Unidad 1 Historia de Mèxico

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HISTORIA DE MÈXICO

UNIDAD 1 LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO.

Antecedentes del proceso de Independencia de México


La Independencia de México no fue un hecho aislado, fue producto de una serie de factores tanto internos -
acontecimientos que se desarrollan en la Nueva España-, como externos –lo sucedido en otras regiones o lugares
pero que tiene repercusión en la Nueva España-. Entre los factores externos y los factores internos destacan.
La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto con las armas, que puso
fin al dominio español.
La revolución de Independencia de México fue producto de un largo y complejo proceso histórico, cuyos
antecedentes inmediatos los ubicamos en la segunda mitad del siglo XVIII. Los acontecimientos o factores
externos como la Ilustración y la Revolución francesa, tuvieron un papel destacado en este proceso
histórico, sin embargo, fueron las condiciones internas de desigualdad, explotación y miseria en la mayoría
de la población, las que detonaron una guerra violenta y prolongada. La lucha armada se alargó durante 10
años, de 1810 a 1821, en los cuales podemos distinguir cuatro fases o etapas.

1.1. Causas.
1.1.1. Causas externas.
La Revolución industrial Considerada una revolución tecnológica-científica se inició en Inglaterra en el siglo XVIII
con el invento de la máquina de vapor y nuevas máquinas para hilar algodón y telares mecánicos, aumentando
sustancialmente la producción. Pronto, los países europeos compitieron para producir mercancías y por encontrar
mercados para vender su producción. Con la Revolución Industrial, los países más desarrollados pasaron a una
etapa en la cual la industria desempeñaba el papel más importante para su crecimiento y expansión.

La Revolución Industrial fue un proceso histórico de transformaciones económicas y sociales que tuvo lugar
aproximadamente entre 1760 y 1840, y que desencadenó cambios sin precedentes en las sociedades occidentales
y luego en todo el mundo. Para diferenciarla de otros procesos de industrialización posteriores se la suele llamar
Primera Revolución Industrial.
Origen de la Revolución Industrial
La Revolución Industrial comenzó aproximadamente en 1760 en Inglaterra. La burguesía comercial pujante,
enriquecida gracias a la superioridad naval británica, tenía el control del comercio colonial y, además, poseía otras
condiciones económicas y políticas que le permitieron invertir su capital en invenciones tecnológicas y en la
instalación de fábricas.
El sistema de fábricas, orientado a aumentar la productividad, cambió la organización del trabajo. Este cambio
fomentó el crecimiento de grandes ciudades industriales, como Manchester, Birmingham, Liverpool o Sheffield.
Esta primera etapa de innovaciones productivas concluyó aproximadamente en 1840 y apenas tres décadas
después comenzó la siguiente etapa del proceso de industrialización, que suele ser llamada Segunda Revolución
Industrial.
La Revolución Industrial se produjo por la interacción de una serie de factores que tuvieron lugar inicialmente
en Inglaterra. Las causas principales de la Revolución Industrial fueron la revolución agrícola (que aumentó la
productividad en el campo), el crecimiento demográfico, el traslado de población rural hacia las ciudades, la
disponibilidad de materias primas, el ascenso político de la burguesía y las innovaciones tecnológicas (como la
máquina de vapor).

La Ilustración fue un movimiento intelectual que se desarrolló en Europa durante el siglo XVIII y que influyó en
la política, la economía, las ciencias, el arte, la religión y otros aspectos de la cultura occidental.
Es un movimiento intelectual que se funda en la razón del hombre, desarrollado principalmente en Inglaterra y
Francia en el siglo XVIII, cuestionó el “derecho divino de los reyes”, señalando que “todos los hombres son iguales
a la luz de la razón y por tanto tienen los mismos derechos”. Los principales representantes de la Ilustración fueron
el inglés John Locke y los franceses: François Marie Arouet, más conocido como Voltaire; Charles Louis de
Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu; y Juan Jacobo Rousseau.
Tanto la Revolución Industrial (en el campo económico) como la Ilustración (en el terreno de las ideas)
cuestionaron la autoridad y fortaleza de la monarquía, contribuyendo a la consolidación de la burguesía como
grupo social dominante.

