2 Prefacio Al Zohar Baal HaSulam - Mavo-Zohar

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Rabí Yehudá Leib HaLevi Ashlag (Baal HaSulam)

Prefacio al Libro del Zóhar

1) Dado que la profundidad de la sabiduría en el Libro Santo del Zóhar está cercada y confinada
detrás de mil cerrojos, nuestra lengua humana es demasiado pobre como para proporcionarnos
suficientes expresiones fidedignas, para interpretar por completo algo en este libro. Además,
la interpretación que he hecho no es más que una escalera para ayudar a elevar al lector a la
altura de las cosas, para observar y examinar las palabras del libro mismo. Por lo tanto, he visto
necesario preparar al lector, para darle un camino y un acceso a definiciones confiables,
concernientes a cómo debería contemplar y estudiar el libro.
2) Al principio, deberías saber que cada concepto discutido en El Libro del Zóhar, incluso en
las leyendas que contiene, se refiere a los valores de las diez Sefirot: es decir, KaJaB (Kéter,
Jojmá, Biná), JaGaT (Jésed, Guevurá, Tiféret), NeHYM (Nétzaj, Hod, Yesod, Maljut), y sus
combinaciones. De forma similar sucede con las veintidós letras de­l lenguaje hablado, que sus
permutaciones son suficientes para revelar cualquier objeto o sabiduría, así también son
suficientes los conceptos y las permutaciones de las diez Sefirot para revelar toda la sabiduría
contenida en el Libro del Cielo.
Sin embargo, hay tres limitaciones con las que hay que ser muy prudente y no debe excederse
al estudiar las palabras del libro. Primero las presentaré brevemente, y luego las explicaré en
detalle.
3) La primera limitación: Cuatro categorías existen en las conductas del conocimiento
llamadas:
a) Materia,
b) Forma de la Materia,
c) Forma Abstracta, y
d) Esencia.
Esto es lo mismo en las diez Sefirot tal como lo explicaré abajo. Debes saber que El Libro del
Zóhar no se ocupa en absoluto con la Esencia y la Forma Abstracta en las diez Sefirot, sino
solo con la Materia en ellas, o con la Forma en ellas, cuando las diez Sefirot se visten en la
Materia.
4) La segunda limitación: Dado que en general la realidad Divina, concerniente a la creación
de las almas y a las formas de su existencia, las distinguimos en tres discernimientos, que son:
a) Ein Sof
b) El mundo de Atzilut
c) Los tres mundos llamados Beriá, Yetzirá y Asiá
Debes saber que El Libro del Zóhar trata solo de los tres mundos de BYA (Beriá, Yetzirá y
Asiá). También trata de Ein Sof y el mundo de Atzilut, en el grado en que los mundos BYA
reciben de ellos, pero El Libro del Zóhar no trata en absoluto, de Ein Sof y el mundo de Atzilut,
en sí mismos.
5) La tercera limitación: Dado que hay tres aspectos en cada uno de los mundos de BYA.
a) Las diez Sefirot, los cuales son la Divinidad que ilumina en ese mundo;
b) Las Neshamot, Rujot y Nefashot (almas y espíritus) de las personas;
c) El resto de la realidad, llamado Malajim (Ángeles), Levushim (Vestiduras), y
Heijalot (Palacios), cuyos elementos son innumerables.
Debes saber que, aunque El Zóhar explica extensamente los detalles de cada mundo, de todos
modos, deberías saber que principalmente, las palabras del Zóhar están siempre enfocadas en
las almas de las personas de ese mundo. Y lo que explica del resto de los discernimientos, es
solo para saber la medida en que las almas reciben de ellos. El Zóhar no trata ni una sola
palabra, de aquello que no está relacionado con la recepción de las almas. Así, debes aprender
de cada palabra del Libro del Zóhar, solo en relación a la recepción del alma.
Dado que estos tres discernimientos fundamentales son muy severos, y si el lector no sabe
cómo ser prudente con ellos, y remueve asuntos de su contexto, entonces inmediatamente estará
confundido en la materia. Por esta razón me he visto en la necesidad de esforzarme y expandir
la comprensión de estas tres limitaciones tanto como pueda, de tal manera que serán
comprendidas por todas las personas.
6) Ya sabes que las diez Sefirot son llamadas Jojmá, Biná, Tiféret, Maljut y su raíz, llamada
Kéter. (Son diez porque la Sefirá de Tiféret sola consta de seis Sefirot, llamadas Jésed,
Guevurá, Tiféret, Nétzaj, Hod y Yesod. Recuerda eso en todos los lugares donde estamos
acostumbrados a decir diez Sefirot que son JuB TuM).
En general, ellas constan de los cuatro mundos de ABYA. Esto es así porque:
a) El mundo de Atzilut es Sefirá de Jojmá;
b) El mundo de Beriá es Sefirá de Biná;
c) El mundo Yetzirá es Sefirá de Tiféret;
d) y El mundo Asiá es Sefirá de Maljut.
En particular, no solo todos y cada uno de los mundos tienen diez Sefirot JuB TuM, sino aun el
menor elemento en cada mundo tiene esas diez Sefirot JuB TuM, tal como está escrito en la
Introducción al Libro del Zóhar (Ítem 44, 51 y 61).
7) El Zóhar comparó estas diez Sefirot, JuB TuM, con cuatro colores, que son:
a) Blanco para la Sefirá de Jojmá;
b) Rojo para la Sefirá de Biná;
c) Verde para la Sefirá de Tiféret;
d) Negro para la Sefirá de Maljut.
Es similar a un espejo que tiene cuatro cristales pintados de los colores arriba citados. A pesar
de que la luz es una, pero es coloreada al atravesar los cristales. Es convertida en cuatro clases
de Luces:
a) Luz blanca;
b) Luz roja;
c) Luz verde
d) y Luz negra.
Así, la Luz en todas las Sefirot es la completa Divinidad y simple unidad, desde la parte superior
de Atzilut hasta el final de Asiá. El asunto de la división, en las diez Sefirot JuB TuM es debida
a los Kelim (Vasijas) llamados JuB TuM. Cada Kli (singular de Kelim) es como una división
fina, que la Luz Divina atraviesa hacia los receptores. Por esta razón se considera que cada Kli
hace de la Luz un color diferente.
El Kli de Jojmá en el mundo de Atzilut transporta Luz blanca, es decir, sin color, porque el Kli
de Atzilut es como la Luz misma. La luz del Creador no sufre ningún cambio por atravesarlo.
Este es el significado de lo que está escrito en El Zóhar acerca del mundo de Atzilut: «Él, Su
Vida, y Su Esencia, son uno». Por lo tanto, la Luz de Atzilut es considerada blanca.
Pero cuando la Luz viaja a través de los Kelim de los mundos de Beriá, Yetzirá y Asiá, al
atravesarlos hacia los receptores, recibe de ellos una cierta modificación y oscurecimiento. Tal
es el ejemplo de la Luz Roja para Biná, que es Beriá, la Luz verde, como la luz del sol, para
Tiféret, que es el mundo de Yetzirá, y la luz negra para la Sefirá de Maljut, que es el mundo de
Asiá.
8) Además de lo antedicho, hay una insinuación muy importante en esta parábola de los cuatro
colores. Las Luces Superiores son llamadas Séfer (lit. libro), tal como está escrito (Séfer
Yetzirá, Capítulo 1, Mishná 1): «Y Él creó Su mundo en tres libros: libro, autor, y cuento».
La escritura también dice: «Y ellos se revelaron como el Libro del Cielo» (Isaías, 34).
La revelación de la sabiduría en cada libro no está en el blanco en él, sino solo en los colores,
es decir, en la tinta. De la cual llegan letras del libro, que en sus combinaciones de la sabiduría
llegan al lector. En general, hay tres clases de tinta en el libro:
a) Rojo;
b) Verde;
c) y Negro.
Así también, el mundo de Atzilut, que es Jojmá, es todo Divinidad, como el blanco en el libro.
Esto quiere decir que no tenemos percepción en él en absoluto, pero toda la revelación en el
Libro del Cielo está en las Sefirot Biná, Tiféret y Maljut, las cuales son los tres mundos BYA,
puesto que ellos son considerados la tinta en el Libro del Cielo.
