David Sánchez Rubio PDF
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I. CONSIDERACIONES PREVIAS
* Universidad de Sevilla
I "Filosofiade la liberación. Reajuste de categorías ".Amenca Latmo. h¡sto,.¡'ay destinO. Homenaje
a Leopoldo Zea, México, UNAM, 1992, pp. J 97·}98 Y ss. A partir de ahora, utilizaremos las siglas FdL
para referimos a esta forma de pensamiento.
dominación. De esta manera, añadimos una razón más que favorece la actualidad
del movimiento frente a quienes pregonan su inoperancia y su falta de aportes.
Desde un tiempo atrás, la propia FdL, para no quedarse anquilosada en sus
planteamientos iniciales tanto de cruácter historicista como ontologista, y de-
mostrando su capacidad de supervivencia, se ha volcado con fuerza para abrir un
intenso diálogo con la "ética del discurso" de JÜfgen Habermas y, sobre todo, de
K. o. Apel. Recientemente, en la ciudad brasileña de Sao Leopoldo, se celebró el
IV Seminário Internacional: A Etica do Discurso e a Filosojia Latinoa- Americana
da Liberta,ao, en el que participaron ilustres pensadores de la talla de Hugo
Assmaru~ Enrique Dussel, el mismo Karl OIto Apel, Arturo Andrés Roig, Sirio
López Velaseo, Juan Carlos Scannone, Franz-Josef Hinkelammert, Raúl Fomet-
Betancourt y Pablo Guadarrama. 2 En el encuentro, la importancia que el punto de
vista del otro, en cuanto pobre, tiene a la hora de pretender ofrecer un fundamento
último de cualquier principio ético o sistema normativo, quedó claramente plas-
mada. Entre los trabajos presentados, uno de sus máximos exponentes, Enrique
Dussel daba un paso más en su empeílo por criticar la ética del discurso apelsiana,
cimentada sobre la base de una pragmática trascendental, completándola con
una ética de la liberación, arraigada sobre el apriori racional relacional O ético,
de apertura al otro. En ella, la dimensión económica es fundamental para todo
acto de hab la, y mucho más para la realidad en la que se encuentran los países
de capitalismo dependiente' Esta actividad del fIlósofo argentino, junto al
apoyo categorial del que se sirve gracias al profundo frente recuperador del
abogado y filósofo del derecho mexicano, Jesús Antonio de la Torre Rangel, para
fmalmente ofrecer nna posible vía más de diálogo, desarrollada por nosotros, y
explicitándola con un pequeflo ejemplo.
n. EL DERECHO ALTERNAllVO
En Bmsil, desde fmales del afio 1990, el mundo juridico bmsileflo se agitaba ante
nna noticia aparecida en la prensa.' En ella se publicaba que, desde años atrás,
aproximadamente, unos cuarenta jueces se organizaban en tomo a un grupo
denominado "Direito Alternativo" que venia a cuestionar en sus semencias, los
fundamentos del derecho, del poder judicial y del propio concepto de justicia. 7
Ante la existencia de nna realidad misemble y ante la inopemncia de un sistema
normativo imerpretado siempre de forma contraria para las clases más desfavore-
cidas, además de ese grupo de jueces, varios juristas y opemdores juridicos
bmsileños, y de otms latitudes, se van a alzar, utilizando el sistema juridico, para
hacer más justas sus actividades y decisiones judiciales' Siguiendo esa tendencia
por acudir a la realidad, pretenden contextualizar al mismo derecho, ubicarlo dentro
del proceso social. Básicamente, este colectivo rompe con la tmdicionai concepción
neutralista de la ley, que concibe al ordenamiento juridico como mero mecanismo
aséptico de regulación social. Frente a ella, el componente ideológico forma parte
9
de su estructum Y considemn que son los valores, las necesidades y el concepto de
justicia los elementos con los que hay que contar a la hom de interpretar una
6 En el Jornal Folha da Tarde de Sao Paulo bajo el título de "Juízea gaúchos colocam Direito
aeima da leo", y en la Gazeta do Pavo de Curitiba, el 28 de octubre de 1990. Ver Bueno de Carvalho
Amílton, en la presentación de Revista de Direito Alternativo, Sao Paulo, N° 1, 1992 p. 7; Coeilio, Luis
Fernando, "Do Direito Alternativo", en el mismo número, p. 9; Y Wanderlei Rodrigues, Horácio,
"Direito com que direito?", en Li(:oes de DireitoAlternativo 2. Sio Paulo, Editorial Académica, 1992,
p.18S.
1 Entre los miembros activos del grupo, están los jueces Amilton Bueno de Carvalho, Marcio de
Oliveira Puggina, Henrique Oswaldo Poeta Roenick. Rui Portanova, Marco Antonio Bandeira Scapini
y Aramis Nassif. Ver Coelho, Luis Fernando, op. cit., y Edmundo de Arruda Jr., "Direito Alternativo
no Brasil: alguns informes e balanr;os prelJminares", en Li~oes de Direito Alternativo, 2, op. cit., pp.
167-168.
8 Lédio, Rosa de Andrade, "Proceso social alternativo", en Li~oes de Direita Alternativo, 2, ap.
cit., p. 82. Edmundo Lima de Arruda nos ofrece una panorámica ilustrativa de la variedad de miembros
que participan de este movimiento. "Direito Alternativo no Brasil; Alguns infonnes e balanr.¡:os
preliminares", en Li~oes de Direito... , op. cit, pp. 159 Y ss. En realidad, el caso brasileño está marcado
por la reacción de los mismos operadores del derecho, pero previamente, ya existía una fuerte tendencia
critica al propio derecho latinoamericano cimentado e interpretado sobre la lógica positivista-liberal, y
buscadora de una nueva racionalidad emancipatoria que rompiera con el orden legal vigente, siempre a
favor de las clases dominantes. Extendidos por todo el continente, y conformando un conjunto de teorías
diversas entre sí -incluso entre los mismos integrantes del derecho alternativo-, de alguna manera
van a quedar vinculados bajo el rótulo de Critica Jurídica. Tienen en común, entre otras cosas, al retomar
las premisas establecidas por el movimiento Uso Alternativo del Derecho italiano, y los aportes de
aquellas corrientes jurídicas europeas más progresistas. Ver Wolkmer, Antonio Carlos, Introdu9ao ao
pensamentojuridicocrítica, Sao Paulo, Editora Académica. 1991, pp. 79 ss.; y Rosa de Andrade, Lédio,
Juiz alternativo e poder judiciário, Sao Paulo, Editora Académica, 1992.
9 Edmundo Lima de Arruda, "Apresentayao" de LE90es de Direito Alternativo, 2, op. Cit., p. 7.
10 Ver Batista Moreira Pinto, loao, HA a~ao instituinte dos novos movimentos sociais frente a lei ",
en LII;:oes de DtreltoAlternatlvo, 2, op. CIt" p. 18; Ledio Rosa de Andrade, op. Cit., p. 92.
11 Rosa de Andrade, lidio, Idem.
12 Moreira J. 8.. Pinto. op. cit., pp. 21-22.
13 Rosa de Andrade, Udio, op. Cit., p. 93.
[4 El abogado mexicano Jesús de la Torre Rangel nos hablade una apropiación de las leyes vigentes,
y además una reapropiación del poder nonnativo para crear leyes nuevas en favor de las clases más
desfavorecidas. Parte del derecho existente es válido. Lo único que habría que hacer es desideologizarlo,
en cuanto defensor de los grupos dominadores, aprovechando lo dado, y provocar el cambio cualitativo
necesario en [unción del proyecto jurídico alternativo. Torre Rangel, Jesús de la, El derecho como arma
de {¡beración en América Latina, Aguascalientes, Centro de Estudios Ecuménicos, 1984, pp. 79 ss.
