Resumen 6
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Inteligencia emocional
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
La Inteligencia Emocional es uno de los conceptos clave para comprender el rumbo que ha
tomado la psicología en las últimas décadas.
De un modelo preocupado fundamentalmente en los trastornos mentales por un lado y por las
capacidades de razonamiento por el otro, se ha pasado a otro en el que se considera que las
emociones son algo intrínseco a nuestro comportamiento y actividad mental no patológica y
que, por consiguiente, son algo que debe ser estudiado para comprender cómo somos.
Así pues, la Inteligencia Emocional es un constructo que nos ayuda a entender de qué manera
podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre nuestras emociones como en
nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. Este aspecto de la dimensión
psicológicca
humana tiene un papel fundamental tanto en nuestra manera de socializar como en las
estrategias de adaptación al medio que seguimos.
Siempre hemos oído decir que el Cociente intelectual (IQ) es un buen indicador para saber si
una persona será exitosa en la vida. La puntuación del test de inteligencia, decían, podría
establecer una relación fuerte con el desempeño académico y el éxito profesional. Esto no es en
sí incorrecto, pero nos ofrece una imagen sesgada e incompleta de la realidad.
(1) ¿Compré mi coche haciendo cálculos sobre la rentabilidad y los comparé con otros
modelos y marcas?
(3) ¿Es mi empleo el que me ofrece el mejor salario? Gran parte de nuestras decisiones son
influenciadas en mayor o menor grado por las emociones.
estadounidense Daniel Goleman, señala que los principales componentes que integran la
Inteligencia Emocional son los siguientes:
Hoy en día son muchas las corporaciones que invierten grandes sumas de dinero en formar a
sus empleados en Inteligencia Emocional. La razón de esta apuesta estriba en que las empresas
se han dado cuenta de que una de las claves del éxito comercial y de la venta de sus productos
radica en el grado en que sus trabajadores son capaces de reconocer y controlar sus emociones,
así como las de sus clientes.
Como es propio en las ciencias sociales, definir constructos teóricos con los cuales trabajar no
es tarea fácil, y las emociones no escapan a este dilema. Nadie pone en duda que todos los seres
humanos experimentamos su existencia, aunque no siempre podemos controlar sus efectos, de
ahí la importancia de considerar a la educación emocional como un aspecto tan importante en
la formación del individuo como lo es la educación académica, por constituir ambas un todo tan
íntimamente ligada una a la otra, que es impensable considerar la posibilidad de desarrollar
cualquiera de estos aspectos por separado.
Las emociones
Definir qué son las emociones, es extremadamente difícil y complicado, dado que son
fenómenos de origen multicausal. Estas se asocian a reacciones afectivas de aparición repentina,
de gran intensidad, de carácter transitorio y acompañadas de cambios somáticos ostensibles,
las cuales se presentan siempre como respuesta a una situación de emergencia o ante estímulos
de carácter sorpresivo o de gran intensidad, las mismas se vinculan con las necesidades
biológicas y bajo el control de las formaciones, lo que hace que se presenten de diversas formas
y cumplan funciones determinadas generando distintas.
Las emociones predisponen a los individuos a una respuesta organizada en calidad de valoración
primaria, esta respuesta puede llegar a ser controlada como producto de una educación
emocional, lo que significa poder ejercer control sobre la conducta que se manifiesta, pero no
sobre la emoción en sí misma, puesto que las emociones son involuntarias, en tanto las
conductas son el producto de las decisiones tomadas por el individuo.
La inteligencia emocional
Cuando a finales de los años 80, Howard Gardner publicó Frames of Mind en 1983 y
posteriormente Inteligencias Múltiples, La Teoría en la Práctica, planteando la existencia de
diferentes inteligencias, incluyendo entre estas las inteligencias intrapersonal e interpersonal,
abrió un espacio fundamental en la reconceptualización de la educación, y aunque no era esta
su intención, esto llevó a tener que reconsiderar el papel que las emociones juegan en ella. Sin
embargo, fue Daniel Goleman, quien frente al anquilosado sistema educativo heredado desde
la ilustración y determinado por el conductismo, popularizó por medio de su libro, la Inteligencia
Emocional (IE), las ideas audaces e innovadoras que Peter Salovey y John Mayer habían
propuesto desde 1990, las cuales venían a cubrir los espacios vacíos dejados por el
constructivismo y el construccionismo como propuestas cognitivistas opuestas al conductismo.
