, dice cuál es la dilución exacta de la sustancia gozante, léase conversar, “no hay las mujeres que valga”2 a la hora de nombrar
esta cifra como lo que es: irónica. El unarismo lacaniano, que Miller subraya tan
lúcidamente, toca a la sustancia extensa y a la pensante cuando las reúne en esta
única: la gozante. 2 Esta expresión que tomo de Quipu, es totalmente coincidente con la idea de
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 44

a ese sujeto político. Ese conjunto imposible —el de las muje- carnando en el enunciado. Una voz activa tomaba el relevo. El
res— no se puede basar en una sororidad ilusionada. Si hay enunciador estaba incluido como hablante, lo cual le daba cuer-
un colectivo, es por una amistad política que funda “campos po y entonación a un deseo que logró una mayoría inclusiva.
de alianza, zona de conflictos, contagios y contaminaciones, No me olvido: todo slogan funciona por identificación, y toda
apropiaciones e inventos” (López, Quipu, p. 20). Sin conflicto, identificación es segregativa (nosotros / los otros), podemos
la política se reduce a lobby y a la “administración de sentido”. subrayar una peculiaridad en este caso, ¿cómo identificarse
Tampoco se trata de engolosinarse con las dulzuras de las ge- con lo imposible de simbolizar? ¿Cómo identificarse con ese
neraciones: las pibas, las históricas, las brujas. El sujeto no está aspecto que solemos llamar femenino, precisamente porque
en el género ni es generacional. Los feminismos se estragan contradice el principio de identidad?
cuando piensan su sujeto político en esos términos, conducen
las cosas a una relación entre madres e hijas. No está de más
aclarar que el sujeto político en disputa, hoy, es un cuerpo, y 2- La vida es el objeto manifiesto de toda política
en especial, me interesa ubicar el debate que se dio en nuestro Aunque haya prácticas necropolíticas, nadie se manifiesta en
país sobre el cuerpo gestante. contra de la vida. La palabra vida es una palabra amo y está
Recuerdo que el proyecto se aprobó el 29 de diciembre pasa- bastardeada, se usa para la publicidad, para hablar de calidad
do, en el Senado de la Nación. Jacques-Alain Miller saludó con y hasta la biopolítica impone sus cuidados sanos en su nombre.
un tweet, ese día el acontecimiento (obviamente, antes del 2 La usa el grito de rebelión feminista y la duplica la declamación
de mayo, día en que señaló a los analistas la necesidad de ser de extremistas. La vida, en cuanto tal, con suerte, podrá decir-
“dócil a lo trans”, (Presentación de Polémica Política). Quie- se en singular, incluso su final. En este contexto de pandemia,
nes apoyaron el camino de legalización utilizaron sus propias resulta inimaginable la muerte de cientos, de miles. Pero cuan-
consignas. En general, las consignas estaban formuladas en do alguien dice: murió mi padre… eso, dicho por cada uno, en
la primera persona del singular, por ejemplo: “mi cuerpo, mi la intimidad del lazo analítico, se deja escuchar. Eso es un tes-
decisión”. Eso facilitó que quien la pronunciase quedara en- timonio y conviene preguntarse: ¿qué valor tiene el testimonio
de un aborto? Un aborto que no es una muerte3.

Lacan. No existe el universal femenino. Sólo el universal macho, fundado en la


excepción del padre de la horda. Del lado femenino de la tabla de la sexuación 3 El filósofo Julio Cabrera tiene un interesante ensayo sobre el inmenso problema
(al que puede suscribir x sea cual sea, ningún género en particular) hay una serie moral de procrear, porque procrear es introducir un cuerpo en la mortalidad. El
abierta que se las arregla con una coma para sumar una singularidad más a la lista. aborto introduce la necesaria objeción simbólica a la procreación animal para que la
No hay excepciones, hay singularidades en enjambre o dispersión, en comunidades vida sea humana. «Porque te amo, não nascerás!: Nascituri te salutant. Brasilia: LGE
descabaladas, pero nunca conjunto. Editora, 2009.»
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 45

Algunos sociólogos, aseguran que no es fácil encontrar eso la interrupción voluntaria del embarazo, permite otro enmar-
que ellos llaman “informante clave”4 sobre la práctica del abor- cado para la soledad irreductible que el acto engendra. Luego,
to. Hagamos la salvedad: no siempre que se habla en primera el testimonio es un destino posible. No el único. Lo interrogué
persona se trata de un testimonio, existe toda una retórica del a nivel de los testimonios del dispositivo del Pase6. Encontré
yo que no tiene nada que ver con el testimonio. El testimonio algunos ejemplos de Analistas de la Escuela (AE) que nombra-
(como género de discurso5) es un artificio que permite sociali- ban un aborto en el cuerpo (im)propio o en el materno. ¿De
zar, en parte, la soledad de un acto. También puede producir la qué testimonian? Sin dudas, de tener un cuerpo.
reinscripción de una marca realmente muda en el discreto ba-
rullo de las palabras. Porque la vida “es también su narración,
su precaria presentación entre palabras, la respiración muda y 3 - Lo más difícil de aceptar
el énfasis dicente, la razón que explica y el sentido que se fuga” Lo más difícil de aceptar en la legalización de la interrupción
(López, Quipu, p. 28). El testimonio inventa el destinatario de voluntaria del embarazo es, justamente, el punto de lo volunta-
su mensaje y también resuelve, con palabras viejas, aconteci- rio. Voluntario no es obligatorio, tampoco reparador. En socie-
mientos inéditos. Las viejas palabras se renuevan en su uso y lo dades en las que el aborto es rechazado y vergonzante, siem-
que era mutismo se transforma en un decir entre líneas. pre existen atenuantes. Por ejemplo, se acepta la interrupción
En el debate que se llevó a cabo en las redes sociales, sobre del embarazo en una víctima de una violación. La interrupción
la legalización, aparecieron muchos testimonios de mujeres como un acto “terriblemente voluntario”7 agita otras pasio-
que contaban la inenarrable experiencia del aborto. A veces, nes. Es más fácil aceptar ese acto cuando el sujeto se presenta
testimoniar permite subjetivar una marca. (Incluso, durante el como víctima irreductible, en cambio, es muy difícil cuando
debate, hubo testimonios improvisados por parte de varias le- ese acto se funda en un deseo femenino.
gisladoras, independientemente de su filiación partidaria). En Lo deseado y lo no deseado no conforman dos regiones en-
cada una, se podía distinguir perfectamente la inevitable sole- frentadas. El conflicto se produce en el territorio mismo del
dad del acto, del evitable desamparo legal. La legalización de deseo inconsciente. ¿Cómo un deseo se sostiene en una volun-
tad? ¿Acaso siempre se quiere lo que se desea?

4 Luc Boltanski escribe un ensayo sociológico sobre el engendramiento y el aborto,


titulado: La condición fetal. Allí, propone la precaria simbolización de una práctica 6 Dispositivo al que se presentan los analistas que terminaron su análisis personal
conocida a nivel oficioso y poco reconocida a nivel oficial. Siempre adjudicada a para testimoniar de ese pasaje de analizante a analista.
otros, poco representada plásticamente, sin rito ni mito.
7 Esta expresión la usa Lacan para hablar de Antígona en el seminario que dedica a
5 Género de discurso es una categoría de Mijaíl Bajtín (p. 248). la ética del psicoanálisis.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 46

El deseo abre a una dimensión mucho más desconcertante si


se lo califica de femenino. Resalto que lo femenino rebasa y
escamotea la categoría mujer. En este sentido, el género es esa
“frazadita corta” que intenta estirarse al multiplicar las clasifi-
caciones8, pero siempre, siempre, nos deja los pies desnudos.
Lo femenino, en cambio, es algo inclasificable que zafa de cual-
quier universal. A nivel de lo simbolizado, se presenta de mane-
ra inconsistente. Por eso, lo más difícil de aceptar es femenino.

Ensayo esta “opinión lacaniana” conversando profunda-


mente con un libro de María Pía López. Cada libro llega
de la mano de alguien, alguien a quien quedo agradecida.

Bibliografía
Lacan, Jacques. “La Tercera”. Revista Lacaniana de Psicoanálisis N° 18. Publicación de
la EOL. Buenos Aires: Grama, 2015. pp. 9-32.
López, María Pía. Quipu. Nudos para una narración feminista. La Plata: EME, 2021. pp.
20-28.
Bajtín, Mijaíl. Estética de la creación verbal. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 1999.
Boltanski, Luc. La condición fetal. Una sociología del engendramiento y del aborto. Ma-
drid, España: Editorial Akal, 2016.
Miller, Jacques-Alain. Presentación del libro Polémica política. 2 de mayo 2021. Web. 16
Sep. 2021. <https://youtu.be/O-wi1rmWmGo>

8 En esta multiplicación el nominalismo, tan descreído del Real lacaniano, colabora


alegre. La nominación, que no es clasificación, es una operación más interesante
para pensar el “creacionismo significante”, la invención de un nombre que ilumine, a
luz rasante, un goce en singular.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 47

TRABAJO DE ESCUELA
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 48

EL UNARISMO LACANIANO

Esquilo, lo otro y el cruce


GUIDO COLL
Miembro de la EOL y de la AMP

El pudor de la historia unos caracteres sobre otros” (p. 204).


La historia es pudorosa. Eso afirma Borges (Otras inquisicio- Si abonamos a la perspectiva borgeana, este es el caso, debe-
nes, p. 203), para decir que las fechas esenciales que cambian ríamos entonces señalar la consecuencia del gesto de Esquilo
el rumbo del mundo, poco tienen que ver con el exhibicionis- en la práctica del psicoanálisis. La aparición del Otro. Aunque
mo expuesto en el periodismo que hacemos de ésta. Más bien, para continuar, es preciso una breve digresión.
la historia está cargada de gestos casi imperceptibles, a veces No se trata aquí del Otro, insignia de la primera enseñanza de
secretos, a partir de los cuales se cimentan los acontecimien- Lacan. No es ya ese Otro que Lacan traza en el plano del re-
tos esenciales. gistro simbólico, como el tesoro de los significantes, donde el
Uno de ellos fue cuando Esquilo incluyó en el teatro griego sujeto jugará la partida en el plano del ser. Más bien, nos referi-
al segundo actor. Algo inédito hasta ese momento. Un hecho mos a lo que ese otro no recubre, no significa, lo que ese otro
poco rimbombante, que no produjo “ni estupor ni escándalo; no es, ni siquiera en su falta.
acaso, apenas, un poco de asombro” (p. 204). Sin embargo, Tal como afirma el argumento de las XXIX Jornadas, el “Otro
el escritor señala que ese pasaje es esencial en el curso de la sexo” es el Otro, un agujero, y es a ese real que el goce como tal
historia… “El significativo pasaje de uno al dos, de la unidad a la ex-siste”. No es el Otro que no existe de la semántica ontológi-
pluralidad y así a lo infinito” (p. 204). Con el otro actor “entra- ca de lo simbólico, es el Otro que existe e insiste de lo real. En
ron el diálogo y las indefinidas posibilidades de la reacción de ese plano, “la cuestión sobre el sexo es siempre una cuestión
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 49

