Hazar Había Logrado Su Objetivo
Hazar Había Logrado Su Objetivo
Hazar Había Logrado Su Objetivo
heredó de Can Cerberos, ahora parecía que ya nada podía evitar que la
sangre corriera entre ellos dos - Bien Noré, al fin me das el gusto, ya no
tendré que contenerme - dijo Hazar con un gesto de satisfacción en su
rostro.
Cuando el príncipe de la Ira tomaba aquella apariencia perdía parte de su
razonamiento, pero en esa ocasión mantenía un objetivo firme, matar a
Hazar.
Su mirada penetrante cortaba la respiración, y con un rugido, que lo
enmudeció todo, comenzó a atacar sin piedad.
Poseía una fuerza brutal, cada golpe que Hazar esquibava partía la tierra,
obligando a Vittorio y a Kalir a hacerse a un lado para evitar recibir los
impactos.
- Wow, sí! Ja, ja, es increíble - dijo emocionado Kalir.
- ¿De qué demonios te ríes?, ¿Acaso esto te parece divertido? - le reclamó
Vittorio.
- ¿Tú que crees?, he esperado por años para ver a Noré mostrar su
verdadero poder. ¡Mira ese potencial!, no puedo creer que el idiota reniegue
de él. Es impresionante su capacidad destructiva, ya quisiera yo tener esa
fuerza -
- No te emociones tanto, si sigue así por más tiempo terminaremos todos
muertos...-
- Ahora veremos si Hazar realmente puede hacerle frente -
- No podrá, Hazar no tiene idea de lo que acaba de provocar...-
- ¿Cómo lo sabes?, ni siquiera el día de la competencia Noré quiso mostrar
este poder -
- Por que puedo sentir la presencia de su magia fuera de control, si se lo
propusiera Noré definitivamente podría algún día alcanzar a Loxur ...-
- ¡¿De verdad?! -
- Sí, pero él no ambiciona ese tipo de cosas, sólo quiere una vida tranquila...
puedo entender lo que siente, tener un poder que no puedes controlar es
complejo -
- Claro, ustedes dos tienen eso en común, tú con tu parche y él con su
marca de magia, sin algo externo que los frene su poderes escapan de su
control - reflexionó Kalir.
- Exacto, el día de la competencia me dijo que no liberaría su otra mitad por
que los instintos de esta aún lo dominan. Al igual que Can Cerberos, si se
siente amenazado, no se detendrá hasta matar a su enemigo, y no deseaba
eso. Pero ahora es distinto, esto ya no tiene vuelta a atrás...-
El enfrentamiento continuaba entre los Diablos, Hazar comenzaba a sentirse
presionado por Noré. Pudo comprender que había subestimado la fuerza de
su hermano, pero aún así no cedería, su orgullo de guerreo permanecía
intacto y haría lo que sea para ganar. Era hábil para esquivar los zarpazos
de aquella bestia, pero en un momento Noré lo sorprendió con una ataque
usando ambas manos, Hazar apenas y pudo bloquerarlo pero salió
despedido un par de metros - Maldito animal... en verdad eres fuerte, pero
igual seguiré... esto será hasta que uno de los dos caiga Noré... - dijo
mientras volvía a tomar postura para atacar.
Anaciel, conmovida, sólo podía observar aquella feroz pelea a la distancia, y
Salomón nuevamente insistió - ¿Te asusta? -
- ¿Cómo podría tenerle miedo?... no importa la forma que tenga, sigue siendo
Noré, yo sé quien es él...- respondió muy segura.
La joven ángel no podía evitar sentir tristeza al presenciar aquella pelea,
para ella Noré era como un animal herido, lleno de furia y dolor que sólo
buscaba defender lo que amaba - Noré está sufriendo...-
- ¿Qué dices? -
- Puedo sentirlo... siento su dolor...-
- Ahh, entiendo. Estás muy unida a él. Es verdad, Noré sufre mucho esa
transformación, porque sabe que no puede dominarla del todo y pierde parte
de su conciencia -
- Por favor detenganlos...- le pidió.
- Créeme que aunque quisiéramos no tendríamos el poder para hacerlo,
ninguno de los dos retrocederá, son cómo criaturas salvajes, reducidas a lo
más básico de sus instintos... no se detendrán hasta que uno de ellos muera
-
- No... -
- Deberías estar felíz, ambos pelean por que te aman. Ese es el problema de
los Diablos, somos seres pasionales, capaces de cualquier cosa por obtener
lo que queremos... -
- ¿Cómo podría estar felíz con esto?... no quiero que nadie muera...-
- ¿Eres consciente de que si Noré no mata a Hazar la que morirá serás tú,
verdad? -
- Lo sé... - respondió mirándolo a los ojos.
- Oh ya veo, eres determinada... Es una lástima que aunque Noré gane igual
perderá, debido a la maldición de nuestro padre...- deslizó Salomón.
- ¿De qué hablas? ¿Cuál maldición? -
- Así que no te contó sobre eso... para evitar los conflictos graves entre
nosotros, nuestro padre nos ató a los siete con una maldición... si uno de
nosotros es asesinado, el ejecutor será automáticamente arrastrado a lo
más profundo del infierno, condenado a la reclusión eterna...-
- Reclusión... eterna?...- dijo impactada.
- Así es, si logra matar a Hazar, Noré será encerrado para siempre, hasta el
día de su muerte... -
- No... no puede ser... tengo que detenerlos - dijo ella mientras intentaba
recomponerse.