¡ 5 ..... 0 Dlrelto através de um método téCniCO, formal, buscando a ¡n(erpreta~ao clenllfica da lel
quando na aphca~ao aos casos concretos." Rosa de Andrade, Lédio, Jwz alterna{¡vo e poder... , op.
Cit., supra nota 8 p 25; Warat, Luis Alberto, "Sobre dogmática jurídica", en Seqüenc/Q, Florianópolis,
v. 1, n° 2, 1980, pp. 34 ss. La traducción es nuestra.
16 Kelsen. Hans, "¿Qué es la Justicia?", en ¿Qué es la JustICIQ.? (Edición preparada por Albert
Calsamiglia), 2a. ed., Madrid, Editorial Ariel, 1991, pp. 35 a 63
muchos criterios que sobre la Justicia existell Kelsen representa así uno de los
ejemplos más significativos del relativismo axiológico, defensor de la existencia
de varios valores dentro de la vida social, y contraria a la posibilidad de que se
pueda establecer un criterio único nonnativo válido para todo tiempo y lugar."
Aparte de su racionalismo cientifico exclusivista, y la consiguiente impugnación
para indagar el mundo de los valores por medio de la razón, la multiplicidad de
criterios sobre la Justicia es la nota que domina el mundo humano del deber ser. l.
Para él, hablar de valores, es algo subjetivo, siendo impensable poder llegar a un
consenso basado en una racionalidad emancipadora, que permita la objetivación de
los mismos, o que el mismo desarrollo y la historia del hombre, vaya elaborando
un excedente axiológico aceptado por más de una forma de vida.
Kelsen, defiende también una posición propia del dogmatismo o formalismo
juridico racionalista. Su Teoria pura del Derecho no se ocupa para nada de todo
elemento "extrafio" que pertenece al reino del deber ser como son la moral, la
justicia o la ideologia. l ' Ignorando el contenido de las normas, sólo se interesa por
su estructuración lógica. Yva mucho más lejos al llegar a identificar al derecho con
la voluntad del Estado, al reducirlo al sistema de normas que son válidas según el
criterio establecido por una norma fundamental o legislador originario."
Frente a estos planteamientos, es impensable que ante la crudeza que la propia
sociedad brasileña está viviendo, extensible a las del resto de los países latinoame-
ricanos, el pensamiento juridico no se preocupe en analizar, y en saber reflejar
aquellos conceptos de justicia que los ciudadanos sostienen. La dogmáticajuridica,
al negar todo posible conocimiento de los valores inherentes a las normas, y al
cimentarse sobre un irrebatible cientificismo, viene a preservar las correlaciones
de fuerza sociales, buscando siempre mantener el orden establecido por los grupos
dominantes, trabajando continuamente en favor de los detentadores del poder.'1 Es
como si vinieran a imponer un criterio oculto de injusticia, opuesto a aquellas
directrices de justicia favorables siempre a las cIases más necesitadas. Tércio
Sampaio Ferraz Júnior señala que la dogmática es un agente estabilizador que evita
el conflicto social, y que monopoliza la interpretación de las normas, sin dar opción
a otras visiones. 22
17 Calsamiglia.. Albert. "Estudio preliminar", en ¿Qué es la Justicia?, op. cit., sl/pra nota 16, p.
10.
J 8 "SI algo podemos aprender de las experiencias intelectuales del pasado, es que la razón humana
s610 puede acceder a valores relativos", op. cit., p . .59.
19 Kelsen, Hans, La teoría pura del Derecho, 2a. ed, México, Editora Nacional, 1981, pp. 35 a 44.
20 Ver Torre Rangel, Jesús de la, Del pensamiento jurídico contemporáneo. Aportaciones críticas,
México, Editorial M. Á. Pomía, Escuela Libre del Derecho, 1992, pp. 88 ss. Ver también Cossio, Carlos,
en el prólogo de la obra de Kelsen., La Teoría... op. cit., supra nota 19, p. 11, Yal mismo autor austríaco
en pp. 99 ss.
21 Rosa de Andrade, Lédio,op. cit., supra nota 6, p. 24.
22 ldem, A ciencia jurídica e seus dois mandos, Santa Cruz do Sul. Faculdades Integradas de Santa
Cruz do Sul, 1985, p. 96.
Norberto Bobbio considera que la evolución del pensamiento sigue una línea
que enlaza con etapas metafísicas y positivas, en donde se acepta el orelen de las
ideas y el orden social vigente, y etapas escépticas y criticas, en las que hay un
cuestionamiento de lo existente y un intento de reconstruir el orden amenazado de
disolución. La FdL, podriamos clasificarla como una de las formas de pensamiento
ubicadas dentro de esta segunda etapa. Y lo mismo le ocurre a los planteamientos
iusfilosóficos del "derecho alternativo". La primera pone en cuestión el universo
discursivo de Occidente, basado en una ideología dominadora, conquistadora. 28 El
segundo, cuestiona el universo jurídico de sus sociedades, que están inspirados en
la tradición positivista y liberal de occidente. Las categorías y los conceptos sufren,
al menos, un intento de quiebra. Se las intenta reinterpretar o transformar.
26 "Y es el explotado, el marginado. el oprimido, el único que puede tener la idea de la auténtica
justicJa. Sólo en aquel que está fuera de la totalidad jurídica del sistema, y en aquel otro que no ve desde
la leKalldad del sistema SinO que (lene la óptica del margmado, puede nacer la conciencia de {ajusticia
'Zegalfilera de la totalidad opresora." Torre Rangel, Jesús Antonio de la, op. cit., supra nota 14, p. 28.
27 Bueno de Carvalho, Amilton, "Actua~ao dos juízes alternativos gaúchos no processo de pos-tran-
sili30 democrática" (ou urna práxis em busca de urna teoría). Conferencia presentada en Oñati,ju1io de
1993, mecanografiado, pp. 1 Y 15.
2R Ver Zan, Julio de, "La dialéclica en el centro y en la periferia", en NuevoMlmdo, Buenos Aires,
enero-junio de 1973. t. 3, pp. 103 a 115.
29
Existe un deseo por lo novedoso, por lo progresivo. Y es ese mismo espíritu
tensional el que nos pennite acudir del mundo juridico práctico al mW1do de las
ideas filosóficas.
En la reciente historia intelectual y científica latinoamericana, si desde deter-
minadas perspectivas del mundo de la economía, de la sociología. de la teología.
de la filosofía y del derecho, se denuncia el alejamiento que existe entre la realidad
y la posibilidad de que el hombre circule por ella con plenas garantías de ver
colmadas sus aspiraciones, dificilmente puede uno detenerse en sentar las bases
para que su actividad teórica permanezca separada del ámbito de lo axiólogico. de
los valores, del deber ser. El compromiso y la responsabilidad son elementos
comunes. Los sentimientos y las pasiones se mezclan con la razón y su ejercicio.
El nuevo espíritu de superación de los discursos vigentes, demanda una racionali-
zación que pueda reflejarlo. El deficiente panorama de la realidad latinoamericana
ha servido de acicate para que se elabore un ejercicio de la razón vivo. plenamente
vinculado con los hechos. La realidad social está dando origen a multitud de
fenómenos y hechos difícilmente de clasificar con el aparato nonnativo existente.
La mayoria de los miembros del "derecho alternativo" suelen ser operadores
jurídicos que diariamente están metidos en el foro de la acción. Por eso, entre acto
y acto, entre bastidores, se lanzan a la búsqueda del instrumental teórico que coteje
esa práctica, y que avance en la construcción de un nuevo imaginario. Por eso
creemos que la FdL ofrece una vía atractiva y factible para ello. Sin ir más lejos. el
mismo abogado y iusfilósofo mexicano Jesús Antonio de la Torre Rangel, posicio-
nado en la misma frecuencia que los juristas brasileños, en varios de sus trabajos,
ha desplegado toda una actividad de fundamentación de la práctIca juridica por
medio de determinados planteantientos de Enrique Dusse!.'"
