Tema 8 - 10
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Tema 8 - 10
Introducción
La protección del menor es uno de los principios generales de nuestro ordenamiento con rango
constitucional. Así se deduce de varios de los apartados del art. 39 de la Constitución, más
concretamente en los números 2, 3 y 4 (Los poderes públicos tienen la obligación de asegurar
la protección social, económica y jurídica de la familia, y en especial de los menores de edad).
Su importancia, sin embargo, deviene no sólo de tal reconocimiento constitucional, sino
también, como señala la propia Constitución, de los tratados internacionales suscritos por
España que velan por los derechos del niño, como la Declaración de Ginebra de 1924, la
Convención de la ONU sobre los Derechos del niño de 1959 y la Convención de la ONU sobre
los Derechos del Niño de 1089.
Lo que resulta evidente es que cualquier decisión judicial o administrativa que se adopte en un
proceso o expediente donde puedan resultar afectados menores de edad, el interés de estos
sujetos es el preferente.
La normativa básica está integrada en el Código Civil, que regula tanto las relaciones paterno
filiales, como las funciones tutelares, como la adopción y otras formas de protección de
menores. Este sistema se ha completado con la reforma introducida en el Código Civil por la
Ley 8/21 de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y procesal para el apoyo a las
personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica, que ha procedido a la
reordenación del tema de la minoría de edad, la mayoría de edad y la emancipación,
reubicando los Títulos XI y XII del Libro Primero de la materia, de suerte que el Título IX del
mencionado Libro pasa a referirse a la tutela y la guarda de los menores, mientras que el Título
X se destina a la mayoría de edad y la emancipación. En consonancia con lo dicho, la tutela, con
su tradicional connotación representativa, queda reservada para los menores de edad que no
estén protegidos a través de la patria potestad, mientras que el complemento de capacidad
requerido por los emancipados para el ejercicio de ciertos actos jurídicos será atendido por un
defensor judicial.
Antes de la Ley 8/21 se distinguía entre Capacidad jurídica: aptitud para ser titular de
relaciones jurídicas, derechos y deberes, y Capacidad de obrar: aptitud para actuar con eficacia
jurídica, que tenían de forma limitada los menores de edad y los incapacitados judicialmente.
La Ley 8/21 de 2 de junio por la que se reforma la legislación civil y procesal para el apoyo de
las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica, supera dicha distinción,
de forma que actualmente la capacidad jurídica abarca tanto la titularidad de los derechos
como la legitimidad para ejercitarlos por sí mismo y/o con los apoyos necesarios.
Los cargos tutelares son aquellos que tienen por finalidad la guarda y protección de los
menores que no estén protegidos a través de la patria potestad, y son los siguientes:
- La tutela (artículos 199 a 234 Código Civil), que puede ser automática para la
Administración en caso de desamparo (artículo 172 CC)
- El defensor judicial para el caso de conflicto de intereses, inactividad del tutor o
complemento de capacidad de los menores emancipados cuando sea necesario
(artículos 235 y 236 Código Civil)
- La guarda de hecho (artículos 237 y 238 Código Civil)
- La guarda administrativa (arts. 172 y 172 bis)
La Tutela
La tutela, al igual que la patria potestad, consiste en que el tutor ostenta derechos, facultades y
obligaciones en relación con la persona y/ o bienes de un menor, que le son atribuidos en para
su superior interés.
Disposiciones generales:
- Las funciones tutelares constituyen un deber, se ejercerán en beneficio del tutelado y estarán
bajo la salvaguarda de la autoridad judicial.
c) Adquirir por título oneroso bienes del tutelado o transmitirle por su parte bienes por igual
título.
B) Régimen jurídico
B.1) Nombramiento:
Están obligados a promover la tutela, los parientes llamados a ella y la persona bajo cuya
guarda se encuentre el menor o incapacitado (art. 206 CC) y si no lo hicieren serán
responsables de la indemnización de los daños y perjuicios causados. Asimismo, cualquier
persona puede poner en conocimiento del Ministerio Fiscal o de la autoridad judicial el hecho
determinante de la tutela. Incluso, de oficio, cuando el Ministerio Fiscal tenga conocimiento de
que existe en el territorio de su jurisdicción alguna persona que deba de ser sometida a tutela,
solicitará su constitución.
