Normas Internacionales

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

“AÑO DE LA UNIDA, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR TECNOLÓGICO PÚBLICO “MANUEL


VILLAR OLIVEIRA”

Creación R.M. N° 214-97.ED/ R.M. N° 0245-2007-ED


Revalidación: R.D. N° 272-2005-ED

NORMAS SANITARIAS INTERNACIONALES, OMC REGULACIÓN DEL


COMERCIO INTERNACIONAL COMUNIDAD ECONÓMICA EUROPEA
(CEE) DIRECTIVAS FAO CÓDIGO DE PESCA RESPONSABLE

 CURSO: Control y aseguramiento de la calidad de pesquería

 ESPECIALIDAD: Tecnología Pesquera

 SEMESTRE ACADEMICO: V

 COORDINADOR: ING. Shirley Geraldine Nuñez Muñoz

 ESTUDIANTE: Otero Zurita, Sebastián Leonardo

TUMBES-PERÚ
NORMAS Y SEGURIDAD
El artículo 20 del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT)
permite a los gobiernos adoptar medidas que afecten al comercio con el fin de proteger
la salud y la vida de las personas y de los animales o preservar los vegetales, a
condición de que no sean discriminatorias ni se utilicen como un proteccionismo
encubierto. Hay además dos acuerdos específicos de la OMC que tratan de la inocuidad
de los alimentos, la sanidad de los animales y la preservación de los vegetales, y de las
normas sobre los productos en general. Ambos intentan determinar los medios de
satisfacer la necesidad de aplicar normas y, al mismo tiempo, evitar el proteccionismo
encubierto. Estas cuestiones están adquiriendo más importancia a medida que se van
suprimiendo los obstáculos arancelarios hay quienes comparan esto a las rocas que
aparecen en el mar cuando se retira la marea. En ambos casos, si un país aplica normas
internacionales, es menos probable que sea impugnado jurídicamente que si establece
sus propias normas.

Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias

El Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias establece las


reglas básicas para la normativa sobre inocuidad de los alimentos y salud de los
animales y preservación de los vegetales. El Acuerdo autoriza a los países a establecer
sus propias normas. Pero también dice que es preciso que las reglamentaciones estén
fundadas en principios científicos y, además, que sólo se apliquen en la medida
necesaria para proteger la salud y la vida de las personas y de los animales o para
preservar los vegetales y que no discriminen de manera arbitraria o injustificable entre
Miembros en que prevalezcan condiciones idénticas o similares.

Se alienta a los Miembros a que utilicen las normas, directrices y recomendaciones


internacionales, cuando ellas existan. No obstante, los Miembros pueden aplicar
medidas que se traduzcan en normas más rigurosas si hay una justificación científica.
Pueden establecer asimismo normas más rigurosas sobre la base de una evaluación
adecuada del riesgo siempre y cuando la técnica sea coherente y no arbitraria.

Elementos fundamentales del Acuerdo

Todos los países aplican medidas para garantizar la inocuidad de los productos
alimenticios destinados al consumo humano y para evitar la propagación de plagas o
enfermedades entre los animales y los vegetales. Estas medidas sanitarias y
fitosanitarias pueden adoptar muchas formas: por ejemplo, pueden referirse a la
necesidad de que los productos procedan de zonas libres de enfermedades, a la
inspección de los productos, a su tratamiento o elaboración por medios específicos, al
establecimiento de niveles máximos autorizados de residuos de plaguicidas o a la
exclusión del uso de determinadas sustancias como aditivos alimentarios. Las medidas
sanitarias (destinadas a proteger la salud de las personas y de los animales) y
fitosanitarias (destinadas a preservar los vegetales) se aplican tanto a los artículos
alimenticios de producción nacional o a las enfermedades locales de animales y
vegetales como a los productos procedentes de otros países.

Adaptación a las condiciones

Teniendo en cuenta las diferencias en cuanto a clima, plagas o enfermedades existentes


y situación en materia de inocuidad de los alimentos, no siempre resulta apropiado
imponer las mismas prescripciones sanitarias y fitosanitarias a los artículos alimenticios
y a los productos de origen animal o vegetal procedentes de diferentes países. Por
consiguiente, las medidas sanitarias y fitosanitarias varían a veces según el país de
origen del artículo alimenticio o del producto animal o vegetal de que se trate. El
Acuerdo tiene en cuenta estas diferencias. Además, los gobiernos deben reconocer la
existencia de zonas libres de enfermedades que pueden no corresponder a fronteras
políticas y deben introducir en sus prescripciones las modificaciones apropiadas para
adaptarlas a los productos procedentes de esas zonas. No obstante, el Acuerdo impide la
discriminación injustificada en la aplicación de las medidas sanitarias y fitosanitarias, ya
sea en favor de los productores nacionales o entre los abastecedores extranjeros.

Plan de productos para la pesca FAO

La pesca y la acuicultura conforman un sector de producción de interés público en lo


social, cultural y económico, en donde intervienen actores de diversas magnitudes y
características socioeconómicas, desde la subsistencia hasta lo industrial, con un
mercado evidente y potencial de significativas proporciones. El mejoramiento del sector
debe focalizar algunas prioridades, como son el aporte fundamental para la seguridad
alimentaria de la población, ya que este sector ha adquirido una significativa relevancia
a nivel mundial, tanto por su aportación alimentaria y al valor añadido y el empleo,
como por la articulación productiva que se ha generado en la economía de las zonas
costeras (construcción naval, diversos aprovisionamientos de los buques, industria
transformadora y conservera, actividad portuaria, etc.).

Según datos del Departamento de Pesca y Agricultura de la Organización de las


Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO, se estima que la
producción mundial de pescado ha alcanzado unos 179 millones de toneladas en 2018,
de los cuales 82 millones de toneladas, procedieron de la producción acuícola. Del total
general, 156 millones de toneladas se destinaron al consumo humano, lo que equivale a
un suministro anual estimado de 20,5 kg per cápita. Los 22 millones de toneladas
restantes se destinaron a usos no alimentarios, principalmente para la producción de
harina y aceite de pescado.

Una de las principales preocupaciones de los gobiernos, es que los alimentos


importados de otros países sean inocuos y no representen una amenaza para la salud de
los consumidores o para la salud y la seguridad de sus animales y plantas; de esto da
cuenta el acuerdo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias –MSF, suscrito entre los países
miembro de la Organización Mundial del Comercio –OMC. Por lo tanto, los gobiernos
de los países importadores han introducido leyes y reglamentaciones de obligatorio
cumplimiento para mitigar el riesgo y garantizar la salud pública bajo el enfoque de
Análisis de Riesgo, aumentando así la competitividad y la capacidad para obtener la
admisibilidad de los productos alimentarios en los mercados internacionales. Por tal
razón, es necesario contar con un plan de control oficial en productos de la pesca para
exportación que permita verificar que los parámetros de aceptabilidad se cumplen y así
poder acceder a mercados internacionales, dicho plan implica entre otras cosas:
muestreos, pruebas de laboratorio y análisis de resultados analíticos, con el fin de
ofertar productos que cumplan con los requerimientos de los países destino; aunado a
esto, los gobiernos requieren planes que permitan evaluar en forma segura los grandes
volúmenes comercializados.

También podría gustarte