Poder Apud Acta Telematica

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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. AA20-C-2024-000005

Magistrado Ponente: JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ PARRA

En el juicio por cumplimiento de contrato de seguro, incoado ante

el Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito

de la Circunscripción Judicial del estado Táchira , por

el ciudadano NELSON ENRIQUE CASTELLANOS RODRÍGUEZ ,

venezolano, mayor de edad, domiciliado en 8104 Atlantic Puffin Winter

Garden, F1.34787, Estado de la Florida de los Estados Unidos de

Norteamérica. Representado judicialmente por el abogado Ottoniel Agelvis

Morales, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 78.742. contra la Sociedad

mercantil SEGUROS CARACAS C.A., inscrita inicialmente por ante el

Registro de Comercio llevado por el Juzgado de Primera Instancia en lo

Mercantil del Distrito Federal en fecha 12 y 19 de mayo 1943, bajo los

números 2134 y 2193, modificado sus estatutos en varias oportunidades,

quedando inscrita la ultima por ante el Registro Mercantil Segundo de la

Circunscripción Judicial del Distrito Federal y estado Miranda, el 9 de

julio de 1.999, bajo el N° 16, Tomo 189 A Sgdo, inscrita en la

Superintendencia de la Actividad Aseguradora bajo el N° 13, con

domicilio sucursal avenida Los Agustinos con redoma Los Arbolitos,


Edificio Seguros Caracas, San Cristóbal estado Táchira, representada

judicialmente por los abogados Zulmer Antonia Colina De Ramírez,

Francisco Elías Codecido Mora y Maryam Karinna Durán Ramírez,

inscritos en el Inpreabogado bajo los números 10.267, 38.718 y 58.913,

respectivamente; el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil, del

Tránsito y Bancario de la mencionada Circunscripción Judicial, conociendo

en apelación, dictó sentencia en fecha 20 de noviembre del año 2023,

mediante la cual declaró: PRIMERO: SIN LUGAR LA APELACIÓN

presentado por el apoderado judicial de la parte demandada y el apoderado

judicial de la parte demandante, contra la sentencia de fecha 8 de febrero de

2023, proferida por él a quo. SEGUNDO: PARCIALMENTE CON LUGAR

la demanda por CUMPLIMIENTO DE CONTRATO. TERCERO: Se ordena a

la sociedad mercantil SEGUROS CARACAS, C.A., pagar al ciudadano

NELSON ENRIQUE CASTELLANOS RODRIGUEZ, la cantidad de CIENTO

VEINTIUNO MIL NOVECIENTOS ONCE DOLARES DE LOS ESTADOS

UNIDOS DE AMÉRICA (USD 121.911,00) o su equivalente en bolívares al

valor de la tasa del Banco Central de Venezuela al momento del

cumplimiento de la presente decisión.

Contra la referida decisión de alzada, la representación judicial de

la parte demandada anunció recurso extraordinario de casación, el cual fue

admitido por el ad quem por auto de fecha 07 de diciembre de 2023 .

En fecha 08 de enero de 2024, se recibe el expediente y, el día 14

de febrero de 2024, se dio cuenta en Sala asignándose la ponencia

al Magistrado José Luis Gutiérrez Parra .

Cumplidas las formalidades legales, pasa la Sala a dictar sentencia

previa las consideraciones siguientes :


RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD

UNICA

Con fundamento en el articulo 313 ordinal 1° denuncio infracción

de los artículos 7, 15, 152, 206 y 208 ejusdem, por haberse quebrantado

formas sustanciales de los actos del proceso, en menoscabo del derecho de

defensa establecido en el numeral 1 del artículo 49 de la Constitución de la

República Bolivariana de Venezuela.

Por vía de fundamentación el formalizante expresa textualmente lo

siguiente:
“…Para el planteamiento adecuado de la presente denuncia,
resulta necesario realizar un recuento cronológico de las
actuaciones del proceso acaecidas ante el a quo:

En fecha 21 de marzo de 2022 fue incoada demanda por el


ciudadano NELSON ENRIQUE CASTELLANOS
RODRÍGUEZ, y el 5 de marzo de 2022 fue admitida dicha
demanda.

En fecha 12 de mayo de 2022, la representación judicial de la


parte demandada presentó escrito mediante el cual promovió
cuestiones previas, entre ellas, la contenida en el ordinal 3º
del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, relativo
a la ilegitimidad de la persona que se presenta como
apoderado judicial del actor, aduciendo que el poder no está
otorgado en forma legal; que el poder otorgado en el
extranjero debe ser legalizado por un funcionario público
competente; que los poderes otorgados en idioma extranjero
deben traducirse al castellano para interprete público en
Venezuela, que el poder que el demandante otorgo al abogado
Ottoniel Agelvis Morales el 15 de marzo de 2022, carece de
la nota de autenticación se legalización del acto se
otorgamiento, solo contiene del contrato de mandato y la
apostilla fechada 16 de marzo de 2022, sin traducción al
castellano por un intérprete en Venezuela
El 18 de julio de 2022, el tribunal del mérito declaró con
lugar dicha cuestión previa, por cuanto la apostilla y la nota
de autenticación se encontraba en inglés y no fueron
traducidas en idioma castellano, por lo cual ordenó subsanar
el poder impugnado "de conformidad con lo establecido en el
artículo 14 del Codigo de Procedimiento Civil el ciudadano
NELSON ENRIQUE CASTELLANOS RODRIGUEZ,
venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad
N" V-9.141.774 "otorgue poder directo o vía telemática al
abogada Ottoniel Agelvis Morales, inscrito en el
lmpreabogado bajo el Nº 78 742"

El 19 de julio de 2022, el abogado Otoniel Agelvis Morales


solicitó la fijación del día y hora para la celebración de la
audiencia telemática a fin de subsanar el defecto detectado en
el poder, suministro el número telefónico con la aplicación
Whatsapp presuntamente del ciudadano NELSON ENRIQUE
CASTELLANOS RODRÍGUEZ y consigno poder apud acta a
los fines de que el mencionado ciudadano ratificara los actos
procesales realizados en la causa.

El 25 de julio de 2022, el Juzgado Cuarto de Primera


Instancia en la Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado Táchira, llevó a cabo una
audiencia telemática, "para otorgar poder apud acta en el
marco de los nuevos procedimientos virtuales en aras de la
aplicación de justicia como consecuencia de la resolución 05-
2020", (resolución que para esa fecha se encontraba derogada
por el artículo 10 de la Resolución N° 001-2022 de fecha 16
de junio de 2022 emitida por la misma Sala, que en su
artículo, 2 obliga a los Tribunales a cumplir con los tramites
procedimentales previstos en la norma adjetiva civil y demás
instrumentos legales, vigentes, en lo que corresponde a las
NAMAR HOWDY. CH. cursos, la cual redujo a un acta que
se transcribe a continuación:

...Omissis...

Ahora bien, el artículo 7 del Código de Procedimiento Civil


establece la pauta a seguir para la realización de los actos
procesales. En tal sentido dispone la norma:

...Omissis...

La importancia de las formas en el proceso es tal, que


muchas veces la inobservancia de ellas produce la pérdida del
derecho. Por tal razón el juez debe ceñir su conducta a las
normas de procedimiento, pues de no hacerlo crea
inseguridad jurídica, vulnera el debido proceso y genera
indefensión.

Sólo los casos que la ley no determine la forma en que deba


realizarse un acto procesal determinado, es cuando el Juez
tiene la posibilidad de admitir la que considere más idónea
para instrumentarla dentro del proceso, pues ha sido doctrina
consolidada de la casación, que aun cuando las partes
litigantes manifiesten su acuerdo, no es potestativo para los
Tribunales subvertir las reglas legales con que el legislador
ha revestido la tramitación de los juicios, pues su estricta
observancia es materia íntimamente ligada al orden público,
y por tanto, no puede ser convalidado.

El derecho a la defensa está indisolublemente ligado a las


condiciones de modo, tiempo y espacio fijados en la ley para
su ejercicio. El cumplimiento irrestricto de las formas
procesales no es un capricho, ni persigue entorpecer el
procedimiento en detrimento de las partes; por el contrario,
una de sus finalidades es garantizar el ejercicio eficaz del
derecho a la defensa.

En esta línea argumentativa, denuncio que en


el iter procedimental para resolver la cuestión previa
establecida en el ordinal 3º del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, el juez del Juzgado Cuarto de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado Táchira subvirtió las
formas procesales, supliendo defensas y confiriendo a la
parte actora ventajas que no se encuentran establecidas en la
ley, al establecer un procedimiento singular para subsanar un
poder defectuoso presentado en la causa, en franca violación
del artículo 7 del Código de Procedimiento Civil, del derecho
a la defensa de la parte cuyos intereses represento, y con
evidente ruptura del principio de igualdad de las partes y el
equilibrio procesal con que debe mantener a los litigantes.

En efecto, tal como se señaló supra, planteada la cuestión


previa relativa a la ilegitimidad de la persona que se presenta
como representante del actor, debido a que el poder no había
sido otorgado en forma legal, el Tribunal a quo al observar
que la apostilla y la nota de autenticación se encontraban en
inglés y no fueron traducidas en idioma castellano, ordenó al
demandante subsanar los defectos del poder. Sin embargo, el
actor no lo hizo conforme a los lineamientos claramente
definidos en la ley, mediante de la celebración de una
audiencia telemática irregular en la que el juez, a través de
un inusual interrogatorio del presunto otorgante, indujo al
conferimiento de un pesado poder apud acta, tomando con
fundamento para ello la Resolución N° 05-2020 de fecha 5 de
octubre de 2020, dictada por la Sala de Casación Civil, que
no se encontraba vigente para la fecha en que se celebró
dicho acto, pues como señalamos anteriormente había sido
derogada por el artículo 10 de la Resolución N° 001-2022 de
fecha 16 de junio de 2022, emitida por la misma Sala, que en
su artículo 2 obliga a los Tribunales a cumplir con los
trámites procedimentales previstos en la norma adjetiva civil
y demás instrumentos legales vigentes en lo que corresponde
a las causas nuevas y en curso,

Cabe destacar, que el abogado Ottoniel Agelvis Morales ni


siquiera podía actuar en el expediente en nombre del actor,
pues carecía de la legitimidad necesaria para ello y mucho
menos podía solicitar día y hora para la fijación de la ilegal
audiencia, puesto que como consecuencia de la decisión del
Tribunal acerca de las cuestiones previas del 18 de julio de
2022 no ostentaba la representación del actor.

El artículo 350 del Código de Procedimiento Civil dispone


que:

“…Alegados las cuestiones previas a que se refieren los


ordinales 2°, 3°, 4°, 5° y 6° del artículo 346, la parte podrá
subsanar el defecto u omisión invocados, dentro del plazo de
cinco días siguientes al vencimiento del lapso del
emplazamiento, en la forma siguiente:

La del ordinal 3°, mediante la comparecencia del


representante legítimo del actor o del apoderado
legítimamente constituido, o mediante la ratificación en
autos del poder y de los actos realizados con el poder
defectuoso…”

Como puede apreciarse de la disposición transcrita, la forma


correcta de subsanar la omisión en que incurrió el actor de
acuerdo a la Ley, era con la comparecencia de un apoderado
legítimamente constituido, bien con la presentación de un
poder que cumpliera los requisitos legales que fueron
omitidos (traducción legal) o mediante la ratificación del
poder presentado personalmente por el actor y de los actos
realizados por un apoderado con el poder defectuoso, ya que
así lo dispone el artículo 350 del Código de Procedimiento
Civil.

Dichos supuestos que no se verificaron en el caso de autos,


pues aun cuando la ley procesal determinaba de forma
específica la realización de los actos para la subsanación del
poder deficiente, el juez supliendo defensas al actor pautó un
procedimiento distinto al definido por la ley, en
contravención de los artículos 7, 15 y 152 del Código de
Procedimiento Civil, confeccionando motu propio el trámite
para el otorgamiento de un poder apud acta, en el que
sustituye la voluntad del presunto mandatario por un
interrogatorio, procedimiento adicionalmente solicitado en el
expediente por el abogado Ottoniel Agelvis Morales, que
carecía de facultad para ello, pues como ratificamos no
ostentaba la representación del actor.

Paradójicamente, el sedicente poderdante no identificó a los


abogados a quienes les otorgaba el poder, ni señaló las
facultades que confería; tampoco ratificó el poder defectuoso
ni los actos realizados, por lo cual es indiscutible que dicho
acto no pudo ni puede producir efectos jurídicos.

Es importante resaltar que en el proceso civil no es posible


conferir un poder apud acta por vía telemática, pues se
requiere la presencia física del otorgante para incorporar su
firma al acta que debe suscribir junto al secretario del
Tribunal, a fin de que dicho funcionario judicial pueda
identificarlo plenamente y certificar su identidad, requisitos
esenciales para la validez del acto³, tal como lo exige el
artículo 152 del Código de Procedimiento Civil, que
estatuye:

“…El poder puede otorgarse también apud acta, para el juicio


correspondiente, ante el Secretario del Tribunal quien
firmará el acta junto con el otorgante y certificará su
identidad…”

No cabe dudas que tales requerimientos son de estricto


cumplimiento u observancia, pues la firma es un requisito
extrínseco de la autenticidad, que tiene como función
indicativa la autoría poder y la aprobación de la declaración
de voluntad del poderdante, de modo que el secretario pueda
dar fe pública del acto que autoriza, dando asi certeza de
ello.
Si se examina el acta cuestionada se puede observar que no
hay identificación plena del presunto otorgante, pues sólo
aparece su primer nombre y su primer apellido mal escrito;
que dicha acta no está suscrita por el referido ciudadano y
que el juez que sustituyó su voluntad a través de un
interrogatorio no contemplado en el ordenamiento jurídico.
No obstante, lo que llama la atención es que la secretaria
deja constancia que el referido ciudadano “se encuentra en la
ciudad de Orlando-Florida", aseveración cuya veracidad
resulta muy difícil de determinar a priori y que obviamente
desborda el ámbito de su competencia. Así las cosas, resulta
evidente que dicho acto es violatorio del artículo 152 del
Código de Procedimiento Civil y carece de efectos jurídicos,
siendo ineficaces todos los actos consumados en el proceso
en nombre del actor.

