Cristo en Levíticos
Cristo en Levíticos
Cristo en Levíticos
Levítico 26: 11 “y pondré mi morada entre vosotros y mi alma no os abominará, y andaré entre
vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo”.
“La canción de los nombres olvidados”, es una película que relata la vida de un niño polaco
que fue adoptado por una familia en Londres y que pasa gran parte de su vida tratando de averiguar
qué había ocurrido con su familia de origen con quienes en la Segunda Guerra Mundial había
perdido contacto. Con un gran talento para la música desaparece justo antes de un concierto
organizado por su hermano adoptivo, que es quien ahora se ocupa de buscarlo.
Siguiendo el rastro de Dovidl, Martin vuela hasta Varsovia y Nueva York en un ejercicio de
reconstrucción del pasado y el presente de su amigo desaparecido. Un ejercicio de memoria también
implícito en la música interpretada a lo largo de la película, producto de las experiencias vitales de
sus creadores e intérpretes. Porque el título de la película proviene de una de las canciones que
canta uno de los rabinos en la sinagoga y que tarda cinco días en interpretarse entera porque
contiene los nombres de las víctimas del campo de concentración de Treblinka, que de otra forma
hubiesen sido olvidados. En un momento aparecen los nombres de los padres y hermanos de Dovidl
y recién allí rompe en llanto y comienza su duelo con posibilidades de recuperarse.
Los nombres son importantes para Dios, registrar los nombres fue parte de la instrucción,
tenían una especie de manual de procedimiento que conocemos como el Levítico. Así como Génesis
tenía por nombre “En el principio”, y Éxodo “Estos son los nombres”, en el caso de Levítico su
nombre era “El llamó” las primeras palabras de este libro. Porque los levitas, de la tribu de Levi
fueron llamados para un servicio muy especial y con muchas condiciones. Ellos estaban encargados
del cuidado del templo y de las ceremonias y ofrendas que se traían a ese lugar. Con el tiempo
cuando fueron al cautiverio se fue afianzando la figura del rabino que era el encargado de enseñar y
aconsejar según las indicaciones y también se esperaba de él como del sacerdocio de los levitas
que fuesen los primeros en cumplir cada precepto.
Alimentos santos cap. 11, cuerpos santos cap. 21, hogares santos cap. 15, culto santo,
costumbres y vestiduras santas, ética santa.
Solo para considerar los alimentos por ejemplo había una lista de animales prohibidos, hoy se
está comprobando que los animales silvestres son el origen de todos estos virus imparables desde
el ébola hasta covid19.
Pero además una de las ofrendas que se llevaba al templo se comía en el mismo lugar con la
familia y se compartía con el sacerdote, se podía comer el primer día y si quedaba algo el segundo,
pero el tercero era abominación, claramente la comida se degrada. Hay consecuencias en lo que
hacemos o dejamos de hacer
Levítico 26: 9-10 “me volveré a vosotros y os haré crecer y os multiplicare y afirmare mi pacto
con vosotros. Comeréis lo añejo de mucho tiempo y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo”.
maravilloso que nos puede ocurrir. Es ser trasladado de las tinieblas a la luz. Es comenzar a caminar
con él, a prestarle toda la atención y entrar en un territorio bendecido extraordinariamente. Es
hablarle y escuchar. Es recibir dirección y ponerla en práctica continuamente. Por eso decimos que
el evangelio no es religión sino relación.
Tampoco funciona por criarnos en la iglesia. Si hemos tenido el privilegio de haber ido al
templo desde antes de nacer con nuestros padres, porque se ha comprobado que antes de nacer
oímos y nos deleita la música, grabamos palabras, y que mejor que la palabra de Dios antes que
insultos o lamentos. Pero la experiencia debe llegar. Ser cristiano es una nueva vida un nuevo
nacimiento, todos podemos y debemos experimentarlo. Se lo dijo el Señor a un hombre bueno que
sabía y enseñaba los valores de las escrituras, “el que no nace de nuevo no puede ver el reino de
Dios”.
Aun así, a veces nos preguntamos ¿qué ventaja tiene caminar con el si el camino es tan
estrecho?
