8 Capítulo6
8 Capítulo6
8 Capítulo6
La greca y el tonalpohualli
Estudiar del arte prehispánico
sin fundamentos de su calendario,
es entrar al laberinto del minotauro
sin el hilo de Ariadna.
M. Orozpe
Loa datos que esperamos obtener al superponer la greca sobre el tonalpohualli son de
carácter espacio temporales, por esta razón habrá que hacer un paréntesis para
conocer los datos básicos referentes a la cuenta del calendario.
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Por la estructura del calendario los días recibían sus nombres por la combinación de los
20 signos de los días con números del uno al trece (trecena). El primer signo se une al
numeral 1, el segundo al 2, y así hasta llegar al trece, donde el decimocuarto signo
vuelve a empezar con el numeral 1. Por ejemplo 1 cipactli, 2 ehecatl, 3 calli, 4
cuetzpallin, 5 coatl, 6 miquiztli, 7 mazatl, 8 tochtli, 9 Atl, 10 itzcuintli, 11 ozomahtli, 12
malinalli, 13 acatl, 1 ocelotl, 2 cuauhtli, 3 cozcacuauhtli, 4 ollin, 5 tecpatl, 6 quiahuitl, 7
xochitl, 8 Cipactli, etc. Esto produce la unidad básica de 260 días (13 numerales X 20
signos).
Este calendario se organizaba en los códices formando una línea de cuatro trecenas
consecutivas, creando 52 unidades. Al llegar al día número 53 se regresaba al principio
para comenzar de nuevo a contar 52 días más, esta vez en el renglón superior. Al
agruparse finalmente en cinco renglones conforma el ciclo de 260 signos de día. Al
alinearse los inicios de trecena de derecha a izquierda dividen el tonalpohualli en cuatro
bloques o puntos cardinales, que empezando de derecha a izquierda inicia en el oriente
seguidos del norte, poniente y sur (figura 235).
Figura 236. El orden de los días Figura 237. El orden de las trecenas
La secuencia de 20 signos se subdivide para representar a cada uno de los cuatro
rumbos del universo. Los signos que representan al oriente son: cipactli (cocodrilo),
acatl (carrizo), cóatl (serpiente), ollin (movimiento) y atl (agua). Los representantes del
norte son: ocelotl (jaguar), miquiztli (muerte), tecpatl (cuchillo de pedernal), itzcuintli
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(perro), y cozcacuauhtli (buitre). Para representar al poniente se usan: mazatl (venado),
quiahuitl (lluvia), ozomahtli (mono), calli (casa) y cuauhtli águila). Por último, los signos
representantes del sur son: xochitl (flor), malinalli (hierba), cuetzpallin (lagartija), ehecatl
(viento) y Tochtli (conejo).
Notamos que los símbolos de los días se ordenan en los mismos rumbos que los inicios
de trecenas. Lo que distingue a los inicios de trecena es justamente que les
corresponde ser el primer día contando de trece en trece conforme van avanzando los
260 días que dura el Tonalpohualli.
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sobrepusimos en el tonalamatl del códice Borgia (figura 234), pues como podemos
apreciar, son los primeros cinco inicios de trecenas; las siguientes escaleras se
componen de los restantes quince inicios de trecena que completan el tonalamatl
(figura 240).
Las cuatro primeras escaleras de las grecas resumen todo el tonalpohualli. Cada
escalera contiene los signos representativos de cada rumbo, y no son simplemente
peldaños temporales que representan una trecena de días, también son espaciales; por
esta razón el signo en el último escalón es el signo de los cargadores de años, es decir,
son signos que en la cuenta del tiempo marcan ciclos de trece años y además el rumbo
que representan. Estos cuatro signos tienen una posición especial en la lámina 1 del
códice Feyérváry-Mayer, pues están contenidos en las cuatro aves en las esquinas de
la lámina.
Al costado derecho de cada ave se encuentra una segunda disposición de los inicios de
trecena representados de manera diagonal, pero estos signos tienen un orden diferente
a los inicios de trecena en las escaleras de la greca y que representan la continuidad
ordenada de los inicios de trecena en el tonalpohualli. Recordemos que cada escalón o
inicio de trecena representa trece días, que cuando se multiplican por veinte completan
los doscientos sesenta días del tonalpohualli. Para encontrar entonces el significado de
este nuevo acomodo de los inicios de trecena tendremos que regresar al tonalamatl del
códice Borgía y revisar las cuatro trecenas (figura 241).
