I Guerra Mundial

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I Guerra Mundial: 1914

En 1914, las grandes potencias europeas, motivadas por los principios del
nacionalismo y por las ambiciones derivadas del imperialismo, estaban divididas en
dos bloques opuestos y fuertemente armados: los llamados Imperios Centrales (el II
Imperio Alemá n y el Imperio Austro-Hú ngaro, a los que má s tarde se unió el Imperio
otomano) y las ‘potencias asociadas’ o ‘aliadas’ (entre las que se encontraban Gran
Bretañ a, Francia y el Imperio Ruso). La declaració n de guerra a Serbia por parte del
Imperio Austro-Hú ngaro, efectuada el 28 de julio de 1914, desencadenó toda una serie
de acciones por parte de otros países que se veían obligados a ello en cumplimiento de
los tratados firmados durante añ os atrá s. Todo ello condujo a la I Guerra Mundial.

En agosto de 1914, Alemania invadió Francia a través de Bélgica; sin embargo, su


avance se vio frenado en septiembre tras la primera batalla del Marne, que impidió la
que parecía inminente toma de París. Tras atrincherarse los ejércitos, el objetivo pasó
a ser superar al enemigo hacia el norte, lo que dio lugar a la primera batalla de Ypres.
Mientras tanto, la tentativa rusa de invadir Alemania se vio frustrada tras las batallas
de Tannenberg y de los Lagos Masurianos. A su vez, los tres intentos austro-hú ngaros
de ocupar los Balcanes fueron rechazados por los serbios.

La guerra supuso la movilizació n de un enorme nú mero de ciudadanos. Los carteles


de reclutamiento (como el que se puede ver en la parte inferior, ideado por el ministro
de la Guerra britá nico, Horatio Herbert Kitchener) animaron a millones de hombres a
alistarse y sumarse al esfuerzo bélico de sus países.

La batalla del Marne (6-9 de septiembre de 1914)

A medida que las tensiones entre las principales potencias europeas se incrementaron
durante los primeros añ os del siglo XX, Alemania fue consciente de que la guerra le
obligaría a tener que luchar en un doble frente; contra Francia, en el occidental, y
contra Rusia, en el oriental. Por ello, su estrategia había girado en torno a la premisa
de lograr una fulminante derrota de Francia que le permitiera concentrar sus
esfuerzos en el este, donde tendría que enfrentarse a las tropas rusas. Estas líneas
maestras estaban ya contempladas en el llamado Plan Schlieffen (así llamado por su
autor, el conde Alfred von Schlieffen, jefe del Estado Mayor General alemá n desde
1891 hasta 1906), cuyas directrices tá cticas incidían en el objetivo de conquistar
Bélgica, derrotar rá pidamente al Ejército francés y rodear París. Sin embargo, cuando
el Plan Schlieffen fue aplicado por su sucesor al frente del Estado Mayor General,
Helmuth Johan von Moltke, a partir del 3 de agosto de 1914, una vez desatada la
contienda, los alemanes vieron retrasado su avance por los belgas en Lieja, entre el 5 y
el 16 de agosto (el primer gran combate terrestre de la guerra); por los franceses en
Charleroi, el 21 de agosto, y por las Fuerzas Expedicionarias britá nicas, en Mons, el 23
de agosto. A comienzos de septiembre, y pese a las dificultades encontradas en su
avance, las fuerzas alemanas veían pró ximo su objetivo de poner cerco a la capital
francesa. Un ú ltimo contraataque de Francia, apoyada por las Fuerzas Expedicionarias
britá nicas, condujo a la primera batalla del Marne, librada entre los días 6 y 9 de
septiembre. Aunque los franceses tuvieron incluso que recurrir al empleo de taxis
(fotografía inferior) para transportar combatientes al frente, la desesperada
contraofensiva aliada consiguió finalmente detener el avance alemá n.

