El Actor y La Diana

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Montaje Fragmentario Narrativo 2023

Profesora: Claudia Echenique


Ayudante: Víctor Olazarán
Lourdes Astaburuaga

Lectura “El Actor y la Diana” de Declan Donnelan


1. Refiérase a 4 conceptos de actuación desarrollados por Donnellan que le parezcan
relevantes para su formación como actor/actriz. Desarrolle y ejemplifique.
En primer lugar, me voy a referir al concepto de la “Diana”. En particular, su transformación
constante y especificidad. Lo grato de la diana es que es siempre específica. Donnellan nos
explica que a través de la Diana se evita la generalización y que esta contiene la energía
práctica del actor (pág. 30), ya que existe en su rango de visibilidad. Me parece que es un
concepto de Actuación que construye la presencia de un actor. Esta especificidad también
viene con una necesidad intrínseca. Es un concepto que me hubiera servido mucho entender
el primer semestre de Actuación, Percepción. En este primer acercamiento a la actuación
desde una posición creativa el bloqueo me resultó lo más natural. El concepto y la práctica de
percepción ya venía con una Diana instalada. Tenía un muy buen lugar para existir en la
distancia entre Mi yo y el otro, Mi yo y un animal y Mi yo y un personaje. Hicimos
entrevistas por zoom a profesores que estaban haciendo clases y el proceso fue desastroso.
Me enfoqué en hacer y no descubrir. A través de la observación pude retener la voz y
gestualidad de Rosa (la profesora que entrevisté). Lo que no pude encontrar al momento de
montar una escaleta fue cual era la opinión, el objetivo de lo que me comunicaba por una
falta de búsqueda. Buscar algo que fuese; específico, móvil, exterior, cambiante y activo;
(pág. 50) estas son las características de la Diana. Si el actor encuentra la diana podrá hacer lo
que desee con ella, y entender que su cambio constante no es paralizante, sino que nos obliga
a actuar, nos obliga a decir y hacer. Su transformación nos permite ver las posibilidades de
acercamiento, una libertad que quita presión y no que bloquea. El descubrimiento que se
estaba dando en este proceso resultaba imposible por varias condiciones, pero también por
una gran falta de experimentación falla y arrojo, poca búsqueda y referentes que hará que el
proceso sufra con nosotros.
En segundo lugar, me referiré al concepto de “Las apuestas”, y cómo ellas transforman la
diana en una división, le entregan diversidad. A la mente se me viene el símbolo de ying-
yang. Este capítulo me hizo pensar en el personaje de Viola/Cesario, de la obra Noche de
Reyes de Shakespeare, el semestre clásico de Actuación. Su situación exponía mucho más
peso en la apuesta de la que le di valor. “Las apuestas de un personaje con respecto a una
situación son concretas y deben llegar en parejas perfectamente establecidas” (pág. 54):

“Mi disfraz masculino puede funcionar o puedo ser descubierta y encarcelada”, hay un
riesgo en el travestirse lo que aumenta la preocupación de Viola de quedarse en su meta
personaje Cesario.

“Veo una vida con el Conde Orsino y sin el Conde Orsino”, si demuestra su identidad y
femineidad existe la posibilidad de que Orsino se enamore de ella.

Son un par para ejemplificar una herramienta que hubiera aportado al momento de
comprender el drama interno del personaje. Que, situaciones para la audiencia de valor
comédico, para el personaje implican alto riesgo. Considero que el aplicar este concepto al
abordar al personaje y su situación es muy positivo. Le otorga esperanza y resistencia en
dialogo constante que produce un flujo actoral vivo e interesante. (pág. 56)

En tercer lugar, me referiré al concepto de el “Espacio” desarrollado en el Capítulo 12 del


libro, en particular como tiñe todo el suceso actoral. Este concepto responde a la inquietud
ligada a la segunda pata de la araña; “No sé dónde estoy”. Es simple, la ubicación física del
personaje ya apacigua este obstáculo, “No puedes perderte en el espacio. No existe el vacío”
(pág., 117). Lo que sí hay que tomar en cuenta con respecto a la ubicación espacial es que
este siempre vendrá con reglas ya que no es neutral. Viene consigo múltiples restricciones y
libertades que obligan al actor asimilarse con el espacio, para identificar cuáles son esas. Lo
único que debe hacer el actante es ver el espacio. Recomienda la construcción de una frase
“me” con respecto a las limitaciones del espacio. En el tercer semestre de actuación, La
escena Moderna, montamos una escena del "Círculo de Tiza” de Bertold Brecht. La escena
en dónde Simón se aparece ante Grushe al otro lado del río, llegando de la guerra. Esto lo
simulábamos usando dos escaleras a los rincones de la sala y varias capas de telas en
movimiento para ilustrar un río. Ese río funciona parecido al balcón de Romeo y Julieta, la
diferencia era que este obstáculo fue mutando de una separación entre amados a una
posibilidad de fuga limpia para Simón al introducirse a este espacio un tercer personaje, el
bebé.

