Evaluaci'on de Contenidos
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Introducción
Este currículo nos lleva a tomar en cuenta los saberes culturales, es decir, los contenidos
conceptuales, procedimentales y actitudinales, en la medida que cumplen un rol fundamental en el
desarrollo de las competencias.
Los docentes, en el marco de la nueva propuesta curricular, deben verificar el nivel de desarrollo de
las competencias de todas las áreas del currículo observado en el saber hacer de los estudiantes, su
habilidad para relacionar de manera reflexiva, actitudes, procedimientos y conceptos. Las
competencias, las capacidades y las actitudes constituyen los elementos básicos del proceso de
aprendizaje y por tanto, de la evaluación, pero lo son también los contenidos, las actividades y las
tareas.
Los contenidos conceptuales se refieren al ámbito del conocimiento: datos, hechos, acontecimientos,
informaciones, conceptos, leyes, etc. que conforman el saber profesional. Se refieren a la capacidad
de formar estructuras conceptuales con las informaciones, conceptos, principios y teorías que
constituyen el saber disciplinar o profesional, y de operar exitosamente sobre ellas. Es el conjunto del
saber objeto de la evaluación.
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Es importante recordar, que bajo la denominación de contenidos conceptuales o declarativos nos
estamos refiriendo a los aprendizajes de hechos específicos (llamados también contenidos fácticos) y
de conceptos, ya que resulta conveniente separarlos puesto que existen marcadas diferencias entre
ambos tipos de aprendizajes.
Los hechos son conocimientos acabados y por lo general unívocos, mientras que los conceptos son
conocimientos que están siempre en desarrollo y evolución, y en consecuencia las metodologías para
explicar los primeros resultan siempre de mucha simpleza, no así la de los conceptos cuyos
aprendizajes suelen durar períodos más largos de tiempo y obligan a emplear una variedad de
métodos y destinar tiempos más largos para su aprendizaje.
Por otra parte, para aprender los hechos solo basta memorizarlos, en cambio para aprender
conceptos es necesario que el estudiante alcance diferentes niveles de comprensión, aplicación y
análisis conceptual.
2. Procurar contextualizar las situaciones en que se aprenden hechos como una manera de
facilitar su evocación o recuerdo.
Con respecto a los instrumentos o técnicas evaluativas que se pueden seguir utilizando en la
evaluación de hechos podríamos enumerar los siguientes:
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profunda de una generalización de acontecimientos u objetos, por eso la evaluación se orienta a
valorar el conocer o saber de los estudiantes a través de las siguientes actividades:
Para la evaluación del aprendizaje conceptual es recomendable observar durante el desarrollo de las
actividades, el grado de manejo y procesamiento de la información de los estudiantes, atendiendo
sobre todosi usan sus propias palabras, si seleccionan contenidos teóricos relevantes, si exponen
conceptos utilizando ejemplos ilustrativos y si hacen uso eficaz de la información que disponen para
resolver problemas.
1. Solicitar al estudiante que explique oralmente o por escrito cada uno de los elementos que
constituyen el concepto en sí. (frase mapeada )
3. Emplear comunicaciones escritas (textos, artículos, figuras, etc.) para que los estudiantes
extraigan los conceptos y establezcan interrelaciones entre ellos.
Los instrumentos y técnicas evaluativas que permiten recopilar una adecuada información sobre el
manejo conceptual son, entre otros:
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La evaluación de conceptos:
- Implica evaluar la comprensión que es más difícil que evaluar el nivel de recuerdo.
- Se basa generalmente en la capacidad que el estudiante tiene para definir un concepto con
sus propias palabras. Sin embargo, en algunas ocasiones el estudiante puede tener claro el
concepto pero no ser capaz de expresarlo.
- Debe incluir variadas actividades que permitan al estudiante manifestar de diversas maneras
la comprensión del concepto.
Los contenidos procedimentales hacen referencia a las estrategias, destrezas y técnicas que se utilizan
en el proceso de aprendizaje. En el término procedimiento estamos incluyendo actividades de
ejecución manual, manipulación de instrumental, representación gráfica, expresión plástica,
confección de planos, maquetas, los procesos de lectura oral, escritura, el manejo de instrumentos de
laboratorio, la realización de juegos y ejercicios gimnásticos, la coordinación verbal y gestual en
representaciones teatrales, etc. y aquellas que significan acciones y decisiones de naturaleza mental,
como: asociación, análisis, comparación, relacionamiento habilidades de recopilación y organización
de información, medios de comunicación efectiva, formas de expresión verbal, resolución de
problemas, etc.
