Erwin Schrödinger

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Erwin Schrödinger,

Un físico teórico austríaco, hizo una contribución monumental a la física cuántica con su modelo atómico,
conocido como el modelo mecánico cuántico del átomo. En 1926, Schrödinger desarrolló una ecuación de onda
que describe cómo cambian las propiedades de las partículas subatómicas, como los electrones, con el
tiempo. Esta ecuación, conocida como la ecuación de Schrödinger, es fundamental para la mecánica cuántica y
ha revolucionado nuestra comprensión de la estructura atómica.
Antes del trabajo de Schrödinger, el modelo atómico de Bohr describía los electrones como partículas que
orbitan el núcleo en niveles de energía definidos. Sin embargo, este modelo tenía limitaciones y no podía explicar
todos los comportamientos observados en los átomos más complejos. Schrödinger propuso que los electrones
no se comportan únicamente como partículas, sino también como ondas, una idea basada en el trabajo previo
de Louis de Broglie sobre la dualidad onda-partícula.
La ecuación de Schrödinger permite calcular las funciones de onda de los electrones, que describen las
probabilidades de encontrar un electrón en una región específica alrededor del núcleo. Estas funciones de onda,
también conocidas como orbitales, no proporcionan una ubicación exacta del electrón, sino una distribución de
probabilidad. Este enfoque probabilístico fue una desviación significativa de los modelos anteriores que
intentaban describir trayectorias precisas para los electrones.
El modelo de Schrödinger también introdujo los números cuánticos, que son valores que describen las
propiedades de los electrones en un átomo. Estos incluyen el número cuántico principal (n), que indica el nivel
de energía del electrón; el número cuántico azimutal (l), que describe la forma del orbital; el número cuántico
magnético (m), que especifica la orientación del orbital en el espacio; y el número cuántico de espín (s), que
describe la dirección del espín del electrón.
Una de las aplicaciones más importantes del modelo de Schrödinger es su capacidad para predecir los espectros
de emisión de los átomos. Cuando los electrones en un átomo absorben energía, saltan a niveles de energía más
altos. Al regresar a niveles más bajos, emiten energía en forma de luz. La ecuación de Schrödinger permite
calcular las energías de estos niveles y, por lo tanto, predecir las longitudes de onda de la luz emitida, lo que
coincide con los espectros observados experimentalmente.
El modelo de Schrödinger también ha sido fundamental para el desarrollo de la química cuántica, que estudia
cómo los átomos se combinan para formar moléculas. La ecuación de Schrödinger se utiliza para calcular las
energías y formas de los orbitales moleculares, que son combinaciones de los orbitales atómicos de los átomos
que forman una molécula. Esto ha permitido una comprensión más profunda de los enlaces químicos y la
reactividad de las moléculas.
En resumen, el trabajo de Erwin Schrödinger ha sido crucial para el desarrollo de la mecánica cuántica y nuestra
comprensión moderna de la estructura atómica. Su modelo atómico, basado en la ecuación de onda, ha
proporcionado una descripción más precisa y completa del comportamiento de los electrones en los átomos y
ha tenido un impacto significativo en la física y la química.
Imagina que estás en una habitación oscura con una linterna. Si apuntas la linterna hacia una pared, verás un
círculo de luz en la pared. Ahora, imagina que en lugar de una linterna, tienes una manguera de agua que dispara
gotas de agua en todas direcciones. No puedes predecir exactamente dónde caerá cada gota, pero con el tiempo,
notarás que algunas áreas de la pared están más mojadas que otras.
En el modelo de Schrödinger, los electrones se comportan de manera similar a las gotas de agua. No podemos
predecir exactamente dónde estará un electrón en un momento dado, pero podemos calcular la probabilidad de
encontrarlo en una región específica alrededor del núcleo. Estas regiones de alta probabilidad se llaman
orbitales.
Por ejemplo, el orbital más simple, llamado orbital “s”, es esférico y rodea el núcleo. La probabilidad de encontrar
un electrón es mayor cerca del núcleo y disminuye a medida que te alejas. Otros orbitales, como los “p”, tienen
formas más complejas, como lóbulos que se extienden en diferentes direcciones.
Esta analogía ayuda a entender que, en el modelo de Schrödinger, los electrones no siguen trayectorias definidas
como planetas alrededor del sol, sino que se distribuyen en regiones de probabilidad alrededor del núcleo.

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