La FdL, desde la década de los setenta, a partir de su inicial preocupación por
superar el pensamiento occidental, han creado un conjunto de categorias metodo-
lógicas que pueden ser aprovechables para el ámbito jurídico. A titulo de ejemplo,
y como hemos comprobado más arriba, tenemos cómo Dussel ofrece un método
interpretativo de la realidad basado exclusivamente en el respeto al otro. Ese "otro"
adquiere su máxima expresión en la fíguras del "pohre" en cuanto individuo,)' en
la figura del "pueblo", en cuanto colectivo. En la actualidad, dentro de la práctica
social de los países latinoamericanos, están surgiendo unos nuevos sujetos, difíciles
de clasificar, que parten básicamente de su condición de pobreza para exigir sus
derechos. Son movimientos que siempre han existido, pero que ahora, pretenden
con más fuerza fommli7,é.ú jurídicamente sus exigencias. La elaboración teórica de
2<1 Arturo Andrés Roig reclama nuevos COllC.:ptos integradores que expliquen los elementos ideoló-
gicos de todo discurso, que desenmascaren la~ totalidades objetivas opresoras que hasta ahora se han
realizado desde la filosofía Ver "Función actual de la filosofía en América Latina", en La filosof¡a
actual en Aménca Larina, México, Editorial Grijalvo, 1976. pp. 144- 145
JO El derecho como arma de liberaCIón, op. Cit., supra nota 14, pp. 15; t"1 derecho que nace de!
pueblo, Centro de Investigaciones Regionales de Aguascalientes, 1986, pp. 55-56; Del pensamiento
jurídico contemporáneo. México. Editorial M. Á. PoTTÚa. 1992, pp. 233 ss. Detodas fonnas, ver siguil!ntl!
epígrafe.
31 Dussel, haciendo todo lo posible para que tal categoría no sea asociada a los clásicos JXlpulismos,
pretende englobar bajo el concepto de "pueblo", a los sucesivos colectivos hwnanos latinoamericanos
que se han ido encontrando en una situación de marginalidad con respecto al sistema social imperante
en cada época, que, desde, como él llama, el "encubrimiento", siempre han estado vinculados y
apadrinados por el sistema global capitalista. Son grupos hwnanos que guardan exterioridad al mismo:
indios, negros esclavizados, mestizos, criollos, campesinos, obreros, marginales, entre otros, proporcio-
nan sucesivas demandas que se van acumulando en una conciencia histórica de su situación. Las
reacciones que han ido teniendo, y las soluciones que se han ido dando, y que deben seguir dándose,
confonnan el concepto de "pueblo" como "un sujeto histórico que atraviesa los diversos modos de
apropiación de una formación social." Ver epígrafe IS. 6 "La cuestión popular" de su libro La
producción teórica de Marx. Un comentario a los Grundisse, México·Madrid·Buenos Aires·Bogotá,
Siglo XXI, 198.5, pp. 400 a413; 1492. El encubrimiento del otro. (El origen del mito de la modernidad),
Santa Fe de Bogotá, Antropos, 1992, pp. 211 ss. En este último libro dice: "La "invasión", y la
"colonización" subsecuente. fueron "excluyendo" de la comunidad de comunicación hegemómca a
muchos "rostros". a sujetos históricos, a los oprimidos. Ellos son la "otra-cara"". de la Modernidad:
los Otros encubiertos por el descubrimiento. los oprimidos de las naciones periféricas (que sufren
entonces una doble dominación). las víctimas inocentes del sacrificio. Son un "bloque social" --en la
terminología de Antonio Gramsci- que se constituye como pueblo. como "sujeto histórico" en cIertos
momentos... " Idem, p. 213.
32 Ver los trabajos colectivos Cultura popular y filosofia de la liberación, Buenos Aires, Editorial
Fernando García Cambeiro. 197.5; y Sabiduría popular. simbolo y filosofia. Buenos Aires, Editorial
Guadalupe, 1984.
33 Ver Scannone, Juan Carlos. "Teología, cultura popular y discernimiento. Hacia una teología que
acompañe a los pueblos latinoamericanos en su proceso de liberación", en Cultura popular y filosofia
de ... op. CIt., supra nota 32, especialmente pp. 246 ss.; "Trascendencia, praxis liberadora y lenguaje",
en Nuevo Mundo, op. cit., supra nota 28, pp. 241 ss.
34 Ardiles, Osvaldo, "Ethos, cultura y liberación", en Cultura popular y filosofia de la liberación,
op. cit.. supra nota 32, p. 27.
35 Historia que en el mundo de los valores queda reflejado en los principios generales del derecho
yen los derechos humanos. Bueno de Carvalho, Amillon, op. cit., supra nota 27, p. 11.
Más arriba, al comienzo, vimos como para Enrique Dussel todo tipo de
acuerdo a la vez que incluye, excluye a determinadas personas o colectivos
humanos. Los sistemas jurídicos, en cuanto procedimientos reguladores de
conductas, y en cuanto instrumentos formales a través de los cuales se
desarrollan acuerdos y desacuerdos entre los afectados, adolecen de los
mismos defectos apuntados por el autor argentino. En el momento que una
comunidad real de comunicación está cOIúormada por un colectivo humano
que tiene la posibilidad de participar, está ignorando el paso previo de
aquellos que no pueden hacerlo por múltiples causas: porque no se les
respeta su modo de vida distinto, porque el sistema directamente los aparta
del propio proceso de producción, porque se asocia sus diferencias culturales
con incapacidades o inferiores cualidades humanas, etcétera. No se trata de
que la comunidad ideal los incorpore a posteriorí. Esto ocurre con los
ordenamientos jurídicos latinoamericanos, que están cimentados sobre la
base de esa comunidad real de comunicación hegemónica, que desde el
36 Ver Torre Rangel, Jesús Antonio de la. op. Cit., pp. 88. El filósofo del derecho brasileño Antonio
Carlos Wolkmer. ve necesaria la colaboración interdisciplinaria entre aquellas teorías que dan prioridad
al mundo de ética de la alteridad. del respeto al otro, para así crear una cultura jurídica altemativa
favorable a la mayoría popular y contraria a las clases o grupos dominantes. "Direito Comunitário
Altemalivo: Elementos para un ordenamento ll'orico-práctico ". en LllroeS de ... , 2. op. CIf., pp. 127 ss. y
143- 144.