Sus letras y sus combinaciones aparecen en las tres clases de tinta mencionadas, y es solo a
través de ellas que la Luz Divina se revela ante los receptores. Al mismo tiempo, debemos
notar que el blanco en el libro es el portador primario del libro, y las letras son todas los
«predicados» en el blanco en el libro. Así, si no fuese por el blanco, no habría habido existencia
para las letras, y toda la manifestación de Jojmá en ellas.
De modo semejante, el mundo de Atzilut, el cual es la Sefirá de Jojmá, es el portador primario
de la manifestación de Jojmá que aparece a través de los mundos de BYA. Este es el significado
de: «Tú has creado a todos con sabiduría».
9) Hemos dicho en la tercera limitación que El Zóhar no habla del mundo de Atzilut en sí
mismo, puesto que es considerado como el blanco en el libro, sino más bien de acuerdo a su
iluminación en los tres mundos BYA. Esto es así porque es comparable a la tinta, las letras y
sus combinaciones en el libro.
Es así en dos formas:
a) Una, es que los tres mundos BYA reciben la iluminación del mundo Atzilut en su
propio lugar, al tiempo en que la Luz es grandemente reducida a medida que atraviesa
la Parsá debajo del mundo Atzilut. Al final, esta es percibida meramente como una
iluminación de los Kelim de Atzilut.
b) La otra, es el camino del ascenso de los mundos BYA por encima de la Parsá al lugar
de las Sefirot Biná, Tiféret y Maljut de Atzilut. Para ese entonces visten al mundo de
Atzilut, o sea, reciben la Luz en el lugar de su iluminación, tal como está escrito en la
Apertura a la Sabiduría de la Cabalá, del Ítem 155 adelante.
10) Sin embargo, la alegoría no es similar del todo a la lección, porque en el libro de la sabiduría
en este mundo, tanto el blanco y la tinta en sus letras están sin vida. La revelación de la sabiduría
inducida por ellos no está en su esencia misma, sino fuera de ellos, o sea en la mente del lector.
Por el contrario, referente a los cuatro mundos ABYA, que son el Libro del Cielo, todo el Mojin
en la realidad espiritual y corpórea están presentes en ellos y se extienden desde ellos. Así,
deberías saber que el blanco en él, que es el portador del libro, es el concepto aprendido en el
libro, mientras que los tres colores de la tinta explican ese concepto.
11) Aquí debemos aprender estas cuatro maneras de conocimiento, presentadas arriba en la
primera limitación:
a) Materia;
b) Forma vestida en la materia;
c) Forma abstracta;
d) Esencia.
Pero, primero les explicaré usando ejemplos concretos de este mundo. Por ejemplo, cuando
decimos que uno es una persona valiente, una persona veraz o una mentirosa, etcétera, tenemos
ante nosotros:
a) Materia, es decir, su cuerpo;
b) Forma que viste la materia, o sea una persona fuerte, una veraz o una mentirosa;
c) Forma abstracta. Puedes quitar la forma de una persona fuerte, veraz o mentirosa, a
partir de la materia de esa persona, y estudiar estas tres formas desde ellas mismas, sin
vestir en ninguna materia o cuerpo. Esto significa examinar los atributos de fuerza,
verdad y engaño, discernir el mérito o demérito en ellas mientras están desprovistos de
cualquier sustancia.
d) Esencia de la persona.
12) Debes saber que en la cuarta forma, la cual es la esencia de la persona en sí, sin la materia,
no tenemos ninguna percepción. Esto es así porque nuestros cinco sentidos y nuestra
imaginación no nos ofrecen nada más que la revelación de las acciones de la esencia, pero no
de la esencia misma. Por ejemplo:
a) El sentido de la vista nos ofrece solo sombras de la esencia visible, según se forman
opuestas a la luz.
b) De modo semejante, el sentido de la audición no es más que una fuerza de golpeo de
una cierta esencia en el aire. El aire es rechazado debido a su fuerza, golpea el tambor
en nuestro oído, y oímos que hay alguna esencia en nuestra proximidad.
c) El sentido del olfato no es más que aire que sale de la esencia y golpea nuestros
nervios del olfato, y olemos. También,
d) El sentido del gusto no es más que el resultado de tocar alguna esencia en nuestros
nervios del gusto.
Así, todo lo que estos cuatro sentidos nos ofrecen no es más que las manifestaciones de las
operaciones que resultan de alguna esencia, y nada de la esencia misma. Incluso el sentido del
tacto, el más fuerte de los sentidos, que separa lo caliente de lo frío, y lo sólido de lo blando.
Todas esas no son más que revelaciones de operaciones dentro de la esencia; son solo
acontecimientos de la esencia. Lo caliente puede ser enfriado, lo frío puede ser calentado, lo
sólido puede ser convertido a líquido a partir de operaciones químicas y el líquido hecho aire;
es decir, solo gas, donde cualquier discernimiento en nuestros cinco sentidos ha expirado. A
pesar de todo esto, la esencia todavía existe en él, porque puedes convertir el aire en líquido
otra vez y el líquido a sólido.
Así, evidentemente te encuentras con que los cinco sentidos no nos revelan ninguna esencia,
sino solo los acontecimientos y revelación de las acciones de la esencia. Se sabe que eso que
no podemos sentir, tampoco podemos imaginarlo; y lo que no podemos imaginar no lo
podemos pensar.
Resulta, que el pensamiento no tiene percepción alguna de la esencia. Además, ni siquiera
conocemos nuestra propia esencia. Siento y sé que ocupo un espacio en el mundo, que soy
sólido, caliente, y que pienso, y otras revelaciones de las acciones de mi esencia. Aun, si me
preguntas cuál es mi propia esencia, de la cual estas revelaciones se extienden, no sé qué
contestarte.
Por consiguiente, la providencia nos ha impedido el logro de alguna esencia; logramos solo
revelaciones y representaciones de las acciones que resultan de las esencias.
13) En la primera categoría, la cual es la materia, es decir, estas manifestaciones de las
acciones que se manifiestan desde cada esencia, tenemos percepción completa. Esto es así
porque ellas nos explican de forma completamente suficiente la esencia que mora en la
sustancia, de tal manera que no sufrimos por la falta de alcance de la esencia en sí misma. No
nos hace falta tal como no nos falta un sexto dedo en nuestra mano. Alcanzar la materia, es
decir, la manifestación de las acciones de la esencia es realmente suficiente para todas nuestras
necesidades y entendimiento, tanto para comprender nuestro propio ser, así como también para
comprender todo lo que existe fuera de nosotros.
14) La segunda categoría, la cual es la forma vestida en la materia, es también un alcance
claro y completamente satisfactorio. Esto es porque lo aprendemos a partir de experimentos
prácticos y reales que encontramos en el comportamiento de cualquier materia. De este
discernimiento nos llega todo nuestro conocimiento superior, en el cual ciertamente podemos
confiar.
15) La tercera categoría es la forma abstracta. Esto quiere decir que, luego que la forma se
nos ha revelado una vez, vestida en alguna materia, ya hay fuerza en nuestra imaginación para
abstraerla por completo de la materia, y la capta abstraída de toda materia. Tal como las virtudes
y los buenos atributos que aparecen en los libros de la moral, donde hablamos de las
propiedades de la verdad y el engaño, la cólera y el heroísmo, etc., cuando ellos están abstraídos
de toda materia. Les atribuimos mérito o demérito aun cuando son abstractos.
Deberías saber que esta tercera forma es inaceptable para la opinión de los prudentes eruditos,
puesto que es imposible confiar en ella al cien por ciento, porque al ser evaluados abstraídos
de la materia, podrían equivocarse en ellos.
Por ejemplo, una persona con una moral idealista, es decir, alguien que no es religioso. Por su
compromiso intensivo en el mérito de la verdad en su forma abstracta, esa persona podría
decidir por sí mismo que aun si el mundo entero estuviese perdido, no pronunciará una mentira
deliberada, aun cuando salve personas de la muerte por la mentira.
Esta no es la opinión de la Torá, puesto que nada prevalece ante salvar vidas (Yomá 82).
Además, uno ha aprendido que las formas de la verdad y el engaño cuando están vestidas en la
materia, pueden ser comprendidas solo con relación a los beneficios o perjuicios para la
materia.
