Apuntes de Historia Editados (Arial)

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Describe las características esenciales de la Constitución democrática de 1869.

El deterioro del régimen isabelino, deslegitimado y sumido en una deriva autoritaria desde
1864, se había visto agudizado por la crisis económica de 1866. La oposición comenzó a
unirse para derribar a la reina. Los progresistas, con Juan Prim a la cabeza, y losdemócratas
suscribieron con este fin el Pacto de Ostende en 1866. Más tarde, los republicanos y los
unionistas, liderados por Serrano tras la muerte de O'Donnell, se incorporaron a este bloque,
que se vio así reforzado con la incorporación de un gran número de mandos militares. El 18
de septiembre de 1868 estalló la Revolución conocida como "La Gloriosa". El almirante
Topete levantó la escuadra fondeada en la bahía de Cádiz. Poco después se forzó el exilio de
la reina. Comenzó así el Sexenio Democrático, un periodo de seis af'los en el que se
ensayaron diversas alternativas políticas tendentes a la democratización del país. Los
revolucionarios de 1868 deseaban implantar una auténtica democracia y convocaron
elecciones para redactar una nueva Constitución. éstas dieron una amplia mayoría a
progresistas, unionistas y demócratas. Con esta composición, las Cortes redactaron la
Constitución de 1869.

Se trata de un texto con curiosos influjos del constitucionalismo radical de impronta


francesa, pero también norteamericana. Es una Constitución rígida (el Título XI está
dedicado a regular la reforma) y de mayor extensión que las tres anteriores: 112 artfculos, de
los cuales nada menos que 31 aparecen agrupados bajo la rúbrica "De los espaf'loles y
sus derechos", que es la que corresponde al Título l. Allíaparecen los derechos que ya
figuraban en las Constitucionesde 1837 y 1845, pero con mayor detalle y mejor técnica
jurídica. Además, encontramos, por vez primera, los derechos de reunión (artfculo 18) y
asociación (artículo 19). Y vemos también proclamada, rompiendo la tradición de lostextos
anteriores, una tímida libertad de cultos para los extranjeros y para los españoles que
profesaren otra religión diferente a la católica (artfculo 21). La estela norteamericana se
aprecia claramente en el artfculo 29, con su compromiso a favor de los derechos no
escritos: "La enumeración de los derechos consignados(...) no implica la prohibición de
cualquier otro noconsignado expresamente".
En materia organizativa, la Constitución mantiene el bicameralismo, aunque el Senado
pasa a ser electivo. La aceptación de la Monarquía como forma de gobierno de la Nación
(articulo 33) va precedida de la solemne reafirmación de la soberanía nacional (articulo
32) y, en consecuencia, desaparece la posibilidad de veto y queda estatuida la convocatoria
obligatoria de las Cortes con reunión de al menos cuatro meses por año.

La Constitución de 1869 definió un nuevo sistema político basado en el liberalismo


democrático. La Carta Magna estableció también una clara división de poderes y el principio
de la soberanía nacional, defendido por progresistas y demócratas, abandonando la noción
doctrinaria de soberanía compartida (Rey y Cortes) que inspiró la Constitución moderada de
1845. En una interpretacíón radical de este principio, próxima a la soberanía popular, se
instauró el sufragio universal masculino, directo en la elección de diputados e indirecto en la
de senadores. Aunque el Estado se comprometía a mantener el culto y el clero católicos, se
declaró la libertad de culto y la aconfesionalidad del Estado. Sin embargo, la opción por la
monarquía como forma de Estado frustró las aspiraciones de los republicanos y las
reivindicaciones básicas de los sectores populares no se vieron reflejadas en su articulado,
que atendió a los intereses de las clases medias progresistas.
En suma, el texto elaborado por las Cortes de 1869 es considerado como la primera
Constitución democrática de nuestra historia, que se anticipó en varias décadas a otros
países de Europa en cuanto a conquistas políticas y sociales.

Identifica los grandes conflictos del Sexenio y explica sus consecuencias políticas.

El descrédito del régimen de Isabel II alcanzó su clímax en 1866, con una aguda crisis
económica y política a la vez, que acentuó el descontento social y abrió el camino a la
revolución de 1868. En 1866, progresistas y demócratas firmaron el Pacto de Ostende, por
el que decidieron aunar sus esfuerzos para derrocar a la reina y establecer un nuevo sistema
político. Al año siguiente se añadió a este bloque la Unión Liberal. Isabel II y el Partido
Moderado estaban políticamente aislados, sin más apoyo que el que se ofrecían
mutuamente.