37 DlISSel, Enrique, antes de partir de una comunidad real de comunicación y antes de pasar de ella
a la comunidad ideal de comunicación, reclama la necesaria y urgente constitución de 10 que denomina
"comunidad de comunicación histórico-posible". Esta permite una nueva comunidad que surge desde
la e:\1<:!rioridad dd otro, y que rompe con la sociedad hegemónica ---en este caso la capitalista- que
establece como comunidad real sus propios particularismos, olvidando e ignorando otros -los propios
de las ctnias. de los pueblos indígenas, de los marginados, en cuanto su situación de pobreza genera una
cultura de supervivencia, etcétera. Con la "comunidad de comunicación histórico-posible" se desarro-
llan y so.:: facilitan los medios necesarios para que todo ser humano, pueda fonnar parte de la comunidad
rl!al dI! comunicación. sobre todo, aquellos que antes de ser "afectados", fueron "excluidos" de la
misma. En ..:ada "jul!go de lenguaje" o fonna de vida, "alguien está siendo "excluido " de la comunidad
00
defiende los intereses de los más poderosos, de atú que, para no caer en la
arbitrariedad y en el decisionismo, sea necesaria una instancia que de seguridad y
certidumbre normativa a las reclamaciones y demandas populares. Como nos
movemos en el seno del mundo juridico, será a traves del concepto de justicia como
se podrá salir de ese ámbito reducido y limitado que el derecho oficial y positivo
mantiene. Además, en la linea de los miembros del movimiento critico y alternativo,
Jesús A. de la Torre acentúa el valor de la dimensión política íntimamente unida al
derecho. Sin que se llegne nunca a perder lajuridicidad, lo que se trata es de cambiar
el sentido asignado al ordenamiento juridico ideológica y orgánicamente dentro de la
formación social donde es producido." Ahom son las clases dominadas las que están
en el punto de mira. Al remarcarse tal ámbito, frente a un ordenamiento que legaliza
la injusticia, se pretende, si no crear, al menos hacer respetar, pese a su sistemática
ignomncia, la fueIZa que determinadas expectativas sociales están adoptando con
la pretensión de ser reconocidas y ser satisfechas juridicamente. Tales necesidades
se van delimitando cada vez más con un mayor grado de contenido axiológico y de
objetivación, pues el número de individuos que pasa hambre crece, organizando
esos intereses de tal manem que el derecho oficial no tenga más remedio que
incorpomrlos. Pueblos indigenas, grupos de campesinos, comunidades de vecinos
manifiestan y expresan todo ese conjunto de reclamos cimentados en una larga
tradición de lucha contm la opresión y la dominación. 42
En lo que respecta a la conexión que se hace entre el ámbito juridico y el
pensamiento dusseliano hay que profundizaren la propia conce¡xión filosófica que
el abogado mexicano tiene sobre el derecho. Inspirándose en Efraín González
Morfin, utiliza la analogia como método de conocimiento. Mediante ella, se puede
tmnsitar del ser más conocido al menos conocido mediante una combinación de
discrepancia y conveniencia. El derecho es un término fonnado por varias realida-
des: derecho objetivo o norma, derecho subjetivo o facultad, patrón o ideal ético
de justicia y las ciencias juridicas. De entre ellas, la que está más vinculada con el
ser humano, la propia del derecho subjetivo, es el análogo principal que dota de
sentido a todas las demás, en cuanto análogos secundarios. Como defensor de un
iusnaturalismo armigado en la tradición cristiana, considem que la esencia del
H
derecho mdica en el hombre mismo, su fin está basado en la naturaleza humana.·
y la naturaleza humana se estructura re5petándose tanto su aspecto individual
41 Ver Torre, 1. A de la, 1cJ uso alternatIvo del derecho en Sartolomé de las Casas, Universidad
Autónoma de Aguascalientes, 1991, p. 5.
42 Nuestro autor en varios de sus trabajos lo ejemplifica con casos concretos llevados a los
tribunales. Por citar dos ejemplos. en El derecho que nace .... op. Cit., supra nota 30, pp, 18 Y ss la
comunidad campesina de San José de Bojay, por medio de su conciencia de e,>;plotados pOSeen
la intuición de que tienen derecho a no serlo, y utilizan conceptos jurídicos basados en un sentimiento
de justicia que deviene de esa misma experiencia de explotados; en su artículo "Huayacocotla: derecho
a la vida. La justicia reclamada", de próxima publicación, y proporcionado por el mismo autor, los
indígenas del pueblo norteño de Veracruz crean sus propias nonnas, elaborando Wl derecho objetivo
cimentado en las propias relaciones sociales solidarias (mecanografiado, pp. 11-12)
43 El derecho como arma .... op. Cit., sl.pra nota 14. pp. 17-18; Del pensanuento Juridlco
contemporóneo.op. Cit., supra nota 20, pp. 20 a 22.
44 Su concepción social solidarista está basada en las corrientes personalistas de N. Hartmann, Leon
Bourgeois, Charles Gide, Monzel, Paul Jostock. Mournier, Messner, Jacques Maritain, Gabriel Mareel
y Heinrich Pesch, entre otros. Parte de una posición ontológica del hombre que defiende su valor
primigenio y absoluto, como individuo y como ser social. Ver Hacia una organizaciónjuridica del
Estado, solidaria y liberadora, México, Editorial Jus, 1971, pp. ID ss. y 63 ss.
45 Como reconoce. hace en el campo del derecho lo que otros hacen en el campo teológico, actuar
solidariamente con los hennanos despojados de los derechos políticos. económicos y sociales que son
ampliamente reconocidos a otros. Ver El Derecho como arma.... op. cit, supra nota 14, pp. 7 a 9.
46 El Derecho que nace del pueblo, op. cit. pp. 55-.56. El método analéctico, cuyo origen está en la
influencia que la obra del alemán B. Lakebrink, Hegels dialektische. Ontologie und die thomische
Analektik, Retingen. 1968, tuvo sobre el argentino Juan Carlos Scannone (Ver su artículo "La cuestión
del método de una filosofia latinoamericana", en Stromata. nO l/2, enero-junio de 1990, nota 4. p. 80),
pretende superar las deficiencias que reúne el método dialéctico. La dialéctica es un método o camino,
con un movimiento radical e introductorio a lo que las cosas son, y que se inicia desde el ser que se
Impone en ese captar de las cosas. Por medio de ella,la conciencia, la subjetividad o el ser domina las
cosas, las hace fonnar parte de su propia identidad. Representa la mentalidad europea que diviniza su
subjetividad proyectándola sobre otras culturas. Frente al horizonte de la diléctica existe otro horizonte
que supera el movimiento hacia lo mismo, situado más allá del ser. Existe un "momento antropológICO
qlle permite afirmar un nuevo ámbito para el pensar jilosójico, metafísico. ético, alterativo." Ver
Dussel, Enrique, Método para una jilosojia de la liberación. (Superación analéctica de la dialéctica
hegeliana), Salamanca, Editorial Sígueme, 1974, pp. 15 ss.
ello, parte de la tradicional posición ética cristiana que exige la apertura al prójimo.
Podriamos decir que para él existe una relación primigenia entre los seres humanos,
un cara-a-cara transparente que con el transcurso del tiempo se ha ido ocultando
por medio de una serie de mediaciones políticas, económicas, sociales y culturales.
En ella, cada uno conserva un ámbito esencial de pureza, de libertad e individuali-
dad sin constricciones. Ni la razón puede captarlo tal como es ni traducirlo
comprensivamente. A partir de este reducto, considera que cada hombre es hombre
en cuanto es distinto, en cuanto es la alteridad absoluta, libre, que ni la razón puede
llegar a describir. Su irreductibilidad es la que impide todo intento de dominio o
posesión sobre él. Pero hay un colectivo humano que presente unos mayores
síntomas de exterioridad. No es que Dussel haga una gradación de quienes son más
hombres que otros, sino que por la situación real que viven, a la vez que su esencia
antropológica corre más peligro, se manifiesta. por naturaleza y por tradición, con
mayor fuerza. En realidad, es el más débil, el más necesitado quien queda situado
más allá del sistema opresor y quien más crudamente sufre sus consecuencias.
Tanto como ser humano como oprimido. En cuanto ser humano, la dignidad de la
persona se muestra en toda su extensión sin límites. En cuanto oprimido, en cuanto
ser hambriento, es en los momentos de miseria donde con más fuerza irrumpe la
alteridad como justicia crítica y alternativa, como subversión radical contra el
47
sistema.
Retomando estas mismas tesis, Jesús Antonio de la Torre considerará que la
plena juridicidad se manifiesta con la alteridad del Otro, con lo que se considera
que es la máxima expresión de la dignidad humana. Utilizando las mismas palabras
de Dussel, y apoyando su posición iusnaturalista contraria a cualquier concepción
positivista rígida., el "derecho del otro fuera del sistema, no es un derecho que se
justifique por el proyecto del sistema o por sus leyes, su derecho absoluto, por ser
alguien, libre, sagrado, se funda en su propia exterioridad, en la constitución real
de la dignidad humana.,,48 Frente a las posiciones acríticas, defensoras de una
"justicia conservadora" o de "derechos adquiridos", que fundamentan el derecho
según la voluntad ejercida por quienes detentan el poder, existe una instancia
1rascendente, situada más allá de cualquier acto de voluntad que reproduce lo
deseado y lo pensado por los grupos dominantes. Gracias a ella, el pueblo participa
activamente en la creación, elaboración y aplicación de las normas jurídicas. Pero
en relación a esto, hay un punto en el seno del pensamiento dusseliano, y en la
utilización hecha por el abogado mexicano, que conviene aclarar.