sobre el Otro sexo” (Miller, “Dos dimensiones clínicas…” p. 105). por el rigor con el que Paul B. Preciado se dirigió a la audiencia
Sobre este punto en particular, la noche de Escuela en que se reunida en las 49 jornadas de la ECF…” (Presentación de Polé-
presentó la bibliografía razonada, un colega elaboró un trabajo mica Política). Partamos desde allí para ubicar una noción de
y un recorrido interesante en el que abordó el Seminario 5, el Preciado que nos permite, por un lado, situar una posibilidad
9 y finalmente el 16 para aproximarse a la siguiente paradoja: de inteligir algo de la práctica clínica y, por otro lado, presen-
“Decimos que el Otro no existe, y las jornadas de nuestra sec- tar una hipótesis: Si se lo lee a PBP, uno diría que su enojo no
ción llevan por título: Otro sexo” (Cordero, s/d). es con el psicoanálisis sino con los psicoanalistas. Por eso, hay
Propongo, para abrir aguas a partir de las nominaciones, ubi- que responder con psicoanálisis.
car el pronombre “lo” para anteceder al Otro de la existencia, y Bien, el cruce es una noción que se desprende de sus escritos
dejar “el” Otro para lo que remite al plano de simbólico del ser. reunidos bajo el título: Un apartamento en Urano. Dirá Preciado,
Entonces, decir que la sexualidad y el goce son, para el psicoa- por ejemplo: el cruce “es el único sitio que existe. No existe nin-
nálisis, el otro actor de Esquilo. A partir de allí se produce “lo guna de las dos orillas (…) Estamos todos en el cruce” (p. 28) y
Otro” que, como dice Lacan: “…en mi lenguaje, no puede ser dirá que el cambio de sexo y la migración, “son dos prácticas del
entonces sino el Otro sexo” (Aun, p. 52). Lo Otro, eso de lo que cruce que cuestiona la arquitectura política y legal del colonialis-
estamos radicalmente separados, como también afirma el ar- mo patriarcal, de la diferencia sexual y del estado nación” (p. 29).
gumento de las jornadas. El parlêtre, está ahí, en el cruce entre Entonces, forzando un poco, y sin la arrogancia de que el cru-
el otro y lo otro. “Otro radical, que evoca la no relación que el ce en psicoanálisis implique del todo semejante cuestión, sí
sexo encarna…” (Lacan, “Televisión”, p. 565). podríamos conjeturar que la experiencia de un análisis es una
práctica del cruce, un cruce entre las orillas del Otro y lo Otro,
que cuestiona la arquitectura política y legal, cualquiera sea,
El significante del cruce pues no se ajusta a las normas y la diferencia sexual estableci-
Hablar es inventar la lengua del cruce, proyectar la voz en un da. Más bien ubica la diferencia sexual de cada uno.
viaje interestelar: traducir nuestra diferencia al lenguaje de la El psicoanálisis es una experiencia que requiere, para no hun-
norma; mientras continuamos en secreto haciendo proliferar dirse, entre una orilla y la otra, un significante, aunque imposi-
un bla-bla-bla insólito que la ley no entiende (Preciado, p. 23). ble, necesario. El parlêtre siempre está cruzando. Entre el Otro
y lo Otro, la experiencia de un análisis permite tejer una letra
Entre el ser y la existencia, entre el Otro y lo Otro, se ubica el significante que permita el naufragio. En el dispositivo del pase,
parlêtre. Para avanzar en esa dirección, me sirvo de una indi- eso se demuestra.
cación de Miller: “No quiero por prueba más que la vara puesta
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 50

El pudor del parlêtre Miller, J.A. Presentación del libro Polémica política. Web. 30-08-2021. <https://www.
Retomando la metáfora del comienzo, diríamos que el parlêtre, youtube.com/watch?v=O-wi1rmWmGo>
como la historia, también es pudoroso. Sus marcas, no siempre Preciado, Paul B. Yo soy el monstruo que os habla. Informe para una academia de psi-
tienen que ver con aquellos relatos que traemos de buenas a coanálisis. Barcelona: Anagrama, 2020.
primeras. Más bien, eso es una parte que tiene que ver con el
Otro. En la práctica del psicoanálisis señalamos eso del Otro que
no existe, para posibilitar la emergencia de lo otro, que sí existe.
El Otro, se presenta y mucho en los consultorios. El Otro familiar,
social, cultural. Así, a modo de ejemplo, por citar alguno, con fre-
cuencia escuchamos que “abrir la pareja” resultará una solución
satisfactoria para el tratamiento del malestar entre los cuerpos.
El Otro. Sin embargo, eso, sin el tratamiento de “lo” Otro, solo
trae la impotencia que cualquier ideal porta. De-consistir ese
Otro que no existe para hacer surgir “lo” Otro que insiste.
Entonces, entre el Otro y lo Otro un significante provisorio, in-
acabado, no-todo, que permita habitar de la mejor manera y
cada vez, el cruce. Esa es la apuesta del psicoanálisis.

Bibliografía

Argumento de las XXIX Jornadas de la EOL Sección Córdoba: Otro sexo. Web. 30-08-
2021: <https://eolcba.com.ar/jornadas/>
Borges, Jorge Luis. Otras Inquisiciones. Buenos Aires: Emecé, (2005[1952])
Cordero, Roberto. “Noche de la BOLC en la EOL Sección Córdoba”. Inédito. 20/05/2021.
Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós. (2008[1972/73]).
Lacan, Jacques. “Televisión”. Otros Escritos. Buenos Aires: Paidós. (2012 [1973]).
Miller, Jacques-Alain. “Dos dimensiones clínicas. Síntoma y fantasma”. Conferencias
porteñas. Tomo 1. Buenos Aires: Paidós. (2009 [1983]).
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 51

EL UNARISMO LACANIANO

El no binarismo lacaniano
CLAUDIA LIJTINSTENS
AME de la EOL y de la AMP

La oportuna pregunta de Miller respecto al lugar de la bisexua- La “ley de hierro” del lenguaje que refiere Bassols (p. 24) puede
lidad en la teoría de Lacan, nos permite elucidar que, en el lugar llevar esa diferencia relativa, hasta el punto de la segregación,
de la bisexualidad freudiana, Lacan puso la nulisexualidad (Del cuando algo no ingresa de manera absoluta en el conjunto.
síntoma al fantasma…, p. 73). Se plantea así, que si el objeto a Así, estas múltiples identificaciones a nivel de la palabra, del
implicado en el fantasma es asexuado no se trata de bisexuali- significante, articuladas al campo del Otro en el circuito de la
dad sino del “no hay relación sexual” (p. 73). alienación significante, legitiman identidades a partir de múlti-
A pesar de que hay muchas diferencias en términos de opo- ples identificaciones, categorías del amo moderno que expli-
sición binaria inscriptas en el inconsciente, no hay nada que can sólo la parte representable de la sexualidad, de las identifi-
asegure, dice M. Bassols, “que la diferencia sexual entre un caciones y de los modos de goce.
ser-hombre y un ser-mujer esté inscripta allí” (La diferencia de Este binarismo significante es el que Lacan complejiza, yendo
los sexos…, p. 23). Esa lógica binaria en el inconsciente no está desde el inconsciente estructurado como un lenguaje, hasta el
preestablecida, no hay nada que diga lo que corresponde ir a axioma de no hay relación sexual.
buscar en cada sexo. Y en el campo de los goces sexuales, tampoco existe la cate-
Ese binarismo, emparentado con el binarismo del lenguaje, ba- goría de la diferencia, sino que lo que hay es el Uno del Goce,
sado en las diferencias entre sus elementos, entre significantes, que no resulta de la fusión de dos goces. En el campo del goce,
establece un discurso sexual presente en lo social. se trata del Uno sin el Otro. Cada Uno con sus fantasmas y sín-
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 52

tomas, cada Uno con su objeto a. objeto que es, en sí mismo, un vacío, una cifra condensadora
La identidad, a diferencia de las identificaciones, constituye el de goce, y que indica la insuficiencia del significante para nom-
lugar en donde se presenta el vacío del saber, donde se aloja brar y apresar la certidumbre del goce.
el objeto condensador de goce, la letra que hace borde entre Cuando nos detenemos en el objeto a, en eso que evidencia
el saber y el agujero, allí donde se verifica esa disarmonía en la la letra de goce de un sujeto, nos encontramos con un campo
juntura entre ser y sexo. enigmático, pues hay algo que el significante no logra nombrar,
La identidad es, continúa Bassols en ese mismo texto, asunto de manera total, de ese campo pulsional. Hay algo que cifra
de separación, asunto de objeto. Las identificaciones, en cam- goce por fuera del significante.
bio, son un asunto de semblante, de la intercambiabilidad y Y no es que habría un goce A y un goce B, sino que hay “el ré-
fluidez del semblante y del significante. gimen del goce como tal” (Miller, “¿Qué es lo real?”, p. 22) que
Y es esto lo que corroboramos en la época: solo se producen es el goce femenino y, a este nivel, el goce es siempre aconte-
nuevos significantes, nuevos nombres para intentar atrapar cimiento de cuerpo.
algo de la –siempre en fuga– identidad sexual. Cuando Miller intenta ubicar la diferencia entre el semblante
Pero, en toda identificación sexual no se juega solamente un y el objeto a, afirma que el goce, como tal, quiere decir algo
asunto de semblante sino, fundamentalmente, de goce. Y en absolutamente distinto a lo edípico, a lo fálico. Es el goce con-
este sentido, ¿cómo ir más allá del sentido sin obstaculizar lo cebido por fuera de la maquinaria interpretativa del Edipo, es
imposible de decir, de manera de atravesar las identificaciones el goce reducido al acontecimiento de cuerpo, al goce Uno. Es
y los semblantes? Es decir, como se preguntaba Lacan en el el unarismo del goce.
Seminario …o peor, “¿cómo logra ese discurso atrapar los cuer- Se trata de una parte del goce que no responde al esquema de
pos?” (p. 224). la prohibición fálica, un goce no simbolizable, indecible, “como
Allí, Lacan hace referencia a que entre los significantes se ins- teniendo afinidad con el infinito” (p. 23). Un goce no significan-
tala siempre el objeto a, y que el sujeto es allí una hendidura, tizable: el goce femenino.
un corte, un agujero; y siempre hay algo en eso en fuga, un Para Lacan, a partir del Seminario Aun, el objeto a ya no es más
imposible decir que escapa a la significantización. que un semblante de ser, un modo de apresar, de reducir algo
Y es el discurso analítico el que permite instalar, en el lugar del no todo de lo real, contando que hay siempre un resto que seña-
semblante, el objeto a, constituyéndose como discurso a partir la ese fracaso, ese imposible acople entre el semblante y el goce.
del decir –y no de lo dicho, relativo a la verdad mentirosa–, per- Incluir al goce en el sistema de la comunicación, diferencia al
mitiendo aprehender lo que ocurre con el semblante. discurso analítico de los otros discursos en tanto estos ponen,
Lacan precisa que es entre los significantes donde se instala el por el contrario, al Otro y a la verdad en el lugar primordial.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 53

El analista, así, juega la partida en el campo de lo real inten-


tando reducir ese imposible a partir de la contingencia, juega
el juego del Uno solo, advertido que la persecución de lo ver-
dadero engaña. Y se adentra allí, más allá de las identificacio-
nes, haciendo uso de la interpretación por fuera del significan-
te para efectivizar algo de una escritura que permita alcanzar
algo del objeto a, un trozo de lo real.