- ¿En ese estado?, ni siquiera puedes levantarte -
- No importa... no me quedaré a ver sin hacer nada...- continuó ya sacándose
los zapatos lentamente, miró a Salomón por un momento y preguntó -
¿Puedes ayudarme?...-
- ¿Ayudarte?, yo no iré allá, no intervendré. Pero puedo darte un pequeño
impulso de energía con un hechizo, aunque en tu estado actual sólo será
momentáneo, no dura mucho en seres que están muriendo... Pero irás sola,
¿aún así lo quieres? -
- Sí - respondió segura y Salomón le entregó un hechizo tocándola con su
dedo índice.
Inmediatamente Anaciel sintió como la adrenalina le devolvía la fuerza a su
cuerpo y bajó corriendo las escaleras, pasando por entremedio de Vittorio y
Kalir que estaban parados en la mitad de ellas.
Vittorio se sorprendió e instintivamente la tomó de la mano
- ¡Anaciel no puedes ir! ¡es peligroso! -
- Déjame ir Vittorio por favor, ¡Noré me necesita ! -
El principe de la Pereza tuvo que tomar la decisión más difícil a la que se
había enfrentado hasta ese momento en su vida, tener que soltar su mano
fue terriblemente doloroso, pero sabía que era lo que ella más deseaba y no
podía oponerse a ello, Anaciel amaba profundamente a su hermano y haría
lo que sea por él.
Vittorio siempre lo supo, nunca dudó que ella lo aceptaría sin importar que
forma tuviese, por que esa era la esencia de Anaciel, un ser que entregaba
su corazón y que amaba sin temor.
La vio partir, corriendo en el medio del desastre, llena de determinación
mientras su corazón se llenaba de incertidumbre, dividido entre cumplir el
deseo de su hermano y el de dejarla tomar sus propias decisiones.
- ¡Vaya! La angelita tiene carácter ja, ja, ja me agrada - dijo burlón Kalir.
Vittorio volteó a ver a Salomón, quien observaba impasible la situación -
¡¿ Qué hiciste Salomón?! ¡La enviaste directo a su muerte! - le reclamó, ya
que había notado su magia en ella.
- ¿Dices que yo la envíe?, ella fue quien decidió ir, fíjate bien en lo que dices
- le respondió sin inmutarse.
Vittorio apretó los dientes y regresó la mirada hacia Anaciel que continuaba
avanzando.
- Rayos Vittorio, mírate, de verdad te importa - comentó Kalir al ver sus
gestos.
Él no respondió, sólo permaneció en silencio, finalmente había aceptado sus
emociones, pero se sentía incapaz de traicionar a su hermano.
Sabía que la única que podía hacer algo para detener aquel desastre era
ella, aunque sería a costo de su propia vida.
Sentía admiración por aquella hermosa pero frágil criatura que avanzaba sin
temor para salvar a quien amaba.
Anaciel corría con desesperación al encuentro de Noré, intentó volar pero
sus alas ya no respondían, así que puso todas sus energías en sus piernas
para que estas no se detuvieran.
En ese preciso momento la bestia había despojado a Hazar de su espada,
con las garras de su mano izquierda aprisionó el brazo derecho de su
hermano contra el suelo, inmovilizándolo, y cuando estaba a punto de
atravesar el pecho de este con sus afiladas garras, pudo sentir como
alguien se abrazaba con fuerza a su brazo - Basta Noré... dejen de pelear... -
le pidio Anaciel con lágrimas en los ojos - detente por favor... si lo matas
estarás condenado... no quiero eso para ti.. así que... sólo detente... por
favor...-
La bestia la miró impactado, y con una voz monstruosa intentó decir - A...
na... ciel... -
- Sí... soy yo Noré... - le dijo con una timida sonrisa y lentamente se
desvaneció frente a él.
Ante ello Noré inmediatamente regresó a su forma normal, mientras sentía
como un frío recorría su espalda. Arrodillado en el suelo, se abrazó a ella
que apenas y estaba consciente - ¡Anaciel!, mírame por favor... ¿en verdad
eres tú?...- le dijo conmovido.
- Sí... te lo dije... no te olvidaré otra vez... - respondió ella mientras le
acariciaba el rostro.
Hazar, aún herido por la pelea, se reincorporó, impresionado por la actitud
de la joven ángel - Anna... por qué?... por qué lo eliges a él?... se supone que
eres mía... lo prometiste! - exclamó desesperado.
- No soy Anna, Hazar... - le respondió apenas desviando la mirada hacia él -
Anna no quiere regresar... - continuó.
- ¿Qué dices?...-
- Me dio un mensaje... para ti... me dijo que... ella siempre será tuya, aunque
tu no quisiste ser de ella... -
Hazar quedó sin palabras, en el fondo sabía que podía estar diciendo la
verdad, ya que eso era algo que sólo él y Anna habían hablado la noche que
le reveló su identidad, y en la que no pudo responder si quería ser de ella.
- Anaciel... ¿por qué me detuviste?...- preguntó Noré.
- Estoy muriendo Noré... no tiene sentido.. que los dos perdamos la vida
aquí... no quiero que pierdas tu libertad por mi... -
- Pero todo esto es mi culpa...-
- No te culpes por favor... diste todo de ti por mi... te lo agradezco...-
- ¡No es verdad! - gritó afligido - Perdóname, fui egoísta... tenía tanto miedo
de que me rechazaras al ver lo que soy... estaba tan feliz de que me
aceptaras, de que me recordarás... que no quería arriesgarme a perderte...
si tan sólo me hubiese transformado desde un principio tu no estarías as- -
se reprochaba así mismo Noré pero fue interrumpido por Anaciel quien lo
silencio dándole un tierno beso en los labios mientras una lágrima rodaba
por la mejilla del Diablo.