Características de la Ilustración
Algunas de las características de la Ilustración fueron:
• El pensamiento racional. Se consideraba que el uso de la razón era el único medio para alcanzar la verdad
y comprender el mundo, por lo que se abandonaron los dogmas religiosos y las creencias que no se
sostenían en la observación empírica y la lógica.
• El conocimiento como camino hacia el progreso. Los descubrimientos científicos e innovaciones
tecnológicas eran considerados un estímulo para el progreso tanto material como moral, pues eran capaces
de mejorar la calidad de vida de las personas y conducirlas hacia la felicidad.
• La enunciación de leyes de la naturaleza. Los estudios y experimentos realizados mediante el método
científico permitieron explicar fenómenos hasta entonces inexplicables o tradicionalmente interpretados
por doctrinas teológicas. De este modo, se formularon leyes de la naturaleza, como las leyes de la mecánica
de Newton.
• El enciclopedismo. La recopilación del conocimiento y su divulgación se realizó a través de las
enciclopedias, con el objetivo de combatir la ignorancia y transmitir la “luz” de la razón. La expresión más
elocuente fue la Enciclopedia compilada en Francia por Denis Diderot y Jean le Rond D’Alembert, que se
sostenía en el argumento de que el conocimiento estaba asociado a la libertad.
• El antropocentrismo. Se recuperó el principio del humanismo renacentista según el cual el hombre era el
centro de la existencia o el motivo principal de cualquier reflexión sobre el universo, contra las doctrinas
teológicas que hacían foco en Dios. A diferencia de algunas ideas anteriores, que sustentaban este principio
antropocéntrico en la mera existencia humana, la Ilustración destacó como algo peculiarmente humano la
capacidad de razonar y de pensar de manera crítica.
• La instrucción de la población. Se consideraba que la capacidad transformadora de la razón debía ser
divulgada mediante la instrucción de amplias capas de la población. La burguesía y la aristocracia pudieron
acceder a los libros y enciclopedias ilustrados. También se solían realizar reuniones privadas en las que se
discutían diversos temas de política, ciencia, filosofía, entre otros. Así como muchos sectores burgueses
se mostraron partidarios de las ideas ilustradas, también hubo aristócratas que manifestaron adhesión, e
incluso en algunas cortes reales se buscó combinar el absolutismo monárquico con un reformismo
ilustrado (lo que fue posteriormente llamado “despotismo ilustrado”).
• La crítica a la Iglesia. Se cuestionó el poder de la Iglesia y las estructuras sociales tradicionales por ser
obstáculos a la búsqueda de la verdad, la realización personal y el progreso social. Aunque algunos
ilustrados se identificaron con una teología racionalista llamada “deísmo”, otros promovieron el
escepticismo, el agnosticismo o el ateísmo.
• El rechazo del absolutismo. Se adoptó una posición crítica respecto al absolutismo y se propuso en
cambio la defensa de libertades políticas y civiles. Esto implicó el rechazo de los privilegios aristocráticos y
la defensa del principio según el cual existían derechos naturales comunes a todos los seres humanos, por
lo que cobraba importancia el concepto del individuo. Estas ideas acercaron a algunos ilustrados a los
movimientos democráticos o republicanos e influyeron en el liberalismo.

El despotismo ilustrado, también conocido como absolutismo ilustrado, fue un modo de gobierno característico
de algunas monarquías europeas de la segunda mitad del siglo XVIII. Se trataba de monarquías absolutas en las
que el poder político estaba concentrado en el rey, que gobernaba con el consejo de algunos ministros. Pero, a
diferencia del absolutismo clásico, el despotismo ilustrado incorporaba el principio de que el uso de la razón debía
guiar las decisiones políticas.
El término “despotismo ilustrado” fue empleado por primera vez por historiadores alemanes en el siglo XIX para
destacar el intento de estas monarquías por conciliar el absolutismo político con las ideas ilustradas. El
monarca, instruido en estas ideas o aconsejado por ministros o pensadores ilustrados, manifestaba una
sensibilidad discursiva hacia las necesidades del pueblo e implementaba reformas basadas en la idea de progreso,
aunque el poder político seguía concentrado de modo absoluto.

La frase que representó al despotismo ilustrado fue “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, que significaba que el
gobierno ejecutaba medidas para el pueblo, pero las decisiones eran tomadas sin la intervención del pueblo.
Este principio se oponía a las ideas de muchos filósofos ilustrados que proponían modelos constitucionales de
gobierno o formulaban la idea de que el pueblo era soberano y debía gobernarse a sí mismo.
Algunos ejemplos representativos del despotismo ilustrado fueron las monarquías de Federico II de Prusia (1740-
1786), Carlos III de España (1759-1788), Catalina II de Rusia (1762-1796), Gustavo III de Suecia (1771-1792), o
María Teresa (1740-1780) y José II (1780-1790) de Austria.