Los inicios de trecena en los cuatro diferentes rumbos tienen el mismo orden de los
encontrados en la lámina del Feyérváry. ¿Y qué significado tiene esto? Muy sencillo,
nos proporcionan una clave que hermana ambos tonalamatls y nos ayuda a entender el
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significado de su diseño. Con esto quiero decir que si tienen el mismo orden entonces
ambos casos son un consecutivo de días del tonalpohualli completo; si éste es el caso,
entonces podemos seguir la secuencia de inicios de trecena en esta lámina como en la
lámina 56 del códice Borgia.
Quedamos totalmente impactados al
descubrir que el diseño por sí mismo no
solamente expresa la información básica
para conocer la estructura del espacio
tiempo, sino también la forma que ésta
adquiere. Una hermosa espiral ascendente
se desarrolla sobre los mismos postes
localizados en las cuatro esquinas del
universo prehispánico (figura 242).
López Austin resume así la llegada de esencias a la morada de los hombres, o el tercer
tiempo como se denomina en los mitos:
“Más allá del mundo del tercer tiempo, los dioses permanecían confinados en sus
moradas y desde ahí enviaban sus fuerzas que sólo podían viajar en el momento que
les correspondía de acuerdo a los turnos marcados en el tiempo terrestre, y a través de
la columna-vía determinada por el orden de secuencia. El tiempo de cada día iba
procediendo de uno de los árboles cósmicos, en un orden este-norte-oeste-sur… El
mismo orden seguían los años, cuya temporalidad surgía sucesivamente del este, del
norte, del oste y del sur.
En los días ocelote, muerte, pedernal, perro y viento las fuerzas llegaban del árbol del
norte; en los días venado, lluvia, mono, casa y águila, por el oeste; en los días flor,
hierba torcida lagartija, águila de collar y conejo, por el sur; en los días monstruo de la
tierra, caña, serpiente, movimiento y agua, por el este; en los años de signo pedernal,
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por el norte; en los de signo casa, por el oeste; en los de signo conejo, por el del sur; en
los de signo caña, por el este.” (López, 1989: 33)
“Por todo esto interpretamos la figura de cruz de la primera página del Códice
Feyérváry-Mayer como signo de un ciclo completo del tiempo, con la connotación de
algo sagrado -por su importancia en la vida ceremonial- y con alusiones indirectas a los
misterios ocultos de la fertilidad y de la muerte. Las trecenas que llenan las bandas del
tonalpohualli, suben, van derecho o bajan. Esto nos hace pensar en las ideas mánticas
de los mixes, que aun hoy siguen utilizando la cuenta de los 260 días. Ellos conciben el
tiempo como una escalera que sube y baja de la mesa celeste…” (Anders (a) 1994:
157)
Coincidimos en que ambas partes que la cruz son una escalera de trecenas, y también
que el segundo tonalpohualli forma otra cruz en las esquinas de la lámina, recreando
una espiral de tiempo.
Ahora sí tenemos todos los elementos para asegurar que la greca no representa nada
más un todo equilibrado apegado a los valores estéticos de orden y unidad, filosóficos y
cosmogónicos que dan proporción y medida a la arquitectura y las artes precolombinas,
sino que también es una llave para entrar al calendario ritual.
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hacer es reconocer las características propias de la gráfica bidimensional y avanzar la
lectura con las convenciones y herramientas propias del diseñador para ser
correctamente comprendido.
El diseñador de la lámina es muy preciso en este punto, nos está indicando que ambos
cuerpos van sobre el tablero de la pirámide, aludiendo seguramente a que su ámbito es
el celeste. Los otros dos costados norte y sur no tienen basamento, lo que hace
suponer que se encontrarán en la base de la pirámide. En el brazo derecho de la cruz
representando al sur están las fauces de cipactli que representa la tierra y la entrada al
inframundo; enfrente, por el lado norte, vemos en una vasija preciosa los implementos
del auto sacrificio ritual con la espina de hueso y el punzón de maguey, y en medio de
ambos está la pelota del juego, sugiriendo estos símbolos que un lugar adecuado para
el ritual es la cancha del juego de pelota, que también es una entrada al inframundo.
