Primera Unidad Civil (Anahi Cane)
Primera Unidad Civil (Anahi Cane)
Primera Unidad Civil (Anahi Cane)
• Los principios rectores del Derecho Privado y del Derecho Civil son
principalmente cuatro:
• 1.- Autonomía de la Voluntad.
• 2.- La protección de la buena fe.
• 3.- El repudio al enriquecimiento sin causa.
• 4.- La responsabilidad.
• 1.- Autonomía de la Voluntad:
• Es un principio regulador del derecho civil, que consiste en la libertad de que gozan los particulares para pactar los contratos que
les plazcan, y de determinar su contenido y efectos. Es decir, puede hacerse todo aquello que no esté expresamente prohibido.
• De consiguiente, en el ámbito del Derecho Privado, la autonomía de la voluntad autoriza a los contratantes para establecer las
condiciones y modalidades Que deseen.
• Este principio se encuentra consagrado en varias normas, principalmente en el Artículo 12 del CC que dispone: “Podrán renunciarse
los derechos conferidos por las leyes, con tal que sólo miren al interés individual del renunciante, y que no esté prohibida su
renuncia”.
• También, está presente en el artículo 1560 del CC que, reglamentando la interpretación de los contratos, manifiesta que debe
estarse más a la intención de los contratantes que a lo literal de las palabras (lo expresado en el contrato).
• Así, el principio de la autonomía de la voluntad puede condensarse en el conocido aforismo según el cual en el Derecho Privado
puede hacerse todo lo que la ley no ha, expresamente, prohibido.
• Algunas consecuencias que se derivan del principio de a Autonomía de la Voluntad:
1. Los individuos en virtud del principio de la autonomía de la voluntad son libres para contratar o no según su deseo y parecer. La
ley ni el juez pueden obligarlos a ello y, por lo tanto, la negativa de contratar no les puede acarrear ninguna consecuencia jurídica.
2. Las partes son libres de discutir las condiciones del contrato que van a celebrar, con la sola limitación que ellas no vayan contra el
orden público y las buenas costumbres.
3. El contrato una vez celebrado es ley para las partes y no puede ser invalidado sino por acuerdo mutuo de sus otorgantes y en los
casos excepcionales que la ley establezca.
¿Es un principio absoluto?
¿Cuál es el límite al principio de la autonomía de la voluntad?
Artículo 1461 CC: “No sólo las cosas que existen pueden ser objetos de una declaración de voluntad, sino las que se espera que existan;
pero es menester que las unas y las otras sean comerciables, y que estén determinadas, a lo menos, en cuanto a su género”.
• En ese sentido, si el objeto de un acto es un hecho, éste debe ser física y moralmente posible, y será físicamente imposible el
contrario a la naturaleza, y moralmente imposible el prohibido por las leyes, o contrario a las buenas costumbres o al orden público.
• 2.- La protección de la buena fe:
¿Qué es la buena fe?
• Este principio constituye un principio general del derecho privado, según una tendencia ampliamente extendida en el derecho
nacional. En la doctrina, se encuentra consolidada la idea que “la buena fe es un principio general del derecho, mientras que en la
jurisprudencia se ha reconocido reiteradamente que la buena fe “tiene el carácter y naturaleza de principio general del derecho,
que inspira todo nuestro ordenamiento jurídico”.
• Los más importantes ordenamientos jurídicos extranjeros tienden a coincidir en que la buena fe constituye un principio general
del derecho privado, siendo así un principio reconocido en las legislaciones globales.
• En el derecho chileno, la disposición legal que reconoce con carácter general el principio de la buena fe contractual es el Artículo
1546 del Código Civil, el cual indica que: “los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no sólo a lo que
en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la
costumbre pertenecen a ella”.
• Así, en el ámbito contractual podemos encontrar dos conceptos de buena fe:
• El primero es el que se conoce como “estar de buena fe”, esto significa una actitud mental, es decir, ignorar que se ha
perjudicado a otro de manera ilegitima, no tener conciencia de un derecho.
• El otro concepto consiste en “actuar de buena fe”, esto significa comportarse de manera fiel a un acuerdo, actuar en la forma
que sea necesaria para cumplir con las expectativas de los contratantes.
• ¿Qué normas encontramos donde se haga mención a aquello?