Lo insólito que el fundamento del juez de primer grado para


forzar el conferimiento del poder apud acta se sustenta en la
Resolución N° 05-2020 de fecha 5 de octubre de 2020,
dictada por la Sala de Casación Civil, que fue derogada por
el artículo 10 de la Resolución N° 001-2022 de fecha 16 de
junio de 2022, emitida por la misma Sala, que en su artículo
2 obliga a los Tribunales a cumplir con los trámites
procedimentales previstos en la norma adjetiva civil y demás
instrumentos legales vigentes en lo que corresponde a las
causas nuevas y en curso . y cuyo artículo 3 reza:

“…La forma de los actos y los lapsos procesales para la


tramitación del procedimiento civil ordinario y juicios
especiales, se regirán por lo previsto en el Código de
Procedimiento Civil y en las Leyes especiales, conforme al
orden consecutivo legal y preclusión de las etapas…”

El Tribunal de alzada, en lugar de corregir la actuación irrita


del sentenciador de la instancia inferior, procedió a cambiar
subrepticiamente el fundamento jurídico de la actuación
irregular, sustituyendo la Resolución invocada por el a quo
por la que está vigente, sin percatarse que ésta última perfila
el principio de legalidad de las formas procesales en los
artículos 2 y 3, anteriormente citados, y que lejos de
subsanar el error cometido por el juez de la causa lo hace
más evidente.

Además, lo hizo citando el artículo 7 de la Resolución, que


permite la celebración de audiencias mediante el uso de los
medios telemáticos, pero siempre en estricto cumplimiento de
los trámites previstos en el Código de Procedimiento Civil,
respetando el principio de legalidad de los actos procesales.

De igual modo, el juzgador de la alzada infringió los


artículos 12 y 15 del Código de Procedimiento Civil, al suplir
defensas al actor y al tolerar la ventaja procesal concedida al
demandante por el a quo, cuando creó un procedimiento
especial que releva al actor del cumplimiento de las
formalidades esenciales establecidas en el artículo 152 del
Código de Procedimiento Civil para el otorgamiento del
poderes apud acta, rompiendo de esta forma el equilibrio
procesal, permitiendo sin cortapisas que dicho juzgador se
excediera en sus poderes en perjuicio de la parte que
represento, en menoscabo del derecho de defensa de la
demandada por la subversión procedimental cometida, y por
via de consecuencia, trastocó el ordinal 1° del artículo 49 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
que garantiza el derecho de defensa en todo grado y estado
del proceso.

Por otra parte transgredió el artículo 208 del citado código,


al no declarar de oficio la nulidad del fallo apelado ante la
ocurrencia de la subversión procedimental cometida por el
tribunal del mérito, ni reponer la causa al estado de renovar
el acto nulo por falta de cumplimiento de las formalidades
esenciales.

Finalmente, se observa la infracción del artículo 206 del


Código Procesal, toda vez que el Tribunal que conoció de la
causa en primer grado debió evitar el vicio cometido que
indefectiblemente anula el acto procesal cuestionado, dando
cumplimiento a las exigencias esenciales del artículo 152
eiusdem. Pero no lo hizo e inventó un procedimiento, que la
alzada, en lugar de corregirlo, trató de justificarlo desde el
punto de vista jurídico, bajo una supuesta firmeza que no es
tal, por haber sido vulnerado el orden público ante el
desorden procesal creado.

A los fines de que la Sala constate el acatamiento de la


técnica establecida para la denuncia del vicio de indefensión,
se señala que se ha cumplido con la misma, por cuanto en la
presente delación consta:

a) Explicación de cuál ha sido la forma quebrantada u


omitida, y si lo ha sido por el Juez de la causa o el de alzada.
La denuncia por defecto de actividad a que se contrae este
capítulo, como fue expuesto con anterioridad, radica en la
subversión de las formas procesales por parte del Juzgador de
Primera Instancia. confiriendo a la parte actora ventajas que
no se encuentran establecidas en la ley procesal, al crear un
procedimiento particular para subsanar un poder defectuoso
presentado en la causa para soslayar el cumplimiento de las
formalidades esenciales en el otorgamiento, con flagrante
violación del artículo 7 del Código de Procedimiento Civil,
del derecho a la defensa de la parte cuyos intereses
represento, y con evidente ruptura del principio de igualdad
de las partes y el equilibrio procesal con que debe mantener a
los litigantes.

El juez de alzada, ante las irregularidades cometidas por el


Tribunal de la categoría inferior permaneció inerte, cuando
debió detectarlas y reponer la causa de oficio al estado de la
renovación del acto irrito, por tratarse de violaciones que
afectan al orden público por implicar subversiones
procedimentales graves. Sin embargo, no lo hizo y consideró
válido el otorgamiento de un poder absolutamente nulo por
falta de cumplimiento de formalidades esenciales, efectuado
a través de un procedimiento que el juez no podía poner en
práctica, puesto que existía uno establecido en el artículo 152
del código adjetivo para tal fin. Además, consideró
inoficioso conocer la decisión que consideraba subsanado el
poder, so pretexto de que había quedado definitivamente
firme, con carácter de cosa juzgada, pese a la alteración
procedimental cometida.

b) Indicar cómo, con tal quebrantamiento u omisión de las


formas, se lesionó el derecho de defensa. Tal como lo ha
puntualizado la Sala de Casación Civil, la indefensión se
produce no sólo por menoscabo sino también por exceso. De
allí que se produzca la indefensión tanto por la indebida
restricción como por el otorgamiento de una excesiva
facultad. En el caso de autos, el juez creó un procedimiento
para el otorgamiento de un poder apud acta para evitar el
cumplimiento de las formalidades ab solemnitatem
establecidas en el artículo 152 del Código de Procedimiento
Civil, lo que evidentemente constituye un exceso en el
ejercicio de la función jurisdiccional.

c) Si el quebrantamiento u omisión de las formas que


menoscabó el derecho de defensa lo ha sido por el juez de la
causa, denunciar la infracción del artículo 208 de la Ley
Procesal, la norma expresa contenida en la disposición
general del artículo 15 del Código de Procedimiento Civil y
los particulares que acarrean el menoscabo del derecho a
defensa, las cuales resultan ser las realmente infringidas por
la recurrida al no decretar en ella la reposición o la nulidad,
cuando la omisión o el quebrantamiento de las formas que
menoscaben el derecho de defensa lo lesiona el Tribunal de
la causa. Este requisito fue cumplido a cabalidad a los folio
6, 7, 8, 9 y 10 del escrito de formalización.

d) Si el quebrantamiento u omisión de las formas que


menoscabó el derecho de defensa lo ha sido por el Tribunal
de Alzada, además de la infracción de la norma contenida en
el artículo 15 del Código de Procedimiento Civil, deben
denunciarse como infringidas las disposiciones referidas al
quebrantamiento u omisión de las formas que menoscaban el
derecho de defensa que han sido lesionadas por el propio juez
de la recurrida. Esta exigencia también fue suficientemente
establecida en las páginas precedentes (folios 9, 10 y 11 de
este escrito).

e) Explicación a la Sala que con respecto a dichos


quebrantamientos y omisiones de formas se agotaron todos
los recursos. Contra la sentencia definitiva dictada en fecha 8
de febrero de 2023 por el Juzgado que conoció de la causa en
primer grado, y que vulneró las normas cuya infracción se
delata, la representación judicial de la demandada
oportunamente ejerció el recurso ordinario de apelación, el
cual fue declarado sin lugar por el Tribunal de Alzada en
fecha 20 de noviembre de 2023, incurriendo en el mismo
error. Contra ésta última decisión, el apoderado judicial de la
parte demandada anunció recurso extraordinario de casación,
agotándose de esta forma todos los recursos.

Por exigencia de la técnica impuesta por la Sala", se


incorporó a la presente denuncia la alegación de infracción
del artículo 206 del Código de Procedimiento Civil, que es la
norma rectora en materia de nulidad de cualquier acto
procesal. como obligación del juzgador en el cumplimiento
de su deber de mantener la estabilidad de los juicios,
evitando o corrigiendo las faltas que pudieran anular
cualquier acto procesal (Cfr. folio 10).

Por los fundamentos anteriormente expuestos solicito se


declare con lugar la denuncia delatada…”.
Para decidir, la Sala observa:

Alega el formalizante que el juez de alzada incurrió en la

infracción de los artículos 7, 12, 15, 206 y 208 del Código de

Procedimiento Civil, y por vía de consecuencia en el quebrantamiento de

formas procesales, “… cuando el juez de primer grado para forzar el

conferimiento del poder apud acta se sustenta en la Resolución N° 05-2020

de fecha 5 de octubre de 2020, dictada por la Sala de Casación Civil, que

fue derogada por el artículo 10 de la Resolución N° 001-2022 de fecha 16

de junio de 2022, emitida por la misma Sala, que en su artículo 2 obliga a

los Tribunales a cumplir con los trámites procedimentales previstos en la

norma adjetiva civil y demás instrumentos legales vigentes en lo que

corresponde a las causas nuevas y en curso …”

En ese sentido el recurrente, expresa“… que en el iter

procedimental para resolver la cuestión previa establecida en el ordinal 3º

del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, el juez del Juzgado

Cuarto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la

Circunscripción Judicial del Estado Táchira subvirtió las formas

procesales, supliendo defensas y confiriendo a la parte actora ventajas que

no se encuentran establecidas en la ley, al establecer un procedimiento

singular para subsanar un poder defectuoso presentado en la causa, en

franca violación del artículo 7 del Código de Procedimiento Civil, del

derecho a la defensa de la parte cuyos intereses represento, y con evidente

ruptura del principio de igualdad de las partes y el equilibrio procesal con

que debe mantener a los litigantes, pues a través de la audiencia telemática

o través de un poder apud acta le dio validez a la representación de la

parte demandante… ”
Así las cosas, es necesario acotar que la delación por la infracción

de los principios constitucionales de expectativa plausible, confianza

legítima, seguridad jurídica y estabilidad de criterio, que degeneren en el

quebrantamiento de formas sustanciales del proceso e indefensión, con la

violación del debido proceso, derecho a la defensa y del principio de

legalidad de las formas procesales, en aplicación de los supuestos descritos

en la primera parte del ordinal primero (1°) del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, y del nuevo proceso de casación civil instituido por

esta Sala, se consagra como uno de los motivos de la casación por defecto

de actividad, referido al quebrantamiento de formas sustanciales que

produzca indefensión, la cual ocurre en el juicio cada vez que el juez priva

o limita a alguna de las partes el libre ejercicio de los medios y recursos

que la Ley pone a su alcance para hacer valer sus derechos, y

ese quebrantamiento de formas procesales en menoscabo del derecho de la

defensa puede ocurrir en el iter procesal que conduce a la decisión

definitiva, o en la propia decisión recurrida, dado que el juez no mantiene a

las partes en igualdad de condiciones ante la ley, conforme a lo estatuido en

el artículo 15 del Código de Procedimiento Civil, al no aplicar el criterio

correcto al caso.

Esta Sala en su fallo número 89, de fecha 12 de abril de 2005,

(caso: Mario Castillejo Muellas contra Juan Morales Fuentealba ), en

cuanto a la tutela judicial efectiva, dejó establecido lo siguiente:

“… (…) el constituyente de 1999 acorde con las


tendencias de otros países consagró el derecho a una justicia,
accesible, imparcial, oportuna, autónoma e independiente, y
estos aspectos integran la definición de la tutela judicial
efectiva por parte de la Convención Americana Sobre
Derechos Humanos (Pacto de San José), cuyo artículo 8
dispone que el derecho de acceso a los órganos de justicia
consiste en “...la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter...”. Es decir, la tutela judicial efectiva comprende,
no sólo el acceso a una vía judicial idónea para la
resolución de los conflictos surgidos entre los ciudadanos a
través de la aplicación objetiva del derecho mediante una
sentencia justa , sino también la garantía de que gozan las
partes para ejercer oportunamente los medios recursivos
contra las providencias jurisdiccionales, a fin de que puedan
ser revisadas en un segundo grado de la jurisdicción…”.
(Negrillas y subrayado de la Sala).

De igual forma, es doctrina de esta Sala, que el quebrantamiento

de las formas procesales en menoscabo del derecho de defensa, constituye

materia de orden público, el cual acontece sólo por actos del tribunal, es

decir, atribuible al juez al conculcar de forma flagrante el ejercicio a uno

de los justiciables, esto es, imposibilitar formular alegatos o defensas, de

promover o evacuar pruebas, o de recurrir la sentencia que considere le

causa un gravamen en los términos previstos en la ley .”. (Ver entre otros,

fallo número 7, de fecha 31 de enero de 2017, caso: Olga Aguado Durand

contra Ricardo Antonio Rojas Núñez ).

Del mismo modo, esta Sala, en sentencia número 335, de fecha 9

de junio de 2015, caso: Jairo José Ortea Rincón y otra contra José Ygnacio

Rodríguez Moreno, señaló respecto al quebrantamiento de las formas

procesales con menoscabo del derecho de defensa, lo siguiente:

“(…) De tal manera, que el quebrantamiento de las formas

procesales con menoscabo del derecho de defensa, solo ocurre por actos del
tribunal al conculcar de forma flagrante el ejercicio a los justiciables el

derecho de defensa, el debido proceso y la tutela judicial efectiva, lo cual

dará lugar a la reposición y renovación del acto, por lo que de incurrir el

jurisdicente en indefensión deberá declararse procedente el recurso

extraordinario de casación; no obstante, se debe advertir que en ningún caso

se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales…”.

