17 Ejercicios de Mindfulness para Tu Rutina Diaria 2

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17 EJERCICIOS DE MINDFULNESS PARA TU RUTINA DIARIA

Autora: Imma Juan


La práctica formal de la atención plena es un entrenamiento para que ese
estado de presencia lo puedas extender a tu vida cotidiana. Que cada
momento de tu día a día lo puedas vivir con plenitud. ¿Cómo se hace en la
práctica? Te propongo 17 ejercicios que puedes hacer en cualquier momento.
Tú decides cuando es mejor para ti. Si perseveras, te ayudarán reducir la
ansiedad y el estrés.
¿Qué diferencia la práctica formal y la informal de mindfulness?
La práctica formal es la que realizamos en quietud, sentándonos o tumbados.
La práctica formal es la que realizamos en quietud, sentándonos o tumbados.
Paramos unos minutos, calmamos el cuerpo-mente con la respiración y
observamos nuestro interior sin juzgar. Aprendemos a reconocer los
pensamientos y emociones que conforman nuestra experiencia vital.
Reconocemos esos fenómenos como transitorios y los dejamos pasar. No los
expulsamos ni los apartamos. Permitimos que desaparezcan y nos rendimos a
la realidad: todo es impermanente.
La práctica informal la hacemos cuando, en nuestra vida cotidiana, estamos
presentes: cuando comes comiendo, saludas saludando y andas andando.
Cuando estás en lo que hay que estar, viviendo el presente en lugar de llenarlo
de ruido mental, de constante autocrítica y ansiedad.
UN DÍA MINDFUL: 17 EJERCICIOS EN 24 HORAS
Por la mañana
1.- Emerges del sueño. Aún dentro de la cama, asegúrate durante unos
segundos de estar presente, aquí y ahora. Antes de lanzarte hacia el futuro de
todas las tareas que te esperan pregúntate a ti mismo/a con amabilidad qué tal
has dormido y cómo estás. También puedes, simplemente, “sentirte”
amaneciendo a un nuevo día, poniendo toda tu atención en las sensaciones
físicas.
2.- Dúchate con atención plena: apreciando el tacto del agua, los cambios de
temperatura, el olor del jabón.
3.- Péinate atendiendo a la experiencia en tu cuero cabelludo, los cambios
en el pelo, los movimientos de tus brazos.
4.- Lávate los dientes poniendo toda tu atención en la mano, el cepillo, la
pasta y las sensaciones en dientes, encías, lengua…
5.- Café concentrado: o té, o zumo, agua…lo que sea que desayunes.
Escucha el sonido de la cafetera o de la tetera, observa el proceso de
elaboración de tu bebida y despierta tu olfato con su aroma. Observa los
colores cambiantes si haces alguna mezcla. Siente el calor de la taza en tus
manos, el tacto en la cara del vapor. Finalmente, analiza el sabor tomando
pequeños sorbos.
6.- Cualquier comida o bebida a lo largo del día sirve para este ejercicio de
conciencia plena. Utiliza los alimentos para hacer un recorrido consciente de
tus sentidos.
7.- Muévete para conectar con el Cuerpo. El ejercicio físico es una
oportunidad para la práctica de mindfulness. Pon tu atención especialmente en
tres aspectos: la respiración, las posturas que adoptas y los movimientos que
haces, momento a momento. Si estás corriendo, escucha el sonido de tus pies
sobre el suelo, percibe el aire en la piel. Si levantas pesas, siente la barra de
metal frío en sus manos. No dejes que los pensamientos negativos y las
distracciones se adueñen de tu cuerpo. Déjalos pasar y céntrate en el cuerpo.
«Sólo amanece el día para el que estamos despiertos» Henry David Thoreau
A mediodía
8. Estírate. Tómate un descanso a mediodía y sal de la oficina o de donde
estés y haz algunos estiramientos básicos. Desperézate como un gato, bien a
gusto. Además de ser un ejercicio muy sano, es una gran oportunidad para la
atención plena. Fíjate en cómo se mueven tus músculos y aprecia cada
sensación.
9. La escucha atenta: por si no lo sabías, si tienes dos orejas y una boca es
para escuchar el doble de lo que hablas. Por lo menos una conversación al día,
con cualquier persona con quien interactúes, proponte escucharla con toda tu
atención. Cuando ella o él se dirijan a ti, respira, aterriza en el presente y abre
tu sentido del oído. Escucha sin interrumpir, sin dar tu opinión, sin
autocompletarle las frases a tu interlocutor. Este ejercicio es fundamental para
transformar las relaciones. Ya me contarás.
