España en Democracia.: 1. La Transición Política, 1975-1978
España en Democracia.: 1. La Transición Política, 1975-1978
España en Democracia.: 1. La Transición Política, 1975-1978
El rey tras la muerte de Franco confirmó a Arias como jefe del gobierno que introdujo en su
gobierno a aperturistas como Fraga, Areilza o Garrigues. El gobierno Arias intentó maquillar el
régimen a través de
Pese a esto la situación del país era preocupante debido al gran número de huelgas y de
desórdenes, el aumento del terrorismo, la oposición del búnker y a la grave crisis económica
que padecía. Arias dimitirá el 1 de julio de 1976 ante las discrepancias con el rey que había
forzado su dimisión tras unas declaraciones a un medio estadounidense.
1.4.. Actuaciones impulsadas por los gobiernos de Adolfo Suárez (1976- 1981) (1ªparte). (Para la EBAU
debéis incluir un breve resumen del apartado 2, ya que forma parte de la actuación de Suárez).
A través de Torcuato Fernández Miranda el rey consiguió que en la terna de tres candidatos
presentada por el consejo del reino apareciera el nombre de Adolfo Suárez, un joven de origen
falangista desconocido para la gran mayoría y a la sazón había sido gobernador civil de
Segovia, director general de RTVE y ministro del Movimiento en el último gobierno Arias.
Este gobierno denominado de penenes no contará con el apoyo de los aperturistas por ver en
Suárez un falangista, ni del bunker que ve un aperturista ni mucho menos de la
oposición democrática. Torcuato Fernández Miranda desde el Consejo del Reino, Gutiérrez
Mellado al frente del ejército y Suárez desde el gobierno serán los grandes artífices de las
reformas hacia la democracia trabajando desde dos líneas:
Pero sin duda la gran medida de este gobierno será la Ley para la Reforma Política. En virtud
de esta ley se constituirían las futuras Cortes bicamerales (Congreso y Senado), ambas cámaras
elegidas por el voto de los ciudadanos.
Aunque dicha ley suponía la liquidación de las estructuras franquistas y de las mismas Cortes,
éstas la aprobaron por amplísima mayoría (429 votos a favor, frente a 59 en contra y 13
abstenciones). Era la liquidación política del franquismo. Esta ley marcaba el punto de llegada:
un sistema parlamentario similar al de los países europeos de nuestro entorno era, en
definitiva, la pieza clave para la transición legal hacia la democracia. Tras una tensa campaña
electoral cuajada de atentados del GRAPO y de ETA, el 15 de diciembre de 1976 el pueblo
español la aprobó en referéndum por abrumadora mayoría (94% se pronunciaron por el Sí y un
2,5% por el no).
El gobierno aprobará otras medidas que impulsen y apuntalen el nuevo sistema democrático
como serán:
Amnistía política.
Eliminación del TOP.
Legalización de los símbolos nacionalistas: ikurriña, senyera catalana…
Por decreto ley se aprobará el funcionamiento de las elecciones convocadas para junio
del 77.
Se restablece de manera provisional la Generalitat de Cataluña, la vuelta de su
presidente, Tarradellas desde el exilio y el régimen preautonómico del País Vasco.
El proceso culminó con la legalización de los partidos políticos. Entre enero y junio de 1977
Suárez usó el decreto-ley (leyes aprobadas por el Gobierno sin pasar por las Cortes) para
agilizar la reforma. Entre estos decretos se incluía la legalización de los partidos políticos que
aún no lo habían sido. La legalización del PCE era la verdadera prueba de fuego para el
Gobierno, en ella se vería hasta donde quería llegar, además, su credibilidad internacional
estaba en juego. Si se querían convocar elecciones verdaderamente democráticas era
imprescindible que el PCE pudiera presentarse. El día 1 de abril se disolvió el Movimiento
Nacional. El 8 de abril, sábado santo, era legalizado el Partido Comunista lo que originó una
gran tormenta política (dimisión del ministro de marina Pita da Veiga y oposición frontal de
gran parte del ejército) e intentos involucionistas por parte de los franquistas puros, ruido
de sables. Estaba claro que el camino iniciado era irreversible.
Partidos:
Abiertas las Cortes, éstas iniciaron la tarea de elaborar una constitución que sirviera de
base para iniciar la normalidad democrática, de ahí el carácter constituyente de la
legislatura. Mientras en lo político el objetivo fundamental era la redacción de la
constitución, en lo económico el fin primordial era combatir la grave crisis económica.