El Juez deberá nombrar tutor atendiendo inicialmente al orden establecido en el art. 213 CC,
de modo que para el nombramiento de tutor se preferirá:
Excepcionalmente el Juez podrá alterar el orden o prescindir de todas las personas señaladas,
si el interés superior del menor así lo exige.
En defecto de las personas señaladas en el art. 213 CC la autoridad judicial designará tutor a
quien, por sus relaciones con el tutelado y en el interés superior de éste considere más idóneo.
Por regla general la tutela es unipersonal, pero el art. 218 CC establece determinados
supuestos en los que excepcionalmente no es así: cuando por razones especiales en la persona
del tutelado o de su patrimonio, sea conveniente separar con cargos distintos el de tutor de la
persona y el de sus bienes; cuando se designe a alguna persona tutor de los hijos de su
hermano y se considere conveniente que el cónyuge del tutor ejerza también la tutela; y
cuando el Juez nombre tutores a las personas que los padres del tutelado hayan designado en
testamento o documento público notarial para ejercer la tutela conjuntamente.
Pueden ser tutores, todas las personas que se encuentren en el pleno ejercicio de sus derechos
civiles y no estén incursos en causas de inhabilidad (art. 211 CC), y de acuerdo con lo
establecido en el art. 212 CC también podrán ser tutores las personas jurídicas que no tengan
finalidad lucrativa y entre cuyos fines figure la protección y asistencia de menores.
El CC establece en los artículos 216 y 217 y CC las causas de inhabilidad para ejercer el cargo de
tutor:
-Los que hubieran sido legalmente removidos de una tutela, curatela o guarda anterior.
-Los condenados en sentencia firme por cualquier delito que haga suponer fundadamente que
no desempeñarán bien la tutela.
- A quien le sea imputable la declaración como culpable de un concurso, salvo que la tutela lo
sea sólo de la persona.
El tutor también puede ser removido de su cargo (cese en el cargo) por resolución judicial,
cuando existan problemas de convivencia graves y continuados con el pupilo.
El ejercicio del cargo de tutor, se inicia, cuando al nombrado tutor, el LAJ le da posesión de su
cargo (art. 259 CC). El ejercicio de la tutela conlleva la efectividad de una serie de derechos y
obligaciones para el tutor.
En las obligaciones del tutor se distinguen las personales de las económicas. Durante el
ejercicio de la tutela, el tutor está obligado a cuidar de la persona sometida a tutela, de sus
bienes y además a representarla. En términos generales a velar por el tutelado, y
concretamente a procurarle alimentos, educar al menor y procurarle una formación integral, a
promover la adquisición o recuperación de la capacidad del tutelado, en caso del incapaz y su
mejor inserción en la sociedad, a informar al Juez anualmente sobre la situación del menor así
como respetar personalidad del tutelado y su integridad (224 a 228 CC).
Al iniciarse la tutela el tutor tiene obligación de realizar inventario de los bienes del tutelado,
del depósito de determinados bienes y de prestar fianza para asegurar el cumplimiento de sus
obligaciones, cuando así lo exigiese el Juez. Además tendrá que rendirle cuenta anual de su
administración (art. 269 CC).
B.4) Extinción
Las causas de extinción de la tutela aparecen regladas en el art 231 CC: cuando el menor
alcanza la mayoría de edad, cuando es adoptado, por fallecimiento del tutelado, por concesión
al menor del beneficio de la mayor edad y cuando el que perdió la patria potestad la recupera.
LA TUTELA AUTOMÁTICA
La tutela automática se encuentra regulada en los arts. 172 a 174 CC. Además de las
disposiciones del Código civil en materia de protección de menores y de mayores incapaces en
situación de riesgo o desamparo, en todas las CCAA existe legislación autonómica específica
sobre la materia.
Supuestos de desamparo
Esto supone la suspensión de la patria potestad o de la tutela ordinaria; no obstante, los actos
de contenido patrimonial que los padres o tutores realicen en representación del menor, serán
válidos siempre que sean beneficiosos para el menor. Llegado el caso, la entidad pública podrá
promover la privación de la patria potestad y la remoción de la tutela.