Independencia de las 13 colonias: causas y consecuencias


Conocer los procesos de independencia de los países de América y el inicio de las revoluciones burguesas es
fundamental para estudiar los temas de la Historia Universal. Por eso, a continuación encontrarás las causas de
la Independencia de las 13 colonias y cuáles fueron sus consecuencias.

Causas de la Independencia de las 13 colonias


Debido a la Guerra de los Siete Años (1756-1763), donde el Reino Unido y Francia pelearon por expandir sus
colonias en América e India, Gran Bretaña se encontraba atravesando por dificultades económicas.
Para solucionarlo, el Rey Jorge decidió elevar los impuestos de las 13 colonias de Norteamérica, situación que
desencadenó una serie de manifestaciones entre la población. Además, ciertas políticas de la Corona Británica
tenían descontentos a los colonos:
• Creación de las Leyes Intolerables, donde se elevaban los impuestos a productos básicos como el azúcar,
el té, el papel y el tabaco.
• Las compañías mercantes inglesas recibieron una condonación a sus impuestos, mientras que, para los
colonos, estos se elevaban los para reponer lo perdido en la guerra.
• Se impuso la Ley de Acuartelamiento, donde regimientos militares británicos se asentaron en puntos de las
colonias. Los habitantes tenían la obligación de alimentar y hospedar a los soldados.
• No existía representación de las colonias en el Parlamento Británico.
• Un gobernador designado por Gran Bretaña dirigía cada colonia, sin posibilidad de que los americanos
tuvieran participación.
Mientras tanto, las ideas de la Ilustración comenzaron a expandirse entre los colonos que provenían de las clases
más adineradas y se comenzaron a organizar en un ejército continental para protestar contra las nuevas políticas
del Rey.
Las 13 colonias estaban compuestas por los siguientes asentamientos:
• Virginia, Massachussets, Nuevo Hampshire, Maryland, Conneticut, Rhode Island, Delaware, Carolina del
Norte, Carolina del Sur, Nueva Jersey, Nueva York, Pensilvania, Georgia

Como respuesta a las imposiciones británicas, los colonos se manifestaron y, en 1768, un grupo de trabajadores
fue masacrado por los soldados británicos en Boston durante una protesta, lo que enardeció aún más los
espíritus de los americanos.

La Revolución francesa Es considerada la revolución más radical e importante por la ejecución del rey Luis XVI y
la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, documento que proclamó que los hombres nacen y
permanecen libres e iguales en derechos y consagró como derechos naturales e imprescindibles la libertad, la
propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. Frente a la grave crisis económica y los gastos exorbitantes
de la monarquía absolutista de Luis XVI, era necesaria la reunión de los Estados Generales conformada por los
representantes del clero, la nobleza y el tercer Estado o Estado llano (burguesía y pueblo en general). Ya reunidos
los diferentes intereses provocaron desorden y confusión; , frente a la imposibilidad de la unidad el tercer Estado
impuso el principio de la soberanía de la nación, simbolizada con la toma de la Bastilla, dando inicio a la revolución
(1789-1799) y poniendo fin al absolutismo en Francia.

1.1.2. Causas internas.


Las Reformas Borbónicas Con la llegada de la familia de los Borbón a la corona española en 1700, con Felipe V,
se implementaron una serie de reformas de carácter económico, político-administrativo, militar y cultural, con el
objetivo de fortalecer el Estado y obtener más ingresos. Carlos III (1756 a 1788) nieto de Felipe V, fue quien
impulsó de manera decidida estas reformas.
Las reformas impuestas tuvieron las siguientes consecuencias en la Nueva España:
1. La llegada de españoles de la península que ocuparon altos cargos en el ejército y en la burocracia,
desplazando a muchos criollos.
2. La disminución del poder del Virrey frente a los intendentes.
3. Privilegiaron a una minoría de ricos mineros y comerciantes.
4. El aumento de los impuestos y la creación de nuevos impuestos que empobreciendo aún más al
pueblo y generaron descontento en los criollos.
5. Gran inconformidad de los criollos por la expulsión de los Jesuitas en 1767.
6. Empobrecimiento de hacendados y mineros endeudados con la Iglesia Católica por la promulgación de
la Real Cédula de Consolidación de Vales Reales 1804, la cual obligaba a la Iglesia a “recoger el dinero
a sus deudores para prestarlo a la Real Hacienda” (Jáuregui, 2004:131).
7. La expansión de la cultura, las artes y el pensamiento ilustrado que influyeron en las ideas de
independencia de los criollos ilustrados.