Desde hacía varios años los sucesivos gobierno habían aparcado la toma de decisiones
en este sentido y ahora la situación era insostenible: inflación próxima al 40%,
aumento del paro, déficit exterior galopante… El Gobierno propuso un pacto a todas
las fuerzas políticas y sindicales para combatir la crisis. Estos acuerdos se conocieron
como pactos de la Moncloa y fueron aprobados por todas las formaciones el día 15
de octubre de 1977. El consenso fue la tónica dominante, todas las formaciones se
comprometieron a luchar contra la crisis, incluyendo a la patronal y a los sindicatos.
Este apoyo al Gobierno fue imprescindible para poder avanzar en el camino hacia la
democracia. Esta política de consenso culminaría en la elaboración de la Constitución.
La vía más lenta es la del artículo 143 que se aplicó al resto de comunidades y,
aunque preveía un techo competencial más bajo, todas las comunidades
alcanzaron más tarde el mismo nivel que las históricas. En cuanto a la división
territorial, España quedó dividida en 17 comunidades y dos ciudades
autónomas (Ceuta y Melilla). En lo temporal los estatutos se aprueba entre
1979 (Cataluña y País Vasco) y 1983 (Extremadura y Castilla y León).
Por este proceso se constituyen las 17 CCAA y las dos ciudades autónomas actuales.
3. Los gobiernos de la democracia.
Actuaciones impulsadas por los gobiernos de Adolfo Suárez (1979- 1981)
(2ªparte). (Para la EBAU: el referente termina con Calvo Sotelo: “ elecciones legislativas
para el 28 de octubre de 1982”).
Los resultados desfavorables obtenidos por la UCD en las elecciones catalanas, vascas y gallegas y
el revés sufrido en el referendum andaluz aumentaron los problemas internos de UCD. El PSOE
aprovechó esta situación para presentar una moción de censura en mayo de 1980. No prosperó,
pero Suárez salió debilitado frente al líder socialista, Felipe González.
La división interna de la UCD, la actitud crítica de algunos sectores, el miedo a la reacción de la
ultraderecha, paralizaron la acción de gobierno. Suárez, sin margen de actuación, con una
autoridad mermada y sin el apoyo del rey, presentó su dimisión a fines de enero de 1981. UCD
designó a Leopoldo Calvo Sotelo como sucesor de Adolfo Suárez.
Con la victoria del PSOE en las elecciones de 1982 el sistema político se estructuraría en torno a dos grandes
partidos, el socialista y el popular. El PSOE gobernará desde 1982 a 1996, siendo sustituido por el PP de Aznar.
En el plano internacional, España logra homologarse con los países democráticos de su entorno: ingresa en la
Comunidad Económica Europa (CEE) en 1986 y organiza eventos que la sitúan en el "mapa del mundo": las
Olimpiadas de Barcelona de 1992 y la Expo de Sevilla del mismo año.
Las elecciones del 28 de octubre de 1982 dan una aplastante mayoría al PSOE (202 diputados). UCD, casi
desintegrada, obtuvo unos resultados muy pobres, ocupando su lugar de centro derecha Alianza Popular,
liderada por Manuel Fraga, que quedó como el segundo partido más votado. Felipe González y el PSOE
revalidarían las mayorías absolutas en 1986 y en 1989, obteniendo mayoría simple en la última legislatura
(1993 - 1996). Esto otorgó una gran estabilidad a sus gobiernos.
La primera victoria electoral socialista se interpretó como el fin de la transición y la consolidación del sistema
democrático. Sin embargo, el nuevo gobierno se enfrentaba a una grave crisis económica, un alto desempleo,
un golpismo latente entre parte del ejército y de la ultraderecha, y una constante actividad terrorista de ETA.
Las políticas de González fueron moderadas, y al principio se dirigieron a consolidar la democracia y a luchar
contra la crisis económica. El gobierno abordó una serie de reformas encaminadas a modernizar las
instituciones y asentar las bases del Estado de bienestar.
Las primeras medidas económicas del gobierno se dirigieron a devaluar la peseta para equilibrar la balanza
comercial, controlar la inflación y reordenar el sistema financiero para dotarlo de mayor estabilidad.
Las reformas económicas giraron en torno a dos aspectos imprescindibles, pero muy polémicos, para la
modernización de la economía española: la reconversión industrial y la reforma fiscal.
