Enzimas y Energía de Activación

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Enzimas y energía de activación

Una sustancia que acelera una reacción química, y que no es un reactivo, se llama catalizador. Los
catalizadores de las reacciones bioquímicas que suceden en los organismos vivos se conocen
como enzimas. Estas generalmente son proteínas, aunque algunas moléculas de ácido ribonucleico
(ARN) también actúan como enzimas.

Las enzimas realizan la tarea fundamental de disminuir la energía de activación, es decir la cantidad
de energía que se debe agregar a una reacción para que esta comience. Las enzimas funcionan al
unirse a las moléculas de reactivo y sostenerlas de tal manera que los procesos que forman y
rompen enlaces químicos sucedan más fácilmente.

Gráfica de coordenadas de reacción que muestra el curso de la reacción con y sin catalizador. Con el
catalizador, la energía de activación es más baja que sin él. Sin embargo, el catalizador no cambia la
∆G de la reacción.

Aclaremos un punto importante, las enzimas no cambian el valor de ∆G de una reacción. Es decir, no
cambian si una reacción libera o absorbe energía en general. Esto es porque las enzimas no afectan
la energía libre de los reactivos o los productos.

En cambio, las enzimas disminuyen la energía del estado de transición, un estado inestable por el
que deben pasar los reactivos para convertirse en productos. El estado de transición está en la parte
superior de la "colina" de energía en el diagrama anterior.

Sitios activos y especificidad del sustrato

Para catalizar una reacción, una enzima se pega (une) a una o más moléculas de reactivo. Estas
moléculas son los sustratos de la enzima.

En algunas reacciones, un sustrato se rompe en varios productos. En otras, dos sustratos se unen
para crear una molécula más grande o para intercambiar partes. De hecho, para cualquier reacción
biológica que se te pueda ocurrir, probablemente exista una enzima para acelerarla.
La parte de la enzima donde se une el sustrato se llama el sitio activo (ya que ahí es donde sucede la
"acción" catalítica).

Un sustrato entra en el sitio activo de la enzima. Esta forma un complejo enzima-sustrato. Entonces
sucede la reacción, el sustrato se convierte en productos y se forma el complejo enzima-productos.
Luego los productos dejan el sitio activo de la enzima.

Imagen modifcada de "Enzimas: Figura 2," por OpenStax College, Biology, CC BY 3,0.
Las proteínas se forman de unidades llamadas aminoácidos, y en las enzimas que son proteínas, el
sitio activo obtiene sus propiedades de los aminoácidos que lo conforman. Estos aminoácidos
pueden tener cadenas laterales grandes o pequeñas, ácidas o básicas, hidrofílicas o hidrofóbicas.

El grupo de aminoácidos que se encuentra en el sitio activo, así como la posición que estos tienen en
el espacio tridimensional, le dan al sitio activo un tamaño, forma y comportamiento químico muy
específicos. Gracias a estos aminoácidos, el sitio activo de una enzima es apto de modo exclusivo
para unirse con una molécula objetivo en particular -el sustrato o sustratos de la enzima- y le ayudan
a experimentar una reacción química.

Efectos ambientales en la función enzimática

Dado que los sitios activos están finamente ajustados para ayudar a que suceda una reacción
química, pueden ser muy sensibles a los cambios en el ambiente de la enzima. Los factores que
pueden afectar el sitio activo y la función de la enzima incluyen:

• La temperatura. Una mayor temperatura generalmente provoca una mayor velocidad de


reacción, independientemente de que la reacción esté catalizada por una enzima o no. Sin
embargo, aumentar o disminuir la temperatura fuera del rango tolerable de la enzima puede
afectar los enlaces químicos en el sitio activo, y causar que sean menos adecuados para la
unión con los sustratos. Las temperaturas muy altas (arriba de 40°C o 104° F para las
enzimas animales) pueden causar la desnaturalización de la enzima, al perder esta su forma
y actividad.

• El pH. El pH también puede afectar la función enzimática. Los residuos de los aminoácidos
del sitio activo a menudo tienen propiedades ácidas o básicas que son importantes para la
catálisis. Los cambios en pH pueden afectar estos residuos y dificultar la unión con el
sustrato. Las enzimas funcionan mejor dentro de cierto rango de pH, y tal como sucede con
la temperatura, los valores extremos de pH (ácido o básico) pueden hacer que las enzimas se
desnaturalicen.