Peter Salovey y John Mayer en 1990, plantearon que la IE consistía en la capacidad que posee y
desarrolla la persona para supervisar tanto sus sentimientos y emociones, como los de los
demás, lo que le permite discriminar y utilizar esta información para orientar su acción y
pensamiento. Esta propuesta Universidad de Costa Rica, Facultad de Educación vino a cuestionar
los modelos educativos que hasta finales del siglo XX insistieron en la construcción de una
educación que privilegiaba los aspectos intelectuales y académicos, considerando que los
aspectos emocionales y sociales correspondían al plano privado de los individuos.
Posteriormente Salovey y Mayer en 1997 reformularon su definición anterior para proponer que
la IE conlleva la habilidad para percibir con precisión, valorar y expresar emociones, así como el
poder acceder y/o generar sentimientos cuando estos facilitan el pensamiento, lo que posibilita
conocer comprender y regular las emociones, lo que promueve el crecimiento emocional e
intelectual, planteándose la posibilidad de su educación.
De esta manera se inició un ardua lucha por combatir el carácter "anti- emocional” del modelo
de escuela que imperó hasta antes del siglo XXI, en el cual las emociones fueron formalmente
suprimidas con la finalidad de facilitar controlar el tiempo, la mente, el cuerpo y, sobre todo, las
emociones de los y las educandos, aduciendo que entre la razón y la emoción existía un universo
de distancia constituyéndolas en opuestos dentro de la existencia humana.
El planteamiento de que las emociones están ligadas a factores subjetivos refleja que no se ha
tomado en cuenta que éstas incluyen una evaluación de las implicaciones que la situación o
evento tiene para el organismo que le permite efectuar una valoración de la situación en la que
entran en juego las diferencias
La educación de la afectividad y las emociones, debe ser considerada como una condición
primaria para el despliegue de la personalidad, por cuanto constituye parte de un proceso
continuo y permanente para lograr el desenvolvimiento de las competencias emocionales como
elementos fundamentales, para lograr el desarrollo integral de la persona, posibilitándole al
individuo capacitarse para mejorar su calidad de vida, su capacidad de comunicación, aprender
a resolver conflictos, tomar decisiones, planificar su vida, elevar su autoestima, incrementar su
capacidad de flujo, y sobre todo, desarrollar una actitud positiva ante la vida.
El modelo educativo que considere la educación emocional como una de sus partes deberá
percibir al sujeto desde una perspectiva integral, donde su mente y su cuerpo se articulan para
capturar el mundo externo e interpretar el interno. De esta manera, la articulación de
conocimientos y emociones, se haría con el fin de procurar que los individuos sean capaces de
generar pensamientos que permitan interpretaciones y juicios de valor, como manifestaciones
de su consciencia, definiendo sus patrones de conducta (valores), de manera tal que sus
emociones se constituyan en los elementos movilizadores que establezcan las acciones a tomar,
permitiendo identificar sus intenciones racionales y mantener su voluntad en razón del alcance
de sus propósitos, dentro de los marcos de posibilidades que permitan el desempeño y la
conducta, que determinan las posiciones que los individuos asumen con respecto a sus vidas,
las cuales deben ascender del sometimiento (propio de los infantes) a la libertad (como
condición sine qua non del adulto educado).
La psicología siempre se ha interesado por las emociones, porque éstas influyen en nuestro
pensamiento, nuestra conducta e incluso nuestra salud mental.
Son muchos los teóricos que han intentado explicar qué son las emociones. Para el psicólogo
David G. Meyers, las emociones están compuestas por “arousal fisiológico, comportamiento
expresivo y experiencia consciente”.
En la actualidad, se acepta que las emociones se originan en el sistema límbico (El sistema
límbico del cerebro consiste en un grupo de estructuras que dirigen las emociones y el
comportamiento) y que estos estados complejos tienen estos tres componentes:
• Fisiológicos: Es la primera reacción frente a un estímulo y son involuntarios: la
respiración aumenta, cambios a nivel hormonal, etc.