La reconversión industrial afectó a todos los sectores tradicionales en crisis. Como consecuencia, unas
empresas cerraron y otras redujeron su tamaño con el consiguiente recorte de plantillas y aumento del paro
(22% en 1985) y de la conflictividad laboral. Este aspecto despertó un gran rechazo social y una fuerte
oposición de los sindicatos hacia el gobierno socialista.
La reforma fiscal tuvo un carácter progresivo, es decir, el objetivo era que pagasen más quienes ganaban más
(IRPF y Patrimonio). Al aumentar los ingresos y mejorar la redistribución de la riqueza, se dispuso de más dinero
para caminar hacia el Estado de Bienestar. En 1986, al entrar en la CEE, entraba en vigor el impuesto sobre el
consumo (IVA Impuesto sobre el Valor Añadido), que equiparaba la tributación española a la de la CEE.
Los ajustes internos y la reactivación económica mundial facilitaron el crecimiento económico entre 1985 y
1992. Al mismo tiempo la drástica reducción de la inflación, el aumento de las exportaciones y de la inversión
extranjera, y el equilibrio en la balanza de pagos, hicieron posible altas tasas de crecimieno (4% PIB anual), con
medidas sociales que avanzaban hacia el Estado de Bienestar.
El punto culminante de esta etapa de crecimiento, y a la vez su epílogo, fueron las celebraciones en 1992 de la
Exposición Universal de Sevilla y los JJOO de Barcelona. Sin embargo, ese mismo año se desató una grave crisis
económica, de carácter mundial, que elevó el paro a cerca de tres millones, el 24% de la población activa en
1994, aumentó la morosidad y el cierre de empresas.
Los desencuentros del gobierno socialista con los sindicatos UGT y CCOO se manifestaron en la huelga general
del 14 de diciembre de 1988. El éxito de la protesta fue un duro golpe para el prestigio del gobierno, y las
relaciones entre la UGT (sindicato hermano del PSOE) y el gobierno socialista, se deterioraron.
3.2.2. La política exterior: la CEE y la OTAN.
La política exterior se volcó especialmente en tres escenarios: Europa, Latinoamérica y el Mediterráneo. Sin
embargo, el primer asunto exterior con el que debió enfrentarse el gobierno socialista fue el referendum de la
OTAN. El PSOE había prometido en las elecciones de 1982 un referendum para decidir la permanencia o no en
este organismo militar. El gobierno socialista fue cambiando de actitud y finalmente, convocó el referendum
para el 12 de marzo de 1986, pero apoyando el "si" a la permanencia. Aunque el gobierno ganó la consulta, se
evidenció una fuerte oposición a su cambio de postura.
De la CEE a la UE. (Para la EBAU, se corresponde con el referente “ El proceso de integración de España en la
UE y sus consecuencias económicas sociales y políticas”)
El principal objetivo de los gobiernos socialistas fue el ingreso y la completa integración en el entorno de las
democracias europeas. Para ello se centraron en ingresar en la CEE (Comunidad Económica Europea). Las
negociaciones desde la solicitud de Suárez en 1977 fueron complicadas. Francia puso en marcha todo tipo de
trabas para salvaguardar su agricultura de la competencia española y mantener su posición predominante en
la Política Agraria Comunitaria (PAC).
La victoria de los partidos socialistas tanto en Francia como en España, y la actitud favorable de Alemania
allanaron el camino. El 12 de junio de 1985 España y Portugal firmaban la adhesión a la CEE, que entraba en
vigor el 1 de enero de 1986 con un periodo de adaptación hasta 1993. Desde entonces, España participó en
todos los proyectos de la CEE y se implicó en el Tratado de la Unión Europea, firmado en Maastricht (Holanda)
en 1992. España apoyó una moneda única (euro) y participó en la creación de Banco Central Europeo (BCE). El
compromiso del Tratado de Maastricht exigía controlar la tasa de inflación, la deuda pública, los tipos de
cambio y el déficit.
Años más tarde el gobierno de Aznar logró cumplir los criterios económicos pactados en Maastricht para
formar parte de los países que adoptaban el euro como moneda única en 2002.
Desde la efectiva integración de España en la Unión el 1 de enero de 1986 se han sucedido otras ampliaciones y
nuevos proyectos que se ha ido marcando las líneas generales de la Unión Europea, los objetivos comunes a
cumplir, los instrumentos para llevarlos a cabo, así como las políticas comunes que todos deben cumplir.
Destacan los siguientes:
• Acta Única en 1986.
• Maastricht y el nacimiento de la Unión Europea en 1992, los criterios de convergencia de ese mismo año.
