Razon y Fe Paper 1 - Parcial

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Facultad de Teología

Razón y Fe
Alumno: Edwin J. Pérez Andrade

UNA ESPIRITUALIDAD QUE SUPERA LA RAZÓN DE DIOS


Para iniciar un comentario a cerca de una sociedad que tiene la concepción de una espiritualidad donde
la existencia de Dios es eclipsada por la razón, debemos comprender antes un tema central como lo es la
secularización, “una de las categorías con las cuales las ciencias sociales pretenden describir la
modernidad. Designa el proceso de ruptura y emancipación de la política y la vida social de la autoridad
de la religión, bajo la tendencia hacia la racionalización y el desencantamiento1”
Podemos entender también, la secularización como el proceso mediante el cual, la religión va teniendo
un peso menor en una determinada sociedad, donde influyen las nuevas costumbres y tradiciones que se
van generando por el avance de las ciencias y el alcance que el hombre tiene con la tecnología.
Otro punto clave que debemos tener en cuenta, es la religión, como una forma de sabiduría que plantea
respuestas al hombre; entre ellas dar respuesta a la angustia de la muerte, explica fenómenos naturales y
constituye sujetos morales, justifica también, un orden social y político. Toda religión esta determinada
por dos grandes partes o características, un sistema de creencias, que nos ubican en el plano de
trascendencia, y el culto, constituido por una serie de ritos que permiten alimentar la dimensión
simbólica de la persona; meditación-alma, por tanto, la religión es un símbolo que nos abre o nos une a
un horizonte de comprensión.
Más aun, en todo el ámbito religioso y de la existencia de Dios, también está la particularidad de poner
todo en duda, y más si se trata de un creador omnipotente que rige y gobierna todas las cosas, sin
embargo, la particularidad de creer en algo siempre tendrá un grado mayor en la mente de las personas,
“Por eso, cuanto más religiosa es una persona, mayor es, su convencimiento de inmersión en lo real y de
objetividad y, por consiguiente, menor es el riesgo que corre en la inseguridad del propio subjetivismo”.2
En cuanto a la modernidad, crea un cambio de libertad que encuentra su manera de pensar y su manera
espiritual lejos de algo religioso, sacando sus propias interpretaciones de todo tipo de creencias.
Para Espinosa, en su obra, el tratado teológico político, investiga las interpretaciones de la Biblia, a lo
cual dice que estos comentarios llevan al miedo, mostrando un infierno, un dios juez y castigador,
debido a esto, dichas interpretaciones son un interés político que llevan a tener un pueblo dócil y
vulnerable.
Podríamos decir que como lo manifiesta el escrito ; El fenómeno religioso; la religión como actitud
específica del hombre, bien podría ser “un impacto psicológico producido por lo sagrado en el hombre”
teniendo claro que “un objeto se convierte en sagrado en la medida en que se incorpora (es decir, revela)
algo distinto de él mismo”3 y que según su concepción de lo sagrado o lo divino, de la razón y los

