2157-Texto Del Artículo-4053-1-10-20200323
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2157-Texto Del Artículo-4053-1-10-20200323
http://reined.webs.uvigo.es/
ISSN 1697-5200
e-ISSN 2172-3427
1
Universidad de Granada. [email protected]
2
Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC). Universidad de Granada. [email protected]
3
Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC). Universidad de Granada. [email protected]
Palabras Clave
Trastorno de Estrés Postraumático, Trastorno del Humor, Trastorno de Personalidad,
Abuso, Delincuencia
Abstract
The delinquency and its relationship with traumas and disorders is a topic of great
interest. The main of this review is to analyse the possible association between
traumatic experiences in childhood and the development of disorders in juveniles
linked with the judicial system. For this, a bibliographic search was carried out in
Web of Science (main collection), Scopus, Medline, Psycinfo, Cochrane, Teseo,
Psicodoc and Scielo, of documents published until 2018 (included). A total of 43
documents met the inclusion criteria and therefore analysed in the present review.
These results show that mood disorder (affective) is more frequent in this population
and in the context of traumatic experiences, sexual abuse and different types of
traumatic experiences. Within the associations, it was found that mood disorder was
mostly linked to sexual abuse, while PTSD was associated with different traumatic
experiences and personality disorder to the different traumatic experiences and
physical abuse. There seems to be relation between childhood trauma and the
development of mental disorders.
Key Words
Post-traumatic Stress Disorder, Mood Disorder, Personality Disorder, Abuse,
Delinquency
1. INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como un período
de crecimiento y desarrollo del ser humano que transcurre entre la niñez y la edad
adulta, abarcando entre los 10 y los 19 años (OMS, 2015). Según el Instituto Nacional
de Estadística (INE, 2017), se ha encontrado que, en 2017, un total de 13.643
adolescentes con edades entre los 14 y 17 años fueron condenados por haber cometido
algún tipo de delito, de los cuales 10.819 fueron hombres y 2.824 mujeres. Las edades
dentro de ese rango con mayor proporción de delincuentes fueron los 17 y 16 años.
Aunque el porcentaje de delitos sea mayor en los hombres (Yugueros-García, 2013),
parece que las tasas de arresto en mujeres están aumentando (Zahn, Hawkins,
Chiancone y Whitworth, 2008).
La OMS cataloga como maltrato infantil a todo abuso y desatención que dañen o
puedan dañar a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o pongan en peligro su
supervivencia (OMS, 2016). Este puede tener graves consecuencias psicológicas, físicas
y jurídicas. Por ello, se hace preciso analizar el maltrato infantil o diferentes
experiencias traumáticas como predictor de la conducta delictiva en la adolescencia
(Baglivio et al., 2014; Cerezo y Vera, 2004; Fox, Perez, Cass, Baglivio y Epps, 2015;
Wolff, Baglivio y Piquero, 2017), coincidiendo esto último con un estudio donde la
muestra de sujetos estaba privada de libertad (Vallejos y Bertone, 2016).
Dentro del maltrato infantil se ha encontrado que el más frecuente es el abuso
emocional, seguido del físico, el abuso sexual y la negligencia (Dias, Sales, Mooren,
Mota-Cardoso y Kleber, 2017; Ulloa-Flores y Navarro-Machuca, 2011). En varones y
mujeres privadas de libertad, también se encontraron resultados similares a los
expuestos en la población no delincuente, anteriormente comentada, en muestras de
diferentes países (Caravaca-Sánchez, Ignatyev y Mundt, 2018; Schimmenti, Di Carlo,
Passanisi y Caretti, 2015; Vallejos, Bertone y Muniello, 2014). En otro estudio que no
evaluó el abuso emocional, se encontraron mayores tasas de negligencia, abuso físico y
sexual (Clements-Nolle, Larson, Buttar y Dermid-Gray, 2017).
Es preciso tener en cuenta que en ocasiones los jóvenes detenidos, tanto hombres
como mujeres, muestran trastornos mentales (Fazel, Doll y Långström, 2008; Teplin,
Abram, McClelland, Washburn y Pikus, 2005), además de otros factores asociados
(Alarcón, Pérez-Luco, Wenger, Salvo y Chesta, 2018; Férriz, Sobral y Gómez-Fraguela,
2018; Llorca-Mestre, Malonda-Vidal y Samper-García, 2017). En una muestra de
delincuentes sexuales, se encontró que uno de los trastornos más frecuentes fue el
afectivo (Becerra-García y García-León, 2012). El abuso infantil tiene repercusión en
trastornos como la depresión, siendo el doble para los reclusos supervivientes de todo
tipo de abuso en la infancia que para aquellos que no habían estado expuestos (Caravaca
219 Revista de Investigación en Educación
Morales-Toro, V., Guillén-Riquelme, A. y Quevedo-Blasco, R.