- Te amo Noré... nunca lo olvides... - dijo ella por último y recostó su cabeza
en el pecho de él para luego terminar de perder la conciencia.
- No... - interrumpió Hazar - No Anna, tu eres mía!, dame otra oportunidad...
regresa! - exclamó e intento tocarla pero en ese preciso momento apareció
de la nada un inmenso Minotauro que hizo estremecer la tierra con su
llegada - ¡¿QUE DEMONIOS CREEN QUE ESTÁN HACIENDO?! - dijo con una
voz imponente.
Hazar quedó paralizado mientras que Noré sólo se aferraba con todas su
fuerzas a Anaciel, y con un sólo golpe a la tierra aquella bestia hizo que
ambos Diablos tomaran distancia al salir despedidos por la fuerza
descomunal del impacto.
Y antes de que ambos pudiesen reaccionar, con un chasquido de sus dedos
los encerró en una jaula a cada uno.
- Oh... creo que ahora todos estamos en problemas... - dijo resignado Kalir
que aún observaba de lejos.
- ¿Y recién ahora te das cuenta?.... - respondió irónico Vittorio y se fue
corriendo al encuentro de Anaciel y Noré.
- ¡¿QUE RAYOS ES ESTE DESASTRE?!, CÓMO SE ATREVEN A HACER ESTO
EN MI REINO?! -
- ¡Déjame salir Loxur! - exclamó Hazar.
- ¡SILENCIO! NO ESTÁS EN POSICIÓN DE HABLAR - respondió el Minotauro.
- ¡Espera Loxur! - dijo Rustem quien apareció a su lado - ¡mira! Esa es
Anaciel - dijo señalando a la jaula de Noré.
La criatura miró hacia donde ella se encontraba y regresó a su forma
original, Loxur era un imponente Diablo de largo cabello rojo y de enormes
cuernos.
Deshizo la jaula de Noré y se acercó a él - ¿Que es todo esto Noré? -
preguntó visiblemente enojado.
El joven Diablo sólo intentaba hacer reaccionar a Anaciel que se había
vuelto más pálida y sus alas completamente negras.
- Te hice una pregunta Noré... ¿Cómo se les ocurre pelearse por una criatura
tan frágil como ella? ¿Acaso no tienen orgullo como Diablos que son? -
insistió.
- Liberame Loxur, ¡ese ángel me pertenece! - gritó Hazar.
- Cállate, no me interesa escucharte - dijo el Diablo mayor y con un
chasquido de sus dedos lo dejó inconsciente.
- Precisamente por eso - respondió Noré - por que soy un Diablo orgulloso
defenderé a muerte lo que siento por ella - aseguró desafiante.
Loxur sólo lo miró serio en silencio y Noré continuó - ¿Puedes ayudarla?...
aceptaré cualquier castigo que me des pero salvarla por favor - le pidió
mientras se abrazaba a ella como un animal salvaje buscando protegerla
con desesperación.
- Dame una sola razón por la que debería arreglar sus desastres -
- Sólo por que le evitarías conflictos a nuestro padre... ella es hermana de un
guardián divino y sucesora de un arcángel, debo regresarla hoy mismo de lo
contrario tendremos una guerra -
- Maldita sea, debería matarlos a ti y a Hazar, ¡¿cómo pueden traer tantos
problemas?! y además faltarme el respeto de esta forma peleando sin mi
permiso en mis tierras... Pero por desgracia también estoy unido a ustedes
por la maldición así que eso los salva de morir en mis manos - aseguró
mientras se incaba frente a él - déjame verla - le pidió.
En ese momento se acercó Vittorio, y detrás de él lo siguieron Kalir y
Salomón.
- ¿Puedes ayudarla Loxur? - preguntó Rustem preocupado.
El Diablo mayor pasó su mano por encima de Anaciel y dijo - Ella está
muriendo... -
- No puede ser...- dijo afligido Noré.
- Puedo deshacer el pacto, pero ya es tarde para la maldición, a devorado
por completo su divinidad pero su cuerpo rechaza ser un demonio, su vida
esta a punto de extinguirse...- respondió con seriedad.
- ¡Debe haber algo que se pueda hacer!, ¡haré lo que sea ! - se desesperó el
joven Diablo.
- Hay algo... Pero nunca antes lo había hecho, así que no es seguro que
funcione - le advirtió.
- ¡¿Qué es?! -
- Necesito uno de tus cuernos - dijo directamente.
- ¿Qué? - se sorprendió Vittorio, pero no sólo él, también el resto de los
príncipes.
- En los cuernos reside nuestra magia, asi como las alas de los ángeles, los
cuernos de los diablos son elementos de enorme poder mágico. No podemos
crear vida, pero si existe la posibilidad de ceder parte de la nuestra, yo no
voy a entregar parte de la mía pero te ofrezco la posibilidad de entregar
parte de la tuya, ¿lo harías? - preguntó Loxur.
Noré sin siquiera meditarlo respondió - Sí -
- ¿Estás seguro?... te lo advierto, es sólo una posiblidad, no hay garantía de
que funcione. Aún así igual perderás la mitad de tu vida y de tus poderes -
- Estoy seguro, le daría todo si fuese necesario, porque ella ya lo hizo por
mi...-
- Bien, entonces entrégamelo ahora, yo no voy a mutilarte, debes hacerlo tu
mismo -
Noré recostó suavemente a Anaciel en el suelo - Dame tu espada Vittorio -
le pidió.
Su hermano estaba impactado, pero al ver su mirada llena de determinación
no dudo en dársela - Toma - le dijo.
El joven Diablo, sin permitirse dudar, inclinó su cabeza y con un movimiento
certero cortó al ras su cuerno izquierdo, entregándoselo así a Loxur.