Ofensiva en los Balcanes (12 de agosto - 15 de diciembre de 1914)

Los Balcanes habían sido una de las principales causas de las tensiones propiciadoras
de la guerra. A lo largo de 1914, los serbios rechazaron con éxito las ofensivas
realizadas por el mucho má s poderoso Ejército austro-hú ngaro. La primera invasió n,
efectuada el 12 de agosto de 1914, fracasó en la batalla de Cer, librada en las
montañ as fronterizas. El segundo ataque, que tuvo lugar el 7 de septiembre, tampoco
tuvo éxito, pero las fuerzas serbias vieron debilitadas sus posiciones defensivas y
tuvieron que retirarse. Tras la tercera ofensiva, iniciada el 5 de noviembre, los serbios
se vieron obligados a retroceder aú n má s e incluso, a finales de ese mes, tuvieron que
evacuar su capital, Belgrado. Sin embargo, fueron capaces de ejecutar un efectivo
contraataque el 3 de diciembre que, 12 días después, había repelido a las tropas de
Austria-Hungría fuera de su territorio. Aunque su resistencia había sido heroica, la
exhausta Serbia no estuvo en condiciones de asegurar y consolidar su victoria; las
referidas campañ as de 1914 le habían ocasionado aproximadamente 140.000 bajas
(por má s de 240.000 de sus enemigos), circunstancia a la que sumaron las igualmente
trá gicas consecuencias de la epidemia de tifus sufrida por el país durante el invierno.
En 1915, el Imperio Austro-Hú ngaro pudo trasladar fuerzas del frente italiano al
balcá nico y, en octubre de ese añ o, junto a tropas alemanas y bú lgaras, conquistar
Serbia.

Batalla de Tannenberg (26-30 de agosto de 1914)


Batalla de Los lagos Masurianos (07-14 de septiembre de 1914)
Batalla de Lódz´ (11 de noviembre- 06 de diciembre de 1914)

Si el Plan Schlieffen se basaba en una rá pida reducció n de Francia para que Alemania
pudiera girar su atenció n al frente oriental, donde la movilizació n del Ejército ruso se
suponía sería má s lenta, el plan de las potencias aliadas implicaba la invasió n rusa de
Alemania mientras franceses y britá nicos intentaban retrasar a las fuerzas alemanas
en el frente occidental. Dos ejércitos rusos atacaron Prusia Oriental (la regió n
nororiental de Alemania) con la intenció n de actuar como una pinza sobre las tropas
alemanas de la zona. Sin embargo, los mutuos recelos entre los dos generales rusos al
mando de aquellos y una efectiva acció n de la retaguardia alemana tuvieron como
consecuencia que los dos ejércitos rusos acabaran divididos y rodeados en
Tannenberg (fotografía) y en los lagos Masurianos, respectivamente. Entre ambas
batallas, Rusia sufrió 150.000 bajas y cerca de 100.000 prisioneros, mientras que los
alemanes tuvieron 60.000 bajas. El intento de repetir la maniobra envolvente sobre
los ejércitos rusos que atacaban a las fuerzas austro-hú ngaros en Silesia y tomar
Varsovia dio como resultado la batalla de Łó dź. En unas cada vez peores condiciones
de extremo invierno, los combates llegaron a una situació n de punto muerto y los
rusos se retiraron hasta una línea defensiva al este. Al igual que en el frente
occidental, la guerra quedaba en tablas.

La batalla de Ypres (15 de octubre- 22 de noviembre)

Tras la retirada alemana del Marne, comenzó una serie de maniobras en la que cada
ejército intentaba rebasar al enemigo hacia el norte; fue la má s tarde conocida como
‘carrera hacia el mar’. Uno de esos ataques fue el protagonizado por los alemanes
sobre la ciudad belga de Ypres, que se encontraba defendida por la Fuerza
Expedicionaria britá nica. Solo en ú ltima instancia, el 31 de octubre, en el momento de
mayor fragor del combate, la ofensiva fue rechazada. En conjunto, los aliados
sufrieron en torno a 75.000 bajas durante toda la batalla, en tanto que los alemanes
perdieron 135.000 hombres.