En otras palabras, después de las muchas experiencias duras que el mundo ha pasado, habiendo
visto la multitud de ruina y daño que personas engañosas han causado con su engaño, y los
grandes beneficios que personas veraces han traído conservándose ellas mismas en decir solo
palabras de verdad, han llegado a convenir que no hay mérito más importante que el atributo
de verdad, y deshonra como el atributo de la falsedad.
Si el idealista hubiera entendido eso, entonces ciertamente habría estado de acuerdo con la
opinión de la Torá. Encontraría que el engaño que salva simplemente a una persona de la
muerte es más importante por lejos que la alabanza y mérito entero del atributo abstracto de la
verdad.
Así, no hay certeza del todo en esos conceptos de la tercera categoría, que son las formas
abstractas, mucho menos con las formas que nunca se han vestido en alguna sustancia. Tales
conceptos son solo una pérdida de tiempo.
16) Ahora has estudiado a fondo estas cuatro categorías, materia, forma de la materia, forma
abstracta y esencia, en cosas tangibles, donde ha sido clarificado que:
a) No tenemos percepción en absoluto de la cuarta categoría, la cual es la esencia.
b) También, la tercera categoría es un concepto que podría provocar equivocación.
c) Solo la primera categoría, que es la materia, y la segunda categoría, que es la forma
vestida en la materia, aisladamente nos son dadas en claro y en suficiente logro por el
Gobierno Superior. A través de ellas también puedes percibir la existencia de los
objetos espirituales; es decir, en los Mundos Superiores de ABYA, puesto que no tienes
un componente diminuto en ellos que no esté dividido por las cuatro categorías
anteriores. Si por ejemplo tomas un cierto componente en el mundo de Beriá, entonces
allí están los Kelim, que son de un color rojo.
La Luz de Beriá viaja a través de eso a los hijos de Beriá, y encuentras que el Kli en Beriá, el
cual es de color rojo, es considerado la Materia, o un objeto; es decir, la primera categoría.
Si bien es solo un color, que es un incidente y una manifestación de una acción en el objeto,
aún, no tenemos percepción de la Esencia misma, solo en la manifestación de la acción de la
Esencia. Nos referimos a esa manifestación como una Esencia, o como Materia, o un cuerpo,
o un Kli (ve Ítem 13).
La Luz Divina que viaja y viste a través del color rojo es la forma que es vestida en la esencia;
es decir, la segunda categoría. Por esta razón la Luz misma parece roja, indicando que se viste
de su iluminación a través de la esencia, que es considerada el cuerpo y la sustancia; es decir,
el color rojo.
Si quieres abstraer la Luz Divina del objeto, siendo el color rojo, y debatir sobre ella, sin vestirla
en un objeto, esto ya forma parte de la tercera categoría, la Forma abstraída de la Materia,
que podría estar sujeta a errores. Por esta razón esto está estrictamente prohibido en el estudio
de los Mundos Superiores. Ningún cabalista genuino se involucraría en eso, mucho menos los
autores del Zóhar.
Es incluso más de esta manera con la esencia de un elemento de la creación, puesto que no
tenemos ninguna percepción incluso en la esencia de los objetos corpóreos, más aun así en los
objetos espirituales.
Así tienes cuatro categorías ante ti:
a) El Kli de Beriá, que es el color rojo, considerado el objeto o la sustancia de la
creación;
b) La vestidura de la Luz Divina en el Kli de Beriá, que es la forma del objeto;
c) La Luz Divina misma, abstraída del objeto de Beriá;
d) La esencia del elemento.
Así, la primera limitación ha sido clarificada a fondo, que no hay incluso ni una sola palabra
de la tercera y cuarta categoría en El Zóhar entero, solo de la primera y segunda manera.
17) Junto con eso la segunda categoría es aclarada. Debes saber que tal como hemos aclarado
las cuatro maneras en la primera categoría solo en el Mundo de Beriá, así también son ellas en
general en los cuatro mundos de ABYA. Los tres colores, rojo, verde y negro, en los tres mundos
de BYA, son considerados la sustancia o el objeto. El color blanco, que es considerado el mundo
de Atzilut, es la forma vestida en la materia; es decir, en los tres colores llamados BYA.
Ein Sof es en sí la esencia, tal como hemos dicho acerca de la primera categoría, que no tenemos
percepción en la esencia, que es la cuarta categoría ocultada en todos los objetos, aun en los
objetos en este mundo (ver Ítem 12).
El color blanco en sí, al no estar vestido en los tres colores en BYA; es decir, cuando la Luz de
Jojmá no está vestida en Biná, Tiféret y Maljut. Más bien, es una forma abstraída de la materia.
No nos involucramos en eso, y El Zóhar no habla de eso en absoluto, sino solo de la primera
categoría, siendo los tres colores de BYA, considerados la sustancia, a saber, las tres Sefirot
Biná, Tiféret y Maljut.
Ellas son también de la segunda manera, que es la iluminación de Atzilut, vestida en los tres
colores de BYA; es decir, la Luz de Jojmá vestida en Biná, Tiféret y Maljut, que son a la vez,
una forma vestida en la materia. Estas son las dos maneras en que el Libro del Zóhar trata en
todos los lugares.
Por lo tanto, si el lector no es prudente en definir su pensamiento, para siempre aprender las
palabras del Zóhar estrictamente bajo la limitación de las dos categorías citadas, el asunto será
inmediata y enteramente confundido para esa persona, puesto que sacará las palabras de
contexto.
18) Puesto que las cuatro categorías en el general ABYA fueron aclaradas, así es en cada uno
de los mundos, aun en el elemento más pequeño de algún mundo, ambos en la cima del mundo
de Atzilut, y el fondo del mundo de Asiá, porque allí hay JuB TuM. Así resulta:
a) La Sefirá de Jojmá es considerada «una forma»,
b) Biná y TuM son consideradas la «materia» en la cual la forma se viste
Es decir, la primera y segunda categoría de las que El Zóhar se ocupa.
Aun, El Zóhar no trata de la Sefirá de Jojmá cuando se abstrae de Biná y TuM, lo cual es una
forma sin materia. Es incluso más así con la esencia, considerada Ein Sof en ese elemento.
Así, nos ocupamos de Biná, Tiféret y Maljut, en cada elemento, aún en Atzilut, y no nos
ocupamos de Kéter y Jojmá de cada elemento en sí mismo, aun en Maljut del fin de Asiá,
cuando las abstraemos, salvo en el grado que visten a Biná y TuM.
Ahora las primeras dos categorías han sido a fondo clarificadas. Todo lo que los autores del
Zóhar se ocupan es la materia, o la forma de la materia, que es la primera limitación, así como
también en BYA, o la iluminación de Atzilut en BYA, que es la segunda limitación.
19) Ahora explicaremos la tercera limitación. A pesar de que El Zóhar se ocupa de las Sefirot
en cada uno de los mundos, siendo la Divinidad que ilumina en cada mundo, así como también
en cada componente inanimado, vegetal, animado (o animal) y hablante, siendo las criaturas
en ese mundo. Sin embargo, la meta primaria del Zóhar pertenece solamente al «hablante» en
ese mundo.
Te daré un ejemplo de las conductas de este mundo. Ha sido explicado en la Introducción al
Libro del Zóhar (Ítem 42), que las cuatro clases DaTZJaM, (Inanimado, Vegetal, Animado y
Hablante) en cada uno de los mundos, incluso en este mundo, son las cuatro partes del deseo
de recibir, incluso en este mundo. Cada uno contiene sus propias cuatro clases de DaTZJaM.
Tú encuentras, que una persona en este mundo debe nutrirse y ser alimentada por las cuatro
categorías DaTZJaM en este mundo.
Esto es así porque los alimentos del hombre también constan de estas cuatro categorías, que a
su vez se extienden de las cuatro categorías DaTZJaM en el cuerpo humano. Estas son:
a) Querer recibir según lo que es necesario para su existencia;
b) Querer un agregado, más de lo que es necesario de provisión, anhelar lujos, pero se
restringe solamente a los deseos bestiales;
c) Aspira hacia anhelos humanos, tales como respeto y poder;
d) Aspira obtener conocimiento.
