Manual para El Trabajo Social Comunitario 20 34

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1/CONCEPTOS Y

EVOLUCIÓN HISTÓRICA

CONCEPTO, OBJETIVOS Y PRINCIPIOS


DEL TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO
Como señala Mª José Escartín (1998:116), aún no se ha
llegado a un acuerdo respecto a lo que es el trabajo de comu-
nidad. Para algunos, no se puede distinguir de la acción políti-
ca, otros no encuentran diferencia entre el trabajo de comuni-
dad remunerado y el que no lo es. Por último, hay que valorar
si el trabajo de comunidad constituye una profesión o es una
actividad que puede realizar cualquier profesional.
La modalidad de intervención en el nivel comunitario del
Trabajo Social fue considerado uno de los tres métodos de
intervención clásicos, junto con el individualizado y grupal.
De hecho fue en 1962 cuando fue aceptado como un campo
de práctica del Trabajo Social por la Asociación Nacional de
Trabajadores Sociales Norteamericanos.
El Trabajo Social Comunitario se ha designado con dife-
rentes vocablos («Desarrollo Comunitario», «Organización de la
Comunidad», «Intervención Comunitaria»), pero, salvo ciertas mati-
zaciones, todos hacen referencia al proceso que se realiza para la
consecución del bienestar social de la población, con la partici-
pación directa y activa de ésta en el análisis, concienciación y
resolución de los problemas que afectan a la comunidad, par-
tiendo por tanto de la propia comunidad y de la utilización,
potenciación o creación de los recursos de la misma.
Como señala M.ª J. Escartín, podríamos considerarlo el
desafío profesional del Trabajo Social más importante, ya que
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supone hacer presente los valores de participación, solidaridad


y convivencia, ayudando como profesional a la toma de con-
ciencia de uno mismo y de su entorno, potenciando las pro-
pias capacidades y las de la comunidad, adquiriendo habilida-
des sociales que tan sólo pueden asumirse porque previamen-
te se ha dado un conocimiento, aceptación y «cariño» hacia
uno mismo y los demás (Recordemos que partimos de un
paradigma humanista-dialéctico).
Alan Twelvetrees, defensor de la intervención especializa-
da, identifica el Trabajo Social Comunitario con la naturaleza
y los objetivos del Trabajo Social, considerando a éste como
agente de cambio que interviene en la comunidad. El trabaja-
dor social debe, desde este enfoque, mantener un contacto
continuo con la comunidad y trabajar a través de sus grupos.
Cristina de Robertis, desde su visión de la realidad como
un todo con diferentes dimensiones, individual, grupal y
comunitaria, expone la evidente dimensión colectiva del indi-
viduo, y la dimensión individual de la intervención comunita-
ria, estableciéndose entre lo colectivo e individual una relación
dialéctica, de influencias recíprocas. De Robertis opta por lo
que denomina intervención colectiva, considerando al grupo
como un nivel intermedio y básico a través del cual se confi-
gura y estructura la intervención comunitaria con la pobla-
ción. «Es dentro del marco de los grupos como cada persona
puede ejercer plenamente su rol de ciudadana y participar en
la vida pública, influenciar en las decisiones, crear encuentros,
defender derechos y opiniones» (De Robertis, 1993).Y com-
parte con Twelvetrees el rol de agente de cambio que asume el
trabajador social en esta intervención colectiva, el cual inter-
viene en una realidad compleja y dinámica, estableciendo una
relación de ayuda que provoca la autonomía individual y social
de las personas, familias y grupos.
En cuanto al contexto social actual en el que se realizan
nuestras intervenciones profesionales, existen diferentes exper-
tos que señalan la utilidad social de estas intervenciones comu-
nitarias, como consecuencia de la reaparición de la dimensión
comunitaria en nuestra sociedad, reaparición que se manifies-
ta, según S. Giner, a través de los movimientos sociales huma-
nistas y los esfuerzos de reconstrucción de la comunidad en
forma de comunidades humanistas voluntarias. Esta reapari-
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ción se debe, según N. de la Red y J. L. Izquieta, a los efectos