Ajuste inducido

La coincidencia entre el sitio activo de una enzima y el sustrato no es solo como la correspondencia
de dos piezas de un rompecabezas (aunque los científicos alguna vez pensaron que así era, en un
modelo llamado modelo de "llave y cerradura").

Por el contrario, una enzima cambia su forma ligeramente cuando se une a su sustrato, lo que da
como resultado un ajuste aún más preciso. Este ajuste de una enzima para encajar muy finamente
con el sustrato se conoce como ajuste inducido.
Ilustración del modelo de catálisis enzimática por ajuste inducido. Conforme el sustrato se une al
sitio activo, este cambia su forma ligeramente, se pega más estrechamente al sustrato y se prepara
para catalizar la reacción. Una vez que ha ocurrido la reacción, los productos son liberados del sitio
activo y se alejan por difusión.

Cuando una enzima se une a su sustrato, sabemos que disminuye la energía de activación de la
reacción, lo que permite que suceda más rápidamente. Pero te podrías preguntar: ¿qué hace
realmente la enzima con el sustrato para que disminuya la energía de activación?

La respuesta depende de la enzima. Algunas enzimas aceleran las reacciones químicas al acercar dos
sustratos entre sí con la orientación correcta. Otras crean un ambiente dentro del sitio activo que es
favorable para la reacción (por ejemplo, uno que es ligeramente ácido o no polar). El complejo
enzima-sustrato también puede reducir la energía de activación al plegar las moléculas de sustrato
de tal manera que se facilita el rompimiento de enlaces, lo que ayuda a llegar al estado de
transición.

Finalmente, algunas enzimas disminuyen la energía de activación al tomar parte en las reacciones
químicas. Esto quiere decir que los residuos del sitio activo pueden formar enlaces covalentes
temporales con las moléculas del sustrato como parte del proceso de reacción.

Aquí la palabra importante es "temporalmente". En todos los casos, la enzima volverá a su estado
original al final de la reacción; no se quedará unida a las moléculas que están reaccionando. De
hecho, una propiedad característica de las enzimas es que no son alteradas por las reacciones que
catalizan. Cuando una enzima ha terminado de catalizar una reacción, solo libera el producto (o
productos) y queda lista para el siguiente ciclo de catálisis.

• Moléculas reguladoras. La actividad enzimática pueden "prenderse" o "apagarse" con


moléculas activadoras e inhibitorias que se unen específicamente a la enzima.

• Cofactores. Muchas enzimas solo son funcionales cuando se unen a moléculas auxiliares no
proteicas conocidas como cofactores.

• Compartimentación. Almacenar enzimas en compartimientos específicos puede evitar que


causen daño o proporcionan las condiciones adecuadas para su actividad.

• Inhibición por retroalimentación. Las enzimas metabólicas clave suelen inhibirse por el
producto final de la vía que controlan (inhibición por retroalimentación).
En el resto de este artículo, analizaremos estos factores uno por uno, y veremos cómo cada uno
puede afectar la actividad enzimática.

Moléculas reguladoras

Las enzimas pueden ser reguladas por otras moléculas que aumentan o bien disminuyen su
actividad. Las moléculas que aumentan la actividad de una enzima se conocen como activadores,
mientras que aquellas que disminuyen la actividad de una enzima se llaman inhibidores.

Hay muchas clases de moléculas que bloquean o promueven la función enzimática y que la afectan
por distintas rutas.

Competitiva v. no competitiva

En muchos casos bien estudiados, la unión de un activador o un inhibidor es reversible, es decir que
la molécula no se une permanentemente a la enzima. Algunos tipos importantes de fármacos actúan
como inhibidores reversibles. Como ejemplo, el fármaco tipranivir, que se usa para tratar el VIH, es
un inhibidor reversible. Bloquea la actividad de la enzima viral que ayuda al virus a fabricar más
copias de sí mismo.

Los inhibidores reversibles se dividen en grupos de acuerdo con su comportamiento de unión. Aquí
no analizaremos todos los tipos, pero examinaremos dos grupos importantes: los inhibidores
competitivos y los no competitivos.

• Un inhibidor puede unirse a una enzima y bloquear la unión del sustrato, por ejemplo, al
pegarse al sitio activo. Esto se conoce como inhibición competitiva porque el inhibidor
"compite" con el sustrato por la enzima. Es decir, solo el inhibidor o bien el sustrato puede
estar unido a la enzima en un momento dado.