4 7 Fllosofia de la liberaCión, op. cir., p. 54. El pobre cuando avanza en el mundo, conmueve los
pilares del sistema que lo explota, provoca la justicia Su presencia es el fin de la buena conciencia del
opresor. ldem. p. 56. Todo hombre en cuanto otro es libre, es exterioridad. incondicionalidad. Idem. pp.
57-58. El mismo proyecto de liberación, que sirve de alternativa. al statu qua, es movido por un e(has
que al ser una aptitud o capacidad de innovar, de generar la novedad, rechaza toda posible r~iteración
de lo establecido por el sistema opresivo. Idem. pp. 78-79.
48 Torre, 1. A de la, Del pensamiento. ., op, Clt., p. 242; Y E. Dussel, Filosofia de la liberaCión, op.
Cit., supra nota 40, p. 56.
Acudir al concepto de justicia como fmalidad del derecho a través del pensa-
miento de Enrique Dussel puede ser una temeridad. Mucho más para quienes, con
anterioridad, lo han criticado con tenacidad y sin piedad. Básicamente es la
"exterioridad" que defiende el filósofo argentino el centro de las disputas. Dussel,
aparte de lo ya dicho, la concibe como aqueUa trascendentalidad interior del sujeto
que se ubica "más allá" del sistema, en su trabajo, en sus deseos, en sus proyectos
y en sus posibilidades. Entre las cosas o entes que aparecen en el mundo, hay uno
que es sui generis, que es distinto a todos las demás. Al estar más allá de la razón,
pues se revela por medio de la revelación, su rostro interpe1ante es una epifanía, IDl
misterio que sólo por medio de la fe puede captarse. El otro no puede comprenderse
por medio de ningún mIDldo o sistema. La razón es la capacidad especulativa
humana por la que se ve y se descubre lo que los entes son, y en que el sistema,
mIDldo o totalidad consiste. 49 Como no puede abarcar la exterioridad, al ser misterio
inconceptuable, esto da pie a multitud de problemas. La insegnridad y la arbitra-
riedad son dos de los más inmediatos, en el momento que la razón queda maniatada
en sus posibilidades de comprensión. Y al quedar la exterioridad separada de ia
misma praxis donde se juegan tanto las relaciones humanas dominadoras como
liberadoras, da pie al peligro de incurrir en una nueva totalidad separada de todo
tiempo y lugar. Por ello, entre otras cosas, Horacio eemtti y Ofelia Schutte le
reprochan tanto el esencialismo como el ahistoricismo y el acriticismo en el que
cae esa supuesta exterioridad."
Además, consideran que no existe un mIDldo fuera del sistema, una instancia
pura e inmaculada ajena a cualquier tipo de critica. La pobreza no es algo situado
fuera, más allá del proceso histórico, sino que, más bien, es un hecho nacido dentro
de él, entre hombres insertos en su seno. "Los pobres constituyen un fenómeno
social producido, y no un hecho natural. " Todo individuo y todo grupo humano
se encuentra dentro del mismo, sufre sus cargas, y a la vez, posibilita su salida. Si
alguien queda excluido es porque el mismo sistema lo ha echado, no porque
49 Filosofla de la liberación, op. Cit., supra nota 40, pp. 32 ss. y 180·181.
50 Cerutti Guldberg, Horacio, ha desarrollado todo un desglose crítico del pensamiento dusseliano.
El fundamento último de la exterioridad está en Dios. El corte meta-fisico implícito supone la aceptación
de la alteridad, fwutada en el Absolutamente Otro. que, a su vez, está identificada con Dios. como la
suprema novedad y revolución del pensamiento. Como la razón no sirve para obtener la revelación, se
incurre en un fuerte fideísmo y mesianismo en sus planteamientos. Y Dussel considera que la filosofía,
subordinada a la teología, es la forma de conocimiento que se sitúa por encima de las demás. Dota a sí
de un inmerecido privilegio a los filósofos, que pasan aser élites-oráculo representantes de los oprimidos.
Ver su Filosofia de la liberación latinoamericana, México, F.C.E., 1983, pp. 35 ss., 42-43, 211 ss., 230
ss. Ofelia Schutte, a parte de poner en duda el acercamiento que Dussel hace entre su pensamiento y el
de Marx, acusa incluso del peligroso decantamiento maniqueo, autoritario y fascista en el que pueden
caer sus tesis fenomenológicas de corte heideggeriana y levinasiana, pues todo lo que no sea posicionado
en favor del otro es negativo, y toda crítica que se intente realizar únicamente puede provenir de la
exterioridad, siendo imposible ejercerla sobre ella "Orígenes y tendencias de la filosofía de la liberación
en el pensamiento latinoamericano", en Prometeo. nO 8, enero- abril de 1987, pp. 25,27,30-31,37,
40-41.
54 Jesús Antonio de la Torre Rangel, se sitúa en la misma linea de los teólogos de la liberación
Ignacio Ellacuna y Gustavo Gutiérrez que apelan a una tradición de los derechos humanos distinta a la
desarrollada por la Ilustración y la modernidad europea. Podríamos decir, por tanto, que existen dos
grandes tradiciones de los derechos humanos. Una es la propia de la modernidad y del individualismo
ilustrado. La otra es la cimentada en la tradición cristiana, en los textos bíblicos, y vertida en la defonsa
del pobre desde lafe. El mandato "Ama a tu prójimo como a ti mismo" resume esta otra vía de defensa
humanista. Ver Gutiérrez.Gustavo, En busca de los pobres deJesucristo, Salamanca, Editorial Sígueme,
1993, p. 77; J. A. de la Torre Rangel. Uso alternatIvo del Derecho de Bartolomé... , op. cit.• supra nota
41 pp. 174-17.5. Por otra parte, como abogado que es, J. A. de la Torre no pretende representar las
reclamaciones portadas por los campesinos o por los indígenas, pues ello le puede llevar a adquirir un
protagonismo que no debe nunca poseer. Más bien pretende que sean ellos quienes asuman su propia
defensa jurídica, para que así vayan adquiriendo una cultura forense lo suficiente amplia para depender
de sí mismos (ver El derecho que nace...• op. cit., supra nota 30 pp. 147 ss.). Además, en el seno del
mismo movimiento altemativista. en un principio, la defensa que se realizaba en favor de los pobres era
radical, casi intransigente, pues estaban convencidos de que eran ellos. por el hecho de estar inmersos
en la pobreza. quienes siempre tenían razón en los casos llevados a los tribunales. Pero con posterioridad
se dieron cuenta de la ceguera y el dogmatismo de esta posición. Existen mecanismos de corrección
como son los derechos humanos, los precedentes judiciales y una serie de principios generales del
Derecho, que pernliten ser concretizados en cada caso concreto, y que tienen como límite interpretativo
a la propia sociedad civil organizada. Ver Bueno de Carvalho, Amilton, "Actuayao dos juízes alterna-
tivos gauchos ... " op. cit., supra nota 27, pp. 8 Y 12-13.
55 "Historización de los derechos humanos desde los pueblos oprimidos y las mayorías populares",
ECA, 1990, nO .502, p . .590.
56 Del pensamiento jurídico ...• op. cit.. supra nota 30, p. 222. Nuestro autor define fonnalmente la
justicia como "dar a cada quien lo suyo"; y lo suyo es aquellos propio de "la esencia humana con todas
sus características completas", todo lo que requiere la persona para su desarrollo integral como ser
individual y social. Para no quedarse en ese plano, acude a la dimensión histórica del hombre, en donde
va expresando su propia dimensión ontológica a través del tiempo, y participando en la elaboración de
unos contenidos concretos de Justicia. Ider:¡, pp. 3.5 ss.