La llegada del invierno puso fin a una campañ a que no había permitido a ninguno de
los ejércitos abrir brechas en las líneas enemigas. Quedó así establecido un frente de
trincheras desde el norte hacia el este de Francia que permanecería prá cticamente
inalterado durante los siguientes tres añ os.

I Guerra Mundial: 1915

Desde los comienzos de la guerra, las líneas de trincheras podían verse como
cicatrices de los nuevos paisajes creados por la contienda (fotografía inferior). Las
líneas de trincheras (cada una de las cuales tenía a su vez toda una red de trincheras
que se extendía varios kiló metros tras ella) estaban protegidas por puestos de
ametralladoras y alambres de pú as enrollados. La tierra de nadie entre las líneas
enemigas tenía una distancia que podía oscilar entre 250 y 500 metros. Los á rboles y
las edificaciones que permanecían en pie servían para apostar francotiradores.
Frecuentemente, las trincheras estaban anegadas e infestadas por ratas y piojos.

En la guerra de trincheras del frente occidental tuvieron lugar batallas cuyo resultado
no sería definitivo, en tanto que no supusieron la apertura de brechas determinantes.
Italia, que entró en la guerra en mayo junto a los aliados, atacó al Imperio Austro-
Hú ngaro en el valle del Isonzo (primera de las nueve batallas que se librarían en esa
regió n). Serbia fue finalmente invadida. Estancado también el frente oriental, las
operaciones aliadas para obtener alguna ventaja estratégica se centraron en
Mesopotamia y la península de Gallípoli.

Segunda Batalla de Ypres (22 de abril- 25 de mayo de 1915)

La segunda batalla de Ypres estuvo marcada por ser la primera ocasió n en que se
utilizó en el frente occidental gas asfixiante producido por á cido clorhídrico. Aunque
los gases lacrimó genos y otros no letales ya habían sido empleados por ambos bandos,
esta fue la primera vez que se usó gas venenoso en la guerra. Sorprendidas y
desprevenidas, las unidades francesas escaparon al extenderse entre sus trincheras el
pesado gas que destruía los ó rganos respiratorios de aquellos desafortunados que lo
inhalaban. Esta circunstancia creó un gran vacío en las líneas aliadas. Dado que el
Ejército alemá n no estaba en disposició n de tomar ventaja del hecho, tropas
canadienses y britá nicas pudieron formar y recomponer una nueva línea. Los ataques
alemanes continuaron, obligando a los aliados a retroceder hasta la ciudad belga de
Ypres. Cuando la ofensiva llegó a su término, en las filas aliadas se contaban 70.000
bajas, por 35.000 en las alemanas. Pese a que las convenciones de la I Conferencia de
La Haya (1899) habían prohibido el empleo de armas químicas, ambos bandos
siguieron utilizando durante la contienda este tipo de gases, que, al finalizar el
conflicto armado, habían ocasionado en torno a un milló n de muertos.

I Guerra Mundial: 1916

Tres grandes ofensivas marcaron los intentos de los beligerantes por abrir una brecha
en las líneas enemigas. En el frente occidental, el ataque alemá n pretendió quebrantar
la moral francesa por medio de la conquista de Verdú n. En parte para que esta ciudad
francesa viera aliviada la presió n a que fue sometida, britá nicos y franceses
desencadenaron su propia ofensiva, en julio, en el Somme (donde los tanques, como el
que aparece en la fotografía inferior, fueron utilizados por primera vez a gran escala).
Ambas operaciones se caracterizaron por su elevadísimo coste en vidas humanas. En
el frente oriental, la Ofensiva Brusílov fue má s exitosa. En el frente italiano, la
situació n de punto muerto no se alteró tras las batallas de Asiago y del Isonzo. Este
añ o también estuvo marcado por la batalla de Jutlandia, el principal combate naval de
la guerra, que enfrentó a las respectivas flotas alemana y britá nica.