Estas vienen a nosotros en las cuatro partes del deseo de recibir en nosotros:
a) Querer su subsistencia necesaria, es considerado lo inanimado del deseo de recibir.
b) Querer lujurias físicas es considerado lo Vegetal del deseo de recibir, puesto que
vienen solo a aumentar y deleitar su Kli (Vasija), que es la carne del cuerpo.
c) Querer deseos humanos es considerado lo Animado en el deseo de recibir, puesto
que enaltecen su espíritu; y
d) Querer el conocimiento es grado «Hablante» en el deseo de recibir.
20) Encontrarás que:
En la primera categoría, que es la medida necesaria para su subsistencia.
Y en la segunda categoría, son los deseos bestiales que exceden la medida de su subsistencia,
donde recibe y se nutre de cosas inferiores a él, que son Inanimado, Vegetal y Animado.
Sin embargo, en la tercera categoría, que son las pasiones humanas, tales como el poder y el
respeto, recibe y es nutrido de su propia especie, que son iguales a él.
En la cuarta categoría de sus nutrientes, que es el conocimiento, recibe y es nutrido por una
categoría superior a la propia; es decir, de la esencia de la sabiduría y el intelecto, que son
espirituales.
21) Lo encontrarás similar en los atributos de los Mundos Superiores Espirituales. Porque los
mundos son impresos de uno a otro desde el arriba hacia abajo. Así, todas las categorías de
DaTZJaM (Inanimado, Vegetal, Animado y Hablante) en el mundo de Beriá dejan sus huellas
en el mundo de Yetzirá, y las de DaTZJaM de Asiá son impresas desde las de DaTZJaM de
Yetzirá. Finalmente, las de DaTZJaM en este mundo son impresas desde las de DaTZJaM del
mundo de Asiá.
Ha sido clarificado antes en la Introducción al Libro del Zóhar (Ítem 42):
a) Que lo inanimado en los mundos espirituales es denominado Heijalot (palacios),
b) Lo vegetal es llamado Levushim (vestiduras),
c) Lo animado es llamado Malajim (ángeles),
d) Lo «hablante» es llamado Neshamot (almas) del hombre en ese mundo,
e) Y las Diez Sefirot que están en cada mundo son la «Divinidad».
Las almas humanas son el centro en cada mundo, alimentadas por toda la realidad espiritual en
ese mundo, como el «hablante» corpóreo que se alimenta de toda la realidad corpórea en este
mundo. De tal modo que:
a) La primera categoría, que es el deseo de recibir su provisión necesaria, es recibida
de la iluminación de Heijalot (palacios) y Levushim (vestiduras).
b) La segunda categoría, que son los lujos bestiales que agrandan su cuerpo, es recibida
de la categoría de los Malajim (ángeles) (ver Zóhar Tikunim, Tikún 69, p. 105, fila 32).
Éstas son iluminaciones espirituales que sobran para la medida necesaria de su
existencia, con el fin de agrandar a los Kelim espirituales cuya alma visten. Así, uno
recibe la primera categoría y la segunda categoría desde las categorías inferiores a él,
que son Heijalot, Levushim, y Malajim, que son inferiores a las Neshamot humanas.
c) La tercera categoría, que son las pasiones humanas que agrandan el espíritu humano,
es recibida en este mundo por su misma especie. Resulta que uno recibe de su misma
especie; es decir, de todas las Neshamot en ese mundo, por lo cual se incrementa la
iluminación de su Rúaj de la Neshamá (alma).
d) La cuarta categoría del deseo; es decir para el conocimiento, es recibida desde las
Sefirot en cada mundo. Desde ellas recibe la categoría de JaBaD para su alma.
Resulta que en cada mundo donde el alma de uno está presente, debe crecer y ser
completada a través de todas las categorías presentes en ese mundo. Esta es la tercera
limitación que hemos mencionado.
Debes saber que todas las palabras del Zóhar, en cada componente de los Mundos Superiores
que son tratados, tanto las Sefirot, las Neshamot y los Malajim, los Levushim y las Heijalot,
aunque tratan de ellos en sí mismos, el examinador debe saber que son hablados
primordialmente con relación a la medida por la cual el alma humana recibe de ellos y es
alimentada por ellos. Así, todas sus palabras se concentran en las necesidades del alma. Si
aprendes todo según esa línea, entonces entenderás, y tu camino será exitoso.
22) Después de todo esto, aún tenemos que explicar todas estas denominaciones corpóreas
explicadas en El Libro del Zóhar, que conciernen a las diez Sefirot. Como arriba a abajo, subida
y bajada, contracción y expansión, pequeñez y grandeza, separación y unión, y los números,
etc., que los inferiores provocan a través de sus buenas o malas acciones en las diez Sefirot.
Estas palabras aparentemente son desconcertantes. ¿Puede ser que la Divinidad se impresione
y experimente tales cambios por causa de los inferiores? Podrías decir que las palabras no se
refieren a la Divinidad misma, la cual viste e ilumina en las Sefirot, sino solo a los Kelim de las
Sefirot.
Estos a su vez, no son la Divinidad. Sino que fueron renovados con la creación de los mundos
para ocultar o revelar la medida del logro (espiritual), en la ración y medida correcta para las
almas, para traerlas al final deseado de la corrección. Se parece a la parábola acerca de los
vidrios de cuatro colores del espejo (ver Ítem 7), teñidos con blanco, rojo, verde y negro. Se
parece también al blanco en el libro, y a la sustancia de las letras en el libro.
Todo aquello es posible en los tres mundos de BYA, donde están los Kelim de las Sefirot, que
son renovados y no son la Divinidad. Sin embargo, no se puede comprender en absoluto con
relación al mundo de Atzilut, donde los Kelim de las diez Sefirot son la completa Divinidad, en
un mismo estado con la Luz Divina que se encuentra en ellos. Está escrito acerca de eso en los
Tikunim (las Correcciones para El Zóhar): «Él, Su Vida, y Su Yo, son uno».
a) Él, pertenece a la esencia de las Sefirot, que es Ein Sof.
b) Su Vida pertenece a la Luz que ilumina en las Sefirot, llamada Luz de Jayá (Vida).
Esto es así porque todo el mundo de Atzilut entero es considerado Jojmá (Sabiduría), y
la Luz de Jojmá es llamada la Luz de Jayá. Esto es por lo que dice «Su Vida».
c) Su Yo pertenece a los Kelim de las Sefirot.
d) Así, todo es completa Divinidad y unidad absoluta. ¿Cómo entonces es posible
comprender allí estos cambios mencionados, que los inferiores provocan allí? Junto con
esto debemos comprender: si todo es Divinidad en ese mundo, y no se encuentra allí
nada de las criaturas renovadas, entonces, ¿de dónde se puede distinguir los tres
discernimientos mencionados, en los Tikunim del Zóhar, «Él, Su vida, y Su Yo»?
¡Después de todo, se encuentra de verdad en total unidad!
23) Para entender esto, debes recordar lo explicado en el Ítem 17, que nos aclara:
El objeto necesario de la realidad (el Creador) es la esencia. Que no tenemos percepción, aun
en las esencias corpóreas, incluso en nuestra propia esencia, y mucho menos en Lo Necesario
de la realidad (el Creador).
El mundo de Atzilut es la Forma,
Los tres mundos de BYA son la Materia.
La iluminación de Atzilut en BYA es la forma vestida en la materia.
Y de aquí entenderás, que el nombre Ein Sof que mencionamos, no es en absoluto la
denominación de la esencia de Lo Necesario de la realidad (el Creador), dado que ¿cómo
definimos por un nombre o una palabra algo que no alcanzamos? Puesto que la imaginación y
los cinco sentidos no nos ofrecen algo con relación a la esencia, incluso en la materialidad,
¿cómo puede haber un pensamiento y una palabra en ella, mucho menos en Lo Necesario de la
realidad (el Creador) en Sí Mismo?
