El Origen de La Filosofía
El Origen de La Filosofía
El Origen de La Filosofía
La historia de la Filosofía como pensar metódico tiene sus comienzos hace más de dos mil
quinientos años, pero como pensar mítico, mucho antes.
Sin embargo, comienzo no es lo mismo que origen. El comienzo es histórico (…) Origen es, en
cambio, la fuente de la que emana en todo tiempo, el impulso que mueve a filosofar (…)
Este origen es múltiple. Del asombro sale la pregunta y el conocimiento; de la duda acerca de
lo conocido, el examen crítico y la certeza; de las situaciones límites y de la conciencia del
hombre de estar perdido, la pregunta por su propio ser.
Asombro. Platón decía que el asombro es el origen de la Filosofía. Nuestros ojos “nos hacen
partícipes del espectáculo de las estrellas, del sol y de la bóveda celeste”. Este espectáculo nos
ha dado el impulso de investigar el universo. De aquí brotó para nosotros la Filosofía, el mayor
de los bienes deparados por los dioses a la raza de los mortales. Y Aristóteles añade: (…)”Pues
la admiración es lo que impulsa a los hombres a filosofar: empezando por admirarse de lo que
les sorprendía por extraño, avanzaron poco a poco (…) y se preguntaron por el Origen del
Universo.
Duda. Una vez que he satisfecho mi asombro y admiración con el conocimiento de lo que
existe, pronto llega la duda. Los conocimientos se acumulan, pero ante el examen crítico no
hay nada cierto. Las percepciones están condicionadas por nuestros sentidos, y son engañosas.
Nuestras formas mentales, se enredan en contradicciones insolubles; por todas partes se alzan
unas afirmaciones frente a otras.
Jaspers nos señala así dos posibles fuentes de error: 1) los sentidos, que tienen limitaciones;
con la luz escasa, por ejemplo, confundimos los colores; 2) la razón, que nos lleva a veces a
contradicciones (por ejemplo, se han formulado pruebas racionales tanto de la existencia
como de la inexistencia del alma). Y a esto añade dos formas de duda que se han dado
históricamente: el escepticismo absoluto, que consiste en la negación de cualquier posibilidad
de conocimiento, y la duda cartesiana o escepticismo metódico, propuesta por Descartes en la
Edad Moderna, en la que se busca un camino para llegar a la certeza. Descartes decía “pienso,
luego existo”, y esta inferencia era para él incuestionable. ¿Por qué? Luego de mostrar a través
de ejemplos la escasa confiabilidad de los sentidos, de haber señalado la posibilidad de
confundir sueño y vigilia, Descartes había propuesto la hipótesis de un genio maligno capaz de
engañarlo en todo momento. Aún así, equivocándose en todo, podía estar seguro de algo:
mientras estaba dudando estaba pensando, y al pensar, estaba existiendo en tanto ser
pensante. La duda metódica parece más viable que el escepticismo, ya que éste puede resultar
paralizante (si todo conocimiento de la realidad es imposible, (¿qué línea de acción elijo en
cada momento?; no me puedo pronunciar respecto de lo que alimento o veneno, ni de cómo
trasladarme de un lugar a otro, etc.)
La duda, entonces, es el segundo origen de la Filosofía, dado que genera nuevas dudas, y lleva
al hombre eternamente a pensar.
Situaciones límites. Según Jaspers, el hombre puede mirar hacia afuera, al mundo, o hacia
adentro, a sí mismo. Cuando su mirada se vuelve hacia sí mismo, entonces toma conciencia de
su situación en el mundo: no puede saberlo todo, no puede tenerlo todo, no vivirá
indefinidamente, etc. Esto le provoca angustia, que no es sino una conmoción interior, y lo
lleva a formularse nuevas preguntas. En palabras de Jaspers, “estamos siempre en situaciones;
las situaciones cambian, las ocasiones se suceden. Si no se las aprovecha, no vuelven más.
Puedo trabajar por hacer que cambien determinadas situaciones. Pero hay otras que son, por
su esencia, permanentes aún cuando se altere su apariencia momentánea: no puedo menos
de morir, ni de padecer, ni de luchar; estoy sometido al azar; me hundo inevitablemente en la
culpa (son simplemente ejemplos de lo anterior). A estas situaciones fundamentales de
nuestra existencia las llamamos situaciones límites. Quiere decir que son situaciones de las que
no podemos salir y que no podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límites, es,
después del asombro y de la duda, el origen más profundo aún de la Filosofía”.