de la crisis económica y social que está generando una serie de
desajustes y a la aparición de un conjunto de necesidades más
amplias que las meramente económicas, cuya solución exige
estrategias políticas, sociales y culturales y la insuficiencia de las
formas de ayuda institucional planteadas desde la Administra-
ción que hace que los esfuerzos que se realizan sean poco efi-
caces ante las dimensiones de las necesidades sociales.
Esta situación plantea, según estos autores, la necesidad de
procesos de intervención comunitaria que potencien activida-
des orientadas a la solución de los nuevos y los viejos proble-
mas a los que se enfrentan las comunidades humanas. Procesos
que conciban lo comunitario no como algo tradicional y
heredado, sino como la vinculación y relación con el territo-
rio, una configuración próxima y común de intereses y una
cohesión de esfuerzos y voluntades que promueva la identidad
social y cultural.
Para T. Báñez, el Trabajo Social Comunitario, tal como se
concibe en el momento actual, es el resultado de un doble pro-
ceso de formación. Por un lado, su formación empírica o práctica
procede de la existencia de una serie de experiencias de ayuda
que en el ámbito de la comunidad se han sucedido a lo largo
de la historia, con diferentes grados de formalización y organi-
zación: los pueblos cooperadores impulsados por Robert
Owen, las experiencias de organización de la caridad, el Settle-
ment Movement o «Movimiento de los establecimientos», los
consejos de bienestar de la comunidad, las cajas de la comuni-
dad y los programas de desarrollo comunitario, entre otros.
Por otro lado, su formación teórica es el resultado de las
diversas elaboraciones de la organización de la comunidad
como uno de los métodos clásicos del Trabajo Social y de la
introducción de los enfoques sociológicos y psicosociales en la
teoría y la práctica profesional, cuyas expresiones más consoli-
dadas se pueden encontrar en el movimiento de la Recon-
ceptualización en Latinoamérica, en la introducción del con-
cepto y la teoría del cambio planificado en Estados Unidos y
en la teoría de los sistemas y sus aplicaciones al trabajo con
redes sociales.
Para la profesora T. Báñez, estas intervenciones comunita-
rias estarían justificadas por dos tipos de razones:
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a) Razones de tipo técnico en tanto que potenciadoras de las


capacidades personales y sociales, las intervenciones comunitarias
cumplen una función preventiva, en lo que se refiere a la apari-
ción de situaciones de riesgo o problemas sociales, con resultados
a medio y largo plazo, pero persistentes. La atención de las situa-
ciones de necesidad o de dificultad no es adecuada si no se con-
sigue la implicación de la sociedad. Sin ésta, no es posible la inte-
gración social.
b) Razones políticas o ideológicas en cuanto garantía de los
derechos sociales de los ciudadanos, reconocidos por los diversos
textos legales en nuestro país: las intervenciones comunitarias
suponen un instrumento que facilita la participación social,
dotando de contenido real a la democracia.
Del mismo modo, M. Marchioni indica que los trabajado-
res sociales se enfrentan cada día con una demanda que
aumenta, que se plantea cada vez en términos más inmediatos,
más urgentes y más brutales y que no deja espacio real para un
tratamiento y un seguimiento de los casos. Esto plantea la
necesidad de una dimensión colectiva de la intervención y de
la acción social; la dimensión colectiva se encuentra, no total-
mente, pero sí particularmente, a nivel comunitario.
El Trabajo Social Comunitario pretende basarse en algu-
nos supuestos cercanos a los enunciados para el Trabajo Social
con casos y el de grupos, que Murray G. Ross (1967) resume
en los siguientes:
• Las comunidades tienen recursos suficientes para respon-
der a sus propias necesidades.
• Las personas quieren cambiar y pueden cambiar y este
cambio es diferente cuando es endógeno o cuando es impuesto.
• Una «aproximación global» a la comunidad, puede produ-
cir éxitos que no aporta la «aproximación fragmentada».
• La democracia requiere una participación y una acción
cooperadora en los asuntos de la comunidad.
• Las comunidades necesitan frecuentemente ayuda al obje-
to de organizarse para afrontar sus necesidades, lo mismo que los
individuos la necesitan para afrontar sus propias necesidades.
Los objetivos del Trabajo Social comunitario, según W.A.
Friedlander (1978:206), pueden resumirse en:
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• Ayudar a los ciudadanos a encontrar los medios necesarios