Por nuestra parte, para bacer más ancba la apertura del camino realizado por el
abogado mexicano al acudir al pensamiento de Dussel, a través del cual se pueda
relacionar el mundo jurídico y el mundo filosófico, baremos uso de los plantea-
mientos desarrollados por dos miembros del Departamento de Filosofia del Dere-
cho de la Universidad de Sevilla, donde también los derechos humanos juegan un
papel importantisimo, incluso nos atreveríamos a decir similar al hasta ahora visto,
pero desde posiciones diferentes. En realidad, ya bemos ido haciendo uso de ellos
puntualmente, pero ahora los utilizaremos de cara a una interpretación más precisa
de la obra del maestro argentino, para sacar de ella algunos elementos aprovecba-
bies en el mundo del derecho."
Actualmente vivimos un período de desorientación, de falta tanto de parámetros
normativos como de modelos explicativos de lo diverso. La crísis de Occidente se
ba acentuado aún más con las múltiples y varíadas teorías aglutinadas bajo el
concepto de postrnodernidad. El relativismo se confunde con el escepticismo. Nada
es definitivo y seguro. Paradójicamente, cuando existe una mayor vínculo entre los
seres humanos, se quiere hacer ver lo contrario.
Para muchos, una de las creaciones más significativas de Occidente, y en
concreto de la Ilustración, ba quedado representada en la figura de los derechos
59
humanos.
57 Hay que aclarar que el mismo Enrique Dussel ha ido rectificando y apuntalando las succsiva~
brechas aparecidas en tomo a su sistema filosófico. En nuestro trabajo de tesis, hacemos mención a esta
labor de perfeccionamiento, que, pese a todo, para muchos sigue siendo el simple parcheo de un
planteamiento indefendible,
~8 Esto mismo realizamos con otros autores vinculados con la FdL. En nuestra ksis para la
obtención del doctorado, penetramos con esta misma óptica, además de en el pensamiento dusseliano,
en la obra del maestro mexicano Leopoldo Zea
5<) Ver a título de ejemplo, Peces Barba, Gregario. Tr¿mslto a la modermdad y derechos fundamen-
tales, Madrid, Editorial Mezcjuita, 1982: Bobbin, Norberto, El tIempo de los derechos, Debate, Madrid,
1991; Pérez Luno, A. E" Derechos Humanos, Estado de Derecho y ConsltltUClOn. Tecnos,
Madrid, 1984; y Herrera Flores, Joaquin, Los derechos humanos desde la Escuela de Eudapesf, Madrid.
Tecnos, 1989. Pese a las dos tradiciones existentes. esto no qUita que sea el mundo occidental su máximo
valedor. En realidad, tanto en una como en otra. sea griega o semita, Occidente ha creado. ha
sistematizado un lenguaje, un discurso sobre los derechos humanos utilizables por otra~ cultura<;
humanos por todo el mue le hacen ser aquellos bienes jurídicos dotados de mayor
contenido axiológico. Son aquellas pautas de justicia formal que mayor pretensión
de universalidad tienen. En todo ideal, en toda lucha en favor de lajusticia, implícita
o explícitamente va a surgir una determinada noción de derechos humanos. Y
además, va a mostrarse siempre la intención de obtener unas pautas de justicia
formal aplicables a más de una forma de vida. Ese actuar trnscendente va a tener
su máxima expresión en la filosofía, que junto al arte, son los sistentas objetivacio-
nales que más se han acercado a estr. necesidad de una comunidad-humana
protegida en sus derechos. 64
Ahora bien, la conformación de los mismos derechos humanos, está estructurada
por una multitud de factores y condicionantes. La dimensión histórica del hombre
también afecta a sus obras. Se debe proporcionar un material categorial que permita
explicar de la mejor forma posible, el carácter dinámico del ser humano y de sus
productos. Los derechos humanos no son ni entes preestablecidos antes de la
historia, IÚ objetos constituidos en un determinado momento histórico, IÚ tampoco
se quedan defilÚtivamente grabados en un aparente acuerdo universal que sirve ya
de por vida y para siempre. Y pensar que la naturaleza humana es la fuente de donde
salen, es querer decir mucho sin expresar nada. Además, el mismo concepto de
"hombre" no está conformado por una sola expresión o modo de serlo. Al contrario,
existel\ multitud de expresiones, heterogéneas fofntas de ejercer una naturaleza
común centrada en ese mismo concepto. De alú que se deba evitar caer tanto en
aquellos abstraccionismos que son ajenos a la rica realidad humana, que excluyen
su diversidad, como en aquellos relativismos que no poseen ninguna capacidad de
comunicación con otras expresiones.
Joaquín Herrera Flores intenta que los derechos humanos no caigan en IÚDguno
de esos lados. En este sentido, arriba mencionábamos las palabras de Ellacuría.
Ahora, para ello, y desde otra óptica, retomando determinados análisis de Agnes
Hellery Gyorgy Márkus, considera que más bien, tales bienes juridicos universales
vienen a ser un producto de la propia actividad humana a través del tiempo, fruto
de una relación dialéctica y constante entre tres elementos: la actividad humana
representada en el trabajo, las necesidades y los valores."
Con la combinación de esta triada se va obteniendo una serie de preferencias o
pautas de conducta aceptadas por un número significativo de personas. Desde que
64 ldem, p. 51.
65 Así, los derechos humanos son concebidos como realidades nonnativas e institucionales que se
van construyendo socialmente a través de la coimplicación de la praxis social. la constante producción
de necesidades y el proceso de valorización colectiva, Por "trabaJO" entiende aquella actividad
productora de objetivaciones y recreadora constante de necesidades humanas. Idem, pp. 57·58. Las
"necesidades" son impulsos conscientes "haCia la acción humana transformadoray problematlzadoru
de las formas de vida y sus correspondientes sistemas de obJetivacIOnes." Idem, p. 75. u,s "valores"
surgen de "la generalizaCIón soclOl de determmados grupos de neceSidades, convlTliéndose en
preferenclOj sociales compartidas por más de un grupo o una forma de vida." Idem, p. 58. Las
necesidades pueden medirse (;on respecto a valores, pero ni uno ni otro poseen categoría de primacía
entre si (p. 71)
Desde el principio hay que aclarar que cl filósofo argentino no hace una
interpretación explícita de lo que es el derecho, ni de los derechos humanos, pero
sí hace alguna que otra referencia a los mismos. Aunque toda su obra es una
continua fuente de reclamaciones de derechos a favor de los oprimidos -para ser
más precisos, en la tenninologíadada por Javier Muguerza, "derechos presuntos",
exigencias asumidas "como sí" se tratasen de derechos_,69 básicamente, Jo que
68 Torre Rangel, Jesús Antonio de la, Del pensamiento JurídiCO contemporáneo. AportaCIOnes
cTÍtlcas, op. cit .. supra nota 30, pp. 249·250.
69 Muguerza, Javier, "La alternativa del disenso. (En tomo a la fundamentación ética de los derechos
humanos)", en VV. AA. Elfundamento de los derechos humanos, Madrid, Editorial Debate, 1989, p.