En este orden de ideas, es necesario puntualizar que ha sido

criterio reiterado de esta Sala de Casación Civil, que al aplicarse un criterio

jurisprudencial no vigente, se incurre en el menoscabo del debido proceso y

el derecho a la defensa, por un palmario desequilibrio procesal al no

mantener a las partes en igualdad de condiciones ante la ley, lo que deriva

en una clara indefensión de los sujetos procesales, con la violación de los

principios de expectativa plausible, confianza legitima, seguridad jurídica y

estabilidad de criterio, en detrimento de una tutela judicial efectiva, vicios

que deben ser denunciados conforme al ordinal 1º del artículo 313 del

Código de Procedimiento Civil, por la violación de los artículos 12 y

15 ejusdem, y artículos 2, 26, 49 ordinal 1° y 257 de la Constitución de la

República Bolivariana de Venezuela.

Ahora bien, de las actas que constan en el expediente se evidencia

que en el acta levantada en la audiencia telemática en la que se confirió

poder apud acta, la cual riela a los folios 194 y 195 de la pieza 1, en la cual

se expresa lo siguiente:
“…En horas de despacho del día de hoy, 19 de julio de 2022
presente de forma virtual vía audiencia telemática el
ciudadano Nelson Enrique Castellanos Rodríguez, venezolano,
mayor de edad, titular de la C.I N° V-9.143.774, residenciado
en 8104 Atlantic Puffin Winter Garden, Fl 34787, estado
Florida de lo Estado Unidos de Norteamerica, asistido por el
abogado en ejercicio Ottoniel Agelvis Morales, titular de la
cédula de identidad N° 10.157.694, Inscrito en el I.P.S.FA con
el N°78.742 parte actora en la presente causa, expuso:
“confiero poder apud acta amplio y suficiente en cuanto a
derecho se refiere a los abogados Ottoniel Agelvis Morales y
Milagro del Valle García Martínez, venezolanos, mayores de
edad, titulares de la cedula de identidad n° 10.157.694 y
10.357.105, inscritos en el IPSFA con el N° 78.742 y 83.795,
en su orden, para que de forma conjunta o separada defiendan
mis derechos e intereses en todo lo relacionado con la
presente causa signada con el N° 9771, por cumplimiento de
contrato de seguros en contra de la empresa Seguros Caracas,
C.A. en consecuencia quedan los mencionados apoderados
plenamente facultados para representarme en todas las etapas
procesales, presentar todo tipo de escritos en mi nombre,
proponer la demanda, contestar cuestiones previas,
reconvenciones, promover y evacuar todo tipo de pruebas,
ejercer recursos ordinarios y extraordinarios, en mi nombre,
desconocer y/o todos testigos y documentos en mi nombre,
representarme en todo tipo de audiencias, presentar informes
en primera y segunda instancia, darse por citadas y
notificados en mi nombre, desistir, transcribir, convenir,
recibir cantidades de dinero, otorgar finiquitos, disponer del
derecho en litigio, sustituir total o parcialmente el presente
poder en abogado de su confianza, asociar abogados pero
reservándose el ejercicio, en fin, hacer todo lo que yo mismo
haría para la mejor defensa de mis derechos e intereses no
pudiéndose alegar insuficiencia de poder, pues las facultades
aquí señaladas son a titulo enunciativo y no taxativo. De igual
forma, en este acto ratifico todas y cada una de las
actuaciones realizadas por mi apoderado judicial Ottoniel
Agelvis Morales, antes identificado, por cuanto siempre ha
sido mi voluntad real que este abogado me represente
judicialmente en el presente juicio y el poder conferido por mi
y que reposa el expediente fue otorgado fue otorgado por mi
en pleno uso de mis facultades mentales y ante una autoridad
competente. Es todo.” Se termino, se leyó conformes firman.

Demandante La
Secretaría
Nelson E. Castellanos R.

Abogado Asistente
Ottoniel Agelvis...”.
En ese sentido, resulta pertinente precisar al formalizante en

cuanto al empleo de los medios tecnológicos en los procedimientos en

general, que la implementación de estos medios está sustentado en la propia

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 110,

el cual expresamente establece lo siguiente:

“…El Estado reconocerá el interés público de la ciencia,


la tecnología, el conocimiento, la innovación y sus
aplicaciones y los servicios de información necesarios por ser
instrumentos fundamentales para el desarrollo económico,
social y político del país, así como para la seguridad y
soberanía nacional. Para el fomento y desarrollo de esas
actividades, el Estado destinará recursos suficientes y creará
el sistema nacional de ciencia y tecnología de acuerdo con la
ley. El sector privado deberá aportar recursos para las
mismas. El Estado garantizará el cumplimiento de los
principios éticos y legales que deben regir las actividades de
investigación científica, humanística y tecnológica . La ley
determinará los modos y medios para dar cumplimiento a esta
garantía…”.

De la precedente norma se desprende claramente que el Estado a

través de la constitución fomenta el empleo, desarrollo e investigación de la

ciencia y la tecnología, todo en función de la seguridad y soberanía de la

nación.

En ese sentido también nos encontramos con los artículos 26 y

257 de nuestra Carta Magna, los cuales textualmente expresan lo siguiente:


Artículo 26 ° Toda persona tiene derecho de acceso a los
órganos de administración de justicia para hacer valer sus
derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos; a la
tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
decisión correspondiente. El Estado garantizará una
justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente,
autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita,
sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones
inútiles.

Artículo 257. ° El proceso constituye un instrumento


fundamental para la realización de la justicia. Las leyes
procesales establecerán la simplificación, uniformidad y
eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve,
oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de
formalidades no esenciales.

De las precedentes normas supra transcritas, se desprende la

utilidad del proceso va en función del justiciable, es decir, la justicia debe


ser efectiva, gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma,

independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas,

sin formalismos o reposiciones inútiles, en tal sentido, se corresponde con

el artículo 26 de la Constitución con el artículo 257, cuando expresa que las

leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de

los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y público. No se

sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales.

Estos postulados constitucionales, nos conducen a que el empleo

de medios alternativos o medios auxiliares de justicia, siempre que no sean

contrario a la ley ni al orden público en función de la justicia, deberán ser

utilizados, en ese sentido, vemos en un primer término que la propia

constitución de la república bolivariana de Venezuela, fomenta el empleo de

la tecnología lo cual concatenado con los postulados constitucionales en los

artículos 26 y 257 ejusdem, se encuentran en perfecta armonía

constitucional.
Ahora bien, si nos abocamos al ámbito procesal nos encontramos

con las resoluciones de la Sala de Casación Civil, Resoluciones N° 03-2020,

Fecha 28-7-2020 “Plan Piloto En La Jurisdicción Civil En Los Estado

Aragua, Anzoátegui Y Nueva Esparta. El Despacho Virtual”, N° 04-2020,

25 De Octubre De 2020 Sala De Casación “Se Exhorta Al Uso De Medio

Alternativo De Resolución De Conflicto Como La Mediación Y La

Conciliación Con La Respectiva Homologación”, N° 05-2020 Sala De

Casación Civil “Apertura Del Despacho Virtual para todos Los Tribunales

Que Integran La Jurisdicción Civil” todas fueron dictadas en la época de

pandemia, las cuales surgieron sencillamente por una necesidad social, en la

que se requería con urgencia la normativa de los negocios jurídicos entre

particulares, así como relaciones reguladas por el derecho privado, pero

aunado a ello, nos encontramos con la necesidad social de resolver

controversias de orden judicial que no podían seguir suspendidas hasta tanto

se resolviera la conmoción social y mundial que acontecía con el COVID

19.

En ese sentido, al margen de las formas procesales previstas en el

Código de Procedimiento Civil, pero no en contradicción de las ahí

establecidas y bajo la tutela de los Postulados Constitucionales de la

República Bolivariana de Venezuela, surgen los Tribunales Piloto y un

procedimiento Virtual, en el que se incluyó todo lo pertinente en cuanto al

despacho virtual, en este ámbito es importante destacar que tal

determinación se tomo con base en las formas procesales previstas en

nuestro Código de Procedimiento Civil, pero haciendo el máximo esfuerzo

en adaptarlas a una nueva era social y tecnológica que ya exige un cambio y

adaptación a las realidades sociales.


Este despacho virtual se basó no solo en nuestra carta magna, sino

además en las distintas leyes de la República como la Ley de Mensajes y

Datos Electrónicos, la Ley de Infogobierno, Código Orgánico Tributario, así

como en nuestra jurisprudencia patria de la Sala Constitucional que

pertenece a nuestro Alto Tribunal Supremo de Justicia.

Ahora bien, en este orden de ideas resulta pertinente resaltar que

además del despacho virtual fueron incluidos una serie de actuaciones

procesales que ya involucraban formas tecnológicas que facilitarían los

actos dentro del procedimiento todo ello en función de una tutela judicial

efectiva, en cumplimiento del debido proceso así como del acceso a la

justicia y de la economía procesal, tales como las audiencias telemáticas no

solo en el ámbito de las instancias sino además ante las Salas de este Alto

Tribunal Supremo de Justicia, especialmente en situaciones que fuera de

difícil acceso a la sede del tribunal, entre otras circunstancias.

En este sentido se ha pronunciado la Sala Constitucional

sentencia N°18, de fecha 29 de noviembre de 2023, caso: Yauri del Carmen

Rojas, en la que expreso textualmente lo siguiente:


“…A los fines de garantizar el derecho de los niños, niñas y adolescentes
de ser escuchados, es importante traer a colación, que el Tribunal
Supremo de Justicia, el 9 de diciembre de 2020, dictó la Resolución que
regula el uso de la videoconferencia y demás soportes tecnológicos y
telemáticos en los procesos llevados en los diferentes órganos
jurisdiccionales con competencia en materia de Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes, en el cual se estableció que:

“Artículo 1.VIDEOCONFERENCIA Los jueces y juezas de la


jurisdicción de protección de niños, niñas y adolescentes podrán hacer
uso de videoconferencias a los fines de realizar la escucha de los
niños, niñas y adolescentes en todos los procedimientos judiciales, de
jurisdicción voluntaria o contenciosa con el objeto de garantizar el
derecho a ser oído, consagrados en los artículos 12 de la Convención de
los Derechos del Niño, 78 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela y 80 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas
y Adolescentes.
Igualmente pueden hacer uso de las videoconferencias a fin de oír a
los padres, madres, representantes, responsables, guardadores, optantes a
familia sustituta, a familia adoptiva y testigos.
Artículo 2. Verificación de los medios telemáticos disponibles. El juez o
jueza deberá verificar que las partes cuenten con los medios tecnológicos
necesarios a los fines de llevar a cabo la videoconferencia, en
resguardo a las garantías procesales, garantizando el cumplimiento del
principio de inmediación por lo que se precisa la importancia de la
percepción visual y no sólo auditiva.
Artículo 3. Las videoconferencias se realizan en el horario
comprendido durante las horas de despacho, salvo que se habilite el
tiempo necesario, jurada como fuese la urgencia del caso, en este caso
podrá ordenarse la celebración en un horario distinto.
Artículo 4. A los fines de llevar a cabo la audiencia virtual
mediante la videoconferencia, el juez o jueza deberá atender las
siguientes consideraciones:
a. Convocar para la audiencia y solicitar acuse de recibo de la
convocatoria.
b. Por parte del Tribunal, debe contarse con la presencia del juez o jueza,
secretario y el alguacil, y corresponderá a este último anunciar la
audiencia de manera virtual.
c. El secretario o secretaria del tribunal deberá identificar a las partes,
haciendo visible el documento que la acredite (cédula de identidad o
pasaporte según sea el caso) pudiendo corroborarse, de considerarse
necesario, a través de un testigo, hábil y conteste.
d. Se procederá a preguntar a las partes si dan fe que son quienes dicen
ser, según el instrumento presentado, y se verifican entre ellas.
e. Se procede a la audiencia en la fase correspondiente, mediación o
avenimiento que pueda darse de oficio o a solicitud de las partes en
cualquier estado y grado del proceso.
f. Se otorga el tiempo de exposición correspondiente a cada parte por
igual.
g. Se recoge la audiencia en acta sucinta que contenga con precisión la
audiencia.
h. El acta se lee antes de concluir la audiencia, se envía por cualquier
medio digital, otorgándose 10 minutos para su verificación y se pregunta
a las partes si están de acuerdo con el contenido, asentándose su
conformidad o no.
i. En los asuntos de jurisdicción voluntaria, el juez se retira una hora para
decidir y puede volver a convocar para dictar su decisión.
j. En los casos donde deba estar presente el Ministerio Público, Defensa
Pública, Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derecho del Niño,
Niña y Adolescente, Defensoría del Pueblo y cualquier otra institución de
las establecidas en el artículo 119 de la Ley Orgánica para la Protección
de Niños, Niñas y Adolescentes, además de participar activamente, deben
dar su conformidad con el contenido del acta, y el juez certifica que ha
impuesto del contenido virtualmente, todos declaran estar contestes.
k. De requerirse presencia del Equipo Multidisciplinario serán
convocados para su asistencia virtual y así se hará constar.
Artículo 5. Los jueces y juezas con competencia en materia de protección
de niños, niñas y adolescentes, podrán aplicar el uso de las tecnologías de
la información y de las comunicaciones en la medida en que cuenten con
las herramientas de telecomunicación e informática básicas para
garantizar la justicia digital, en este sentido podrán recibir solicitudes,
demandas, reconvenciones, escritos de promoción de pruebas de forma
digital, en formato de documento portátil, o sus siglas en inglés PDF, a
través de correo electrónico debidamente registrado y autorizado por la
Coordinación Nacional de la Jurisdicción de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes.
Artículo 6. La demanda o solicitud, además de cumplir con los requisitos
previstos en el artículo 456 de la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes, deberá contener de manera expresa el
número de teléfono de las partes (demandante o solicitante y demandado),
así como la dirección de correo electrónico, de conformidad con lo
previsto en el literal ‘e’ eiusdem.
Se establece una oportunidad para la confrontación del documento
original, a los fines de que la consignación del documento en forma
digital tenga valor, lo que deberá ser informado a la parte promovente a
través de la dirección de correo y número de teléfono señalado para tal
fin, quien deberá comparecer a la oficina de recepción.
Al respecto, se debe puntualizar que en caso de no cumplir con la carga
procesal el documento no tendrá validez alguna, en todo caso una vez
realizada la confrontación se dará acuse de recibo electrónico.
Artículo 7: Corresponde a la Coordinación Nacional de la Jurisdicción de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes velar por la correcta ejecución
e implementación de la presente Resolución.
Artículo 8: Esta Resolución entrará en vigencia a partir de su aprobación
en Sala Plena. Se ordena la publicación de esta Resolución en la Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Judicial y en el
portal electrónico del Tribunal Supremo de Justicia”.