Pasado dicho plazo decaerá el derecho de los progenitores o tutores a solicitar u oponerse a las
decisiones o medidas que se adopten para la protección del menor. No obstante, podrán
facilitar información a la entidad pública y al Ministerio Fiscal sobre cualquier cambio de las
circunstancias que dieron lugar a la declaración de situación de desamparo. En todo caso,
transcurridos los dos años, únicamente el Ministerio Fiscal estará legitimado para oponerse a la
resolución de la entidad pública.
Durante ese plazo de dos años, la entidad pública, ponderando la situación y poniéndola en
conocimiento del Ministerio Fiscal, podrá adoptar cualquier medida de protección, incluida la
propuesta de adopción, cuando exista un pronóstico fundado de imposibilidad definitiva de
retorno a la familia de origen.
Además, la entidad pública, de oficio o a instancia del Ministerio Fiscal o de persona o entidad
interesada, podrá revocar la declaración de situación de desamparo y decidir el retorno del
menor con su familia, siempre que se entienda que es lo más adecuado para su interés. Dicha
decisión se notificará al Ministerio Fiscal.
Si existieran personas que, por sus relaciones con el menor o por otras circunstancias, pudieran
asumir la tutela en interés de éste, se promoverá el nombramiento de tutor conforme a las
reglas ordinarias.
La entidad pública cesará en la tutela que ostente sobre los menores declarados en situación
de desamparo cuando constate, mediante los correspondientes informes, la desaparición de
las causas que motivaron su asunción, y cuando compruebe fehacientemente alguna de las
siguientes circunstancias:
c) Que hayan transcurrido doce meses desde que el menor abandonó voluntariamente el
centro de protección, encontrándose en paradero desconocido. La guarda provisional cesará
por las mismas causas que la tutela.
Cesión de guarda
Además, cuando los progenitores o tutores, por circunstancias graves y transitorias no puedan
cuidar al menor, podrán solicitar de la entidad pública que ésta asuma su guarda durante el
tiempo necesario, que no podrá sobre pasar los dos años, salvo que el interés superior del
menor aconseje su prórroga. Transcurrido el plazo el menor deberá regresar con sus
progenitores o tutores o si no se den las circunstancias para ello ser declarado en desamparo
(art. 172 bis CC)
La guarda se llevará a cabo mediante acogimiento familiar y no siendo éste posible mediante el
acogimiento residencial, que veremos en el apartado 2.5.
EL DEFENSOR JUDICIAL
Se trata de una figura presidida por las ideas de transitoriedad y subsidiariedad, que sirve a la
protección de menores ante ciertas situaciones específicas de crisis en el funcionamiento de la
guarda propia de esas personas, sustituyendo o supliendo a sus titulares. En tales situaciones,
descritas en el artículo 235 CC, se contemplan hipótesis en las que el defensor judicial actuará
de forma puntual y concreta, e hipótesis más o menos prolongadas, en las que previsiblemente
el defensor jugará un papel más relevante y quizás más duradero en el tiempo.
Se regula en los arts. 235 a 236 CC. Es un cargo tuitivo y compatible con la existencia de los
restantes cargos tutelares e incluso con el ejercicio de la patria potestad, que actúa de forma
puntual y concreta ante ciertas situaciones específicas de crisis en el funcionamiento de la
guarda propia de esas personas, sustituyendo o supliendo a sus titulares.
Se puede nombrar defensor judicial:
1. Cuando en un asunto exista conflicto de intereses entre los menores o incapacitados y sus
representantes legales o el curador.
2. Cuando por cualquier causa, el tutor no desempeñe las funciones que les son propias, hasta
que cese la causa determinante o se designe otra persona para desempeñar el cargo.
Régimen jurídico:
-Al régimen jurídico del defensor judicial se le aplican las causas de inhabilidad, excusa y
remoción de los tutores y curadores.