A mediados de septiembre de 1868, la escuadra al mando del Almirante Topete se pronuncia


en Cádiz apoyado por losgenerales Prim (progresista) y Serrano (de la Unión Liberal). La reina
Isabel II huye a Francia.

El sexenio se desarrolla políticamente en cuatro periodos:

1. Gobierno provisional (1869-1870)

Durante esta primera fase, el poder político es ejercido principalmente por la Junta
Revolucionaria de Madrid, y ella será la que confiera al general Serrano (jefe de la Unión
Liberal) el encargo de constituir un Gobierno provisional. El Gobierno de Serrano convoca,
a través del sufragio universal, elecciones para formar las Cortes Constituyentes que
deben redactar una nueva Constitución. Aprobada esta Serrano se convierte en Regente.

2. Monarquía Constitucional (1870-1873)

En los debates constitucionales surgen dos tendencias: la monárquica apoyada por el


gobierno (progresistas, unionistas y el sector más moderado de los demócratas), y la
republicana
defendida por las Juntas y los republicanos escindidos del Partido Demócrata. De las dos
tendencias anteriores triunfa la monárquica. La Constitución de 1869 establece la monarquía
democrática como forma de Estado. Estas cortes redactarán la Constitución de 1869, en la
que se proclama solemnemente la soberanía nacional.

El nuevo trono recae en Amadeo I de Sabaya, hijo de Víctor Manuel, rey de Italia. El rasgo
más característico del breve reinado de Amadeo de Saboya fue la permanente inestabilidad
social y política dados los graves problemas que surgieron desde su comienzo:

• El asesinato del general Prim, principal valedor del Rey y su más firma apoyo.
• El escaso apoyo de los partidos políticos donde además de la oposición
natural (carlistas, republicanos) existía una fuerte división interna en la coalición
monárquico­ democrática (Unión Liberal, progresistas y demócratas), que se
dividió en varios grupúsculos.
• La agitación social estrechamente ligada al desarrollo del movimiento obrero.

Por todos estos motivos Amadeo abdicó de la Corona y abandonó España. El Congreso y el
Senado, reunidos en Asamblea Nacional, proclamarán la República como forma de gobierno.
3.La Primera República española (1873-1874)

La República tampoco consiguió estabilizar el sistema, ya que a los problemas heredados


se añadió el conflicto dentro de lasfilas republicanas entre unitarios (centralistas) y
federalistas. Así en menos de un año se sucedieron cuatro presidentes. Al poco tiempo de
ocupar la presidencia de la República Figueras fue sustituido por Pi y Margal! proclamándose
la Republica Federal. Las Cortes elaboraron una nueva Constitución. Sin embargo, esta no
llegó a aprobarse, porque en julio de 1873 estalló una violenta insurrección. En pocos
días numerosas poblaciones se constituyeron en Republica o cantón (movimiento
cantonalista). Debido a la violencia de la insurrección Pi y Margal! fue sustituido por
Nicolás Salmerón (unitario y centralista). Salmerón envió al ejército para sofocar el
movimiento cantonalista, de esta forma la Republica inicia un viraje hacia posiciones más
conservadoras. Salmerón fue sustituido por otro unitario, Castelar. Este representaba el
triunfo de la Republica conservadora. Poco después se produce el golpe de Estado de Pavía.
castelar se negó a mantenerse en el poder respaldado por un pronunciamiento y dimitió: la
República había muerto.

4.Dictadura del General Serrano (1874)

La denominación de República se mantuvo aun durante todo el año1874 presidido por el


general Serrano. Fue una etapa de transición que sancionaba el fracaso del proyecto
democrático de la República.

El sexenio democrático, entre 1868 y 1874, supuso, por su parte, el intento de los sectores
más progresistas de la burguesía por avanzar hacia un régimen parlamentario democrático
moderno. Desde un ángulo histórico, hay que valorar sus anticipos: creencia en la igualdad
de todos los hombres y en el valor de cada vida humana, pacifismo, etc. En resumen,
podemos concluir, el sexenio no acertó a edificar un Estado, porque las estructuras
socioeconómicas del país no consentían a la larga otra forma de Estado que el moderado;
este desfase entre utopía política y realidad socioeconómica establecida basta a explicar
la extrema inestabilidad política del Sexenio.