29. Para poder comprender mejor el lenguaje de los derechos humanos en el que se mueve Dussel,
utilizaremos las mismas palabras elaboradas por Ignacio Ellacuria. Para él hablar de derechos humanos
es algo complejo y ambigüo, que debe ser enfocado desde diversas perspectivas. De los múltiples
significados que posee, destaca aquellos que los demarcan como neceSIdades de la convivencia social
y politica; como exigenCiaS fisicas, antes que morales; como producto histÓriCO, resultado de una praxis
histórica detenninada; como aspIraciones naturales que se van actualizando según las posibilidades y
las capacidades; como prescripcIones étIcas; como valores que la colectividad va estimando como algo
indiscutible; como ideales utÓpiCOS que impulsan la humanización; como momentos IdeológiCOS o
momentos ideologlzados en el momento que ocultan o defienden intereses minoritarios; como derechos
positivOS; y como convencwnes y controlas socwles y polítiCOS. "Hacia una conceptualización de lo~
Derechos Humanos" (fotocopias mecanografiadas de sus apuntes de clase). Consideramos que Dussel
los entiende como neceSidades, exigencws, aspiraCIOnes, prescripciones éticas, valores e Ideales
utÓpICOS procedentes de la e:-..terioridad. Serán momentos Ideologlzados, derechos positivos y conven-
cIOnes y contratos SOCiales y polítICOS en el instante que todo acuerdo posee una "finitud" constitutiva
refrendada por la Totalidad.
losóficas acercade lafey del vínculo existente entre Dios y los cristianos, destacaremos
que todos sus integrantes o participantes, a lo largo de la historia, servirán de
"indicadores" de aquellas preferencias sociales generalizadas, en materia de nece-
sidades humanas, que están insertas en unas condiciones de marginación y de
míseria. Esacreenciade vínculo con Dios, ha proporcionado un material objetivado
con el transcurso del tiempo, nacido de personas que han vivido, y continúan
viviendo situaciones inhumanas, de opresión y explotación. Por tanto, son perso-
najes que, al reaccionar frente a la violencia y la opresión, se hacen eco de una
axiologia que subyace entre los condenados de la tierra, entre los desheredados del
sistema a través de la historia. Aportan una concepción de justicia que en función
de una serie de preferencias sociales o criterios axiológicos, pretenden que sean
colmadas jerárquicamente unas necesidades humanas consideradas prioritarias, de
urgente satisfacción La fuente principal de esas preferencias y esas necesidades,
se contextualizan en aquellas situaciones donde la figura del pobre es manifiesta.
Es él, sus necesidades, y el valor que se les ha ido dotando, la fuente de donde surge
la prioridad.
Traduciendo dichas necesidades en derechos, como ha señalado Gustavo Gutié-
rrez, son los órdenes de la vida y de la libertad los que dan prioridad a su defensa.
En la tradicional disputa latinoamericana por defender a los pueblos subyugados,
en cuanto pobres, cuyo máximo ejemplo es el caso de los pueblos indígenas, el
derecho a la vida y el derecho a la libertad, entendida ésta no exclusivamente como
individualidad personal, sino como individualidad y autonomía colectiva inserta
en la pobreza, conforman el espacio mínimo necesario a partir del cual la dignidad
humana es garantizada en aquellos contextos de adversidad, de miseria y de
dominación. 72 Para Dussel, como seguidamente veremos, el derecho al trabajo será
72 Idem., pp. 120 ss. Gustavo Gutiérrez, en otro trabajo. señala que Las Casas, uno de los que más
ha contribuido a la elaboración de esta tradición, inlenta responder a la cuestión de cómo evangelizar
en América, de cómo proclamar allí el Reino de Dios. Para ello realiza una serie de afinnaciones, como
la de que los habitantes de alli son seres libres e Iguales, contrariando con ello la conversión forzosa y
la esclavitud. Pero la más importante es la afinnación que afinna que el indio es ante todo pobre ("La
Teología de la Liberación", en América Latina: Identidad y diferencia, Universidad Autónoma de
Ciudad Juárez, 1992, pp. 15-16). Es la más grande inluición teológica de Bartolomé, pues ningún teólogo
del siglo XVI fue capaz de ver al indio como pobre, ni Vitoria, que sólo vio al ser humano. "S, queremos
pensar este Continente, es importante aSIUnlr el punto de VIsta de los últimos. de los marginados y
oprimidos que viven en él" (p. 16). En lo referente a la combinación que se debe realizar entre lo general
y lo concreto, y siguiendo la línea de EllacUJÍa y De la Torre Rangel, el teólogo peruano dice que la
Teología de la Liberación no tiene como interlocutor a la mentalidad moderna caracterizada por
la libertad abstracta., la razón crítica y el individuo, sino que proviene del no·persona, de los no
considerados personas, vistos como inferiores. Viene a ser el producto de todo el mundo económico,
social y político del que surge la mentalidad moderna (p. 18). "Porque si partimos del interlocutor que
es el pobre y el marginado de América. alcanzamos proporciones universales. No a través de una
universalidad abstracta sino a través de una particularidad. Hegel ... afirmaba que la única manera de
llegar a la universalidad concreta era a través de lo partIcular. Eso es lo que intentamos. A partIr
de la particularidad de Aménca Lal/na y del pobre es pOSible alcanzar una universalidad concreta."
(p. 19). Para todo esto, es necesario emplear lengUaje de la Justicia, el lenguaje profético que denuncia
situaciones de muerte y que reivindica la Vida como última palabra. Idem. Podemos decir que Dussel
se une a estas mismas tesis.
una necesidad, una exigencia y una prescripción ética prioritaria. Pero, a su vez,
estará subordinado a los órdenes de la vida y de la libertad en cuanto sirve de
mediación para conseguirlos. La exterioridad es libre y digna, es el ineqlÚvoca e
incondicionalmente otro, distinto. Mediante la actividad laboral se le pennitirá a
los pueblos mantener su idiosincrasia, y a los individuos, mantenerse vivos en
solidaridad con sus semejantes, sin relaciones de subordinación, y compartiendo,
comunitariamente, la propiedad de sus productos. Para él, viene a ser una preferen-
cia generalizada dotada de un contenido axiológico grande, gracias al papel que le
otorgan los derechos a la vida y a la libertad. La considera como un derecho
fundamental condicionado, y a la vez, condicionante, pues gracias al trabajo
humano es posible el disfrute de tales derechos, ya que pennite la satisfacción de
aquellas necesidades que mantienen la vida y que proprocionan la libertad, todo
ello bajo un nivel mínimo de dignidad. Pero resulta que es un derecho ocultado por
las políticas tanto de las grandes empresas capitalistas como de los gobiernos de
los países privilegiados ubicados, casi en su totalidad, en la zona norte del planeta.
El lenguaje tecnológico, paradójicamente referido a aquella realidad del sistema
que con mayor completud puede proporcionarlo, es uno de los intrumentos utiliza-
dos. Veamos de qué forma:
En los últimos años, rectificando posiciones anteriores, y coincidiendo con su
exilio mexicano, el filósofo argentino ha desplegado todo un proceso de recupera-
ción del pensamiento marxiano para aplicarlo a la realidad latinoamericana, aunque
como dice Ofelia Schutte, lo que realmente ha pretendido es hacer de Marx un
dusseliano." Analizando lo que denomina la "primera" , la "segunda" la "tercera"
y la "cuarta redacción", ésta inconclusa, de El capital, -reflejadas en los Grun-
drisse, los Cuadernos escritos entre 1861 y 1863, Y los Manuscritos escritos desde
1863 a 1882-," nuestro autor cree ver en todos los planteamientos del de Tréveris,
al igual que los suyos propios, una ética cimentada en la alteridad.
De alguna forma hemos podido comprobar que el pensantiento de Enrique
Dussel es de un indudable carácter dualista. La razón estriba en los dos grandes
ejes sobre los que gira. Por un lado, está el frente critico que lanza contra lafilosofia
y la cultura del mundo occidental. Acude a una instancia que le permita ejercer esa
critica y, a la vez, le posibilita un material alternativo como solución. Es la
exterioridad. Por otro lado, está la misma dimensión que critica, expresada en el
mismo mundo de Occidente, y que es la productora de todas las desdichas, de todos
los sufrimientos humanos, desde el preciso instante que logró imponerse y exten-
verdadero derecho que todo individuo posee: aquel que proviene de la exterioridad
del sistema capitahsta, el derecho al trabajo, garantizador de la fuente de toda
riqueza, el trabajo vivo. Se oculta la explotación que el capital ejerce sobre el
trabajador, persona que ha perdido su individualidad, su libertad y la titularidad de
lo que produce, desviando la atención hacia otra parte."