para su bienestar en su entorno social.
• Alentar los esfuerzos cooperadores para perseguir objeti-
vos comunes.
• Construir para los individuos y grupos canales de mutuo
entendimiento para la acción común.
A. Twelvetrees, defensor de la intervención especializada,
identifica el Trabajo Social Comunitario con la naturaleza y los
objetivos del Trabajo Social, considerando al trabajador social
como agente de cambio que interviene en la comunidad y
que debe, desde este enfoque, mantener un contacto continuo
con la comunidad y trabajar a través de sus grupos.
C. de Robertis comparte con Twelvetress el rol de agente
de cambio que asume el trabajador social en esta intervención
colectiva, el cual interviene en una realidad compleja y diná-
mica, estableciendo una relación de ayuda que provoca la auto-
nomía individual y social de las personas, familias y grupos.
Los principios básicos de este método coinciden sin
mayores diferencias con los de grupo e individual. No obstan-
te, C.F. McNeil (1954:123) señala como específicos:
• La comunidad es el cliente primario y ha de ser com-
prendida y aceptada cómo y dónde esté.
• Han de tenerse presentes los intereses y participación de
todos los integrantes de la comunidad.
• Toda comunidad tiende hacia procesos de perfección.
• Existe una interdependencia básica entre todos los ele-
mentos comunitarios.
M. Marchioni plantea como postulados básicos del Traba-
jo Social Comunitario que nunca se podrá hacer un verdade-
ro cambio si no es a través de la plena participación de las per-
sonas interesadas (el desarrollo es un producto de las personas
que se produce a través de la toma de conciencia de la situa-
ción en la que viven, de la necesidad de modificarla y de la
toma de conciencia de sus derechos); como continuación apa-
rece la autodeterminación de los individuos y comunidades; y
que el ritmo del desarrollo no puede ser impuesto artificial-
mente desde el exterior, sino que debe ser predispuesto
teniendo en cuenta lo que ya se ha dicho.
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En el Trabajo Social Comunitario el trabajador social


puede ayudar a las comunidades a comprender los problemas
sociales existentes en su seno y a utilizar los recursos disponi-
bles para dar soluciones que mejoren y fortalezcan a toda la
comunidad y enriquezcan la vida de sus miembros.
Este método de intervención pretende dar respuesta a las
necesidades comunitarias y en él, el rol de ayuda del trabaja-
dor social no está dirigido solamente hacia los miembros de
un grupo, sino que conduce sus esfuerzos al lado de los indi-
viduos con quien trabaja. Por ello, algunos autores conside-
ran que el Trabajo Social Comunitario es una metodología
de trabajo desde la base: trabajar con la comunidad, no sólo
para la comunidad. Es decir, no es tanto una acción sobre la
comunidad, cuanto una acción de la comunidad, que nace de
la integración de cuatro componentes: el estudio de la reali-
dad, la programación de actividades, la ejecución y la evalua-
ción de lo realizado o lo que se está realizando.
Podemos señalar que el Trabajo Social Comunitario:
• Es una metodología de trabajo centrada en la resolución
autogestionada de las necesidades colectivas.
• Se inserta en un contexto de globalidad, que tiene en
consideración el conjunto de las actividades socioculturales,
socioeconómicas y sanitarias de una colectividad.
• Su objetivo general es la promoción de grupo e indivi-
duos y se opone a las propuestas puramente asistenciales.
• El trabajador social es un agente de cambio, cuyo objeti-
vo concreto es la revitalización y la animación de una colectivi-
dad, poniendo en acción recursos escondidos, detectando capa-
cidades latentes de iniciativas, revitalizando las capacidades de
solidaridad.
• Se impone claramente una concienciación, movilización
o politización del grupo al cual se dirige la acción.
• El Trabajo Social Comunitario ya no se dirige a clientes
específicos sino que intenta alcanzar la globalidad de los proble-
mas de un sector o de una población. Hay una idea más espacial
y geográfica que personal.
En resumen, el Trabajo Social Comunitario es la inter-
vención social en el ámbito comunitario (desde una pers-
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pectiva global del individuo, a través de grupos y en su