-El defensor judicial tendrá las atribuciones que se le hayan concedido, debiendo rendir
cuentas de su gestión una vez concluida
LA GUARDA DE HECHO
Pueden hallarse bajo la protección o custodia de una persona que actúa como si fuera su
guardador legal, el menor que no esté sometido a la patria potestad o tutela.
Se trata de una situación producida en aquellos supuestos en los que un menor de edad resulta
protegido por una persona que, formalmente, no ostenta ninguna potestad sobre él y al mismo
tiempo tampoco tiene obligación alguna de asumir las responsabilidades de la actividad tuitiva.
El legislador español, consciente de esta realidad, regula la figura del guardador de hecho en
los artículos 237 y 238 CC.
Con la regulación anterior a la ley 8/21 no podía ser declarado, nadie, incapaz sino por
sentencia judicial en virtud de las causas establecidas por la ley. Eran causas constitutivas de
incapacitación las enfermedades o deficiencias persistente de carácter físico o psíquico que
impedían a una persona gobernarse por sí misma.
Cargos tutelares: tutela, curatela, defensor judicial. Posibles prohibiciones (testamento, voto,
armas, conducción) y esterilización.
Convención de Nueva York de 13 de diciembre de 2006, sobre los Derechos de las Personas con
discapacidad (ratificada por España en 2007). Determina que la incapacitación no altera la
titularidad de los derechos fundamentales, aunque sí afecta a su ejercicio y se justifica por su
finalidad protectora de la persona. - Debe respetarse la dignidad inherente a la persona, la
autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones y la independencia de
las personas. - Consagra el igual reconocimiento como persona ante la ley de las personas con
discapacidad. Suprime la diferencia entre capacidad jurídica y capacidad de obrar. - Ley 1/2009
de 25 de marzo manda al Gobierno remitir a las Cortes Generales un Proyecto de Ley de
reforma de la legislación reguladora de los procedimientos de incapacitación judicial, que con
la denominación de “procedimientos de modificación de la capacidad de obrar”, se adapten a
las previsiones de la Convención, dado que las normas del Código Civil eran incompatibles con
ella.
- Aplicable a personas mayores de edad o menores emancipadas que precisen una medida de
apoyo para el adecuado ejercicio de su capacidad jurídica.
NOVEDADES
- Se establece como único cargo tutelar forma la CURATELA, que sólo en casos extremos puede
ser representativa.
- Se prioriza la GUARDA DE HECHO, con autorizaciones judiciales ad hoc.
Tras la reforma, la Disposición Adicional Cuarta del C.C. remite a la definición de la Ley 41/03 de
18 de noviembre de protección patrimonial de las personas con discapacidad, que entiende
como tales :
Y en general toda persona que precise medidas de apoyo para el ejercicio de su capacidad
jurídica.
- Anticipatorias o preventivas
o Poderes
o Voluntades anticipadas
o Autocuratela
- Reactivas
Se entiende por apoyos todo tipo de actuaciones: acompañamiento amistoso, ayuda técnica en
la comunicación de declaraciones de voluntad, ruptura de barreras arquitectónicas y de todo
tipo, consejo o asesoramiento, toma de decisiones delegadas, en asuntos tanto de naturaleza
patrimonial como en aspectos personales, como los relativos a decisiones sobre las vicisitudes
de la vida ordinaria, supervisión o control de la toma de medicación.
Necesariamente mediante escritura pública otorgada ante Notario. Pueden incluir medidas de
apoyo, órganos de control, salvaguardas y plazos de revisión. El notario debe comunicarlas al
R.C para su constancia en el registro individual del otorgante. Sólo en defecto de estas medidas
y a falta de guarda de hecho pueden acordarse medidas por la autoridad judicial.
- Poder preventivo: se otorga sólo para el supuesto de que precise apoyo en el futuro.
Pueden seguir vigentes a pesar de otras medidas de apoyo. Se pueden establecer por el
poderdante medidas de control, salvaguardas y plazos de revisión, así como formas específicas
de extinción. El apoderado quedará sujeto a las reglas de la curatela en todo lo no previsto en
el poder. Han de otorgarse en escritura pública e inscribirse en el Registro Civil.
Medida informal: persona del entorno familiar o social que asiste a una persona con
discapacidad adecuadamente.