Además, según los mitos antiguos en estos dos rumbos se encuentran el mictlan y el
tlalocan, mientras que en el oriente se encuentran los guerreros muertos en combate
que acompañan al sol en su transito diurno; por el lado del poniente se encuentran las
mujeres muertas de parto, las cihuateteo, acompañantes del sol hasta dejarlo en su
casa del poniente.
Existe un detalle pensado por el diseñador y que regularmente se pasa por alto, y es
que las únicas parejas de dioses en la lámina que se presentan descalzos, con los pies
en contacto directo con la tierra, son los dioses que se dirigen a los rumbos norte-sur,
aludiendo seguramente que su ámbito es el terrestre. Esto lo comprobamos cuando
verificamos que los personajes representantes de
estos rumbos tienen una clara identificación con el
ámbito terrestre y el inframundo. En el sur están
Mictlantecuhtli (el señor de la región de los muertos)
y Centéotl (representa la vegetación que nace de la
tierra), mientras que en el sur se encuentran
Tepeyolohtli (el corazón del monte) y Tláloc (con
tierra).
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tuvieran que poner cuatro muros inclinados en talud en sus cuatro caras, ¿cómo lo
resolverían? Lo más seguro es que el diseño resultante fuera como vemos en la figura
247.
Los taludes arrancan desde las cuatro direcciones y cargan la plataforma cuadrada.
Podemos creer entonces, siguiendo este principio, que la cruz en la lámina 1 es la
representación bidimensional de un objeto tridimensional, y así sería la ilustración de un
basamento en talud que permite ver todas sus caras.
La intención de la representación
de la lámina 1 del Feyérváry es
similar a la que se uso en la edad
media. Un buen ejemplo lo
tenemos en la imagen de la última
cena. Tal vez nos parezca extraña,
o incluso infantil, pero el cuadro no
está pintado en perspectiva, sino Figura 249. Imagen medieval de la última cena
que hay algunos elementos re-
presentados en planta y otros en alzado. En efecto, el pintor no ha dibujado todos los
elementos como si los viera desde un punto de vista estático, sino que los ha dibujado
según la posición en la que estos elementos resultan más claros. Los platos, redondos
(tal como se ven desde arriba); los jarrones, de frente; las figuras, de frente; la mesa,
desde arriba, como un rectángulo (figura 249).
La representación bidimensional coherente podía hacerse todo en planta, o bien, en
alzado (figura 250). Pero la intención no era hacer una interpretación artística como la
entendemos actualmente, sino dar información con la mayor claridad posible. Así que
admiremos a estos maravillosos pintores medievales que supieron explicarse tan bien
con tan pocos recursos.
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El arte era anónimo y el artista quería ser comprendido más que admirado.
Rudolf Arnheim hace un ejercicio sobre este problema de percepción en el cual muestra
dos dibujos de una mesa con tres personas, cada una con diferente manera de
representación, y se pregunta: ¿Cuál es la imagen más adecuada para expresar su
significado inequívocamente? (figura 251).
Nosotros hacemos el mismo
ejercicio en una segunda imagen
que muestra una mesa con cuatro
sillas pero perspectivados (figura
252). Se puede observar que en la
imagen de Arnheim la de la
izquierda es muy comprensible
porque todos los elementos se ven
en su proporción y disposición
correcta, y aunque no es la vista
del observador, aun así es muy
Figura 251. Dos interpretaciones diferentes de descriptiva. En cambio, en la
mostrar la realidad. imagen derecha y en la inferior,
que son el tipo de imágenes a las
que estamos acostumbrados, es
totalmente convencional, porque
aunque se ven las imágenes en la
profundidad del espacio, los
tamaños de las sillas son todos
diferentes y la mesa parece que se
distorsiona y no es cuadrada;
realmente son confusas para el ojo
no entrenado.
Figura 252. Dos ángulos diferentes de ver una
mesa cuadrada con cuatro sillas en perspectiva.
En su investigación de la
representación visual arquitectónica en Mesoamérica, Alejandro Mangino comentó: “En
arquitectura tridimensional por excelencia, es fundamental diferenciar el espacio. Por
desgracia las técnicas que se emplean para representar el espacio mesoamericano son
las mismas que se aplicaron durante el renacimiento italiano.” (Mangino, 1990: 126)
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Dicho de otra manera, la representación de la lámina 1 del Feyérváry bien puede ser
una representación de una pirámide en la cual se pueden apreciar todos los lados que
la componen.
