Casos Sobre Toma de Decisiones

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UNIVERSIDAD SAN GREGORIO DE PORTOVIEJO

MATERIA:

Ética y Deontología del profesional de Enfermería

NOMBRE DEL ESTUDIANTE:

Bailón Peralta Klever Manuel

LICENCIADA:

Reina Yadira Villavicencio Macias

CURSO:

Primer nivel ´´A´´


Primer Caso
Una señora de 87 años viene a la consulta de Enfermería con sus dos hijas. La señora
tiene muchos problemas de salud crónicos: es diabética, hipertensa y hace poco ha
sufrido un ictus, tras el cual está desmejorada y desanimada, pero con plenas facultades
de raciocinio.
Sus hijas comentan que se niega a comer desde hace dos días. Una de las hijas plantea la
posibilidad de ponerle una sonda nasogástrica o una PEG para alimentarla. La
profesional de Enfermería que atendía a la señora se puso en contacto con su centro
hospitalario de referencia donde se indicó que la sonda PEG estaba contraindicada en
casos (como era el presente) de una esperanza de vida estimada inferior a tres meses,
pero planteaban la colocación de una sonda convencional de alimentación. El dilema
ético planteado es si a la luz de las circunstancias planteadas y de la decisión de la
enferma, sería conveniente poner dicha sonda.
En primer lugar, debemos hablar con la propia enferma, pues la señora está consciente,
con plenas capacidades mentales y autónoma en sus decisiones. En ésta situación, el
obligar a la colocación de una sonda de alimentación por imposición unilateral de los
profesionales de Enfermería es considerada desde el punto de vista ético-legal
inadmisible, es una medida extraordinaria y no se debe de plantear en contra de la
voluntad consciente de la persona afecta; sería una actitud maleficiente .
Enfermería ante el dilema planteado debe aconsejar dicha charla-conversación detenida
con la enferma para recabar los motivos de su decisión de no comer, los cuáles pueden
ser múltiples, desde la situación de desánimo y depresión por la que está pasando, hasta
por la razón de querer morir por verse como una carga para su familia u otra causa que
no quiera referir. Otro planteamiento debe de darse si la persona afecta no está en
condiciones mentales de decidir por sí misma, entonces la decisión será tomada tras una
necesaria reflexión de los pros y de los contras entre los profesionales que la atienden y
sus familiares responsables.
Éste procedimiento de toma de decisiones se realiza tras un análisis reflexivo y
cuidadoso de las diferentes opciones, pues en ello consiste el proceso deliberativo con
sus dos vertientes, la clínica, donde se ponderan las principales opciones que desde éste
punto de vista se tienen para el manejo adecuado de un paciente y la deliberación ética
cuando existen situaciones de dilema desde el punto de vista ético, donde se deben de
ponderar diferentes aspectos 3 que se exponen a continuación :
• Identificación de los problemas éticos presentes.
• Identificación de los valores en conflicto.
• Identificar actuaciones o acciones que pueden ir en contra de la legislación
vigente.
• Reflexión detenida para encontrar posibilidades intermedias de actuación que no
• pongan en conflicto los anteriores puntos.
El caso planteado es un caso típico donde está comprometido el respeto por la
autonomía individual de cada persona en sus decisiones sobre su propia salud (siempre
que no afecten a terceros o en situación de peligro para la salud pública) y el respeto
activo hacia las opciones legítimas de los enfermos bajo nuestra responsabilidad
profesional. Tanto la ley general de sanidad como la importantísima ley 41/2002 de
autonomía del paciente son claras en la defensa de las decisiones maduras y no
coaccionadas del paciente y como profesionales de la salud debemos tener la obligación
de que las decisiones tomadas por éste sean fruto de la información detallada y ajustada
a la verdad del profesional. Es importante detenernos a especificar qué es una acción
autónoma, para tenerla en cuenta y aceptarla como tal. Pues bien, una acción autónoma
es aquella que se realiza de forma intencionada, con comprensión de la acción y sus
consecuencias y sin influencias coaccionadoras externas, la cual la realiza libremente el
paciente tras información objetiva, clara y veraz del profesional. Como profesionales
enfermeros tenemos la obligación ético-legal de respetar dichas acciones autónomas.
Actualmente, las decisiones autónomas en sanidad cobran protagonismo central; la