Al respecto se hace importante diferenciar entre procedimientos y métodos, ya que los primeros son
algoritmos o heurísticos que el estudiante utiliza para responder a una demanda determinada,
mientras que los métodos están asociados con las formas en que el docente intenta presentar y
abordar dicho aprendizaje. El aprendizaje de un conocimiento procedimental requiere
metodológicamente tener en consideración lo siguiente:
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1. Determinar el o los procedimientos que se van a trabajar en cada Unidad de Aprendizaje. Esta
selección debe hacerse considerando aquellos que son fundamentales de la disciplina o que
podrían trabajarse interdisciplinariamente.
2. Se debe crear las condiciones de aprendizaje para que los estudiantes individual o
grupalmente puedan ensayar el procedimiento y por ende llegar a apropiarse del mismo.
Observaciones.
Escalas de calificación rígidas o móviles (numéricas, gráficas, o descriptivas )
Grabaciones en video.
Autoevaluaciones, etc.
Debe considerar, principalmente, hasta qué punto el estudiante es capaz de utilizar cada
procedimiento.
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Es importante tener en cuenta que, cuando los procedimientos están bien aprendidos, se
aplican con facilidad. Además, cuando se han practicado con frecuencia, se realizan
rápidamente, de manera muy precisa y hasta automática.
Exige un acompañamiento permanente del docente. Sólo si él está al lado del estudiante y
observa constantemente sus actuaciones, puede comprobar el progreso que ha alcanzado
y los obstáculos que le impiden ejecutar los procedimientos.
En el ámbito de la afectividad, los contenidos actitudinales y valores se refieren a los valores, normas
y actitudes que influyen poderosamente sobre la actuación del estudiante y más concretamente
sobre sus aprendizajes. Actitudes hacia la colaboración, el trabajo en cada área del saber, interés por
determinado tipo de actividades, formación de valores respecto a los contenidos culturales, etc. Que
son los factores importantes en la educación.
Por ser los valores, normas y actitudes constructos hipotéticos no queda otra cosa que evaluarlos por
las propiedades que se les asigna. Sin olvidar que una actitud involucra tres tipos diferentes de
componentes: cognitivo (conocimientos y creencias), el afectivo (sentimientos y preferencias) y el
conductual (declaración de intenciones o acciones manifiestas).
Conocimiento de la actitud.
Valoración de su necesidad.
Conocer las razones científicas, sociales y culturales con las que se asienta una actitud.
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En la evaluación de actitudes y valores es importante identificar dentro de las actividades de
aprendizaje, la calidad de interacciones de los estudiantes. Para esto, debemos partir de la
observación de las acciones y actitudes de los estudiantes. Es decir, los comportamientos
espontáneos, constructivos, generosos, perseverantes, dignos, respetuosos, tolerantes, decididos,
creativos, etc.
Los instrumentos y técnicas para poder valorar con veracidad la forma en que estos contenidos se
expresan ante objetos, personas o situaciones, pueden ser: las consabidas escalas de Lickert, de
Thurstone, el diferencial semántico de Oswood, que permitieron estructurar la mayoría de los
instrumentos de observación de comportamientos actitudinales.
Sin embargo, la información recogida por estos instrumentos no siempre finaliza en una
interpretación aceptada o reconocida por el sujeto evaluado. Razón por la cual surge una nueva línea
de procedimientos evaluativos orientada a que los mismos sujetos puedan expresar verbalmente o
por escrito sus intenciones y determinados comportamientos no solo en el ámbito académico, sino
también en el contexto familiar y comunitario. Así tenemos a parte de la amplia gama de
procedimientos observacionales, los narrativos y de análisis del discurso.
Por último, no olvidar que los componentes de una actitud son cognitivos, conductuales y afectivos. Y
que las actitudes pueden ser afectadas por distintas circunstancias, por ejemplo: la situación personal,
las otras personas, el contexto socio cultural, etc.
Texto adaptado por Marcela Zabalaga para el Diplomado en Docencia en Educación Superior
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