Teorías de la emoción
De hecho, desde hace décadas se han ido formulando distintas teorías sobre la emoción. Las
más importantes se clasifican de tres maneras: fisiológicas, neurológicas y cognitivas.
• Teorías fisiológicas: afirman que respuestas intracorporales son las responsables de las
emociones.
Las emociones primarias también se conocen como emociones básicas, y son las emociones que
experimentamos en respuesta a un estímulo. Para Paul Ekman, las emociones básicas son 6:
tristeza, felicidad, sorpresa, asco, miedo e ira. Todas ellas constituyen procesos de adaptación
y, en teoría, existen en todos los seres humanos, independientemente de la cultura en la que se
hayan desarrollado.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el hecho de que un fenómeno o rasgo psicológico se
dé de manera universal en todas las sociedades humanas no significa que sea parte de nuestros
instintos, ni que sea expresión de nuestros genes. Existen universales culturales, que a pesar de
que históricamente se han dado en todos los grupos humanos, en determinados contextos
desaparecen. Por ejemplo, la tendencia a creer en religiones.
2. Emociones secundarias
Las emociones secundarias son un grupo de emociones que siguen a las anteriores. Por ejemplo,
cuando experimentamos la emoción básica de miedo después podemos sentir las emociones
secundarias de amenaza o enfado, dependiendo, claro está, de la situación que estemos
viviendo. Las emociones secundarias son causadas por normas sociales y por normas morales.
3. Emociones positivas
Dependiendo del grado en que las emociones afectan al comportamiento del sujeto, éstas
pueden ser o bien positiva o bien negativas. Las emociones positivas también se conocen como
emociones saludables, porque afectan positivamente al bienestar del individuo que las siente.
Favorecen la manera de pensar, de razonar y de actuar de las personas. Por ejemplo, la alegría,
la satisfacción, la gratitud nos provocan una actitud positiva frente a la vida y nos hacen sentir
experiencias que nos ayudan a sentirnos bien.
4. Emociones negativas
Las emociones negativas son opuestas a las emociones positivas, porque afectan negativamente
al bienestar de las personas. También se conocen como emociones tóxicas, y suelen provocar el
deseo de evitarlas o evadirlas. El miedo o la tristeza son algunos ejemplos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de emociones, en pequeñas cantidades y
relativa baja intensidad, no son perjudiciales. De hecho, forman parte del proceso de
aprendizaje, ya que gracias a ellas nuestra memoria emocional nos ayuda a recordar las
consecuencias que tienen ciertas conductas (o exponernos a ciertos contextos).
5. Emociones ambiguas
Las emociones ambiguas se conocen también como emociones neutras, puesto que no provocan
ni emociones negativas ni positivas, ni saludables ni no saludables. Por ejemplo, la sorpresa no
nos hace sentir ni bien ni mal.
La existencia de estas emociones deja claro que somos animales complejos, y que nuestras
experiencias presentan muchos matices.
6. Emociones estáticas
Algunos autores también han hecho referencia a las emociones estáticas. Son aquellas que se
producen gracias a distintas manifestaciones artísticas, como por ejemplo: la música o la pintura.
Así, al escuchar una canción podemos sentirnos muy felices o muy tristes, pero esa sensación
sería cualitativamente diferente a la felicidad o la tristeza que se experimenta ante cualquier
otra experiencia, ya que se vive en un contexto artístico, mediado por símbolos y atribuciones
sobre las intenciones del autor.
7. Emociones sociales
Las emociones sociales no se refieren a las emociones culturalmente aprendidas, sino que es
necesario que haya otra persona presente o de lo contrario no pueden aflorar. Por ejemplo, la
venganza, la gratitud, el orgullo o la admiración, son emociones que sentimos respecto a otros
individuos.
8. Emociones instrumentales
Las emociones instrumentales son aquellas que tienen como fin u objetivo la manipulación o el
propósito de lograr algo. Son complicadas de reconocer porque puede parecer que sean
naturales. Sin embargo, son emociones forzadas y esconden una intención. En ocasiones, son
fruto de la auto-sugestión: someterse a ciertos contextos voluntariamente para hacer que una
parte de esa emoción tiña nuestra forma de comportarnos.
• Desarrollo Ontogenético a través de las diferentes etapas evolutivas que el ser humano
atraviesa desde su nacimiento.