De lo cual se evidencia, que se podrán hacer uso


de videoconferencias a los fines de realizar la escucha de los niños,
niñas y adolescentes en todos los procedimientos judiciales, de
jurisdicción voluntaria o contenciosa con el objeto de garantizar el
derecho a ser oído, por lo cual, el uso de dichos medios resultan válidos
en procesos llevados antes los diferentes órganos jurisdiccionales con
competencia en materia de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes…”
En este sentido la Sala de Casación Penal, en sentencia N°74 de

fecha 19 de febrero de 2016 caso: Jérémie Fournyen expresó lo siguiente:

“…La propia constitución consagra en el artículo 335 que su supremacía


y efectividad serán garantizadas por el Tribunal Supremo de Justicia, sin
distinguir entre sus Salas, razón que obliga a este órgano jurisdiccional a
aplicar su normativa directamente en aras de proteger su incolumidad:

Artículo 335: “El Tribunal Supremo de Justicia garantizará la supremacía


y efectividad de las normas y principios constitucionales; será el máximo
y último intérprete de la Constitución y velará por su uniforme
interpretación y aplicación. Las interpretaciones que establezca la Sala
Constitucional sobre el contenido o alcance de las normas y principios
constitucionales son vinculantes para las otras Salas del Tribunal
Supremo de Justicia y demás tribunales de la República”.

Con estas disposiciones se despeja cualquier duda respecto de su


carácter normativo supremo, el cual se complemente con la Disposición
Derogatoria Única que deroga todo el ordenamiento jurídico en cuanto no
contradiga al texto constitucional:

“Queda derogada la Constitución de la República de Venezuela decretada


el veintitrés de enero de mil novecientos sesenta y uno. El resto del
ordenamiento jurídico mantendrá su vigencia en todo lo que no
contradiga esta Constitución”.

En consecuencia, la Sala advierte que la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela garantiza el derecho a ser oído en
todas las actuaciones judiciales; lo que implica el derecho a comunicarse
verbalmente con la autoridad jurisdiccional, como se observa en el
numeral 3 del artículo 49 constitucional:

Artículo 49. “El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones


judiciales y administrativas; en consecuencia: (…) 3. Toda persona tiene
derecho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las debidas garantías
y dentro del plazo razonable determinado legalmente por un tribunal
competente, independiente e imparcial establecido con anterioridad.
Quien no hable castellano, o no pueda comunicarse de manera verbal,
tiene derecho a un intérprete”.

Este derecho supone la celebración de una audiencia, que interpretada a


favor del reo supone que sea en presencia tangible en la sede judicial. Así
lo decidió la Sala de Casación Penal en la sentencia nro. 260 dictada el
doce (12) de agosto de 2014, mediante la cual declaró improcedente la
solicitud de ampliación de la extradición requerida por el Reino de
España respecto de una ciudadana previamente extraditada, donde se
expresó que era:

“… de impretermitible cumplimiento para esta Sala garantizar el debido


proceso consagrado en el artículo 49 de la Constitución, así como los
derechos constitucionales que lo integran (el derecho a ser oído y a la
defensa, entre otros), y por ende, el deber de convocarse a la audiencia
oral y pública desarrollada en el artículo 390 del Código Orgánico
Procesal Penal (…) De ahí que, habiendo sido entregada la
ciudadana ISABELLE DANIELLE LYDIE ROBERT, a las
autoridades judiciales españolas el seis (6) de febrero de 2014, según
consta en acta de entrega (folio doscientos once -211- de la pieza No. 3
del expediente), a propósito de acordarse su extradición en sentencia No.
364 del veinticuatro (24) de octubre de 2013 citada supra, considera esta
Sala de Casación Penal que lo requerido es IMPROCEDENTE…”.

Sin embargo, aun cuando la celebración de la audiencia de extradición no


es posible desde la óptica material puesto que el ciudadano JÉRÉMIE
FOURNY no está en el país por haber sido previamente extraditado a la
República Federal de Alemania, la Sala advierte que acudiendo a la letra
del tratado internacional bajo estudio, bastaría para garantizar tal derecho
que se levante “un acta en la cual la persona reclamada declare si acepta
la reextradición o si se opone a ella”.

Antes de agotar esta vía, que la Sala estima como la última opción a la
que debe acudirse para garantizar el derecho a ser oído en el proceso de
reextradición que se le sigue, existe otra posibilidad: la telepresencia del
ciudadano JÉRÉMIE FOURNY usando para ello las tecnologías de
información y comunicación o tecnologías de información, según la
terminología de la Ley de Infogobierno.

El uso de esta herramienta técnica goza de respaldo legal y


jurisprudencial. En lo atinente al ámbito legal, la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia, aplicable supletoriamente al Convenio de
Extradición entre la República Francesa y la República Bolivariana de
Venezuela prevé que “… cada una de sus Salas favorecerá la utilización
de las herramientas tecnológicas disponibles para la sustanciación de las
causas sometidas a su conocimiento…” y establece expresamente: “…
crear, mantener y actualizar… un mecanismo de comunicación e
información electrónica disponible para todas las personas”.

Así mismo, existen otras normas nacionales e internacionales que


abonan al uso de la videoconferencia para celebrar la audiencia de
reextradición del ciudadano, así tenemos:
El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que permite
“… presentar pruebas por medios electrónicos u otros medios
especiales…” (numeral 2 del artículo 68), que los testigos puedan
declarar “… por medio de una grabación de vídeo o audio…”
(numeral 2 del artículo 69), y que el acusado, perciba el desarrollo del
proceso e instruya al defensor encontrándose del lado externo de la
sala de audiencias, “… utilizando, en caso necesario, tecnologías de
comunicación (…) en circunstancias excepcionales, después de que se
haya demostrado que no hay otras posibilidades” (numeral 2 del
artículo 63).

Posteriormente, en el ámbito europeo, el Convenio de asistencia


judicial en materia penal entre los Estados miembros de la Unión
Europea, celebrado en Bruselas el veintinueve (29) de mayo de 2000,
autoriza que los sujetos ubicados en otro Estado miembro, incluso
como acusado, pueda participar en el proceso jurisdiccional
(numerales 1, 2 y 10 del artículo 10).

Más cerca en el tiempo, el tres (3) de diciembre de 2010 vio la luz el


Convenio Iberoamericano sobre el Uso de la videoconferencia en
la Cooperación Internacional entre Sistemas de Justicia, donde
participaron Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El
Salvador, Guatemala, España, Panamá, Paraguay, Portugal,
República Dominicana y Ecuador.

En esta oportunidad se admitió que hasta el imputado puede


declarar a distancia por conducto de la videoconferencia.

Volviendo al ámbito del derecho interno, no son pocas las


leyes que admiten el uso de las tecnologías de información en el
proceso jurisdiccional: La Ley Orgánica Procesal del Trabajo; la Ley
de Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales; la
Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes; la
Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa; la Ley
Orgánica contra la Delincuencia Organizada y el Financiamiento del
Terrorismo y el propio Código Orgánico Procesal Penal, permiten el
uso de estas tecnologías en el ámbito procesal, lo cual es
complementado con el Decreto con Rango y fuerza de Ley sobre
Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas, el Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley sobre Acceso e Intercambio Electrónico de
Datos, Información y Documentos entre los Órganos y Entes del
Estado y la Ley de Infogobierno, fomentando la telematización de la
actividad pública y del Poder Popular.

En el orden jurisprudencial, es abundante la casuística patria en el


uso de la videoconferencia. Comenzando por la propia Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia cuando
dictó la sentencia nro. 1 de 27 de enero de 2011 ordenando
realizar una videoconferencia desde el Consulado de
Venezuela en la ciudad de Vigo, España, para que un niño pudiera
“… ser oído por la Sala…” en un proceso de amparo constitucional
tramitado en Venezuela; no obstante, dicho acto telemático no se
produjo debido al desistimiento presentado por la representante
judicial de la actora (Vid. sentencia de la Sala de Casación Penal nro.
608 del veintitrés -23- de mayo de 2013).

Así mismo, se han valido de la videoconferencia para el


desarrollo del proceso jurisdiccional, entre otros: el Juzgado
Primero de Protección del Niño y del Adolescente de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en las sentencias números
570 del diez (10) de mayo de 2006, número 763 del catorce (14) de
junio de 2006, 93 del veintinueve (29) de junio de 2007, 392 del
veintiséis (26) de mayo de 2009, 664 del diez (10) de agosto de 2009; el
Juzgado Tercero de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia con ocasión de la sentencia
nro. 90 del diecisiete (17) de marzo de 2011; el Tribunal Superior
Tercero del Circuito Judicial del Tribunal de Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas y Nacional de Adopción Internacional,
mediante fallo del cuatro (4) de octubre de 2011; y, el Juzgado
Segundo del Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes
de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia en la decisión nro.
1.061 del veintiocho (28) de julio de 2012.

También en el ámbito del proceso penal se utiliza el sistema


de videoconferencia “… entre el Palacio de Justicia de Caracas y la
sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas
(CICPC), ubicada en Parque Carabobo, que permite la comparecencia
virtual de los expertos en materia criminalística en la sala de juicio…”,
como se informó en nota de prensa en la página de Internet del Tribunal
Supremo de Justicia publicada el veintitrés (23) de diciembre de 2014.

En efecto, la ley y la jurisprudencia han admitido el uso de esta


tecnología, que es de uso cotidiano desde hace algunos años, porque
permite cumplir con los postulados de la inmediación, característica de
los procedimientos orales que impone la Constitución en el artículo 257:

“El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de


la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación,
uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento
breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de
formalidades no esenciales”.
La afirmación previa se sustenta en que es viable cumplir con los tres
aspectos de la inmediación, como son: 1. La proximidad entre el juez y el
sujeto u objeto de la evaluación para poder percibir el contenido y la
forma de la declaración o el objeto que se examina; 2. La ausencia de
intermediarios subjetivos y objetivos; y, 3. La bilateralidad o
bidireccionalidad que le permite al juzgador comunicarse con el o los
sujetos que intervienen en la audiencia interrogando, limitando, aclarando
y conduciendo el debate o la declaración, según el caso.

Respecto de la proximidad, el elemento esencial


radica en que el juzgador obtenga el convencimiento
necesario para sentenciar por percepción directa del sujeto u
objeto a evaluar, en este caso, la declaración del
ciudadano JÉRÉMIE FOURNY y para tal fin el juez debe
estar cerca del declarante, para observar y escuchar
directamente qué, cómo y dónde ocurre tal declaración lo
cual puede lograrse mediante la videoconferencia, si se
interpreta el principio de la inmediación procesal de
acuerdo con la tecnología que usamos o al menos está
disponible, todos los días.

Con la videoconferencia se puede acercar en


tiempo real a personas que no están en el mismo espacio
geográfico, siendo posible que interactúen de manera
audiovisual, lo que en concreto persigue la inmediación.

Claro está, para lograrlo, se requiere contar con alta calidad técnica en la
conexión a Internet y en los equipos que se utilizarán para la
intercomunicación audiovisual entre la Sala de Casación Penal y el
ciudadano JÉRÉMIE FOURNY, de modo que se observen y escuchen
con la misma claridad y al mismo momento en que se manifiestan, como
si verdaderamente se encontraren de frente.

Y es que aspectos como la postura y demás expresiones corporales, los


elementos de la voz, la administración del tiempo para expresarse y la
forma de vestir, entre otros aspectos metalingüísticos pueden percibirse
mediante una pantalla y un equipo de sonido de alta calidad, como ha
sucedido en Venezuela, en la jurisprudencia citada.

Aunado a lo expuesto hasta ahora debe considerarse que aspectos como la


posible coacción sobre el declarante y la falta de idoneidad del lugar
desde donde se manifiesta este sujeto, pueden resolverse practicando la
declaración desde una sede jurisdiccional del país requirente o desde una
sede diplomática del país requerido en aquél Estado, con presencia de un
defensor junto a él y otro en la sala de audiencias de la Sala de Casación
Penal.
Sobre la base de lo expuesto, la Sala de Casación estima adecuado a
derecho realizar la audiencia al ciudadano solicitado en reextradición
por videoconferencia, desde la sede del órgano jurisdiccional que esté
conociendo el proceso en virtud del cual se acordó la extradición a la
República de Alemania o cualquier otro órgano jurisdiccional que tenga a
bien considerar la autoridad competente de la referida República.

A fin de desarrollar la videoconferencia, los aspectos técnicos


serán fijados mediante comunicación por vía diplomática que
se anexará a la presente decisión, ex parte in fine del artículo X del
Convenio de Extradición entre el Gobierno de la República Bolivariana
de Venezuela y el Gobierno de la República Francesa.

En síntesis, solo en caso de imposibilidad de la audiencia telemática,


expresada mediante comunicación por la vía diplomática emitida por la
República Federal de Alemania, será admisible un acta donde conste la
declaración del ciudadano JÉRÉMIE FOURNY, a fin de garantizar el
derecho a ser oído, dadas las características especiales del actual proceso
jurisdiccional de reextradición…”

Asimismo, en decisión de esta Sala de Casación Civil en sentencia

N° 111 de fecha 11 de mayo de 2021 caso: Juan Carlos Delmoral se expreso

lo siguiente:
“…Considera esta Sala de Casación Civil, que ha de pasar a resolver el
petitorio de la parte accionante en lo relativo a considerar tempestivo el
escrito de formalización presentado electrónicamente en formato PDF o
bien otorgar la reapertura del lapso de sustanciación.