persona que se pone en contacto con la organización sanitaria por un problema de salud
es a quién, hoy en día, se le hace partícipe y protagonista de las decisiones que
competen a su propia salud. Pero, en ocasiones nos podemos topar con el conflicto
moral que se pueden plantear algunos profesionales de la sanidad en el sentido de que si
toda decisión individual amparada por el derecho puede vincular a otros que no la
comparten. Es decir, ¿es la libertad individual, el derecho autónomo legítimo de un
enfermo el valor absoluto que se debe de respetar en todo momento y situación, aun
yendo en contra de los principios morales de los profesionales que le atienden? En ésta
disyuntiva, algunos estudios del tema indican que sí, que la decisión autónoma de la
persona enferma es el valor absoluto a tener en cuenta siempre bajo cualquier
circunstancia pues indican que esa autonomía decisoria entraría dentro de la
denominada “ética de mínimos” de obligado cumplimiento. Sin embargo, en la
actualidad, no se ha llegado a una concienciación radical en éste sentido y será necesaria
una evolución a múltiples niveles para posicionarla en primera línea de cumplimiento.
La defensa de las decisiones maduras y autónomas de una persona sobre su salud y su
proceso de enfermedad, es algo a lo que en la actualidad no estamos acostumbrados e
incluso, en muchos casos (como el caso presentado) puede entrar dentro del campo de la
objeción de conciencia, opción, por otra parte, legítima en el profesional directamente
implicado en la actuación.
El tema de la objeción de conciencia ha sido profundamente tratado por numerosos
autores y que lleva siglos de evolución, las denominadas “razones de conciencia”
impulsan a los hombres en general y a los profesionales de Enfermería en particular a la
acción y a realizar o no una acción en uno u otro sentido. El profesional de Enfermería
puede indicar razones de conciencia para abstenerse, en este caso, debido a que no
poner una sonda de alimentación puede conducir en un plazo más o menos breve a la
muerte de la persona. También, en otro aspecto, los profesionales sanitarios
directamente responsables de la enferma pueden caer en un ya trasnochado paternalismo
profesional8,9 que nos hace pensar que el paciente se está equivocando en una decisión
y que sólo nosotros sabemos reconocer lo mejor para cada uno de nuestros enfermos.
Muchas veces la toma de decisiones en materia de su propia salud por parte de los
pacientes encubre el paternalismo médico y/o el paternalismo enfermero que en éstas
décadas de desarrollo de la actividad asistencial debería estar ya perfectamente
eliminado; en el paternalismo, el profesional “ofrece” al usuario la opción que él
considera más oportuna en sus circunstancias sin tener en cuenta otras opciones también
legítimas. Pero ésta acción muchas veces es algo que surge de forma automática e
inocente en el profesional sanitario, todavía con “restos” de una mentalidad sanitaria
anterior en la que era el médico o el profesional sanitario, el que decidía la mejor opción
para el paciente en la idea de que es el profesional, con sus conocimientos el que mejor
determinará lo que le convenía al enfermo en cada momento en materia de salud.
Las decisiones centradas en el paciente y decididas por éste son una de las más
novedosas de las últimas décadas y que más han avanzado. Debemos de tener en cuenta
y no olvidar nunca que el depositario de las informaciones sobre su salud es el propio
paciente y que él decide en última instancia en cuestiones que atañen a su propia salud
única y exclusivamente. El respeto a las decisiones del paciente debe de ser, por tanto,
central en nuestro trabajo como profesionales y debemos de velar por que ello se
cumpla en cualquier circunstancia y situación. Sólo de ésta manera contribuiremos al
desarrollo sanitario eficiente y ético y es nuestra responsabilidad incuestionable e
inalienable.
Además no sólo desde el punto de vista de la ética estaríamos cometiendo una grave
violación de nuestro código deontológico, sino también desde el punto de vista de la
legalidad vigente que apoya y defiende la decisión autónoma e informada del paciente
sobre cuestiones que competen a su propia salud y siempre que no ponga en peligro a
terceras personas por sus decisiones. Éste derecho de autonomía del paciente es, en
resumen, uno de los cuatro principios de la Bioética y el que incorpora cuestiones más
actuales a la práctica clínica.