• "La conciencia de haberse adquirido el dominio de la cosa por medios legítimos, exentos de fraude y de todo otro vicio". Art 706
del CC;
• y el Art 44 inciso final, el cual define el dolo, que se opone a la buena fe como “La intención positiva de inferir injuria a la persona
o propiedad de otro.”
• 3.- Repudio al enriquecimiento sin causa:
• Definición: El enriquecimiento sin causa es aquel que no tiene un motivo jurídico válido para haberse producido.
• Ahora bien, el Código Civil chileno no reglamentó el enriquecimiento sin causa; no hay disposición específica que lo
contemple como regla general, sino que es una construcción doctrinal que fue recogida por éste.
• La jurisprudencia también se inclina a darle una aplicación amplia al principio, haciendo innecesaria su introducción por la
vía de la reforma legislativa.
• Ahora bien, podemos dar cuenta que en la vida comercial y jurídica hay un constante enriquecimiento de los patrimonios a
costa de otros, pero no por ello el legislador está obligado a intervenir; si lo hiciera se haría imposible la vida jurídica y todos
los actos jurídicos podrían ser atacados por no haberse obtenido exacta equivalencia entre lo que unos dan y otros reciben.
• De ahí que si el enriquecimiento del sujeto tiene una justificación jurídica (por ejemplo, un contrato), aun cuando
moralmente pueda ser objetable, el Derecho no interviene; por ello el enriquecimiento del comerciante o industrial o la
indemnización que recibe la víctima de un hecho ilícito, son todos plenamente aceptados, porque hay un antecedente jurídico
que los legitima.
• Para que exista enriquecimiento sin causa es necesario no sólo que haya sido inmotivado, sino que además debe haber un
empobrecimiento de otro patrimonio, no necesariamente equivalente pero sí correlativo.
• Por ejemplo, conforme a los artículos 668 y 669 del CC, si se edifica con materiales ajenos en suelo propio, el dueño del
suelo se hará dueño de los materiales por el hecho de incorporarlos a la construcción; pero estará obligado a indemnizar al
dueño de estos, pues en caso contrario, habría un enriquecimiento injustificado.
• En cuanto a la causa, el CC en el artículo 1467, inciso 2° la define como “se entiende por causa el motivo que
induce al acto o contrato; y por causa ilícita la prohibida por ley, o contraria a las buenas costumbres o al
orden público”.
• De esta forma, “la promesa de dar algo que no existe, carece de causa, y la promesa de dar algo en
recompensa de un crimen o de un hecho inmoral, tiene causa ilícita” (inciso 3°).
• 4.- La Responsabilidad:
• Es un principio común a todo el ordenamiento jurídico. Así, se habla de responsabilidad del estado, de los
ministros, de los jueces, de los diputados y senadores, y de los funcionarios públicos en particular.
• Ahora bien, cuando nos referimos a la responsabilidad de los particulares hablamos de responsabilidad penal
o civil.
• En cuanto a la responsabilidad de los particulares, ésta puede significar una pena cuando se ha cometido un
delito o bien una indemnización de perjuicios cuando se ha infringido un daño a otro, tratándose entonces
de responsabilidad civil.
• En materia civil existen 2 tipos de responsabilidad:
• A) Responsabilidad Civil Contractual: es aquella que proviene del incumplimiento de una obligación
derivada de un contrato.
• En la responsabilidad civil contractual, el responsable y la víctima se encuentran ligados por un contrato, por
lo que media entre ellos una obligación preexistente.
• La responsabilidad civil contractual viene a ser, en consecuencia, un efecto de las obligaciones que nacen de
los contratos, específicamente, un efecto de las obligaciones en su incumplimiento, efecto que conjuntamente
con el cumplimiento forzado configuran los denominados remedios legales en caso de incumplimiento.
• La responsabilidad civil contractual constituye entonces un efecto de los contratos, y se encuentra regulada en
el Título XII del Libro IV del Código Civil, que se denomina precisamente “Del efecto de las obligaciones”.
• Para que se verifique la responsabilidad civil contractual, es necesario que se cumplan ciertos presupuestos:
1. Conforme al Artículo 1556 del CC, cuando exista incumplimiento total de una obligación contractual, cumplimiento
imperfecto o tardío.
• Las dos primeras causales dan lugar a una indemnización compensatoria. Si la obligación contractual infringida es la de pagar
una cantidad de dinero, es posible obtener el pago en naturaleza a través del cumplimiento forzado.