Bibliografía

Bassols, Miquel. La diferencia de los sexos no existe en el inconsciente. Buenos Aires:


Grama, 2021.
Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 19, …o peor. Buenos Aires: Paidós, 2012.
Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós, 1981.
Miller, Jacques-Alain. Del síntoma al fantasma. Y retorno. Buenos Aires: Paidós, 2018.
Miller, Jacques-Alain. “¿Qué es lo Real?” Revista Mediodicho Nº 45. Publicación de la
EOL Sección Córdoba, 2019.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 54

LA NO RELACIÓN - LA RELACIÓN CORPORAL

El Imperio de la no relación
1

S I LV I N A S A N M A R T I N O
Miembro de la EOL y de la AMP

¿Qué quiere decir no hay relación? A partir del Seminario Aun, podemos ubicar en la enseñanza
Freud, como lo indica el argumento para estas jornadas, es de Lacan un corte, que introduce una perspectiva donde “(…)
quien introduce la sexualidad como perversa polimorfa, lo de- el punto de partida es un hay (hay goce) y el no hay relación
sarrolla en “Tres ensayos sobre teoría sexual”. En ese recorrido sexual” (p. 239). Ese hay goce me interesa situarlo a partir del
concibe a la libido como en progreso, pasando por las distintas sexto paradigma del goce, que Miller recorta de la enseñanza
etapas del desarrollo hasta llegar a situar la sexualidad obede- de Lacan, allí desarrolla las figuras del Uno.
ciendo al programa biológico de la reproducción. Así hay un Entonces, en Aun Lacan sitúa que el goce es fundamentalmen-
goce entonces, que se sustituye por otro. te Uno, eso es que prescinde del Otro.
Si para Freud había sustituciones de goce, para Lacan no hay Jaques-Alain Miller, en primer lugar, dice que el lugar de ese
pulsión sexual total. Jacques-Alain Miller en Sutilezas analíticas, goce Uno se sitúa en el cuerpo propio, siendo el goce una di-
lo dice de esta manera, lo cito: “(…) el goce del que el parlêtre es mensión esencial del cuerpo. En segundo lugar, ubica ese Un
capaz es siempre el que no hace falta. Del goce siempre se pue- goce en el goce del idiota, el goce fálico. La tercera figura de
de decir en latín non decet (no conviene), y es que el único que Un goce es el goce de la palabra, porque ésta es esencialmen-
convendría sería el de la relación sexual, que no existe.” (p. 288) te goce y no comunicación. Y, en cuarto lugar, propone como
figura del goce Uno, la sublimación, y nos da una versión de la
1 Miller, Jacques-Alain. La Experiencia de lo real en la cura psicoanalítica. Buenos
Aires: Paidós, 2013, p. 264. misma que no implica al Otro (La experiencia…, p. 273).
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 55

Esta versión de la sublimación la encontramos en Aun, cuando sis, se espera que, de ese real, pueda extraer un saber.
Lacan se refiere a la sublimación como la salida propia de la Lacan se obsesionó con Joyce, porque este supo hacer de su
palabra de goce, de la palabra solitaria, “cuando lo dejan solo síntoma un escabel, es decir elevarlo a la dignidad de la Cosa,
(al cuerpo que habla), sublima todo el tiempo y a todo meter” ¿es esto lo que se espera de un final de análisis, hacer del goce
(p. 46). Miller señala que aquí lo importante es cuando lo dejan opaco del síntoma un escabel?
solo, esto indica el fundamento de la sublimación como goce Para concluir, Lacan, al encontrarse con el goce femenino, situó el
del Uno (La experiencia…, p. 274). Uno, siendo la sublimación una de sus figuras, pero hacia el final
En este punto me interesa avanzar sobre esta cuarta figura. de su enseñanza nos invita a una sublimación por la vía del corte
En el curso “El Ser y el Uno”, en la penúltima clase, Jacques-Alain quirúrgico, entiendo ese “gesto”, como la posibilidad de cambiar
Miller se refiere a la sublimación nuevamente, para referirse a “la estructura de las cosas” (Miller, “Instrumentos…”, p. 24).
la teoría psicoanalítica como una sublimación de sentido, y nos
dice que Lacan nos convocaba a una práctica sin verdad. “A
una práctica sin ficción de verdad, sin ficción de universales, Bibliografía
una práctica desublimada” (Clase 25/5/2011). Interpreto que es
un llamado a desidealizar la sublimación. En Mediodicho N° 39, Freud, Sigmund. “Tres ensayos para una teoría sexual”. Obras completas Volumen VII.
nos encontramos con esta metáfora que Miller utiliza para refe- Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1992. pp. 109-223.
rirse al corte: “el analizante habla, mientras que el analista zan- Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós, 2006.
ja” (“Instrumentos …”, p. 24). Señala que Lacan en su Seminario Lacan, Jacques. “El momento de concluir”. Inédito. Clase 11/4/1978.
“El Momento de concluir”, cuando dice “elevar el psicoanálisis a Miller, Jacques-Alain. Sutilezas analíticas. Buenos Aires: Paidós, 2014, p. 288.
la dignidad de la cirugía” (Clase 11/4/1978) emplea allí la misma Miller, Jacques-Alain. “El Ser y el Uno”. Curso de la Orientación Lacaniana. Inédito. Clase
forma sintáctica que la que utilizó a propósito de la sublima- 25/5/2011.
ción: “elevar el objeto a la dignidad de la Cosa.” Para Miller, se Miller, Jacques-Alain. La Experiencia de lo real en la cura psicoanalítica. Buenos Aires:
trata del fantasma de Lacan, en esta aspiración, lo cito: “Es la Paidós, 2013.
sublimación de la que se trataría: elevar la debilidad psicoana- Miller, Jacques-Alain. “Instrumentos para la lectura de la ultimísima enseñanza de La-
lítica a la seguridad soberana del gesto quirúrgico del corte. Y can”. Revista Mediodicho N°39. Publicación de la EOL Sección Córdoba, 2013. pp. 13-24.
eso sería la salvaguarda del psicoanálisis” (p. 24).
Ahora, ¿en qué se diferencia la sublimación del artista de la del
analista? Que el artista puede no saber de ese real en juego,
mientras que para aquel que realiza la experiencia de un análi-
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 56

LA NO RELACIÓN - LA RELACIÓN CORPORAL

El cuerpo en la
economía del goce*
FERNANDO POMBA

El título de este trabajo, es un rasgo que había adoptado en po en un tiempo mítico, en el que todavía no se ha producido
un cartel, extraído de un subtítulo del texto “La tercera” de el encuentro con lalengua. Podríamos decir que es el cuerpo
Lacan. Escogí un extracto del apartado mencionado, que me antes de que advenga el parlêtre y, por ello, se encuentra aún
resultaba adecuado para utilizarlo como soporte para algunas desanudado de lo real. Es que lo real no pre-existe, no es lo que
elucubraciones: está antes y sobre lo cual lo simbólico recaería para ordenar,
“El cuerpo debe ser entendido al natural como desanudado de sino que lo real ex-siste a causa del encuentro –siempre contin-
ese real que no deja de resultarle opaco por ex-sistirle a título gente– de lalengua con el cuerpo.
de constituir su goce. Es el abismo menos destacado del hecho Esta ex-sistencia de lo real es lo que el nudo borromeo permite
de que sea lalengua lo que civiliza – me atrevo a decirlo – a este escribir de un modo que no depende del lenguaje y su estruc-
goce. Con esto quiero decir que ella lo lleva a su efecto desa- tura, sino de redondeles de cuerda. Ya que el nudo supera las
rrollado, por el cual el cuerpo goza de objetos” (p. 19). antinomias entre la junción y la disyunción, donde cada redon-
del de cuerda vale como Uno, permitiendo mantenerse juntos,
aun estando separados.
La opacidad del goce Ahora bien, si lo real del goce es opaco, es decir, que escapa al
Lo primero que me llamó la atención es que Lacan utilizara la sentido y no es aprehensible por lo simbólico ni por lo imagina-
expresión de cuerpo “al natural”. Lo cual entendí como el cuer- rio, ¿de qué modo cernirlo en la práctica analítica?
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 57

El centro del nudo


Lacan planteará que es lalengua lo que civiliza este goce, pero
¿qué significa civilizar?, y ¿cómo se civiliza al goce? Propongo
una hipótesis que se desprende del texto: civilizar es separar
los objetos cesibles del cuerpo, es decir, los objetos pulsiona-
les que están en relación a las zonas erógenas. Entonces, para
que el cuerpo pueda gozar de estos objetos es necesario que
primero se produzca un vacío.
Entiendo que esto es lo que Lacan llama: “un efecto desarro-
llado” (“La Tercera”, p. 19) del goce. Se trata del objeto a que
depende de la existencia del nudo, de lo que queda atrapado
en la trabazón de lo real, lo simbólico y lo imaginario, que lo
localiza en el agujero central del mismo. Y, podríamos decir que
ya no se trata de lo real que le confiere opacidad al goce, sino
de una dimensión del goce solidario al semblante y que por
ello es posible de cernir en el dispositivo analítico.

*Este trabajo es producto del cartel: A partir de “La Tercera”

Bibliografía

Lacan, Jacques. “La Tercera”. Revista Lacaniana de psicoanálisis N° 18. Publicación de la


EOL. Buenos Aires: Grama, 2015. pp. 9-32.
Miller, Jaques-Alain. El lugar y el lazo. Buenos Aires: Paidós, 2013.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 58

R E L AT O S S A LVA J E S

El tiempo para
una invención
GRACIELA MARTÍNEZ
Miembro de la EOL y de la AMP

La pregunta por cómo “la aspiración al bien decir total”1 de la nes muy precisas responde a la pregunta angustiosa: ¿Qué me
época toca la experiencia del análisis, que es una experiencia quiere el Otro? requiriendo su presencia, se vea sobrepasado,
de bien decir, me evoca el tema del Coloquio del año pasado desencadenando su exclusión del hogar.
que apuntaba a leer las paradojas del bien y lo inconsciente. Avanzamos sin poder contar con la posibilidad de referir una
Pienso que si insistimos en esta cuestión es porque las parado- viñeta dada la restricción a presentar casos. Pero porque no so-
jas no son tan evidentes y requieren cada vez un esfuerzo de mos dóciles a la restricción buscamos aludir a la clínica, incluso,
lectura para el analista mismo. asumimos el desafío de una mayor formalización de la misma.
¿Cómo objetar al amo en la época, que con las mejores inten- Con esto evoco la preocupación de Miller en la Conversación
ciones promueve, por ejemplo, la defensa legal del menor soli- Clínica de Barcelona, por “cómo decimos lo que hacemos”.
citada por él mismo sin tener que recurrir al aval de sus padres? Y es que creer que un caso es contar las intimidades del paciente,
Defensa que ocasionalmente puede empujar a que la furia de es otra forma de callar la clínica, en la que ya el analizante mismo
un niño que amenaza con irse de la casa y que en situacio- puede transmitir que no se trata de una experiencia inefable.
Esta vez, me referiré especialmente a los niños, porque se hace
palpable cómo con los derechos sobre la infancia por ejemplo
1 Cita extraída del trabajo presentado por Cristina Martínez de Bocca en el “Prefacio
a “tomar la palabra”, el amo consigue hacerlo callar justo allí
de las XXIX Jornadas de la EOL Sección Córdoba: Otro sexo. Noche de la Comisión
Científica.” Córdoba, 12 de mayo de 2021. donde un niño debería tener derecho a que alguien escuche su
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 59

sufrimiento. la ciencia. No hay la lógica del acto que podría traducir el “salir
Por una parte, hablar no es tomar la palabra, pero además no es del placard”, y lo que podría funcionar como intervalo que es-
lo mismo que un niño tome la palabra a que lo haga un adulto. canda un tiempo de comprender, más bien se transforma en un
Por su bien, se le pide que se haga cargo de su palabra como intervalo eternizado.2
un adulto y es ahí cuando se lo deja aún más solo. Recibimos En ese intervalo eternizado, por otra parte, se promueven toda
niños y jóvenes que nos dicen que se sienten solos. Cuando serie de consumos, desde los más cosméticos hasta los quirúr-
decimos que un niño tiene el derecho a ser interpretado, impli- gicos, con los que se busca taponar lo que hace agujero en la
ca que tiene el derecho a ser escuchado pero transmitiéndole sexualidad, aunque sin embargo se sufra silenciosamente.
que otra alternativa es posible, que es posible que se abra una Un anudamiento no se decide desde un “yo soy”, sino que su
ventana para su fantasma. Los niños, si se soportan sus pre- alcance se verifica en las consecuencias que tiene sobre lo real
guntas y se les deja tiempo, construyen su propia respuesta del del cuerpo. Implica encontrar el modo de incluir que hay el
fantasma y lo hacen con el Otro. ¿Qué ocurre cuando el Otro Otro en sí mismo que emerge como acontecimiento de goce,
desfallece, cuando el deseo del Otro se desdibuja? Puede ocu- que surge como un cuerpo extraño y por eso se busca ponerle
rrir entre otros, el empuje al derecho a la autodeterminación nombre, aunque siempre haya el real del sexo, ya que las pa-
del sexo, de la mano de la promesa de la ciencia. labras no toman exhaustivamente el cuerpo y cada uno debe
Insiste la pregunta por cómo objetar este empuje sin quedar inventar un sinthome para responder.
colaborando, ¿cómo ingresar en los debates actuales, cuando En la Conferencia “El Niño y el Saber”, Miller dice:
la tendencia actual no tiende a la conversación sino a la reac-
ción espasmódica que busca acotar el tiempo de comprender? “Lo que Lacan llamó el sinthome es un circuito de repe-
Para el Psicoanálisis, hay el real del tiempo que implica que, en ticiones, un ciclo de saber goce que se activa a partir de
cada caso, hay el tiempo que hace falta para subjetivar de un un acontecimiento de cuerpo, es decir de la percusión de
modo que las palabras tomen los cuerpos. un cuerpo por un significante. En lo que llamamos niño,
Expresiones como “salir del placard” que implicarían subjetiva- tenemos la suerte de poder intervenir antes de que los
mente un atravesamiento que demarca un antes y un después efectos de retroacción de esta percusión hayan tomado la
respecto del acto, ahora conviven con otras salidas. Escucha- forma de un ciclo definitivamente estabilizado, incluso si
mos por ejemplo que se hace de lo trans un verbo, como el
“transicionar”, de modo que el derecho a la autodefinición del
2 Elaboración que surge a partir de un caso presentado por Ana Lubatti en el
sexo penda de un “estar transicionando”. Transicionar permite Seminario Internacional del CIEC: “Discurso Sexual. El psicoanálisis en los debates
ir y venir, incluso transicionar de la mano de las promesas de actuales”. Córdoba, 7 y 8 de mayo de 2021.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 60

lo es, queda un margen que aún permite orientar el ciclo


del sinthome para que el sujeto pueda encontrar allí, bajo
medida, orden y seguridad”.