Los Diablos quedaron impactados al ver semejante acto de su parte,
finalmente habían logrado entender el tamaño del amor de su hermano por
ese ángel.
- Bien, comenzemos entonces - dijo Loxur, primero deshizo el pacto y luego
colocó el cuerno sobre el pecho de Anaciel. Mientras recitaba el hechizo,
Noré observaba impaciente tomando la mano de su amada, una delgada
línea de sangre comenzó a bajar por su rostro, el dolor por la herida era
intenso, pero nada se podía comparar con el echo de perderla.
Al terminar el hechizo, aquel cuerno desapareció, entrando en el cuerpo de
Anaciel - Está hecho, ya no hay nada más que pueda hacer - dijo Loxur.
- Gracias Loxur, te lo agradezco - agradeció Noré.
- Hay algo que debes saber, si sobrevive será una humana -
- ¿Qué?...-
- Te lo dije, la maldición consumió toda su divinidad, solo el tiempo dirá si su
cuerpo acepta la magia del cuerno, las siguientes horas serán decisivas.
Desconozco si los ángeles podrán hacer algo para remediarlo y volverla a
como era antes, así que no pierdas tiempo y llevala de regreso -
- Sí - respondió Noré y tomó a Anaciel en sus brazos.
Se paró frente a Vittorio - Gracias Vittorio, fuiste de mucha ayuda...-
agradeció.
- No me la agradezcas, no pude protegerla como era debido... Al final ella y
Rustem fueron quienes hicieron todo -
Noré volteó a ver al pequeño - Gracias Rustem, también te debo una - dijo.
Este se sorprendió ante ello - Sólo sácala de aquí Noré...- respondió y le
entregó la joya.
- Visualiza la entrada al infierno en tu mente Noré, te enviaré allá, El resto
depende de ti - dijo Vittorio y con un hechizo transportó a su hermano a la
salida.
Aquellos Diablos quedaron en silencio por un momento, aturtidos por todo lo
sucedido, hasta que Rustem interrumpió con una pregunta - ¿Qué pasará
ahora Loxur? ¿Qué harás con Hazar? -
- No puedo ignorar lo que hizo, puso en peligro el balance de nuestros
mundos provocando casi una guerra... lo castigaré con un encierro de cien
años en su reino, así tendrá tiempo para reflexionar - respondió él.
- ¿Y que hay de Noré? ¿también lo castigarás? - preguntó Kalir.
- Creo que Noré ya tuvo suficiente sacrificando la mitad de su vida por una
oportunidad incierta que podría resultar en vano, ya que no es seguro que
ella resista... no lo creen?, ¿ustedes hubiesen hecho algo así? -
Los principes no respondieron y él continuó - Se a ganado mi respeto, se
requiere de mucha madurez y valor para tomar una decisión así... a ustedes
también debería castigarlos, después de todo formaron parte de este
desastre, ¿Por qué están todos aquí? -
- Vinimos buscando tu ayuda, no teníamos intención de destruir el lugar -
respondió Vittorio.
- ¿Y ustedes? - preguntó el Diablo mayor mirando a Kalir y Salomón.
- Nosotros sólo llegamos aquí para observar- dijo Kalir - ¿Y tu dónde estabas
Loxur? -
- Sí, ¿qué hacías en el reino de nuestro padre? - continuó Rustem.
- ¿Qué? ¿Acaso no puedo ausentarme un día de mi propio palacio?, ninguno
de ustedes está en el suyo. ¿Nadie recuerda que estoy por casarme con mi
prometida? -
- ¡¿Casarte?!, ¿con la Lamia? - se sorprendió Kalir.
- ¡No te refieras a ella por su raza mocoso irrespetuoso!, llámala por su
nombre, es Petra - dijo molesto Loxur - Ahora regresen todos a sus reinos
ahora mismo, antes de que me arrepienta y los haga pagar - terminó por
decir y todos los príncipes se retiraron.
Vittorio miró su espada que había quedado manchada con la sangre de su
hermano y no podía evitar pensar en su valeroso sacrificio y en el bienestar
de Anaciel.
Mientras tanto, en la tierra de los humanos, Zarasel esperaba nervioso la
llegada de Noré. Su mente aún era un caos, miles de suposiciones pasaban
por ella, pero ninguna lo preparó para enfrentar lo que finalmente vería en
cuanto el Diablo apareció.
Noré emergió desde la oscuridad del bosque, con la sangre aún brotando de
su herida, y cargando a una Anaciel en un estado lamentable, pálida y con
sus alas totalmente negras - No puede ser...- murmuró angustiado el
guardián - ¡¿Pero que rayos ocurrió?! - preguntó.
- Lo siento... no pude protegerla... Hazar la maldijo, tratando de convertirla
en un demonio, por eso está en este estado. Mi hermano Loxur dijo que la
maldición consumió su divinidad y buscando evitar que muriese le di la
mitad de mi vida usando uno de mis cuernos... Pero aún así no sé si se
salvará...- se disculpó Noré.
Zarasel estaba impactado por la entrega de aquel Diablo - ¿Dices que
sacrificaste la mitad de tus poderes por salvarla?...- preguntó.
- Ella me salvó de una brutal condena... le debo mi vida...- respondió.
El ángel se acercó a ella y tocó su rostro - es vedad... ya no siento su
esencia de ángel - dijo aún impresionado.
- Loxur dice que si sobrevive quedará como una humana, debido a que la
maldición devoró su divinidad, pero si la llevas ahora mismo quizás tus
superiores puedan restaurarlos -
- Eso no será posible - murmuró afligido Zarasel.