Bloque 08. Pervivencias y transformaáones económicas en el siglo XIX: un desarrollo


insuficiente.

Identifica los factores del lento crecimiento demográfico español en el siglo XIX.

Si se compara la evolución de la población española a lo largo del siglo XIX con la de otros
países europeos, se aprecia en España un ritmo lento de crecimiento, pues pasó de 10,5
millones de habitantes en el año 1797, a 18,6 millones en 1900. Esto representa un aumento
del 77 %, mientras que los países de mayor crecimiento económico asistieron a un fuerte
crecimiento económico (Gran Bretaña creció en casi un 240 %). Es evidente, por tanto, la
relación que existe entre crecimiento demográfico y modernización económica.

La tasa de natalidad española era, al finalizar el siglo, de las más altas de Europa. Sin
embargo, si la relacionamos con las altas tasas de mortalidad, se deduce que el crecimiento
natural fue moderado. Aunque la mortalidad descendió a lo largo del siglo, al finalizar el
mismo era la segunda más alta de Europa, después de Rusia (país sumido en un atraso
económico mayor que el de España), mientras que la esperanza media de vida no llegaba a
los 35 años. Esto se debía a:

• Permanentes crisis de subsistencias a lo largo del siglo XIX, al menos doce, por
escasez de trigo. Las malas condiciones climáticas, unidas a una agricultura
atrasada con bajos rendimientos y a un deficiente sistema de transportes no
permitían que la alimentación básica llegara a todas las poblaciones.
• La segunda causa de mortalidad fueron las epidemias (enfermedades
contagiosas), pese a que la peste bubónica había desaparecido prácticamente en
el siglo XVIII, eran frecuentes el cólera, tifus o la fiebre amarilla.

También enfermedades endémicas como la tuberculosis, la viruela, el sarampión, la


escarlatina o la difteria hicieron estragos entre una población debilitada por la escasa
alimentación y afectadas por condiciones de vida propias del subdesarrollo (falta de higiene,
malas viviendas, mínima o nula atención sanitaria, etc.)

Las escasas oportunidades de trabajo provocaron una fuerte emigración a América Latina.
El minifundismo forzó a emigrar a parte de la población en Galicia, cornisa cantábrica y
Canarias (Andalucía y Extremadura, a pesar de las deplorables condiciones de vida,
muestran una tasa de emigración baja). Los principales países receptores fueron Argentina,
México, Brasil y Cuba. Es la emigración a países nuevos, en los que todo está por hacer y
las oportunidades para hacer negocios es muy grande.

Por otra parte, el éxodo rural (movimiento asociado a la revolución agrícola e industrial)
fue menor que en el resto de Europa pues España apenas modernizó su agricultura e
inició un industrialización lenta, escasa y tardía por lo que este movimiento se retrasó
hasta la centuria siguiente. En1900 la gran mayoría de la población española era todavía
rural. De hecho, a finales de siglo XIX solo Madrid y Barcelona estaban en torno al medio
millón de habitantes.

Todo ello definía, para España, un modelo demográfico típico del Antiguo Régimen.
Según el modelo europeo de transición demográfica, el paso de un régimen demográfico
antiguo a otro moderno se produjo en casi toda Europa durante el siglo XIX, en
correspondencia con la revolución industrial. Al contrario que en el continente, en
España perviven los rasgos característicos del régimen antiguo: altas tasas de natalidad
y mortalidad, con crecimientos vegetativos lentos. Así, la transición al régimen demográfico
moderno no se produjo hasta el siglo XX, en paralelo al desarrollo económico.

Cataluña fue una excepción porque industrialmente estaba a la cabeza de España y, así,
va a iniciar su transición al régimen demográfico moderno como en el resto de Europa.
De 1787 a 1900 la población aumentó un 145%, sólo por debajo deGran Bretaña. La fuerte
industrialización de cataluña produjo la llegada de inmigrantes, tanto regionales como del
resto peninsular de forma constante. Desde mediados del siglo XIX el área de Barcelona
recibió inmigrantes de las zonas agrarias, que elevaron sus tasas demográficas, pero la
situación de exceso de mano de obra, que generaba pobreza, hizo retrasar el descenso de
las tasas de mortalidad frente a otras zonas industriales.

Describe la evolución de la industria textil catalana, la siderurgia y la minería a lo


largo del siglo XIX.

