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ACTIVIDAD SEMANA 05

HOJA DE RESUMEN

 TÍTULO: MARCO INSTITUCIONAL PARA LA GESTIÓN AMBIENTAL EN EL


PERÚ

 AUTOR: Walter Valdez Muñoz

 IDEAS PRINCIPALES:

- El artículo nos habla del proceso de inclusión de la gestión ambiental como una
obligación del Estado, toda actividad económica que involucra extracción de recursos
naturales genera impactos ambientales, no solo en el proceso extractivo, sino también
en el tratamiento y transformación de los recursos extraídos.
- En la actualidad hemos detectado una serie de problemas ambientales que afectan a
nuestro planeta como son: el calentamiento global, el deterioro de la capa de ozono, la
destrucción de bosques tropicales y otros ecosistemas, lamentablemente estas
acciones traen terribles consecuencias como la pérdida de especies, la contaminación,
el agotamiento del agua potable y otros efectos tóxicos que producen los productos
sintéticos y químicos que afectan mucho más al medio ambiente.
- Frente al panorama ambiental descrito, se hizo necesario establecer un marco
jurídico que permita el aprovechamiento de los recursos naturales sin afectar de
manera dramática el medio ambiente. El Estado es quien impone límites al ejercicio de
los derechos, este es un ente regulador de conductas, y al reconocer los Estados que
los problemas ambientales son problemas que afectan a la sociedad en conjunto se
determinó una responsabilidad de la administración pública.
- La evolución de los marcos institucionales en América latina llevó a los Estados a
buscar mecanismos de gestión ambiental que les permitan enfrentar básicamente dos
aspectos. El primero de estos aspectos es la intervención en los espacios territoriales
en los que la capacidad asimiladora y regeneradora de la naturaleza ha sido rebasada
y el segundo es la incorporación de criterios ambientales en la planificación del
desarrollo nacional con la finalidad de anticiparse a y evitar acontecimientos
económicos, sociales y ambientales de gran impacto, en lugar de simplemente
reaccionar a ellos.
- En nuestro país el marco jurídico institucional ambiental se creó en el año 1974 la
Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales. Su función principal estaba
vinculada a la realización de inventarios de recursos naturales como recursos hídricos,
suelos, flora, fauna, recursos pesqueros, etcétera. La gestión de los recursos estaba
asignada fundamentalmente a sectores productivos como agricultura, pesquería,
minería, sectores que carecían de un marco normativo adecuado, personal capacitado
y recursos financieros. Los aspectos de saneamiento y desarrollo urbano se
encontraban en los sectores de salud y vivienda respectivamente, mientras que la
planificación en manos del Instituto Nacional de Planificación (INP).

 CONCEPTOS CLAROS EXTRAÍDOS DE LA LECTURA

4.1. Gestión ambiental: Conjunto de acciones encaminadas a lograr la máxima


racionalidad en el proceso de decisión relativo a la conservación, defensa, protección y
mejora del medio ambiente, basada en una coordinada información multidisciplinar y
en la participación ciudadana.

4.2. Institucionalidad ambiental: Pretende lograr que los distintos intereses que hay en
la sociedad arriben a acuerdos corporativos entre todos los actores sociales y políticos
para que una nueva y legítima política ambiental pueda servir mejor los objetivos del
desarrollo humano sostenible.
4.3. Obligaciones estatales: Implica una obligación negativa materializada en un
compromiso de “no hacer”, por lo que los Estados deben abstenerse de adoptar
cualquier acción o medida arbitraria que dificulte, interfiera, limite, menoscabe o afecte
el pleno ejercicio de los derechos.

4.4. Conflictos
socioambientales: Es aquel conflicto que resulta cuando el objeto de disputa lo
conforman aspectos relacionados con el ambiente o los recursos naturales El objeto
de confrontación define la naturaleza del conflicto, en el sentido que materializa la
concepción de disputa e individualiza las partes.

4.5. Comunidad científica: La comunidad científica consta del cuerpo total de


científicos junto a sus relaciones e interacciones. Se divide normalmente en
"subcomunidades", cada una trabajando en un campo particular de la ciencia. Los
miembros de la misma comunidad no necesitan trabajar en conjunto.