- ¿Qué? ¿Por qué no? -
- Los arcángeles no la quieren de regreso, han desistido de recuperarla...
tengo la orden de matarla para que un nuevo sucesor aparezca...-
Noré retrocedió abrazando con fuerza a la joven ángel - No te atreverías... -
dijo con mirada desafiante.
- Tienes razón, soy incapaz de hacerle daño a mi hermana...-
- Entonces... ¿Qué sucederá con ella?...- preguntó angustiado el Diablo.
- Llevatela Noré -
- ¿Qué? -
- Odio admitirlo, pero al único que puedo confiarle la vida de Anaciel es a ti.
Ni siquiera yo puedo salvarla... -
Noré estaba impactado, jamás espero que aquel poderoso guardián le dijese
algo así, confiándole el bienestar de su hermana - Pero... cómo?... - dijo aún
incrédulo.
- Ahora que su divinidad a desaparecido seguramente el arcángel pensará
que ella murió, tomaré una de sus plumas y lo convenceré de que murió
cuando trataron de convertirla en un demonio, esa es mi única opción -
- ¿Y qué pasará con su familia? - preguntó Noré sabiendo que era algo muy
preciado para ella.
- Mientras mis superiores crean que ella está muerta nosotros estaremos
bien, yo me encargaré de eso - respondió mientras nuevamente se acercaba
para acariciar la cabeza de su hermana - Anaciel... mi pequeña... ¿en qué
momento te escapaste de mis manos?... Perdóname, te descuidé... fallé al
proteger tu puro corazón y acabaste de esta forma...- y le dio un beso en su
frente para luego tomar una de sus ahora negras plumas - por favor...
sobrevive... sé feliz... - le susurró. Luego miró fijamente al Diablo y continuó -
Te entregó lo más preciado que tengo en mi vida... cuidala Diablo... - le
pidió.
- Lo prometo - respondió seguro Noré.
- Ahora vete - dijo por último Zarasel y Noré comenzó a caminar en dirección
al pueblo cargando con su amada.
Su corazón era un torbellino de emociones, pero el pensamiento que
prevalecía por sobre todos era el de que ella pudiese vivir.
Mientras avanzaba sorpresivamente fue atacado por aquel segundo ángel
que había sido enviado, pero Zarasel lo repelió con una increíble velocidad,
defendiendo así a Anaciel y a Noré - Vete Noré, ahora, yo me encargo de
esto - insistió.
El joven Diablo asintió con la cabeza y se marchó corriendo.
- ¿Qué crees que haces Zarasel? El amo tenía razón al no confiar en ti. No
sólo ignoraste la orden que se te dio si no que además defiendes a un
Diablo, eres un traidor - dijo aquel ángel.
- ¿Y tu crees que yo confió en él?, podía imaginar que tramaba algo. Ella
está muriendo, haga lo que haga ya no podrá ser un ángel, no tiene sentido
matarla, déjala en paz -
- Sólo cumplo órdenes - respondió e intento ir tras ella de nuevo, pero
Zarasel en sólo un instante logró reducirlo con su imponente habilidad,
arrebatándole su arma y aprisionándolo contra el suelo con la propia -
¿Qué?, ¿Vas a matarme? - preguntó burlón el ángel.
- Si es necesario sí - respondió directamente el guardián.
- No te atreverías -
- ¿A no? ¿Quieres ponerme a prueba? - le dijo y refiló el cuello del ángel con
su espada dejándole una fina herida.
- ¡¿Qué haces?!, ¡Estás loco! -
- No me provoques, porque no tienes idea de lo que soy capaz de hacer por
Anaciel - le advirtió con una mirada fría.
El ángel entendió que Zarasel no estaba bromeando y preguntó temeroso -
¿Que harás conmigo?...-
- Tú serás la prueba viviente de que cumplí con mi deber, le dirás al amo
exactamente lo que te diré de lo contrario haré de tu vida un infierno... - lo
amenazó.
Finalmente Noré llegó al pueblo, Anaciel seguía sin reaccionar pero aún
tenía pulso. En ese momento el único lugar seguro al que se le ocurrió ir era
aquella posada, así que usando su magia entró a escondidas en una de las
habitaciones que estaba vacía. Dejó a Anaciel en la cama y él se recostó a
su lado, abrazándola gentilmente - Resiste mi amor... por favor...- le susurró
mientras acariciaba su cabeza y en ese momento pudo sentir un débil
reflejo de las manos de ella - Por favor... resiste ...- continuó pidiendo él.
Sus pensamientos estaban cargados de incertidumbre al imaginar que sería
de ellos después de todo lo que había pasado, y así, sumido en las dudas,
sin darse cuenta Noré se quedó dormido abrazado a ella en aquella
silenciosa y larga noche que parecía no tener fin.
De regreso en el Paraíso Zarasel se presentó ante el arcángel en compañía
del otro enviado - Bien, veo que se encontraron - dijo burlón el superior -
¿cumplieron con su deber? - preguntó.
- Ella está muerta, supongo que se habrá dado cuenta de que su esencia
divina desapareció - respondió Zarasel.
- Sí, lo noté. ¿Y qué ocurrió?, ¿acaso tú mismo lo hiciste Zarasel o
necesitaste ayuda? -
- Ninguna de las dos, el diablo la trajo ya sin vida... murió cuando trataron de
convertirla en un demonio, estás plumas son la prueba de ello - respondió
este y le entregó las plumas negras que había obtenido de Anaciel.
- Oh ciertamente le pertenecen a ella...- dijo mientras las tocaba - ¿Y donde
está su cuerpo? -
- El diablo se la llevó señor, al ver que no haríamos nada por salvarla se
volvió como una fiera y nos atacó para luego desaparecer con su cuerpo,
mire mi cuello, él hizo esto - explicó el otro subordinado.
