Virtud de La Fé

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VIRTUD DE LA FE

INTRODUCCIÓN

Para los antiguos griegos la virtud fue siempre un tema de debate. Sócrates, Platón y

Aristóteles y las distintas escuelas filosóficas griegas plantearon su propio método hacia una

existencia virtuosa. Se le daba mucha importancia a la virtud (areté), considerada como la

plenitud y perfección de la naturaleza, especialmente la humana.

La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo

realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y

espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones

concretas. “Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de

honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta”

(Filipenses (1960).

En pocas palabras, las virtudes humanas nos llevan a hacer el bien. Para comportarnos

debidamente, éstas deben ponerse en práctica diariamente.

Hay dos tipos principales de virtudes que como seres humanos adoptamos: las teologales y

las cardinales.

Virtudes cardinales: aquellos valores principales y fundamentales que son esenciales para las

relaciones humanas y el orden social. Estas virtudes son punto de referencia para la

orientación de la conducta de la persona hacia una plena humanización, así como hacia la

construcción de una sociedad más justa y sana. Las virtudes cardinales son la prudencia, la

justicia, la fortaleza y la templanza.


Virtudes teologales: Fueron infundidas por Dios en nuestra alma el día de nuestro bautismo,

pero como semilla, que había que hacer crecer con nuestro esfuerzo, oración, sacrificio.Dios

nos dio estas virtudes para que seamos capaces de actuar a lo divino, es decir, como hijos de

Dios, y así contrarrestar los impulsos naturales inclinados al egoísmo, comodidad, placer.

Características de las virtudes teologales:

- Son dones de Dios, no conquista ni fruto del hombre.

- No obstante, requieren nuestra colaboración libre y consciente para que se

perfeccionen y crezcan.

- No son virtudes teóricas, sino un modo de ser y de vivir.

- Van siempre juntas las tres virtudes.

Estas virtudes son: fe, esperanza y caridad.

“El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios” (San Gregorio de

Nisa, De beatitudinibus, oratio 1).

Tal vez ningún otro componente de la vida cristiana es más importante que la fe. No la

podemos comprar, ni vender, ni tampoco dársela a nuestros amigos. Entonces, ¿Qué es la fe?

y ¿Qué papel juega la fe en la vida cristiana? El diccionario define la fe como "la creencia en,

devoción a, o confianza en alguien o algo, especialmente sin prueba lógica”. También define

la fe como "la creencia en y devoción a Dios". La Biblia tiene mucho más que decir sobre la

fe y lo importante que es. De hecho, es tan importante que sin fe no tenemos ningún lugar con

Dios, y es imposible agradarlo (Hebreos 11:6). La fe es la creencia en el Dios único y

verdadero, sin verlo realmente.

En el presente documento se desarrolla específicamente la fe como virtud teologal, se

presenta algunas concepciones de la fe según distintos autores, la unión del elemento personal

y elemento objetivo, la fe como acción volitiva y afectiva, conocimiento y fe, libertad y fe,

religión y fe, revelación y fe, y por último la bondad de fe.

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DESARROLLO

1. DEFINICIONES

Hebreos 11:1 nos dice que la fe es "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no

se ve".

Según Lezcano (2019), la fé se comprende como la dimensión que estructura, orienta y da

sentido a la existencia del hombre ya que es capaz de configurar la perspectiva que tenemos

sobre la realidad y a tomar un rol activo y comprometido con ella.

Por otro lado, la Editorial Etecé (2021), define la fé como una forma de depositar confianza

en una persona, cosa o deidad que no necesita de ninguna prueba para comprobar su

existencia. El principal significado de esta está relacionado a la religión, que hace referencia a

la creencia en Dios.

Asimismo, Significados (2013), indica que la fé en el cristianismo tiene como cimiento la

Revelación de Dios propuesta por la Iglesia. Es decir, la fé es el medio por el que una persona

logra creer en la verdad revelada. Además, la fé es un don infundido por Dios que permite

una relación con él y posibilita vivir según sus enseñanzas.