et al., 2018). La exposición severa a múltiples tipos de traumas, es cada vez más
frecuente en mujeres delincuentes, siendo las tasas del trastorno de estrés postraumático
(TEPT) superiores al 30% (Foy, Ritchie y Conway, 2012). En una muestra de hombres
delincuentes también se probó que la exposición a múltiples tipos de trauma, se vinculó
a mayores niveles de TEPT (Stimmel, Cruise, Ford y Weiss, 2014). Otro de los
trastornos con los que se ha vinculado a la población delincuente con algún tipo de
maltrato en la infancia, es el trastorno de personalidad (Vallejos et al., 2014; Zhang y
Zheng, 2018).
Por todo lo visto, el objetivo de esta investigación es explorar la posible relación en
la población adolescente delincuente (estén detenidos en un centro de internamiento o
cumpliendo condena de alguna otra forma), los delincuentes juveniles, entre el maltrato
infantil y los trastornos del humor (afectivos), los trastornos específicos de la
personalidad, o el TEPT. Más concretamente se desglosará en: a) examinar el tipo de
trastorno que más se da en esta población de manera general y/o teniendo en cuenta los
diferentes subtipos de cada trastorno elegido, b) detectar el tipo de abuso que más
suelen sufrir en la infancia los delincuentes juveniles, y c) asociar el trastorno al tipo de
abuso que suele provocarlo con más frecuencia.
2. MÉTODO
La calidad metodológica de los estudios incluidos en esta RS, se realizó usando las
diferentes escalas de calidad STROBE (von Elm et al., 2014) y SQUIRE Guidelines 2.0
(Ogrinc et al., 2015), adaptándolas al formato de los documentos y a las características
de los mismos. Con esto se pretendía clasificar los artículos en cinco categorías de
calidad: baja, media baja, media, media alta y alta, aunque en este caso se ha verificado
que todos están incluidos en la categoría media-alta, por lo que no se procedió a la
eliminación de ningún documento por la calidad.
Las investigaciones fueron codificadas en las variables analizadas en esta RS por dos
codificadores con experiencia en la codificación que se repartieron a partes más o
menos iguales (21 y 22) los estudios. Una semana después de finalizar la codificación
original, los codificadores volvieron a codificar 10 artículos que ya habían codificado
previamente y otros 10 del otro codificador. Siguiendo la técnica de análisis de
contenido categorial y aplicando la solución estadística de Fariña, Arce y Novo (2002),
la codificación fue evaluada en términos de acuerdo inter-codificadores e intra-
codificadores con la kappa verdadera (¯κ), esto es, corregido el acuerdo con la
verificación de la exacta correspondencia en la codificación. De este modo se registraba
la codificación como 1 acuerdo si se codificaba igual (verificación de la
correspondencia; por ejemplo, si ambos codificadores, o en el momento 1 y 2,
registraban el trastorno de estrés postraumático como presente en el mismo punto del
artículo); 1 desacuerdo si un codificador, o en un momento, registraba una categoría y
otro codificador, o en otro momento, no la registraba (por ejemplo, si un codificador, o
en el momento 1, registraba trastorno de estrés postraumático y el otro codificador, o en
3. RESULTADOS
De los 1.975 documentos obtenidos en las diferentes bases de datos, 579 fueron
eliminados por duplicados. De los 1.396 restantes, se verificaron por “título y/o
resumen”, descartando 1.202 documentos que no cumplían con los criterios de inclusión
y exclusión y 151 fueron excluidos tras una revisión del texto completo. La muestra
final consistió en 43 documentos (39 artículos y 4 tesis). En la Figura 1 se puede ver
más claramente el diagrama de flujo seguido.
En este caso las características más relevantes de los documentos que se han incluido
en esta RS (referencias con asterisco), se han especificado en la Tabla 1 (características
de la muestra, variables y resultados principales), la cual ha sido ordenada según el
orden alfabético de los autores de los estudios.
Autores (año)* Muestra País Variables (trauma) Variables (trastorno) Resultados principales
N= 614 chicos EE.UU. Se encontraron niveles más altos de depresión en individuos con
Abuso sexual Depresión
Farris (2007) Edad= 10 a 19 (Alabama) inicio de abuso sexual antes de los 12 años, en comparación con
Detenidos aquellos sin antecedentes de abuso sexual.