Para Simón ese río:

“Me obliga a agudizar mi mirada y elevar mi voz”

"Me permite escapar de la paternidad sin riesgo de ser perseguido”

En ese momento del semestre no los tenía identificado tal cual, pero si el espacio permitió
hallazgos actorales interesantes en torno a la distancia y como cambia la situación en distintos
contextos. Se nos ocurrió llevar la misma conversación a una cena, a un picnic, a un
acantilado para ver cómo en sus distintas dimensiones el espacio afectaba el estado actoral y
el significado del intercambio.

En cuarto lugar, me voy a referir al concepto de la “Mente Visible y la Invisible”,


específicamente al momento de la creación de un personaje y lo crucial que es el ensayo. La
visible es la parte de un personaje que el actor puede interpretar y la invisible la que no.
Como actor solo me puedo preparar para la representación. Para hacer esto tendrá que hacer
una búsqueda activa en torno a las circunstancias dadas. Para Blanche de “Un tranvía llamado
deseo” estas eran algunas según mi bitácora del segundo semestre de 2021; 32 años, hija de
familia acomodada, reciente pérdida de Belle-Revé, mansión de infancia, suicidio de amado,
económicamente apretada, alcohólica en secreto. La profundización de estos hechos me
debería permitir armar a una Blanche cronológica. Este trabajo es mejor acompañado por
entrenamiento, experiencia vital y un activo olvido de las repeticiones de escena. Para hacer
que la escena en este lenguaje realista tuviese frescura con la repetición nos asegurábamos de
aprovechar y colgarnos de la circunstancia dada que las hermanas Blanche y Stella no se
habían visto hace diez años.
2. ¿Cuáles son algunos de los problemas que Donnellan identifica en los temas
relacionados con la interpretación? Señale 4 de ellos. Justifique y ejemplifique.

1. “El Miedo”

Este problema es destructivo y trae en consecuencia un alejamiento de la diana (pg. 37).


Donnellan lo define con dificultad por su naturaleza particular y en alteración constante. Por
eso, centraré la justificación en su superación y en su definición cómo un fuerte bloqueo. Su
remedio más inmediato sería la Presencia actoral. Donnellan da a saber que “Estar presente es
algo que nos viene dado, como un regalo. No nos lo pueden robar, pero podemos embobarnos
a nosotros mismos hasta creer lo contrario”. (pág. 40). Quisiera destacar el “embobamiento”
y traducirlo a una especie de autosabotaje que sucede a mi parecer, frecuentemente. Por
ejemplo, los únicos momentos en dónde he sentido Miedo por mostrar es porque no le di el
trabajo suficiente o el ensayo suficiente. Este “Miedo” viene de una dificultad de mirar a los
ojos lo que de verdad nos aterra de mostrar en escena. Me parece que si el actor piensa en
mostrar sus habilidades pone en tela de juicio su valor como persona y no el valor (calidad)
de su trabajo. Creo que es muy fácil de remediar, pero igual de fácil de sentir. En el segundo
semestre de Actuación, la escena Realista una vez llegue con cero ensayos. Me tocaba hacer
de Blanche cuando se reencuentra con Stella en el primer acto. De profesor tenía a Álvaro
Viguera a quién estimo mucho y me paralicé por completo al momento de actuar. Me acuerdo
de que con una maleta en mano me puse a llorar con el cuerpo completamente paralizado.
Insistió en que improvisáramos sólo a través de acciones físicas, lo que nos nacía al momento
de interactuar con el espacio. Las líneas que mínimo me había aprendido cobraran sentido y
la improvisación muy naturalmente. Al entender que el mundo no iba a colapsar porque no
tenía el trabajo hecho me ayudo a superar el miedo y acercarme más al personaje de Blanche.

2. “Concentración o atención”

Me pareció muy relevante lo distintos que son estos estados actorales y como la
concentración puede terminar perjudicando el flujo orgánico actoral. Entre estos dos estados
se encuentra “la primera elección incómoda para el actor”. Se habla de que la concentración
destruye la atención. Me hace mucho sentido en como hace la diferencia entre la atención
estando fuera, donde se ubica la diana, a diferencia de la concentración, que existe desde el
“yo”. Para evitar el ensimismamiento debe existir una lejanía que es natural a la diana. Como
actor lo que puedo hacer es “ver las cosas, prestarles atención”. Esta atención está dada y
debe ser encontrada. (pág. 34) Con el ver se prioriza lo que ya existe, el mirar tiene raíz en
una elección de foco. Este semestre durante los entrenamientos principalmente físicos y de
trabajo de secuencia la atención es primordial. La concentración parece inestable en el
sentido que si es que algo nuevo aparece sería muy fácil sacarte de eje y dejarte
descompensado actoralmente.

