Guerra Civil
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TEMAS SELECTIVIDAD
LA GUERRA CIVIL
Debemos entender que los hechos acaecidos en España durante el período de tiempo que va del 1936
al 1939 hay que buscarlos en una Europa muy controvertida después de la I Guerra Mundial. Esta es una
Europa convulsionada por el nacimiento de un Estado Comunista gobernado por una dictadura del
proletariado y con tentáculos que se iban extendiendo por todo el mundo y en especial en Europa, esto
unido a la crisis social y política que sufren los antiguos gobiernos democráticos va a crear un sentimiento
de desilusión y expectación hacia lo nuevo, dando lugar a que aparezca un movimiento social y político que
rechaza de pleno al comunismo y critica ferozmente a las democracias, es el fascismo.
Este es un régimen totalitario, fundamentado en la exaltación de los valores patrios, el culto al
dictador, la existencia de un único partido político, el rechazo al parlamentarismo, el control exhaustivo de
la sociedad, el elitismo y el control de los medios de comunicación, así como, ese carácter marcadamente
anticomunista. Eran fuertes y bélicos y se desarrollaron en Italia y en Alemania. Ambos regímenes
sirvieron de ejemplo, como luego veremos, al gobierno establecido en España tras la guerra. Nuestra nación
se convertirá de hecho en un régimen fascista y participará de todas esas características que lo definen, es
decir, será un régimen con un líder carismático, elitista, antiparlamentario, antimarxista, con un alto grado
de violencia interna para controlar a la sociedad…
El afán expansionista de estos gobiernos le llevara más tarde a la formación de bandos ideológicos que
desencadenaran la Segunda Guerra Mundial.
En España, la Guerra Civil supuso un fin trágico a un proceso de modernización y apertura que
pretendía poner al país en situación equiparable a la de las democracias occidentales. Las causas de la guerra
civil española fueron:
Causas estructurales, anteriores a 1930. Se refieren a los problemas de la época de la Restauración
que la República no pudo resolver. El conflicto social, en un país de economía atrasada de amplia base
agraria dominada por una pequeña oligarquía que tenía enfrente a los grupos populares cada vez más
radicalizados y cansados de esperar reformas que no llegaban, y unas clases medias con escaso peso y poco
organizadas. La cuestión religiosa, con origen en una fuerte oposición a la República que polarizó posturas
irreconciliables. El conflicto nacionalista-regionalista que disgustaba a sectores conservadores y militares.
La mentalidad golpista del ejército.
Causas coyunturales en el periodo republicano. La coyuntura económica depresiva de los años
treinta, que contribuyó a agudizar las tensiones sociales. Dentro de la crisis de las democracias y el auge de
los totalitarismos del periodo de entreguerras, la guerra española fue percibida en el ámbito internacional
como la primera lucha entre fascismo y democracia, lo que le granjeó apoyos militares externos decisivos
para su desarrollo y resolución.
Causas inmediatas. Son aquellas que condujeron de manera directa al enfrentamiento: las
deslealtades hacia el régimen republicano tanto por parte de la derecha como de la izquierda que se van
fraguando en los últimos tiempos, la polarización social y política del país dominado por la intransigencia y
la voluntad de imponerse al contrario; pero sobre todo, la actitud de los militares conspiradores.
El preludio de la guerra.
Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de 1936, la derecha española y el sector más
conservador del ejército español inician la preparación de un golpe militar que frene las reformas prometidas
en las elecciones. Hubo varias conspiraciones. De todas ellas la más importante es la que se preparaba dentro
del ejército con apoyo de la Unión Militar Española; el “director” de la conspiración militar era el general
Mola, apoyado por los generales Goded, Queipo de Llano y los coroneles Yagüe y Monasterio. Los
grupos políticos de la derecha acabaron supeditándose a los militares.
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El gobierno del Frente Popular cumplió con sus promesas electorales, pero se encontró incapaz de
controlar el clima de tensión social y los enfrentamientos entre los pistoleros falangistas y sindicatos sin
poner en peligro la coalición del Frente Popular. El líder político que había conseguido aunar a toda la
izquierda, Manuel Azaña, sustituyó al presidente de la república Alcalá Zamora y encargó la formación de
gobierno a Casares Quiroga. Por otra parte, la conspiración de los militares era pública. El gobierno trató de
frenar el golpe militar colocando al frente de las divisiones más importantes a generales fieles a la República,
desplazando a los oficiales más derechistas a destinos militares secundarios y controlando al ejército del
norte de África. El último general en entrar en la conspiración fue el general Franco.
El 12 de julio es asesinado por pistoleros falangistas el teniente Castillo de la Guardia de Asalto e
instructor de las milicias socialistas. Por la noche es asesinado por unos guardias de asalto el líder de la
derecha José Calvo Sotelo. La propaganda de los sublevados afirmará que fue este hecho el que les llevó al
levantamiento, cuando el levantamiento ya estaba en marcha desde antes de los asesinatos.