Segundo Caso
El segundo y último caso planteado es el de una señora con un carcinoma de pulmón
que fallece a menos de un mes del diagnóstico. El proceso patológico sólo lo conocía la
hija, ésta no se lo contó ni al marido de la mujer ni a su propio marido ni a su hija que le
reprochó que la dejara ir a Madrid de fiesta estando muriéndose su abuela.
Éste es un caso muy interesante pues nos plantea una serie de dilemas éticos al final de
la vida sobre los que debemos reflexionar detenidamente. La propia paciente no conoce
su procedimiento patológico y no tenemos datos de cuál es la razón, la cuál puede ser
muy legítima y decidida por la propia persona afecta (como veíamos en el caso
anterior), en cuyo caso se debe de respetar el que la enferma no quiera saber y “delegue
“la información en algún familiar. Puede ser este desconocimiento debido a una actitud
paternalista (ya vista también) en que de forma unilateral (por parte de los
profesionales) o bilateral (por parte de los familiares y de los profesionales) hayan
decidido, por la razón que sea, que no se informe a la enferma.
Esta actitud, en principio está deslegitimizada tanto desde el punto de vista ético, como
legal. La paciente tiene el derecho legítimo a conocer todos los aspectos de su
enfermedad y las opciones terapéuticas, para poder decidir de una forma consciente
sobre su propio futuro. El respeto por la autonomía decisoria del paciente en materia de
su propia salud es algo que se encuentra actualmente perfectamente normalizado desde
el punto de vista ético y jurídico y como tal aceptado por los profesionales que lo ponen
en práctica todos los días. Ante una situación como la planteada, se debe de informar
primero a la paciente, verdadera y legítima depositaria de la información, indagar sus
miedos, preocupaciones, informar en la medida que nos lo demande e informar a la
familia si la enferma está de acuerdo. Aquí nos encontramos con el valor en conflicto de
la obligación de dar al paciente una información veraz sobre su propio proceso
patológico y el evitarle un sufrimiento desde el punto de vista de la familia innecesario
si se comenta el verdadero alcance de la enfermedad a la paciente.
La paciente tiene el derecho de ser informada, en el proceso deliberativo que debe
emprender el profesional enfermero, la familia y el equipo asistencial se debe indagar
el por qué no quiere la familia que se informe a la propia enferma (carácter de la
paciente, negación del familiar).Se debe de informar a la paciente en el tiempo que nos
demande y hasta lo que quiera saber, sin insistir en otros aspectos si la paciente no lo
requiere, darle la información que ella nos demande ni más ni menos.

Bibliografías
1. Simón P. Ética de las organizaciones sanitarias. Nuevos modelos de calidad.
Triacastela, Madrid, 2005;1(1):50-100.
2. Ortega Galán AM (coord.). Manual de Bioética para los cuidados de Enfermería.
ASANEC (asociación andaluza de Enfermería comunitaria), 2010;(5):85-92.
3. Casado A. Bioética para legos. Una introducción a la ética asistencial. Plaza y
Valdés, Madrid, 2008; 2(1):100-220.
4. Ciurana JC. La sociedad ética. Indicadores para evaluar éticamente una sociedad.
Proteus, Barcelona, 2010; 200-330
5. Gracia D. La deliberación moral: el método de la ética clínica. Med Clin 2001;
117(1):
Disponible en: http://www.eutanasia.ws/hemeroteca/j62.pdEl portal de la ética aplicada.
Disponible: http://revista.dilemata.net/index.php/dilemata.

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