2+ +La+Química+Del+Correr
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Si mantengo mi ritmo actual, habré quemado más de 3000 kilocalorías durante el maratón, lo que
equivale a perder unos 500 g. ¡Es mucho esfuerzo para perder sólo eso! ¿De dónde viene mi energía? Estoy
respirando más fuerte de lo normal para incrementar el consumo de dioxígeno. En este preciso instante, mi
cuerpo combina dioxígeno con combustible para producir energía. El combustible se obtiene de tres
nutrientes: proteínas, lípidos (grasas) y glúcidos (también llamados carbohidratos, que en su gran mayoría son
almidones y azúcares). Por lo general, la proteína representa sólo del 2 al 5 % del gasto total de energía del
cuerpo, que tal vez ascienda a 8 % durante el maratón. Las grasas contribuyen al 60 % de la energía que se
produce cuando nuestros cuerpos están en reposo, pero sólo el 15 % de la energía que necesitamos cuando
corremos viene de la grasa. Por lo tanto, durante las próximas horas, mi cuerpo recibirá la mayoría de su
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Material extraído del portal Uruguay Educa: La química de correr un maratón.pdf (anep.edu.uy)
energía de la glucosa (C6H12O6), un azúcar simple (monosacárido) que se forma cuando se descomponen la
mayoría de los glúcidos. El combustible que prefiere el cuerpo a la hora del maratón es la glucosa.
Durante la respiración aeróbica, la glucosa se combina con el dioxígeno para liberar energía de la
siguiente manera:
Para los corredores, la fuente de glucosa más efectiva es una gran molécula llamada glucógeno que se
almacena en el hígado y en los músculos. Una persona tiene almacenadas alrededor de 2000 kilocalorías de
glucógeno, suficiente para correr alrededor de 32 kilómetros. Durante los primeros tramos de la carrera, mi
cuerpo obtiene la mayor parte de la glucosa del glucógeno que se encuentra en mis músculos. Luego, cuando
disminuye la cantidad de glucógeno en los músculos, recibirá más glucosa del glucógeno en el hígado. Para
aumentar mis reservas de glucógeno, consumo gran cantidad de glúcidos, como pasta, pan y cereales, tres
días antes de la carrera, mientras entreno intensivamente. Esta combinación de dieta y entrenamiento
estimula la producción de glucógeno en los músculos. Mientras corro, mi energía también proviene de un
proceso que no necesita del dioxígeno. Durante este proceso, llamado respiración anaeróbica, la glucosa se
descompone en ácido láctico (C3H6O3) y energía como se muestra a continuación:
Permanecer hidratado
Logro pasar la primera de las estaciones de asistencia y trato de beber 0,2 litros cada 3 kilómetros.
Prefiero el Gatorade en lugar del agua, ya que contiene azúcar—en forma de sacarosa y glucosa—que me
proveen de un estímulo de energía constante. Luego de pocos minutos, el azúcar será transportada a través
del estómago hacia el intestino delgado, donde será absorbido por el torrente sanguíneo. Es indispensable
permanecer hidratado al correr un maratón, ya que el cuerpo se mantiene fresco gracias a la evaporación del
sudor. Cuando los glúcidos se convierten en energía, se pierde hasta medio litro de agua a través de la
transpiración. Por eso, necesito beber por lo menos esa cantidad de líquido por hora para mantener una
buena hidratación.
Alrededor del kilómetro 25, siento como si me hubiera tropezado con una pared, lo cual es una mala señal, ya
que no debería pasar hasta por lo menos el kilómetro 32, según mi rutina de entrenamiento. Probablemente,
en ese momento mis reservas de glucógeno disminuyen seriamente y mi cuerpo debe valerse de otros
combustibles para poder continuar. Posiblemente no sea "la" pared, porque en ese caso no podría lograr los
17 kilómetros restantes. Alrededor del kilómetro 29, siento que tropecé con otra pared, y recibo una nueva
dosis de gel energético, que bebo de un trago y con desesperación. Al kilómetro 32, siento que tropecé
nuevamente con otra pared. A partir de ahora, podría decirse que siento puro dolor.
Glúcidos al rescate
En todo momento, utilizo glucosa como combustible. Al comienzo del maratón, alrededor del 75 % de mi
combustible proviene del metabolismo de glucosa y 25 % de la grasa. A medida que avanzo, esta proporción
se invierte. En el kilómetro 32, siento que se acabaron las reservas de glucógeno en mi cuerpo. En realidad, el
glucógeno nunca se acaba — sólo disminuye. Paso por todas las estaciones de asistencia y es lo único que
me mantiene firme en la carrera. Bebo Gatorade de un sólo trago, como si fuera oro, codiciando los pocos y
valiosos glúcidos que aporta al organismo. Cuando las reservas de glucógeno escasean, mi cuerpo depende
de las grasas para quemar energía. A primera vista, parecería que éstas son una fuente de energía mucho
mejor; aportan 9 kilocalorías por gramo, mientras que los glúcidos aportan 4 kilocalorías por gramo. Pero al
cuerpo le agrada su grasa y no está dispuesto a renunciar a ella tan fácilmente. Incluso el corredor más flaco
tiene suficiente grasa en su cuerpo como para correr 1000 kilómetros. Entonces, ¿por qué se me hacen tan
difíciles los últimos diez kilómetros? Sucede porque, aunque una cierta cantidad de grasa genera más del
doble de energía que la misma cantidad de glucosa, descomponer cada molécula de grasa requiere cuatro
veces más moléculas de dioxígeno que descomponer cada molécula de glucosa. Por eso, mi cuerpo no puede
incorporar dioxígeno y transportarlo con la rapidez necesaria para convertir suficiente grasa en energía.
El trecho final
De alguna manera, logro hacer los últimos kilómetros. Mi tiempo
final es de 3 horas, 46 minutos, 41 segundos, lo cual no es tan
bueno para el Maratón de Boston, ¡pero no deja de ser el mejor
tiempo que he hecho en todos los maratones hasta el momento!
Me dan una frazada brillante y liviana, que me devuelve el calor
de mi propio cuerpo. Recibo un panecillo, una banana y una
Gatorade. No quiero sentarme por miedo a no poder pararme
nunca más. Si bien hace algunos pocos metros me juraba que nunca volvería a hacer esto otra vez, ya estoy
planeando mi próximo maratón. Boston, ¡allí voy!
Preguntas
1. ¿Cuál es la fuente más efectiva que tenemos de combustible almacenado en nuestros músculos y el
hígado?
2. ¿Qué diferencias hay entre la respiración aeróbica y anaeróbica? ¿Cuándo ocurre cada una de ellas?
3. ¿Por qué el corredor prefiere tomar Gatorade y no agua? ¿Qué cantidad de Gatorade consumió el corredor
si demoró 3 horas 46 minutos en realizar toda la carrea?
5. ¿Por qué el cuerpo prefiere la combustión de glúcidos y no de grasas, siendo que éstos últimos aportan el
doble de energía al cuerpo?