2.3. LA CURATELA
Es una medida judicial de apoyo formal la cual requiere nombramiento. Deben determinarse
los actos y el modo en que deberá prestar la asistencia. El juzgador establecerá medidas de
control y puede exigir en todo momento informes. Supervisión del Ministerio Fiscal. Queda
abolido por la ley el mecanismo del interés superior, que no podrá prevalecer sobre la persona
salvo casos extremos. Cuando no sea posible determinar la voluntad, deseos y preferencias de
la persona, la curatela podrá ser REPRESENTATIVA.
NOMBRAMIENTO
1. Cónyuge o similar
2. Hijo o descendiente
3. Progenitor o ascendiente
5. Guardador de hecho
7. Persona jurídica (sin ánimo de lucro, públicas o privadas, entre cuyos fines esté la promoción
de la autonomía y asistencia a las personas con discapacidad). Entidad pública IVASS
dependiente de la CIPI.
Forma de ejercicio:
Toma de posesión ante el LAJ; contacto personal; respecto a voluntad, deseos y preferencias;
Respeto a la trayectoria vital, creencias, valores y factores que la persona hubiera tomado en
consideración; Obligación de fomentar aptitudes del curatelado; Medidas de control: fianza,
inventario si fuera representativa, y rendición de cuentas.
2.4.1. NOMBRAMIENTO
1. Cuando quien haya de prestar apoyo no pueda hacerlo por cualquier causa.
2.4.2. PROCEDIMIENTO
4. EL ACOGIMIENTO DE MENORES
CLASES
2- Acogimiento familiar temporal: que tendrá carácter transitorio bien porque de la situación
del menor se prevea que pueda reintegrarse a su propia familia, o bien mientras se adopte una
medida de protección que revista un carácter más estable, como el acogimiento familiar o
permanente o la adopción. Este acogimiento tendrá una duración máxima de dos años, salvo
que el interés superior del menor aconseje la prórroga de la medada por la previsible e
inmediata reintegración familiar, o la adopción de otra medida de protección definitiva.
3.- Acogimiento familiar permanente: se constituye bien al finalizar el plazo de los dos años de
acogimiento temporal por no ser posible la reintegración familiar, o bien directamente en casos
de menores con necesidades especiales o cuando las circunstancias del menor y su familia así
lo aconsejan. La entidad pública podrá solicitar del Juez que atribuya a los acogedores
permanentes aquellas facultades de la tutela que faciliten el desempeño de sus
responsabilidades, atendiendo, en todo caso, al interés superior del menor.
No se exige ningún requisito de capacidad, por lo que podrá ser acogedor cualquier persona
mayor de edad con plena capacidad de obrar, pero no podrán ser acogedores quienes no
puedan ser tutores. En definitiva, no se impone requisitos a las familias acogedoras; ahora
bien, el Código civil, después de señalar que el acogimiento produce la plena participación del
menor en la vida de la familia acogedora, impone a esta familia las obligaciones de velar por él,
tenerlo en su compañía, alimentarlo, educarlo y procurarle una formación integral, lo cual no
significa que se creen vínculos familiares, sino sólo participación del menor en dicha familia. En
cualquier caso, se buscará siempre el interés del menor y se priorizará, siempre que no sea
contrario a ese interés, su reintegración en la propia familia y que la guarda de los hermanos se
confíe a una misma institución o persona para que permanezcan unidos. La situación del
menor en relación con su familia de origen, tanto en lo que se refiere a su guarda como al
régimen de visitas y otras formas de comunicación, será revisada al menos casa 6 meses.
La entidad pública podrá acordar en relación con el menor en acogida familiar o residencia
estancias, salidas de fines de semana o de vacaciones con familias o instituciones dedicadas a
estas funciones. Dichas medidas se acordarán oído el menor si tuviera suficiente juicio y en
todo caso si fuera mayor de 12 años. Dicha medida será comunicada a los progenitores o
tutores siempre que no hayan sido privados de la patria potestad o removidos de la tutela así
como a los acogedores.