Cada costado de la lámina representa una región del universo conformada por cinco
trecenas, y según los principios anteriores tres de ellas formando el talud y dos más que
se dirigen en dirección al rumbo del universo que le corresponde, con un color y un
contador de años como podemos ver en estos ejemplos.
Al agrupar las cuatro regiones de manera
tridimensional obtenemos un modelo que
representa una pirámide similar a la que
muestra el códice. También podemos
observar cómo la moldura que recorre el
talud y el tablero de la pequeña pirámide
en el modelo tridimensional son las veinte
trecenas del tonalpohualli (figura 253).
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Los dos primeros inicios de trecena son cipactli y ocelotl en la base
de la pirámide. Son los primeros dos escalones en el oriente de los
20 que constituyen el tonalpohualli. cipactli representa las fauces
de la tierra, y el ocelote al sol nocturno y al cielo estrellado. Por el
otro extremo, terminando el ciclo de trecenas, tenemos en la parte
superior de la escalera sur los dos últimos escalones, donde se
encuentran cuauhtli y tochtli simbolizando el sol y la luna que, como
lo muestra el diseño de la lámina 1, son los símbolos que se
encuentran sobre el tablero de la pequeña pirámide y en la parte
más alta del firmamento. Por lógica esto debe simbolizar el
intercambio de esencias
entre el inframundo y los
niveles celestes con la
región intermedia que
habitamos los seres
humanos (figura 256).
Figura 255.
Estela maya.
Finalmente, tenemos la
pirámide completa con sus rumbos, sus
escaleras y sus respectivos inicios de trecena,
y los señores nocturnos en sus taludes. Los
árboles que originalmente se encontraban en
medio de cada pareja de señores de la noche,
y que permitían el transito de energías en su
propio rumbo, ahora están substituidos por la
Figura 256. Los signos
escalera que se encarga de la misma función, el
correspondientes a cada rumbo.
transito de esencias (figura 257).
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Ahora se justifica por qué Mitla está totalmente decorada con grecas, y por qué la forma
característica de las tumbas en este lugar es cruciforme, donde la cruz queda
conformada por las cuatro escaleras de la greca.
También se aclara por qué en las esquinas del universo se encuentran aves solares,
pues como se aprecia por su posición dirigida hacia el centro de la lámina, estas
energías descienden de los niveles superiores. Tanto las energías superiores como las
inferiores confluyen en el ombligo del mundo donde se encuentra Xiuhtecuhtli, Señor
del tiempo, quien es el primer regente de las horas nocturnas y también encabeza la
lista de regentes de las horas diurnas. Con él se inicia la cuenta del tiempo ritual
(tonalpohualli) y la cuenta del año solar (xihuitl).
Ahora se entiende por qué el Xiuhtecuhtli al centro
tiene en la coronilla de la cabeza la oreja del
ocelotl y al colibrí, pues con ambos se da clara
idea de los ámbitos en los que se desdobla la
lámina y el paso de energías superiores e
inferiores que ocurre entre ellos. Con esta nueva
imagen también vemos las dos bandas por las
que transitan las energías en el interior de los
postes en las esquinas del mundo, una subiendo
y otra bajando.
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Podemos asegurar que el diseño de la pirámide de Kukulcán se identifica
calendaricamente con la pirámide de la lámina 1 del códice Feyérváry, en primer
instancia por el uso de las cuatro escaleras (generadas en él códice por las grecas), y
además ambas se complementan porque una maneja a la serpiente como vehiculo de
esencias y la otra emplea aves en el mismo sentido. Las aves llevan la energía al
centro de la pirámide, mientras que las serpientes la disipan a los cuatro rumbos.
Hemos asegurado que en el tonalpohualli del códice Feyérváry cada escalón de la
greca representa una trecena de días. Podemos comprobar esta afirmación en la
pirámide de Kukulcán justo cuando se dibujan siete triángulos en la alfarda que
representa el cuerpo de una serpiente.
Si multiplicamos los siete triángulos en la alfarda (escalones de luz y sombra) (figura
259) por trece días (que es el dato que nos proporciona la escalera de la greca)
obtenemos 91 días, el mismo número de escalones construidos por sus diseñadores
para cada una de las escaleras. Esta es una hazaña que demuestra una perfecta
armonía de su pensamiento científico, religioso y artístico aplicado en la arquitectura
monumental. Este número de peldaños, multiplicados a su vez por cuatro escaleras
dirigidas a los diferentes rumbos, da como resultado 364; y más el que se encuentra en
la entrada del templo, se completa el número de días de un año solar.