En España, durante el siglo XIX, se trató de impulsar, como en otros países de Europa, el
proceso de revolución industrial con el objeto de transformar la vieja estructura económica,
esencialmente agraria, en otra nueva, basada en el desarrollo de la industria y el comercio.
No obstante, en España se produjo un desarrollo industrial inferior al de otros países con
mayor tradición Industrial. Los sectores que se desarrollan son:

Industria textil catalana

Antes de 1830 el único sector que puede considerarse algo industrializado es el textil
centrado en cataluña, de larga tradición en el tratado de la lana e implicado con el algodón
desde el último tercio del XVIII. Las empresas se constituían con capital autóctono y eran
de tamaño mediano. Es en Cataluña donde la iniciativa empresarial de la burguesía hará
llegar las primeras máquinas de hilado inglesas y donde por vez primera se instalan
motores de vapor. De 1830 a 1850 experimentará una gran modernización técnica, un
ejemplo será la fábrica Bonaplata en Barcelona, aunque también serán centros
importantes Sabadell y Tarrasa. A mitad de siglo representaba el 60% del sector
industrial.

El área catalana recibió apoyo constante del Estado mediante leyes arancelarias que
impidieran la entrada de algodones ingleses y franceses y estableciendo el monopolio de
venta de algodón catalán no sólo en el resto del país sino en las Antillas españolas. De ahí
que la pérdida de Cuba provocara una movilización seria de la burguesía catalana contra el
gobierno central. A esa industria textil catalana se asocia otra de carácter químico para los
tintes que evoluciona hacia la producción de cementos. Asociada a la textil nace también la
industria papelera catalana.

Industria siderúrgica

Se estableció cerca de las zonas mineras, razón por la cual se localizó principalmente en el
norte de España. Hubo algunas plantas en:

• Málaga (1830-60) pero como no había carbón mineral, recurrían al vegetal mucho
más caro. Vivió su apogeo durante las Guerras carlistas en el Norte.
• En Asturias (1850-70) las cuencas de Mieres o Langreo no progresaron por carbón
de baja calidad.
• Y, por último, en Vizcaya, donde la familia Ybarra fundó la empresa de Altos Hornos
de Vizcaya en 1882. La introducción del convertidor Bessemer que transformaba el
hierro en acero, estimuló la demanda de hierro vasco y, además, contaba con la
ventaja de la proximidad a la costa. Durante la segunda mitad del siglo XIX se
crearon en tierras vascas un gran número de sociedades mineras de capital
extranjero y, en ocasiones, nacional cuya producción se destinó principalmente a
la exportación (en especial, a Inglaterra) por la escasa demanda interior. Los
beneficios de la industrialización vasca permitieron la aparición de una
importante industria de bienes de equipo que se diversificó en construcciones
mecánicas, navales y metalúrgicas, fomentando a su vez compañías eléctricas,
químicas y de seguros, y reclamando grandes aportaciones de capital
representadas por los Bancos Bilbao y Vizcaya.

La minería

España era rica en reservas de hierro, plomo, cobre, mercurio y cinc; y además gozaba de
otra ventaja: la proximidad de los yacimientos a zonas portuarias, lo que facilitaba el
transporte. Con la llegada de la revolución industrial tales recursos eran una riqueza
potencial que no se utilizaban por la escasez de iniciativas empresariales, de conocimientos
técnicos suficientes y de capitales españoles. Finalmente, la Ley de Minas de 1868 facilitó la
llegada de capitales extranjeros que se hicieron pronto con el control de la mayoría de
lasexplotaciones importantes (Río nnto Gulf Company, Franco-Beige des Mines de
Somorrostro, etc.). España, por tanto, se convirtió en exportadora de materias primas, que a
finales de siglo representaban uno de los capítulos más importantes de la balanza comercial.

Bloque 07. La Restauración Borbónica: implantación y afianzamiento de un nuevo


Sistema Político (1874-1902)

Explica los elementos fundamentales del sistema político ideado por Cánovas.

Antonio Cánovas del Castillo fue el artffice de la Restauración borbónica y el ideólogo del
sistema político de la Monarquía parlamentaria. Para ello Cánovas lo primero que hizo fue
preparar el retorno a España y al trono de Alfonso XII (Borbón, hijo de Isabel 11). Para ello
había redactado y hecho firmar al príncipe Alfonso el Manifiesto de Sandhurst, en el que
exponía al pueblo español sus ideales religiosos y sus propósitos conciliadores. Pero los
militares se adelantaron y se pronunciaron en Sagunto donde el general Martfnez Campos,
proclamó rey de España a Alfonso
XII. El nuevo sistema político ideado por Cánovas tenía por objetivo construir un sistema
político estable y sólido que permitiera superar definitivamente el desorden y la inestabilidad
que hablan definido la política española en el XIX.

