Guerra de Independencia de Grecia

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Guerra de independencia de Grecia

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Guerra de independencia de Grecia
Parte de historia del Imperio otomano e historia de Grecia

En el sentido de las agujas del reloj: el campamento de Georgios Karaiskakis en


Phaliro, la quema de una fragata otomana por un brulote griego, la Batalla de
Navarino e Ibrahim Pasha de Egipto en el Tercer Asedio de Missolonghi.
Fecha 21 de febrero de 1821 - 12 de septiembre de 1829
Lugar Grecia y Mar Mediterráneo
Resultado Decisiva victoria griega: Tratado de Adrianópolis.
Consecuencias
Los griegos consiguen su independencia;
Se establece la Primera República Helénica
Beligerantes
Independentistas griegos
Imperio Ruso
Reino Unido
Reino de Francia Imperio Otomano
• Eyalato de Egipto
Regencia de Argel
Beylicato de Túnez
Comandantes
T. Kolokotronis
Aléxandros Ipsilantis
Thomas Cochrane Omer Vryonis
Dramalis
Ibrahim bajá
Fuerzas en combate
100 000 efectivos 400 000 efectivos
Bajas
50 000 muertos 15 000 muertos
[editar datos en Wikidata]
La Guerra de Independencia de Grecia, o la Revolución griega (en griego: Ελληνική
Επανάσταση, Ellinikí Epanástasi; los griegos del siglo xix la denominaron
simplemente Αγώνας, Agonas, "Lucha"; en turco otomano: ‫ يونان عصياني‬Yunan İsyanı,
"Insurrección griega"), fue el conflicto armado librado por los revolucionarios
griegos entre 1821 y 1830 contra el dominio del Imperio otomano. Los griegos fueron
asistidos más tarde por varias potencias europeas como el Imperio Ruso, el Reino de
Francia y el Reino Unido, mientras que los otomanos recibieron la ayuda de sus
vasallos del norte de África, particularmente el eyalato de Egipto. La guerra
condujo a la formación de la Grecia moderna. Los griegos de todo el mundo celebran
la revolución como el día de la independencia el 25 de marzo.

Grecia había estado bajo el dominio otomano desde el siglo xv, en las décadas
anteriores y posteriores a la caída de Constantinopla.1 Durante los siglos
siguientes, ocurrieron insurrecciones griegas esporádicas pero infructuosas contra
el dominio otomano.2 En 1814, se fundó una organización secreta llamada Filikí
Etería (Sociedad de Amigos) con el objetivo de liberar Grecia, alentada por el
fervor revolucionario que se apoderaba de Europa en ese período. La Filikí Etería
planeaba lanzar revueltas en el Peloponeso, los principados del Danubio y la propia
Constantinopla. La insurrección fue planeada para el 25 de marzo de 1821 (en el
calendario juliano), el día de la Fiesta de la Anunciación para los cristianos
ortodoxos. Sin embargo, los planes de la Filikí Etería fueron descubiertos por las
autoridades otomanas, lo que obligó a que la revolución comenzara antes. La primera
revuelta comenzó el 6 de marzo/21 de febrero de 1821 en los principados del
Danubio, pero fue sofocada rápidamente por los otomanos. Los acontecimientos en el
norte instaron a los griegos del Peloponeso (Morea) a actuar y el 17 de marzo de
1821, los maniotas fueron los primeros en declarar la guerra. En septiembre de
1821, los griegos bajo el liderazgo de Theodoros Kolokotronis capturaron
Tripolitsa. Estallaron revueltas en Creta, Macedonia y Grecia central, pero
finalmente fueron reprimidas. Mientras tanto, flotas griegas improvisadas lograron
éxitos contra la armada otomana en el mar Egeo e impidieron que llegaran refuerzos
otomanos por mar.

Pronto se desarrollaron tensiones entre las diferentes facciones griegas, lo que


llevó a dos guerras civiles consecutivas. El sultán otomano llamó a su vasallo
Mehmet Alí de Egipto, quien acordó enviar a su hijo Ibrahim bajá a Grecia con un
ejército para reprimir las revueltas a cambio de ganancias territoriales. Ibrahim
desembarcó en el Peloponeso en febrero de 1825 y puso la mayor parte de la
península bajo control egipcio a finales de ese año. La ciudad de Mesolongi cayó en
abril de 1826 después de un año de asedio por parte de los turcos. A pesar de la
fallida invasión a la región de Mani, Atenas también cayó y la revolución parecía
casi perdida.

En ese momento, las tres grandes potencias, Rusia, Gran Bretaña y Francia,
decidieron intervenir, enviando sus escuadrones navales a Grecia en 1827. Tras la
noticia de que la flota combinada otomana-egipcia iba a atacar la isla de Hidra,
las flotas europeas aliadas interceptaron a la armada otomana en Navarino. Después
de un tenso enfrentamiento de una semana, la Batalla de Navarino llevó a la
destrucción de la flota otomana-egipcia y cambió el rumbo a favor de los
revolucionarios. En 1828, el ejército egipcio se retiró bajo la presión de una
fuerza expedicionaria francesa. Las guarniciones otomanas en el Peloponeso se
rindieron y los revolucionarios griegos procedieron a retomar el centro de Grecia.
Rusia invadió al Imperio Otomano y lo obligó a aceptar la autonomía griega en el
Tratado de Adrianópolis (1829). Después de nueve años de guerra, Grecia fue
finalmente reconocida como un estado independiente bajo el Protocolo de Londres de
febrero de 1830. Nuevas negociaciones en 1832 llevaron a la Conferencia de Londres
y el Tratado de Constantinopla; estos definieron las fronteras finales del nuevo
estado y establecieron al príncipe Otón de Baviera como el primer rey de Grecia.

Antecedentes
Durante el siglo v a. C., las guerras entre coaliciones de distintas polis
debilitaban a la Nación Helénica y llevaron a la derrota definitiva de la ciudad de
Esparta en el 362 a. C.. En este clima de debilidad y desunión surge la oportunidad
para un reino del norte de la península que había recibido durante siglos la
influencia helénica. Así Macedonia, liderada por su rey Filipo II, derrota y somete
a los griegos en el año 338 a. C. en la batalla de Queronea. El hijo de Filipo,
Alejandro Magno, se enfrentó a una rebelión en Tebas y Atenas. Sus sucesores
lograron mantener el yugo sobre la mayoría de las ciudades griegas, pero la Liga
Aquea y la Liga Etolia lograron liberar algunas, como Atenas.

El rey de Macedonia, Filipo V, estaba en guerra contra la emergente potencia


itálica de Roma y además con las Ligas Helénicas. La derrota de la Liga Etolia
llevó a esta a unirse a los romanos con la esperanza de la independencia. Juntos
vencieron a Filipo (197 a. C.). El mismo año la Liga Aquea se aliaba con Roma y
lograba el triunfo, pero sus victoriosos aliados se volvieron contra ellos y
dominaron toda Grecia, creando la provincia romana de Acaya.

Ya en el siglo v d. C. Roma no era una ciudad emergente, sino un imperio que


dominaba desde Portugal al oeste hasta Irak al este y desde Inglaterra al nort

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