• En la inhibición no competitiva, el inhibidor no bloquea la unión del sustrato con el sitio


activo, sino que se pega a otro sitio y evita que la enzima haga su función. Se dice que esta
inhibición es "no competitiva" porque el inhibidor y el sustrato pueden estar unidos a la
enzima al mismo tiempo.
Diagrama que ilustra la inhibición competitiva y no competitiva. El inhibidor competitivo se une al
sitio activo e impide su unión al sustrato. El inhibidor no competitivo se une a un sitio diferente de la
enzima, no bloquea la unión del sustrato, pero produce otros cambios en la enzima de forma que ya
no puede catalizar la reacción eficientemente.

Se puede diferenciar entre un inhibidor competitivo y uno no competitivo por la forma como afectan
la actividad de una enzima a diferentes concentraciones del sustrato.

• Si un inhibidor es competitivo, disminuirá la velocidad de reacción cuando no hay mucho


sustrato, pero si hay mucho sustrato, este "ganará". Es decir, la enzima de cualquier forma
puede alcanzar la velocidad máxima de reacción siempre que haya suficiente sustrato. En
ese caso, casi todos los sitios activos de casi todas las moléculas de enzima estarán ocupadas
por el sustrato en lugar del inhibidor.

• Si un inhibidor es no competitivo, la reacción catalizada por la enzima jamás llegará a su


velocidad de reacción máxima normal, incluso en presencia de mucho sustrato. Esto se debe
a que las moléculas de enzima que están unidas al inhibidor no competitivo están
"envenenadas" y no pueden hacer su función, independientemente de la cantidad
disponible de sustrato.

Una gráfica de la velocidad de relación (eje-y) a diferentes concentraciones de sustrato (eje-x), nos
permite diferenciar estos dos tipos de inhibidor por la forma de las curvas:

Esta gráfica muestra la velocidad de reacción contra la concentración de sustrato para una enzima
en ausencia de inhibidor, y para una enzima en presencia de inhibidores competitivos y no
competitivos. Tanto los inhibidores competitivos como los no competitivos disminuyen la velocidad
de reacción, pero la acción de los inhibidores competitivos se puede superar con altas
concentraciones de sustrato, pero no la de los inhibidores no competitivos.
Regulación alostérica

En general, la regulación alostérica, es solo cualquier forma de regulación donde la molécula


reguladora (un activador o un inhibidor) se une a una enzima en algún lugar diferente al sitio activo.
El lugar de unión del regulador se conoce como sitio alostérico.

La parte izquierda de este diagrama muestra la inhibición alostérica. El inhibidor alostérico se une a
una enzima en un lugar que no es el sitio activo. La forma del sitio activo se altera de manera que la
enzima ya no puede unirse a su sustrato.

La parte derecha de este diagrama muestra la activación alostérica. El activador alostérico se une a
una enzima en un lugar que no es el sitio activo. La forma del sitio activo se modifica, lo que permite
que el sustrato se una con mayor afinidad.

Casi todos los casos de inhibición no competitiva (junto con algunos casos únicos de inhibición
competitiva) son formas de regulación alostérica.

Sin embargo, algunas enzimas reguladas alostéricamente tienen un conjunto de propiedades únicas
que las distinguen. Estas enzimas, que incluyen algunos de nuestros reguladores metabólicos clave,
con frecuencia se conocen como enzimas alostéricas. Las enzimas alostéricas usualmente tienen
varios sitios activos localizados en diferentes subunidades proteicas. Cuando un inhibidor alostérico
se une a una enzima, cambian ligeramente todos los sitios activos en las subunidades proteicas, de
manera que funcionan menos eficientemente.

También hay activadores alostéricos. Algunos de ellos se unen a una enzima en lugares que no son el
sitio activo, y causan un aumento en la función de este. Además, en un proceso conocido
como cooperatividad, el sustrato mismo puede servir como un activador alostérico: al unirse a un
sitio activo, aumenta la actividad de otro sitio activo. Esto se considera regulación alostérica porque
el sustrato afecta los sitios activos que están lejos de su sitio de unión.
Cofactores y coenzimas

Muchas enzimas no funcionan de manera óptima, o incluso no funcionan en absoluto, a menos que
estén unidas a otras moléculas auxiliares no proteicas conocidas como cofactores. Estos pueden
unirse temporalmente a la enzima a través de enlaces iónicos o de hidrógeno, o permanentemente
mediante enlaces covalentes más fuertes. Entre los cofactores comunes están los iones inorgánicos
como el hierro (Fe 2+) y magnesio (Mg 2+).Por ejemplo, la enzima que hace las moléculas de ADN, la
ADN polimerasa, necesita iones magnesio para funcionar.