El modelo ideal de parlamentarismo era, para Cánovas, el británico. Se basaba en la


existencia de dos grandes partidos que aceptaran turnarse en el poder, con el fin de evitar
la atomización parlamentaria y garantizar las mayorías. Ambos debían aceptar pasar a la
oposición si perdían la confianza regia y parlamentaria, y respetar la obra legislativa de sus
antecesores. Se trataba, en definitiva, de aplicar la doctrina inglesa de la balanza de poderes,
según la cual la estabilidad se basaba en el equilibrio de fuerzas opuestas de igual poder:
Corona y Parlamento; partido gobernante y partido en la oposición. De este modo, el
proyecto político de Cánovas tenía tres vértices: el Rey y las Cortes, como instituciones
fundamentales legitimadas por la historia; el bipartidismo, como sistema idóneo de
alternancia en el poder, y una Constitución moderada, como marco jurídico del sistema.

Para Cánovas, la historia había convertido al rey y a las Cortes en las dos instituciones
fundamentales de España. Se retorna a los planteamientos del liberalismo doctrinario y
su defensa de la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, que constituían la base
ideológica del antiguo Partido Moderado.

La plasmación jurídica del régimen de Cánovas se observa en la nueva Constitución de 1876.


Se trata de una Constitución de carácter moderado y basada en lo esencial en la de 1845.
Sin embargo, era una constitución elástica con un articulado poco preciso. Así podrían variar
las leyes ordinarias sin tener que cambiar la Constitución, lo que ofrecía estabilidad al
sistema político.

Cánovas una vez redactada la Constitución diseño, siguiendo el modelo inglés, un


sistema bipartidista: su partido será el conservador y recoge la herencia de moderados y
unionistas, apoyándose en las clases altas; y la herencia de los progresistas lo recogerá
el partido liberal liderado por Práxedes Mateo Sagasta que será apoyado por la burguesía
industrial y gran parte de la población urbana. Ambos líderes y ambos partidos son
representantes de un eclecticismo político que permitirá establecer un turno pacífico. El
resto de los partidos (carlistas, republicanos, etc.) pasan a formar la oposición del sistema
de la Restauración. Cánovas además establece el "turno a la inglesa", por el que
conservadores y liberales se turnan pacíficamente en el poder, con la finalidad de mantener
una estabilidad política.

Sin embargo, todo el engranaje político ideado por Cánovas en realidad era una auténtica
farsa. Las elecciones no funcionaban libremente, sino que eran siempre manejadas desde el
poder y, en definitiva, el turno de partidos en el gobierno era pactado de antemano. Así,una
vezacordado et cambio de gobierno se convocaban elecciones y se amañaban para que
arrojaran resultados favorables al nuevo partido que iba a gobernar.

Para asegurarse los resultados electorales los dos partidos aceptaban el juego trucado de
las elecciones. No obstante, aunque la opinión de los votantes no importaba la farsa
debía venir legitimada a través del sufragio. Aquí intervenía un nuevo entramado de
corrupción que tenía su protagonista en la figura del cacique. Los dos partidos tenían su
propia red organizada para asegurarse los resultados electorales. Se trataba de una red
piramidal: Oligarquía madrileña (altoscargos políticos), el gobernador civil en lascapitales de
provincia y, por último, tos caciques locales en las comarcas, pueblos y aldeas. Dado el
analfabetismo generalizado y et férreo control que tos «caciques» y «notables» ejercían
sobre tos pueblos, conseguir el resultado pactado era bien sencillo, y de esta forma se
obtenía, invariablemente, una holgada mayoría para el partido gobernante, que podía
actuar así sin dificultad. El cacique era un personaje destacado en el pueblo o comarca
rural que regula el movimiento político en su ámbito y controla los votos, a veces por
métodos tan deshonestos como el "pucherazo", definido por ta Academia de la Lengua como
"fraude electoral que consiste en computar votos no emitidos en la elección".

En conclusión, el sistema político implantado por ta Restauración era una fachada


institucional para ocultar el verdadero control del poder por parte de una reducida
oligarquía.