En lugar de eso, debemos entender el nombre Ein Sof definido para nosotros en la tercera
limitación, que todo lo que El Libro del Zóhar habla concierne precisamente a la relación con
las almas (ver Ítem 21). Así, el nombre Ein Sof no es de ninguna manera Lo Necesario de la
realidad (el Creador) Mismo, pero pertenece a todos los mundos y todas las almas incorporadas
en Él, en el Pensamiento de la Creación. Está en la forma de, «El fin del acto está en el
pensamiento inicial», que es la conexión con la que toda la creación en general, hasta el fin
de la corrección, se encuentra en conexión con Ein Sof.
Esto es lo que denominamos en la introducción (Ítem 13) como el primer estado de las almas,
puesto que todas las almas poseen una realidad en Él, cuando están llenas con todo el placer y
la delicadeza, en la última altura que realmente recibirán al final de la corrección. Léelo allí
con atención.
24) Daré una alegoría de las conductas de este mundo. Por ejemplo, una persona que quiere
construir una casa elegante:
En el primer pensamiento, ve ante sí una casa elegante con todos sus cuartos y todos sus
detalles, etc., tal como será cuando su construcción esté acabada.
Después diseña el plan de ejecución de cada detalle, que detallará a los obreros, cada elemento
a su debido tiempo, de madera, piedras, hierro, etc.
Después comienza de hecho a construir la casa, hasta su fin, como estaba ordenada ante la
persona en el pensamiento inicial.
Debes saber, que Ein Sof es el primer pensamiento, en el cual la creación entera ya se
encontraba representada ante Él, en su plenitud final.
Sin embargo, la alegoría no es exactamente su lección: Porque en Él, el futuro y el presente
son equivalentes, y el pensamiento de Él ejecuta hasta el final. Él no necesita herramientas de
acción como nosotros. Por lo tanto, para Él (el pensamiento) es una realidad concreta.
El mundo de Atzilut es como el plan del pensamiento con sus detalles, que más tarde necesitará
revelar, cuando comiencen la construcción de la casa de hecho.
Sepa que, en estos dos, el pensamiento inicial, que es Ein Sof, y el plan contemplado de los
detalles de la ejecución, a su debido tiempo, no hay todavía ni siquiera una huella de las
criaturas. Esto está todavía en potencial, y no de hecho de forma concreta.
Es como el hombre: Si bien piensa en todos los detalles, madera, piedra y metal que tendrá que
hacer mientras ejecuta la obra. Pero solo tiene esencialmente, una mera materia del
pensamiento. No tiene ni una pizca de madera o de piedras reales. Toda la diferencia es que,
en el hombre, el plan en pensamiento no es considerado una realidad concreta, sin embargo en
el Pensamiento Divino, es una realidad concreta, mucho más real que la realidad de las criaturas
reales mismas.
Así queda claro el significado de Ein Sof y el mundo de Atzilut, y todo lo dicho acerca de ellos
es solo con relación a la creación de las criaturas, aunque están todavía en potencial, y su
esencia no se ha revelado aún ni un poco. Es similar a la alegoría de la persona que piensa en
un plan de ejecución, que no contiene nada de madera, piedras ni hierro.
25) Los tres mundos de BYA y este mundo son considerados la ejecución de lo potencial que
se lleve a cabo de hecho, tal como uno que construye de hecho su propia casa, y trae la madera,
las piedras y los obreros hasta que la casa esté completa.
Por lo tanto, la Divinidad que ilumina en BYA, viste los diez Kelim KaJaB JaGaT NeHYM
hasta el grado en que las almas deben recibir para alcanzar su perfección. Estos son Kelim
concretos con respecto a Su Divinidad. Es decir que no son la Divinidad, sino que, son
renovados para la necesidad de las almas.
26) En la parábola citada puedes aprender y encontrar cómo las tres categorías de aquel que
piensa en construir una casa, están conectadas una a otra a manera de causa y consecuencia. La
raíz de todas ellas está en el primer pensamiento, puesto que ningún componente viene en su
plan contemplado, excepto de acuerdo al fin del acto que emergió ante él en el pensamiento
inicial. También, no ejecuta nada durante la construcción sino solo según los componentes
determinados en el plan contemplado.
De esto aprendes acerca de los mundos, de que no hay una diminuta renovación en los mundos
que no se extiende desde Ein Sof, del primer estado de las almas, que están allí en toda su
perfección del fin de la corrección, en forma de «El fin del acto está en el pensamiento inicial».
Resulta que allí está incluido todo lo que se revelará hasta el fin de la corrección.
Al principio se extiende desde Ein Sof al Mundo de Atzilut, como en la alegoría, donde el plan
contemplado se extiende desde el primer pensamiento. Y desde el Mundo de Atzilut se
extienden cada uno de los componentes, a los mundos de BYA, como en la alegoría, donde
todos los detalles surgen del plan contemplado, cuando son ejecutados de hecho, en la
construcción de la casa.
Así, no hay un solo componente diminuto, renovado en este mundo, que no se extienda desde
Ein Sof, desde el primer estado de las almas. De Ein Sof se extiende al Mundo de Atzilut, es
decir, a la relación específica que pertenece a la cosa renovada en este mundo, de hecho.
Desde el Mundo de Atzilut, se extiende la renovación a los tres mundos de BYA, donde la
renovación se revela de hecho realmente, donde sale de la forma de Divinidad y se convierte
en un ser creado.
Hasta Yetzirá y Asiá. Hasta que se extiende hasta el inferior, que se encuentra en este mundo.
Entiende eso a fondo y compara cada cosa, con la conducción de la construcción de una casa
en una persona corpórea, y luego entenderás a fondo. Se ha clarificado que no tienes ninguna
renovación que suceda en el mundo que no se extienda desde su raíz general en Ein Sof y de
su raíz particular en Atzilut. Después atraviesa BYA y adopta el estado de la criatura, y luego se
forma en este mundo.
27) Ahora puedes comprender que todos estos cambios, descritos en el mundo de Atzilut, no se
refieren a la Divinidad, con respecto al Creador mismo, sino solo se refieren a las almas, en el
grado en que reciben de Atzilut, a través de los tres mundos de BYA. El significado de la realidad
de ese mundo, está en relación al plan del pensamiento, al pensamiento inicial, que es Ein Sof.
Sin embargo, en ambos, tanto en Ein Sof y en el mundo de Atzilut, todavía no hay nada del
aspecto de las almas, tal como el plan del pensamiento, del hombre que lo contempla, que no
hay en su cerebro nada de madera, ni piedras, ni hierro, los cuales son concretos.
La existencia de las almas comienza a manifestarse en el mundo de Beriá. Por esa razón
también los Kelim de las diez Sefirot, que realmente miden el grado y la ración para las almas
de hecho, que necesariamente no son la Divinidad, sino que están renovados. Esto es así porque
no puede haber en la Divinidad cambios y numeración, en absoluto.
Por esta razón atribuimos a los Kelim de las diez Sefirot que se encuentran en BYA, los tres
colores, rojo, verde y negro. No se puede ni siquiera pensar, que estos sean Divinidad, puesto
que no hay renovación en Él en absoluto. Sin embargo, la Luz vestida en los diez Kelim en BYA
es la Divinidad y simple unidad, sin ningún cambio. Incluso la Luz vestida en el Kli más inferior
de Asiá es simple Divinidad sin ningún cambio en absoluto, puesto que la Luz es una en sí
misma, y todos los cambios hechos en su iluminación fueron hechos por los Kelim de las
Sefirot, que no son la Divinidad. Estos generalmente comprenden los tres colores mencionados,
y de forma particular, a partir de estos colores, se hicieron cientos de miles de alteraciones sin
fin.
28) No obstante, los Kelim de las diez Sefirot de BYA, ciertamente reciben de Atzilut, todos los
elementos y detalles menores de los cambios, puesto que allí se encuentra el discernimiento
del plan del pensamiento, de todos los elementos que llegarán ordenados, en la construcción
de la casa de hecho, en BYA. Por lo tanto, se considera que los Kelim de las diez Sefirot JuB
TuM en BYA, reciben desde su fase correspondiente en el JuB TuM de Atzilut, es decir, del plan
del pensamiento que se encuentra ahí. Esto es así porque cada componente de la ejecución es
consecuencia de cada elemento en el plan del pensamiento, tal como hemos elaborado con
extensión anteriormente.