4.6. Saneamiento ambiental: Es una función de la Salud Pública cuyo propósito es


controlar, disminuir o eliminar riesgos derivados de ciertas condiciones del ambiente
físico y social que tienen el potencial de afectar a la salud; proporcionando a su vez
confort al individuo y al colectivo

4.7. OEFA: El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) es un


organismo público técnico especializado, adscrito al Ministerio del Ambiente,
encargado de la fiscalización ambiental y de asegurar el adecuado equilibrio entre la
inversión privada en actividades económicas y la protección ambiental.

4.8. Evaluación de impacto ambiental (EIA): Proceso que se realiza para la valoración
de los distintos Impactos ambientales, producidos en las distintas alternativas de una
actividad, obra o proyecto en el medio ambiente

4.9.Oficina Nacional de evaluación de recursos naturales (ONERN): Realiza


inventarios y evaluaciones de recursos naturales, estudios de suelo y planes de
ordenamiento ambiental en diversas zonas del territorio del peruano.

4.10. CONAM: El CONAM es el organismo rector de la política nacional ambiental.


Tiene por finalidad planificar, promover, coordinar, controlar y velar por el ambiente y el
patrimonio natural de la Nación. La política nacional en materia ambiental que formula
el CONAM, es de cumplimiento obligatorio.

4.11.Política ambiental: La política ambiental es la preocupación y desarrollo de


objetivos con fines para mejorar el medio ambiente, conservar los principios naturales
de la vida humana y fomentar un desarrollo sostenible.

 RESUMEN:

El presente artículo desarrolla el proceso de inclusión de la gestión


ambiental como una obligación del Estado, presentando el contexto en el
que se da esa inclusión, su evolución en América Latina y el Caribe. Para
culminar se discute lo ocurrido en el caso peruano y se plantea algunas
propuestas que desde la consideración del autor podrían mejorar la
institucionalidad ambiental en el Perú.
Toda actividad económica que involucra extracción de recursos naturales
(pesquera, forestal, energética, minera, etcétera) genera impactos
ambientales, no solo en el proceso extractivo, sino también en el
tratamiento y transformación de los recursos extraídos. Del deterioro
ambiental actual no cabe duda alguna, así como que todos los habitantes
compartimos el mismo planeta y que el deterioro ambiental no conoce de
límites políticos, económicos o geográficos. Y así como se habla de
globalización en términos económicos también debemos reconocer que
vivimos en un mundo interdependiente ambientalmente hablando.
Adicionalmente compartimos la obligación de legar un ambiente
adecuado a las futuras generaciones. En el Perú, debemos reconocer
que el desarrollo de las actividades productivas como la minería ha sido
durante muchos años poco o nada amigable con el medio ambiente, al
punto que aun después de veinte años del establecimiento normativo de
una serie de exigencias ambientales, el mayor número de conflictos en el
país son conflictos a los que se ha venido en denominar conflictos
socioambientales. Según la Defensoría del Pueblo existían en el Perú
hasta febrero de 2013, 147 conflictos socioambientales
Frente al panorama ambiental descrito, se hizo necesario establecer un
marco jurídico que permita el aprovechamiento de los recursos naturales
sin afectar de manera dramática el medio ambiente. La incorporación de
estas exigencias ambientales como una obligación de los Estados se
afianza en el marco de la Conferencia sobre el Medio Humano del año
1972, conocida como Conferencia de Estocolmo por el lugar en que se
llevó a cabo. Como parte de los resultados de la Conferencia se
reconoce no solo la existencia de problemas ambientales serios, sino
que se adopta un Plan de Acción que compromete a los Estados
miembros de las Naciones Unidas a asumir como una obligación del
Estado el cuidado del medio ambiente. Definitivamente el deterioro
ambiental no podía seguir asimilándose como un costo aceptable del
desarrollo.