N= 935 chicos Las variables asociadas con la depresión o distimia fueron años
Chile Eventos traumáticos en la infancia Depresión o distimia
Gaete et al. (2018) Edad media= 17,6 de exposición a maltrato infantil, vivir en las calles,
Detenidos comportamiento delincuente temprano y trastorno de ansiedad.
Ghazali, N= 207 grupo clínico (158 chicos y Diferentes experiencias traumáticas en
Los síntomas depresivos fueron más frecuentes que el TEPT.
Malasia la infancia (maltrato, abuso sexual, TEPT y síntomas
Chen y 169 chicas); 120 grupo control Los adolescentes delincuentes altamente victimizados tuvieron
(Sarawak) agresión severa, negligencia y depresivos
Aziz Edad media= 15,3 un riesgo mayor de desarrollar síntomas psiquiátricos.
victimización familiar)
(2018) Detenidos/as
Los eventos negativos y abuso (físico y emocional), se asociaron
N= 186 chicas Experiencias de abuso (físico, a estrategias de afrontamiento negativas, lo cual fue un predictor
Goodkind, Ruffolo, -- Depresión
Edad media = 15,89 emocional y sexual) indirecto de síntomas depresivos, siendo más fuerte la relación
Bybee y Sarri (2009)
Cumpliendo condena para eventos negativos que para abuso. El abuso sexual no se
relacionó a los síntomas depresivos.
N= 509 chicos Los jóvenes encarcelados con historia de maltrato infantil
Maltrato infantil (abuso sexual, físico, tuvieron niveles más altos de ansiedad y depresión, manteniendo
Gover (2003) Edad media=16 EE.UU. Depresión
negligencia…) constantes otros factores relacionados (individuales e
Detenidos y cumpliendo condena
institucionales).
N= 583 (377 chicos y 206 chicas) Los jóvenes sexualmente abusados en la infancia tenían más
EE.UU. Abuso sexual Depresión
Gover (2004) Edad media= 15,7 tasas de depresión, siendo más altas para las mujeres.
Detenidos/as
N= 30 chicas Reino Unido En muchas de las niñas se encontró evidencia de TEPT, los
Abuso sexual y exposición a violencia TEPT
Hill et al. (2014) Edad media= 16,41 (Inglaterra) datos recabados indican abuso sexual en el pasado y exposición
Detenidas y cumpliendo condena a violencia como algo común en las pacientes.
Se encontró relación entre maltrato infantil y problemas de salud
N= 422 chicos Síntomas depresivos/ mental, siendo mayores las correlaciones entre negligencia
Países Bajos Abuso sexual y negligencia
Hoeve et al. (2015) Edad media=16,7 ansiosos emocional e irritabilidad, o depresión/ansiosa. El abuso sexual
Detenidos sólo se asoció significativamente a irritabilidad y problemas
depresivos/ansiosos.
Hunter, Figuered, N=182 chicos Se encontró relación entre abuso físico infantil y exposición a
EE.UU. Abuso físico Depresión violencia en contra de mujeres y mayores niveles de ansiedad y
Malamut y Becker Edad media= 15,9
depresión comórbidas.
(2003) Detenidos
N= 112 (74 chicos y 38 chicas) En los hombres el trauma fue un predictor del TEPT, en el 85%
Edad media= 15,97 y 16 Diferentes experiencias traumáticas en de las veces. La experiencia de abuso sexual y trauma predijeron
Mcpeek EE.UU. TEPT
respectivamente la infancia correctamente el resultado de un diagnóstico de TEPT con
(1997)
Cumpliendo condena 73,7% de precisión, en el caso de las mujeres ya que los
hombres relataron no haber sufrido abuso sexual.
N= 57 chicos/as y 38 grupo control Los jóvenes sexualmente victimizados tenían mayores tasas de
EE.UU. Abuso sexual Depresión depresión que los no sexualmente victimizados, aunque hay que
Moore (2003) Edad media= 14,46
tener en cuenta las diferencias entre depresión autoinformada y
Cumpliendo condena
la de los informes de cuidadores.
N= 291 (253 chicos y 38 chicas) El antecedente de trauma infantil fue el principal predictor de
Moore, Gaskin y Indig Australia Maltrato infantil: abuso (sexual, físico, TEPT TEPT. El abuso emocional fue el más frecuente y el sexual el
Edad media= 17
(2013) emocional) y negligencia (emocional y menos frecuente. Las mujeres tenían más probabilidad de
Detenidos/as
física) reportar trauma infantil y más tasas de TEPT.