Gran ventaja, Jesús dijo, “mi yugo es fácil y ligera mi carga”. Cada vez que nos enredamos,
nos agotamos y sobrecargamos tendríamos que parar y bien repasar sus instrucciones o preguntar
de nuevo. Cita de Watchman Nee en Didaktikos:
“Nos damos cuenta de este principio en todas las obras de Dios, después que Dios ha
comenzado algo, se detiene en la ejecución hasta que nosotros oremos. Desde el día de la
fundación de la iglesia no hay nada que Dios haga en la tierra sin la oración de sus hijos. Todo lo
sujeta a las oraciones de ellos. No sabemos por qué obra de esta manera, pero sabemos que esto
es un hecho.”
Lo que deseamos y soñamos está. “Los hare crecer y los multiplicare”. ¡Cuánto anhelamos el
crecimiento y la multiplicación!
Además, es paz, seguridad, fruto tan abundante de nuestro trabajo que sobrará.
Hebreos 10:5-14 “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas
me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He
aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí.
Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te
agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios,
para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos
santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y
ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos
sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para
siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante
esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola
ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”.
Del capítulo 1 al 7 están las leyes sobre los sacrificios, del 8 al 10 leyes sobre la consagración
de los sacerdotes, del 11 al 15 sobre pureza y purificación, del 17 al 27 sobre la santidad incluyendo
aun las fiestas y su celebración.
En el sacrificio de paz se ofrecía la grosura sobre el altar, me recuerda Romanos 12:1 “les
ruego hermanos por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo
agradable a Dios que es vuestro culto racional”. Y la expiación por pecados y errores. (Levítico 5:15-
17).
Carlos Spurgeon dijo: “Ahora yo invito a todos aquellos que buscan la reconciliación con Dios
que miren a su alrededor, y que consideren si el Señor Jesucristo es el sacrificio de expiación que
necesitan y si Él es aceptable a Dios.
Si ustedes conocen cualquier otra expiación por el pecado, examínenla bien, y yo estoy
seguro que van a encontrar muchas faltas y fallas en ella; pero en lo relativo al Cordero de Dios, no
tengo ninguna pregunta; ustedes pueden investigar, y probar, e intentar, pero no van a encontrar
ningún defecto en Él.
Si hubiera alguna falla en Él, ya sea en exceso o en defecto, podrían muy bien rechazarlo;
pero como no encontrarán nada de eso, les ruego que Lo acepten de inmediato con gozo.
Vengan y miren al Señor Jesucristo, tanto en Su Deidad como en Su humanidad, miren Su
vida y Su muerte, Sus hechos y Sus sufrimientos, y vean si hay alguna iniquidad en Él. Él no conoció
el pecado: no tenía ni conocimiento ni tratos con el pecado”. “Él era santo, inocente, sin mancha”.
“Hasta el mismo demonio lo reconoció, no hay mancha en él”.
Spurgeon sigue diciendo “el penitente ponía su mano sobre la cabeza y esto significa
confesión, reconocimiento del pecado, si el error fue mío. Aceptación, es mi falta, no puedo
remediarlo, transferencia, cargo sobre el pecado de todos nosotros. Identificación ese soy yo, eso
merecía, el tomo mi lugar.”
El pueblo de Dios del antiguo testamento tuvo épocas en que pensaba, “si tuviéramos carros
como otros pueblos, o si tuviéramos caballos nos iría mejor, estaríamos más seguros”. Pero luego
llegaron a la conclusión, “algunos confían en carros, otros en caballos, pero nosotros en el nombre
del Señor nuestro Dios confiaremos”. (NBLA). Se repite en Salmo 20, salmo 33 e Isaías 31.
CONCLUSIÓN:
Hoy podemos decir, algunos confían en su fuerza, o su ángel de la guarda, o en algún
amuleto, o persona y aun otros en sus oraciones, declaraciones o cualquier otro elemento para
cubrirse. A medida que vamos conociendo a Dios y su palabra, el pueblo de Dios en este tiempo
dice: estoy refugiado en la casa del Padre. Cristo lo es todo en todo. Con un solo sacrificio hizo
perfectos para siempre a los santificados.
ERP