Si se le deja tiempo, el niño podrá hacer sus propias invencio-


nes, encontrando el modo de volver su vida vivible.

Bibliografía

Miller, Jacques-Alain. “El niño y el saber”. Psicoanálisis Lacaniano. 19/03/2011. Web.


5 mayo 2021 <https://psicoanalisislacaniano.com/jam-nino-saber-20110319/>
Miller, Jacques-Alain. “Reseña de la Conversación Clínica Anual del Instituto del Campo
Freudiano en España.” NODVS N°24. Sección Clínica de Barcelona. 03/2008. Web. 6
ago. 2021.
<https://www.scb-icf.net/nodus/contingut/article.php?art=281&rev=38&pub=2>
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 61

R E L AT O S S A LVA J E S

Políticamente Incorrectos
LUCÍA BRINGAS
Miembro de la EOL y de la AMP

Freud fue dócil a la histérica y su deseo de decir su sufrimiento. cierta manera responsable, trajo un cuestionamiento al autori-
Escuchar lo que la histeria tenía para decir, dejarse enseñar por tarismo, sus excesos y abusos pero, sin embargo, pareciera no
aquellas excluidas, silenciadas por la ciencia de la época, fue garantizar el arribo a la felicidad ni a ningún paraíso prometido.
un acontecimiento que marca el nacimiento del psicoanálisis, Como psicoanalistas, no podemos predecir con exactitud las
el psicoanalista, un sujeto y un mundo que no volverá a ser más consecuencias de esta nueva configuración, ni tomar una postu-
el mismo. ra nostálgica de los tiempos de reinado del padre, ni apocalípti-
Nos toca ser psicoanalistas en un mundo que no es el de ca. Si, lectores atentos de las coordenadas que rigen los tiempos
Freud, las coordenadas han cambiado. Tomo del argumento, que corren, sus nuevos malestares y los no tan nuevos, siendo
una referencia de Jacques-Alain Miller en la presentación del la escucha clínica la vía privilegiada que nos permitirá tomar el
Libro Polémica política, que define esta nueva configuración pulso de los efectos en las subjetividades, de cómo lo inédito se
del mundo: “El Uno está muerto, ¡viva lo Múltiple!… esta diná- articula con lo clásico de nuestras categorías clínicas y así dar
mica es, y podríamos sostenerlo conforme a la lógica del no cuenta de los impasses y la vigencia del psicoanálisis, aún.
todo que Lacan formuló como propia a la posición femenina y Retomo el decir de algunos sujetos.
que hoy prevalece en todas partes en la civilización, al menos Un chico trans tiene un ataque de pánico en medio de una
en la nuestra”. marcha, se empieza a sentir mirado mal, criticado, juzgado, ex-
La caída del régimen patriarcal, de la que el psicoanálisis es en cluido por sus propios compañeros de militancia, la razón es
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 62

que estuvo con alguien que “come carne”. Frente a mi sorpre- tos sujetos, sino pensar lo que hace serie en los distintos relatos.
sa, me explica que dentro de su agrupación hay muchas reglas, Cada uno, a su manera, enarbola los ideales de la época, el re-
“tenés que cuidar mucho lo que decís, hay un deber ser de la chazo al patriarcado, el derecho a gozar a su forma, sin están-
disidencia, tenés que ser políticamente correcto: trans, vega- dares, la defensa de lo inclusivo, el derecho a las diferencias, a
no, anti especista1, hablar en lenguaje inclusivo, no juntarte con elegir libremente y a vivir su sexualidad sin ataduras. Sin embar-
personas cis2 y estar peleado con tus padres para pertenecer”. go, se ven confrontados en cada una de estas situaciones, pa-
Una joven manifiesta su malestar por haberse enamorado de radójicamente, a lo que podría llamar una tiranía de lo correcto.
“un hegemónico” y tener que enfrentar la mirada desaproba- Me interroga este fenómeno, no se trata de la moral victoriana
dora de su grupo de militancia feminista. de los tiempos de Freud, en nombre del ideal de castidad, de
Un joven relata el pedido de su novia de abrir la relación, ella austeridad y buenas costumbres. Pero ¿qué diferencia a este
quiere probar otras experiencias con hombres y con mujeres, ideal del otro? ¿Hay un retorno a la lógica del Todo, lo Univer-
él lo acepta, “ni las personas, ni los cuerpos son propiedad de sal, de lo religioso, la ley de Dios padre cuando lo pensábamos
nadie, ¿con qué derecho la podría privar de su libertad?”. Él no evaporado? ¿Son los fenómenos de segregación, que Lacan
es machista, se considera “deconstruido y progre”, sin embar- ubicó en las lógicas colectivas como consecuencia de la “eva-
go se sorprende ante la emergencia de “una angustia política- poración del padre” en su “cicatriz”? (“Nota sobre el padre”,
mente incorrecta”. p. 9) ¿Se trata del racismo que nos habita, del retorno del bi-
Una joven está en una relación abierta, ambos pueden estar gote de Hitler3? ¿Es a lo que se refería Lacan cuando vaticinó
con otros a condición de decirlo, un día llega muy angustiada, el padre… o lo peor? No lo sé, son algunas líneas para seguir
casi no puede hablar, decidió cortar la relación porque descu- investigando, lo propongo a la mesa para que lo conversemos,
brió que él visita sitios porno por internet. El problema es que mientras tanto no concluiría demasiado rápido, me permito se-
el porno que él consume es “un porno machista, hegemónico, guir escuchando al ras de la singularidad de cada sujeto, su
binario, capitalista, que vende una imagen de la mujer objeto función, a qué lugar viene, cómo se articula para cada quien…
degradado para la satisfacción del hombre”. Ella dice que no sin apurarme a concluir.
hubiera tenido ningún problema si él accediera al porno alter-
nativo, que muestra escenas de personas reales. 3 Es una expresión de Lacan en su Seminario De un Discurso que no fuera del sem-
blante. Transcribo la cita completa: “En todo discurso que apela al Tú, algo incita a
No es mi idea ahondar en la lógica singular de cada uno de es- una identificación camuflada, secreta, que no es más que esa con este objeto enig-
mático que puede no ser nada en absoluto, el pequeñito plus-de-gozar de Hitler,
que quizás se limitaba a su bigote…Pero, simplemente, hay que decir que no existe
1 Especista: Persona que discrimina a los animales por considerarlos una especie inferior. ninguna necesidad de esta ideología para que se constituya un racismo, basta un
2 Cis: Persona cuya identidad de género coincide con su sexo biológico. plus-de-gozar que se reconozca como tal.” (Lacan, p. 29)
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 63

De todos modos, propongo pensar la tiranía de lo correcto, y su Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 19, …o peor. Buenos Aires: Paidós, 2012.
correlato de intolerancia a lo políticamente incorrecto, como una Ventura, Oscar. Discurso Sexual: el psicoanálisis en los debates actuales. Colección Gru-
de las paradojas en que el malestar subjetivo se presenta hoy. lla. Publicación del CIEC. Córdoba: Publicación del CIEC, 2021.
J.-A. Miller, en la presentación del libro citada, se refirió a los Miller, Jacques-Alain. Presentación del libro Polémica política. Web. 16 Sep. 2021. <ht-
embates de los discursos de género al psicoanálisis. Hoy no es tps://youtu.be/O-wi1rmWmGo>
políticamente incorrecto hablar de algunos conceptos lacania- Argumento de las XXIX Jornadas de la EOL Sección Córdoba: Otro sexo. web. ago.
nos, por ejemplo, de perversión o de psicosis, lo que trae como 2021 <https://eolcba.com.ar/jornadas/>
efecto “un borramiento de la clínica” “una despatologización”,
que es correlativa de estos tiempos de igualdad de derecho al
goce, de “la democracia sanitaria”. Entonces, un punto en don-
de la tiranía de lo políticamente correcto también irrumpe en
el psicoanálisis y nos exige cambios, reconfiguraciones, “para
vivir en nuestro tiempo”.
Para finalizar, una brújula, la del acontecimiento Freud, dócil
al malestar producto de su época. Mientras la angustia insista,
mientras haya un malestar, un síntoma políticamente incorrec-
to que el discurso dominante no logre silenciar, y un psicoa-
nalista dócil a alojarlo, a escucharlo, entonces, el psicoanálisis
tiene alguna chance de perdurar en este mundo.

Bibliografía

Lacan, Jacques. “Nota sobre el padre”. Revista Lacaniana de Psicoanálisis N° 20. Publi-
cación de la EOL. Buenos Aires: Grama. 2016. pp. 9.
Lacan, Jacques. “El racismo que me habita”. Revista Lacaniana de Psicoanálisis N° 21.
Publicación de la EOL. Buenos Aires: Grama, 2016.
Lacan, Jacques. “II El hombre y la mujer”. El Seminario. Libro 18, De un Discurso que no
fuera del semblante. Buenos Aires: Paidós, 2009. pp. 23-36.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 64