Criollismo Desde el siglo XVII se gestó entre los criollos americanos un sentimiento de nacionalidad, de
pertenencia a la tierra en la que habían nacido, de arraigo al suelo mexicano que desde el siglo XVII ya llamaban
“patria”, con un claro deseo de distinguirse de los nacidos en España. El criollismo debe entenderse como un
movimiento sociocultural que consiste en la toma de conciencia de los españoles nacidos en América sobre su
propia identidad. Para afianzar ese sentimiento rescataron las huellas de un pasado glorioso y la devoción hacia la
virgen de Guadalupe (Carpy, P. y López, E. 2000:30).

La explotación y miseria del pueblo Para inicio del siglo XIX en la Nueva Espana, igual que en las otras colonias
americanas, existían importantes diferencias socio-económicas y culturales. El poder económico y político estaba
en manos de una minoría de espanoles peninsulares y criollos que representaban aproximadamente el 17% de la
población. El resto estaba conformado por mestizos, indígenas, castas y negros quienes eran explotados en las
minas, haciendas y obrajes o como sirvientes y jornaleros, sin derechos y con todas las obligaciones. Situación que
se hacía más grave en periodos de hambrunas por las sequias y malas cosechas como las padecidas en 1785-1787
y 1808-1810.

El impacto de la crisis política de España (1808) Ante la noticia de la abdicación de Fernando VII al trono de
España (recibida el 6 de julio de 1808), el cabildo de la Ciudad de México con mayoría criolla pidió al virrey, José
de Iturrigaray, asumir el control directo del gobierno, de esta manera se pedía reconocer la soberanía de la nación.
Un grupo de españoles encabezados por Gabriel de Yermo, impidieron esta acción y destituyeron del cargo a
Iturrigaray, encarcelando a los principales instigadores: José Primo de Verdad, Juan Francisco Azcárate, Melchor de
Talamantes y Jacobo de Villaurrutia, entre otros.

1.2. Antecedentes.
1.2.1. La invasión napoleónica en España.
La revolución francesa (1789-1799) provocó gran inestabilidad en las monarquías europeas, como respuesta
España, Austria e Inglaterra se unieron para combatir al ejército francés. En 1799 Napoleón Bonaparte, mediante un
golpe de estado, llegó al poder en Francia manteniéndose por 15 años, durante los cuales expandió su poderío por
casi toda Europa. El rey de España Carlos IV estableció una alianza con Bonaparte cediendo a Francia su colonia de
Santo Domingo. Ante esta alianza, Inglaterra declara la guerra a España, venciendo a su flotilla de buques de guerra
llamada la “Armada invencible”. A pesar del sometimiento de la monarquía española a las exigencias económicas
de Napoleón, el ejército francés invadió España en 1808. Napoleón impuso la abdicación de Carlos IV y de su hijo
Fernando VII como monarcas españoles, otorgándole la Corona española a su hermano José Bonaparte. Generando
un vació de poder en las colonias americanas.

1.2.2. Las reacciones en la Nueva España.


La organización social de los habitantes de la Nueva España, a principios del siglo XIX era:

Criollos Estaban cansados de no poder acceder a los puestos más


importantes del poder.

Indígenas En medio de una sociedad racista, fueron relegados y mar-


ginados, realizaban los trabajos peor pagados.
Aun siendo la mayoría de la población, no tenían represen-
Mestizos tación en los cargos públicos, ni podían influir en las dispo-
siciones que afectaban fundamentalmente su forma de vida.

1.2.3. Las conspiraciones.

1.3. Desarrollo.
La revolución fue importante por su carácter de lucha de clases de mestizos, indígenas y castas quienes
luchaban por sus derechos reclamando libertad y autonomía en contra de los blancos tanto españoles como
criollos. La lucha armada se desarrolló de manera desigual en las diferentes regiones de la Nueva España y
con diferentes ritmos a lo largo de los diez años que duró, observando, al menos, cuatro etapas o fases:
Inicio
1810-1811
Del “grito de Dolores” el 16 de septiembre de 1810 hasta la muerte de Don Miguel Hidalgo y Costilla el 30 de
julio de 1811.
Organización
1811-1815
De la muerte de Miguel Hidalgo, hasta el fusilamiento de José María Morelos y Pavón el 22 de diciembre de
1815.
Resistencia
1815-1821
Del fusilamiento de José María Morelos y Pavón, hasta inicios de 1821.
Consumación
1821
Desde la promulgación del Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821 hasta la entrada del Ejército Trigarante a
la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821.