Nuestro autor despliega un análisis de las diversas técnicas de encubrimiento
realizadas para embaucar a la mayoria oprimida, para bacerla sufrida, dócil y
obediente. Básicamente todas se resumen en el rechazo de la exterioridad como
ámbito de existencia humana, y en el ejercicio de dominio sobre él. En la descrip-
ción que Enrique Dussel hace sobre el efecto inversor que la totalidad del sistema
capitalista desarrolla sobre la realidad, generando la dependencia y la pobreza
económica de los países de la periferia, nos viene a indicar, además, algunos de los
recursos persuasores y encubridores que sus leguleyos bacen para legitimar sus
acciones, a través de determinada hermeneútica de los derechos humanos." Uno
de ellos es realizado por medio del lenguaje tecnológico, entendido como discurso
sobre las necesidades básicas del bombre.
Mediante la tecnología, el desarrollo de las fuerzas productivas adquieren un
grado de progreso bastante elevado, siendo, correlativamente mayores las posibi-
lidades de satisfacer las necesidades básicas de toda la humanidad."
Resulta que la política tecnológica predominante en el sistema capitalista, tanto
en su versión central como dependiente o periférica, ha sido canalizada por el
criterio de la obtención del máximo beneficio, que expresado en ténninos de
inversión tecnológica se expresa por medio de la rentabilidad.
83 "La economía política bNrgNesa... parle de la evidenCia ideológica, que en realidad oculta la
desigualdad, de la igualdad de los que intercambian. Esle ocultamiento ideológiCO permitirá a unos ser
propietarIOS del caplta/ya otros vendedores de su trabajo. "; "La "conformación ideal" del capitalismo
es la idealización abstracta de la clrcNlación Simple donde los sujetos y mercanc/Qs son Iguales y
eqUivalentes." La prodUCCión teórica ... , op. Cit., p. 113 Y 117.
84 Decir que por medio de los conceptos de trabajO vivo, capital, plusvalor y plustrabajo, Enrique
Dussel retoma los diagnósticos dados en su momento por la Teoría de la dependencia. La transferencia
de plusvalor de los países dependientes a los de capitalismo central, como efecto de la relación social
internacional, está cimentada en la realidad del cara-a- cara, persona-persona que pierde su fundamcn-
talidad por medio de la fetichización del capital. de la cosa valiosa La competencia es el marco teórico
de la dependencia. Aparentemente, nada humano parece acontecer en ella, pues el proceso de reproduc-
ción del capital parece desarrollarse espontáneamente. En el fondo resulta que a nivel de la producción,
el trabajo vivo de la mayoría de las personas de los países subdesarrollados es subsumido como trabajo
no pagado dentro del capital (HaCia 1m Marx desconOCido ... , op. Cit., supra nota 74, pp. 312 ss.). El
capital tiende a generar y a poner pluspoblación de reserva de la que obtiene el trabajo objetivado, nunca
pagado como justo salario, equivalente al tiempo realmente empleado en la producción del producto
(La producciÓn. .. , op. Cit., supra nota 31, pp. 189-190).
85 Fllosofia de la prodUCCión, op. cll., su.pra nota 70, p. 230. La tecnología t,S la condición de
posibilidad para el "trabajo emancipado". pemlitíendo el desarrollo libre de la" individualidades y
facilitando el logro del reino dt:! la libertad -]¡~ ... tOpía marxiana de la asociación de hombres libres-
Ver La produ.cclón teÓrica de .\farx. . op. CiI .. sl/pra nota 31, pp. 292 a 294
tan Frente a ello, se debe evitar cualquier visión defonnadora, y se deben ofrecer
criterios y prioridades que partan de un correcto escalonamiento de las necesidades
básicas entendidas, sin duda alguna, como derechos fundamentales. Teniendo todos
como referente a la vida humana digna y libre, el derecho al trabajo es el primero.
El pan, la salud, la educación, etcétera vienen después. No se trata de proporcionar
pan y techo sin trabajo."
El derecho al trabl!io es el que proporciona al hombre la fonna más íntegra de
autorreaiizarse. Es un derecho que poseen los pueblos de todo país dependiente
debido a que la exterioridad al sistema está más presente en ellos que en los países
de capitalismo central, y en los centros de decisión de los países periféricos." Pero
resulta que este derecho queda ocultado, de fonna ideológica, refrendándose
juridicamente, mediante un discurso que señala la posibilidad de tndo ciudadano,
de obtener, mediante servicios sociales, aquello que el sistema de trabajo no puede
ofrecerle. Se convence a todo individuo que el derecho al trabajo no es un derecho
esencial, que el trabajo no es la dimensión más humanizante del hombre, ¿de qué
forma? Debido a que ni las condiciones económicas, ni el mercado de trabajo, ni
la situación internacional puede garantizarlo, se traslada su valor esencial a la
necesidad básica de subsistencia, acentuando aquellas otras necesidades "secun-
darias" nacidas del mismo ejercicio del trabajo humano, pero satisfechas ahora, no
por el mismo hombre, sino por órganos mediadores subordinados a las pautas que
el capital instaura por medio del mercado. Mediante la sustitución del derecho al
trabajo por las prestaciones que el estado y las empresas pueden realizar, se
convence a los más desfavorecidos de que no tienen posibilidad alguna de auto-
rrealizarse. Sus posibilidades humanas quedan subordinadas al ritmo que marca el
sistema. 95
En la actualidad, los criterios por los que la tecnología se rige, no son compati-
bles con los marcados por aquellos otros en los que priman la satisfacción de las
necesidades básicas de la población mundial: trabl!io, pan y techo." Dussel propone
la tarea de "transformar el conjunto tecnológico de modo tal que cada hombre
pueda a través de su trabajo asegurarse una vida digna compatible con el nivel de
desarrollo de las fUerzas productivas existentes en su propio contexto.,,97 Es
92 El mismo Dussel, contrario a ella, señala que "más que necesidades humanas báSIcas se trata,
en esta óptica, de derechos humanos fundamentales cuyo incumplimiento va mucho más allá de un
lamentable aCCIdente de mal funCIOnamiento de la economía," op, CIt., p. 236.Aquí, nuestro autor se
enfrenta a la tesis desfasada del Nuevo Orden Económico Internacional que se basa en lajerarquización
que sitúa en primer lugar a las necesidades básicas, y después, a los derechos y las libertades. Esta
estructura constituye una fuente de manipulación económica y de promoción de dictaduras, al ordenar
y definir por otros. sin ninguna legitimidad, cuáles son las necesidades básicas.
93lbidem.
94 "Ellenguq¡e de los pueblos de las naciones dependIentes se estructura a partIr del derecho al
trabajo, que ve al hombre como un ser productiVO, creativo y dIgno. " Filosojia de la producción. ldem.
95 Se legaliza la injusticia, bajando de nivel ético a la necesidad humana básica de trabajar, y a todas
aquellas mediatizadas por el trabajo: salud. alimento, etcétera A todas estas necesidades básicas, se las
pasa del rango de derechos humanos fundamentales al rango de meras necesidades humanas.
96 [dem. p. 237.
{I? lbidem.
98 Decir que nuestro autor no está en contra de las prestaciones sociales ejercitadas por el Estado,
sino contra la ideología subyacente en esas prestaciones: el individuo no tiene un derecho humanó
fundamental al trabajo, sino una necesidad de subsistencia, que no necesariamente se obtiene mediante
el trabajo. Dussel es partidario de una mayor intervención del Estado como actor asignador distribuidor
de recursos, op. cit., pp. 237- 238.
99 Los derechos humanos... , op. cit., pp. 55-56.