D E L I M PAC TO F R E U D I A N O A L I M PAC TO L AC A N I A N O

Pluralización y más allá


N ATA L I A A N D R E I N I
Miembro de la EOL y de la AMP

“El Otro, en mi lenguaje, no puede ser entonces sino el Otro origen, estaba Lacan cuando tuvo que renunciar a su Semina-
sexo” (Lacan, Aun, p. 52). rio. Es así, que quedo en tanto “Inexistente” bajo el título: De
Me interroga de esta frase, entre otras cosas, su decir: “en mi los nombres del padre. Dice: “Lo que tenía que decir sobre los
lenguaje”. Por eso, elijo leer en ese “mi lenguaje”, los rastros de Nombres-del Padre, en efecto, no intentaba otra cosa que el
lo que implicó e implica el movimiento de la pluralización del cuestionamiento del origen, es decir, averiguar mediante qué
Nombre del Padre. En tanto es uno de los rumbos que permi- privilegio pudo encontrar el deseo de Freud, en el campo de
ten ir más allá del Edipo, de la Metáfora Paterna, del Otro del la experiencia que designa como el inconsciente, la puerta de
significante. entrada” (Los cuatro conceptos…, p. 20).
A partir de dicha pluralización, el destino del saber ya no puede Encuentra la pista en la histeria, su deseo insatisfecho y el trata-
dibujarse con el Edipo, y se asoma en el horizonte la falla en el miento que le da Freud a la pregunta: ¿Qué quiere una mujer?
encuentro entre el saber y el significante, entre el saber y el goce. La sola decisión de tocar el Nombre del padre le valió la exco-
Lacan, en el Seminario existente número 11, advierte que si que- munión. Conocida por todos y denominada así por quien fuera
remos que el análisis se sostenga en pie, es esencial remon- objeto de la misma.
tarse al origen que delimita cierto pecado original del análisis. Nos queda a nosotros, los orientados por su orientación, ras-
Ese que vive en el deseo del propio Freud, por el hecho de que trear las huellas que dejó.
algo en él no fuera analizado. En el camino de desandar ese Es así, que este comienzo devino “inexistente”, y no cuenta con
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 65

la autorización de Lacan en vida para su publicación. Más de nudo borromeo que, agrega en el Seminario 23 “no es nudo
una vez retrocede frente a la decisión de publicarlo, una vez sino cadena” (p. 12).
fue en 1973, cuando le dice a Miller que no había llegado el mo- A la altura del nudo, su escritura del mismo, cambia el sentido
mento de leer esto; que sería más tarde. Mantuvo esta posición de la escritura. Y, entre otras cosas, libera al significante de su
hasta su muerte. Lo que devela una decisión de no levantar destino de verdad.
este secreto para el psicoanálisis. Por medio de lo que Lacan llama Dit-mansiòn, también, se pue-
Ahora leemos la “Introducción” porque Miller se autoriza a pu- den enganchar los significantes. Así, el enganche entre un sig-
blicarlo, sin certezas y al otro día de que su padre muriera… no nificante y otro ya no es privativo de la cadena que conduce al
hay más que escuchar esas palabras: “Me doy cuenta de que saber: S1-S2.
solo lo publiqué el día siguiente de la muerte de mi padre, el El saber con destino edípico, queda pluralizado. Y la orienta-
doctor Jean Miller, fallecido el 25 de agosto de 2004 y ente- ción toma el relevo de lo real escrito con la forma del nudo
rrado según su deseo en el rito hebraico. ¿Querría homenajear borromeo.
su memoria con esta publicación o estar seguro de que no lo
leería? Las dos no son incompatibles.” (“De los nombres del Otra huella…
padre”, p. 108) Hasta aquí, sus palabras. En la clase introductoria al seminario inexistente De los nom-
Ahora que leímos, escuchamos, esas palabras. En cada di- bres del padre, Lacan hace referencia al padre recordando que
cho-mansión resonará la sensibilidad que tiene este tema, para el primero de los nombres del padre es Dios Padre, quien se
Miller, para la comunidad, para cada quien… perfila detrás del padre del Edipo. De esta manera, relativiza el
“Los nombres del padre” implica un movimiento cada vez, no Nombre del Padre al sostener que este, el de la metáfora pater-
es dado de una vez y para siempre, tampoco lo define un pa- na, no es otra cosa que el lugar de Dios Padre.
saje de uno a otro, mucho menos una generalización. Este mo- A renglón seguido, invita a distinguir, seriamente, en la teoría
vimiento afecta el nombre del padre en singular. psicoanalítica entre el Sujeto supuesto Saber y el Nombre del
Padre. Cabe deducir una confusión posible allí, entre ambos
Una huella… términos. Más lo confirmamos cuando enuncia la salida de esta
Para este recorrido, ubico dos huellas. Una está a nivel del más confusión por la vía de aclarar que el Sujeto supuesto Saber,
allá que inaugura el movimiento, más allá del Edipo, más allá es la equivocación esencial a propósito de la teoría. Acerca de
del padre. Allí dónde la orientación a lo real cobra su forma, en esta huella, Miller, en De la naturaleza de los semblantes, nos
tanto nudo borromeo. Ya que el real que inventa Lacan, y lo dice que en este más allá del Edipo, Lacan ubica la equivo-
diferencia de los otros, es en tanto lo escribe con la forma del cación del sujeto supuesto saber. “Esta teoría –que Freud no
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 66

pudo desarrollar porque recurrir al nombre del padre le cerró el


camino– permite restablecer, sin recurrir al nombre del padre,
que haya sin sentido, que existe un saber de ningún sujeto, al
que, justamente, a veces se lo llama verdad” (p. 53).

Bibliografía

Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales


del psicoanálisis. ([1964]. Buenos Aires: Paidós, 1973).
Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 23, El sinthome ([1975-1976] Buenos
Aires: Paidós, 2005).
Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós, ([1972-
1973] 1998).
Lacan, Jacques. De los nombres del padre. Buenos Aires: Paidós, ([1963)
2010]).
Miller, Jacques-Alain. De la naturaleza de los semblantes. Buenos Aires: Pai-
dós. 2002.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 67

D E L I M PAC TO F R E U D I A N O A L I M PAC TO L AC A N I A N O

Cantares. Del impacto


de la voz y su correlato
A D R I A N A K AT S U DA
Miembro de la EOL y de la AMP

El Otro sexo, no es hombre ni mujer, tampoco tiene género. Lo te de lo impreso, a lo que recurrió Freud con la pizarra mágica,
femenino es de otra estopa. Por eso, la letra es femenina y el o más adelante con las pantallas. Para ello, recuerdo el curso
ruido también. en el que Jacques-Alain Miller, persuade al lector de que lo es-
La voz, el ruido, lo sonoro, el canto, la resonancia, eso que toca al crito es lo impreso, y lo hace refiriéndose al acto de Pericles
cuerpo. Cuando esas ondas sonoras lo sorprenden desprevenido, de hacer escribir los versos de Homero, constituyéndose en su
allí, el espacio del goce, de un goce único, un UNO sin más, ese orgullo, y en el de Atenas (La experiencia de lo real…, p. 186).
momento, sin lo simbólico, cuando aún no hay varón y mujer. Hay una lectura posible de este gesto, pero hay otra que no es
A partir de lo que llamamos traumatismo. Es que allí hay una precisamente una impresión, y es a lo que quiero referirme hoy.
letra que se escribe sin ningún sentido. Ésta se constituye así, Homero hace escribir lo que antes fue oda, canto hablado, para
luego, se le otorga sentido, un sentido que es posterior al mo- Pericles este acto le otorga algo indecible, es su eterna nostal-
mento del impacto. gia de NO ser un héroe homérico. Bien, ese goce que Pericles
Me en-canta tomar la voz, para decir lo que, desde la enseñan- encuentra con su acto, es su feminización, su encuentro con el
za de Lacan, entiendo como Otro sexo, o goce otro. no-todo.
Hay algunas miguitas por donde, haciendo lo de Hansel y Gretel, He transitado por esos rincones para llegar a decir que: des-
he caminado con la lectura para conseguir llegar a un puerto. de ese ruido inicial —un sonido con el que el cuerpo queda
Quiero responder a la pregunta sobre lo real, lo escrito, diferen- afectado—, sin ninguna significación como efecto de este en-
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 68

cuentro, en vísperas de la formación de la cadena significante Sabemos que los japoneses heredaron los kanjis de china, pero
que nombrará, que adjudicará valor y sentido en el momento necesitaron introducir lo propio, para lo cual crearon sus pro-
en que el S2 se encadene, lo cual se constituye en un segundo pios silabarios: Hiragana y Katakana. Y con esto, desajustar la
tiempo. Allí sí, lo cultural inaugura lo masculino y lo femenino, herencia china. Esto solo se evidencia en la escritura porque,
y aparece la cultura nombrando hombres de un lado y mujeres cuando es hablada, el ruido, la voz, hace posible una transmi-
del otro, es decir, lo binario. sión, como lo que... (otra miguita orientadora) Isak Dinesen nos
Las miguitas... enseña en su página en blanco, donde nos cuenta que se trata
Alfred Wolfsohn (Berlín, 1896), devenido profesor de canto ale- de narraciones, del uso de la voz que transmite un relato de
mán a causa de los ruidos experimentados en la guerra, fue un generación en generación, sin haber sido escrito jamás. Y es
innovador afirmando que la voz humana es universal y le agre- Miquel Bassols quien agrega que, aunque este relato sea con-
gó: también singular. Una voz que excede los paradigmas y las tado por un hombre, es lo femenino lo que está escrito.
convenciones, algo novedoso de lo que ya existía. Allí, en el seminario mencionado, en la página 84 Lacan dice:
“La idea de una voz que abarque tanto lo femenino como lo “dado que la representación de la palabra, sobre la cual, como
masculino, tanto los agudos como los graves, tanto la risa ven, no insistí, resulta que la escritura no es simple representa-
como las lágrimas, una voz conectada a las raíces humanas y ción. Representación significa también repercusión, porque no
no limitada por los códigos académicos del canto clásico.” es de ningún modo seguro que sin la escritura habría palabras”.
La voz despojada de inútiles prejuicios y ligada al cuerpo. Es en “El arte del canto nació con el hombre mismo, con su primera
esta perspectiva, que se puede pensar y vivir el goce femeni- expresión vocal. En sus orígenes fue una forma más elevada del
no, despojado de cualquier idea binaria. Ese ruido que toca el lenguaje, probablemente inspirada por el culto primitivo. Hay
cuerpo y que instala un UNO. Una letra, una escritura. incluso quienes afirman que el canto existió antes del lenguaje
Continúan las miguitas… hablado, así como existe en especies inferiores al hombre, por
Mientras escribo, recuerdo el Seminario 18, en el que Lacan ejemplo, las aves”.
nos introduce en la escritura japonesa para enseñarnos de qué Se arguye que el canto era una mejor forma de comunicación
manera esa lengua, cuando es hablada (cuando hay sonido), para grandes distancias y, además, se dice que el canto prece-
distorsiona el lenguaje propio de los japoneses. Dice: “cuando dió al lenguaje debido a que transmite contenidos emocionales
sean rozados por una lengua como la que estoy aprendiendo en vez de contenidos textuales, algo que es más complejo y
percibirán que una escritura puede trastornar una lengua, tal vino después.
como sucede con esta lengua melodiosa, maravillosa, donde Lo femenino, ese no todo fálico, ese goce singular, lo quiero
se conjugan los adjetivos” (p.84). situar en una experiencia:
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 69

El canto, lo sonoro, es un valor inasible, una manera diferente chilena, vol. 54, n.o 194. Julio de 2000. Web. 26 de agosto de 2021. <https://scielo.coni-
de sonar y de escuchar. El ruido incorpora un saber para el cyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-27902000019400005>
parlêtre (hablante ser), un espacio diferente al significante y al
mismo tiempo esencial para que ese sonido instale un S1 que
iniciará la cadena.
Es una experiencia que permite anudar un sonido, una reso-
nancia del cuerpo, que Lacan nombrará como una experiencia
de goce.
Una experiencia de goce que no está ligada al género, a lo
masculino, a lo femenino.
Un ruido exceptuado de valor de cambio, exquisito, singular y
primitivo.
Esa resonancia sin sentido, una letra, una escritura.
Lo femenino en su más pura Escritura, sin los acordes de la
civilización.