La oposición política al sistema Canovista: carlismo, nacionalismo,


republicanismoy obrerismo revolucionario.
Además de los Partidos Conservador y Liberal, existieron otras corrientes políticas
al margen del sistema.

El carlismo se oponía al sistema canovista, pero experimentó un declive y en 1876


los carlistas perdieron la tercera y última guerra. Durante el sexenio democrático el
carlismo recibió el apoyo del Vaticano y del catolicismo más integrista que
rechazaba cualquier opción liberal. Sin embargo, durante la restauración se produjo
un acercamiento de La Santa Sede al nuevo régimen español y así el carlismo
perdió apoyos, aunque mantuvo popularidad en el País Vasco, Navarra y entre
sectores católicos conservadores.

La gran novedad de la época de La Restauración fue la aparición de los


Movimientos Nacionalistas y Regionalistas, movimientos que desarrollaban, en
principio, los sentimientos nacionales de algunas regiones para arrebatar cuotas de
poder al poder central. Alprincipio estos movimientos afloran como una preocupación
cultural para llegar después a una actuación y reivindicación en lo político. La
recuperación lingüística, cultural e histórica comenzó a mediados del siglo XIX y
tuvo su expresión en manifestacionescomoJuegos florales, pero las publicaciones
políticas o históricas fueron echando las bases de lo que sería más tarde un movimiento
político, no sólo cultural. En el final de siglo la lucha por intereses económicos, o la
reivindicación de las peculiaridadesy de la tradición legal propia contribuyó a dotar de
mayor fuerza a estos movimientos. Sobre todo, después de la pérdida de las colonias
se convirtieron en partidos políticos.

• El Catalanismo fue el movimiento nacional más temprano. Su primera


manifestación a mediados del siglo XIX fue de tipo literario-cultural: La
Renalxenc,a que pretendía recuperar la cultura y lengua catalanas. Ya en la
época de La Restauración adquirió su formulación política con Las Bases de
Manresa como movimiento autonomista no independentista, regenerador de
la vida política española y conservador. Las Bases de Manresase se aprobaron
dentro de La Unió Catalanista (fundada en 1891) que era una confederación
de varios grupos catalanistas. Dentro del catalanismo había jóvenes
universitarios de procedencia católica y tradicional más que de izquierdas y
fueron los que acabaron convirtiendo en un movimiento de tipo político lo que
era un movimiento cultural. Las Bases de Manresa se redactaron para hacer
una constitución regional catalana, pensando en la integración del Estado
Catalán en el Estado Español. Prat de la Rlba fue uno de los primeros
ideólogos del catalanismo.
• El Nacionalismo Vasco. Surgió de la mano de Sabino Arana (1865 -1903),
fundador del PNV con una clara herencia carlista cuyo lema era Dios y Ley
Vieja, es decir catolicismo y reivindicación de los fueros abolidos. Nace como
reacción contra la abolición de los fueros, por tanto. Sus bases eran, sobre todo
el clero, el campesinado y la pequeña burguesía en principio. En el siglo XX
adquirió más base social. Fue un movimiento radical que se declaró
antiespañolista y separatista desde el principio. En 1895 se funda el partido con
una declaración antlespañola y con voluntad de restaurar Las Leyes
Tradicionales.
• El regionalismo Gallego. Fue el movimiento regionalista más débil. pues no
contaba con una burguesía industrial fuerte. Nació en el 1889 con La Asociación
Regionalista Gallega de Murguía. Las bases se encuentran en escritores como
Rosalía de Castro.

• El Republicanismo. Los republicanos van a fragmentarse en varios partidos


minoritarios como los Posibilistas, La Unión Republicana, El Partido
Republicano Federal, etc. Todos quedaron fuera del turno de partidos y por
tanto sin posibilidad de entrar en el parlamento. Cobrarán mayor fuerza a
comienzos del siglo XX.

• El Obrerismo Revolucionario. Las dos corrientes ideológicas más destacadas


en España entre los obreros y el campesinado van a ser el anarquismo y el
socialismo. El marxismo entra en España por influencia de Paul Lafargue,
yerno de Marx. Durante la Restauración Canovista, el socialismo español será
moderado y reformista. En 1879 Pablo Iglesias funda clandestinamente el
PSOE y en 1881 se inscribió oficialmente el partido con la legalización
de las asociaciones obreras. Mayor beligerancia va a tener el Anarquismo
que llega de la mano de Fanelli. Será el movimiento numéricamente más
importante en España, en Cataluña y, sobre todo, en Andalucía. Durante toda
su historia será un movimiento revolucionario y radical. La línea anarco
comunista serán los responsables de la estrategia de la "propaganda por el
hecho", es decir estrategia terrorista durante La Restauración Canovista. El
propio Cánovas va a ser asesinado por un anarquista.