• El tratado de Amsterdam en 1997 (revisión de Maastricht).
• La agenda 2000 (se fijaron los objetivos de la Unión para el siglo XXI y su ampliación hacia el Este).
• El proyecto de Constitución europea en 2003 (integración política tras la integración económica)
• El Tratado de Lisboa de 2007 (versión reducida de la constitución tras el fracaso obtenido en varios países de
la Unión).
Las negociaciones de entrada coincidieron con la crisis de 1979, provocada por la segunda crisis del petróleo, lo
que endureció las condiciones de ingreso de España:
• En agricultura, los países miembros se mostraron temerosos del impacto que supondría la integración de
España para el sector agrícola y para la Política Agraria Común; como consecuencia se impusieron importantes
medidas cautelares, sobre todo referidas a sectores competitivos como la producción de frutas y verduras.
• El sector industrial quedó condicionado por el desarme arancelario que debía quedar completado en 1992
(con ello, la Comunidad Europea pretendía desterrar las tradicionales prácticas proteccionistas del capitalismo
español).
• Todos los sectores de la economía española tuvieron que adecuarse a un modelo económico abierto, cuyos
límites legislativos vendrían marcados por la propia Comunidad Europea. En junio de 1985 se aprobó el
Mercado Único (que establecía la libre circulación de mercancías, servicios, trabajadores y capitales en los
países miembros), que supuso la internacionalización de la economía española.
La integración de España en Europa tuvo consecuencias en todos los ámbitos:
Consecuencias políticas. En el terreno político la integración en Europa consolidó el recientemente estrenado
sistema democrático y reforzó el Estado de derecho español. Al ponerse fin a décadas de aislamiento se
reforzaron las relaciones diplomáticas no solo con los países europeos si no también con los de otros
continentes al proyectarse una imagen más moderna de España. La incorporación supuso también ventajas en
cuanto a la política antiterrorista (colaboración policial europea para detenciones y facilidades de extradición),
a través de la creación de un espacio europeo de seguridad y justicia. Asimismo, España suscribió el Acuerdo
Schengen en 1991 lo que supuso la eliminación progresiva de los controles en las fronteras entre los Estados
miembros.
Consecuencias económicas. Los efectos de la incorporación fueron muy notables y se tradujeron en una época
de crecimiento económico sin precedentes. En esta dinamización económica tuvo un papel destacado el flujo
de capitales invertidos en España, atraídos por la mayor confianza política y económica. Entre 1986 y 1994
entraron en España 4 billones de pesetas en capitales exteriores, hecho que comportó la instalación en el país
de numerosas empresas multinacionales. Los efectos beneficiosos fueron casi inmediatos: España tuvo, entre
1986 y 1992, un crecimiento del PIB superior a los países de la Comunidad Económica Europea (4,8 frente a los
2,9% de la UE), y el índice de renta per cápita español, respecto a la media comunitaria, pasó en esos cinco
años del 69% al 78%. Para la expansión económica española fue decisiva la aportación de los recursos
comunitarios llegados por la vía de los Fondos Estructurales (ayudas regionales, agrícolas y sociales destinados
a fomentar el empleo y la movilidad geográfica y profesional de los trabajadores) y de los Fondos de Cohesión
(subvenciones y ayudas para reducir los desequilibrios económicos y sociales de la UE). España obtuvo, entre
1988 y 1999, el 58% de los fondos europeos de inversión con los que se financiaron las infraestructuras que
permitieron la modernización del país (carreteras, autopistas y red de ferrocarriles). Hasta 2006 fue el país más
favorecido por los fondos europeos. Sin embargo, ha habido otros sectores que no han salido tan beneficiados
como el sector lácteo, limitado por la cuota lechera; o el sector pesquero obligado a una reconversión de la
flota y a las limitaciones que imponen los acuerdos con Marruecos. Además, la incorporación a Europa ha
forzado a nuestra economía a adaptarse a un mercado más competitivo que el español.
Consecuencias sociales. Gracias a este crecimiento económico se ha favorecido la consolidación en España del
Estado de bienestar, que garantiza a los ciudadanos unos niveles mínimos de protección social (seguro de
desempleo, cobro de pensiones) además de la universalización de los servicios básicos como la sanidad y la
educación (atención sanitaria universal y derecho a la enseñanza hasta los 16 años).