LA SUBLEVACIÓN MILITAR Y EL ESTALLIDO DE LA GUERRA CIVIL.
El 17 de julio de 1936 el teniente coronel de la Legión, Yagüe toma el poder en el protectorado
español de Marruecos y declara el “estado de guerra”. El día 19 se coloca al frente de esta sublevación el
general Franco llegado desde Canarias. A lo largo de los días 18 y 19 se va produciendo el alzamiento de
diferentes autoridades militares. La actuación de las fuerzas de la Guardia Civil, de la Guardia de Asalto y la
fuerza de los sindicatos fueron determinantes para el triunfo o el fracaso de la sublevación en las distintas
zonas.
Triunfó el levantamiento en Navarra (donde Mola había llegado a un acuerdo con los
tradicionalistas -carlistas- de Manuel Fal Conde), en Castilla-León gracias al apoyo de las organizaciones
católicas y conservadoras de la CEDA y al núcleo falangista de Valladolid; en Galicia las autoridades
militares triunfaron con el apoyo de los campesinos conservadores tras reprimir los movimientos sindicales
en El Ferrol y Vigo. El triunfo en Aragón, Canarias, Baleares, Oviedo y Sevilla se debieron a la actuación
de los responsables militares. El capitán general de Aragón, el general Cabanellas a pesar de asegurar al
presidente de gobierno su lealtad acabó uniéndose a la sublevación. Aranda en Oviedo tras asegurar su
lealtad y armar a una columna de mineros con destino a Extremadura se sublevó y dominó Oviedo hasta la
llegada de los refuerzos gallegos. Queipo de Llano en Sevilla consiguió imponerse a una población donde los
sindicatos anarquistas y de izquierdas eran muy importantes. El dominio de Canarias y las Baleares
presentaron menos problemas salvo en Menorca que permaneció fiel a la República.
El levantamiento militar fracasó en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y
Bilbao gracias a la acción de la Guardia Civil, de los Guardias de Asalto y los Carabineros que se
proclamaron partidarios de la legalidad. La acción del gobierno de entregar armas a las organizaciones
obreras y partidos políticos permitió aplastar los levantamientos de las Atarazanas en Barcelona y del cuartel
de la Montaña en Madrid.
La sublevación militar concebida como una acción rápida y violenta fracasó y se transformó en guerra civil.
Los recursos militares con los que contaban ambos bandos eran muy similares. La República
contaba con casi la mitad de los oficiales, la mayor parte de la aviación y los barcos de la flota de guerra (la
oficialidad de la marina era partidaria de apoyar la sublevación, pero los tripulantes detuvieron a los oficiales
y se declararon partidarios del gobierno legal). Los sublevados contaban con las unidades del ejército de
tierra más operativas como eran el cuerpo expedicionario de África, la legión y los regulares, contaban así
mismo con las organizaciones de los carlistas (requetés) que tenían un entrenamiento paramilitar importante.
El factor decisivo para el desarrollo posterior de la guerra civil fue el proceso revolucionario que
estalló en la zona republicana. El día 18 de julio el gobierno de Casares Quiroga intentó mantener la
legalidad: por un lado mantuvo contactos con los sublevados y por otro se negó a la entrega de armas a las
organizaciones obreras y partidistas. Tras su dimisión Azaña encargó formar gobierno a Martínez Barrio
con la esperanza de evitar la tragedia. Ante la negativa de los sublevados y de los partidos obreros a
colaborar, Azaña encargó a Giral formar un gobierno el día 19 que entregó armas a las asociaciones
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partidarias de defender la legalidad. Con la entrega de armas y la eliminación de los focos golpistas en
Madrid, Barcelona y Valencia se produjo una total atomización del poder. Las unidades militares que
habían permanecido fieles al gobierno republicano fueron disueltas y los oficiales vistos como "quinta
columnistas". Los diferentes partidos y sindicatos formaron sus milicias que no reconocían ninguna
autoridad superior. Las milicias a pesar de su arrojo fueron ineficaces para presentar batalla a unidades
militares perfectamente encuadradas. En las zonas dominadas por los socialistas y los anarquistas se procedió
a la socialización o nacionalización de las tierras y de las fábricas. En esta situación el gobierno de Giral y el
gobierno de la Generalitat fueron sobrepasados por las fuerzas revolucionarias.
En el lado de los sublevados rápidamente apareció un mando unificado. Existieron milicias, los
carlistas dirigidos por Fal Conde y los falangistas dirigidos por Hedilla, pero nunca llegaron a alcanzar una
gran repercusión en los planes militares y además muy pronto fueron militarizadas, dirigidas por oficiales
profesionales e integradas en unidades mixtas. No obstante, siguieron conservando una cierta autonomía en
la retaguardia.