Bibliografía

Bassols, Miquel. Lo femenino, entre centro y ausencia. Buenos Aires: Grama, 2017.
Dinesen, Isak. “La página en blanco”. Cuentos reunidos. Madrid: Alfaguara, 2015.
“Filosofía vocal Roy Hart”. Voz en movimiento. Roy Art Theatre. Web. 23 de agosto de
2021 <https://www.vozenmovimiento.com/es/formacion/metodo-pedagogico/filo-
sofia-vocal-roy-hart/<
Lacan, Jacques. El seminario. Libro 18, De un discurso que no fuera del semblante. Bue-
nos Aires: Paidós, 2009.
Miller, Jacques-Alain. La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica. Buenos Aires:
Paidós, 1998.
Stein, Hanns. “El arte de cantar: su dimensión cultural y pedagógica”. Revista musical
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 70

P O S I C I Ó N F E M E N I N A Y F O R M AC I Ó N D E L A N A L I S TA

No tan occidentados.
La letra y lo femenino
P I A L I B E R AT I
Miembro de la EOL y de la AMP

¿Cómo entrar en el debate actual de nuestra civilización? Creo que es la única vez que Lacan utiliza ese neologismo, en el
Es un asunto que la comisión científica de nuestras jornadas ha que une dos términos: occidente y accidente. Tal como lo han
planteado en su argumento, señalando también que es un de- trabajado en la comisión científica de las jornadas, el accidente
safío para el psicoanálisis, ubicar aquello que plantea y que es se refiere al modo de interpretar lo que hace trauma, lo que
posible aportar. Me parece que estas jornadas son una oportu- traumatiza. Para occidente el Nombre del Padre y su primacía,
nidad que tenemos –entre otras– de plantear, entonces, aque- para oriente un goce desconocido y fuera de la norma fálica.
llo que podemos aportar. Este cambio de perspectiva se puede seguir cuando, en
Tomaré una breve cita de Lacan que encuentran en el argu- esta misma clase titulada “Clase sobre lituraterra”, se refiere a
mento, y que contiene un neologismo que es el que elegí para la caligrafía oriental, proponiendo una disyunción entre sem-
el título. Lo cito: “no hay esperanza para un occidentado” (De blante y real; dice: “entre saber y goce, hay litoral” (p. 115). En
un discurso…, p. 115). Leo allí una advertencia –anticipándose toda esta clase, Lacan se ocupa de conjugar homofonías, neo-
como siempre, a lo por venir– que le dirige a quienes asisten a logismos, traducciones de diferentes lenguas, trastoca senti-
su seminario, especialmente a los psicoanalistas. Y agrega algo dos, los multiplica, los rompe, los hace girar en torno al litoral
que hoy reviste un interés fundamental: “Se necesita llevar un como letra, litura, litter.
tren diferente, que solo se atrapa desprendiéndose de lo que En la clase anterior, introduce la cuestión de la letra en psicoa-
sea que los tache” (p. 115). nálisis. Me detengo en una formulación, que me permite loca-
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 71

lizar allí una cuestión central: “La mujer, insisto, que no existe, Dos puntuaciones extraigo del argumento hacia la Gran Con-
es justamente la letra– la letra en la medida en que es el signifi- versación de la AMP que será el año próximo bajo el título: “La
cante de que no hay Otro, S(A)” (p. 101). Entonces, ubica la le- mujer no existe”, escrito por Christiane Alberti, para plantear
tra como la mujer que no existe y la separa de los significantes. la vía de la letra y del síntoma. Ella nos propone tomar la vía
Deja a estos del lado del semblante y a la letra en lo real. Elige de la letra, sin sentido, preconizada por Lacan, como la más
la caligrafía japonesa porque es una escritura que no es una fértil para abrir una nueva perspectiva sobre la feminización.
transcripción de los sonidos de la lengua hablada como en las Respecto al síntoma, la cito “El análisis actualiza la experiencia
escrituras occidentales. Cada carácter es trazado con mayor o de lo que Lacan llama el sexo como tal, a partir de la lógica
menor complejidad y puede estar constituido de partes, cada del no todo […] es la vía del síntoma, la que en ese sentido nos
uno con sentidos diferentes, “lo singular de la mano, aplasta feminiza”. Pienso que la última enseñanza de Lacan, al abordar
lo universal” (p. 111). Lo singular es también eso que de algún el síntoma en tanto letra, escritura de un goce que llamamos
modo nombra el litoral, lo que no permite decir “todas las mu- femenino –porque escapa a toda tentativa de un saber uni-
jeres”, lo que no es colectivizable, sino que se trata de ese goce versal o agrupable, pero también está lo que escapa porque
silencioso que como tal escapa a todo control, a todo saber, se no es atrapable ni siquiera por lo singular– orienta la práctica
sostiene más allá del sentido fálico. volviéndola dócil a lo nuevo.
Si bien en este tiempo de la enseñanza de Lacan –la del Semi-
nario 18– entrega las pistas para orientarnos en la última ense-
ñanza, será en el Seminario 23, donde con el nudo borromeo Bibliografía
como escritura real, la letra se extiende y se contorsiona bajo
la forma del nudo, y su uso es de sinthome. Alberti, Christiane. “La mujer no existe”. Web. 30 Mayo 2021.
¿Cuál tren atrapar para entrar en el debate actual de la civili- <https://www.grandesassisesamp2022.com/es/la-femme-nexiste-pas-2/>
zación? Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 18, De un discurso que no fuera del semblante. Bue-
Creo que ya desde hace bastante tiempo estamos –quienes se- nos Aires: Paidós, 2014.
guimos la enseñanza de Lacan– advertidos de la evaporación
del Nombre del Padre y de la aspiración contemporánea a la
feminidad como consecuencia. En este sentido, me parece que
ese tren ya lo atrapamos, pero sin embargo es preciso hacer
saber que el psicoanálisis juega su papel en este movimiento y
puede contribuir a esclarecerlo.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 72

P O S I C I Ó N F E M E N I N A Y F O R M AC I Ó N D E L A N A L I S TA

Posición femenina
bajo transferencia,
efectos de formación*
MARÍA LUZ QUENARDELLE

A partir de las resonancias que me provocaban algunos pun- Quizás los feminismos se paran desde allí para bregar por algu-
tos en común entre posición femenina y posición del analista, nas cuestiones en torno a los derechos de la mujer.
me preguntaba: ¿se pueden homologar estas dos posiciones? Lacan avanza respecto al enigma freudiano acerca de la mujer.
Ambas sin representación posible, ambas bordean un agujero Nos enseña otra forma de pensar lo femenino, no como S2, sino
en torno a lo más singular, no se atribuyen al ser, no entran en como S1 solo, como alteridad radical para el hombre y para la
la lógica de la cadena significante, sino que se trata de otra ló- mujer, esa que se pierde cuanto más queremos anudarla a una
gica, entonces: ¿se tratan de lo mismo? significación. Para el psicoanálisis no se trata de la descripción,
Me parece importante distinguir, de entrada, dos formas de ni de la anatomía de lo que es una mujer, lo femenino va más
pensar lo femenino: la primera como S2, respuesta frente a un allá de los semblantes de hombre y mujer. Es esta segunda vía
S1 fálico, es decir, como una significación. Esta forma la vemos la que me interesa considerar para captar su relación a la posi-
en las teorías de género, en la mujer como segundo sexo, con ción del analista.
sus paradojas y sus intentos de igualar femenino y masculino. No hay un modo de ser analista, cada uno va forjando su estilo,
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 73

su rasgo más singular y, como dijo Jacques-Alain Miller el 2 de puesto a consentir a un saber agujereado, mediodicho, hacien-
mayo en la presentación del libro Polémica Política, corriendo do lugar a la diferencia y a la otredad en tanto ese Otro goce.
el riesgo. ¿Cómo uno va aproximándose a la posición del ana- Y al final a la identificación al sinthome, esa que nada tiene que
lista en el recorrido de un análisis? ¿Es el analista en este senti- ver con ser hombre o mujer, sino que tiene que ver con cómo
do un efecto de-formación? Es la lógica de acceso a lo real, la ha podido arreglárselas frente al trauma.
única posibilidad de aproximarnos a lo femenino. Por último, tomé algunos recortes de dos testimonios de Ga-
Entonces, aproximarnos no es habitarlo. Eric Laurent en Posi- briela Grinbaum que me permitieron captar cómo la posición
ciones femeninas del ser dice: “…de ninguna manera hay que femenina incide en la práctica que el analista lleva adelante.
decir que Lacan le haya asignado al analista el lugar de la mu- Refiere que era alguien que creía fervientemente en el padre,
jer. No hay una feminización de los analistas ni un alentar a to- cito: “Un padre silencioso al que me dediqué a arrancarle las
dos a convertirse en Tiresias” (p. 166). No hay un saber posible palabras hasta quedarme sin voz para despertarlo, hacerlo ha-
respecto de lo femenino, es un modo de decir no hay relación blar, vivificarlo.” (“Una mujer sin maquillaje”, p. 142) “El silencio
sexual. No es en tanto feminizado, ni sustituto de lo femenino, era el nombre de lo mortífero” (“Una cámara encendida”, p.
que el analista habita su posición. Lo femenino en tanto tal, 142). El horror al silencio la llevó a hablar demasiado y a forjar
no tiene género, va más allá del género. Lo femenino no es un un rasgo: “hace hablar hasta las piedras” (“Una cámara…”, p.
lugar posible a ocupar, no se puede sustituir, es un lugar vacío 142). Desde muy pequeña, quedó ubicada en el lugar de sujeto
a sostener. supuesto saber reparar lo que cotidianamente no marchaba
¿Qué se espera entonces del analista respecto de lo femenino? entre sus padres, esto fija una posición de goce en el fantasma,
Laurent dice: “Se espera del psicoanalista que sepa responder el analista la interpreta: “Usted es el agente de la reparación”
al superyó femenino. El psicoanalista puede reenviar el superyó (“Una mujer...”, p. 145). Lo cual le revela un obstáculo en su
femenino a la verdadera lógica de la posición femenina que es la práctica: “…no cesaba de filtrarse ese saber posible a transmitir
de denunciar los semblantes que apuntan a cualquier consisten- a las analizantes mujeres, intentando reparar su falta, de pareja,
cia del Otro.” (p. 166) ¿Qué implica saber responder al superyó de trabajo, de deseo.” (“Una mujer…”, p. 145)
femenino? Si bien no es en tanto feminizado, es necesario cierto Es cerca del final, que puede esclarecer una diferencia entre el
consentimiento para que algo de lo femenino asome. silencio y la mudez, dejando de ser la voz para el padre dice:
Entonces, ¿la posición del analista cuenta con lo femenino? La “Lo femenino asoma” (“Una cámara…”, p. 143). Entonces, el fan-
posición del analista no lo tapona, no se identifica a lo femeni- tasma de “agente de reparación”, cuenta ahora con el agujero,
no. El parlêtre en el trayecto de un análisis, va accediendo a la dando paso a otro modo, cito: “Siempre restará esa hendidura
inconsistencia del Otro, a través de la posición analizante, dis- imposible a reparar pero que ya no angustia” (“Una mujer…”, p.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 74

146) y ubica, cito de nuevo: “Una voz que se silencia. Un silen-


cio que no es mudo” (“Una cámara…”, p. 143).