Así las cinco emociones básicas (deseo, alegría/afecto, rabia, miedo y tristeza) como si fueran
cinco ramas de un árbol se van a ir transformando en 428 matices emocionales.
Tal como ya planteó Piaget, con las etapas del pensamiento, también con las emociones el hecho
de llegar a un matiz emocional más avanzado evolutivamente no impide que la persona pueda
tener emociones de etapas anteriores. Otro aspecto que plantea esta teoría es que el matiz
emocional que estemos sintiendo en un momento determinado nos indicará la etapa evolutiva
emocional que la persona está viviendo en ese momento y nos orientará en los posibles
bloqueos emocionales que todos almacenamos.
Pero, ¿qué es una emoción? Como se expuso anteriormente es una experiencia afectiva de un
organismo acompañada de cambios somâticos(fisiológicos y endócrinos). Adaptando al
organismo a la relación con la vida, con los demás y con el mismo. La misma que puede ser
innata o sea propio del individuo, genética, influenciada por el entorno, la educación y cultura.
Y sirven para darnos una ubicación con respecto a la situación y generar una acción.
Estas se manifiestan por causa de una imagen directa y reconstruída a través de la memoria o
producto de la imaginación pudiendo llegar a los sentimientos. Cuando se llega a este punto el
cerebro activa un programa complejo automático creado por una cadena de acciones
corporales, motóricas y faciales de cambios en los órganos internos y medio interno; y por ultimo
la percepción del cerebro que nos da el sentimiento de la emoción.
Las principales regiones que participan en la percepción de los sentimientos según Damasio son:
la Corteza Insular, que se encuentra debajo de los lóbulos parietales (relacionadas con gustos y
olores). Y la Cingulada/Anterior, que actúa en paralelo con la Corteza Insular.
A pesar de que el ser humano es pensante o racional, las emociones tienen más fuerza que la
razó, por lo cual podriamos decir que es un ser emocional y lo único que nos separa de los
animales es el poder hablar.
Cabe anotar también que las emociones no se manifiestan de la misma manera en todos los
ciclos del ser humano ya que depende de la maduraciœn del sistema emocional de la amígdala
cerebral y el lóbulo frontal del neocortex.
¿Cómo se desarrollan a lo largo de nuestra historia evolutiva las emociones?
Según la teoría evolutiva, primero somos seres unicelulares como el paramecio donde ya se dan
los sistemas de búsqueda, intercambio, repulsión, huída y cierre.
Después evolucionamos hacia los reptiles, con la base del cerebro reptilano se concentran los
instintos de la agresión, huída, sexualidad y territorio.
Luego los mamíferos, su base es la amígdala cerebral y el Hipocampo y nos aportan el nūcleo de
las emociones.
Luego llegamos a ser Homonidos, cuando desarrollamos los lóbulos frontal y prefrontal, aquí
tomamos conciencia de los sentimientos de nuestras emociones.
Y ahora si por último humanos, adquiriendo el enguaje el cual nos da el poder para que se dieran
cerca de 500 matices emocionales.
La teoría Evolutiva de las emociones propone 6 etapas según van madurando los diferentes
órganos cerebrales desde el Hipotálamo al Lóbulo Frontal en relación con el medio.
5ta ETAPA: Al entrar el niño a la escuela adquiere mucha importancia la cultura porque va a ser
influenciada por la misma y también el lóbulo frontal.
6ta ETAPA: aquí tiene peso la moral y la ética. La conciencia de los sentimientos y confluye a la
maduración del lóbulo prefrontal,
Un ejemplo clásico de James es el del oso: el sentido común nos dice que el ver un
oso provoca miedo, lo cual nos impulsa a correr. James dice que la respuesta
adecuada ante un oso es correr, lo cual impulsa a sentir miedo. La teoría se superó
en los años 1920 al proponerse la teoría de Cannon-Bard.
Teoría de la emoción de Canon-Bard
Las emociones son reacciones psicofisiológicas que todos experimentamos en nuestro
día a día: alegría, tristeza, rabia… En gran parte, éstas gobiernan nuestras decisiones y
nos llevan a escoger caminos y a desechar otros. También influyen en nuestra conducta
y pensamientos.
