FB - Crisis Económicas 1929
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Tercero Medio
Instituto Chile Asia Pacífico
cayeron hasta bajar 50%, lo cual, lógicamente, disminuiría la capacidad de compra de los
agricultores, quienes se vieron obligados a hipotecar sus tierras (...) Sin embargo, entre
todos los factores que demostraron los límites de la prosperidad hubo uno de gran
incidencia: la permanencia a lo largo de todos estos años de un nivel de desempleo muy
elevado (Estados Unidos y Alemania, alrededor de 2.000.000, y Gran Bretaña, 1.000.000).
La prosperidad, pues, era muy relativa y estaba asentada sobre bases inestables …
… Lo que se conoce como "crisis de 1929" tiene su punto de partida en la caída
brusca de la bolsa de valores neoyorquina de Wall Street "el jueves negro", 24 de octubre
de 1929 (...) hubo un problema de superproducción en los años posteriores a la guerra
cuando los países beligerantes volvieron a la normalidad económica, pues confluyó en el
mercado su producción y la de aquellas naciones que los sustituyeron durante la guerra.
Este fenómeno de superproducción se dio tanto en el terreno agrícola, provocando
una baja brutal de los precios, como en la industria (...) Sin embargo, es altamente confuso
hablar de superproducción cuando no estaban cubiertas las necesidades mínimas de la
humanidad (...) En realidad, cuando se habla de superproducción se refiere al exceso de la
oferta sobre la demanda, aunque esto se debe a la baja demanda: al subconsumo, es decir,
a la falta de capacidad adquisitiva de las masas. El sector agrícola perdía capacidad
adquisitiva; los salarios no aumentaron al mismo ritmo que la producción (en Estados
Unidos, mientras la producción aumentó desde 1920 a 1929 en 60%, los salarios sólo lo
hicieron en 20%, y el desempleo aumentó,lo que disminuyó aún más la capacidad
adquisitiva …
… La situación de prosperidad en Estados Unidos tuvo un descenso en los años
1926 a 1929, a partir de que Europa recuperó su capacidad de producción y las
exportaciones estadounidenses, sobre todo las agrícolas, empezaron a declinar. El sector
agrícola, además de encontrarse en dificultades para devolver los préstamos, tuvo que
restringir sus compras de productos industriales, lo cual, evidentemente, afectaba las ventas
de este sector.
Para hacer frente a la difícil situación, el gobierno y los bancos recurrieron a
aumentar los créditos, ocultando los síntomas desfavorables. Pero esta inflación del crédito
produjo un efecto inesperado: los préstamos fueron utilizados para especular en la bolsa. La
gran demanda de acciones en la bolsa provocaba el alza de precios, y esto, a su vez, la
entrada de más inversores en busca de los altos beneficios, dando lugar a un repunte
permanente de la bolsa que no estaba en relación con el alza de la actividad económica real
que dichos títulos representaban. Como los beneficios obtenidos en la bolsa eran superiores
a los intereses de los préstamos, con aquellos se pagaban éstos. La situación se volvió
insostenible, a la vez que ocultaba la verdadera situación económica …
Bastó que a mediados de octubre, al publicarse las estadísticas, se viera que la
producción estaba disminuyendo para que todo el edificio se viniera abajo …
El pánico se extendió, y en la Bolsa de Nueva York había 13.000.000 de acciones en
venta. La bolsa cayó en picada, arrastrando tras de sí, en su crisis, a múltiples entidades
bancarias. En primer lugar, porque ellas mismas habían invertido en la bolsa; en segundo
lugar, porque las personas que habían utilizado los créditos para invertir en la bolsa ya no
podían devolverlos (si vendían con la bolsa baja perderían dinero); y en tercer lugar, porque
para pagar las deudas los particulares tuvieron que recurrir a los ahorros con los que
disponían en los bancos …
Economía y Sociedad
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… “En Chile, hasta 1929 el crecimiento del PIB anual y per cápita fue muy alto
debido al crecimiento de la economía mundial en la segunda parte de la década de 1920.
Pero vino la semana negra de Wall Street y la economía mundial entró en una profunda
recesión. Por lo tanto hay que diferenciar. Hasta 1929, el crecimiento del PIB chileno fue
alto, sin embargo los años siguientes se hundió …
… La década de 1920 fue muy buena para la economía mundial, hacia 1928 había
ciertos indicios del fin de aquella prosperidad, pero pocos pudieron percibirlos. Por el
contrario, una ola de optimismo recorría el mundo de los negocios. Los valores en la Bolsa
de Nueva York subían semana a semana a un ritmo vertiginoso, culminando entre julio y
septiembre de 1929. Sin embargo, aquello era un fenómeno artificial producto de
especulaciones y pronto sobrevino el derrumbe. La tendencia a la baja comenzó en
septiembre y estalló el día 24 de octubre, conocido como «Jueves Negro». La crisis se
extendió rápidamente de Estados Unidos a Europa, y luego al resto del mundo, afectando
especialmente al sistema financiero y comercial latinoamericano. Se paralizaron los
préstamos e inversiones tan prolíficos en los años anteriores y se deterioraron
definitivamente los términos de su intercambio comercial, en la medida en que bajaron los
precios de las materias primas al descender la producción industrial de los países
desarrollados. Como consecuencia de lo anterior en América Latina (y Chile) disminuyeron,
bruscamente, su poder de compra.
La prosperidad de la economía chilena en los últimos años de la década de 1920,
como dijimos, tenía mucho de artificial porque se basaba en los préstamos externos. Estos
permitían que el país gastara más allá de sus posibilidades reales. Para pagar el servicio de
esta deuda el Fisco recurría a nuevos empréstitos. El país estaba, pues, en una situación
muy vulnerable respecto del sistema financiero mundial y fue duramente afectado por la
crisis al suspenderse bruscamente los créditos. El déficit se tendió a saldar en un comienzo
recurriendo a las reservas de oro del Banco Central, de modo que estas también
disminuyeron drásticamente.
Por otra parte, como consecuencia de la crisis, las exportaciones de salitre cayeron
en cerca de un 90%, desde 2.898.000 toneladas en 1929 hasta poco más de 250.000
toneladas en 1932. Las exportaciones agrícolas fueron en 1932 un 86% más bajas que en
el período 1927-1929. Finalmente, ante la falta de demanda, también a causa de la crisis,
los precios bajaron, declinó la actividad productiva y se suscitó una fuerte cesantía. Fue la
etapa deflacionaria de la crisis económica chilena (1930-31). Todas las áreas productivas se
vieron afectadas: la minería y el salitre, la agricultura, la construcción, la industria. El
número de cesantes fue –al parecer– un poco superior al 20% a nivel nacional y en el
salitre, superior al 25%. Las epidemias, el hambre, la falta de habitaciones, era la realidad
de los trabajadores salitreros del norte deambulando por la capital, sin trabajo ni parientes”
…