- Ya veo... malditos Diablos, que criaturas tan desagradables... bueno, de
todos modos es mejor que hayan regresado sin su cuerpo, así todos
pensarán que murió en el infierno y no nos reprocharán el no haberla
sanado... regresen a sus labores, ya pueden retirarse - dijo por último el
arcángel y ambos ángeles salieron de la sala.
Ya fuera de esta Zarasel miró de reojo a su compañero y murmuró - Bien
hecho, recuerda mantener la boca cerrada o seré tu peor pesadilla...- lo
amenazó y se marchó en silencio por los pasillos del enorme palacio.
Las horas pasaron y cuando Noré despertó se sobresaltó, pues nunca creyó
que pudiese quedarse dormido en una situación así, la desesperación se
apoderó de él al notar que Anaciel no estaba a su lado pero la cama estaba
cubierta de plumas negras.
Preso del pánico, sin entender que sucedía, la buscó rápidamente con la
mirada y, en la penumbra de la habitación, distinguió la figura de una joven
que estaba de espaldas a él mirándose al espejo - Anaciel?... ¿Eres... tú?...-
preguntó incrédulo.
La joven volteó y comprobó que efectivamente se trataba de Anaciel, las
lágrimas rodaban sin detenerse por sus mejillas, su cabello había cambiado
de color tornándose castaño y en su espalda se podían ver dos enormes
marcas que hacían notar la ausencia de sus alas. Ahí fue cuando Noré
entendió el por qué de las plumas en la cama, sus alas se habían desecho
por completo.
- Noré...- murmuró afligida.
Al joven Diablo se le hizo un nudo en la garganta, se sentía feliz por que
había sobrevivido pero imaginó que lloraba por haber perdido sus alas y no
sabía cómo consolarla por ello.
- Anaciel...- dijo mientras se acercaba lentamente a ella.
- Noré... soy libre...- le dijo mirándolo a los ojos.
Él quedó impactado al oírla, comprendió que aquellas lágrimas no eran de
tristeza si no de emoción, ya que ahora que no era un ángel se sentía libre
de su destino.
Se abrazó con fuerza a él y preguntó - Ahora sí... podemos estar juntos?...-
Noré correspondió aquel abrazo con todas sus fuerzas y no pudo evitar que
una lágrima escapase de él debido a la emoción de tenerla - Sí... siempre
estaré a tu lado - le respondió.
- Ya no tengo mis alas... aquellas que tanto te gustaban...-
- Lo sé... Pero igual siempre serás un ángel para mi...- aseguró él.
Ya más tranquilos, Noré le contó todo lo sucedido, le explicó el por qué de
la falta de su cuerno y el encuentro con Zarasel - ¿Y qué pasará ahora?... yo
ya no tengo un lugar en el Paraíso, tal vez si me convierto en un demonio
pued- -
- No - la interrumpió él - tu cuerpo ya a sufrido muchos cambios, si intentas
convertirte de nuevo podrías morir, no me arriesgaré a perderte ...-
- Entonces tendré que quedarme aquí... aprender a vivir como una humana...-
Noré la miró a los ojos y tomando su mano le dijo - Cásate conmigo Anaciel -
- Eh? -
- Sé mi esposa, tengamos una vida aquí... Cómo deseábamos desde el
momento en que nos conocimos...-
- Pero... ahora soy humana y tú sigues siendo un Diablo -
- Eso no importa, aunque seas humana puedes ser mi esposa, esa es mi
decisión... ya no quiero perder más tiempo, lo quiero todo contigo... una vida
a tu lado, una familia... no concibo otra forma de felicidad... -
- Noré...- susurró sonrojada.
- ¿Me aceptarás?...-
Lágrimas de emoción escaparon nuevamente de ella, le dio un tierno beso y
seguida de una tímida sonrisa respondió - ¿Tienes alguna duda de mi
respuesta?...-
A partir de ese momento trasaron un nuevo camino para ellos, al día
siguiente sellaron su matrimonio con un emisario del infierno, después de
todo ser esposa de un Diablo no era cualquier cosa, el firmar el acta con la
sangre de ambos implicaba un compromiso por el resto de las vidas de
ambos, una promesa de amor perpetuo y protección mutua.
Establecieron una vida en aquel pueblo que vio crecer su relación, en una
hermosa y acogedora casa que se volvió un hogar por completo cuando, al
pasar los años, Anaciel dio a luz a dos hermosos gemelos, un varón al que
llamaron Bastian y una niña llamada Siry.
El niño era un Diablo por completo, pero la pequeña sólo había nacido con
un cuerno, lo que la volvía semi diablo, aún así Noré escondía con su magia
la apariencia de él y de sus hijos para que llevasen una vida normal entre
los humanos, hasta que decidieran por ellos mismos en un futuro donde
vivir, si en la tierra humana o el infierno.
Aunque él había perdido la mitad de sus poderes igual seguía siendo un
príncipe y guardián, así que dividía su vida entre ambos mundos.
Ausentándose por unos días de su hogar para cumplir con sus obligaciones.
Y en una de esas ocasiones en las que él no se encontraba...
Anaciel había salido en la noche a tomar aire fresco en el jardín cuando una
voz la sorprendió desde la oscuridad - A pasado mucho tiempo preciosa...-
Ella se asustó - ¡¿Quién está ahí?! - preguntó.
Y desde la penumbra se asomó un atractivo joven, tenía cuernos y hermosas
alas negras - ¿Acaso no me reconoces?...- preguntó.