A principios del año 1900, Walter Bradford Cannon (1871-1945), un fisiólogo y científico
de la Universidad de Harvard, propuso una teoría que explicaba el origen de las
emociones. Además, realizó una serie de críticas a la teoría precedente y dominante
del momento, la teoría periférica de James-Lange.
Por otro lado, Philip Bard (1898 - 1977), fisiólogo estadounidense, también se unió a la
teoría de Cannon, y juntos formularon la teoría de Cannon-Bard.
Cannon y Bard, a través de sus experimentos, hicieron énfasis en el papel del cerebro en
la producción de respuestas y sentimientos fisiológicos. Dichos experimentos apoyaron
sustancialmente su teoría de la emoción.
Experimentos de Cannon-Bard
Por otro lado, la teoría de Cannon-Bard afirma que las experiencias emocionales
conscientes, las reacciones fisiológicas y la conducta son eventos relativamente
independientes.
Así, según los autores, los estímulos emocionales tienen dos efectos excitatorios
independientes: por un lado provocan el sentimiento de la emoción en el cerebro, y por
el otro, la expresión de la emoción en los sistemas nerviosos autónomo y somático.
La teoría de Cannon-Bard hace una serie de críticas a la teoría de James-Lange. Estas son
las siguientes:
Además, Cannon y Bard sostienen que cortando las vías aferentes no se producen
cambios en las respuestas emocionales.
Es decir, que las sensaciones corporales, al ser más lentas, a menudo se manifiestan
posteriormente a experimentar la emoción (que puede ser inmediata).
La teoría de Cannon-Bard plantea una activación autónoma difusa y general (se trata
pues de una teoría central con un substrato en el tálamo); en cambio, la teoría de James-
Lange, que es periférica, y defiende que cada estado emocional provoca cambios.
Se trata de una teoría bifactorial que implica dos factores: la activación fisiológica y la
atribución cognitiva. Vamos a ver en qué consiste, estudios realizados por los mismos autores
periféricas del organismo, y de la evaluación cognitiva de la situación, por el otro, que origina
interpreta tales respuestas fisiológicas; por otro lado, la cualidad de la emoción viene
determinada por la forma en que evalúa cognitivamente la situación que ha provocado tales
respuestas.
Así, mientras que la intensidad puede ser baja, media o alta, la cualidad es el tipo de emoción
Para probar la Teoría de la emoción de Schachter y Singer, los propios autores realizaron un
experimento en 1962 y publicaron sus resultados. Lo que hicieron fue administrar una inyección
de epinefrina (adrenalina), una hormona que aumenta el ritmo cardíaco y la tensión arterial, a
Posteriormente, formaron 4 grupos experimentales con estos sujetos al azar (todos de igual
tamaños). Mientras que se informó a 2 de los grupos que la inyección causaría algunos efectos
Por otro lado, a uno de los 2 grupos informados, se les puso en una situación que les inducía a
estar contentos, mientras que en el otro grupo de sujetos informados se les puso en una
situación que les inducía a estar enfadados. Además, se hizo lo mismo con los otros 2 grupos de
sujetos con la condición de no información; a uno se le indujo una situación contenta y al otro,
Resultados
Lo que se vió en los resultados, es que se podía confirmar, en líneas generales, la Teoría de la
emoción de Schachter y Singer. Esto fue así porque los sujetos informados de los efectos de la
Se puede pensar que su evaluación cognitiva de la información que se les había proporcionado,
les motivó a pensar que las reacciones fisiológicas del organismo provenían de la propia
inyección.
Sin embargo, en el caso de los sujetos no informados de los efectos de la adrenalina, ocurrió lo
“contrario”; sí que experimentaron las respuestas fisiológicas (activación) (igual que el grupo
anterior), pero no atribuyeron tales respuestas a los efectos de la inyección, ya que no habían
Hipótesis
Se puede hipotetizar que los sujetos no informados, al no tener ninguna explicación sobre su
emoción “disponible” en ese momento; por ejemplo, la alegría o el enfado inducidos por los
investigadores.
afirmaron sentirse así. Sin embargo, los sujetos no informados en situación de enfado
Principios de la teoría
1971, realiza un trabajo posterior, y establece tres principios que intentan explicar la conducta
emocional humana:
que lo experimenta no tiene una explicación en ese momento para tal activación, lo que hará
es “etiquetar” dicho estado y describir lo que siente en relación a la emoción que esté
disponible para ella en ese momento (o, en otras palabras, la emoción que sienta en ese
momento).