El plan de los sublevados eran marchar sobre Madrid que caería muy pronto, para llevar esto a cabo
era imprescindible que el ejército del Norte de África pasase el estrecho de Gibraltar para asegurar la
situación inestable de Sevilla y Cádiz. La posibilidad de cruzar el estrecho rápidamente fue impedida por la
flota de guerra republicana. Parecía que la sublevación podía ser derrotada. En esa situación la posición de
las potencias ante el conflicto, de origen netamente español, fue crucial.
posición se vio reforzada por la propaganda nacionalista y por los apoyos de los obispos españoles a los
sublevados declarando que la guerra era una CRUZADA contra el anticristo y el ateísmo.
Aprovechando la simpatía originada por las campañas de prensa, los partidos comunistas y socialistas,
crearon banderines de enganche para conseguir que voluntarios de todos los países acudiesen a ayudar a la
República. Con estos voluntarios procedentes de 52 países distintos se formarán las Brigadas
Internacionales que fue la única ayuda humana importante que recibió la República. Dentro de las Brigadas
Internacionales fue preponderante la influencia comunista ya que la U.R.S.S. aportó los instructores y el
equipo.
minada por la utilización de la aviación en bombardeos masivos (abril Guernica y Durango). El 19 de junio
conquistan Bilbao tras un gran bombardeo artillero sobre el “cinturón de hierro”.
El nuevo gobierno republicano dirigido por Juan Negrín intentó una serie de ofensivas para evitar la
caída del norte: Brunete y Guadarrama (julio del 37) y Belchite en Aragón (agosto) que a pesar de tener un
éxito inicial y de mostrar la nueva capacidad militar del ejército republicano, acabaron estancándose.
Santander cayó el 26 de agosto y Gijón el 20 de octubre.
C) El avance hacia el Mediterráneo (noviembre 1937-junio 1938).
Tras dominar el frente norte, el general Franco trasladó el grueso de sus fuerzas al frente de Aragón.
Los republicanos lanzaron la ofensiva sobre Teruel en diciembre de 1937 que consiguen conquistar. Franco
da la orden de recuperarla. El día 22 de febrero los sublevados recuperan la ciudad e inician la ofensiva
general. Yagüe toma Lérida en abril. El día 15 el ejército nacional llega al Mediterráneo en Vinaroz
dividiendo la zona republicana en dos. El avance sobre Valencia fue mucho más lento de lo previsto y
aunque el 23 de junio conquistaron Castellón se vieron frenados en el Maestrazgo por Rojo.
El 24 de julio de 1938 se inicia la Batalla del Ebro. Siete divisiones republicanas muy bien equipadas
atraviesan el Ebro y tratan de enlazar con la zona dominada por el gobierno republicano. Tras una larga lucha
de desgaste con la utilización masiva de la artillería, el 16 de noviembre los restos del ejército popular
regresan a Cataluña. Habían perdido muchos hombres y su capacidad de resistencia.
D) La conquista de Cataluña (julio 1938-febrero 1939).
En los primeros días de 1939 el ejército sublevado penetra en Cataluña. Sin encontrar una gran
resistencia van conquistando Tarragona, Reus, Barcelona (26 de enero) y Gerona. El 10 de febrero llegan a
la frontera francesa. Miles de combatientes y de civiles republicanos se refugian en Francia donde son
internados en campos de concentración.
La caída de Cataluña supone el fin de la capacidad del gobierno de Negrín que sólo domina Valencia,
Murcia, La Mancha y Madrid. En esta situación el jefe de gobierno sigue postulando una defensa a ultranza.
En Madrid se forma una Junta de Defensa (Casado, Besteiro,...) da un golpe de Estado y dirige una propuesta
de paz a Franco. La descomposición del ejército republicano es total. El 28 de marzo las tropas sublevadas
entran en Madrid. El resto de ciudades caen en muy pocos días. El 1 de abril de 1939 se emite el último parte
de guerra.
A) EL EJÉRCITO REPUBLICANO.
Los primeros defensores armados de la República fueron las milicias armadas, que eran voluntarios
movilizados por partidos antifascistas (PCE, PSOE, POUM) o sindicatos (CNT, UGT), unidos a los restos de
unidades militares, guardias civiles, de asalto, carabineros...; combatieron con ropas civiles y sus pertrechos
militares habían sido distribuidos caprichosamente. No tenían apenas oficialidad, ya que siempre estaba su
fidelidad bajo sospecha. Estas milicias se agrupaban según ideologías, sindicatos..., se desbandaban con
facilidad porque no estaban sujetas a la disciplina, en el frente organizaban posiciones en una sola línea y
sin profundidad. Jamás se sabía si sus ataques seguirían la dirección adecuada y cuándo tendrían lugar. Sin
organización ni disciplina, las columnas de milicianos enviadas al frente entraron en un rápido proceso de
desintegración y las compañías de soldados y guardias, más o menos profesionales, siguieron igual dinámica
que la de los milicianos.. Como apenas contaron con servicios de apoyo, los hombres abandonaban las
posiciones en dirección a retaguardia para comer, dormir en una cama, descansar o divertirse...