comunidad) encaminados a desarrollar las capacidades per-
sonales, grupales y vecinales, fomentando la autoayuda y la
solidaridad, potenciando los propios recursos de la comuni-
dad, tanto a través de la participación activa de sus habitan-
tes, desde la perspectiva individual, como la de sus organi-
zaciones formales o informales, a través de sus grupos. Entre
el individuo y la comunidad está pues el grupo, (tanto el
socioterapeútico y educativo, de acción social y de apoyo
social y ayuda mutua) primera esfera que ofrece al indivi-
duo su dimensión social, que con sus vínculos racionales
ofrece un beneficio para los individuos y la comunidad
(Rossell, T. 1994,25).
A través de esta intervención se pretende que la comuni-
dad tenga acceso a la igualdad de oportunidades y recursos de
su propio planteamiento, donde se cubran integralmente las
necesidades básicas de la población, sintiéndose sujetos, actores
de su vida y evolución, potenciándose la vida asociativa de la
comunidad, integrándose como tal comunidad en el resto de
la localidad. En este proceso se está produciendo la moviliza-
ción de recursos humanos e institucionales en la propia comu-
nidad, que va a ayudar a un mejor nivel y calidad de vida de
los ciudadanos que la componen.

INFLUENCIAS METODOLÓGICAS

Según E. Ander-Egg y otros autores, todo lo referente al


Trabajo Social de Comunidad, tal como hoy se presenta, es el
resultado de la confluencia de dos desarrollos metodológicos
separados que, por otra parte, pretendieron dar respuesta a pro-
blemáticas diferentes:

• El de Organización de la Comunidad, que surge dentro de


la profesión y que tiene su principal desarrollo en los Estados
Unidos,
• El de Desarrollo Comunitario, que nace y se desarrolla fuera
del campo del Trabajo Social profesional, en un primer momen-
to en países de África y Asia, luego en América Latina y Europa.

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Organización de la Comunidad
La expresión Organización de la Comunidad u Organización
Comunitaria, que, en alguna medida, precede al moderno con-
cepto de Desarrollo de la Comunidad, se utiliza para designar
aquella fase de la organización social que constituye un esfuer-
zo consciente de parte de la comunidad para controlar sus pro-
blemas y lograr mejores servicios de especialistas, organizacio-
nes e instituciones.
Las diferentes definiciones que se han dado sobre el méto-
do de organización comunitaria son múltiples y variadas. En
ellas se refleja con frecuencia la ideología del autor. Así, unos
hablan de ajuste, otros de relación entre necesidades y recursos
y todos hablan de participación.Varios consideran que se trata
de un método y un proceso, tal es el caso de G.W. Carter, R.E.
Smalleym, G. Brager, H. Specht y M. Moix.
Parece ser que E. Lindeman ha sido uno de los primeros
en utilizar, a comienzos de la década de los veinte, la expresión
«organización de la comunidad», para designar «aquella fase de
la organización social que constituye un esfuerzo consciente
de parte de la comunidad para controlar sus problemas y lograr
mejores servicios de especialistas, organizaciones e institucio-
nes».
Pocos años después,W. Pettit, en el trabajo presentado en
la Conferencia Nacional de Trabajo Social (1925) lo define
como «una forma de ayudar a un grupo de personas a reco-
nocer sus necesidades comunes y a resolverlas». Años después
el mismo Pettit (1928) publica un libro en el que se recogen y
estudian las experiencias en este campo: Estudio de Casos en la
Organización de la Comunidad.
En el informe de la Conferencia Nacional de Trabajo
Social (1934) se considera como objetivo primordial de la
organización de la comunidad el «promover y mantener un
ajuste progresivamente efectivo entre los recursos y las necesi-
dades del bienestar social».
En el informe que R. P. Lane presentó a la NASW en
1939, denominado The field of Community Organization (Lane
Report) se recoge el trabajo de discusión que se había llevado a
cabo en seis ciudades y se señalan las características principales
de este método:
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• El término «Organización de la Comunidad» se refiere


tanto a un proceso como a un campo de actuación.
• El proceso de organización de una comunidad o de una
parte de ella, es realizado tanto en la esfera del trabajo social
como fuera de ella.
• En el campo del trabajo social el proceso de organización
de la comunidad es realizado por algunas organizaciones como
función primaria y por otras como una función secundaria.
• El proceso puede darse a nivel local, federal y nacional y
también entre estos niveles.
• Las instituciones cuya función principal es la organización
de la comunidad, de ordinario no ofrecen servicios directos a los
usuarios.
Más tarde, en 1962, la National Association of Social Work
(NASW), sintetizó los objetivos específicos del método de
organización de la comunidad, en tres grandes cuestiones:
1. Proporcionar a la comunidad, o a sectores de la misma,
la oportunidad de movilizar sus recursos para resolver o pre-
venir problemas sociales:
• ofreciendo a los ciudadanos medios para movilizarse,
expresarse y para hacer frente a sus responsabilidades por el bie-
nestar social,
• proporcionando medios a las agencias sociales para cumplir
eficazmente con sus responsabilidades respecto de la comunidad,
• ofreciendo medios a la profesión del trabajo social para
cumplir con sus responsabilidades comunitarias.