Analiza las diferentes corrientes ideológicas del movimiento obrero y


campesino espaflol, así como su evolución durante el último cuarto del siglo
XIX.

Durante la época de la Restauración se produjo una expansión extraordinaria de la acción


del movimiento obrero español debido a la progresiva Industrialización y la
consolidación del capitalismo. De esta manera creció la importancia social y numérica de
la clase obrera cuyas formas de actuación cristalizaron en la formación de asociaciones
obreras, esto essindicatos y/o de partidos políticos. Por otra parte, en sintonía con la
división del movimiento obrero internacional, en España los socialistas y los anarquistas se
fueron organizando por separado. Y, a partir de 1879, aparecieron también las
organizaciones católicas, canalizadas por los jesuitas.

El movimiento anarquista

El anarquismo fue la corriente mayoritaria dentro del movimiento obrero español. Sus
principales focos estaban en el campo andaluz y en el proletariado urbano catalán. Sin
embargo, la corriente anarquista se atomizó en múltiples tendencias, entre lascuales destacó
la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE) creada en 1881. Por su falta de
disciplina interna, su sistema asambleario, su apoliticismo y su implantación en todos los
ámbitos laborales fue el sindicato con mayor número de afiliados. Los principales rasgos
ideológicos que definían a los anarquistas eran:

• Defensa de la revolución violenta y del recurso a huelgas generales,


insurrecciones, sabotajes y actos terroristas como medios para destruir el Estado
burgués capitalista opresor y liberar a la humanidad de la explotación (asesinato de
Cánovas del Castillo).
• Rechazo del juego político y de la participación en elecciones, consideradas un
engaño. Además, dentro de sus filas, empezó a ganar adeptos, tanto entre los
campesinos como entre los obreros, la violencia terrorista o de la «propaganda por
el hecho». Los años noventa fueron ricos en esta práctica, dentro de un círculo
vicioso: atentado, represión con fusllamientos, nuevo atentado como represalia
anarquista y nueva represión.
• Rechazo de cualquier autoridad impuesta, defensa utópica de la autonomía
individual total y abolición del Estado con todassus Instituciones (gobierno,
ejército, policía, etc.)
• Supresión de la propiedad privada y defensa del colectivismo, entendido como
articulación armónica de pequeñas unidades económicamente autosuficientes
donde la propiedad de los factores y medios de producción (tierra, máquinas,
capital) serla colectiva.
• Anticlericalismo, negación de la religión y de la Iglesia.

El movimiento socialista

La corriente marxista del movimiento obrero se organizó en 1879 alrededor de un pequeño


núcleo de trabajadores de imprenta madrileños (Pablo Iglesias) seguidores de las doctrinas
de Marx y Engels que decidieron pasar a la acción y constituir en 1879 el Partido Socialista
Obrero Español (PSOE). Aprovechando la Ley de Asociaciones de 1887 y la mayor
concentración obrera de Cataluña se creó en 1888 la Unión General de
Trabajadores (UGT), que, aunque estatutariamente independiente del Partido Socialista,
estaba inspirada por él. Lasideas básicas del programa socialista eran:

• Transformación de la propiedad individual en propiedad social o de lasociedad


entera.
• Posesión del poder político por la clase proletaria.
• Rechazo del terrorismo, esa "política demoledora", de los anarquistas que era
considerada por los socialistas una falsa vía para la liberación de los trabajadores.
• El objetivo de los socialistas era la revolución, la toma del poder de forma violenta
por la clase proletaria. Pero hasta que llegara el momento oportuno de llevarla a
cabo era preciso atravesar una larga fase de organización y propaganda, durante la
cual la lucha del PSOE debería ser pacífica y legal, participando en el juego político
y presentándose a las elecciones, más que para ganar votos, para difundir el
mensaje marxista, ya que la clase trabajadora sólo triunfaría cuando fuera más
fuerte.

En cualquier caso, tanto el PSOE como la UGT fueron hasta inicios del siglo XX grupos
minoritarios, en comparación con los anarquistas.