El Estado es quien impone límites al ejercicio de los derechos, es un ente


regulador de conductas9, y al reconocer los Estados que los problemas
ambientales son problemas que afectan a la sociedad en su conjunto, la
protección del medio ambiente, a partir de los años setenta, se torna en
una responsabilidad de la administración pública. La conservación del
medio ambiente como una función del Estado, lo habilita y lo obliga, al
mismo tiempo, a intervenir en sus distintos niveles de gobierno en la
gestión ambiental, más aún cuando hay la percepción de que el ambiente
es un bien colectivo. Es en este escenario que los Estados comienzan a
modificar sus estructuras administrativas y sus ordenamientos jurídicos
para hacer frente a los problemas ambientales, especialmente
considerando que en algunos casos los recursos naturales no solo no
son renovables, sino que en caso lo fueran, se requeriría de ciertas
condiciones difíciles de alcanzar sin la intervención del Estado. La
autorregulación no es posible en un escenario donde por mucho tiempo
se ha apostado por un modelo de desregulación10 y donde los propios
actores desconocen los efectos futuros de su desempeño respecto de la
naturaleza. La problemática ambiental es compleja y los decisores
políticos deben tener en cuenta que la solución de los problemas
requiere del aporte de la comunidad científica y que la solución del
problema no se circunscribe a un solo ámbito de estudio. De allí que es
imprescindible un Estado con la suficiente capacidad profesional para
fundamentar debidamente sus decisiones y con autoridad sobre los
ciudadanos y las empresas para enfrentar el deterioro ambiental.

La situación ambiental de América Latina y el Caribe llevó a los Estados


a buscar mecanismos de gestión ambiental que les permitan enfrentar
básicamente dos aspectos. El primero de estos aspectos es la
intervención en los espacios territoriales en los que la capacidad
asimiladora y regeneradora de la naturaleza ha sido rebasada. Espacios
cuya recuperación solo era posible a través del desarrollo de acciones
estatales ambientales adecuadas. El segundo es la incorporación de
criterios ambientales en la planificación del desarrollo nacional con la
finalidad de anticiparse a y evitar acontecimientos económicos, sociales y
ambientales de gran impacto, en lugar de simplemente reaccionar a
ellos. Por otro lado, un aspecto positivo que podemos rescatar del
desarrollo de una experiencia de este tipo ha sido que los ministerios
productivos se han visto obligados a incorporar profesionales con una
formación ambiental para que se ocupen de las nuevas tareas asociadas
al cumplimiento de sus funciones ambientales. Consideramos que esto
coadyuva al logro de una disciplina ambiental, por lo menos en teoría. En
la región se asignaron competencias a sectores productivos
competencias ambientales, ministerios como los de agricultura, minas,
industrias.

En muchos países se establecieron unidades especializadas en materia


ambiental y recursos naturales. Dichas unidades tenían la función de
asesorar a los gobernantes acerca de las políticas de gestión sobre la
materia, coordinar las actividades con diversos organismos y manejar las
relaciones internacionales del país en aspectos ambientales las unidades
ambientales pueden funcionar como agencias, secretariados o institutos
descentralizados dentro del ministerio de planificación, de economía o
dentro de la oficina del primer ministro. Si tuviéramos que hablar de las
ventajas y desventajas de este modelo, podríamos decir que parece ser
sumamente eficaz en relación con el dictado de normas y reglamentos, el
ejercicio de influencia política a nivel nacional, la coordinación con otros
sectores y el ejercicio del poder político, pero es ineficiente a los efectos
de resolver controversias entre distintos organismos e influir
decididamente sobre el medio ambiente local.
Respecto a mantener competencias ambientales en sectores productivos
también hay argumentos de ambos lados. Como argumentos en contra
tenemos la posibilidad de que las competencias queden en los sectores
productivos tradicionales (minería, energía, agricultura, pesquería,
etcétera), pues tienen interés, experiencia técnica e información
adecuada para el cumplimiento de sus actividades productivas
sectoriales. Y en segundo lugar, sabemos que se actúa como juez y
parte de la gestión ambiental, toda vez que son los sectores de la
producción los que a través de sus actividades tienen una mayor
incidencia ambiental y utilizan como insumos esenciales recursos
naturales. En el Perú se creó en el año 1974 la Oficina Nacional de
Evaluación de Recursos Naturales (ONERN), la cual funcionó como
punto focal peruano ante el Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente. Su función principal estaba vinculada a la realización de
inventarios de recursos naturales como recursos hídricos, suelos, flora,
fauna, recursos pesqueros, etcétera. La gestión de los recursos estaba
asignada fundamentalmente a sectores productivos como agricultura,
pesquería, minería, sectores que carecían de un marco normativo
adecuado, personal capacitado y recursos financieros. En estos sectores
había una clara voluntad política de hacer prevalecer volúmenes de
producción antes que cumplir exigencias ambientales. Los aspectos de
saneamiento y desarrollo urbano se encontraban en los sectores de
salud y vivienda respectivamente, mientras que la planificación en manos
del Instituto Nacional de Planificación (INP). La creación de la Oficina de
Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) podría ayudar mucho en el
proceso de fortalecimiento de la gestión ambiental. Sin embargo, ello
requiere, desde nuestro punto de vista, adicionalmente a la dotación de
recursos económicos, técnicos y humanos, dotarla de una independencia
que la haga ajena a la presión del gobierno de turno. El jefe de esa
entidad debiera ser designado por el Congreso de la República, pues el
Poder Ejecutivo es el principal favorecido con la renta que producen las
actividades extractivas. Un claro ejemplo lo constituye el sector minero
que aporta más del sesenta por ciento de los ingresos del país y que
difícilmente va a ser fiscalizado por el Poder Ejecutivo con la debida
rigurosidad. Asimismo, los miembros del tribunal de fiscalización
ambiental debieran ser designados por el Consejo Nacional de la
Magistratura y sus miembros no debieran estar vinculados a gremios
empresariales o ser parte de instituciones con intereses contrapuestos a
la fiscalización ambiental como ocurre en la actualidad. Particularmente
consideramos que si el esquema institucional no cambia, los conflictos
ambientales se van a agudizar. Consideramos que seguir aglutinando
competencias en el Ministerio del Ambiente, sin la provisión de los
recursos adecuados, no solo debilita los avances en el fortalecimiento
alcanzado en algunos sectores productivos en materia ambiental, sino
que crea la convicción errónea de que los problemas ambientales están
siendo debidamente afrontados. Se debe ponderar la real capacidad de
gestión del Ministerio del Ambiente antes de tratar de hacer de él el
superministerio al que se integran todas las competencias ambientales
sectoriales.
 APRESIACIÓN Y/O COMENTARIO

