Tarea de Ciudadanía

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Tarea de Ciudadanía

Semana del 20-24 de Julio.


1.- Leer el siguiente texto
2.- Escriba el título del texto
3.- Realizar 10 preguntas con sus respectivas respuestas
4.- Realizar un dibujo sobre el texto
5.- Realizar un organizador creativo sobre el tema
Estas actividad realizar un hojas de carpeta a cuadros

A 30 años del Levantamiento del Inti Raymi de 1990 el movimiento indígena es un


actor político fundamental en el Ecuador, con plena conciencia de su identidad
cultural, política e histórica y consecuente con un proyecto político nacional
que busca cambiar las estructuras del poder, a través del tiempo, en las
diversas luchas ha promovido y logrado reivindicaciones al sistema social y
económico en beneficio de los pueblos y nacionalidades indígenas y de todos los
explotados, como la tenencia y defensa de la tierra, territorios indígenas y recursos
naturales, los derechos colectivos, la Educación Intercultural Bilingüe, la Salud
Intercultural, el reconocimiento del carácter plurinacional de nuestra sociedad y del
Estado.
En la memoria colectiva del Ecuador, a partir de los años noventa, la estructura
organizativa del movimiento indígena se constituye en un referente de los
movimientos, organizaciones y colectivos sociales, la historia demuestra que en
junio de 1990 se logra la unidad, fortalecimiento organizativo-político y su postura
de clase en razón de la trascendental influencia de militantes de izquierda en la
consolidación de cuadros dirigenciales, estructura y programa político, fundándose
como un paradigma de lucha social y reivindicativa por los derechos del pueblo
ecuatoriano.
En 1990 las acciones de resistencia se inician el 28 de mayo con la toma pacífica
de la iglesia de Santo Domingo en Quito, los días siguientes y con más fuerza se
activan movilizaciones de impresionante convocatoria desde el lunes 4 de junio, a
partir de entonces las acciones fueron incontenibles en las provincias de Cotopaxi,
Tungurahua, Bolívar, Chimborazo, Imbabura y Pichincha, posteriormente se
unirían las organizaciones de bases de Azuay, Cañar, Loja y de la región
Amazónica, el levantamiento indígena así demostraba su poderío.
Tierra, Cultura y Libertad fue la voz de lucha del levantamiento indígena en 1990
entre el 28 de mayo y el 11 junio, la lucha indígena se articuló en base al “Mandato
por la defensa de la vida y los derechos de las nacionalidades indígenas:
Debemos tener presente que, agotados los esfuerzos por la vía legal, el pueblo
tiene la palabra. Por esta razón exigimos el cumplimiento de este mandato por
parte del gobierno; de no ser así, tenemos la obligación moral e histórica de
ejecutarlo por nosotros mismos”
(RICCHARISHUN Boletín No. 2. Levantamientos indígenas. ECUARUNARI, Quito).
Las demandas fundamentales del movimiento indígena de 1990 giraban en torno
a:
 Solución y legalización en forma gratuita de la tierra y territorios para las

nacionalidades indígenas;

 Agua para regadío, consumo y políticas de no contaminación;

 Reforma del Art.1 de la Constitución, que declare el Estado Plurinacional.


 Exigir la entrega inmediata de los fondos presupuestarios para las nacionalidades

indígenas, a través de un proyecto de ley presentado por la CONAIE, discutido y

aprobado por el Congreso Nacional.

 Obras prioritarias de infraestructura básica de las comunidades indígenas.

 Protección y desarrollo de los sitios arqueológicos, por parte de la CONAIE y sus

organizaciones filiales.

 Expulsión del Instituto Lingüístico de Verano (ILV)

 Ejecutar la legalización y financiamiento por el Estado a la medicina indígena.