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Venus, que tiene 584 días (figura 260). En otras palabras este principio calendárico que
otorga una trecena por escalón también funciona para el ciclo de Venus, la Tierra y el
calendario ritual.
Por otro lado, en la lámina 72 del códice Borgia vemos
representadas cuatro serpientes que sugieren la forma
espiral envolviendo los símbolos iniciales de trecena,
junto a las deidades representantes de su rumbo
cardinal en dirección al centro (figura 261). Como en su
cuerpo portan doce círculos, es de suponer que
representan a los días restantes de la trecena,
contabilizando entonces cada serpiente 65 días por
rumbo, que al multiplicarlo por los 4 rumbos resultan
260, un tonalpohualli completo.
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La serpiente y la greca escalonada como vehículos
portadores de energías entre los diferentes ámbitos
está representado en esta hermosa vasija mixteca.
En ella podemos ver las energías que transitan
dentro de la greca, así como también las que se
encuentran en la greca complementaria, en un
maravilloso juego de figura/fondo. También vemos
que el soporte de la vasija son cuatro serpientes
descendentes. No perdamos de vista que la piel de
la serpiente muestra una red de cuadrados con
círculos al centro que representa el universo
prehispánico (figura 264).
6.3 La Chakana.
156
Curiosamente la forma no es gratuita ni casual. Como ocurre con la greca, su
composición es el producto de un elevado pensamiento que participa por igual en el
ámbito científico y religioso:
“Los pueblos andinos en su interés por observar mejor las estrellas, idearon un sistema
que permitía bajarlas y que se conoce como Espejos de Agua. En ellos se reflejaba el
mapa astronómico por las noches. Así bajaron las estrellas. Así bajaron la Cruz del Sur,
la estudiaron y obtuvieron un patrón de medida al que llamaron TUPU consistente en el
largo y ángulo del brazo menor de su eje vertical, correspondiente al lado de un
cuadrado, mientras que la diagonal de este cuadrado correspondía al largo y ángulo del
brazo mayor del eje vertical. Medida que llamaron la Proporción Sagrada y que es la
base de las cuadrículas que se observan en tejidos, cerámicas y diversos testimonios
arqueológicos. Una figura que parece cuadrada, pero con una pequeña variación
superior en sus líneas verticales, a la cual se le llamó EK’A.Al girar este cuadrado sobre
su punto medio, creaba un círculo, donde entraba 3.16 veces la transversal de dicho
cuadrado, en el perímetro del círculo creado. La EK’A dispuesta en cruz, fue lo que
permitió concebir la Chakana, basada en la relación matemática “Pi”, sustituida por la
formula geométrica.” (Oñate, 2010: ¿Y.. por qué la Chakana?)
Con estos datos no podemos más que reflexionar y tratar de entender por qué cuando
aprendemos la importancia de los sistemas de símbolos en el desarrollo espiritual de la
humanidad, o de la creación de imágenes simbólicas para proponer una comunicación
efectiva y eficaz, apelamos siempre a los símbolos transoceánicos y no atendemos a
los que se realizaron en este continente, cuando el valor de éstos supera muchos de
aquéllos en cuanto a forma y contenido.
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Al enumerar los espacios totales cuando coinciden las espirales de la greca formando la
pirámide, apreciamos dos nuevos datos: ahora el número de espacios a lo largo es de
trece, y el centro coincide en el espacio número siete, justo en el lugar donde están los
ganchos de ambas grecas. Vemos nuevamente que el nueve es traslape de dos
cuerpos de cinco unidades y el trece, que es el desdoblamiento del siete, en este caso
además se compone del traslape de dos grecas traslapadas, volviendo a exponer los
números sagrados cinco, siete, nueve y trece. Esta coincidencia se dará en los mismos
puntos para los dos ejes oriente-poniente y norte-sur. Esta conformación numérica no
es al azar, ya que ambos números son fundamentales en su cosmogonía como lo
hemos estado viendo.
El siguiente paso es conocer cuáles son los signos de las cuatro grecas que coinciden
en el centro, usando como matriz el tonalamatl del códice Borgia, ya sea en el espacio
número 7 o, como en este caso, el axis mundi.
Figura 267. Las cuatro grecas con los signos del tonalamatl que confluyen en el centro.