2. Proporcionar medios de interacción entre diferentes


sectores de la comunidad:
• entre diversos ciudadanos y grupos a quienes les concier-
ne el bienestar de la comunidad,
• entre especialistas dentro de la profesión y entre profesio-
nales y el liderazgo de la comunidad,
• entre especialistas e instituciones (sistema escolar, cuerpo
médico, abogados, etc.),
• entre la comunidad política y la comunidad del bienestar
social.
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3. Proporcionar a la comunidad un servicio de planifica-


ción del bienestar mediante:
• el desarrollo de planes de bienestar social,
• la realización de dichos planes,
• el influjo en las políticas de bienestar social y otras políti-
cas públicas relacionadas directa o indirectamente con el bienes-
tar de la gente,
• la ayuda a la movilización de una financiación adecuada,
gubernamental y voluntaria.

En la mesa redonda realizada en Washington en 1940 aus-


piciada por la Asociación Americana de Escuelas de Trabajo
Social, A. Johnson define la organización de la comunidad
como «el arte y el proceso de desarrollar los recursos poten-
ciales y los talentos de grupos de individuos y de los indivi-
duos que componen esos grupos».
Durante muchos años, en los Estados Unidos, la organiza-
ción de la comunidad se concibió como un proceso de adap-
tación y ajuste de tipo interactivo y asociativo y una técnica
para lograr equilibrios entre recursos y necesidades, dentro de
un contexto en el cual los conflictos siempre se consideran
disfuncionales y disociativos.
L.W. Mayo (1942) entiende por organización de la comu-
nidad el proceso por el cual se trata de «crear un mejor balan-
ce entre las necesidades y los recursos, a través de la promoción
del financiamiento, administración, extensión y organización
de la comunidad»; el objetivo pues del método trata principal-
mente del desequilibrio entre las necesidades y los recursos.
M.G. Ross (1967) realiza una propuesta en relación con el
papel profesional del trabajador social en la organización de la
comunidad. Estos papeles desempeñados por los trabajadores
sociales pueden definirse como:
• Papel de guía: es el principal papel del trabajador social en la
organización de la comunidad, el de guía que ayuda a la comunidad
a establecer y encontrar los medios para conseguir sus propios fines.
• Papel de capacitador: facilitando el proceso de organización
de la comunidad. Se trata de un agente catalizador, que ayuda a
las personas a conocerse y comprenderse, facilitando también la
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comunicación entre las personas y grupos de la comunidad, para


que cristalicen los sentimientos y la conciencia común frente a
las necesidades y aspiraciones.
• Papel de experto: consistente en facilitar información y
orientaciones sobre la situación de la comunidad con la que tra-
baja, en los diferentes momentos del proceso: investigación, diag-
nóstico, manejo de métodos, información técnica, valoración y
datos sobre otras comunidades.
• Papel de terapeuta social: realizando un diagnóstico y trata-
miento de la comunidad, a través de sus grupos representativos.
Pionero en España del Trabajo Social Comunitario, es M.
Marchioni, que propone una concepción del Trabajo Social
Comunitario basado en la organización de la comunidad y la
praxis de la planificación social. Para él la organización de la
comunidad se entiende como:
«El proceso de desarrollo programado, a través de la coordina-
ción e integración de las organizaciones, individuos y grupos de la
comunidad, que va dirigida a la educación, promoción y participa-
ción de los mismos, todo ello siguiendo el marco de una planifica-
ción realizada desde “el cuerpo vivo de la comunidad”, teniendo en
cuenta la demanda social que esta comunidad realmente expresa y
en función de las prioridades claramente advertidas tanto por los
administradores como por los técnicos y profesionales, y también
por la comunidad misma». (Marchioni 1989:53).