* Este trabajo es producto del cartel: El Otro goce

Bibliografía

Laurent, Eric. Posiciones femeninas del ser. Buenos Aires: Tres Haches, 2019.
Grinbaum, Gabriela. “Una mujer sin maquillaje”. Revista Lacaniana de psicoanálisis N° 19.
Publicación de la EOL. Buenos Aires: Grama. 2015, pp. 139-151.
Grinbaum, Gabriela. “Una cámara encendida”. Revista Mediodicho N° 42. Publicación de
la EOL Sección Córdoba. 2016, pp. 139-144.
Miller, Jacques-Alain. Presentación del libro Polémica política. Web. 30-08-2021: <ht-
tps://www.youtube.com/watch?v=O-wi1rmWmGo>
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 75

EL GOCE OTRO, LO FEMENINO

Un Uno que permita


lo múltiple
S I LV I A P E R A S S I
Miembro de la EOL y de la AMP

Cada testimonio de pase nos transmite cómo lo femenino, en existe un goce más allá o más acá, no reducido a la palabra y
tanto goce, deja de ser rechazado, resistido. De esas experien- sus embrollos.
cias, una por una, captamos que fue necesario que el goce Ahora bien, si lo femenino es “un goce adicional, suplemen-
fálico retrocediera para que un goce Otro ocurra como satis- tario respecto a lo que designa la función fálica” (Lacan, Aun,
facción contingente. Lo femenino no es un ideal a alcanzar. La p. 83), una pregunta me interroga: ¿es posible pensarlo sin
feminidad idealizada, por ejemplo, en la figura de la Otra, no ninguna articulación a lo fálico? Si es suplementario, ¿cómo
es sino una forma de aspiración a un universal, alejada de lo pensar uno sin otro?
femenino en singular. Silvia Salman, en uno de sus testimonios, dice que fue recién
El campo de goce que localiza el falo sirve para no saber de con el ingreso del significante “dibujo animado” (p. 143) que
lo Otro, como lo dice Gabriela Grinbaum: “desde niña sabía esa anorexia temprana y el diagnóstico de raquitismo, cedie-
lo que hacía falta para reparar eso que no andaba entre sus ron en la vida de la niña. Otra satisfacción del cuerpo se hizo
padres” (p. 144). Así se las arreglaba para no saber nada del posible, no sin el significante que recorta. Entonces, ¿hay goce
no-todo. En su idea de ser la más original de las mujeres, lo suplementario sin esa función?
femenino no estaba en juego, sino la lógica del conjunto y la La expresión de Miller: “El Uno está muerto ¡viva lo Múltiple!”,
excepción. Es decir, la lógica del falo, con su límite. Quizás eso (¡Huracán sobre el “gender”!) la entiendo como una fórmula
llevó a Lacan a definirlo como un obstáculo y a plantear que irónica que señala lo enloquecedor y mortífero de un régimen
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 76

sin Uno. Vemos surgir fantasmas inéditos, en “la aspiración contempo-


Más allá de las tablas… el nudo hace Uno ránea a la feminidad” (Miller, “El Ser y el Uno”, Clase 9/02/2011).
La elaboración de Lacan no se interrumpe en el Seminario Hombre y mujer son semblantes que cambian. Marie-Hélène
20. Avanza en otra dirección que la del falo, al que ya designó Brousse se pregunta “¿Pero acaso no se trata más bien de una
como imaginario, luego simbólico, una significación, un sacrifi- virilización de las mujeres, es decir, de un movimiento de mas-
cio, un símbolo, una función, un semblante, un goce… ¿Podría culinización generalizado?” (p. 83). Pienso que ambas maneras
decirse que desde el Seminario 20, operó una castración del de nombrar, indican el universal en juego y que es crucial en
falo mismo? Al reducir su potencia, su poder dispar, lo ingresó nuestra práctica captar los modos en que los sujetos usan los
en una topología de igualdades y separaciones. semblantes de los feminismos o del orden viril para no saber
El nudo muestra esa equivalencia y disyunción de los goces, nada del propio goce, de lo que hace sufrir a cada quien. Si nos
donde lo fálico ya no está soldado al Nombre del Padre, se plu- quedamos en los sentidos y las imágenes que proveen el dis-
raliza, y el goce femenino se amplía al Otro goce. Este nuevo curso de los derechos –universal por estructura y al que el psi-
paradigma pone de relieve el modo singular en que cada quien coanálisis no se opone– y de las reivindicaciones, perderemos
anuda imaginario y simbólico con un trozo de real, a partir de la posibilidad de tocar el goce singular. El goce no se reduce ni
un goce “opaco por excluir el sentido” (Lacan, “Joyce el sínto- explica con la cultura o la educación.
ma”, p. 592). Al sinthome lo consideramos entonces “una su- Al modificarse la relación con el gran Otro, el deseo del Otro se
plencia del falo” (Miller, Piezas sueltas, p. 73). El procedimiento desdibuja y los sujetos encuentran otros arreglos al proclamar
mismo del pase es renovado: un final de análisis no se detiene su autodeterminación, autonominación, o autopercepción. En
en el fantasma –siempre fálico– sino que constata un nuevo ocasiones, desde un yo que decide, sin embargo, aunque al
uso del sinthome. cuerpo se lo llame propio, no suele acompañar dócilmente a su
dueña o dueño y, tener un cuerpo, presentarlo, transportarlo,
no resulta fácil y los arreglos no alcanzan a volverlo vivible.
Equivalencias, temporalidades… Si no contamos con un Uno de excepción ligado a un nom-
El tiempo en juego en el nudo, el de la sincronía, el del trauma, bre, la época requiere más un hacer-se uno por uno, nudo por
perfora la eternidad del fantasma que, en su doble función nudo. Si la vía falo-castración perdió su potencia para regular
de ventana y pantalla de lo real, tiene una aspiración fálica. los cuerpos, es por el sinthome que estaremos mejor con-
Esa aspiración manifiesta que el rechazo de lo femenino no cernidos, al localizar el funcionamiento de un Uno no-todo,
es propiedad de los varones, sino de cualquier hablante, sin que permita lo múltiple. Y un psicoanalista tiene mucho para
importar el sexo. aportar ahí.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 77

Bibliografía

Argumento de las XXIX Jornadas de la EOL Sección Córdoba: Otro sexo. Web. 30-08-
2021: <https://eolcba.com.ar/jornadas/>
Brousse, Marie-Hélène. Lo femenino. Buenos Aires: Tres Haches, 2020.
Grinbaum, Gabriela. “Una mujer sin maquillaje”. Revista Lacaniana de psicoanálisis N° 19,
2015. pp. 139-147.
Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós, ([1972-73] 2006).
Lacan, Jacques. “Joyce el síntoma”. Otros escritos. Buenos Aires: Paidós, ([1975] 2012).
Miller, Jacques-Alain. Piezas sueltas. Buenos Aires: Paidós, 2013.
Miller, Jacques-Alain. “El Ser y el Uno”. Curso de la Orientación Lacaniana. Clase
9/02/2011. Inédito.
Miller, Jacques-Alain. “¡Huracán sobre el gender!”. Lacan cotidiano 925. Web. 10 sep.
2021 <http://www.eol.org.ar/biblioteca/lacancotidiano/LC-cero-925.pdf>
Salman, Silvia. “El hallazgo del final: el significante desanimado”. Revista Mediodicho N°
37. Publicación de la EOL Sección Córdoba, 2011. pp.141-148.
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 78

EL GOCE OTRO, LO FEMENINO

Un imposible de estructura
ANA CRISTINA BIANCO
Miembro de la EOL y de la AMP

... lo sexual está en cualquier otra parte que en lo genital, El parlêtre


o sea, en cualquier otra parte que en aquello que lleva a la El parlêtre sustituye al inconsciente y trae a primer plano el
reproducción. (Lacan, p. 16) cuerpo hablante. Lalangue, trozos sueltos de la materialidad
de la lengua, afecta al organismo. Experiencias de goce contin-
gentes introducen un significante S1, completamente solo, que
Parto de la cita de Lacan para recordar que, para el psicoaná- se pierde (Urverdrängung), dejando un agujero en lo simbólico,
lisis, la sexualidad no es un asunto de biología ni de géneros; un significante real, “el Uno que ustedes borran y les da la falta”
el psicoanálisis es una práctica que reconoce que “ser sexuado (Miller, clase 16/3/2011) un significante que no es cualquiera, es
es estrictamente indisoluble de nuestra condición de ser ha- uno que marca el cuerpo en tanto sustancia gozante.
blantes” (Roy, “Ser sexuado”). No nos orientamos por la anato- “Eso se siente” –dice Laurent (El reverso de la biopolítica, p.75)–
mía ni por los semblantes, sino por los modos de goce, lo más existe una emergencia de goce (traumática) y luego un segun-
real del parlêtre, ya sea que se (lo) defina hombre, mujer, trans, do tiempo en el que esa palabra pasará al decir. A partir de allí,
queer, niño, adulto... la cadena significante y los equívocos que no alcanzarán nunca
Lo real del sexo es dual, ¡sí! Pero, ¿de qué manera? a nombrarlo.
Eso, fuera de sentido, puro agujero, deja al parlêtre con algo
que no hay. Pero a la vez ubica un hay. Ante esta situación, el
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 79

sujeto inventa. Se sirve, por ejemplo, de la metáfora paterna lo en el régimen del goce como tal” (Miller, clase 16/3/2011).
(debilitada hoy). No desmintió la incidencia de la interdicción pero ubicó una
Un niño que renuncia al amor de su madre y obtiene una sa- “fracción de goce” que no responde al esquema de “rechazar
tisfacción sustitutiva en la mirada amorosa ante su buen des- para alcanzar”, sino que guarda afinidades con el infinito (clase
empeño escolar, nos ilustra el acceso a un goce, al que accede 2/3/2011).
consintiendo a una renuncia. Podemos pensar también en el Lo encontramos nombrado de muchas maneras: insimboliza-
recurso a la identificación y el recorte de un objeto. ble, indecible, singular, un goce que interesa al cuerpo, ligado a
¿Y Juanito? Con su fobia logra sustituir al padre como fuente lo que hay, opaco (al sentido), suplementario, mudo, no todo,
de temor a la vez que se asegura permanecer encerrado en la ilimitado, inconsistente, aleatorio, deslocalizado. Un goce que
casa con su madre. no es decible, no por impotencia, sino por tratarse de un impo-
Identificación y síntoma, constituyen respuestas a lo real del sible de estructura.
sexo vía la significación fálica, se trata del acceso a un goce
localizado, “transparente” (Miller, clase 16/3/2011), ligado a la
falta, referido al Otro, un goce que se inventa un Otro. ¿Cómo constatamos esto en nuestra práctica?
Pero no todo el goce ingresa allí, articulado a los objetos pul- Eric Laurent se interroga sobre la expresión de Lacan: “el hom-
sionales y el fantasma. Algo queda por fuera de la tenaza de la bre sirve de relevo para que la mujer se convierta en Otro para
metáfora. sí misma, como lo es para él” (El psicoanálisis y la elección…,
p. 78). Servir de relevo para acceder a ese Otro goce puede
ocurrir –dice– en el acto sexual, pero no solamente; hay una
Otro goce, el goce como tal zona que no hay que alcanzar, donde está efectivamente el
J.-A. Miller afirma que “en correlación con el significante Uno se Otro para sí mismo. La clínica lo verifica en algunos amores
inscribe el goce opaco al sentido (…) una referencia del orden apasionados. Continúa: “lo peligroso para el hombre es que las
de lo real y no tiene que ver con el objeto pequeño a. El objeto mujeres pueden amar apasionadamente su vínculo; por eso,
pequeño a en Lacan era, al contrario, el goce transparente al ese goce peligroso: cualquier mujer puede ser empujada a una
sentido, el goce que tiene sentido, el goce que es sentido, e in- zona en que se vuelve peligrosa para sí misma y para los de-
cluso que es goce-sentido, con el equívoco” (clase 16/3/2011). más” (p. 78).
Es a través de una exploración atenta al goce propio de la mu- Escuchamos a parlêtres que enloquecen ante la desaparición
jer que Lacan situó ese otro goce. Lo que llegó a entrever por muda del partenaire encontrándose de repente en esa zona
el sesgo del goce femenino “lo generalizó hasta transformar- difusa, sufriente y sin sentido que lo vuelve desconocido para
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 80

sí mismo. y del 16/3/2011. Inédito.


Laurent nos recuerda a Medea y también a la esposa de Gide: Laurent, Eric. El reverso de la biopolítica. Buenos Aires: Grama, 2016.
cuando su marido le declara que prefería viajar con Marc Allé- Laurent, Eric. El psicoanálisis y la elección de las mujeres. Buenos Aires: Tres Haches, 2019.
grett más que con ella, “fue a buscarla al punto en que no debía
y ella se vuelve Otro para sí misma, ella que estaba tan bien, (...)
toma sus cosas más preciadas y las quema” (El psicoanálisis y
la elección…, p. 98).
Me pregunto ¿solo un hombre puede servir de relevo? ¿Y un
hijo? ¿Nos sirve esta noción para repensar, en los niños, esa
invasión de goce que se presenta como una inquietud impara-
ble? Un goce Otro que habita en ciertos momentos el cuerpo
hablante, que sorprende al parlêtre con un efecto difuso y des-
localizado, tenga la edad que tenga.
Para finalizar, agrego: eso hétero puede encontrar en el análisis
un lugar y un lazo, un analista capaz de alojar ese sufrimiento
mudo, siempre y cuando del lado del analizante exista el con-
sentimiento a atravesarlo, a hacer de ese encuentro una expe-
riencia fecunda, para extraer de él algún saber, para que pueda
volverse más liviano, respirable y, también, útil.