Los medios de comunicación jugaron un papel fundamental en la denuncia de la corrupción. Tanto estos
hechos como la crisis económica restaron votos al PSOE en las elecciones. De forma paralela, el Partido Popular
utilizó estos escándalos para acusar al gobierno de corrupción y de abuso de poder. Ganó votantes el PP y logró
los gobiernos de la mayoría de las comunidades autónomas y de las alcaldías de las ciudades más importantes.
Ante la pérdida de apoyos y la inestabilidad parlamentaria, Felipe González adelantó las elecciones legislativas
a marzo de 1996.
3.3. El gobierno popular de José María Aznar (1996 - 2000).
La derecha liderada por Aznar ganó las elecciones legislativas de 1996 por mayoría simple. Ante ese resultado
no le quedó más remedio que pactar con los partidos nacionalistas (CIU y PNV). Negoció su investidura a
cambio de nuevas cesiones económicas a las comunidades autónomas, sobre todo a gusto de Cataluña y País
Vasco. Durante esta legislatura en minoría, el gobierno se mostró moderado y dialogante y se centró
fundamentalmente en consolidar la recuperación económica iniciada en 1994, cuando aún gobernaba
González.
El gobierno de Aznar logró cumplir los criterios económicos pactados en Maastricht para formar parte de los
países que adoptaban el euro como moneda única en 2002. Entre 1996 y 1999 el paro se redujo del 22% al
15%.La política privatizadora de empresas públicas muy rentables (Telefónica, Repsol, Endesa, Tabacalera, etc)
fue criticada por la izquierda, pero no sirvió de nada.
El 12 de marzo de 2000 se celebraron nuevas elecciones generales, que dieron la mayoría absoluta al PP. El
nuevo gobierno Aznar aprobó, con un amplio apoyo, la nueva financiación autonómica. Sin embargo, fueron
muy discutidos la Ley de Extranjería, el Plan Hidrológico Nacional, la Ley de Universidades, la Ley de Calidad de
la Enseñanza y el apoyo a EE.UU. en la guerra de Irak, apoyo este último contestado en la calle por masivas
manifestaciones.
Por su parte, el PSOE inició un proceso de reestructuración. José Luis Rodríguez Zapatero fue elegido nuevo
líder del partido.
El día 1 de enero de 2002 se puso en circulación la nueva moneda común a casi todos los países comunitarios:
el euro.
Las elecciones del día 14 de marzo de 2004, y tras un brutal atentado terrorista islamista en Madrid el día 11,
dieron la mayoría a José Luis Rodríguez Zapatero con 164 diputados frente a los 148 del PP. El día 17 de abril
fue proclamado como presidente del gobierno, el quinto de la democracia.
Las primeras medidas del nuevo gobierno marcaban distancias con la etapa anterior: retirada de las tropas
españolas de Irak, derogación del trasvase del Ebro…
Desde el punto de vista económico es una etapa de crecimiento espectacular, un modelo económico basado en
la construcción y en el turismo, España crece a un ritmo más rápido que los países de nuestro entorno. En lo
social se ponen en marcha algunas medidas: la aprobación del matrimonio homosexual, la aprobación de la Ley
antitabaco y la Ley de dependencia.
Las elecciones de 2008 revalidan el triunfo de Zapatero. Si la legislatura anterior había sido de crecimiento y un
deterioro de la economía al final, en esta, la crisis –negada por el Gobierno al principio de su andadura- estará
omnipresente. El ejecutivo de Zapatero pone en marcha un amplio abanico de medidas para enderezar la
economía que genera un profundo malestar: reforma laboral, recortes sociales de todo tipo (12 de mayo de
2010)… nada puede evitar el colapso económico del sector financiero y el de la construcción, pilares en los que
se asentaba el crecimiento de la etapa anterior. El paro alcanza la cifra récord de casi 5 millones de personas.
En este clima el PP gana las elecciones autonómicas, de manera aplastante, en gran parte de las comunidades
en mayo de 2011, es sólo un anticipo de lo que pasará el día 20 de noviembre, en esa fecha se desarrollan
elecciones generales anticipadas que dan la mayoría absoluta al Partido Popular liderado por Mariano Rajoy.
En esta legislatura la crisis cobra un protagonismo especial. Los datos son alarmantes: 6,2 millones de parados,
es decir, el 27% de la población activa, retroceso de la renta per cápita a los niveles de 2002; aumento de las
desigualdades sociales… Las medidas del Gobierno,siguiendo directrices europeas, no hacen sino profundizar el
mal. Entre estas destacan la reforma laboral, aumento del IVA y otros impuestos, austeridad en las cuentas
públicas y recortes en los servicios sociales (educación, sanidad…).