La lectura "Marco Institucional para la Gestión Ambiental en el Perú" explora la


evolución de la gestión ambiental como una obligación del Estado y propone mejoras
para la institucionalidad ambiental en el país. El autor aborda temas como la creación
de superagencias o comisiones intersectoriales, la descentralización en los niveles
regionales y locales, la creación de un sistema nacional del ambiente y el marco
jurídico institucional ambiental en el Perú. Además, se mencionan los problemas
actuales de la actividad minera en el país y se destaca la importancia de una
respuesta "contundente y sólida" por parte del Estado para abordar los desafíos
ambientales.

Si bien el autor aborda de manera general la evolución y la importancia de la gestión


ambiental, así como los desafíos que enfrenta Perú, se echa en falta un análisis más
profundo de las causas y consecuencias de los problemas ambientales mencionados,
especialmente en relación con la actividad minera.

El autor destaca que Perú ha avanzado significativamente en la gestión ambiental,


pero no proporciona suficientes datos concretos o ejemplos para respaldar esta
afirmación. Sería beneficioso contar con información más detallada sobre los avances
logrados y los resultados concretos en términos de protección ambiental y
sostenibilidad.

Las propuestas de soluciones y mejoras presentadas por el autor, como la creación de


superagencias, la descentralización y la participación ciudadana, son válidas en teoría,
pero se echa en falta una discusión más crítica sobre los obstáculos y desafíos
prácticos que podrían surgir al implementar estas propuestas. Además, no se
mencionan posibles desventajas o limitaciones de estas soluciones.

Asimismo, aunque se destaca la importancia de la educación ambiental y la


participación ciudadana, no se proporciona información sobre cómo se podría llevar a
cabo efectivamente la implementación de estos mecanismos en el contexto peruano.
Sería relevante discutir las estrategias específicas para fomentar la educación
ambiental y la participación ciudadana, así como los posibles obstáculos que podrían
surgir.

En general, el texto ofrece una visión general de la gestión ambiental en Perú y


plantea algunas propuestas interesantes, pero se echa en falta un análisis más crítico,
sustentado en evidencias concretas y una evaluación más exhaustiva de las
implicaciones prácticas de las soluciones propuestas.

 INTEGRANTES:

-Astrid Adriana Paredes Boza


-Annie Ailin Adolfo Placencia
-Gean Pierre Zabaleta Ortiz
-Naddia Zarela Rodríguez Silva

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