En relación a lo anterior, se tiene que esta Sala de Casación Civil, dictó


sentencia N° RC0585 de fecha 13 de diciembre de 2019, caso: José
Filogonio Molina y Dilia Amanda Amado de Molina, contra la sociedad
mercantil Parque Cementerio Metropolitano del Este C.A. mediante la
cual estableció:

“…En este contexto también ha de determinarse, con relación a la


presentación del escrito de formalización lo siguiente: 1) Ante la sede de
la Secretaría de esta Sala de Casación Civil y de verse impedida la
parte recurrente de trasladarse hasta esta ciudad de Caracas, por
motivo de fuerza mayor, caso fortuito o imposibilidad, 2) podrá
presentarlo ante la sede del órgano jurisdiccional que dictaminó la
sentencia contra la cual se recurrió y si el mismo no tiene despacho, o
padece de los mismos rigores de imposibilidad fáctica de consignarlo,
3) habrá de presentarlo ante cualquier juez que lo autentique; siendo
necesario a fin de garantizar el derecho a la defensa. 4) Podrá el
formalizante solicitar a la Sala la prórroga o reapertura del lapso de
formalización, cuando alegue y pruebe ante esta Sala de Casación
Civil, en un mismo acto el caso fortuito o fuerza mayor, no
imputable, que demuestre tal situación grave.
Se hace necesario indicar, que la presentación a la que se alude,
consiste en que el juez de la recurrida o cualquier juez dará
autenticidad a la fecha de interposición del escrito de formalización, a
fin de dejar constancia de la misma; pero corresponde al
formalizante hacer entrega material del citado escrito de
formalización ante la sede de la Secretaría de esta Sala de Casación
Civil, antes del vencimiento del término de los cuarenta (40) días más
el término de la distancia si lo hubiere…”. .

De igual manera y como alcance a lo anterior, en la aclaratoria de la


misma sentencia del día 9 de marzo de 2020, indicó:

“…El escrito en cuestión, deberá ser llevado a la Sala por el formalizante


a fin de que se anexe al expediente antes del vencimiento de los cuarenta
(40) días de ley más el termino de la distancia si es aplicable al caso…”.

Del texto de la sentencia identificada, se tiene la exigencia de presentar


ante la esta Sala de Casación Civil del escrito de formalización dentro del
lapso legal previsto, es decir cuarenta (40) días y más el término de la
distancia de ser aplicable.

Bajo estos parámetros la sentencia RC 125 dictada por esta Sala de


Casación Civil el 27 de agosto de 2020, señaló

“…la formalización del recurso extraordinario de


casación, puede ser presentada de forma digital mediante la
implementación de correo electrónico, en el cual el
formalizante remitirá al correo electrónico institucional de la
Secretaría de esta Sala, [email protected] la
formalización del recurso extraordinario de
casación, en formato “PDF”, con una diligencia anexa en
el mismo formato, explicativa de la cualidad con que obra en
el caso y sus pormenores, comprometiéndose a consignar el
mismo escrito que envió en formato “PDF” en forma
original ante la Secretaria de esta Sala, en la primera
oportunidad que pueda trasladarse a la sede de este Máximo
Tribunal del país, y dicho escrito original deberá ser igual
al enviado mediante el correo electrónico , para que sea
agregado al expediente y Sala pueda entrar a conocer del
caso. De igual forma, hecha la formalización electrónica, la
Sala procederá a la notificación por medios electrónicos,
telefónicos o digitales de la contraparte , para garantizar a
esta, que por el mismo medio electrónico, proceda a
realizar la impugnación o contestación a la
formalización, si fuera su voluntad. De dichas actuaciones,
tanto de la formalización, como las notificaciones y la
impugnación, dejará expresa constancia la Secretaria de la
Sala en el expediente, mediante auto expreso …”.

La atemperación realizada en la sentencia parcialmente transcrita, no


implica la flexibilización de los lapsos, puesto que esto sería contrario a la
seguridad jurídica y a la igualdad procesal, buscando la Sala salvaguardar
el acceso a la justicia, da la oportunidad de si el recurrente no es
notificado por la Secretaría de esta Sala de Casación Civil de las fechas en
la cual ha de comparecer a consignar el escrito en original, puede hacerlo
a motus propio, siempre dentro del lapso legal para ello.

Esta Sala de Casación Civil, en su búsqueda de garantizar el acceso a la


justicia, en este periodo de pandemia de COVID-19, derivada de
la enfermedad por coronavirus 2019, ocasionada por el virus SARS-CoV-
2 (coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave tipo 2), ha
establecido sin vulnerar el marco jurídico venezolano, la manera en que
las partes obtengan con prontitud respuestas a sus peticiones, adaptando a
la realidad las labores administrativas y jurídicas, pero ello no obsta que
los interesados no se comporten como un buen padre de familia, es decir,
de manera diligente en los asuntos en lo que se encuentran involucrados.

En este contexto ha de indicarse que en decisión de esta Sala N° 020, de


fecha 5 de marzo de 2021, caso: HAMILTON MELVIN
RODRÍGUEZ PHILIPPS , contra el demandado,
ciudadano JULIO ANTONIO MEDINA GIRAL, se
estableció:

“…Así, si el Código de Procedimiento Civil de 1986, otorga


cuarenta (40) días calendarios consecutivos, para la
formalización del medio de impugnación extraordinario o
recurso de casación, - tal cual lo establece el artículo
317 ejusdem- , la cual deberá necesariamente ser
presentada digitalmente ante el correo de la Secretaría de
la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia , por ejemplo ( verbi gratia ), al quinto (05) día
calendario consecutivo de los cuarenta (40) que otorga el
Código para formalizar, ello no involucra que, ejerciendo el
formalizante contra el gravamen de la recurrida, al quinto
(05) día, a manera de ejemplo,- se repite-, deba dejarse
precluir, en su totalidad el agotamiento del lapso otorgado
legalmente de cuarenta (40) días calendario consecutivos, es
decir, esperar treinta y cinco (35) días, para que la
contraparte del recurso, interponga la impugnación o
contestación a la formalización, pues ello involucra un
atentado contra los principios constitucionales que consagran
la tutela judicial efectiva, el acceso al proceso y el debido
proceso, y una violación a los principios procesales de rango
legal, ya destacados supra, de concentración procesal, de la
celeridad o economía del proceso, teniendo
el procesoun desgaste, una paralización innecesaria, una
agonía procesal, de esperar treinta y cinco (35) días, - a
manera de ejemplo -, más, para ejercer la impugnación y
entrar en etapa de decisión del recurso, - salvo la fijación de
la audiencia oral -, debiendo, por tanto, en una interpretación
ajustada a la moderna Carta Política Venezolana de
1999,sobrevenida al Código Ritual de 1986, tenerse por
efectivo, -como en efecto lo es-, el ejercicio del derecho de
defensa para el uso del medio o remedio de ataque procesal y
consumado así el término con el ejercicio a cabalidad del
derecho a la defensa, sin que tenga la contraparte que
esperar, sin razón procesal, el deterioro o difuminación del
restante del lapso concedido al formalizante que ya ejerció su
recurso, que ya expuso y manifestó sus delaciones o
quebrantamientos con los que pretende destruir, en nulidad, a
la recurrida.
Será pues, la parte, a través del principio dispositivo, como
carga de su propio interés, quien ejerza a su voluntad, el día
que considere, el ejercicio de su actuación procesal,
finalizando o precluyendo- o dando por concluido el ejercicio
de su defensa y el lapso de cuarenta (40) días calendario
consecutivos, es decir, las partes en casación ejercerán en
propio interés la celeridad procesal en el ejercicio de sus
actuaciones.
La nueva interpretación que hace esta Sala de Casación Civil,
sobre la preclusión o eventualidad procesal, no abrevia el
lapso, tal cual pudiera entenderse, en un supuesto negado,
que colide con el artículo 204 procesal, pues se les concede a
las partes los lapsos que el código procesal señala, es decir,
se le otorga, plenamente al formalizante, el lapso de 40 días
calendario consecutivos, para formalizar, se le garantiza en
su totalidad el debido proceso, pero si esa parte, a través del
principio dispositivo, decide ejercer su formalización en el
quinto (05) día calendario consecutivo de los cuarenta (40)
otorgados por el Código, ejerciendo plenamente, su derecho
de defensa a través del desarrollo del mecanismo o recurso de
formalización, allí, nacería su preclusión procesal , agota su
oportunidad para el ejercicio del recurso, pues sería ad
absurdam , mantener ese lapso oscuro, ciego, de inactividad,
un FORMALISMO NO ESENCIAL y un desgaste adjetivo
para las partes y el aparato judicial que, genera retardo y que
atenta contra efectividad del proceso y la consecución cierta
de la justicia. Vale decir, que queda, bajo el principio
dispositivo (artículo 11 CPC), a la parte o sujeto procesal, la
oportunidad de ejercer su recurso, bien sea consumiendo la
totalidad del lapso o ejerciéndolo dentro de el, para la
consecución del andamiaje procesal; siendo entonces que,
ejercida tal formalización, se notificará digitalmente al
formalizante de la recepción del escrito, al igual que de la
asignación del número de expediente y de la oportunidad para
su consignación física con las respectivas medidas de bio-
seguridad; de la misma manera se notificará igualmente a la
contraparte, es decir el impugnante, que se ejerció la
formalización, adjuntándose copia digital de la misma, a
quien le comenzará a correr su lapso de contestación o
impugnación del recurso, el día exclusive o ad quem , a su
notificación, lapso de veinte (20) días calendario
consecutivos, para ejercer su actuación procesal
correspondiente .
Asimismo, una vez envíe digitalmente, al correo electrónico
de la Sala, su contestación o impugnación a la
formalización, por ejemplo, al día quinto (05) del lapso de
los veinte (20), otorgado por el código procesal, se le
notificará a ambas partes de la consignación de la
impugnación, de la oportunidad en que el impugnante debe
consignar la contestación a la formalización en forma física
bajo las medidas de bio – seguridad y del agotamiento o
preclusión de la sustanciación y del comienzo del lapso para
que la Sala dicte el fallo que defina el proceso. Si el
formalizante no consigna el escrito físico en la oportunidad
fijada por la Secretaría de la Sala, se tendrá como no
interpuesto el recurso debiendo declararse el perecimiento
del anuncio. Por su parte, si el impugnante, no consigna en
físico el escrito de contestación a la impugnación en la
oportunidad fijada por la Secretaría de la Sala en su
notificación digital, se tendrá como no presentado…”.

En consecuencia, y de acuerdo al precedente criterio jurisprudencial


resulta pertinente precisar que una vez que el o los escritos de
formalización o impugnación presentados electrónicamente en
formato PDF, seguidamente la Secretaría de esta Sala de Casación
Civil le notificará digitalmente al formalizante de la
recepción del escrito, al igual que de la asignación del
número de expediente y de la oportunidad para su
consignación física , por otra parte, una vez envíe
digitalmente, al correo electrónico de la Sala, su
contestación o impugnación a la formalización, se le
notificará vía electrónica a ambas partes de la
consignación de la impugnación, de la oportunidad en que
el impugnante debe consignar la contestación a la
formalización en forma física y del agotamiento o
preclusión de la sustanciación y del comienzo del lapso
para que la Sala dicte el fallo que defina el proceso.

En ese sentido es necesario precisar, que las notificaciones


vía correo electrónico que hiciere la Secretaria de esta
Sala, debidamente firmadas por la Secretaria de la Sala de
Casación Civil, en las que se deje constancia de que se
remitió correo electrónico notificando a las partes, tienen
carácter de documento público a tenor de lo previsto en
los artículos 1.357, 1359 y 1360 del Código Civil, y así se
establece.
Ahora bien, en armonía con el precedente jurisprudencial y con
fundamento en el artículo 325 del Código de Procedimiento Civil se
tiene que sí el escrito de formalización fuere consignado fuera de
dicho lapso, es decir, en el tiempo establecido por la Secretaria de la
Sala en la notificación a las partes, sea esta notificación vía correo
electrónico, telefónica o whatsapp, el recurso será declarado
perecido. En el caso de que el formalizante presente por vía
electrónica (PDF) su escrito de formalización el día último de los
cuarenta (40) días más el término de la distancia de ser aplicable al
caso, que tiene para presentar su escrito de formalización en físico, la
Secretaría de la Sala le notificará a las partes del escrito y le indicará
la fecha en que deba consignar el correspondiente físico, al mismo
tiempo le notificará a la contraparte de dicho escrito en el que se le
indicará la fecha en que comience a correr el lapso de los veinte (20)
días para consignar su contestación o impugnación si fuere el caso.

En este contexto, resulta pertinente pasar a establecer unas series de


consideraciones, en cuanto a los actos procesales definidos como aquellos
que se causan dentro de un proceso, aunque extiendan sus efectos fuera
de él. (Fairén Guillén, Víctor; Doctrina General el Derecho Procesal,
Librería Bosch, Barcelona, 1990 pag. 330)

El proceso también cuenta con presupuestos procesales, los cuales son


necesarios que concurran en cada proceso, pues para que aquel concluya
en la resolución que ponga fin a la controversia de fondo, ya que el
proceso (y el procedimiento como forma del proceso) debe transcurrir sin
que tenga falla o defecto, ya que mientras esas fallas no sean subsanadas
el juez no puede pasar a examinar y resolver el litigio planteado. (Fairén
Guillén, Víctor; Doctrina General el Derecho Procesal, Librería Bosch,
Barcelona, 1990 pag. 335)
En este orden de ideas, se tiene entonces que los presupuesto procesales
se refieren a la forma latus sensu, es decir al procedimiento, su desarrollo,
tiempo (cumplimiento de los lapsos procesales), lugar (sede para actuar),
condiciones personales de quien lo dirige y ejecutan (juez natural,
capacidad legal de los litigantes), condiciones reales de cada acto procesal
(cumplimiento del procedimiento como garantía).