• En lo que respecta a la tercera causal, el cumplimiento tardío, ésta origina una indemnización moratoria, la que procede
cualquiera que sea el carácter de la obligación infringida, y es acumulable a la anterior.
• En consecuencia, cuando una de las partes no cumple la obligación que ha contraído por medio de la celebración de un contrato,
y dicho incumplimiento causa un perjuicio al otro contratante, el primero debe indemnizar el daño que ocasione tanto
compensatorio como moratorio. Dicho contratante incurre en responsabilidad civil.
2. Imputabilidad: El deudor debe haber incumplido la obligación con dolo o culpa: este requisito es de mucha relevancia para el
sistema de responsabilidad civil chileno, ya que es uno de carácter subjetivo. En ese sentido, si el incumplimiento se debe a un caso
fortuito, el daño producido no se deberá indemnizar.
• El requisito de la imputabilidad (dolo o culpa), tiene importantes consecuencias jurídicas en relación con los daños que deben ser
indemnizados.
• En el primer caso, que comprende además la culpa grave (que el Artículo 44 del CC asimila al dolo), el deudor debe indemnizar
los perjuicios directos previstos e imprevistos sufridos por el acreedor.
• En cambio, si el incumplimiento se debe tan sólo a la culpa del deudor, éste deberá indemnizar sólo los perjuicios directos
previstos al momento de contratar. Así lo dispone el Artículo 1558 del CC.
• Lo anterior permite afirmar que el dolo actúa en esta materia como una agravante de la responsabilidad civil contractual.
3. Verificación de daños o perjuicios experimentados por el acreedor.
4. Una relación de causalidad entre el incumplimiento y el daño que se ha ocasionado.
5. La mora del deudor.
6. No debe concurrir una causal de exención de responsabilidad.
B) Responsabilidad Civil Extracontractual: Llamada también delictual o cuasi delictual, ésta se configura cada vez que una
persona, natural o jurídica, comete algún acto civil ilícito.
• Regulada principalmente en el Título XXX del libro IV, de los Delitos y Cuasidelitos, artículos 2314 y siguientes.
• Conforme al artículo 2314 del CC: “El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado a la
indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito”.
• Se debe tener en cuenta que el CC no define lo que se entiende por delito o cuasidelito (ilícitos civiles), pero podemos construir
una definición de ellos en base a lo establecido en el artículo 2284 del CC, toda vez que establece los elementos fundamentales de
los ilícitos civiles. Así, podríamos definir al delito civil como “todo hecho voluntario, no convencional, realizado con la intención
de dañar, vale decir, todo daño causado con dolo”, y al cuasidelito civil como “ todo hecho voluntario, no convencional, realizado
sin la intención de dañar”, vale decir, todo daño causado por culpa de su autor.
• Genéricamente, los delitos y los cuasidelitos constituyen “hechos ilícitos”, y técnicamente ésta es la mejor forma de denominarlos,
toda vez que la distinción carece de relevancia jurídica. Esto, porque los efectos de unos y otros son los mismos: la indemnización
de perjuicios a la víctima, sean estos materiales o morales.
Para que se verifique la responsabilidad civil extracontractual, es necesario que se cumplan ciertos presupuestos:
1. Daños o perjuicios experimentados por la victima.
2. La imputabilidad del autor: el daño debe ser el resultado de su actuar doloso o culpable.
3. Relación de causalidad entre el dolo o la culpa, por un lado, y el daño causado, por el otro.
4. La capacidad delictual del autor del daño (tener en consideración el articulo 2319 del CC, ya que no son capaces de delito o
cuasidelito los menores de 7 años ni los dementes, pero lo serán las personas a su cargo).
Hasta aquí podemos entonces preguntarnos ¿Cuál es la diferencia entonces entre dolo y culpa?
Dolo= voluntad.
Culpa= Negligencia.
Caso práctico:
Se produce un accidente en una montaña rusa de Fantasilandia, del que resultan varias personas con lesiones
de mediana gravedad.
¿La responsabilidad del parque de diversiones es contractual o extracontractual?
Bonus track: Responsabilidad precontractual y postcontractual.
• En doctrina, se llama responsabilidad precontractual aquella que emana de un daño producido en la etapa previa a la formación de un
contrato, esto es, antes de que el contrato se haya perfeccionado y nacido a la vida jurídica.
• Se dice que esta responsabilidad surge de la infracción del deber de actuar de buena fe por ambas partes en las negociaciones
preliminares.