Según Rahner, la fe es la facultad inminente al ser humano para poder experimentar la

autocomunicación del ser supremo, es decir la experiencia de la gracia de Dios, entendida la

gracia como acto de Dios de autocominicarse. Por tanto la fe es parte de un sistema de

carismas formado por la fe amor y esperanza (Barrientos Amador, 2014).

Para Joseph Ratzinger, la fe es la expresión de una decisión subjetiva, por la cual fijamos

para nosotros los valores según los cuales nos vamos a regir en la vida. Naturalmente, esta

decisión tendría diversas condiciones previas en la historia y en la cultura, en la educación

recibida y en el entorno, pero siempre sería en último término una decisión subjetiva y, por

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tanto, no estaría expuesta al criterio de lo correcto o lo equivocado (Benedicto Xvi - Papa -

Xvi & Ratzinger, 2013).

Para San Agustín de Hipona, la fe es la llave del destino humano, asegura los principios

primeros, los principios fundamentales que da al hombre el medio para elaborar

interpretaciones coherentes de los datos de la experiencia. la fe precede a la inteligencia pero

no la oprime, más bien lo libera de su ceguera y prepara al hombre para servirse mejor de la

razón. . entonces la fe es la fe misma, es la verdad creída, que la ilumina y la transforma,

elevándola al orden sobrenatural (Vázquez Rodríguez, 2018)

El apóstol Pablo enseñó que “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que

no se ve” (Hebreos 11:1) (La Iglesia de Jesucristo, 2021)

Para Kant, la fe es un asentimiento subjetivamente suficiente, pero con conciencia de ser

objetivamente insuficiente (Ochoa, 2003)

2. LA FE COMO ACCIÓN VOLITIVA Y AFECTIVA

Una vez hecha la revisión a las distintas definiciones de fe dadas por los diferentes

autores, es importante poder entender a la fe tanto como una acción volitiva y afectiva, por lo

que en primer lugar debemos diferenciar la acción volitiva y afectiva. Entendemos por una

acción volitiva o acto volitivo, un comportamiento libre y electivo que con ayuda de la razón

se establecen criterios para tanto la acción como el fin de esta misma (Beroch, 2020).

Mientras que una acción afectiva o acto afectivo se dirige a un objetivo propio cuyo valor

está dado por los sentimientos de una persona, presentando así autonomía propia (Marcos del

Jano, 2019).

Por tanto al tener ambas definiciones, podemos entender que la diferencia entre ambas

radica en que lleva a la persona a actuar de cierta manera, ya sea la razón en el caso del acto

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volitivo o los sentimientos en el caso del acto afectivo, sin embargo, ambos actos se mueven

por la voluntad y el interés personal.

Gracias a lo definido anteriormente podemos concluir que la fe va más allá de la razón y los

sentimientos (sin llegar a excluirlos), ya que se dirige a algo que trasciende e implica a todas

las dimensiones de la persona (Alvarez, 2019).

Esto lleva a otro factor importante, la libertad, puesto que la fe tiene que ser entendida

como una acto libre al ser secundada por la voluntad, tanto como un acto volitivo como uno

afectivo. Pero aunque la fe necesita de voluntad, ambos no son lo mismo, como nos indica

Arendt (1996) quien menciona que el poder asombroso de la libertad no le pertenece a la

voluntad sino a la fe, distinguiendo uno de otro. Y es que la fe supera el poder de la voluntad.

La fe es entonces infinitamente más influyente que los sentimientos y la razón, más

poderosa que la voluntad y libre en todos los aspectos, pues cualquier persona puede llegar a

ella, siempre y cuando esta esté orientada a algo más trascendente que uno mismo.