Por lo tanto, desde este aspecto, denominamos a los Kelim de Atzilut, con el nombre: color
blanco, aunque no es en un color en absoluto. No obstante, es la fuente de todos los colores,
semejante al blanco en el libro de la sabiduría, aunque no haya ninguna percepción en el blanco
en él, y el blanco del libro no nos dice nada, no obstante, es el portador de todo el libro de la
sabiduría. Esto es porque ilumina alrededor de cada letra y dentro de cada letra y le da a cada
letra su forma especial, y a cada combinación su lugar especial.
De forma que, podríamos decir lo contrario, que no tenemos ninguna percepción en la sustancia
de las letras rojas, verdes o negras, y que todo lo que percibimos y aprendemos en la sustancia
de las letras del libro es solo a través del blanco en él. Es así porque a través de su iluminación
alrededor de la letra y dentro de cada letra, hace formas en ellas, y estas formas nos revelan
toda la sabiduría que se encuentra en el libro.
Es comparable a las diez Sefirot de Atzilut: Si bien se parecen al color blanco, es imposible
distinguir nada en ellas, ni un número, ni cualquier cambio como lo descrito. De todos modos,
todos los cambios necesariamente provienen de los diez Kelim de las Sefirot de Atzilut, en la
iluminación del blanco para los mundos de BYA, que son los tres colores de la sustancia de las
letras, aunque en sí mismo, no hay Kelim allí, pues en sí mismo es todo blanco. Es como la
parábola del blanco en el libro en relación a las letras y sus combinaciones, puesto que su
iluminación a BYA hace a los Kelim en ellos.
29) De lo que se ha clarificado, entenderás que los Tikunim del Zóhar dividen el mundo de
Atzilut en tres categorías:
a) Él,
b) Su Vida y
c) Su Yo,
Aunque allí es simple unidad, y no hay nada de las criaturas allí.
«Él» se refiere a la Divinidad tal como es en sí misma, de la que no tenemos percepción. Y no
se puede percibir, como ha sido explicado con todas las esencias, incluso las corpóreas (ver
Ítem 12).
Su «Yo» significa los diez Kelim JuB TuM que se encuentran allí, que hemos comparado al
blanco en el libro de la sabiduría. Que ni siquiera un número, se puede decir acerca del blanco,
puesto que no hay nada allí para hacer un número, ya que es todo blanco. No obstante, no solo
los numeramos, sino que, a los miles de cambios que se revelan en BYA, que son la sustancia
de las letras, los encontramos primero en los Kelim JuB TuM en Atzilut mismo.
Sin embargo, esto es solo el comportamiento del blanco, lo que da todas las formas de las letras
en el libro, aunque el mismo no tiene forma propia. Así, resulta que el blanco está dividido en
miles de formas, aunque él mismo no tiene ninguna forma. Así también los diez Kelim de
Atzilut según su iluminación en BYA, como el plan del pensamiento que es ejecutado en el
trabajo concreto de la construcción de la casa.
Resulta, que todos estos cambios que se llevan a cabo en BYA, son solo a partir de la
iluminación de los Kelim de las diez Sefirot JuB TuM de Atzilut. Y de la relación de los
receptores en BYA, encontramos la multiplicidad de cambios en el blanco. Y de la relación de
Atzilut mismo, es como el blanco con respecto a sí mismo, sin vestir la tinta de las letras, donde
ningún número es encontrado ni nada. Así, hemos explicado a fondo el significado del «Yo»,
que son los Kelim, que con respecto a sí mismos son la simple unidad, como «Él» es.
30) «Su Vida» significa la Luz que se viste dentro del blanco, que son los Kelim mencionados.
Esta Luz es entendida para nosotros solo con respecto a las almas que reciben de Atzilut, y no
en la Divinidad en sí misma. Es porque «Él» significa que, cuando los tres mundos de BYA
ascienden a Atzilut con las almas de las personas, entonces, la Luz que reciben allí es
considerada la Luz de Jojmá (Sabiduría), llamada la «Luz de Jayá».
Desde este aspecto, es que nombramos la Luz, «Su Vida», y esto es también lo que los Tikunim
del Zóhar escriben, que Él, Su Vida y Su Yo, son uno. Todas estas tres categorías son con
respecto a los receptores, donde Su Yo es la iluminación de los Kelim en el lugar de BYA debajo
de la Parsá de Atzilut.
La Luz de Atzilut nunca irá debajo de la Parsá de Atzilut, sino solo la iluminación de los Kelim.
La categoría de Su Vida es la iluminación de la Luz de Atzilut misma; es decir, cuando BYA
sube a Atzilut, mientras Él pertenece a la esencia de la Divinidad, que es absolutamente
inalcanzable.
Los Tikunim del Zóhar dicen que, aunque nosotros, los receptores, deberíamos discernir estas
tres categorías en Atzilut, no obstante, es solo con respecto a los receptores. Sin embargo,
concierne al mundo de Atzilut mismo, incluso Su Yo es considerado Él; es decir, la esencia de
la Divinidad. Por eso no hay percepción en absoluto en el mundo de Atzilut mismo. Este es el
significado del color blanco, en el cual no hay percepción por sí mismo, y allí es todo una sola
unión completamente simple.
31) El Zóhar describe a los Kelim JuB TuM en Atzilut como creciendo o disminuyendo por las
acciones de las personas. También, encontramos (Zóhar, Bo 4.3), «Daremos cólera y fuerza al
Creador», es decir, en la Divinidad en sí misma. Esto no debe ser tomado literalmente, puesto
que no puede haber ningún cambio en la Divinidad de ninguna manera, tal como está escrito:
«Yo HaVaYaH, no cambio».
Sino que, dado que el pensamiento de la creación fue para deleitar a Sus creaciones, por lo cual
aprendemos que Él tiene un deseo de otorgar. También encontramos en este mundo, que la
satisfacción del otorgante aumenta cuando los receptores de Él se multiplican, y Él está ávido
en proliferar a los receptores. Por lo tanto, a este respecto decimos que los Mojin en Atzilut
crecen, cuando los inferiores son recompensados con la recepción de la influencia de Atzilut, o
que lo sustentan. Por el contrario, cuando los inferiores no son dignos de recibir Su abundancia,
los Mojin disminuyen en ese grado, es decir, no hay quien reciba de ellos.
32) Puedes compararlo con una vela. Tanto si iluminas cientos de miles de velas con ella, o si
no iluminas a ninguna, no encontrarás ningún cambio inducido en la vela misma, resultante de
eso.
Eso es también como Adam HaRishón (El Primer Hombre): Si él tuvo la progenie de muchos
miles de descendencia, como nosotros hoy en día, o si él no hubiera tenido ninguna en absoluto,
no inducirá ningún cambio al Adam HaRishón en sí mismo.
Así mismo, no hay ningún cambio en el mundo de Atzilut mismo, ya sea si los inferiores reciben
su gran abundancia, o si no reciben nada de él. Toda la grandeza mencionada yace solamente
en los inferiores.
33) Pero, según esto, ¿por qué los autores del Zóhar tuvieron que describir todos esos cambios
en el mundo de Atzilut en sí mismo? Deberían haber dicho explícitamente solo en relación a
los receptores en BYA, y no hablar tan elaboradamente de Atzilut, forzándonos a proveer
respuestas.
Ciertamente, aquí hay un secreto tajante: Este es el significado de: «Y en mano de los profetas
Yo he usado similitudes» (Hoshea 12). La verdad es que hay una voluntad divina de que estas
similitudes que impresionan solo en las almas de los receptores aparecerán ante las almas, como
si Él mismo participa con ellas, para aumentar enormemente el alcance de las almas.
Es como un padre que se restringe para mostrar a su pequeño y lindo hijo una cara de tristeza
y una cara de satisfacción, aunque no hay ni tristeza ni satisfacción en él. Él solo lo hace para
impresionar a su hijo amado y expandir su comprensión, para jugar con él.
Solo cuando crezca aprenderá y sabrá que todo lo que su padre hizo no fue más real que solo
para entretenerse con él. Así es el asunto ante nosotros: Todas estas imágenes y cambios
comienzan y acaban solo con la impresión de las almas, y en ello acaban. Aun, por una voluntad
divina, les parece a ellos como que son vistos en Él. Él hace eso para realzar y expandir el
alcance de las almas hasta más no poder, en conformidad con el pensamiento de la Creación,
para deleitar a Sus creaciones.