Morais, Alexander, N= 498 chicos EE.UU. (Estado Los chicos con historia de abuso sexual eran más propensos a
Abuso sexual infantil TEPT y depresión
Fix y Burkhart (2018) Edad media= 15,93 del sudeste) tener depresión mayor y TEPT, esta relación no se encontró para
Detenidos la ansiedad.
Nowakowski-Sims y N= 80 (42 chicos y 38 chicas) Diferentes experiencias traumáticas en Se encontró que la experiencia previa con violencia en el hogar e
EE.UU. Depresión
Rowe (2017) Edad media= 15 la infancia interrupciones con el apego a la madre, son variables
Cumpliendo condena fundamentales para la predicción de la depresión.
N= 64.329 (50,389 chicos y 13,940 Una mayor puntuación en experiencias traumáticas en la
Perez, Jennings y EE.UU. Diferentes experiencias traumáticas en Rasgos de personalidad
chicas) infancia, se asoció a mayor impulsividad. Destacar que la
Baglivio (2018) (Florida) la infancia impulsiva
Edad media= 17 impulsividad fue mayor en los chicos.
Cumpliendo condena
N= 118 chicas Los delincuentes sexuales juveniles con maltrato infantil tenían
Roe-Sepowitz y EE.UU. Abuso físico y sexual, negligencia y
Depresión más probabilidades de tener un diagnóstico actual de salud
Krysik (2008) Edad media= 13,9 (Florida) múltiples abusos
mental y experimentar niveles clínicos de depresión-ansiedad.
Cumpliendo condena
N= 67 grupo clínico (47chicos y 20 Las personas detenidas con rasgos psicopáticos informaron
Diferentes experiencias traumáticas en
Ručević y Ajduković mayores tasas de experiencias traumáticas en la infancia y
chicas); 78 grupo control Croacia la infancia y victimización física y Rasgos psicopáticos
(2016) victimización física, sin embargo, no difirieron en victimización
Edad media= 16,30 sexual
sexual.
Detenidos/as
Ruffolo, Sarri y N= 159 chicas EE.UU. Abuso sexual y otras experiencias En esta investigación se encontró una asociación positiva entre
Depresión
Goodkind (2004) Edad media= 15,8 (Michigan) traumáticas en la infancia depresión y diferentes experiencias traumáticas y haber sufrido
Detenidas y cumpliendo condena abuso sexual.
Silva, Graña y N= 104 (94 chicos y 10 chicas) Se encontró relación entre abuso físico y problemas de
Internalización
González-Cieza España Abuso (físico y emocional) internalización y externalización. El abuso emocional se asoció a
Edad media= 16,5 (depresión)
(2014) problemas de externalización, incluso incluyendo insensibilidad
Detenidos/as
emocional, como moderador.
Nota. N = muestra; NM= no trauma o trauma leve; EP= trauma emocional y físico; EPS= trauma emocional, físico y sexual; TEPT= trastorno de estrés postraumático; ETI= experiencias traumáticas en la infancia;
JSO= jóvenes que han ofendido sexualmente; No JSO= jóvenes que no han ofendido sexualmente pero sí han realizado otros delitos; TDAH= trastorno por déficit de atención e hiperactividad; TPL= trastorno límite de
la personalidad; EE.UU.: Estados Unidos de América.
* Los estudios han sido ordenados alfabéticamente por el apellido del primer autor.
4. DISCUSIÓN
El objetivo de esta revisión ha sido analizar la posible asociación entre experiencias
traumáticas en la infancia y el desarrollo de determinados trastornos en delincuentes
juveniles, a nivel mundial. En total se han analizado 43 documentos. Es necesario tener
en cuenta que no se ha incluido otra revisión afín (Foy, Ritchie y Conway, 2012), por no
cumplir con los criterios de inclusión/exclusión necesarios (ya que incluyen diferentes
tipos de traumas que no acontecieron únicamente en la infancia; además no diferencian
qué tipo de trauma es el más vinculado al trastorno, si el infantil o el de otra etapa de la
vida). Los resultados respecto al trastorno indican que el afectivo es el más frecuente,
asimismo en un estudio de 1.829 delincuentes, se encontró que entre los diagnósticos
frecuentes se encontraban los trastornos afectivos (Teplin, Abram, McClelland, Dulcan
y Mericle, 2002). Dentro de éstos el más común es el trastorno depresivo (Adams et al.,
2013; Berzenski y Yates, 2011). Siguiendo con los trastornos más frecuentes, tenemos
el TEPT (Abram et al., 2013; Breslau et al., 2014; Foy et al., 2012). En referencia a los
trastornos de personalidad y sobre todo haciendo mención a la psicopatía o rasgos
psicopáticos como su mayor expresión, se ha hallado otro estudio que destaca a la
psicopatía o rasgos psicopáticos (Tuvblad, Bezdjian, Raine y Baker, 2013). Destacar
que estos trastornos también son objeto de estudio en adolescentes no delincuentes
(Barrera-Valencia, Calderón-Delgado, Trejos-Castillo y O’Boylec, 2017; Ho, Wai Tong
Dai, Mak y Wing Kei Liu, 2018).