Este es el panorama de la defensa republicana en los primeros meses de la Guerra Civil. Cuando en
octubre de 1936, asume la jefatura del Gobierno, el socialista Largo Caballero decidió ganar la guerra
antes de hacer la revolución. Largo Caballero reorganizó la defensa de la República con la ayuda del PCE.
La República empezó a recibir ayuda de la URSS y así se fue formando el Ejército Popular hubo una
mejora en la eficacia y coordinación de los combatientes republicanos, pero siempre fueron unos cuerpos de
ejército muy "atípicos". Hay que mencionar algunos comunistas que llegaron a mandar tropas por su valor y
sistema de organización (Líster, Galán, Gallo, "El Campesino"...).
Uno de los cuerpos de choque del ejército republicano más importantes fueron las denominadas
BRIGADAS INTERNACIONALES, que estaban integradas por voluntarios extranjeros que combatieron
con el ejército republicano (1936-38). Fueron creadas en octubre de 1936 al requerimiento de la
Internacional comunista.
B) EL PROCESO DE COLECTIVIZACIÓN.
Durante los primeros meses de la Guerra Civil se va a dar un cambio revolucionario en la propiedad
de la zona Republicana. Muchos propietarios habían desaparecido o huido en los primeros días de la Guerra
Civil, otros estaban a la expectativa y acabaron aceptando la nueva situación. Los obreros no dudaron en
tomar el control, de una u otra forma, de los medios de producción. En el campo, la ocupación de grandes
propiedades fue completa.
Las formas en que se realizó no fueron uniformes (incautaciones, intervenciones), ni realizadas por los
mismos organismos (obreros, sindicatos, gobierno central, gobierno catalán...), no obedecían a un proyecto
planificado, pero todas condujeron a la colectivización y socialización de los medios de producción, que
llevó a una nueva organización laboral.
En las regiones agrarias, según dominasen los sindicatos de la CNT o de la UGT, variaron las formas
de ocupar la tierra. En aquellas en que predominó el anarquismo se impuso la colectivización a ultranza con
experiencias de "comunismo libertario", a base de suprimir el comercio, la moneda, los impuestos...
El control obrero de los medios de producción se llevó a cabo también en industrias esenciales, los
servicios públicos, los ferrocarriles, transportes urbanos, compañías navieras...Comités de la CNT y UGT
tomaron en sus manos la producción y gestión de las empresas de manera autónoma. Se asistió a un
fenómeno de colectivización y sindicalización que en realidad suponía la administración de la empresa por
los obreros que trabajaban en ella. Y esto no solo ocurrió en grandes fábricas metalúrgicas, textiles..., sino
incluso en minúsculas zapaterías, panaderías, peluquerías... En Asturias, todas las minas e industrias estaban
en manos de los obreros, que llegaron a establecer comedores públicos, guarderías, asilos...
C) ENFRENTAMIENTOS ENTRE DISTINTAS FUERZAS REPUBLICANAS.
La disyuntiva entre "hacer la revolución o ganar la guerra", planteada desde el principio, estallará
violentamente en mayo de 1937. El escenario fue Barcelona, donde hubo un enfrentamiento entre el
POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), muy revolucionario, casi anarquista, la CNT, que veían
que era el momento de implantar sus ideales revolucionarios y de comunismo proletario, y el PCE, que
deseaba la unificación de todas las fuerzas antifascistas en la lucha militar contra los rebeldes y, una vez
ganada la guerra, ya se hablaría de revolución. Los enfrentamientos armados en la ciudad de Barcelona
acabaron con más de 1000 muertos entre los anarquistas, que quedaron anulados en sus decisiones a partir
de este momento, sufriendo represiones estalinistas (checas).
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La derrota militar supuso el exilio para más de 450000 españoles que se refugiaron en Francia. La
mayoría de ellos irán regresando en los años posteriores, pero muchos de ellos se exiliaran en Sudamérica
sobre todo en México. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana de Francia
muchos exiliados españoles que permanecieron en el país vecino se integraron en la resistencia antialemana
(maquis) o se integraron en unidades de la Francia Libre. 13000 de ellos fueron deportados por los alemanes
a los campos de concentración donde murieron unos 11000. Otros fueron entregados a la policía franquista
(Companys).
En el interior tras la Guerra Civil se llevó a cabo una política represiva muy dura, hubo 30000
fusilados y más de 270000 encarcelados. Se elaboraron nuevas leyes para perseguir a cualquier actividad
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