• En algunos casos, esta responsabilidad se encuentra regulada por las leyes. Así ocurre con las normas que regulan la formación del
consentimiento en los actos jurídicos bilaterales, contenidas en el Código de Comercio.
• De este modo, sería responsabilidad de este tipo la obligación de reparación contenida en el artículo 98 de dicho código para el caso de
aceptación extemporánea en que el oferente no ha dado oportuno aviso de su retractación:
Art 98: “La propuesta hecha por escrito deberá ser aceptada o desechada dentro de veinticuatro horas, si la persona a quien se ha dirigido
residiere en el mismo lugar que el proponente, o a vuelta de correo, si estuviere en otro diverso.
Vencidos los plazos indicados, la propuesta se tendrá por no hecha, aun cuando hubiere sido aceptada.
En caso de aceptación extemporánea, el proponente será obligado, bajo responsabilidad de daños y perjuicios, a dar pronto aviso de su
retractación”.
• También sería un caso de responsabilidad precontractual el establecido en el artículo 100 del mismo cuerpo legal, para el caso de
retractación tempestiva del oferente.
Art. 100: “La retractación tempestiva impone al proponente la obligación de indemnizar los gastos que la persona a quien fue encaminada la
propuesta hubiere hecho, y los daños y perjuicios que hubiere sufrido”.
“Sin embargo, el proponente podrá exonerarse de la obligación de indemnizar, cumpliendo el contrato propuesto”.
• La pregunta que surge es si la responsabilidad precontractual correspondería a una nueva categoría de responsabilidad o corresponde a
alguna de las ya conocidas?
• Mucho se ha discutido al respecto, y hay parte de la doctrina que ha indicado que la responsabilidad precontractual deriva básicamente de
la perpetración de un ilícito civil, por lo tanto, estaría regida por la teoría de la responsabilidad extracontractual. Cuando hablamos de
responsabilidad precontractual, estamos diciendo que en este caso la responsabilidad deriva de un daño producido antes que ese contrato
se haya perfeccionado. Por lo tanto, aún no han surgido obligaciones para las partes.
• Por lo mismo, tampoco podemos hablar de incumplimiento. La otra pregunta que deberíamos hacer es qué deber jurídico se ha infringido
para que surja esta responsabilidad. Pensamos que se trataría del deber de llevar las negociaciones con buena fe.
• La responsabilidad civil postcontractual surge con posterioridad a la celebración del contrato, y así procede una vez que ya se
han extinguido sus obligaciones esenciales.
• Así, es posible señalar que el elemento esencial de este tipo de responsabilidad, además de la generación de un daño, radica
en que aparece una vez que se han extinguido las obligaciones principales de un contrato.
• Cabe señalar, asimismo, que la doctrina suele agregar que este tipo de responsabilidad surge a partir del incumplimiento de los
deberes derivados del principio de buena fe, por lo que no requieren de mención expresa.
Historia del Código Civil y estructura
actual
• En la época de la República comenzó a existir la necesidad de una codificación,
especialmente de la ley civil. En el año 1840 se conformó una comisión mixta
para la codificación de las leyes civiles y al año siguiente una Junta Revisora del
proyecto.
• En el intertanto don Andrés Bello trabajaba personalmente en la redacción de un
Código Civil, el que concluyó en 1852. Ese mismo año se designó una comisión
para que revisara el proyecto, la que celebró más de 300 sesiones y que terminó
su labor en 1855.
• En 1855 fue enviado el proyecto al Congreso, el que lo aprobó sin modificaciones
en una ley de un artículo único.
• Esta ley fijaba la vigencia del nuevo Código a partir del 1 de enero de 1857 y
ordenaba que se hiciera de él una edición oficial.
• Los principios jurídicos que informaron nuestro CC fueron, principalmente, la
omnipotencia de la ley; la igualdad de todas las personas ante la ley; la
protección a la constitución; el respeto y la ayuda a la propiedad individual, y la
libertad de contratar.
• El modelo de base más importante para la redacción del Código Civil Chileno fue sin duda el Código Civil
Francés.
• Andrés Bello se inspiró en dicho Código especialmente en materia de obligaciones y contratos. Se ha dicho
que los artículos que reglan las obligaciones en el Código Civil chileno son una real adaptación de la
tradición Francesa, pero la verdad es que no se trata de una copia ni si quiera en estas materias.