34) No te asombres, que tal conducta encuentras también en nuestra percepción corpórea. Toma
nuestro sentido de la vista, por ejemplo: Vemos un mundo enorme ante nosotros, y lleno de
maravillas. Pero de hecho, vemos solo lo que está en nuestro propio interior. En otras palabras,
hay como una máquina fotográfica en la parte trasera de nuestro cerebro que retrata todo lo que
vemos, y nada fuera de nosotros.
Él ha hecho en nuestro cerebro, una clase de espejo pulido que invierte todo lo que se ve, a fin
de que lo veamos fuera de nuestro cerebro, delante de nuestra cara. A pesar del hecho de que,
lo que vemos fuera de nosotros no es una cosa real, cuan agradecidos debemos estar a Su
providencia por haber hecho ese espejo pulido en nuestro cerebro, permitiéndonos ver y
percibir cada cosa fuera de nosotros. Esto es porque Él nos ha dado el poder de percibir cada
cosa con conocimiento y percepción cristalina, y medir cada cosa desde dentro y desde afuera.
Sin eso, nos faltaría la mayor parte de nuestro conocimiento. Lo mismo se sostiene
verdaderamente con el deseo Divino para los conceptos Divinos. Si bien los cambios son todos
hechos en el interior de las almas receptoras, no obstante, ellas lo ven todo en el Dador mismo,
porque solo de esta manera son premiadas con todas las comprensiones y la afabilidad del
Pensamiento de la Creación.
Tú también puedes deducir eso de la parábola citada anteriormente. Si bien realmente vemos
cada cosa ante nuestra cara, toda persona inteligente sabe con seguridad que todo lo que vemos
está solo adentro, en la interioridad de nuestro cerebro.
Así las almas, aunque ven todos los cambios en el Dador, no tienen duda que todo esto está
solo en su propio interior, y de ningún modo en el Dador. Examina estas palabras, pues no está
en mi poder elaborar en ellas más allá.
35) Dado que estos asuntos se encuentran están en el núcleo del mundo, y tengo un gran temo
que el lector se equivoque en captarlos, entonces es conveniente que me tome la molestia, y
traiga las palabras doradas del Zóhar mismo en estos asuntos, e interpretarlas lo mejor que
puedo:
Dijeron nuestros sabios (Parashat Bo, Ítem 215) en su estilo puro:
«Debería uno preguntar: “Está escrito en la Torá, 'pues no verán ninguna imagen'. Así, ¿cómo
puede ser que busquemos en Él, nombres y las Sefirot?”»
La respuesta que dará es «vi esta imagen», como en: «Miró la imagen del Señor». Quiere decir
que la Sefirá de Maljut, donde están enraizados todos los mundos y las almas, ya que ella es la
raíz de todos los Kelim, a manera de, «Los que reciben de ella, deben conseguir los Kelim de
ella», por lo tanto, ella es considerada una imagen para ellos. Por eso se dice acerca de ella,
«Miró la imagen del Señor».
Incluso esta imagen que nombramos en la Sefirá de Maljut, no existe en su lugar con respecto
a si misma, sino solo cuando la Luz de Maljut desciende y se extiende sobre las criaturas. En
ese momento, se les aparece, a todos y cada uno, según su propia apariencia, visión e
imaginación, es decir, solo desde el discernimiento de los receptores y en absoluto en la Sefirá
de Maljut con respecto a sí misma. Este es el significado de «Y en mano de los de los profetas
Yo he usado similitudes».
Debido a esto, el Creador les dice: «Aunque me manifieste a vosotros en vuestras formas, en
la visión y en la imaginación, sin embargo, “¿A quién me vais a comparar, para que sea
igual?”». Después de todo, antes de que el Creador creara una imagen en el mundo, y antes de
que haya hecho una forma, el Creador era único en el mundo, sin forma y sin imagen.
Y quien lo alcanza allí, antes del grado de Beriá, que es Biná, donde Él está más allá de
cualquier imagen, está prohibido atribuirle una forma o una imagen en el mundo, ni con la letra
Hey ni con la letra Yud, ni siquiera llamarlo por el nombre sagrado HaVaYaH, o por cualquier
letra o punto. Los escritos dicen: «Pues no verán ninguna imagen».
Quiere decir que el verso: «Pues no verán ninguna imagen», pertenece a los que son
recompensados con alcanzarlo encima del grado de Beriá, que es Biná. Esto es porque en las
dos Sefirot Kéter, Jojmá, no hay forma ni imaginación en absoluto, es decir, los Kelim y los
límites (Ítem 18). Los Kelim comienzan de la Sefirá de Biná hacia abajo.
Esta es la razón de que todos los indicios en las letras, en los puntos, o en los nombres sagrados
son solo de Biná hacia abajo. Tampoco están en el lugar de las Sefirot mismas, sino solo con
respecto a los receptores, al igual que con Sefirá de Maljut.
36) (Parece que hay una contradicción en sus palabras: Primero dijeron que las formas se
extienden a los receptores solo desde la Sefirá de Maljut, como dice: «Pero solo cuando la luz
de Maljut desciende y se expande sobre el pueblo», que es el significado de «Y en mano de los
profetas, Yo he usado similitudes». Pero aquí dice que las formas se extienden a los receptores
desde Beriá hacia abajo, es decir, desde Biná hacia abajo.
El asunto es que, efectivamente, la forma y la imagen se extienden solo desde la cuarta fase,
que es Maljut. De ella se extienden los Kelim hasta el lugar de los receptores, y no desde las
primeras nueve Sefirot, que son Kéter, Jojmá, Biná y Tiféret, como está escrito en la «Apertura
a la Sabiduría de la Cábala», punto 58.
Sin embargo, en el mundo de la Corrección se llevó a cabo la asociación de la cualidad de la
misericordia con el juicio. Esto significa que Él elevó la Sefirá de Maljut, considerada la
cualidad del juicio, y la llevó dentro de la Sefirá de Biná, considerada como la cualidad de la
misericordia, como está escrito en la «Apertura a la Sabiduría de la Cábala», punto 58. Por lo
tanto, a partir de ese momento, los Kelim de Maljut se han arraigado en la Sefira Biná, como
se dice aquí.
Por esta razón, El Zóhar comienza a hablar desde la verdadera raíz de las imágenes, que son
los Kelim. Dice que están en Maljut, y luego dice que están en Beriá por la asociación que se
hizo para la corrección del mundo. Así dijeron nuestros sabios: «En el principio el Creador
creó el mundo en la cualidad del juicio; Él vio que el mundo no puede existir, entonces la asoció
con la cualidad de la misericordia».
Debes saber que las diez Sefirot KaJaB TuM tienen muchas denominaciones en El Libro del
Zóhar, es decir, de acuerdo a sus múltiples funciones. Cuando se les llama «Kéter», «Atzilut»,
«Beriá», «Yetzirá» y «Asiá», su función es distinguir entre los Kelim anteriores (de Panim),
llamados «Kéter» y «Atzilut», que significan «Kéter» y «Jojmá», y los Kelim posteriores,
llamados «Beriá», «Yetzirá» y «Asiá», es decir, «Biná», «Tiféret» y «Maljut».
Este discernimiento surgió en ellos por la asociación de la cualidad del juicio en la cualidad de
la misericordia, como está escrito en la «Apertura a la Sabiduría de la Cabalá», punto 183.
Dado que El Zóhar quiere insinuar el asunto de la asociación de Maljut en Biná. De ahí que El
Zóhar denomina a la Sefirá de Biná con el nombre de Beriá. Porque antes de esa asociación,
no había ninguna imagen o forma en Biná, incluso con respecto a los receptores, sino solo en
Maljut).