3. CONOCIMIENTO Y FE

La opinión de que el conocimiento científico y la religión se oponen, está básicamente

generalizada en nuestro entorno cultural. Esto puede ser debido como una herencia del

positivismo o la doctrina de Augusto Comte de principios del siglo XIX que se extendió por

Europa y América. Hablando del positivismo, Comte propone de que en la epistemología o

conocimiento científico, la humanidad ha tenido un progreso real a través de lo que para él la

etapa inicial es teológica, ya que busca explicar los fenómenos del conocimiento a través de

las acciones de entes sobrenaturales y también por una fase llamada metafísica, donde se

proponen diferentes principios de la realidad como a) Principio de causalidad, b) Simplicidad

de la naturaleza, c) Orden racional del mundo. Por último, hay una última etapa llamada

positiva, donde simplemente el conocimiento de la realidad tiene que estar basado en

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evidencias o fenómenos que ocurren de modo regular, también son llamados “leyes

naturales”. (Agazzi, 2017).

Por su parte, Bellini (2018), refiere que la la razón y la fe a lo largo de la historia han

asumido distintos contenidos de acuerdo al pensamiento filosófico, a las distintas

concepciones de Dios, al influjo de las religiones y de las culturas en las que está sumergida

la realidad humana. Además, menciona que la razón está ligada a lo tangible, a lo que se

puede comprobar físicamente y que la fe se mueve en el ámbito de lo trascendente y no

tangible.

Por otra parte, Zapata (2017), afirma que la inteligencia de la fe no puede ser fruto de

las simples capacidades naturales de la razón, ya que la fe tiene carácter sobrenatural presente

en la revelación dada gratuitamente por Dios a los hombres. Es este mismo carácter

sobrenatural que busca un lenguaje humano para hablar de forma significativa y verdadera de

lo que supera toda experiencia humana, es decir, de lo sobrenatural y de lo numinoso.

Por otro lado, Zanotti (2018), menciona que los problemas relacionados entre la fe y

el conocimiento, más que teóricos, son éticos, esto plantea ante el ser humano sus límites

morales ante sus posibilidades técnicas.

A su vez, Espinosa (2019), afirma que la fe es también conocimiento, aunque distinto

del científico. Es decir, es un conocimiento que no se basa en la evidencia racional, sino que

sobrepasa nuestros propios límites para entrar en la benevolencia creadora de Dios, pero que

no la niega o elimina. Es decir, la supera, la completa y enriquece sin ir en contra de ella.

4. RELIGIÓN Y FE

En el lenguaje ordinario de las personas se confunden, por no decir que se identifican. Una
persona religiosa y una persona creyente vienen a significar lo mismo.

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Comenzaría por reproducir una frase de Juan el evangelista que repite al menos dos veces,
una vez en el prólogo al evangelio (Jn 1 18), y una segunda vez en la primera de sus cartas (1
Jn 4 12). Dice así: "a Dios le ha visto nunca". Lo único que sabemos de Dios, es lo que nos ha
contado su hijo Jesucristo (Jn 1 18).

Jesús era ciertamente un hombre religioso, Sin embargo, siendo un hombre religioso como
era, cuando habla de su Padre lo hace en un escenario distinto.

La diferencia entre la fe y la religión es que las religiones a lo largo de la historia y de la


geografía las hay de todas clases y la fe es en definitiva la convicción interna y personal de la
superior consistencia de los valores propuestos por Jesús sobre todo lo que el mundo aprecia.

Nos hacemos las siguientes interrogantes: ¿Es posible tener fe sin religión? ¿Podemos
contemplar la posibilidad de una fe sincera en una trascendencia pura e independiente sin
religión?

La respuesta del padre Michel Souchon, jesuita es la siguiente: “Cuando observo el modo
como nuestros contemporáneos hablan de su religión, me doy cuenta que un gran número de
ellos se declaran creyentes, pero no practicantes. De hecho, con esto quieren decir que creen
sin ir a la iglesia, que no se necesita una religión para creer. Pero opino que no es en absoluto
lo que quieren decir...”