• En particular, nuestro Código Civil comprende un título preliminar y cuatro libros, sumando un total de
2.525 artículos. Cada libro se divide en títulos y muchos de éstos en párrafos.
• El “Título preliminar” comprende seis párrafos y consta de 53 artículos. Trata de todo lo relativo a la ley y
de la definición de varias palabras de uso frecuente en las leyes.
• Artículo 1º “La ley es una declaración de la voluntad soberana que, manifestada en la forma prescrita por la
Constitución, manda, prohíbe o permite”.
• Art. 2º “La costumbre no constituye derecho sino en los casos en que la ley se remite a ella”.
• Art. 6º “La ley no obliga sino una vez promulgada en conformidad a la Constitución Política del Estado y
publicada de acuerdo con los preceptos que siguen”.
• Art. 8º “Nadie podrá alegar ignorancia de la ley después que ésta haya entrado en vigencia”.
• El Libro I, que está dividido en 33 títulos, que comprenden los artículos 54 a 564, se titula “De las
personas”.
• Trata de las personas naturales en cuanto a su nacionalidad y domicilio; del principio y fin de su existencia;
del matrimonio, de las pruebas del estado civil, etc.
• Art. 102 “El matrimonio es un contrato solemne por el cual dos personas se unen actual e indisolublemente,
y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear, y de auxiliarse mutuamente”.
• El Libro II se titula “De los bienes, y de su dominio, posesión, uso y goce”.
• Se divide en 14 títulos que comprenden los artículos 565 a 950.
• Se refiere a las varias clases de bienes; del dominio; de la ocupación; de la accesión; de la tradición; de la
posesión; del usufructo; de las servidumbres; de los derechos de uso y habitación; de la reivindicación; de las
acciones posesorias, etc.
• Art. 565. “Los bienes consisten en cosas corporales o incorporales.
Corporales son las que tienen un ser real y pueden ser percibidas por los sentidos, como una casa, un libro.
Incorporales las que consisten en meros derechos, como los créditos, y las servidumbres activas”.
• Art. 577 “Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a determinada persona.
Son derechos reales el de dominio, el de herencia, los de usufructo, uso o habitación, los de servidumbres
activas, el de prenda y el de hipoteca. De estos derechos nacen las acciones reales”.
• El Libro III se denomina “De la sucesión por causa de muerte, y de las donaciones entre
vivos”.
• Se divide en 13 títulos que comprenden los artículos 951 a 1436.
• Trata de la sucesión intestada; de los testamentos; de las asignaciones testamentarias; de las
asignaciones forzosas; de la revocación y reforma del testamento; de la partición de los bienes; del
pago de las deudas hereditarias y testamentarias; del beneficio de separación, y de las donaciones
entre vivos, etc.
• Art. 999 “El testamento es un acto más o menos solemne, en que una persona dispone del todo o
de una parte de sus bienes para que tenga pleno efecto después de sus días, conservando la
facultad de revocar las disposiciones contenidas en él, mientras viva”.
• Art. 1003. “El testamento es un acto de una sola persona.
Serán nulas todas las disposiciones contenidas en el testamento otorgado por dos o más personas a
un tiempo, ya sean en beneficio recíproco de los otorgantes, o de una tercera persona”.
• Art. 1004 “La facultad de testar es indelegable”.
• El Libro IV, titulado “De las obligaciones en general y de los contratos”.
• Se divide en 42 títulos que comprenden los artículos 1437 a 2524.
• Trata de las diferentes clases de obligaciones; del efecto de ellas; de los modos de extinguirlas
(pago efectivo, novación, remisión, etc.); de su prueba; de las capitulaciones matrimoniales y
de la sociedad conyugal que forma parte del régimen de la familia; de las diversas clases de
contratos (compraventa, arrendamiento, sociedad, etc.); de los cuasicontratos; de los delitos
y cuasidelitos civiles, etc.
• Art. 1438 “Contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar,
hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas”.
• El Título final consta sólo del artículo final:
Artículo final. “El presente Código comenzará a regir desde el 1.º de enero de 1857, y en esa fecha
quedarán derogadas, aun en la parte que no fueren contrarias a él, las leyes preexistentes sobre
todas las materias que en él se tratan”.
“Sin embargo, las leyes preexistentes sobre la prueba de las obligaciones, procedimientos judiciales,
confección de instrumentos públicos y deberes de los ministros de fe, sólo se entenderán derogadas
en lo que sean contrarias a las disposiciones de este Código”.