Teoria Tiempo Ockham
Teoria Tiempo Ockham
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Sin embargo, mientras que en la Summulae Ockham afirma que las nocio-
nes de movimiento y de tiempo no son sinónimas;12 en la Expositio in Phy-
sicorum 13 retorna el tema de la proximidad de estas nociones basándose en el
Comentario 88 de Averroes,14 y concluyendo al caso que ambas realidades sólo
existen acabada y perfectamente a partir de la actividad de la conciencia. Muy
semejante es el punto de análisis de las Quaestiones en libros Physicorutm:
Ock-ham se pregunta aquí en qué sentido se dicen "ente" el tiempo y el moyi-
miento, concluyendo que
"la proposición: 'el tiempo es' no ha de ser absolutamente concedida,
tal como acontece con estas otras: 'el hombre es' y `la blancura es' sino
que debe resolverse en otra proposición por cuanto designa que algo se
mueve y a partir de su movimiento [y por comparación con éll el alma
puede conocer cuánto se mueve un móvil".16
19 ARISTÓTELES, Physica, II, 219 b 3. cf. OCKHAM, Summ., IV, cap. 3, fol. 87 b.
20 OCKHAM, Summ., IV, cap. 5, fol. 89, col. b.
21 OcK.H.Am, Summ., ib.
22 OcKHAm, Summ., IV, cap. 7, fol. 90, col. b.
23 OCKHAM, SUMM., ib.
LA TEORÍA DEL TIEMPO EN OCKHAM 43
4. La relación tiempo-conciencia
24 OCKHAM, Summ., ib. Hemos traducido el término latino passio por "afección" que
en modo alguno debe ser entendido como "accidente". En efecto, passio es un término
técnico que supone predicación per se de un segundo modo.
25 OcKaAavi, Reportatio, II, q. 10, p. 197.
OciarAiss, Summ., TV, cap. 7, fol. 90, col. b.
27 OCKHAM, Suman., IV, cap. 7, fol. 90, col. a-b.
28 OCKHAM, Suman., ib.
29 OCKHAM, Reportaba, II, ck. 10, p. 197.
30 OCKHAM, Quaestiones in libros Physicorum, q. 48, apud F. CORVINO, 0.C., p. 42.
OCKHAM, Sumir., IV, cap. 7, fol. 90, col. b.
44 Ore L LARBE- J. E. BouJor
El recurso al análisis lingüístico es utilizado en este caso para dar razón de los
hechos pues
'esta proposición breve: 'el tiempo existe' debe exponerse a través de
esta otra más larga: 'un móvil se mueve uniformemente y el intelecto,
al considerar que primero está en un lugar y luego en otro, determina
cuánto tiempo duran, se mueven o reposan las restantes realidades".33
pleja, un acto mediante el cual el hombre entiende que algo se mueve con un
movimiento continuo y uniforme advirtiendo que sus partes están primero en
un lugar y luego en otro;47 y aún más: declara aquí expresamente —según
ya lo hemos señalado— que la realidad del tiempo depende más del alma que
del movimiento.48
Tales conclusiones se oponen a la simplificada identidad tiempo-primer
movimiento:
"no todo movimiento es tiempo ni tampoco el movimiento es siempre
tiempo, pues el movimiento primero únicamente deviene tiempo cuando
el intelecto aprehende que el primer móvil primero está en un lugar y
luego en otro".49
Un problema se deriva de esta situación: si el tiempo sigue al movimiento
de un cuerpo celeste podrá concluirse que quien nunca haya tenido la posibili-
dad de percibir el movimiento del cielo, tampoco podrá percibir el tiempo.
Averroes analiza esta cuestión en su Comentario 98 de la Física sostenien-
do, de modo muy original, que percibimos el tiempo cuando tomamos con-
ciencia de nuestra pertenencia al horizonte de los seres cambiantes.50 Esta.
idea averroísta de la relación tiempo-ser cambiante abre la vía a una concep-
ción de la temporalidad entendida como el modo de ser propio de los entes
materiales que poseen la esencial capacidad de modificarse inaugurando, de
este modo, una perspectiva muy propia de la filosofía moderna.
Ockham prefiere secundar los desarrollos cosmológicos de la doctrina aris-
totélica sobre el tiempo permaneciendo fiel al Estagirita, y corrigiendo el
comentario de Averroes:
1, el tiempo puede ser percibido tanto por los sentidos cuanto por el
intelecto.51
2. percibimos el tiempo cuando percibimos nuestra coexistencia junto a
seres que continua y uniformemente se mueven.52
Un ciego de nacimiento no tiene necesidad de captar directamente el movimien-
to de la primera esfera sino que basta con que lo capte a través de un concepto
compuesto derivado de la confrontación de todos aquellos movimientos que
pudiera percibir. En efecto.,
"es posible aprehender algo de dos maneras: universal o particular-
mente; con un concepto simple o compuesto".53
Y de este modo aprehendemos con un concepto particular la noción implicada
por 'esta blancura' y, en cambio, universalmente la noción genérica de color.
Los conceptos particulares simples dependen de una percepción; mientras que
los compuestos se derivan de una pluralidad de percepciones. El ciego que per-
cibe movimientos exteriores puede afirmar su coexistencia con objetos móviles,
Conclusiones