De acuerdo a los precedentes razonamientos, y en aplicación al caso de


autos, es determinante pasar al tema del tiempo de los actos procesales, el
cual es una condición de la forma de los actos procesales, ya que el
proceso es dinámico y avanza a través del tiempo en forma de
procedimiento ordenado, siendo el tiempo fraccionado el que conlleva a
ese orden necesario para que una vez terminado un período se cierre y se
abra otro, llevándonos a las preclusiones. (Fairén Guillén, Víctor;
Doctrina General el Derecho Procesal, Librería Bosch, Barcelona, 1990
pag. 341)

El tiempo procesal se encuentra dividido en términos y plazos, los


primeros son de aquellos que la doctrina determina un instante ideal, es
decir se llevan a cabo en un momento preciso del proceso, mientras que
los segundos son lapsos temporales dentro del proceso que tiene un
principio y fin para llevar a cabo un acto procesal, estos plazos pueden
ser cortos o largos. (Fairén Guillén, Víctor; Doctrina General el Derecho
Procesal, Librería Bosch, Barcelona, 1990)

Los plazos procesales, se dividen a su vez en propios e impropios, a


saber:

Los propios son aquellos que se les concede a las partes y demás
participantes en el proceso, con la finalidad de realizar un acto procesal,
el transcurso de ese plazo agota la posibilidad de producir el acto
determinado (ejemplo contestación de la demanda, promoción de
pruebas, anuncio de los recursos, consignación de escritos o
formalizaciones, consignación de impugnaciones, entre otros), lo que
conlleva a su preclusión. Se ha de indicar que los actos procesales de las
partes pueden ser particulares o comunes, en el sentido que ese plazo es
determinado para actuar de una de ellas o para ambas. (Fairén Guillén,
Víctor; Doctrina General el Derecho Procesal, Librería Bosch,
Barcelona, 1990)

Los impropios son aquellos que la leyes conceden a los órganos


jurisdiccionales y sus auxiliares para realizar los actos procesales que
les corresponda, como dictar resoluciones jurídicas, destacando que su
incumplimiento no produce efectos preclusivos, sino de retardo procesal.
(Fairén Guillén, Víctor; Doctrina General el Derecho Procesal, Librería
Bosch, Barcelona, 1990)
La determinación de actuar dentro de los plazos procesales, se hace a
través de su cómputo, lo cual se encuentra regulado en el Código de
Procedimiento Civil y en el Código Civil, siendo la Secretaría de cada
órgano jurisdiccional la encargada de practicarlos a fin de determinar si el
acto fue realizado en el tiempo legal determinado, caso contrario se
precluye el lapso en cuestión y conlleva al pertinente efecto jurídico.

También es importante señalar que el lugar de los actos procesales es el


de la sede del juzgado o tribunal actuante, salvo excepción legal.

De igual manera, en cuanto a las formas de los actos procesales, nuestro


procedimiento es escrito en su gran porcentaje, por lo que los actos
procesales han de hacerse de esa manera en el plazo legal determinado,
las consignación de las solicitudes o formalizaciones recursivas ha de
hacerse de manera escrita, esto porque en su búsqueda de salvaguardar el
acceso a la justicia, se tiene la posibilidad que la parte remita mediante
correo electrónico y en formato PDF la formalización del recurso de
casación o la impugnación, pero este envío debe estar respaldado por la
consignación del escrito de formalización y/o impugnación y dentro del
plazo procesal pertinente ante la Secretaria de la Sala; esto con la
finalidad de garantizar la seguridad jurídica.

En decisión N° 127 de fecha 14 de mayo de 2021 caso: Elio José

Barreto Aguilera, la Sala Civil, precisó lo siguiente:

“…Como consecuencia de todo lo antes señalado, esta Sala


fijó su política pública de administración de justicia,
implementando el despacho virtual y el acceso a casación por
vía electrónica, en procura de evitar el incumplimiento de un
servicio de orden público como lo es la administración de
justicia, y evitar en lo posible el cúmulo de causa y retardo
en su tramitación, con el fin de dictar sentencia en los casos
sometidos a su consideración.
Ahora bien, y en procura de una mejor administración
de justicia y de acceso a los órganos de administración de
justicia, esta Sala, como complemento al nuevo proceso de
casación fijado por la Sala en las sentencias antes citadas y
en atención a los avances procesales en ellas prescritos; si las
partes deciden acogerse al procedimiento especial de
formalización vía electrónica, y visto que las partes se
encuentran a derecho, al constituir la casación un
procedimiento y recurso extraordinario, y que en contra de
las decisiones dictadas por la Sala no cabe recurso alguno,
conforme a lo estatuido en el artículo 3 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, y como es sabido,
conforme a la doctrina de esta Sala, que no es potestativo de
los tribunales subvertir las normas procesales, dado que su
aplicación se corresponde con lo sucedido específicamente en
cada caso, y en tal sentido el juez debe aplicar dichas normas
al proceso, y en consideración a que el acto de impugnación
o contestación a la formalización, es de carácter potestativo
o facultativo, que responde al principio dispositivo de
intención de parte, mas no obligatorio, ni esencial, como sí
lo es la formalización, esta Sala fija en términos generales, el
procedimiento electrónico supletorio a seguir en caso de que
las partes actuantes se acojan al mismo, en los términos
siguientes:
I.- El lapso de formalización comenzará a correr a
partir del día siguiente al vencimiento de los diez (10) días
de despacho que se dan para su anuncio, conforme a lo
previsto en el artículo 314 del Código de Procedimiento
Civil, comprendiendo un lapso de cuarenta (40) días
continuos más el término de la distancia, si fuere el caso.
II.- El formalizante puede recurrir a presentar la
formalización vía correo electrónico a la
dirección: [email protected] y remitir el escrito
de formalización en formato PDF, y pedir a la Secretaría de
la Sala, le fije oportunidad para trasladarse a la sede del
tribunal y consignar el original del escrito que envió en
formato PDF.
III.- Presentada la formalización vía correo
electrónico, el formalizante puede, recurrir a su ratificación
vía video conferencia, la cual será atendida y ordenada por la
Secretaría de esta Sala, y en esta firmará el escrito de
formalización en presencia de la misma, obligándose a
remitir a la brevedad posible el escrito original, mediante
correo certificado.
IV.- Vencido dicho lapso de formalización o
presentada la misma antes de su vencimiento, al día siguiente
comenzará a transcurrir el lapso de veinte (20) días continuos
para la impugnación o contestación de la formalización, y la
Secretaría de la Sala procurará notificar a la contraparte del
formalizante, vía cualquier medio electrónico e informarle de
que hubo la formalización, para dar impulso procesal al
recurso, y recibida por correo electrónico la impugnación, la
cual deberá ser tramitada conforme a los supuestos II y III
antes señalados con respecto a la formalización, y el
procedimiento de casación se dará por concluido al
vencimiento del lapso de impugnación, y la Sala dictará
sentencia interlocutoria declarando concluida la
sustanciación de la causa; pudiendo o no, si fuere el caso,
fijar la audiencia de casación si lo considera oportuno, y
pasará el expediente al Magistrado ponente correspondiente a
los fines de que elabore el proyecto de sentencia y la Sala
dicte sentencia…”

De las citas jurisprudenciales precedentemente transcritas, se

desprende la promoción y utilidad de los medios telemáticos en todos los

procedimientos todo en función de una justicia expedita, que vaya en

función de la tutela judicial efectiva así como del principio de la celeridad

procesal, el debido proceso. Todo ello siempre que sean cumplida bajo los
parámetros de la formación de los actos procesales, es decir, respetando las

formas en el sentido de los mismos sean celebrados dentro de las formas

modo lugar y tiempo.

Todo esto quiere decir, que si bien esta previsto

constitucionalmente el empleo de los medios telemáticos, estos a fin de que

surtan efectos en el proceso es indispensable que sean celebrados en los

momentos procesales que se requieren y no antes ni después del lapso o

momento procesal, así como que sea celebrado con las partes que esté

integrado la litis y la presencia del juez y secretario que certifique dicho

acto.

Ahora bien, en aplicación al caso de autos, de los razonamientos y

análisis precedentemente expuestos, se evidencia que el hecho de haber

evacuado el poder y ser otorgado mediante audiencia telemática, en la cual

estuvieron presente las partes interesadas así como el juez y el secretario

según se desprende de la propia acta levantada en el momento en que se

celebró la audiencia, se considera conforme a derecho y no una transgresión


a las formas procesales, pues la misma cumple con las formalidades

exigidas para su eficacia, tales como que fue evacuada en un día de

despacho, dentro del horario laboral y ante el tribunal de la causa,

respondiendo así a la necesidad del justiciable, siendo que la parte que

otorga el poder apud acta se encontraba fuera del territorio Nacional de la

República Bolivariana de Venezuela, y el poder que había sido otorgado le

faltaba el cumplimiento de una formalidad para su validez como lo era la

apostilla y la traducción al español por un traductor público, y ante la

imposibilidad de cumplir con ello, se procedió dentro del lapso procesal

pertinente para ello, evacuarlo en la citada audiencia telemática.

En tal sentido, esta Sala evidencia que tal y como lo expreso el

juez de alzada, dicha acta goza de pleno valor probatorio, pues fue

celebrada en la hora de despacho del tribunal, con presencia del juez y las

partes, así como dentro del lapso procesal previsto para la subsanación de la

cuestión previa, de conformidad con lo previsto en los artículos 356 del

Código de Procedimiento Civil, en consecuencia, se declara la denuncia

bajo análisis improcedente pues no hubo quebrantamiento de formas

procesales.

RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY

UNICO

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2º del artículo

313 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con lo dispuesto en

el artículo 320 ejusdem, se denuncia la infracción del artículo 1.363 del


Código Civil, por incurrir en el vicio de falsa aplicación y del artículo 478

del Código de Procedimiento Civil, por falta de aplicación de la norma.

Por vía de fundamentación alega el formalizante textualmente lo

siguiente:

“…Al decidir el alegato relativo al desistimiento


del reclamo efectuado por el abogado Miguel Ángel Flores
Meneses ante la empresa aseguradora, el sentenciador de
última instancia estableció lo siguiente:

...Omissis...

Tal como se observa de la transcripción de los


pasajes de la recurrida, el juez de segundo grado analizó el
poder conferido por el ciudadano Nelson Enrique Castellanos
Rodríguez al abogado Miguel Ángel Flores Meneses, y señaló
que dicho instrumento faculta al apoderado para representar
al mencionado ciudadano en asuntos judiciales y
extrajudiciales, con facultad expresa para desistir.

Luego realizó una serie de consideraciones acerca


de la figura del desistimiento en el ámbito procesal, que
evidentemente confundió el desistimiento del reclamo de la
indemnización de la póliza como acto recepticio de carácter
unilateral que contiene una manifestación de voluntad
destinada a producir efectos jurídicos.

Acto seguido el sentenciador indicó que aun cuando


el mandatario del tomador del seguro tiene facultad expresa
para desistir "no es menos cierto que el ciudadano Nelson
Enrique Castellanos Rodríguez no está de acuerdo con el
desistimiento del reclamo del siniestro", pues de las actas
procesales cursa comunicación de fecha 22 de febrero de
2022, dirigida a la empresa Seguros Caracas C.A., en la que
el ciudadano Nelson Enrique Castellanos Rodríguez solicita a
la empresa aseguradora se tenga como no interpuesta la
comunicación hecha por el abogado. Igual señalamiento
formuló con respecto a la comunicación de fecha 21 de
febrero de 2022, en la que el abogado Miguel Flores Meneses
solicitó al asegurador se tenga como no hecho el
desistimiento presentado .

Dichos medios de prueba fueron analizados por el


juez de la alzada en los siguientes términos:

...Omissis...

Como podrán observar los Magistrados, el juez de


la recurrida afirma que los documentos privados analizados
"en principio no deben ser aportados en copia simple de
conformidad con lo establecido en el artículo 429 del Código
de Procedimiento Civil, pues los únicos documentos que
pueden ser agregados en copia fotostática simple son los
documentos públicos o privados reconocidos o tenidos
legalmente por reconocidos"; sin embargo, al traste afirmó
que dichos documentos "fueron ratificados en su
oportunidad" y adquirieron la "fuerza probatoria del
instrumento público conforme a lo establecido en el artículo
1.363 del Código Civil".

Como es del conocimiento de la Sala, sólo pueden


ser ratificados en juicio los documentos privados producidos
en original, no así las reproducciones fotostáticas de estos
instrumentos; por tanto, es un denuesto jurídico sostener que
las copias fotostáticas de los instrumentos privados puedan
ser objeto de ratificación, y mucho menos, capaces de
adquirir la fuerza probatoria del instrumento público a través
de dicho mecanismo.

Además, hay que advertir, que al emanar dichos


documentos de la parte actora y de su apoderado, carecen de
valor probatorio por cuanto vulneran el principio de alteridad
de la prueba, que postula que el medio probatorio debe
provenir de un sujeto distinto al promovente, dado que nadie
puede fabricarse su propia prueba a su favor.

Lo realmente importante para el planteamiento de


la presente denuncia es que el juez para fijar el hecho
relativo a que "el ciudadano Nelson Enrique Castellanos
Rodríguez no está de acuerdo con el desistimiento del
reclamo del siniestro", lo hizo con sujeción a la testimonial
del ciudadano Miguel Ángel Flores Meneses, apoderado
judicial de la parte actora, quien se encontraba incurso en
una de las inhabilidades relativas para rendir testimonio
establecida en el artículo 478 del Código de Procedimiento
Civil, cuya norma dispone:

"No puede tampoco testificar (...) el abogado o


apoderado por la parte a quien represente".

Es evidente que dicho testimonio carece de validez,


toda vez que existen vínculos profesionales entre apoderado
y cliente que ponen en duda la imparcialidad y objetividad
del testimonio, razón por la cual su deposición es ineficaz
para probar el hecho de que está en desacuerdo con el
desistimiento de la reclamación ante la compañía de seguros,
así como para ratificar documento alguno, lo que conllevó al
jurisdicente a infringir el artículo 478 del Código de
Procedimiento Civil por falta de aplicación, norma
reguladora del examen de la prueba testimonial. No en balde,
el referido apoderado rindió la declaración que en síntesis la
recurrida resumió así:

...Omissis...