Las coenzimas son un subconjunto de cofactores que son moléculas orgánicas (basadas en el
carbono). La fuente más común de coenzimas son las vitaminas de la dieta. Algunas vitaminas son
precursores de coenzimas y otras actúan directamente como coenzimas. Por ejemplo, la vitamina C
es una coenzima de varias enzimas que participan en la construcción de la proteína llamada
colágena, una parte clave del tejido conectivo.

Estructura química de la vitamina C, la cual actúa como coenzima de varias enzimas.

Compartimentación de las enzimas

A menudo, las enzimas se encuentran en compartimentos (se guardan en una parte específica de la
célula donde ejercen su función), por ejemplo, en un organelo en particular. La compartimentación
significa que las enzimas que son necesarias para procesos específicos se pueden conservar en los
lugares donde actúan, lo que asegura que encuentran listos sus sustratos, no dañan la célula, y
tienen el microambiente necesario para funcionar bien.

Como ejemplo, las enzimas digestivas del lisosoma funcionan mejor a un pH alrededor de 5,0, que se
encuentra en el interior ácido del lisosoma, pero no en el citosol que tiene un pH de unos 7,2. Las
enzimas del lisosoma tienen baja actividad al pH del citosol, lo que podría servir de "garantía" para la
célula: incluso si el lisosoma se rompe y derrama sus enzimas, estas no comenzarán a digerir la célula
porque ya no tendrán el pH adecuado para funcionar.

Inhibición de vías metabólicas por retroalimentación

En el proceso de inhibición por retroalimentación, el producto final de una vía metabólica actúa
sobre la enzima clave que regula el ingreso a esa vía para evitar sobreproducción del producto final.
Esto puede parecer extraño, ¿por qué una molécula querría apagar su propia vía? En realidad, esta
es una forma astuta en que la célula hace la cantidad justa del producto. Cuando hay poca cantidad
del producto, la enzima no se inhibirá y la vía correrá a todo vapor para regenerar sus provisiones.
Cuando hay demasiado producto acumulado, la enzima se bloqueará para impedir la producción de
producto nuevo hasta que se haya utilizado el existente.

Diagrama que ilustra la inhibición por retroalimentación. El producto final de una ruta metabólica de
pasos múltiples se une al sitio alostérico de la enzima que cataliza el paso crucial de la ruta, y se
reduce la actividad de la enzima. Esta regulación ayuda a retrasar la ruta cuando los niveles del
producto final son altos (cuando no se necesita más).

Usualmente, la inhibición por retroalimentación funciona como el primer paso comprometido de la


vía, es decir, el primer paso que de hecho es irreversible. Sin embargo, la inhibición por
retroalimentación a veces también puede afectar varios puntos en una vía, sobre todo si la vía tiene
muchos puntos de ramificación. Frecuentemente, los pasos de la vía regulada por inhibición por
retroalimentación son catalizados por enzimas alostéricas.

Por ejemplo, la molécula portadora de energía, ATP, es un inhibidor alostérico de algunas de las
enzimas implicadas en la respiración celular, un proceso que fabrica ATP para impulsar las
reacciones celulares. Cuando hay mucho ATP, esta inhibición por retroalimentación evita la
formación de más ATP. Esto es útil porque el ATP es una molécula inestable. Si se fabricara
demasiado ATP, se podría desperdiciar mucho, al romperse espontáneamente en sus componentes
(ADP y Pi).

El ADP, por otro lado, sirve como un regulador alostérico positivo (un activador alostérico) para
algunas de las mismas enzimas que inhibe el ATP. Por ejemplo, el ADP puede actuar al unirse a una
enzima y cambiar su forma para que sea más activa.

Gracias a este patrón de regulación, cuando los niveles de ADP son altos en comparación con los de
ATP, las enzimas de la respiración celular son más activas y producirán más ATP mediante la
respiración celular.

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