I Guerra Mundial: 1917

El mando aliado estaba convencido de que 1917 sería el añ o definitivo para sus
intereses. La Ofensiva Nivelle se tornó en un fiasco y provocó que los amotinamientos
se extendieran en las filas de las tropas francesas. Aunque los soldados canadienses
protagonizaron una destacada victoria en la batalla de la Cresta de Vimy, la ofensiva
britá nica en Ypres se atascó , literalmente, en el fango de Passendale. La primera
acció n en que se utilizaron carros de combate a gran escala, hito protagonizado por
los britá nicos en la batalla de Cambrai, no tuvo resultados determinantes. En el frente
oriental, la Revolució n Rusa tendría como consecuencia la retirada de este país de la
guerra. Estos acontecimientos se equilibraron con la entrada de Estados Unidos en la
contienda del lado de los aliados; pero esto sucedió a mediados de añ o, y su influjo
sobre el curso de la guerra como beligerante tardaría aú n meses en producirse. Por su
parte, las fuerzas italianas sufrieron un serio revés en Caporetto. Así las cosas, el
avance aliado solo se materializó realmente en Oriente Pró ximo, donde finalmente
fueron tomadas Bagdad y Jerusalén.

I Guerra Mundial: 1918

La situació n de punto muerto en que se encontraba el frente occidental se alteró


finalmente a lo largo de 1918. Los alemanes efectuaron una ofensiva que les llevó de
nuevo al Marne, donde una vez má s fueron rechazados por los franceses, en esta
ocasió n ayudados por fuerzas estadounidenses. Esto precipitó el contraataque aliado
(Meuse-Argonne-Sambre) que trajo el armisticio en noviembre. Por su parte, los
italianos también desarrollaron incursiones contra los austro-hú ngaros. En Oriente
Pró ximo, la batalla de Meguido puso fin a la resistencia otomana y el Ejército Á rabe
del Norte tomó Damasco.

I Guerra Mundial. Los acuerdos de paz

Los acuerdos que pusieron fin a la I Guerra Mundial incluyeron los tratados de paz de
Versalles (con Alemania), de Saint-Germain-en-Laye (con Austria) y de Sèvres (con el
Imperio otomano). Como consecuencia de los mismos, el mapa político de Europa
quedó notablemente modificado. Fundamentados ideoló gicamente en los
denominados Catorce puntos del presidente estadounidense Thomas Woodrow
Wilson, los tratados supusieron el nacimiento de diversos países en detrimento de los
imperios europeos previos a la contienda. Austria y Hungría se convirtieron en nuevos
estados independientes; tal fue igualmente el caso de Checoslovaquia, del Reino de los
Serbios, Croatas y Eslovenos (que en 1929 pasaría a llamarse Yugoslavia), así como de
Polonia, Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia. Turquía fue reconocida, pero las
antiguas posesiones en Oriente Pró ximo del abolido Imperio otomano quedaron
repartidas entre Francia y Gran Bretañ a, constituyendo los mandatos de
Transjordania, Irak, Palestina, Siria y Líbano.

1914
The Image Works/Mary Evans Picture Library

1915

Imperial War Museum

1916

Imperial War Museum

1917

THE BETTMANN ARCHIVE

1918

AFP

Marne

Culver Pictures

Tannenberg y Lagos Masurianos

Keystone Pressedienst GmbH

Ypres

Keystone Pressedienst GmbH

Gallípoli

THE BETTMANN ARCHIVE/UPI


Verdún

Getty Images/Roger-Viollet

Somme

Hulton Deutsch

Nivelle's offensive

Roger-Viollet/Collection Viollet

Passendale

Corbis/Hulton-Deutsch Collection

Caporetto

Fotocronache Olympia

Frente italiano (río Piave, Vittorio Veneto)

Farabolafoto

Meguido, Damasco

Hulton Deutsch

Meuse-Argonne-Sambre

Corbis

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