Prologo Pedagogia
Prologo Pedagogia
Prologo Pedagogia
Silvia Grinberg
Victoria Abregú
El ABC de la Pedagogía
Prólogo
¿Por qué escribir hoy un libro sobre pedagogía? Porque es
probable que, como afirma Brunner (2000), estemos frente a una
nueva revolución educacional: las transformaciones del entorno son
de tal magnitud que hacen prever una revolución de alcance similar
a las que originaron la escolarización de la función educativa, la
organización estatal de la educación y la masificación de la
enseñanza.
El rol de la escuela en las sociedades contemporáneas ha
variado radicalmente.
La multiplicación de los saberes y de las fuentes de información
no deja de crecer, y los nuevos alumnos traen estos nuevos
saberes a la escuela. Ya no es posible, como antaño, aislar a los
niños y jóvenes de la información inconveniente. Ya no es posible
ocultarles la información. La obtienen a pesar de. Ellos traen
saberes y culturas diferentes de las que distribuye la institución
escolar; y hay que aprender a trabajar con ellas, a partir de ellas. No
es posible ni deseable negarlas. "Las nuevas generaciones son
portadoras de culturas diversas, fragmentadas, abiertas, flexibles,
móviles, inestables" (Tenti Fanfani, 2000).
En este escenario, la escuela deja de poseer el monopolio de la
educación. Hoy la escuela es una de entre muchas instituciones
educativas, que forman identidad y valores entre las jóvenes
generaciones. Pueden no gustamos las identidades que crean esas
otras instituciones educativas, o los valores que forman, pero no
podemos negar que lo hacen y, en algunos casos, de un modo más
eficiente que la escuela.
Nuevos agentes educativos, nuevos alumnos, nuevas
tecnologías. ¿Qué hacemos entonces, nosotros, los profesores y
los maestros? ¿Nos resignamos? No. ¿Damos por perdida la
batalla? No.
Entendemos que es necesaria una escuela diferente: igual en su
función genuina, diferente en su forma de llevarla adelante. Para
ello, es preciso que la escuela pueda repensarse, revisar su
sentido, su razón de ser, su rol dentro de la sociedad, sus orígenes
y su presente.
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En este nuevo escenario, la incertidumbre del futuro y cierta nostalgia frente
a los logros del pasado (cuando la escuela lograba responder a las demandas
sociales) pueden conducirnos a creer que todo tiempo pasado fue mejor y
aferrarnos a ello, o bien, llevarnos a derrumbar todo lo que existe.
Muy por el contrario, nos posicionamos en un lugar que apunta al cambio, a
la innovación y a la mejora, pero manteniendo aquello que sigue ubicando a la
escuela en un ámbito indispensable, aunque ya no único, para que las nuevas
generaciones accedan a ciertos saberes que no se distribuyen en ningún otro
ámbito. Enseñar a pensar, a comprender, enseñar la autonomía intelectual, el
pensamiento crítico, la capacidad para distinguir información verdadera de la
falsa, para utilizar la información en la resolución de problemas, enseñar la
comprensión y la sensibilidad frente a los lenguajes artísticos son algunos de
los aprendizajes de los que sólo se ocupa la escuela.
Como educadores, necesitamos descubrir los nuevos sentidos de la
escuela. Pero, a su vez, debemos entender que la educación no se agota en la
institución escolar y que nosotros somos educadores en el más amplio sentido
de la palabra. Desde esta perspectiva, les proponemos pensar juntos:
educación no es sinónimo de escolarización ni de escuela. No estaría mal que
pensásemos no sólo en la escuela, sino en otros ámbitos caros a la formación
de nuestra sociedad.
Este libro repiensa los conceptos básicos de la educación y considera la
escuela una forma posible dentro del proceso educativo, analizando su carácter
histórico, no natural. Desnaturalizar prácticas y conceptos, y descubrir que
constituyen construcciones históricas es uno de los objetivos de este libro.
Creemos que reflexionar sobre lo que, hasta ahora, considerábamos algo dado,
algo que siempre fue así es un paso necesario para pensar el futuro y para
construirlo.
En el primer capítulo, "¿De qué hablamos cuando hablamos de
educación?", nos preguntamos qué es educar, por qué y para qué hacerlo, y
analizamos la educación como un fenómeno muy amplio, que ha tomado
diversas formas a lo largo de la historia y en diferentes sociedades y, por lo
tanto, involucra la transmisión de muy diversos saberes. Este capítulo
desenmascara algo que creíamos natural y demuestra que la escuela, tal y
como la conocemos hoy en día, es un fenómeno muy reciente.
En el segundo capítulo, "¿Cuándo se inventó la escuela?", recorremos una
perspectiva histórica y demostramos que las prácticas actuales y el tipo de
escuela que hoy conocemos son sólo una de entre muchas otras formas
posibles. El análisis histórico nos señala que existieron diversos modelos hasta
llegar al que hoy conocemos y aceptamos como el único posible.
En el tercer capítulo, "¿Para qué sirve la escuela?", proponemos abrir el
debate sobre su función social. Esta pregunta ha generado la coexistencia de
distintas
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Las autoras