La religión es el conjunto de textos, ritos, reglas y costumbres según los cuales un grupo de
hombres expresan su relación con Dios y la viven, y la fe es esa relación del hombre con
Dios, ese reconocimiento de su existencia y su presencia, esa confianza que expresa a través
de su pensamiento, oración y acción. La una y la otra son inseparables.

Uno de los sentidos del término creer es el de “tener fe religiosa”. Parece claro que la fe
religiosa está supuesta en el hecho de tener religión, el creer del hombre religioso es un acto
cualitativamente distinto de otros tipos de creencias.

Lo característico de la fe religiosa es que el sujeto pone fe en un Absoluto que generalmente


es denominado “Dios”, el cual exige arriesgar toda la existencia humana. La fe religiosa ha
sido definida por Basil Mitchell como “una dependencia confiada en Dios”.

La fe religiosa no debe ser confundida con un tipo o género de opinión, debe también ser
distinguida de una actitud vital no religiosa que, sin embargo, también es denominada
igualmente con el verbo creer y finalmente no se debe confundir con el tener fe en algo.

5. REVELACION Y FE

La fe y revelación tienen una relación directa, pues la fe presupone la realidad de la

revelación. La revelación según Santo Tomas de Aquino es la comunicación de una luz

interior e inteligible mediante la cual el conocimiento humano se pone en condiciones de

percibir algo que no puede alcanzar en virtud de su propia luz. Esta comunicación está

completa cuando es dicha, oída y recibida por aquel a quien está destinado la revelación, el

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mensaje. La luz que contiene la comunicación el cual es la esencia de la revelación, de la

comunicación, es entregada en esencia al hombre y asu vez el hombre son todos los hombres,

es decir el hombre que recibe la luz, el inspirado(centelleo relampagueante), debe transmitir

a los otros la luz divina recibida mediante comunicación oral, publicación, enseñanza,

tradicional.

Entonces la fe en la revelación se da en quien concibe a Dios como un ser capaz de

comunicarse hacia su creación, y al hombre como una creación capaz de abrirse hacia Dios

naturalmente. La concepción del hombre y Dios como seres que se comunican, desencadena

una creencia en la revelación por la posibilidad y por algo que es de esperar, Sin embargo es

necesario saber que muy vago presupone la revelación sólo como una posibilidad o como

algo que va a suceder. Entonces la verdadera fe en la revelación solo puede estar legitimada

si Dios ha hablado realmente de una forma perceptible para el hombre, es decir el hombre

debe poder percibir lo que Dios comunica y poder conocer naturalmente lo que comunica

Dios, para que exista una verdadera fe en la revelación.

Por otro lado la fe en la revelación tiene una dificultad que a lo largo del tiempo ha

disminuido pero no desaparecido, esta dificultad no es generada por el hombre, sino que es

algo que inevitablemente está unido a la imagen del mundo cambiante de la naturaleza y sus

dimensiones. Esta dificultad es no poder sentir la presencia de Dios con claridad, el

conocimiento intuitivo que a lo largo del tiempo ha mejorado, por ejemplo en la antigüedad la

fe en la revelación era más intuitiva. Esta dificultad ha llevado a suponer al hombre como la

ausencia y silencio de Dios. Sin embargo nos dice Karl Rahner menciona que la ausencia y

silencio de Dios entendido por algunos hombres, es en realidad la auténtica experiencia de la

más profunda existencia de Dios, pues se llega a la conclusión de que estos algunos hombres

declaran que Dios no pertenece a la imagen del mundo, el llamado ateísmo, se convierte en

un ateísmo preocupado. Por lo tanto el hombre debe aceptar aquella experiencia y no

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reprimirla con una precipitada y barata de una fe en Dios que tiene forma o apariencia

humana.