10. Haz garabatos. Una conversación entre tú y yo podría ser esta:
-Coge libreta y un lápiz, elige un tema, y empieza a dibujar.
-Yo no sé dibujar. Copiaba en pretecnología (educación artística)
-Todos tenemos la capacidad de dibujar. Pero hemos practicado mucho más la
expresión con palabras que con imágenes.
-Si se trata de expresarme verbalmente, tengo un nivel universitario, diría yo.
Pero en expresión visual no paso de preescolar
-Bueno, dejemos de lado la palabra dibujar. Libérate de responsabilidad. Elige
una idea y empieza a garabatear. Haz trazos sobre un papel concentrándote en
lo que va surgiendo. Cuando lleves tiempo suficiente ante las pantallas
(recomiendan descansar cada hora) dibuja un poco. Pon ahí toda tu atención y
permite que este ejercicio sea un breve descanso.
Buscar la forma visual de una idea vaga ayuda a centrarla y deja al descubierto
ideas inexistentes. Hacer bocetos requiere concentración y entrena la atención
plena.
11. El auto-chequeo. Haz una pausa y evalúa el estado de tu cuerpo y de tu
mente. ¿Cómo es su postura? ¿Estás apretando las mandíbulas? ¿Tienes
sed? Te sorprenderá lo que aprendes acerca de ti a través de estos registros si
practicas regularmente. Prueba a introducir estos mini chequeos más o menos
cada hora. Si te sirve, puedes ponerte algún tipo de alarma que te avise. Ding-
dong: conecta con tu intimidad. Ding dong: sigue adelante.
12. Vacía el disco duro. Dedica 10-15 minutos para sentarte sólo con un lápiz
y un cuaderno. Durante este tiempo escribe lo que se pase por la cabeza. Pon
negro sobre blanco los pensamientos que se arremolinan en tu mente. Todos
los que lleguen. Sin seleccionar. Al igual que el ejercicio de poner imágenes a
una idea, ponerle palabras ayuda a clarificarla. Es como desbrozar el bosque
de la mente. Luego queda más despejado y puedes descubrir tesoros que
ocultaba la maleza.
La meditación es el cultivo sistemático de estar en el presente, plenamente
vivo.
El momento para sentir, cambiar, crecer, y vivir no está en el pasado ni en el
futuro:
es AHORA.
Al anochecer
13. Fuera auriculares. Cuando vas de casa al trabajo o viceversa evita la
tentación de evadirte del entorno a través de los cascos. En su lugar, presta
atención a lo que sucede a tu alrededor. Escucha los pájaros cantar, observa a
los niños jugando en el parque, aprecia los distintos olores del camino. Estate
completamente presente.
14. Un minuto de respiración profunda. Enfocarse en la respiración es el
mantra por excelencia en cualquier escuela de meditación. Y tiene toda la
lógica. Respiramos constantemente, pero casi siempre lo hacemos de forma
inconsciente. Céntrate un solo minuto en la respiración. El hecho de tomarte
ese tiempo es una gran ayuda para encontrar la conexión con tu cuerpo.
Prueba este ejercicio de respiración simple, simple: Toma una respiración lenta
y profunda por la nariz, aspirando aire desde el abdomen en lugar del pecho.
Haz una pausa, sosteniendo en su respiración, antes de dejar salir el aire
lentamente por la boca. Así de sencillo. Repite varias veces y ¡sigue con tu día
de plena conciencia!
15. Limpia los platos con atención plena. Llegar a casa y que te reciba una
montaña de platos sucios no es nada divertido. Pero abordar esa tarea y
cualquier otra de la casa, como un ejercicio de plena conciencia sí que puede
llegar a serlo. Sentir el agua en tus manos (o guantes) y estudiar la textura de
la esponja a medida que friegas los platos con ella. Este ejercicio sirve para
quitar el polvo, tender la ropa, hacer la cama. No te olvides de saborear el
orden y la limpieza cuando acabes.
16. Práctica musical: La música también puede ser una herramienta útil para
ejercitar mindfulness en la vida cotidiana. Lo ideal es elegir una canción que
nunca hayas oído antes y darle al play. No le des fomento a los pensamientos
que surjan valorando el estilo del intérprete o la letra si la entiendes. Deja pasar
todas esas ideas que aparezcan y escucha con la mente y los sentidos
abiertos.
17. Prueba una meditación guiada. En este punto te recomendamos practicar
con intimind 10 minutos al día. Sólo tienes que seguir el itinerario que hemos
hecho para ti.

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