Bibliografía

Lacan, Jacques. “El fenómeno lacaniano” (Niza 1974). Revista Lacaniana de Psicoanálisis
N°16. Publicación de la EOL. Buenos Aires: Grama, 2014, pp. 9-20.
Roy, Daniel. “Ser sexuado (1)” l’Institut psychanalytique de l’Enfant. Université Populai-
re Jacques Lacan. Web. 20 jun 2021 <https://institut-enfant.fr/zappeur-jie6/etre-se-
xue-1/>
Miller, Jacques-Alain. “El Ser y el Uno”. Curso de la Orientación Lacaniana. Clases del 2
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 81

INVENCIONES Y ESCRITURA

Pero no eso
CÉSAR MAZZA
Miembro de la EOL y de la AMP

Lo que se enuncia bien, se concibe claramente… hace su camino anticiparla. O, el caso de una frase, que también puede ser una
Otro sexo, nos lleva a considerar la cuestión de cómo se dice, pregunta, cuando consigue imprevistamente golpear de tal
del estilo, justamente para rozar/rosar el tema de otra manera, forma en otro cuerpo… capaz incluso de encarnar en el inter-
apuesta en singular. El pasaje de Lacan que plantea: “El Uno locutor ocasional la respuesta que ya está en el que pregunta.
encarnado en lalengua es algo que queda indeciso entre el fo- También, la situación de dos palabras que corren en carriles di-
nema, la palabra, la frase, y aun el pensamiento todo.” (Aun, p. ferentes y no por pura casualidad ni tampoco por arbitrariedad
173), puede hacerse jugar con la referencia al estilo y la enun- se saludan en su sonoridad, licencias de lalengua es el caso de
ciación en su alocución en “Televisión”. la homofonía.
Anotemos que ese lugar de indecisión no es la unidad de la co- A la inversa, humanos demasiado humanos, el problema es que
pulación del sujeto (siempre en su evanescencia) con el saber. se escriba, se hable de Otro sexo, del No-Todo, etc., etc., sola y
Indecidir así ¿implicará la elección de vez en vez, un fallar de la solamente desde un lugar que no hace más que reproducir el
buena manera sin la altisonante voz de la conciencia universal, error común.
que manda a los gritos o silenciosamente que todo sea éxito o
fracaso? Escribir en collage
Consideremos entonces que cada tanto el Uno se encarna en “Llamaremos heterosexual, por definición, a lo que ama a las
una palabra que llega a la Mot juste sin que su autor pueda mujeres, cualquiera sea su propio sexo” (Lacan, “El Atolondra-
OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 82

dicho”, p. 491). Bibliografía


Subrayemos entonces, en la frase citada, una articulación entre
la diferencia sexual del parlêtre y el amor a las mujeres. Que Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 20, Aun. Buenos Aires: Paidós, 1987.
alguien se anime a jugar ese juego, que se aventure a ese amor, Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 23, El sinthome. Buenos Aires: Paidós, 2006.
contando con que no sabrá cómo hacerlo, ¿es algo que un aná- Lacan, Jacques. “El Atolondradicho”. Otros escritos. Buenos Aires: Paidós, 2012
lisis puede causar? Derivas de la contingencia, este amor se
puede dar a condición de no estar “prometido a ellas por una
relación que no hay” (Lacan, “El Atolondradicho”, p. 491). Solo
en el roce con una, este amor no dejará de escabullirse en su
discreción de inexistencia, según la luminosa frase de Macedo-
nio Fernández.
Aquello que “ama a las mujeres”, instante fugaz e inatrapable,
tal vez hizo, hará, (que cada cual conjugue) temblar los cuer-
pos de otra manera. De dos (deux), uno de ellos (d’eux), ama
desprendido en ese instante de un objeto, fetiche encerrado en
el par Universal/Particular. Uno de ellos se anima a tocar, rozar
el extravío del Otro sexo, llamado femenino. Pero, (nunca más
oportuno el adversativo) solo si se dispone a escuchar cuando
ella dice: “Pero no eso”1 (Lacan, El sinthome, p. 14). Entrada de
lo singular, donde el sinthome es un hacer con esa radical alte-
ridad, donde ella es, cuando lo dice, Otra para el partenaire y
para sí misma.

1 La frase que Sócrates desoyó de una mujer.


OT R O S E XO E O L S E CC I Ó N CÓ R D O B A 83

INVENCIONES Y ESCRITURA

Fuera de género, un
debate desde el no-todo
NORMA ALICIA SIERRA
Miembro de la EOL y de la AMP

En el argumento de las XXIX Jornadas, se expresa un desa- modo, deshaciendo el género se elimina el problema de la di-
fío: el de “ubicar lo que el psicoanálisis de orientación lacania- ferencia sexual, y lo que habría en su lugar es una multiplicidad
na plantea, y puede aportar, para entrar en el debate actual que no se sostiene en la diferencia, sino en la permanente mu-
de nuestra civilización” con relación a ese “punto sensible de tación diversificada, en lo que J.-A. Miller menciona como pe-
nuestro malestar actual en la cultura”. Tocado por el concepto queños n de sexos, en su presentación del libro de Eric Marty
de género construido por Butler, y ampliamente comentado, (“Entrevista sobre ‘El sexo de los modernos’”).
difundido, discutido aun dentro de los movimientos feministas Es un modo de entender el sexo contrapuesto a lo que el Psi-
y discursos queer. coanálisis de la Orientación Lacaniana tendría para aportar con
Según Judith Butler, en El género en disputa, la diferencia se- relación al cuerpo sexuado del parlêtre, al quedar socavada,
xual se asienta sobre la estabilidad del binario como norma desde esta perspectiva de género, no solo la diferencia sexual,
que instaura una heterosexualidad obligada. La univocidad y sino fundamentalmente, lo real del sexo.
coherencia interna del género se da en ese marco, hecho de Joan Copjec cuestiona la teoría de Butler, ubica algunos de sus
ficciones reguladoras que refuerzan y naturalizan los regíme- supuestos y se hace varias preguntas, entre ellas, si habría otra
nes de poder patriarcal y heterosexista. alternativa para pensar qué es el sexo, que no sea como sus-
Una de las ideas de Butler acerca del sexo es: que si éste se tancia o significación. Recurre al psicoanálisis, especialmente a
hace performativamente también puede deshacerse, de este Freud y Lacan, señalando que ya Freud evitó limitarse a estas
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alternativas, al sacar al sexo del orden de lo natural, pero sin por ¿Cómo dirigirnos al Otro social, para hacer valer estas nocio-
eso proponerlo como algo deducible de una construcción dis- nes? La sexuación, lo imposible de la relación sexual, que hay
cursiva. Bastaría releer sus “Tres ensayos para una teoría sexual”. una disyunción entre goce y semblante, que el Otro sexo es
La reducción de considerar al sexo a partir de la construcción siempre el Otro, femenino, tanto para el hombre como para la
discursiva, ignora el antagonismo entre sexo y sentido. Al cues- mujer, cuestiones que el Psicoanálisis de la Orientación Laca-
tionar a Butler, Copjec ubica al sexo justamente allí donde las niana plantea y puede aportar.
prácticas discursivas tropiezan, y para sostener que no son su Si hay un rechazo a lo real del sexo en ciertos discursos o es-
efecto performativo, sino que el sexo está en el lugar mismo de tudios de género, y por lo tanto una “creencia” de que se po-
la producción de esa falla. dría resolver lo imposible de la relación sexual deshaciendo el
sistema sexo/género que ha sido producido por el dominio del
poder patriarcal y heteronormativo, estamos ante a una posi-
De la sexualidad a la sexuación ción antagónica fundamental con el psicoanálisis en este pun-
La conceptualización de Lacan sobre la sexuación es antagó- to sensible de nuestro malestar actual en la cultura, más allá de
nica con la inestabilidad conceptual del género y con la idea los acuerdos que podemos tener con muchos de los logros a
de que es la performatividad la que define el sistema sexo/ nivel social y de derechos que han motivado estos discursos.
género, lo cual deja al sujeto en una pluralización olvidadiza de Para el psicoanálisis, no hay normatividad que inscriba las for-
que hay un real que lo constituye y habita como ser sexuado. mas de goce para todos, sino que, por el contrario, a lo que se
J.-A. Miller menciona este efecto del término género sobre la apunta es a la invención singular, a lo que cada uno puede ha-
diferencia sexual, al socavarla, descarrilarla, haciendo olvidar la cer con esas marcas del traumatismo estructural, solución que
dimensión del cuerpo hablante (“¡Huracán sobre el ‘gender’!”). nunca se amolda a ningún ideal.
Es decir, que somos seres habitados por un real que concierne Es así que me pregunto, si estos discursos se inscriben en esa
al choque traumático del viviente con lalengua y por la disrup- creencia, ¿cuál es el debate posible, por dónde entrar en ese
ción de goce en el cuerpo. Pero fundamentalmente me inte- debate, para que sea el que convenga al Psicoanálisis de la
resa considerar que, en pos de buscar y proponer soluciones Orientación Lacaniana? En un texto de FAPOL publicado en la
para todos, se desconoce la función esencial que tienen las web, Paula Husni dice que no se trata de esperar que los dis-
invenciones singulares, las que cada uno realiza para arreglár- cursos sociales se pronuncien atravesados por el malentendido
selas con lo imposible de la relación sexual. estructural entre los sexos, que esa es nuestra función, nuestra
posición, en acto. Entonces, si hay algún posible debate, lo es
Concluyo con algunas preguntas: a partir de una posición ética, desde el no-todo que pueda in-
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terpelar, o agujerear en algunos puntos importantes, ese todo Web. 17 de mayo de 2021, < http://www.revistarayuela.com/es/006/template.php?-
al que tienden dichos discursos sociales. file=notas/cuatro-perspectivas-sobre-la-diferencia-sexual.html>
Saxe, Facundo. “La noción de performatividad en el pensamiento de Judith Butler:
queerness, precariedad y sus proyecciones”. Estudios Avanzados, Nº 24, diciembre,
Bibliografía 2015, Universidad de Santiago de Chile Santiago. Web. 7 de mayo de 2021 <http://
www.redalyc.org/articulo.oa?id=435543383002>
Argumento XXIX Jornadas EOL Sección Córdoba: Otro sexo. Web. 3 Sep 2021 <ht-
tps://eolcba.com.ar/jornadas2021/argumento/>
Butler, Judith. El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad.
Buenos Aires: Paidós, 2007.
Copjec, Joan. El sexo y la eutanasia de la razón. Ensayos sobre el amor y la diferen-
cia. Buenos Aires: Paidós, 2006.
Freud, Sigmund. “Tres ensayos para una teoría sexual”. Obras completas. Volumen 7.
Buenos Aires: Amorrortu, ([1905] 1992), pp. 109-224.
Husni, Paula. “El psicoanálisis fuera de género”. FAPOL. Web. 20 de mayo de 2021.
<https://fapol.org/blog/portfolio-items/el-psicoanalisis-fuera-de-genero/?portfo-
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Laurent, Eric. “El Unarismo Lacaniano y la Variación de las Conductas Sexuales”.
Web. 7 de marzo de 2021, <https://zadigespana.com/2021/01/05/el-unarismo-laca-
niano-y-lo-multiple-de-las-conductas-sexuales/>
Miller, Jacques-Alain. “¡Huracán sobre el ‘gender’!”. Lacan Cotidiano Nº 925. Web.
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Miller, Jacques-Alain. “Entrevista sobre ‘El sexo de los modernos’”. Lacan Cotidiano
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Rodríguez, Gabriela. “¿Qué otra cosa puede ser el sexo?”. Lacan entre las feministas.
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Roy, Daniel. “Cuatro perspectivas sobre la diferencia sexual”.
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