Paralelamente aparecen sonoros casos de corrupción en varios partidos políticos: caso Bárcenas, Gürtel,
Púnica, los ERE en Andalucía, inicio del caso Pujol en Cataluña… El malestar se refleja en la calle con el aumento
de protestas y manifestaciones multitudinarias contra la política gubernamental. A partir de 2014 aparecen
tímidamente datos positivos: mejora del PIB, menor salida de capitales, aumento del consumo eléctrico,
reducción del déficit público, lento descenso del número de desempleados (20%)… En lo político el partido en
el Gobierno, haciendo uso de su mayoría absoluta, aprueba una serie de leyes en algunos casos sin apenas
apoyos de otras fuerzas políticas, el ejemplo paradigmático es la nueva ley de Educación (LOMCE). En Cataluña
se produce, una radicalización de la vida política y un aumento importante de los partidarios de la
independencia, opción elegida ahora por Convergencia i Unió, el partido en el poder.
A nivel institucional se produce por sorpresa la abdicación de Juan Carlos I el día 2 de junio de 2014, y la
coronación de Felipe VI.
El hartazgo ante la crisis, la desconfianza en la clase política por los casos de corrupción, y la falta de
expectativas laborales genera el cuestionamiento del bipartidismo y el ascenso de otros partidos (Ciudadanos,
que ya existía en Cataluña, y Podemos) que hacen técnicamente imposible que se repitan las mayorías
absolutas.
El 20 de diciembre de 2015 se desarrollan unas elecciones generales ganadas por el Partido Popular pero sin
mayoría suficiente para gobernar. Las negociaciones con otras fuerzas durarán meses, y al final acabará en
fracaso y serán necesarias nuevas elecciones para el 26 de junio de 2016, los resultados de estas confirman los
anteriores datos; el entendimiento sigue siendo difícil. Por fin el 31 de octubre de 2016, con el apoyo de varios
grupos, Mariano Rajoy juró su cargo como presidente del Gobierno.
Junto a la corrupción aparece el problema más fuerte al que se tuvo que enfrentar el ejecutivo. Fue la deriva
independentista en Cataluña. Con la mayoría del Parlament se aprobó una Ley de Referéndum que fue
declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional y basándose en esa ley se convocó un plebiscito ilegal
el día 1 de octubre de 2017 a pesar de las advertencias del gobierno central. La jornada transcurrió llena de
incidentes y con la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado. Para los organizadores votó el 43% del
censo y el 90 % de los votos apoyaba la independencia. La reiteración en su actitud del president Carles
Puigdemont motivó la suspensión provisional de la autonomía de Cataluña mediante el artículo 155 de la
Constitución. Al día siguiente se producen los primeros casos de detención de políticos catalanes responsables
y la huida de Puigdemont a Bruselas. Convocadas elecciones a la Generalitat el 21 de diciembre de 2017, fueron
vencidas por Ciudadanos, pero las fuerzas proindependentistas unidas tendrían la mayoría. Entraba así el
problema en una situación de difícil salida: políticos presos, reiteración en la inconstitucionalidad de algunas
leyes anteriores… En este contexto el 14 de mayo de 2018 fue nombrado president el soberanista Quim Torra.
3.6.El retorno del PSOE y el primer gobierno de coalición: PSOE y Unidas Podemos (2018-…).
El gobierno del PP y de Mariano Rajoy acabó de manera abrupta cuando Pedro Sánchez, líder del PSOE, ganó
una moción de censura el 1 de junio de 2018. Rajoy fue sustituido como líder del PP por Pablo Casado. El día 2
de junio Pedro Sánchez era nombrado presidente, pero con insuficientes apoyos parlamentarios. Al no ver
aprobados los presupuestos generales del Estado, el día 15 de febrero de 2019 convoca elecciones para el 28
de abril. En esa consulta el partido vencedor es el PSOE, pero con mayoría simple, al no alcanzar
un acuerdo con Unidas Podemos ni conseguir que PP o Ciudadanos se abstuvieran en la moción de investidura,
se disuelven las Cortes y se convocan nuevas elecciones para el 10 de noviembre. De nuevo el vencedor es el
PSOE pero con tres escaños menos, Ciudadanos se hunde y Vox irrumpe con fuerza en el Parlamento. Esta vez
sí se consigue un acuerdo con Unidas Podemos y el día 8 de enero de 2020 se pone en marcha el primer
gobierno de coalición de la democracia.