- No puede ser... Rustem? ¿Eres tú? -
- Sí, soy yo Anaciel - respondió con una galante sonrisa.
- ¡Es increíble!, ¡cuanto has crecido! -
- Así es, al fin he cumplido la mayoría de edad y se me permitió salir del
infierno -
- Claro... ya han pasado ocho años desde la última vez que los vi... -
- Lo primero que quise hacer es venir a verte -
- Que dulce eres, yo también te extrañaba - sonrió ella.
- ¿Y que dices? ¿Ahora que soy adulto no te parezco un buen candidato? -
dijo con picardía el Diablo mientras le tomaba la mano.
- Je je, ¿Qué dices Rustem? ¿No te parece que ya soy un poco mayor para
ti ? - respondió ella bromeando.
- Te lo dije antes, la diferencia de edad no es ningún problema para mi,
además sigues siendo igual de hermosa - continuó y de repente sintió un
terrible golpe en su cabeza - ¡Pero que demonio- - intentó decir y al voltear
vio a Noré hecho una fiera
- Maldito mocoso atrevido... como te atreves a insinuartele de esa forma a
mi esposa, definitivamente voy a matarte -
- Hoy estas más violento que de costumbre, ahhh ya entiendo. ¿Ahora que
crecí si soy competencia para ti verdad?, temes que tu esposa ahora si se
decida por mi no es así? Ja ja - lo provocó Rustem.
- Lo bueno de que creciste es que ahora no tengo que contenerme a la hora
de golpearte mocoso! -
- Noré calmate, despertarás a los niños - le pidió ella.
- Mamá... que pasa?... ¿Tío Rustem eres tú? - preguntó la niña asomándose
al jardín.
- ¡Siry!, ¡mi pequeña hermosa!, ven y dame un abrazo - le sonrió Rustem.
- ¡¿Cómo que tu pequeña?!, ¡es mi hija!. Que manía tienes con mis mujeres?!
- reprochó Noré ahora celoso de su hija.
- ¿Cuál es tú problema? - dijo mientras se abrazaba a ella - le caigo bien a
tus hijos así que acostumbrate, ¿No es así, mi hermosa Siry? ¿Acaso no soy
tu tío favorito? -
- En realidad mis tíos favoritos son Zarasel y Vittorio... ellos son más
tranquilos...- respondió la niña.
- ¿Eres consciente de que me estás rompiendo el corazón verdad Siry? - dijo
Rustem decepcionado.
- Ya lo ves, ella prefiere a los hombres más tranquilos y no escándalosos
como tú - comentó Noré con burla.
- ¡Wow! El tío Rustem vino a visitarnos, genial! - exclamó Bastian y se
acercó a él.
Anaciel reía al ver aquella escena cuando otra voz la sorprendió por detrás -
Vaya... aún siguen peleando en cuanto se ven... no han cambiado en nada... -
- ¡Vittorio! - dijo ella al voltear a ver - ¡No puedo creerlo! - sonrió.
- Hola Anaciel... sí, a pasado mucho tiempo -
- Creí que no te volvería a ver, de verdad me sorprendiste -
- Rustem insistió mucho en que quería venir y no pude negarme -
- Veo que cortaste tu cabello -
- ¿Aún recuerdas mi apariencia a pesar de los años? -
- Claro, fueron días muy especiales para mí -
- Tú también has cambiado... ¿Qué se siente ser humana?... ¿es malo? -
- Es diferente, ahora que tengo percepción del paso del tiempo con mayor
rapidez a veces me da miedo, siento que todo se acabará rápido... pero eso
me hace disfrutar con mayor intensidad cada momento - sonrió.
- No has cambiado... sigues teniendo una filosofía de vida interesante -
- Gracias, ahora que me veo un poco mayor que ustedes podría decir que
soy más sabía je, je -
- Tal vez te veas mayor, pero Rustem tiene razón -
- ¿En qué? -
- En que sigues siendo igual de hermosa...- le dijo mirándola a los ojos y con
una tímida sonrisa.
Ella se sorprendió - Vittorio... ¡es la primera vez que te veo sonreír! -
respondió alegre.
Vittorio era perfectamente consciente de por qué no había ido a visitarla en
todo ese tiempo, por culpa.
A pesar de los años no había podido sacarse de la mente su recuerdo, y el
verla feliz junto a su hermano e hijos lo ayudo a tomar definitivamente una
decisión, debía arrancarse ese sentimiento para siempre. Pero no quería
cerrar aquella historia sin antes abrirle aunque sea un poco su corazón, y el
poder decirle que la consideraba hermosa era suficiente para él, no
necesitaba nada más.
Noré quedó perplejo al observar aquella escena desde la distancia.
- ¡Tío Vittorio! - dijo Siry acercándose a él.
- Hola Siry... - respondió mientras tocaba su cabeza.
- Por fin viniste -
- Siry te quiere mucho Vittorio, siempre vuelve muy alegre cuando los visita
en sus reinos - comentó Anaciel.
- ¡Sí!, es que el tío Vittorio siempre hace magia muy bonita para mi - dijo la
niña.
Mientras ellos disfrutaban de un tiempo en familia, en el infierno se llevaba
a cabo otra reunión...
Loxur había ido a visitar a Hazar que aún permanecía encerrado, sin poder
salir de su reino - Hola Hazar -
- ¿Que haces aquí Loxur? - preguntó visiblemente enojado Hazar.
- Vaya, aún sigues molesto conmigo -
- ¿Tú qué crees?, ¿Acaso esperabas que te agradeciera por haberme
encerrado? - dijo irónico Hazar.