3. “Sentimentalismo”

Este problema tiene raíz en el engolosinamiento del actor con su trabajo. El enamorarse del
trabajo no es intrínsecamente malo hasta que no te permite distanciarte de este proceso y se
vuelve egoísta. Más que entender al personaje, hacer que otros sepan cuanto tú supiste
entenderlo a él/ella. Querer “encarnar” o “transformarte” el personaje se acerca un poco más
a romantizar el trabajo actoral en vez de hacerlo claro y efectivo. La interpretación no debe
ser del personaje, sino que de la situación (en la que se encuentra el personaje) (pág. 99). El
deseo de “capturar la esencia” (Donnellan, 99) bloquea la ambivalencia de la complejidad de
un personaje. En otras palabras, nadie es esencialmente algo, por ende, es imposible
capturarla. El decidir si el personaje es bueno o malo terminará por bloquear la búsqueda del
actor, ya que no le permite fluir en la tela de lo moral, que es distinto a enjuiciar. Puedo poner
en tela de juicio las acciones del personaje y armarme un repertorio más variado de
reacciones, pensamientos y necesidades. Durante mi formación no me he sentido dependiente
o muy cercana a un personaje, siempre teniendo en cuenta que es sólo eso, un personaje. Creo
que el evitar el sentimentalismo te permite como actor fluir entre más personajes sin amarre o
peso de subconscientes que no te pertenecen. Entender que cómo actores tenemos un canal
biológico en dónde las acciones existen y hablan pero que no es posible ser. Siempre
conservo un pedazo de lo que es el personaje, pero no su mera y pura esencia.

4. “Timidez”

En clases de Movimiento III me acuerdo de que él profesor, Alejandro Cáceres nos mostró
una secuencia física de moderada complejidad y nos solicitó que la repitiéramos con lo que
habíamos retenido de verla una sola vez. Al momento de probar salieron frases cómo “No sé
cómo hacerlo”, “Lo estoy haciendo pésimo”, “No caché la última parte” etc. Me acuerdo de
que nos preguntó porque sentíamos tanto miedo de ser vistos. Que no había porque fingir una
humildad o timidez cuando el teatro, en particular, se hace y se termina de hacer cuando se
muestra. Asique cuestionarse y volverse “self conscious” de los movimientos que realizamos
no aporta en absoluto en el proceso. Fue lo primero que pensé al leer el concepto de timidez.
Es aquel momento en que “la hoja del personaje se seca”. Alejandro nos dijo que era obvio
que no íbamos a poder sacar la secuencia con sólo verla una vez, era como leer una escena
una vez y esperar saberse todas las líneas. Es lo primero que pensé luego de leer ese párrafo
contenido en el capítulo 10 “Identidad, persona y máscara”. Desprenderse de la timidez fue
algo increíblemente liberador al momento de experimentar y me ha aportado mucho estos
últimos meses explorando en la actuación contemporánea.

3. Como estudiante de teatro y futuro actor/actriz, discuta la lectura desde un punto de


vista crítico (¿De qué manera contribuye el texto a mi formación?)
Considero que la lectura aporta una visión muy específica en torno a cómo afrontar el
ejercicio actoral. Contiene muchas herramientas y ejemplos concretos de cómo enfrentarse a
las ocho “patas de araña”. Leer formas y métodos claros de como afrontar aquellos
cuestionamientos me parece muy útil. En torno a cómo abordar el texto, en este caso la
magnitud del texto Shakesperiano me hizo mucho sentido que, aunque para Irina, la actriz, el
texto puede parecer abrumador, para Julieta, las palabras nunca serán suficientes para
expresar su amor por Romeo. Lo mencionado previamente sintetiza claramente la distancia
entre el “yo” y el personaje y como lo que a mí me importa queda completamente de lado a
favor de la obra, del personaje y el espacio. Me agrada mucho la precisión que carga el
concepto de la Diana, hasta para haberse leído el libro antes de entrar a la carrera. Voy a
implementar con avidez la idea de que esta Diana no tiene planes de abandonarme al
momento de actuar; es a la vez reconfortante y cierto. Me gusta mucho su manera de pensar
en “Ver” la actuación en vez de “Sentirla” ya que no romantiza el oficio, sino que le da un
status mayor al dignificar lo que implica el ensayo y la precisión del ejercicio actoral. Aun
así, me parece que desde el Capítulo 15 en adelante algunos conceptos y perspectivas se van
repitiendo al punto en dónde la lectura se vuelve tediosa, pero rescato el intento por dejar en
claro y profundizar en los detalles de sus conceptos teóricos. A favor del trabajo de Montaje
que nos espera me llevo del libro otras citas de la perspectiva de Donnellan con respecto al
teatro que me gustaron mucho. En particular, con respecto a lo que a diario nos rodea:
“Incluso el arte más estilizado trata de la vida, y cuánta más vida esté presente en una obra de
arte, mayor será la calidad de este arte”. Hemos conversado de el valor nutricional que ofrece
la vida y otras disciplinas al momento de abordar el trabajo actoral y a su vez creativo para un
desarrollo favorable de nuestra autoría. Por supuesto, también añadir una linda frase con la
que inicia el libro y nos acerca al autor al entender que también es otro aficionado por lo
mismo que nos motiva como conjunto teatral y que “El teatro no puede morir antes de que el
último sueño haya sido soñado” (pág. 13).

Bibliografía
Donnellan, D. (2004). El Actor y la Diana. Editorial Fundamentos.

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