EXTINCIÓN
2) Por resolución de la entidad pública, de oficio o a propuesta del MF, de los progenitores,
tutores acogedores o del propio menor si tuviera suficiente madurez, cuando se considere
necesario para salvaguardar el interés de este, oídos los acogedores, el menor, sus
progenitores o tutor.
La persona jurídica está formada por varias personas físicas reunidas para la consecución de un
fin común.
Es una creación del Derecho dotada de propia personalidad, de manera que puede ser sujeto
de derechos y relaciones jurídicas, tiene capacidad, patrimonio propio y distinto al de sus
miembros, una organización propia y responsabilidad. La persona jurídica tiene capacidad de
obrar.
CLASES
a) ESTRUCTURA: se diferencia entre personas de tipo asociaciones, que tienen por base un
conjunto de personas frente a las de tipo funcional. Dentro de las primeras se encuentran las
asociaciones y sociedades.
c) FIN PERSEGUIDO: pueden ser de utilidad pública, cuando desenvuelven una actividad en
interés social y de utilidad privada, cuando persiguen fines de estricto interés social y de
utilidad privada, cuando persiguen fines de estricto interés particular.
REGULACIÓN
Asociaciones:
Fundaciones:
CAPACIDAD
Las personas físicas necesitan capacidad para disponer gratuitamente de los bienes y
derechos de la dotación
Las personas jurídicas privadas necesitan el acuerdo del órgano competente o de su
órgano rector, según naturaleza. Y las públicas pueden constituir fundaciones salvo que
sus normas digan otra cosa
− Y la de las corporaciones por las leyes que las hayan creado o reconocido
CONSTITUCIÓN
Todas las personas tienen derecho a asociarse libremente para la consecución de fines lícitos,
sin que nadie pueda ser obligado a ello, y sin necesidad de autoridad previa.
Asociación:
La ley impone unas condiciones personales. Podrán construir una asociación personas físicas o
jurídicas. Las entidades públicas pueden construir asociaciones, entre sí, o con particulares,
pero siempre que lo hagan en igualdad de condiciones con los particulares.
Fundación:
Nace del negocio jurídico fundacional, que es una declaración de voluntad individual realizada
inter vivos, o bien mortis causa, teniendo entonces efectos desde la muerte del testador.
1. Si la constitución es inter vivos, el negocio jurídico fundacional deberá realizarse en escritura
pública, en la que deberán ser incluidos los Estatutos.
− FUNDACIONES:
4. Extinción
Se podrá proceder a la extinción de una personalidad jurídica con cualquier causa de las
previstas en el Art 39 CC: expirado el plazo, realizado el fin o ante imposibilidad de realizar el
fin.
Las ASOCIACIONES: se disolverán por las causas previstas en los Estatutos y, en su defecto, por
la voluntad de los asociados expresada en la Asamblea General convocada al efecto o por
sentencia firme. Deberá darse al patrimonio el destino previsto en los Estatutos, La disolución
de la asociación abre un periodo de liquidación, hasta el fin del cual la entidad conservará su
personalidad jurídica y se nombran los liquidadores de entre los asociados.
Las FUNDACIONES: se extinguirán a tenor del art. 31 LF, por las siguientes causas:
d) Cuando así resulte de la fusión, en los términos previstos por el art. 30 LF.
e) Cuando concurra cualquier otra causa prevista en el acto constitutivo o en los Estatutos.
5. Domicilio
El domicilio de las personas jurídicas (41 CC) será el del lugar que se haya establecido en los
correspondientes estatutos por sus órganos sociales.
Las asociaciones que se constituyan con arreglo de la LODA tendrán su domicilio en España, en
el lugar que se establezcan los Estatutos. Deberán tener domicilio en España, las asociaciones
que desarrollen actividades dentro de su territorio. Las asociaciones extranjeras para poder
tener actividades en España deberán establecer una delegación en territorio español.
1. El derecho de obligaciones.
Son los principios y normas que regulan la constitución, modificación y extinción de la relación
obligatoria.
Concepto
La obligación se concibe como una situación jurídica en que un sujeto, el deudor, debe
observar una determinada conducta activa (dar o hacer) o pasiva (no hacer) que es debida a
otro sujeto, el acreedor. Existen dos posiciones: la del acreedor, que es posición de poder; y la
del deudor, que es posición de deber.