- ¿De verdad creíste que podías hacer lo que se te diera la gana y que no
ibas a recibir un castigo? -
- Claro que estaba preparado para un castigo, pero en compañía de alguien
más... no esperaba un encierro en soledad y menos teniendo que soportar
que el idiota de Noré saliese triunfante... No me sorprende que lo
favorezcas, él siempre fue tu preferido -
- Noré es obediente -
- Claro que lo es, tiene la esencia de un perro -
- Veo que aún no lo entiendes Hazar, que seamos Diablos no nos hace
escapar de la naturaleza de las causas y consecuencias -
- ¿Qué quieres decir? -
- El universo nos creo para formar parte del ciclo de la vida, somos quienes
interfieren después de ella, representando el juicio en la muerte, pero aún
así nuestros actos tienen consecuencias, no somos intocables... Noré
entregó la mitad de su vida por esa joven, ¿tú que estabas dispuesto a
entregar? -
Hazar sólo lo miró en silencio y Loxur continuó - todos nuestros actos tienen
consecuencias y a veces recompensas, para la suerte de ambos sus mutuos
sacrificio tuvieron recompensa y terminaron juntos, aunque no siempre se
tiene esa fortuna ...-
Hazar siguió sin decir nada, cerrado en su pensamiento.
- Espero por tu bien que algún día lo puedas entender, de todos modos
tienes un largo tiempo para reflexionar, aún te quedan noventa y dos años
de encierro por delante - dijo Luxor determinante.
- ¿De verdad vas a dejarme encerrado todo ese tiempo? -
- Claro que sí, o al menos hasta que la vida de esa muchacha acabe de
manera natural y pacífica. Conociéndote, si te libero ahora volverás a ir a
buscarla, y no permitiré que te metas con la esposa de tu hermano. Una vez
que se casan con nosotros se vuelven intocables para el resto de los seres,
sin importar quien sea... y ahí si que no seré benevolente - dijo por último y
se marchó, dejando a Hazar pensando en la situacion - Tienes razón Loxur...
me conoces bien - se dijo a si mismo - si no puedo hacerme con ella en esta
vida entonces la buscaré en la siguiente... y todas las veces que sea
necesario... Perdóname Anna, pero nunca te dejaré ir...- aseguró, en la
soledad de su palacio.
De regreso en el hogar de Noré, Vittorio y Rustem se disponían a marcharse
- Adiós Anaciel, prometo que regresaré, así que no me extrañes - sonrió
Rustem.
- No te preocupes, no lo hará - respondió rápido Noré.
- Voy a reservarme mis insultos por que no quiero que Siry los escuche, pero
tus celos sólo demuestran el nivel se inseguridad que sientes al verme a su
lado -
- ¡¿Qué dijiste?! -
- Ya es suficiente, dejen de pelear despertarán a Siry...- intervino Vittorio
que la cargaba dormida en sus brazos - Toma Anaciel, ya es hora de irnos -
dijo mientras se la entregaba.
- Gracias Vittorio, espero verte pronto, a ti también Rustem - sonrió Anaciel
y se marchó a llevar a la cama a la pequeña y a Bastian.
- Bueno, nos vemos Diablo estúpido - dijo con burla Rustem y desapareció.
- Yo también me iré Noré - dijo Vittorio.
- Espera Vittorio, hay algo que necesito saber.. hoy te vi... mientras hablabas
con Anaciel... -
- ¿Qué es lo que quieres saber? - sospechó.
- Vittorio... acaso tú...-
- ¿De verdad quieres preguntar eso?...-
- ¿Tengo que preocuparme por ti? -
- Para nada, sé cuál es mi lugar. Ella sólo es un recuerdo importante para
mi... y te pido disculpas por eso... -
- Hermano...-
- Pero créeme cuando te digo que de verdad estoy feliz por ustedes... tienen
algo perfecto...-
Noré inesperadamente lo abrazó, Vittorio se sorprendió ante tal gesto -
Deseo que seas feliz hermano... Ojalá algún día tu también encuentres a
alguien como yo lo hice...-
- Yo también lo espero...- dijo por último el Diablo y se marchó.
- ¿Qué ocurrió Noré? - preguntó Anaciel mientras se acercaba a él después
de haberlos visto.
- Nada importante... es sólo que a veces Vittorio parece tan fuerte que
olvidamos que en el fondo es igual de frágil que todos...-
- Es un buen chico... espero que pronto pueda hacerse de una familia, tiene
talento con los niños - sonrió ella.
- Es verdad... Ahhh! Al fin un poco de paz - dijo mientras abrazaba a Anaciel -
¿podemos quedarnos un tiempo más aquí sólos?, estos días que estuve en
el infierno te extrañé -
- Ja, ja, sólo fueron unos días Noré -
- Para mi es eterno...-
Ambos quedaron sentados en el jardín, disfrutando de la tranquilidad de la
noche
- Dime Noré, ¿no te incomoda permanecer con la apariencia de un humano?,
sabes que no necesitas hacerlo por mi... me gusta verte tal cual eres...-
- Esta bien...- dijo él y volvió a su forma de Diablo.
- Me gustan tus ojos... la forma en que brillan en la oscuridad... - dijo ella
mientras tocaba su rostro.
- Anaciel... eres el amor de mi vida... gracias por darme esta felicidad...
desearía hacerla eterna...-
- A mi también me gustaría... ¿Pero sabes que viviré menos que ustedes
verdad?... -
- Lo sé... por eso es que te extraño tanto cuando no te tengo cerca... por que
deseo hacerte eterna en mi memoria atesorando cada momento junto a ti...-
El amor de Anaciel y Noré nació, vivió y murió en el mundo de los humanos...
quien sabe, quizás, los frutos de su relación aún caminan entre nosotros...
FIN.