37) Continúa allí: (Arameo) Pero después de que hizo esa forma de la Merkavá del Adam
Superior, descendió allí y se llamó HaVaYaH ya que lo reconoció en sus cualidades, en todas
y cada una de las cualidades. (Hebreo) Pero después de que hizo esa forma de la Merkavá
(carroza, composición) del Adam Superior, descendió y se vistió allí. Se nombra en ella en
forma de las cuatro letras HaVaYaH, que significan las diez Sefirot KaJaB TuM. Esto se debe
a que la punta de la Yud es Kéter, la Yud es Jojmá, la Hey es Biná, la Vav es Tiféret, y la última
Hey es Maljut, para que lo alcancen a través de Sus atributos, es decir, las Sefirot, en cada uno
de sus atributos
38) La explicación de los asuntos: Desde Beriá en adelante; es decir, de Biná, después de haber
sido asociada con cualidad del juicio, que es Maljut, se extienden las imágenes y las formas
hasta los receptores, que son las almas. Pero, no en su propio lugar, sino solo en el lugar de los
receptores.
Él dice que en aquel tiempo él hizo la forma de la Merkavá (carroza) del Adam Superior, y bajó
y se vistió en la forma de este Adam. En otras palabras, la forma entera de Adam, en sus 613
Kelim, se extienden desde los Kelim del alma. Es así porque el alma tiene 613 Kelim, llamados
248 órganos y 365 tendones espirituales, divididos en cinco divisiones según las formas de las
letras HaVaYaH y la punta de la Yud:
a) Su Rosh es la fase de Kéter.
b) Desde el Pe al Jazé es Jojmá.
c) Desde Jazé hasta Tabur es Biná; y
d) Desde el Tabur hasta el Sium Raglin que son las dos Sefirot Tiféret y Maljut.
Además, la Torá en general es considerada el Partzuf Adam, relacionado con las 248 Mitzvot
«harás», que corresponden a los 248 órganos, y las 365 Mitzvot «no harás», que corresponden
a los 365 tendones. Contiene cinco divisiones, que son los cinco libros de la Torá (Pentateuco),
llamados «La imagen del Adam Superior», es decir, el Adam de Beriá, que es Biná, desde la
cual los Kelim comienzan a extenderse en el lugar de las almas.
Él es llamado el Adam Superior porque hay tres categorías de Adam en las Sefirot:
a) Adam de Beriá,
b) Adam de Yetzirá; y
c) Adam de Asiá.
Sin embargo, no hay ninguna imagen en Kéter y Jojmá, que podría ser nombrado por alguna
letra y punto, o por las cuatro letras HaVaYaH. Dado que aquí habla del Mundo de Beriá, por
consiguiente, hace precisión diciendo el Adam Superior.
Sin embargo, siempre debes recordar las palabras del Zóhar, que estas imágenes no están en el
lugar de las Sefirot Biná, Tiféret y Maljut, sino solo en el lugar de los receptores. Dado que,
estas Sefirot dispensan estos Kelim y Levushim (Vestiduras) a fin de que las almas logren a
través de la Luz que se extiende hasta ellos en una medida y límite según sus 613 órganos. Por
esta razón también llamamos a los otorgantes por el nombre Adam, aunque están meramente
en la forma del color blanco (ver Ítem 8).
39) No debería ser desconcertante para ti ya que las cuatro letras de HaVaYaH y la punta de la
Yud son cinco Kelim, ya que los Kelim siempre se llaman «letras», y son las cinco Sefirot KaJaB
TuM. Por lo tanto, está claro que también hay Kelim en Kéter y Jojmá, implicados por la punta
de la Yud y la Yud de HaVaYaH.
La cuestión es que las imágenes y los atributos de los que habla, que son los Kelim, comienzan
desde Beriá hacia abajo, es decir, solo las tres Sefirot Biná, Tiféret y Maljut, y no en Kéter y
Jojmá, es decir, desde la perspectiva de la esencia de las Sefirot.

Sin embargo, se sabe que las Sefirot están integradas unas en otras. Hay diez Sefirot KaJaB
TuM en Kéter, KaJaB TuM en Jojmá, KaJaB TuM en Biná, así como en Tiféret y en Maljut.
En consecuencia, se encuentra que las tres Sefirot Biná, Tiféret y Maljut, de las que provienen
los Kelim, se encuentran en cada una de las cinco Sefirot KaJaB TuM.
Con esto comprenderás que:
La punta de la Yud, que son los Kelim de Kéter, indican Biná y TuM que están incluidos en
Kéter.
La Yud de HaVaYaH, que es un Kli de Jojmá, indica Biná y TuM incluidos en Jojmá.
Por lo tanto, Kéter y Jojmá incluidos incluso en Biná y ZON no tienen Kelim, y en Biná y TuM
incluidos incluso en Kéter y Jojmá, hay Kelim.
A este respecto realmente hay cinco categorías en Adam. Biná y TuM en todas las cinco Sefirot
se distribuyen en la forma de la Merkavá (carroza) de Adam. Por esta razón:
a) Hay Adam en la categoría de Kéter, llamado Adam Kadmón,
b) Hay Adam en la categoría de Jojmá, llamado Adam de Atzilut.
c) Hay Adam en la categoría de Biná, llamado Adam de Beriá,
d) Hay Adam en la categoría de Tiféret, llamado Adam de Yetzirá; y
e) Hay Adam en la categoría de Maljut, llamado Adam de Asiá.
40) (Arameo) Se llama El, Elokim, Shadai, Tzevaot, EKYEH, para que lo conozcan en todos y
cada uno de sus atributos, cómo conduce al mundo con benevolencia y heroísmo según el
trabajo de las personas. (Hebreo) Se llamó a sí mismo El, Elokim, Shadai, Tzevaot y EKYEH,
para que se conocieran todos y cada uno de sus atributos. Porque los diez nombres de la Torá
que no son borrados pertenecen a las diez Sefirot, como está escrito en El Zóhar, VaYikra,
punto 168:
a) La Sefirá de Kéter es llamada EKYEH,
b) La Sefirá de Jojmá es llamada Ko (Yud Kei),
c) La Sefirá de Biná es llamada HaVaYaH (con la puntuación de Elokim),
d) La Sefirá de Jésed es llamada Kel,
e) La Sefirá de Guevurá es llamada Elokim,
f) La Sefirá de Tiféret es llamada HaVaYaH,
g) Las dos Sefirot Nétzaj y Hod son llamadas Tzevaot (Tzevakot),
h) La Sefirá de Yesod es llamado Kel Jai; y
i) La Sefirá de Maljut es llamada Adni.
41) (Arameo) Si Su luz no se expande sobre todos los pueblos, ¿cómo lo conocerán y cómo
sucederá que «Toda la tierra está llena de Su gloria»? (Hebreo) Si Su luz no se expande sobre
todas las creaciones al revestirse aparentemente de estas santas Sefirot, ¿cómo llegarían las
criaturas a conocerlo y cómo se cumpliría el verso «Toda la tierra está llena de Su gloria»?
Esto significa que con esto se explica la voluntad divina de mostrar a las almas como si todos
estos cambios en las Sefirot estuvieran en Él mismo. Es para dar a las almas espacio para el
conocimiento suficiente y el logro en Él, porque entonces el verso: «Toda la tierra está llena de
Su gloria» se hará realidad, como se dijo arriba en el punto 33.
42) (Arameo) Ay de aquel que le atribuya cualquier atributo, incluso aquellos atributos Suyos,
mucho menos los de las personas, cuyo fundamento es el polvo, pues son efímeros y sin valor.
Pero, ¡ay de aquel que le atribuya cualquier medida, que diga que hay una medida en Él en sí
mismo, incluso en estas medidas espirituales con las que se presenta ante las almas! Más aún
en las medidas corporales de la naturaleza humana, cuyo fundamento es el polvo, y son
efímeras y sin valor.
Como hemos dicho más arriba, en el punto 34: «Aunque es una voluntad divina que las almas
receptoras vean que, los cambios en ellas están en el Otorgante, sin embargo, debe quedar claro
para las almas que no hay cambio ni medida alguna en Él. Es solo una voluntad divina que les
parezca así, como está escrito: “Y por la mano de los profetas he usado similitudes”. Y si se
equivocan en eso, ay de ellos, porque perderán al instante la abundancia divina. Más aún con
los necios que le atribuyen algún incidente de la carne y la sangre, que es efímero y sin valor».
Hasta aquí sus palabras.
Beneficiaría al lector aprender todo el resto de este Zóhar, que explica el asunto de las diez
Sefirot y los tres mundos BYA, ya que este no es el lugar para elaborar más.

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