En la misma línea se manifiesta el profesor M. Moix cuan-


do se refiere al concepto de organización de la comunidad
entendiéndola como un proceso social que ha de tener pre-
sente la reacción de la población ante los problemas, dentro de
un marco de valores y objetivos, y un método, que implican
un conjunto de procedimientos.
Desde otra perspectiva y para completar el análisis de este
concepto de organización de la comunidad, reseñamos los tres
modelos de organización de la comunidad que propuso J.
Rothman, considerados como medios puestos en práctica para
lograr los objetivos de la organización comunitaria:
• Desarrollo de la Localidad: utilizado en Trabajo Social con
grupos de la comunidad, que se centra en el proceso de edifica-
ción de la misma, que supone la participación y capacitación de
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un amplio sector de la comunidad para establecer el consenso en


la identificación de los intereses comunes.
• La Acción Social: dirigida a grupos y organizaciones en las
que se pretende modificar políticas y distribuciones de poder. La
participación es el valor más importante de esta herramienta.
• La Planificación Social: procedimiento tradicional de la
organización de la comunidad, que se centra en el estableci-
miento de objetivos y tareas, con la asignación de recursos. La
coordinación y la visión integral del bienestar social son una de
las características posteriores, para lo cual precisa de unos méto-
dos técnicos (la investigación y los análisis de sistemas) basados en
la resolución racional de los problemas, con la participación del
experto y los líderes de la comunidad.

Desarrollo Comunitario
Otra línea de desarrollo práctico, metodológico y con-
ceptual que desemboca y confluye como elemento subyacen-
te del Trabajo Social Comunitario es el Desarrollo de la Comu-
nidad. Esta expresión fue puesta en circulación en los Estados
Unidos en 1947, pero fue la Oficina de Colonias británica la
que, en 1948, la utilizó para designar un programa de acción
social gubernamental que desarrollaban en sus colonias. En
este caso, se trataba de un movimiento de promoción que
debía iniciarse en las colonias para preparar su emancipación.
Las acciones programadas tenían, fundamentalmente, objetivos
educacionales: alfabetización, capacitación laboral, etc. destina-
dos a preparar la fuerza de trabajo que requerían las industrias
instaladas en las colonias.
En 1956, un grupo de expertos de Naciones Unidas sis-
tematiza las diferentes experiencias y produce un documento
titulado Desarrollo de la comunidad y servicios conexos, que ha sido
considerado como la Carta Magna del Desarrollo de la Comu-
nidad; en él se establece el siguiente alcance y significado:

«La expresión Desarrollo de la Comunidad se utiliza para


designar el proceso que une los esfuerzos de una población con los
de su gobierno para mejorar las condiciones económicas, sociales
y culturales de las comunidades, integrar éstas a la vida de la nación
y permitirles así contribuir plenamente al progreso nacional».

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Ésta ha sido la primera definición oficial del Desarrollo de


la Comunidad propuesta por Naciones Unidas, repetida en
otros documentos internacionales y ampliamente difundida y
utilizada entre los especialistas. En este documento se mencio-
nan los servicios conexos, que son los proyectos específicos a
través de los cuales se realizan los programas de desarrollo
comunal: servicios de agricultura; servicios de nutrición; servi-
cios de educación; educación fundamental; servicios de orien-
tación y formación profesional; promoción de cooperativas;
artesanía y pequeñas industrias; servicios sociales; vivienda,
construcción y planificación, y sanidad.
En América Latina, encontramos la primera definición de
Desarrollo de la Comunidad como un método del servicio
social en el Seminario que la Organización de Estados Ameri-
canos (OEA) organizó en el Salvador en 1950 y lo define como
«la técnica o proceso que emplea el Servicio Social para suscitar
la racional participación de los integrantes de una determinada
zona o población, en una empresa de mejoramiento individual
y de progreso colectivo, sobre la base de los propios recursos».
Los libros de la trabajadora social norteamericana C.Ware
y su presencia personal es lo más significativo en el desarrollo
del método en América Latina. La Unión Panamericana publi-
có las dos obras principales de esta autora: Estudio de la comu-
nidad (1952) y Organización de la comunidad para el bienestar social
(1954). La definición que propuso sobre organización de la
comunidad es la siguiente:
«Proceso para suscitar grupos funcionales de ciudadanos
capaces de ser agentes activos y responsables de su propio pro-
greso, usando para ello como medios: la investigación en común
de los problemas locales, el planeamiento y la ejecución por sí
mismos de las soluciones que antes convinieron y la coordinación
voluntaria con los demás grupos y con las autoridades oficiales,
de modo que se obtenga el bienestar total de la comunidad».