6. BONDAD DE LA FE

Como se ha mencionado anteriormente la fé, e n su aspecto natural, es una vía de confianza

en otros lo que permite un adecuado desenvolvimiento en la realidad, debido a que facilita

que nos abramos a los demás sin temor. En este caso se podría decir entonces que es un

medio que hace posible una genuina participación del hombre en una comunidad. Según

Pieper (2017), una persona es buena en la medida en que es capaz de desplegarse al otro,

escucharlo y comunicarse, porque así participa de manera activa en la realidad.

Si se aplica esta descripción de fé al campo religioso, el cristiano se topará con el

conocimiento de la Revelación divina, lo que lo hará aproximarse a la verdad y así participar

de la vida de Dios tomando como ejemplo a Jesucristo.

En otras palabras, la fé nos posibilita un acercamiento al conocimiento de la bondad de Dios

manifestada en la Revelación de su hijo Jesucristo, para así tener un ejemplo de cómo se debe

obrar y cuál es el camino que Dios desea para nosotros y que ha dejado por medio de los

mensajes que su Hijo daba como el “ámense los unos a los otros como yo os he amado”.Todo

el contenido de verdad de la fé cristiana se puede resumir en “Trinidad y Encarnación”.

Es así que al conocer la verdad el cristiano no puede acaparar este conocimiento y delegarlo

solo a un ámbito teórico, por el contrario, tiene el deber de ser testimonio de Dios mediante

su accionar. Es así que el desenvolvimiento del cristiano en su contexto debe seguir lo que

cree y los preceptos en los que se fundamentan sus creencias para así poder manifestar la

palabra de Dios en su día a día.

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En orden a lo mencionado, el cristiano debe mantener una relación coherente entre lo que

cree y hace, ya que, de otra manera no estaría siendo consecuente con lo que cree. Un

ejemplo de esto podría ser una persona que cree en dar limosna como un medio de

desprendimiento y amor al prójimo pero que no lo practica ni ha practicado nunca o que lo

hace con el fin de obtener algún beneficio como reconocimiento o admiración.

El que el cristiano se sepa “amado” posibilita que se abra hacia otros para “amar”, y así se

desenvolverá en la realidad en el sentido de lo correcto, apostando por realizar el bien ante

todo y expresar con su propia vida el testimonio de la palabra de Dios para así ser palabra

“viva”. Es así que la donación al otro parte del conocimiento de la verdad y así naturalmente

lo despliega hacia otros.

CONCLUSIONES

● En cuanto la fe y la revelación, la fe presupone la realidad de la revelación en cuanto

que es posible la creencia en la revelación por quienes conciben a dios como un ser

que se comunica y al hombre como un ser que tiene apertura a dios y a recibir lo que

comunica el. La fe en la revelación trae consigo dificultades, la falta claridad de la

presencia o la comunicación de Dios con el hombre, por el conocimiento intuitivo y

por la lejanía de las formas de transmisión de la luz divida a partir de la original

revelación.

● Respecto a la fé y bondad, sólo se podrá obrar en orden de lo bueno en cuanto se sepa

la verdad que es la Revelación divina, ya que, esta permitirá que seamos testimonios

vivos de lo que creemos, tomando a Jesucristo como guía y ejemplo de cómo

debemos obrar para así desplegarnos en una comunidad en forma de servicio y

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donación porque el cristiano una vez que se experimenta como amado es capaz de

amar a otros.

● La fe es entonces un acto de libertad pura, un acto de propia voluntad impulsada por

la razón y los sentimientos de cada persona. Aunque la fe necesita de la voluntad, los

sentimientos e incluso la razón, esta es mucho más poderosa, en el sentido de lo fuerte

y potente que es para mover a una persona. Todo gracias a que esta se encuentra

dirigida a algo mucho más trascendente que lo antes mencionado.

● La fe y la religión son inseparables.

● La fe religiosa no debe ser confundida con un tipo o género de opinión, tampoco por

una actitud vital no religiosa y finalmente no se debe confundir con el tener fe en

algo.

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