A la infracción anterior se suma la violación del


artículo 1.363 del Código Civil, que se materializa cuando el
juez de la recurrida sostuvo que, por efecto de la ratificación
de los documentos antes mencionados, los mismos
adquirieron la "fuerza probatoria del instrumento público
conforme a lo establecido en el articulo 1.363 del Código
Civil", haciendo fe que el abogado Miguel Ángel Flores
Meneses comunicó a la empresa Seguros Caracas C.A. que se
tuviera como no hecho el desistimiento presentado, errando
en la valoración de la prueba.

Efectivamente, el artículo 1.363 del código


sustantivo es sumamente diáfano al estatuir que el documento
privado reconocido o tenido legalmente por reconocido, tiene
entre las partes y respecto de terceros, la misma fuerza
probatoria que el instrumento público en lo que se refiere al
hecho material de las declaraciones; hace fe, hasta prueba en
contrario, de la verdad de esas declaraciones.

Pero para adquirir tal carácter, es menester que se


produzca su reconocimiento en juicio, derivado de una
manifestación de voluntad expresa de aceptación o del
silencio. Tales supuestos no ocurrieron en el caso sub litis,
pues hay que insistir, que los documentos que acompañó el
demandante a los autos son reproducciones fotostáticas y no
originales; en consecuencia, mi poderdante no tenía la carga
de desconocerlos. De modo que tal que el juez aplicó dicha
norma a un supuesto no previsto en ella.

Siendo así, no podía calificar como documentos


privados reconocidos o tenidos legalmente por reconocidos
las copias fotostáticas de las identificadas comunicaciones, y
como consecuencia de ello, afirmar que ellas hacían fe de que
el abogado Miguel Ángel Flores Meneses comunicó a la
empresa SEGUROS CARACAS C.A. que se tuviera como no
hecho el desistimiento presentado.

Las infracciones delatadas fueron determinantes en


el dispositivo del fallo, pues de no haber sido cometidas, el
juez de la alzada no hubiese considerado que el abogado
Miguel Ángel Flores Meneses y el ciudadano Nelson Enrique
Castellanos Rodríguez dejaron sin efecto el desistimiento al
reclamo realizado y, como consecuencia de ello, declarado
improcedente la acción deducida en juicio.

Por los fundamentos anteriormente expuestos


solicito se declare con lugar la denuncia delatada.

Para decidir, la Sala observa:

Alega el formalizante que el juez de alzada incurrió en la

infracción de los artículos1.363 del Código Civil, por incurrir en el vicio de

falsa aplicación y del artículo 478 del Código de Procedimiento Civil, en la

valoración de las pruebas que cursan a los autos en copias simples referidas

“…al desistimiento del reclamo efectuado por el abogado Miguel Ángel

Flores Meneses ante la empresa aseguradora…”.

En ese sentido agrego que el juez de alzada: “…realizó una serie

de consideraciones acerca de la figura del desistimiento en el ámbito

procesal, que evidentemente confundió el desistimiento del reclamo de la

indemnización de la póliza como acto recepticio de carácter unilateral que


contiene una manifestación de voluntad destinada a producir efectos

jurídicos.

Acto seguido el sentenciador indicó que aun cuando el

mandatario del tomador del seguro tiene facultad expresa para desistir "no

es menos cierto que el ciudadano Nelson Enrique Castellanos Rodríguez no

está de acuerdo con el desistimiento del reclamo del siniestro", pues de las

actas procesales cursa comunicación de fecha 22 de febrero de 2022,

dirigida a la empresa Seguros Caracas C.A., en la que el ciudadano Nelson

Enrique Castellanos Rodríguez solicita a la empresa aseguradora se tenga

como no interpuesta la comunicación hecha por el abogado. Igual

señalamiento formuló con respecto a la comunicación de fecha 21 de

febrero de 2022, en la que el abogado Miguel Flores Meneses solicitó al

asegurador se tenga como no hecho el desistimiento presentado… ”.

Más adelante expresa el recurrente: “… el juez para fijar el hecho

relativo a que "el ciudadano Nelson Enrique Castellanos Rodríguez no está

de acuerdo con el desistimiento del reclamo del siniestro", lo hizo con

sujeción a la testimonial del ciudadano Miguel Ángel Flores Meneses,

apoderado judicial de la parte actora, quien se encontraba incurso en una

de las inhabilidades relativas para rendir testimonio establecida en el

artículo 478 del Código de Procedimiento Civil …”. Y con ello concluye “…

A la infracción anterior se suma la violación del artículo 1.363 del Código

Civil, que se materializa cuando el juez de la recurrida sostuvo que, por

efecto de la ratificación de los documentos antes mencionados, los mismos

adquirieron la "fuerza probatoria del instrumento público conforme a lo

establecido en el artículo 1.363 del Código Civil", haciendo fe que el


abogado Miguel Ángel Flores Meneses comunicó a la empresa Seguros

Caracas C.A. que se tuviera como no hecho el desistimiento presentado,

errando en la valoración de la prueba… ”.

En este orden de ideas resulta pertinente precisar que el vicio

de falsa aplicación de una norma ha sido definido por parte de la doctrina

nacional como el que ocurre cuando el juez aplica de manera errada el

supuesto de hecho de una norma jurídica ante hechos que no se subsumen en

ella; en otras palabras, no hay correspondencia entre los hechos y la norma

jurídica aplicada al caso en concreto.

En sentencia número 661 de esta Sala de Casación Civil, de fecha

5 de diciembre de 2011, se ratificó decisión número 236 de fecha 11 de

abril de 2008 (caso: Josefa G. Pérez contra Silverio Pérez ), la cual

señaló: “…la falsa aplicación de una norma jurídica ocurre cuando el juez

aplica una norma jurídica, a una situación fáctica que no está comprendida

en el precepto. Es decir, la falsa aplicación ocurre cuando un hecho que ha

sido establecido por el sentenciador se califica mal y en consecuencia, se

subsume en una norma jurídica, la cual no debía regular la situación

planteada en el proceso…”.

Más recientemente la Sala señaló, que “…la falsa aplicación de

un artículo ocurre cuando el sentenciador aplica al caso bajo análisis una

norma que no era la llamada a resolver la controversia, es decir, yerra el

sentenciador al escoger la norma aplicable pues, la opción escogida no rige

el caso bajo análisis…”. (Vid. Sentencia número 112 del 9 de marzo de


2018, caso: Compañía Anónima Leveca, S.A. contra Omar Marambio Cortes

y otro).

En conclusión, la falsa aplicación de una norma jurídica ocurre

cuando el sentenciador aplica al caso bajo análisis una norma que no era la

llamada a resolver la controversia, es decir, yerra el sentenciador al escoger

la norma aplicable.

Así las cosas, respecto del vicio de falta de aplicación , esta Sala

se ha pronunciado de manera reiterada, señalando que si la denuncia está

referida a la falta de aplicación de una norma jurídica, es porque ésta, aún

cuando regula un determinado supuesto de hecho, niega su aplicación o

subsunción en el derecho, bien por considerarla inexistente, o por

desconocimiento de su contenido, o porque se presume que no se encontraba

vigente, aun cuando ella estuviese promulgada. Esta omisión conduce a la

violación directa de la norma, pues, bajo este supuesto, la situación

sometida a conocimiento ha debido ser decidida de conformidad con el

precepto legal que efectivamente planteaba la solución y que el juez no

aplicó. (Cfr. Fallos de esta Sala N° RC-169, de fecha 2 de abril de 2009,

expediente N° 2008-514, caso: Alex Bernardo Navarro Zeneco contra

Leonardo Bracho Bozo, y RC-210, de fecha 25 de abril de 2017, expediente

N° 2016-726, caso: Anwar Hassan NassibRichani, contra Grupo

Promoinvest C.A.).

De igual modo, esta Sala en innumerables oportunidades ha

definido en qué consiste el vicio de falta de aplicación denunciado,

indicando que el mismo se produce cuando se niega la existencia o la

vigencia de una norma dispuesta para resolver el conflicto. (Cfr. Fallos


números RC-132, de fecha 1 de marzo de 2012, expediente N° 2011-299,

caso Eli Lilly And Company contra Laboratorios Leti S.A.V. y otros, RC-

290, de fecha 5 de junio de 2013, expediente N° 2012-697, caso: Blanca

Bibiana Gamez contra Herederos desconocidos de José Ramón Vivas Rojas

y otras; y RC-092, de fecha 15 de marzo de 2017, expediente N° 2016-508,

caso: Zully Alejandra Farías Rojas contra Enilse Matilde Rodríguez

González).

Ahora bien, en cuanto a las normas denunciadas son los artículos,

1.363 del Código Civil, el cual establece:

Artículo 1.363.- El instrumento privado reconocido o tenido


legalmente por reconocido, tiene entre las partes y respecto
de terceros, la misma fuerza probatoria que el instrumento
público en lo que se refiere al hecho material de las
declaraciones; hace fe, hasta prueba en contrario, de la
verdad de esas declaraciones.

Del contenido del artículo se desprende: “A los fines de la

comprobación de los actos, la prueba escrita puede considerarse como la

prueba por excelencia, por constituir uno de los medios probatorios más

seguros, habida cuenta la gran presunción de sinceridad que implica en

razón de haberla preconstituido las partes precisamente para la

comprobación del negocio realizado entre ellas. En el caso de autos, las

partes celebraron un contrato de compra venta, y a los fines de conservar

una prueba del negocio celebrado entre ellas, redactaron un documento

escrito, acompañado por la actora con su libelo de demanda. Dicho

instrumento fue expresamente reconocido por la parte demandada

Reconviniente en el acto de la contestación de la demanda, conjuntamente


con los documentos igualmente anexos... y en virtud de tal reconocimiento

expreso tiene aplicación el Art. 1.363... Nuestra legislación, en

consecuencia, asimila el documento privado reconocido al instrumento

público en lo que se refiere al hecho material de las declaraciones y a este

respecto solamente puede atacarse por vía de falsedad. En lo que respecta

a la verdad de las declaraciones contenidas en un documento privado

reconocido, nuestro legislador establece simplemente una presunción, por

cuanto que reconoce a dicha prueba el hacer fe hasta prueba en contrario.

Como puede fácilmente colegirse de lo anterior, la prueba escrita, si bien

es cierto que goza de una gran presunción de veracidad por lo que hace a

la verdad de las declaraciones de las partes en virtud de haber sido

preconstituida, es decir, redactada in tempore non sus- pecto, de ninguna

manera puede considerarse como una prueba absoluta de la realidad de un

hecho, desde el punto de vista de la certidumbre de la prueba. En

definitiva, la prueba escrita no es sino la obra de las partes y nada impide

a éstas constatar la existencia de un hecho que en realidad no ha tenido

lugar o que se ha realizado de una manera diferente. Por ello, con

independencia de la fuerza probatoria que se atribuya al documento, éste

sólo comprobará el hecho de la convención o del negocio que describe,

pero en forma alguna la conformidad de ese hecho con la realidad de lo que

ha ocurrido entre las partes en lo que respecta a su verdadera intención.

JTR 17-2-62. V. X. Pág. 224 …”

Artículo 478: No puede tampoco testificar el


magistrado en la causa en que esté conociendo; el abogado o
apoderado por la parte a quien represente; el vendedor, en
causas de evicción, sobre la cosa vendida; los socios en
asuntos que pertenezcan a la compañía. El heredero presunto,
el donatario, el que tenga interés, aunque sea indirecto, en
las resultas de un pleito, y el amigo íntimo, no pueden
testificar en favor de aquellos con quienes les comprenda
estas relaciones. El enemigo no puede testificar contra su
enemigo.

De la precitada norma se desprende "... Esta disposición legal es

igual a la contenida en el Art. 344 del Código derogado, por lo que las

interpretaciones y conceptos que se hubieren emitido con ocasión de esta

disposición, tienen plena vigencia al analizar el Art. 478 del Código

vigente. A este respecto, ha dicho la Sala que: "el citado Art. 344, (hay

478), del C.P.C., no define el concepto "interés", no expresa en qué

consiste; por consiguiente, es materia que incumbe resol- ver a los jueces

de instancia, sin que la Casación pueda señalar particularidades no

contenidas en la mencionada disposición, ni considerarla infringida, por no

haberse tomado en cuenta características no previstas " (S., 08/11-1955,

G.F. 1955, 2ª E., Nº 10, pág. 80)...". - Sentencia, SCC, 12 de Mayo de 1993,

Ponente Magistrado Dr. Héctor Grisanti Luciani, juicio Inter American

Computer Mantenimiento C.A. Vs. Banco Mercantil C.A., Exp. N° 91-0145.

