Tema 4
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Tema 4
ESQUEMA RESUMEN
• INTRODUCCIÓN.
• EL NIÑO/A DESCUBRE A LOS OTROS.
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• Conflictos más frecuentes de la vida en grupo.
• Agresión: instrumental, hostil, lúdica.
• BIBLIOGRAFÍA.
• INTRODUCCIÓN.
Los niños van estructurando su concepción social al relacionarse con otras personas. Las investigaciones
actuales sobre el desarrollo social tratan de relacionarlo con el desarrollo cognitivo. Los investigadores
estudian la forma en que los niños se conceptualizan a sí mismos, a los otros y al modo en que entienden las
relaciones entre las personas. Se ha demostrado que los niños son activos pensadores que aplican sus
habilidades cognitivas a las interacciones sociales y extraen significado de las mismas. En el tema anterior
hemos abordado el conocimiento de uno mismo, en este tema lo haremos del conocimiento de los otros y el de
las relaciones.
El niño cuando nace depende de las ayudas que le prestan los demás. En un primer momento no diferencia su
yo del entorno que le rodea, pero la satisfacción de sus necesidades básicas (alimentación, protección,
actividad lúdica,...) le motivan para su integración en el grupo social donde nace, y le llevan al descubrimiento
de los otros antes que al descubrimiento de sí mismo.
Este procedimiento se inicia en la familia, donde establece sus necesidades y aprende una serie de conductas
sociales; el vínculo afectivo básico es el APEGO (lo desarrollaré en el siguiente punto). Más tarde, la propia
familia seleccionará y decidirá la apertura a otros contextos (personas, guardería, escuela,...), iniciándose las
relaciones con los iguales.
Al principio las interacciones apenas se producen, y luego son DIÁDICAS (pareja formada por 2 individuos
en estrecha relación), en unos primeros momentos basadas en los objetos. Posteriormente se van abriendo
paso las actividades asociativas de colaboración y juego social y las relaciones dejan de ser diádicas para
pasar a ser grupales.
El vínculo afectivo básico que caracteriza las relaciones que el niño establece con sus compañeros es la
AMISTAD.
El niño al nacer ya es miembro de un grupo social, está preparado para el aprendizaje y preorientado
socialmente. Las necesidades básicas que debe satisfacer le motivan para su incorporación al grupo social.
Desde los primeros momentos reconoce algunas personas de su entorno pero no las identifica como tales de
forma global, ese reconocimiento se dará a partir del 3º ó 4º mes mostrando preferencias claras hacia algunas
personas, busca su contacto y reacciona ante su ausencia , aunque no manifiesta rechazo a los extraños.
Hacia el 8º mes muestra una actitud de cautela, recelo o miedo ante las personas desconocidas, actitud que
depende de la forma en que se produzca el encuentro con el desconocido. Esto demuestra que hace una
valoración de la persona con la que interactúa y de la situación en la que se produce el contacto.
Respecto al entorno familiar, EL APEGO es el vehículo afectivo básico que establece el niño con las
personas más próximas. Para FÉLIX LÓPEZ el apego es un vínculo afectivo que establece el niño con las
personas que interactúan con él, estando caracterizado por determinadas conductas, representaciones
mentales y sentimientos.
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• Las conductas que pone de manifiesto el niño son muy variadas (llamadas, contacto íntimo,
seguimiento perceptivo y motor...) y dependen de numerosos factores (la persona con quien establece
la relación, la situación, el estado del niño, su nivel de desarrollo).
• Los sentimientos asociados a la figura de apego son de diverso tipo (seguridad, bienestar, placer,
ansiedad) según se den situaciones de proximidad y contacto o separación.
A lo largo de los dos primeros años de vida, el vínculo de apego se consolida y enriquece, las interacciones se
van haciendo menos asimétricas y más cargadas de relaciones sociales. Se desarrollan las capacidades
lingüísticas y mentales, y la autonomía motora, ampliando su entorno físico y social. El niño, va tomando
conciencia de las relaciones entre los diferentes miembros de la familia.
Las relaciones con los hermanos influyen en el proceso de socialización del niño. PEPLER CARTER y
otros realizaron en los años '80 un estudio sobre las mismas teniendo en cuenta distintos aspectos y
conductas:
• Entre hermanos del mismo sexo se imitan comportamientos y tienen una relación más cálida que entre
hermanos de distinto sexo.
• Las hermanas mayores suelen adoptar posturas más demostrativas de atención con sus hermanos más
pequeños.
• En familias con muchos hijos, los pequeños reciben más ayuda y tolerancia de los hermanos mayores
que en familias con pocos hijos.
• El orden de nacimiento influye en la personalidad del niño, los primogénitos están más orientados
hacia los adultos y son más responsables, en parte porque se les anima a cuidar a los hermanos más
pequeños.
Por último, en un ámbito familiar amplio (padres, abuelos, tíos, primos,...) las posibilidades de desarrollo de la
socialización son más ricas y complejas que en un contexto reducido.
Las relaciones con los iguales comienzan al primer año de vida. Son diádicas y tienen a los objetos como
vehículos de interacción social. OSTERRIETH establece 4 etapas:
• Actividad esencialmente solitaria: el bebé presta muy poca atención a sus compañeros y los trata como
objetos.
• Juego paralelo: aparece sobre los 3 años. Los niños se buscan y quieren estar juntos aunque cada uno
desarrolla su actividad particular.