Como podemos observar existen dos cruces de signos; uno en el cuerpo superior y otro
en la confluencia de los ganchos de las cuatro grecas, arriba confluyen en orden,
oriente, norte, poniente y sur a cuauhtli, xochitl, coatl e itzcuintli, y en el gancho, con el
mismo orden, confluyen cipactli, ozomahtli, cozcacuauhtli y miquiztli (figura 267).
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y la horizontal son los que se encuentran en el eje central de la pirámide. Los otros
cuatro signos alineados a símbolos de tiempo en
las diagonales de la misma rueda son
exactamente los signos que representan a los
contadores de años y que también se encuentran
en las esquinas de la lámina 1 del Feyérváry
dentro de discos envueltos por las aves. Así queda
demostrado que hay un orden y una estructura
interna que se puede leer en otros monumentos,
una armonía a la que nos aproximamos analizando
la estructura de la greca en un nivel más profundo
que la forma por la forma misma: como llave en la
cerradura de la estructura del tiempo.
Cuatro grecas que forman un cruce en torno a un centro creando un eje central no es
algo extraño en el arte antiguo de México. Esto lo podemos corroborar con las
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imágenes procedentes de diferentes ciudades prehispánicas procedentes de Chichén
Itzá, Uxmal, Tonina y Yagul (figuras 272).
Figura 272. Las cuatro grecas con sus escaleras y los signos que confluyen en el centro.
En el caso del friso en la tumba de Yagul es más claro el mensaje en el que las
escaleras del rombo están formadas por las escaleras de la greca, pues al costado de
cada una de ellas se encuentra completa la greca.
6.5 El Coapetlatl.
Con los antecedentes previos ya podemos entender el diseño y el concepto que
implican las serpientes como puentes entre el espacio profano y el sagrado.
Regresemos a los inicios de trecena que se forman con las escaleras de la greca en el
tonalamatl del códice Borgia (figura 273)
Figura 273. Las cuatro grecas con sus escaleras y los signos que confluyen en el centro.
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Si hacemos un esquema circular que abarque todo el
tonalamatl, es decir sus cuatro trecenas dirigidas a los
diferentes rumbos, nos da una perspectiva más
completa de cómo se estarían moviendo estas
escaleras en el continuo del tiempo (figura 274). Es
conveniente mencionar que los signos que inician
cada escalera se repiten después de la cuarta
escalera, pues recordemos que son veinte signos y
cada escalera posee cinco espacios. Notemos que el
diseño del tiempo no es un anillo, pues al final del
calendario empezará este nuevamente con el primer
día del siguiente ciclo, por lo cual el diseño en sí es
una espiral.
Figura 274. Inicios de trecena El diseño está tan perfectamente calculado que cinco
en el tonalamatl. giros representan doscientos sesenta días, que es el
total de días del calendario ritual, pero si le añadimos
dos más para tener siete vueltas crece para tener 364 días. En otras palabras de la
trecena 1 cipactli en el oriente, a la trecena 1 acatl también en el oriente, después de
siete giros en el tonalpohualli han pasado 365 días.
Si regresemos a la lámina 72 del códice Borgia, veremos ahora cómo estas serpientes
con los cinco signos de las trecenas más los doce puntos (65 días por rumbo)
descienden en espiral hacia el centro (figura 276).
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Es impresionante que el personaje central haya sido
identificado como una araña. ¿No es asombrosa la
similitud de la telaraña con la estructura del
tonalpohualli de la imagen? Las serpientes por su sola
presencia denotan su movimiento en espiral sobre la
maya del tiempo (figura 277).
Si hacemos una
vista lateral del
mismo modelo la
composición
cambia recreando
líneas serpentinas Figura 276. Detalle lámina
verticales 72 del códice Borgia.
entretejiéndose
como un petate de serpientes o coapetlatl. Para
entenderlo de una manera más clara habría que
ver el comportamiento de estas serpientes en un
comparativo de una vista lateral y una de canto
(figura 278) y así recrear el pensamiento que le dio
origen y, por supuesto, para ver cómo lo
Figura 277. La telaraña del tiempo transmitieron metafóricamente a través del arte
(figura 279).