Ahora bien, a fin de verificar los alegatos expuestos por el

formalizante, esta Sala procede a trascribir algunos extractos de la sentencia

recurrida en los siguientes términos:

“…Sobre el Desistimiento del Reclamo ante la Empresa de


Seguros Caracas por parte del Apoderado .
En el escrito de contestación a la demanda, así como en
el escrito de informes presentados en esta alzada la apoderada
judicial de la parte demandada alega que el abogado MIGUEL
ANGEL FLORES MENESES en su carácter de apoderado
especial del hoy demandante Nelson Enrique Castellanos
Rodríguez, desiste del reclamo del siniestro ante la compañía
aseguradora concluyendo que el mencionado abogado estaba
plenamente facultado para ello.
Con el propósito de examinar la veracidad y
procedencia de lo alegado por la parte demandada este
tribunal observa que a los folios 71 al 72 corre copia
fotostática simple del poder otorgado, autenticado por ante el
Registro Público con funciones notariales de los Municipios
Junín y Rafael Urdaneta del Estado Táchira, en fecha 20 de
octubre de 2017, anotado bajo el No. 26, Tomo 57, folios 78
hasta 80, de los Libros de Autenticaciones llevados por esa
notaría, donde se observa que el ciudadano Nelson Enrique
Castellanos Rodríguez, le confiere poder especial amplio y
suficiente en cuanto derecho se requiere, al ciudadano Miguel
Ángel Flores Meneses para que en su nombre y representación
sostenga sus derechos e intereses, ya sean estos judiciales o
extra judiciales, señala de manera clara y expresa en el texto
del mandato se encuentran estipuladas las facultades entre
ellas la de desistir.
En este orden de ideas, se entiende como desistimiento
el acto jurídico procesal por el que, a solicitud de una de las
partes, se eliminan los efectos jurídicos de un proceso de
algún acto jurídico procesal realizado en su interior, o de la
pretensión procesal. Es decir, el desistimiento del
procedimiento o renuncia a los actos del juicio, tiene por
objeto el abandono de la situación procesal del actor, nacida
de la existencia de la relación procesal. El desistimiento
afectará a toda relación procesal, cabe mencionar que hay dos
tipos de desistimiento el de la acción y el desistimiento del
proceso.
En ese contexto, por cuanto el desistimiento constituye
un acto que excede de la simple administración, de acuerdo
con el requerimiento previsto en el artículo 154 del Código de
Procedimiento Civil, los apoderados judiciales cuando
procuren desistir de la acción intentada, del procedimiento, un
acto aislado de la causa o algún recurso interpuesto, deben
ostentar facultad expresa para ello.
En efecto, el artículo 154 ejusdem, establece:
El poder faculta al apoderado para cumplir todos los
actos del proceso que no estén reservados expresamente por la
ley a la parte misma; pero para convenir en la demanda,
desistir, transigir, comprometer en árbitros, solicitar la
decisión según la equidad, hacer posturas en remates, recibir
cantidades de dinero y disponer del derecho en litigio, se
requiere facultad expresa.
Destaca la citada norma que el otorgamiento de un
poder de representación judicial faculta al apoderado, en
principio, a celebrar en nombre y por cuenta de su poderdante,
todos los actos del proceso, con excepción de aquellos que
presupongan disposición de derechos litigiosos, casos en los
cuales habrá de exigirse, además, el cumplimiento de un
requisito adicional a la escritura y a la autenticidad, esto es,
la habilitación expresa e indubitable para la realización del
acto respectivo.
Es de señalar que, con lo previsto en el artículo 154 del
Código de Procedimiento Civil, establece facultades propias
de la vía judicial como interponer demandas, contestar
demandas, cuestiones previas, etc., y de forma expresa se le
faculta en la misma vía judicial para convenir, transigir,
conciliar y desistir.
Con relación a esta figura del desistimiento, se ha
pronunciado en muchas oportunidades nuestro Máximo
Tribunal, reiterando su criterio así, la Sala de Casación Civil
del Tribunal Supremo de Justicia en Expediente N° 2022-
000627 fecha 26 de abril de 2023, señaló:
“En efecto, el criterio pacífico y reiterado de esta Sala
con relación al instituto del desistimiento ha sido que, es un
acto jurídico de autocomposición procesal que consiste en el
abandono o renuncia positiva y precisa que hace el actor o
interesado, de manera directa, ya de la acción que ha
intentado, o del procedimiento incoado para reclamar
judicialmente algún derecho, de un acto de la causa o, en fin,
de algún recurso que hubiese interpuesto, lo cual puede ser
efectuado en cualquier estado y grado del proceso, de
conformidad con lo previsto en el artículo 263 del Código de
Procedimiento Civil.
Asimismo, vale destacar que para dar por consumado el
acto de desistimiento es necesario que se cumplan dos
condiciones: a) que conste en el expediente en forma
auténtica; y b) que tal acto sea hecho en forma pura y simple.
(Vid. Fallo Nro. 123, del 16 de marzo de 2015, caso: José
Jorge Ramírez Ramírez contra Inversiones Moyano, C.A. y
otra).
De igual modo, la parte que desista de la instancia, la
acción o cualquier trámite del procedimiento, puede actuar
personalmente mediante diligencia, pero debidamente asistido
de abogado; en caso contrario, el profesional del derecho debe
tener la facultad para desistir, la cual tiene que ser otorgada
expresamente por el actor, conforme a lo pautado en el
artículo 154 del Código de Procedimiento Civil, que
textualmente señala:
“Artículo 154: El poder faculta al apoderado para
cumplir todos los actos del proceso que no estén reservados
expresamente por la ley a la parte misma; pero para convenir
en la demanda, desistir, transigir, comprometer en árbitros,
solicitar la decisión según la equidad, hacer posturas en
remates, recibir cantidades de dinero y disponer del derecho
en litigio, se requiere facultad expresa”. (Resaltado de la
Sala)
Observándose de la precitada norma que si bien es
cierto las partes pueden poner fin a sus respectivas
pretensiones en cualquiera de las fases y grado en que se
encuentre el proceso mediante su apoderado judicial, no es
menos cierto, que ello adquiere validez formal como acto de
auto composición procesal con la previa facultad expresa al
mandatario.
Ahora bien, en el caso en marras dado el desistimiento
realizado por el abogado Miguel Flores Meneses en sede
administrativa, es decir ante la empresa aseguradora Caracas
C.A., por lo que es necesario pasar a verificar la capacidad
procesal del mandatario del ciudadano NELSON ENRIQUE
CASTELLANOS RODRÍGUEZ, quien desistió expresamente a
la reclamación del siniestro N° 80-562103576, póliza de
seguro N° 80-56-4103615-0, por motivo de robo, consta al
folio 72 del expediente de la pieza I, que se encuentra inserto
copia del poder otorgado al abogado MIGUEL ANGEL
FLORES MENESES, donde se lee:
“(…) En virtud del presente mandato queda mi pre-
nombrado apoderado facultado para intentar y contestar
cualquier clase de demandas ya sean estas civiles, penales,
mercantiles y cualquier otra acción se derive de la violación o
reclamo de algún derecho consagrado en nuestra Constitución
y leyes de la República Bolivariana de Venezuela, proponer
reconvenciones, convenir, transigir, conciliar, desistir, oponer
y contestar cuestiones previas, darse por citado o notificado
para cualquier acto donde se requiera mi presencia, recibir
cantidades de dinero y otorgar los correspondientes recibos o
finiquitos, como también recibir bienes muebles e inmuebles
como forma de pago, comprometer en árbitro, solicitar la
decisión según la equidad, hacer posturas en remates, tramitar,
gestionar y reclamar cualquier beneficio por algún siniestro
ocasionado algún bien de mi propiedad ya sean estos muebles
o inmuebles ante cualquier compañía de seguros como también
firmar los correspondientes finiquitos o recibos, sustituir el
presente mandato en abogados de su confianza reservándose
su ejercicio y en fin hacer todo aquello que yo mismo haría
para la mejor defensa de mis derechos e intereses(…)”.

Ahora bien, al efectuarse la lectura del instrumento


poder otorgado por el ciudadano NELSON ENRIQUE
CASTELLANOS RODRÍGUEZ, se colige que el profesional de
derecho MIGUEL ANGEL MENESES, mandatario del tomador
del seguro, tiene la facultad expresa de conformidad con lo
establecido en el artículo 154 del Código de Procedimiento
Civil; sin embargo, no es menos cierto que el ciudadano
Nelson Enrique Castellanos Rodríguez no está de acuerdo en
el desistimiento del reclamo del siniestro, pues; observa esta
administradora de justicia de las actas procesales que
conforman el presente expediente de la I pieza a los folios 63
al 65, corre comunicación de fecha 22 de febrero de 2022,
dirigida a la empresa Seguros Caracas C.A., en atención a la
ciudadana NAYIBE DI GREGORIO en su carácter de gerente
de operaciones Siniestros Automóvil en la que el ciudadano
NELSON ENRIQUE CASTELLANOS RODRÍGUEZ solicita a
la empresa aseguradora, se tenga como no interpuesta la
comunicación hecha por el abogado MIGUEL ANGEL
FLORES MENESES; aunado a ello se constata que a los folios
61 al 62 de la primera pieza corre inserta comunicación de
fecha 21 de febrero de 2022, dirigida a la empresa Seguros
Caracas C.A., en atención a la ciudadana NAYIBE DI
GREGORIO en su carácter de gerente de operaciones
Siniestros Automóvil en la que el abogado MIGUEL FLORES
MENESES solicitó se tenga como no hecho el desistimiento
presentado.
En síntesis, de las actas del expediente se pudo
constatar que el abogado MIGUEL ANGEL FLORES
MENESES y el ciudadano NELSON ENRIQUE
CASTELLANOS RODRÍGUEZ, dejaron sin efecto el
desistimiento al reclamo tal como se evidencia de las
comunicaciones corrientes; así mismo considera este tribunal
de alzada que el apoderado Miguel Flores pudo desistir del
proceso administrativo mediante el cual reclama el derecho
del pago de la indemnización de la póliza del seguro, sin que
ellos signifique que el ciudadano NELSON ENRIQUE
CASTELLLANOS RODRÍGUEZ haya desistido a la acción
judicial, además es necesario destacar que para que el
desistimiento adquiera validez formal como acto de
autocomposición procesal, requiere además de la facultad
expresa al mandatario para desistir, que se le imparta al
mismo la respectiva homologación de ley, lo cual en modo
alguno ocurrió en el presente caso.
En virtud, de todos los razonamientos antes expuestos
resulta forzoso para esta jurisdicente declarar improcedente el
desistimiento efectuado por el abogado Miguel ÁNGEL Flores
Meneses como apoderado del ciudadano Nelson Enrique
Castellanos Rodríguez, ante la empresa de Seguros Caracas
C.A., y por ende procedente la acción incoada por motivo de
cumplimiento de contrato de Seguro. Así se decide…”.
De la trascripción de la sentencia recurrida se desprende que el

juez de alzada al pronunciarse respecto del desistimiento del reclamo ante

la empresa de seguro, precisó que tribunal observa que a los folios 71 al 72

corre copia fotostática simple del poder otorgado, autenticado por ante el

Registro Público con funciones notariales de los Municipios Junín y Rafael

Urdaneta del Estado Táchira, en fecha 20 de octubre de 2017, anotado bajo

el No. 26, Tomo 57, folios 78 hasta 80, de los Libros de Autenticaciones

llevados por esa notaría, donde se observa que el ciudadano Nelson

Enrique Castellanos Rodríguez, le confiere poder especial amplio y

suficiente en cuanto derecho se requiere, al ciudadano Miguel Ángel Flores

Meneses para que en su nombre y representación sostenga sus derechos e

intereses, ya sean estos judiciales o extra judiciales, señala de manera

clara y expresa en el texto del mandato se encuentran estipuladas las

facultades entre ellas la de desistir.

En ese sentido, concluye: de las actas del expediente se pudo

constatar que el abogado MIGUEL ANGEL FLORES MENESES y el

ciudadano NELSON ENRIQUE CASTELLANOS RODRÍGUEZ, dejaron sin

efecto el desistimiento al reclamo tal como se evidencia de las

comunicaciones corrientes; así mismo considera este tribunal de alzada que

el apoderado Miguel Flores pudo desistir del proceso administrativo

mediante el cual reclama el derecho del pago de la indemnización de la

póliza del seguro, sin que ello signifique que el ciudadano NELSON

ENRIQUE CASTELLLANOS RODRÍGUEZ haya desistido a la acción

judicial, además es necesario destacar que para que el desistimiento

adquiera validez formal como acto de autocomposición procesal, requiere

además de la facultad expresa al mandatario para desistir, que se le


imparta al mismo la respectiva homologación de ley, lo cual en modo

alguno ocurrió en el presente caso. (…) En virtud, de todos los

razonamientos antes expuestos resulta forzoso para esta jurisdicente

declarar improcedente el desistimiento efectuado por el abogado Miguel

ÁNGEL Flores Meneses como apoderado del ciudadano Nelson Enrique

Castellanos Rodríguez, ante la empresa de Seguros Caracas C.A., y por

ende procedente la acción incoada por motivo de cumplimiento de contrato

de Seguro. Así se decide…”.

De conformidad con lo precedentemente expuesto, y en aplicación

de los razonamientos supra mostrados, resulta pertinente precisar que el

juez de alzada al momento de analizar y valorar las pruebas referidas a las

copias simples que tienen que ver con el desistimiento del reclamo y luego

con la que contiene la declaración de dejar sin efecto la misma, lo hace con

fundamento en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, pues se

evidencia claramente que dichas pruebas no fueron impugnadas por la

contraparte y conforme a dicha norma, al no ser impugnada tiene pleno

valor en el procedimiento.

Asimismo, se evidencia que aun cuando hubiera incurrido en la

infracción de los artículos 1.363 del Código Civil, por el vicio de falsa

aplicación y del artículo 478 del Código de Procedimiento Civil, por falta

de aplicación, sin embargo esto no resulta determinante en el dispositivo del

fallo, pues las citadas documentales no fueron impugnadas en el proceso y

ello implica es la aplicación de la consecuencia jurídica prevista en el

artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, el cual le da pleno valor

probatorio a las pruebas referidas a fotocopias simples.


En consecuencia, y de conformidad con los razonamientos

precedentemente expuestos, se declara la improcedencia de la denuncia bajo

análisis, y así se decide.

D E C I S I Ó N

En fuerza de las anteriores consideraciones, este Tribunal

Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de

Casación Civil, administrando Justicia en nombre de la República y por

autoridad de la ley, declara: SIN LUGAR el recurso de casación propuesto

por la parte demandada sociedad mercantil SEGUROS CARACAS C.A .,

contra la decisión de fecha 20 de noviembre del año 2023, dictado por el

Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Bancario

de la Circunscripción Judicial del estado Táchira.

Se condena al recurrente al pago de las costas procesales del

presente recurso, de conformidad con la ley.

Publíquese, regístrese. Remítase el expediente al Juzgado Cuarto

de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la

Circunscripción Judicial del estado Táchira. Particípese la presente decisión

al Juzgado Superior de origen ya mencionado, de conformidad con lo

dispuesto en el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de

Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los ocho (8)
días del mes de marzo de dos mil veinticuatro (2024). Años: 213° de la

Independencia y 165° de la Federación.

Presidente de la Sala,

___________________________
HENRY JOSÉ TIMAURE TAPIA

Vicepresidente-Ponente,

____________________________
JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ PARRA
Magistrada,

_____________________________
CARMEN ENEIDA ALVES NAVAS

Secretario,

______________________________
PEDRO RAFAEL VENERO DABOIN
Exp. AA20-C-2024-000005
Nota: Publicada en su fecha a las ( )
Secretario,

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