De esta manera los acontecimientos de 1990 se insertan en la historia del Ecuador
como un enorme proceso de lucha legítima del movimiento indígena, para las
actuales generaciones presupone una gran responsabilidad para actuar en
consecuencia con los procesos de trascendencia social y política, más aún en las
presentes condiciones que atraviesa el Ecuador, la lucha de antes y de ahora es
en contra de los gobiernos serviles al FMI y el capitalismo, por la defensa de
los derechos colectivos de pueblos indígenas, los derechos laborales y
estudiantiles, pues “no se construye el presente, sin conocer el pasado”, hoy más que
nunca se necesitan agrupar procesos unitarios de lucha con el campo popular entre el
sector indígena, campesino, colectivos, movimientos, organizaciones sociales y
empobrecidos del campo y la ciudad del país para hacer frente a la radicalización
neoliberal y de un gobierno sumiso que arremete contra los sectores más vulnerables, la
producción comunitaria, la clase trabajadora, a quienes obliga con su fuerza de trabajo a
pagar la crisis.
En 1990 la estructura del movimiento indígena logró ser visible y convertirse en un
actor político desde su poder organizativo, de convocatoria de sus bases y desde
el pensamiento político-económico, para generar y presentar propuestas
alternativas al modelo imperante, es así que por las grandes jornadas de lucha se
han logrado victorias y reivindicaciones, disputando con los poderes políticos y el
mismo Estado. Históricamente la CONAIE con sus regionales: Confeniae,
Ecuarunari y Conaice, junto a sus organizaciones de base y gobiernos
comunitarios se movilizan por la defensa de la tierra, los territorios, los recursos
naturales, la cultura y saberes ancestrales, los derechos de participación política y
toma de decisiones, el reconocimiento de políticas públicas y derechos
constitucionales, sin embargo, la lucha sigue.
En octubre del 2019 el poder del movimiento indígena sumado a las fuerzas
sociales del sector sindical, estudiantil, barrios y colectivos sociales frenaron el
decreto 883 y las pretensiones nefastas direccionadas por el FMI y más
organismos de crédito multilateral, se puso un alto a un gobierno impopular –
antipopular y sumiso a los grupos económicos y financieros. En octubre de 2019
se demostró la verdadera unidad del pueblo ecuatoriano desde el campo y la
ciudad y se convirtió nuevamente en un referente de lucha para
Latinoamérica. Sin embargo, la lucha y protesta social debe continuar. En
Ecuador, Lenín Moreno, luego de un desastroso manejo de la pandemia,
aprovechó el contexto Covid-19, la declaratoria de emergencia sanitaria y el estado
de excepción para radicalizar las medidas de ajuste neoliberal dictados por el FMI,
grupos de poder hegemónicos nacionales y la banca privada, que descaradamente
trasladaron el peso de la crisis a la clase trabajadora, donde también confluyen los
indígenas y campesinos, empobreciendo aún más a miles de familias.
Lenín Moreno con su ministro Richard Martínez aprovecharon la pandemia para
burlar al pueblo ecuatoriano, con la mal llamada Ley Humanitaria se perjudica
enormemente a la clase trabajadora, 150 mil despidos, inestabilidad, precarización
y flexibilización laboral, con vía libre para que las empresas asfixien a los
trabajadores y se permitan abusos e irrespeto a los derechos laborales
conquistados por décadas, la clase media y popular sobre sus hombros debe
asumir las malas decisiones de un gobierno empapado en corrupción. El
descontento social aumenta por las políticas que empobrecen al país, por esto es
necesario radicalizar la unidad del pueblo, de los más empobrecidos del campo y
la ciudad. El movimiento indígena de forma progresiva irá siendo parte en estas
nuevas jornadas de resistencia, con su estrategia organizativa, unidad y respaldo
social y con propuestas consecuentes con su agenda y proyecto político.
Después de 30 años del levantamiento indígena de 1990, las demandas de los
pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador permanecen, Lenín Moreno y su
gobierno han radicalizado las imposiciones del FMI y promovido la acumulación del
capital en grupos monopólicos que evaden impuestos en favor de sus ganancias y
propician la fuga de capitales a paraísos fiscales; como en el pasado, los grandes
terratenientes, la oligarquía y la burguesía nacional se han declarado enemigos de
los indígenas, de la clase trabajadora, de los campesinos, de los estudiantes, al
amparo de un gobierno cómplice y partícipe de actos de corrupción graves, frente
a este escenario queda la unidad y solidaridad de clase entre los indígenas,
campesinos, los trabajadores, los desempleados, los estudiantes, los
empobrecidos del campo – ciudad y de todos los sectores afectados por las malas
decisiones del gobierno, la lucha va porque va.
Jaime Vargas

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