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Existe una composición muy similar en los murales
del conjunto de Atetelco, donde se ve una malla
compuesta por serpientes que se entrelazan;
Laurette Séjourné ha sugerido que la composición
es un quincunce que tiene por centro a Quetzalcóatl
el hombre Dios, y donde las junturas de los reptiles
reproducen el signo movimiento. En una época del
año Quetzalcóatl aparece como Lucero de la
mañana, es decir, Venus. Nuevamente aparece la
idea de las serpientes y su conexión con el tiempo
astronómico en la imagen de Tlahuizcalpantecuhtli
(figura 280).
163
“Son los nueve cielos superiores y nueve los pisos del
inframundo, razón por la que el viaje chamánico se hacía
en dos direcciones: rumbo a chicnauhtopan y rumbo a
chicnauhmictlan, o sea a “los nueve que están sobre
nosotros, [ y a ] los nueve lugares de los muertos”
(Austin, 1995: 91).
Notamos que
estas imágenes
tienen el mismo
principio que las
escaleras
serpentinas en el
tonalpohualli, que
implican que su
significado va más
Figura 284. Cuadrángulo de las allá de la simple e
monjas Uxmal.
inmediata
denotación.
Hay una imagen del coapetlatl en el códice florentino cuyo Figura 285. Coapetlatl
diseño parece estar inspirado en las imágenes que hemos códice florentino.
identificado como escaleras espacio-temporales (figura 285).
Por la brevedad del espacio éste no sería el lugar para formular los contenidos,
objetivos y metodologías sugeridos para las diferentes asignaturas en las que puede
164
participar este símbolo. El símbolo puede funcionar como apoyo a los contenidos del
programa de estudios, pero también aportaría un legado indígena al estudio del arte y el
diseño universal que regularmente desaprovechamos.
Por el simple contexto histórico en que se encuentra debería ser un tema obligado en
las asignaturas de arte prehispánico o de teoría de la imagen. Sin embargo es en las
asignaturas de Diseño donde inesperadamente tiene mucho que aportar por las
características formales que ya hemos analizado y que son parte del lenguaje visual.
- Antecedentes Históricos
- Conceptos básicos de composición: Armonía, Asimetría, Contraste, Dirección,
Equilibrio, Escala, Movimiento, Orden, Proporción, Relación figura-fondo,
Relación positivo-negativo, Ritmo, Simetría, Tamaño, Tensión, Unidad.
- Morfología para el Diseño:
- - La forma como sistema
- - Estructura
- - Apariencia
- - Contexto
- Simetría: Radial, Ambidiestra, Traslación, Motivos con centro movido, Reflexión,
Grupos simétricos (Redes), Asimetría.
- Contraste. Armonía, Composición, Tonal, Color, Contorno, Escala.
Para estas unidades sería muy enriquecedor trabajar no sólo con la greca que he
analizado en este trabajo, pues en Mitla encontramos un sinfín de grecas con las cuales
trabajar (figura 286).
165
Figura 286. Variantes de la greca escalonada en Mitla Oaxaca.
- Proporción Áurea
- Rectángulos armónicos
Aunque hemos visto que la greca y la proporción áurea difieren en cuanto a sus
proporciones, ambas tienen una lógica racional para el uso de los cuadrados de los
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cuales parten. La proporción áurea tiene una relación de 9 a 4, mientras que la greca
escalonada obedece una relación 9 a 5, perfectamente acorde con su cosmovisión
(figura 287).
La imagen
funciona como un
instructivo, en
donde siguiendo
sus ideas Figura 288. Lámina 1 del
cosmogónicas el Féyerváry Mayer en 3D.
sol permanece en
el supramundo, al igual que las esencias divinas que
bajan según un perfecto orden espacio temporal
mientras las esencias del inframundo se identifican
con los señores nocturnos y la Luna en la misma
danza que los astros como Venus siguen en el cielo.
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Ambas láminas pueden cubrir los objetivos en el plan de estudios de Diseño como parte
de los objetivos relativos a estructuras tridimensionales.
Finalmente hemos dedicado todo el capitulo 5 a realizar un análisis semiótico que
puede aplicarse perfectamente en los objetivos de la asignatura de Teoría de la
Imagen.
Fuentes bibliográficas.
Anders, F. Jansen, M. García, L. (a) (1994) “El libro de Tezcatlipoca, Señor del Tiempo”.
Libro explicativo del Códice Feyérváry-Mayer, México. FCE. Pp. 342.
Anders, F. Jansen, M. García, L. (b) (1994) “La pintura de la muerte y los destinos”, libro
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