• Juego asociativo: hacia los 5 años el grupo se extiende a varios participantes, con frecuentes interacciones
entre ellos y apareciendo esbozos de asociaciones.
• Actividad colectiva: se corresponde con los juegos reglados.
Durante el 2º ciclo de Ed. Infantil comienzan a estructurarse los grupos en torno a preferencias, por
temperamentos y por las semejanzas personales compartidas.
La concepción de AMISTAD es muy peculiar, un amigo es un compañero de juegos con el que se comparte
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el placer y la realización de ciertas actividades. Diferencian entre compañeros preferidos y rechazados, en
función de comportamientos de amistad, cooperación, ayuda, participación en las actividades del grupo y el
cumplimiento de las reglas.
Hay disputas entre grupos por mantener o defender un objeto o actividad deseable. Frecuentemente se dan
más entre grupos del mismo sexo, más entre niños que entre niñas y más entre los 2−3 años que entre los 5−6
años.
• Igualdad entre pares: facilita la interacción y el intercambio social al tener que adaptarse a las situaciones.
• Justicia distributiva: que dé a cada cual lo que le corresponde.
• Neutralidad afectiva: necesaria para la convivencia en igualdad de derechos.
La escuela cumple un papel fundamental en el desarrollo social del niño como se refleja en la LOGSE, en los
reales decretos del MEC que desarrollan el currículo y en los de las comunidades autónomas con
competencias de educación, como es el caso de Andalucía.
La LOGSE, en el artículo 8, apartado b) relativo a las capacidades que la Educación Infantil contribuirá a
desarrollar señala la necesidad de:
relacionarse con los demás a través de las distintas formas de expresión y comunicación.
• Establecer relaciones afectivas satisfactorias, expresando libremente los propios sentimientos, así como
desarrollar actitudes de ayuda y colaboración mutua y de respeto hacia las diferencias individuales.
• Establecer relaciones sociales, en ámbitos cada vez más amplios, aprendiendo a articular
progresivamente los intereses, aportaciones y puntos de vista propios con los de los demás.
El centro de Educación Infantil debe contribuir al desarrollo social del niño organizando los intercambios
entre iguales y las aportaciones de los adultos, propiciando experiencias y proporcionando espacios,
materiales y ambientes que constituyan un medio óptimo.
Siguiendo a DE LA TORRE se pueden establecer unos objetivos de socialización distinguiendo dos etapas:
• De 0 a 3−4 años:
♦ Ampliar las áreas de estimulación del niño en la familia y en la escuela.
♦ Adecuar la interacción adulto−niño a la problemática individual.
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♦ Optimizar las relaciones afectivas del niño con su familia.
♦ Facilitar la participación del niño en la familia y en la escuela.
♦ Establecer una colaboración continua entre los padres y el centro educativo.
La misma autora establece unas estrategias de socialización entre las que destacamos:
Los factores anteriores se pueden agudizar si a ellos se les unen otros problemas de paro,
drogadicción, extrema pobreza, inmigración, diferencias culturales o barrios marginales que dificultan
el desarrollo pleno del niño y lo ponen en situación de deterioro personal y son el germen del riesgo
social.
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El mismo sistema escolar puede agudizar la marginación y el riesgo social. Un ambiente
extremadamente competitivo e insolidario, una actuación insensible del maestro que fomente el
individualismo, la discriminación o la minusvaloración, también contribuirán a agravar estas
situaciones.
Si la escuela adopta una actitud de inserción en su entorno, detectando los problemas, proporcionando
un amiente solidario y participativo, actuando con un sentido de compensación de los desequilibrios
existentes en su realidad social, se podrán sentar unas bases sólidas para abordar estos problemas de
manera adecuada.
La escuela (más bien cabría hablar de comunidad escolar en su conjunto) puede adoptar dos tipos de
estrategias ante estas realidades: de prevención y de intervención.
Prevención: los niños con esas dificultades no hablan de su situación por diversas razones. Los
profesores pueden detectar la existencia de las mismas a través de unos indicadores:
Las situaciones conflictivas son inherentes al desenvolvimiento de cualquier grupo humano. Respecto
a los niños de Educación Infantil cabe señalar:
♦ Cuando empiezan a descubrir a sus iguales y a relacionarse con ellos, no son capaces de
regular su tendencia a la satisfacción inmediata de sus deseos.
♦ El egocentrismo dificulta la posibilidad de ponerse en el lugar del otro cuando se dan
situaciones de disputas o confrontaciones de intereses.
♦ El conflicto no debe entenderse como algo negativo, ya que en numerosas ocasiones es fuente
de entrenamiento para adaptarse y regular la vida en grupo.
♦ Otros factores que influyen en la frecuencia, intensidad y resolución de los conflictos están
relacionados con la personalidad del niño, el ambiente familiar y el estilo de comportamiento
de los padres.
Los conflictos más frecuentes que se dan en la vida en grupo son los siguientes:
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obtener un objeto, por separación de una persona, ...
♦ Agresión hostil para dañar o molestar a alguien.
♦ Agresiones lúdicas que se suelen dar en el juego activo, desordenado y también en la ficción.
• BIBLIOGRAFÍA.
DE LA TORRE, C., Principios básicos para un modelo educativo en la Escuela Infantil. 1991.
DECRETO 107/92 por el que se establece el currículo de la Ed. Infantil para Andalucía.
PALACIOS, J., e HIDALGO, V., Desarrollo de la personalidad en los años preescolares. 1990.