Cabe destacar que deuda y responsabilidad siempre van unidas, siendo imposible separarlas:
Elementos de la obligación
a) Sujetos
- Deudor: quien tiene el deber de realizar la prestación que se debe. Los sujetos pueden ser
personas físicas o jurídicas e incluso con capacidad limitada.
b) Objeto.
Cuando nos referimos a este hablamos de la prestación, es decir, la conducta debida por el
deudor y que el acreedor puede exigirle. Consiste en dar, hacer o no hacer algo y para que
exista se deben dar una serie de requisitos:
c) Vínculo.
Es la correlación que existe entre el crédito (lo que el acreedor pretende del deudor) y la deuda
(lo que el deudor está obligado respecto del acreedor) en toda relación obligatoria. Este
engloba la deuda y la responsabilidad.
El deudor queda ligado con el acreedor y obligado a realizar una determinada prestación.
Cómo se generan las obligaciones, a través de qué fuentes. Las encontramos enumeradas en el
art. 1089 CC:
● La ley. Art. 1090 CC, las obligaciones derivadas de la ley son exigibles las expresamente
determinadas en el propio CC o en leyes especiales y se regirán por precepto de la ley que las
haya establecido; y, en todo lo que ésta no haya previsto, por las disposiciones del libro IV del
CC.
● Los contratos. Art. 1091 CC, las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley
entre las partes contratantes, y deben cumplirse a tenor de estos.
● Los cuasicontratos. Art. 1887 CC, los hechos lícitos y puramente voluntarios, de los que
resulta obligado su autor para con un tercero y a veces una relación recíproca entre los
interesados.
● Los actos y omisiones ilícitos. Se concreta en el art. 1092 CC en los delitos y faltas, con una
remisión a las disposiciones del Código Penal.
● Los actos u omisiones en que intervenga la culpa o negligencia. Art. 1093 CC, que se remite,
para el caso de que la culpa o negligencia no estén penadas por la ley, es decir, cuando no haya
delito.
El supuesto más frecuente son las obligaciones unipersonales, pero también pueden ser
pluripersonales, es decir, cuando existe una pluralidad de personas como deudores (pluralidad
pasiva) y/o acreedores (pluralidad activa), o ambos (pluralidad mixta).
a) Obligaciones solidarias:
Esta suele implicar relaciones de confianza. Cada acreedor puede actuar de forma individual,
exigiendo y recibiendo la totalidad de la deuda; el deudor se libera pagando a uno.
Los actos de conservación o defensa del crédito que realice un acreedor afectan a todos. El
acreedor que reciba la totalidad de la deuda (relaciones externas) ha de dar paso a un derecho
de reembolso o regreso, es lo que se denomina, en virtud del cual ha de responder frente al
resto de coacreedores.
● Relaciones externas: Cuando el acreedor puede exigir el pago a cualquiera de los deudores, a
varios o a todos. A su vez, el deudor o deudores a quien se dirija el pago puede oponer al
acreedor las siguientes excepciones:
➔ Personales: corresponden a alguno/s de los deudores solidarios. Sólo pueden ejercitarse por
el deudor al que le corresponde la excepción; los demás deudores sólo para eximirse del pago
que le corresponde al deudor favorecido.
➔ Reales u objetivas: son comunes a todos los deudores porque derivan de la naturaleza de la
relación obligatoria.
- Si la excepción es objetiva: si el deudor que paga no la utiliza, los demás pueden oponerla
frente al que pagó cuando ejerza la acción de regreso.
b) Obligaciones mancomunadas.
Se caracterizan porque cada deudor tiene que cumplir sólo una parte de la deuda, el acreedor
no puede exigirle la totalidad (pasiva); o cada acreedor sólo puede pedir su parte al deudor
(activa).
La obligación se divide en tantas partes iguales (salvo que se diga otra cosa) como sujetos haya,
pero hay que diferenciar:
➢ Obligaciones divisibles:
o Pluralidad de acreedores:
■ Créditos independientes.
■ Se presumen iguales.
o Pluralidad de deudores:
■ Deudas independientes.