1.3.1. El estallido.
Primera Etapa: Inicio de la Guerra (1810 – 1811). Desde el levantamiento popular encabezado por Miguel
Hidalgo y Costilla, conocido como el Grito de Dolores el 16 de septiembre de 1810 hasta la Batalla del puente
de Calderón el 17 de enero de 1811.
Consistió en una revuelta desorganizada en contra de la corona española con el estandarte de la Virgen de
Guadalupe, liderada por Miguel Hidalgo y motivada por un sentimiento de rabia desatado ante las injusticias
que vivían especialmente los indígenas y campesinos.
A pesar de ser un movimiento masivo, no contó con una organización militar y política que le permitiera hacer
frente al régimen monárquico llegado de España. A la autoridad realista le bastó poco para acabar con el
intento revolucionario y como resultado fueron fusilados los dirigentes más importantes, entre ellos Hidalgo.

1.3.2. la etapa de Hidalgo.


Segunda Etapa: Organización y Definición (1811 – 1815). Desde el momento que Ignacio López Rayón fue
nombrado Jefe de las Fuerzas Insurgentes en Saltillo el 16 de marzo de 1811 hasta el Fusilamiento de José
María Morelos y Pavon en Ecatepec el 22 de diciembre de 1815.
Durante este período cobra importancia el posicionamiento ideológico de la causa insurgente, el movimiento
independentista no solo realizó acciones bélicas sino que se trató así mismo de una estructura y un cuerpo
jurídico.
José María Morelos y Pavon es la figura más significativa en esta etapa, ya que gestionó el primer Congreso de
Anáhuac que dotó al movimiento insurgente de un marco legal propio.
Felix Calleja del Rey ordenó el fusilamiento de Morelos y aprovecho para desarticular el movimiento de
independencia.

1.3.3. La etapa de Morelos.

Tercera Etapa: Resistencia y Guerra de Guerrillas (1815 – 1820). Después de la muerte de Morelos los grupos
insurgentes lucharon de manera aislada sobre todo en la Sierra Madre Sur y en Veracruz.
Caracterizado por la resistencia con sus principales promotores: el español Francisco Javier Mina, de la nueva
corriente liberal que se extendía en Europa y afín a la independencia mexicana, y el criollo Vicente Guerrero.

1.3.4. La constitución de Cádiz y su influencia en la consumación de la


independencia.
Cuarta etapa: Consumación (1821). Esta etapa transcurre entre febrero del año 1821 con la firma del Plan de Iguala
y el 28 de septiembre de 1821 con la lectura del Acta de Independencia.
La fortaleza demostrada por los criollos que resistieron la dura contraofensiva realista unida a la Constitución de
Cádiz, de corte liberal, que debió aceptar Fernando VII, obligaron a las autoridades realistas a pactar la
independencia de México.
Como parte del Tratado de Córdoba fue firmado el Plan de Iguala que definía tres garantías: religión, independencia
y unión.
La nueva normatividad mantuvo el fuero para militares y eclesiásticos y a cambio entregó el poder de desarrollar su
propio régimen constitucional a los mexicanos. Llegado un acuerdo se dio lectura en el año 1821 al Acta de
Independencia.

La guerra por la independencia mexicana duró 11 años, las etapas en las que suele ser dividido este periodo
histórico son cuatro: iniciación, organización y definición, resistencia y consumación. Los periodos de cada una de
estas etapas se establecieron de acuerdo con la naturaleza y el alcance de los hechos ocurridos.

2.2.4 La constitución de Cádiz y su influencia en la consumación de la independencia.


Fue la primera vez que hubo una participación directa de los ciudadanos, y sirvió a los insurgentes para mejorar su
máximo orden de gobierno, pues significó una forma de cambio

El 30 de septiembre de 1812 es promulgada en México la Constitución de Cádiz o Constitución Española de 1812,


decretada por las Cortes Generales españolas, reunidas en aquella ciudad de España: establecía la libertad de
imprenta y el derecho electoral para el nombramiento de Ayuntamientos.

La primera conmemoración del Grito de Dolores fue realizada por Ignacio López Rayón y Andrés Quintana Roo el 16
de septiembre de 1812, en Chapitel, actual estado de Hidalgo. En un ambiente festivo, la artillería descargó sus
armas.

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