Atendiendo a los tipos de abusos en la infancia, se encuentra que el más prevalente
fue el abuso sexual y las diferentes experiencias traumáticas en la infancia (Ford,
Grasso, Hawke y Chapman, 2013; Putnam, 2003; Veneziano, Veneziano y Legrand,
2000). En contraposición, otros autores han resaltado con más frecuencia al abuso físico
y emocional (Vallejos et al., 2014; Wolff y Shi, 2012). En este sentido, también es
importante tener en cuenta cuales son los predictores de las agresiones sexuales en los
adolescentes (Moyano, Monge y Sierra, 2017).
Respecto a la relación trastornos afectivos y abuso sexual, hay resultados similares
en el estudio de Coleman (2005), un estudio que se realizó a 74 adolescentes
encarcelados y en el cual hubo una fuerte asociación del abuso sexual sobre el suicidio y
problemas de internalización. Además, Hyun, Friedman y Dunner (2000) relacionaron
el trastorno bipolar con experiencia de abuso sexual en la infancia. En contraposición
Fernández-Martínez et al. (2018), asociaron el maltrato físico y trastornos afectivos,
concretamente la depresión.
Como en este estudio, el TEPT se asoció a diferentes experiencias traumáticas en la
infancia (Frewen, Zhu y Lanius, 2019). En el estudio llevado a cabo por Stimmel et al.
(2014) probaron que los delincuentes juveniles expuestos a múltiples tipos de trauma o
una exposición que implica violencia, reportaron mayores niveles de sintomatología de
TEPT. Respecto a la asociación trastornos de personalidad y experiencias traumáticas,
los siguientes estudios encontraron datos similares; en primer lugar, señalar el estudio
de Forouzan y Nicholls (2015), donde se asociaron diversas formas de victimización a
altas puntuaciones en rasgos psicopáticos; y donde además de esto, se ha encontrado
una asociación entre la gravedad del maltrato infantil y la gravedad de algunos
trastornos de personalidad en la edad adulta (Dargis, Newman y Koenigs 2016).
En este estudio es necesario tener en cuenta una serie de limitaciones. En primer
lugar que la mayoría de estudios incluidos eran retrospectivos, con lo cual no se podían
realizar asociaciones de causalidad entre los resultados. Otro aspecto es que los
delincuentes en muchos de los estudios habían cometido a su vez delitos sexuales y
como se puede apreciar en un trabajo de Craissati, McClurg y Browne (2002), puede
que haya mayor prevalencia de antecedentes de abuso sexual en agresores sexuales. La
mayoría de los datos son recabados de EE.UU. y en muchos de los estudios no
mencionaban el manual que habían usado para el diagnóstico de la muestra. Por tanto,
son resultados que deben asumirse teniendo cierta precaución. Para futuros estudios
puede ser interesante tener en cuenta otras variables asociadas a la agresión en los
adolescentes (ver, por ejemplo, Álvarez-García, Núñez, García y Barreiro-Collazo,
2018; Cutrín, Gómez-Fraguela, Maneiro y Sobral, 2017; Jiménez y Estévez, 2017;
López-Pérez, 2017). Además de esto, se encuentran puntos fuertes como diferentes
trastornos y tipos de abusos que se suelen asociar a la población delincuente en un solo
estudio, así como conocer los más frecuentes y las asociaciones entre sí. Por otra parte,
las bases de datos utilizadas, el rango de años, el hecho de que se haya hecho a nivel
mundial y se haya pasado una escala de calidad a cada documento y un análisis de
fiabilidad, permite obtener una información más completa y de calidad.
Para concluir, en los resultados obtenidos se puede ver una mayor tasa de hombres
estudiados (respecto a mujeres), y que los trastornos del humor (afectivos) son los que
se suelen dar en mayor proporción en la población delincuente analizada. Dentro de los
abusos, el abuso sexual en la infancia o diferentes experiencias traumáticas fueron los
hechos más prevalentes, con lo cual estos son también los más asociados a los trastornos
afectivos, trastornos de personalidad y TEPT.
BIBLIOGRAFÍA
Las referencias marcadas con un asterisco (*) indican que han sido incluidas en la
revisión sistemática.
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