En los años sesenta aparecen las primeras versiones latinoa-


mericanas del desarrollo de la comunidad. El mexicano R. Pozas
elabora una metodología para el estudio de las comunidades; el
costarricense C. María Jiménez desarrolla fundamentalmente los
aspectos administrativos de estos programas y R. Darío Utría,
colombiano, focaliza la acción comunitaria como un aspecto del
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32 / MANUAL PARA EL TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO

desarrollo comunal. Con H. Kruse, uruguayo, se da la primera


versión realizada por un trabajador social latinoamericano.
Según la profesora Mª J. Escartín (1998:119), siguiendo a A.
García Lizana, podemos definir el Desarrollo Comunitario como:
«Movimiento de mejora de la comunidad con la participa-
ción autónoma y/o inducida de ésta, siendo desarrollo comuni-
tario tanto la propia atención comunitaria como la mejora deri-
vada de ella, como la inducción, esto es por lo que respecta a los
procesos correspondientes, a las actuaciones en estos contenidos
y a los métodos específicos empleados, así como a la filosofía que
inspira todo lo anterior y que se traduce en una actitud y forma
de actuación determinadas».

En opinión de esta autora, el desarrollo de la comunidad


es un proceso a la vez educativo y de organización:
• Educativo, porque la materialización de proyectos es
mucho menos importante que los cambios cualitativos que se
manifiestan en las actitudes y en la vida de relación.
• De organización, porque promueve la acción colectiva,
reorienta las instituciones y requiere la aparición y la capacita-
ción de nuevos líderes locales.

El desarrollo de la comunidad logra un gran avance en


España a través de la experiencia aportada por M. Marchioni,
que muestra una experiencia de procesos de participación de
la gente. Para él las características fundamentales del Desarro-
llo de la Comunidad son:
a) Es una técnica o práctica social: se entiende por técnica
social un conjunto de reglas prácticas y sistemáticas, cuyos proce-
dimientos, al ser aplicadas, se traducen en acciones mediante las
cuales se modifica o se transforma algún aspecto de la sociedad.
Se apoya en el conocimiento científico de lo social y en los mar-
cos teóricos-interpretativos que proporcionan las ciencias sociales.
b) Se diferencia de las otras técnicas sociales por el obje-
tivo que persigue, su modalidad operativa y el nivel en que
funciona:
• Objetivos: la promoción del hombre y la movilización de
recursos humanos e institucionales mediante la participación
activa y democrática de la población en el estudio, planteamien-
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to y ejecución de programas, en las comunidades de base, desti-


nados a mejorar sus niveles de vida cambiando las situaciones que
son próximas a las comunidades locales.
• Modalidades operativas: el desarrollo de la comunidad no es
tanto una acción social en la comunidad, cuanto una acción de
la comunidad; se trata de esfuerzos y acciones de base organiza-
dos con iniciativa y dirección de esas mismas bases, aunque para
su despegue hayan precisado de una acción exterior.
• Nivel en que funciona: se trata de una metodología de tra-
bajo desde la base, que actúa fundamentalmente a nivel psicoso-
cial, mediante un proceso educativo que desenvuelve virtualida-
des latentes y desarrolla potencialidades en individuos, grupos y
comunidades, para mejorar sus condiciones de existencia.
c) La metodología y práctica del desarrollo de la comuni-
dad están configuradas por la integración y fusión de cuatro
componentes:
— Estudio de la realidad
— Programación de actividades
— Acción social
— Evaluación de lo realizado
d) Hay desarrollo comunal cuando se promueven y
movilizan recursos humanos, mediante un proceso educativo
concienciador que desenvuelva las potencialidades latentes
para lograr el autodesarrollo.
e) La idea y la práctica de la participación popular termi-
na por tomar una centralidad indiscutible en la teoría y prác-
tica del desarrollo comunitario.
f) En cuanto técnica social, el desarrollo comunitario
tiene un carácter instrumental, pero la intencionalidad de los
programas concretos viene dada por el marco teórico referen-
cial y la concepción ideológico-política de quienes utilizan
este instrumento (Marchioni, 1969:100-102).

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL


TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO
Para un mejor entendimiento de la naturaleza del Trabajo
Social Comuntario y de las ideas expuestas anteriormente sobre
© narcea, s. a. de ediciones

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