1
Garzón Vallejo Iván, Postsecularidad: ¿un nuevo paradigma de las ciencias sociales?, Revista de Estudios Sociales
2
Sahagún Lucas Juan. El fenómeno religioso, La religión como actitud específica del hombre, Pensamiento v.36 (1980)
3
Ibít,
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sentimientos, podría desencadenar una serie de emociones que conectan directamente con Dios pero que
en un sentido de ateísmo refutaría aún mas y alejaría a la persona de cualquier cosa que tenga que ver
con religión, entendida como que “no es otra cosa que la experiencia vivida de una trascendencia
superior al hombre”4.
Conservando esta última idea; lo religioso, desde la razón, no sería tan valioso, más bien la concepción
del ser como tal y la experiencia de intimidad profunda como lenguaje y símbolo del que nos habla
Ricoeur sería más importante una concepción de Dios, “lo más cercano a nuestra mente no son los
conceptos, las palabras, los nombres, sino lo que no tiene nombre, lo inexpresable, el ser” 5, lo cual hace
que el hombre trascienda mas allá.
Y es precisamente aquello inexpresable que se puede traducir como algo inefable, y es esa “búsqueda de
la razón la que termina en la playa de lo conocido; en la inmensa extensión más allá de lo cual sólo
puede deslizarse el sentido de lo inefable. Sólo éste conoce el camino a lo más remoto de la experiencia
y del entendimiento. Ninguno de los dos es anfibio: la razón no puede ir más allá de la playa, y el
sentido de lo inefable está fuera de lugar en aquello que medimos y pensamos”.6
Por otra parte, ante las diferentes preguntas que se realiza el ser humano sobre su propia existencia y
sobre la misión de su vida, surge lo que llamamos el sincretismo, con este, “nos referimos esencialmente
a un proceso de mezcla de culturas o religiones, que puede darse mediante la hibridación o el mestizaje
entre dos o más de ellas” en cuento a lo religioso, “es una forma de mezcla que surge cuando se produce
una reinterpretación de los valores y normas asimiladas. Se valora y se ve lo recibido de otra cultura a
través de su propia cultura. También se interpreta lo recibido de una forma diferente para ajustarlo a
otros tipos de funciones y significaciones. Hay que mencionar que el sincretismo conlleva una fusión e
integración de elementos ajenos y propios que vienen a situarse en algo diferente y nuevo.7
Con base en ello, y a estas nuevas asimilaciones, la presencia de un dios se va haciendo cada vez mas
lejana, tendiendo a desaparecer, y surgiendo lo que conocemos como Nueva Era, donde se presenta una
espiritualidad-humanista y atea, donde el único dios soy yo mismo, pues soy quien tengo autoridad y
control de mi propio ser siempre y cuando aprenda a dominarme y a tener un autocontrol, esto
determinara el poderío que puedo ejercer, desde el control y la razón, pues, “lo subjetivo es la manera,
no la materia de nuestra percepción. Lo que percibimos es objetivo en el sentido de ser independiente
de, y correspondiente a nuestra percepción”8.
“Esta espiritualidad inmanente, centrada exclusivamente en el individuo y en sus posibilidades, rechaza
toda alteridad de orden divino, cuestión que, pese a ser una confrontación con la fe cristiana, también
está presente dentro de la Iglesia de diversas formas 9”. Con base en ello, encontramos nuevas formas de
4
Ibít,
5
Heschel, A. El hombre no está solo.
6
Ibít
7
Arutunian Victoria, Sincretismo religioso, Una forma de vida entre la población indígena.2008
8
Heschel, A. El hombre no está solo.
9
García Mourelo Santiago, Búsqueda de una espiritualidad sin Dios.
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espiritualidad que no son religiosas y que son aceptadas por las personas debido a que no existe un juicio
determinado sobre sus acciones, al contrario, les permite tener una concepción del aquí y el ahora.
“La espiritualidad no religiosa, se trata de aprender a aceptar las cosas como la impermanencia del ser y
vivir el momento. Mirando lo feliz que se puede llegar a ser viviendo el momento, esto, es lo que
permite que todas las dudas desaparezcan, es un viaje al interior que le permite descubrir su propio
ser10”, pero ese SER como nos lo ha enseñado la metafísica y que ponemos comprender desde la lectura
de “la luminosidad del ser, de Karl Rahner”.
Schleiermacher entiende la religión como el camino de comunicación con la divinidad. “La esencia de la
religión consiste en el sentimiento de una dependencia absoluta 11”. Según este autor, la religión mas que
ritos, símbolos, o prácticas, es una experiencia que vive el hombre al ser la creación de un ente divino o
una divinidad que lo trasciende todo, de esta manera, según Schleiermacher, la persona creyente no
comprende a Dios racionalmente sino que lo siente, a esto es lo que llamamos una experiencia divina,
donde se da un tipo sensorial se comunicación con el Dios en el cual cree, esto es lo que lo hace
religioso, de esta manera, según explica, “la religión es el sentimiento de presencia de lo divino,
denominado por él «piedad». La piedad es, por lo tanto, el sentimiento de dependencia, de unión con un
principio radicalmente superior a cualquier fenómeno que veamos12”.
De lo anterior, podemos decir, que en una búsqueda permanente de la relación de la Creatura (hombre) y
su Creador (Dios), y ante la diversidad de propuestas que plantean un vinculo entre ambos, ha llevado a
que esa misma concepción de un ser superior desaparezca centrándose en una interioridad propia donde
desaparece la concepción de todo lo que pueda ser llamado Dios.
Para Rahner, esas objetivaciones de la intervención de Dios reciben un valor dentro de la experiencia
trascendental del hombre, puesto que es una experiencia encarnada directamente en Dios y desde allí se
desprende todo lo esencial, sentimental y humanístico que ensancha, moldea y afianza la comunicación
con Él y desde el significado del lenguaje y de los signos le permiten tener una intimidad más profunda
y transformante. “después de estas largas consideraciones podemos describir ya la religión desde la
actitud específica que importa en el sujeto humano…Es un hecho específico del ser humano traducido
en reconocimiento y aceptación de una realidad suprema en cuya entrega el hombre encuentra la última
respuesta al interrogante de sí mismo y del mundo”13.

10
BBC mundo, Los riesgos de ser "espiritual, pero no religioso.
11
Wagner Alberto, La religión en el siglo XIX: Schleiermacher.
12
Ibít.
13
Sahagún Lucas Juan. El fenómeno religioso, La religión como actitud específica del hombre, Pensamiento v.36 (1980)

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