■ La insolvencia de un deudor no afecta al resto.
➢ Obligaciones indivisibles:
o Pluralidad de acreedores:
■ Han de ejercitar su derecho conjuntamente.
o Pluralidad de deudores:
■ Se liberan cumpliendo de forma conjunta.
■ Si uno es insolvente, los demás no están obligados.
■ El incumplimiento de uno determina el de todos: es necesario convertir la obligación
en una indemnización de daños y perjuicios, y por tanto divisible.
❏ Obligaciones de dar: El deudor ha de entregar una cosa al acreedor con sus accesorios y con
sus frutos; estos han de entregar los siguientes, aunque no hayan sido mencionados en el
contrato. El deudor ha de conservar la cosa con la diligencia de un buen padre de familia.
❏ Obligaciones de hacer: Consisten en realizar una actividad por parte del deudor y en interés
del acreedor. Podemos diferenciar entre prestaciones de medios y de resultados: en las
primeras, el deudor cumple, actuando con la diligencia propia de su arte u oficio; en las
segundas, el deudor viene obligado a obtener un determinado resultado. Además, también
pueden ser personalísimas o no personalísimas.
La obligación genérica: es aquel que se determina por un conjunto de cualidades que debe
reunir el objeto del contrato. En esta no hay total individualización, se ha determinado solo por
su pertenencia a un género o clase. En la individualización o especificación encontramos:
- Obligación divisible: puede ser cumplida por partes, sin alteración de su esencia
- Obligación indivisible: las que no son susceptibles de cumplimiento parcial, bien por su
propia naturaleza, o bien por pacto.
E. La obligación pecuniaria.
Son aquellas que tienen por objeto la entrega de una suma de dinero. Dentro de estas se
distingue entre:
- Deudas de suma: aquellas en las que el dinero funciona como medio de intercambio de
bienes y servicios.
- Deudas de valor: a quellas en las que el dinero funciona como medida o equivalente de un
bien o servicio que no se recibe o de la reparación de un daño que se origina.
Según resulta del art. 1170 CC, “el pago de las deudas de dinero deberá entregarse en la
especie pactada, y, no siendo posible entregar la especie, en la moneda de plata u oro que
tenga curso legal en España”.
En relación con obligaciones que se alargan en el tiempo. Para combatir su rigor surgen los
mecanismos de ratificación:
Según ley
Medidas judiciales
Por pacto: las cláusulas de estabilización son valor oro o plata; de escala móvil o índice
variable; valor moneda extranjera.
F. La obligación de intereses.
Estas pueden acompañar, con carácter accesorio, a las obligaciones pecuniarias, imponiendo al
deudor el pago de una cantidad de dinero adicional a la suma principal debida.
● Remuneratorios, compensatorios o retributivos: son el precio del dinero que una persona
presta a otra.
● Moratorios: tienen una finalidad indemnizatoria de los daños y perjuicios que pueden ser
imputables a la demora en el cumplimiento de una prestación obligacional consistente en una
cantidad de dinero.
● Procesales: los establecidos con la finalidad de fomentar el cumplimiento, por parte del
deudor, de las sentencias de condena al pago de una suma de dinero, disuadiéndole de
presentar recursos con el simple objetivo de retardar la ejecución del fallo condenatorio.
● Excepción del incumplimiento contractual: si uno no cumple, la otra parte no tiene por qué
hacerlo.
● Excepción del cumplimiento defectuoso: si uno cumple pero defectuosamente, la otra parte
puede negarse a cumplir hasta que no lo haga correctamente.
En punto a la mora el art. 1100 CC dispone que en las obligaciones recíprocas ninguno de los
obligados incurre en ella si el otro no cumple o se allana a cumplir debidamente lo que le
incumbe; y desde que uno de los obligados cumple su obligación, empieza la mora para el otro.
Conforme al artículo 1124 CC, el incumplimiento de uno de los obligados faculta al otro para
resolver el contrato, con el resarcimiento de daños y perjuicios. cuando uno no cumple, el otro
puede optar por: exigir el cumplimiento; solicitar la resolución de la obligación en ambos casos
tendrá derecho a una indemnización.