Los sindicatos católicos

En1879 el jesuita Antonio Vicent fundó los Círculos Católicos, a imitación de los Círculos
obreros franceses. En la práctica eran casinos populares, para apartar a los obreros de la
taberna, y contaban con el apoyo de los patrones. Pero su implantación fue muy escasa
debido sobre todo a su «amarlllismo» -término derivado del color de la bandera del
Vaticano-, es decir, su actitud colaboracionista hacia los patronos y opuesta a los
sindicatos obreros reivindicativos.

Especifica las consecuencias para Espafta de la crisis del 98 en losámbitos


económico,político eIdeológico.

La derrota de 1898 sumió a la sociedad en un estado de frustración, ya que significó el fin


del mito del imperio español (en un momento en que las potencias europeas forjaban
imperios coloniales) y la relegación de España a un papel secundario. La prensa extranjera
presentó a España como una nación moribunda, con un ejército ineficaz y un sistema político
corrupto (esta imagen cuajó en la sociedad). Las repercusiones del desastre del 98 fueron:

• En el plano de la psicología colectiva, el pueblo español vivió la derrota como un


trauma nacional, extendiéndose los sentimientos de inferioridad, desmoralización
e impotencia.
• Se criticó severamente la torpeza de los gobernantes, pero el sistema político de
los partidos del turno sobrevivió al desastre, aunque muy erosionado. Aunque el
desgaste fue de ambos partidos afectó esencialmente al Liberal y a su líder
Sagasta, a quien tocó la misión de afrontar la derrota. Con él desapareció la
primera generación de dirigentes de la Restauración, que tuvo que ceder el
terreno a los nuevos líderes.
• En el plano exterior, el 98 tuvo como consecuencia la liquidación de los restos
de nuestro imperio colonial ultramarino.
• En el plano intelectual y literario, el desastre colonial influyó en el desarrollo del
"Regeneracionismo", así como en las amargas y pesimistas reflexiones de los
autores de la Generación del 98. Entre quienes analizaron las causas de esa
situación destacó una serie de intelectuales, los llamados regeneracionistas el
más conocido de los cuales fue Joaquín Costa. Para ellos, el origen del problema
estaba en el aislamiento del cuerpo electoral del país, la corrupción de los
partidos del turno y el atraso económico y social que España tema respecto a los
países europeos más avanzados. Criticaban el entramado político de la
Restauración y lo definían como un "organismo enfermo" y "degenerado". Para
cambiar la situación propusieron programas basados en la reorganización política,
la dignificación de la vida parlamentaria, la reforma educativa, la acción orientada
hacia la ayuda social, las obras públicas y, en definitiva, una política encaminada
al bien común y no en beneficio de los intereses de la oligarquía.
• En el plano demográfico se calcula que lasguerras de 1895-1898 costaron en
conjunto unas 230.000 muertes. La mayoría de las bajas se debieron a
enfermedades infecciosas. Si al principio los daños no repercutían demasiado en
una opinión pública adormecida, poco a poco comenzaron las protestas y se fue
extendiendo la amargura entre las familias pobres cuyos hijos habían sido
enviados a la guerra por no poder pagar las quintas (los jóvenes podían librarse
del servicio militar si pagaban una elevada cantidad de dinero o cuota en
concepto de redención o, si retribuían a un sustituto).
• En cuanto a las consecuencias económicas, las pérdidas materiales, si bien no
fueron excesivas en la metrópoli, salvo la fuerte subida de los precios de los
alimentos en 1898, sí fueron graves a largo plazo. La derrota supuso la
pérdida de los ingresos procedentes de las colonias, así como de los
mercados privilegiados que éstas suponían y de las mercancías que, como el
azúcar, el cacao o el café, deberían comprarse en el futuro a precios
internacionales. Por el contrario, la repatriación a España de los capitales
situados en América resultó positiva, pues permitió un gran desarrollo de la
banca española.
• Por último, lo más grave fue el desprestigio militar, derivado de la dureza de la
derrota, a pesar de la capacidad demostrada aisladamente por algunos generales
y del valor de las tropas. Era evidente que las Fuerzas Armadas no habían estado
preparadas para un conflicto como el ocurrido. Aunque en último extremo la
responsabilidad era más política que militar, el ejército salía considerablemente
dañado en su imagen, lo que traería graves consecuencias en el siglo XX.

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