Así, el propio estado de activación fisiológica se puede etiquetar como “tristeza”, “miedo” o
“alegría”, por ejemplo (o la emoción que sea), según la evaluación cognitiva de la situación que
de que el individuo tenga una explicación completa para la activación fisiológica que esté
sintiendo (por ejemplo, “me siento de esta forma porque me han inyectado adrenalina, o porque
cognitiva de la situación.
En este caso, será difícil que la persona “etiquete” la emoción que siente como lo haría en el
caso anterior.
cuando experimente un estado de activación fisiológica (éste, como sabemos, implica una serie
La teoría del feedback (de la retroalimentación) facial propone que los movimientos faciales
asociados a cierta emoción pueden influir en las experiencias afectivas. Es una de las teorías
más representativas del estudio psicológico de las emociones y la cognición, por lo que continúa
En este artículo veremos qué es la teoría del feedback facial, cómo se definió y cuáles han sido
psicología. Entre otras cosas se ha intentado explicar cómo ocurren las emociones, de qué
manera las hacemos conscientes, y cuál es su función tanto a nivel individual como social.
Una parte de la investigación en este campo sugiere que las experiencias afectivas ocurren
después de que procesemos cognitivamente un estímulo asociado con una emoción. A su vez,
esto último generaría una serie de reacciones faciales, por ejemplo una sonrisa, que dan cuenta
No obstante, la teoría del feedback facial, o teoría de la retroalimentación facial, sugiere que
también puede ocurrir el fenómeno contrario: realizar movimientos con los músculos
muscular del rostro puede generar una retroalimentación sensorial hacia el cerebro; cuestión
La teoría del feedback facial tiene sus antecedentes en las teorías de finales del siglo XIX, que
Estos estudios continúan hasta nuestros días, y se han desarrollado de manera importante desde
de la década de los 60’s, momento en el que las teorías sobre la afectividad cobran especial
En una recopilación sobre los antecedentes de la teoría del feedback facial, Rojas (2016) reporta
retroalimentación sensorial llevada a cabo por los músculos del rostro, y las sensaciones de la
piel, pueden generar una experiencia o estado emocional sin necesidad de intercesión cognitiva.
reconocidos los trabajos realizados por Paul Ekman y Harrieh Oster sobre emociones y
expresiones faciales.
Entre las décadas de los 80’s y 90’s siguieron muchos otros investigadores, que han realizaron
los más recientes, así como las actualizaciones teóricas que han derivados de estos.
En 1988, Fritz Strack, Leonard L. Martin y Sabine Stepper realizaron un estudio en donde le
pidieron a los participantes que observaran una serie de caricaturas divertidas. Mientras tanto,
a una parte de ellos se les pidió sostener un bolígrafo con sus labios. A los demás se les pidió lo
La petición anterior tenía una razón: la postura facial que se realiza al tener entre los dientes un
bolígrafo contrae el músculo cigomático mayor, que usamos para sonreir, lo que favorece la
expresión facial sonriente. Por el contrario, el movimiento facial realizado con el bolígrafo entre
los labios contrae el músculo orbicular, lo que inhibe la actividad muscular necesaria para
sonreir.
De esta manera, los investigadores medían la actividad facial asociada con la sonrisa, y quería
ver si la experiencia subjetiva de la alegría se relacionaba con dicha actividad. El resultado fue
que las personas que sostuvieron el bolígrafo con los dientes reportaron que las caricaturas
eran más divertidas que aquellas personas que sostuvieron el bolígrafo con los labios.
La conclusión fue que las expresiones faciales asociadas con alguna emoción efectivamente
pueden transformar la experiencia subjetiva de dicha emoción; incluso cuando las personas no
están totalmente conscientes de los gestos faciales que están llevando a cabo.
¿Se inhibe la retroalimentación facial cuando somos observados?
En el año 2016, casi tres décadas después del experimento de Strack, Martin y Stepper, el
se había realizado con una variable que no estuvo presente en el estudio original, lo que
Dicha variable era una cámara de video que grababa la actividad de cada uno de los
Ante la controversia anterior, Tom Noah,Yaacov Schul y Ruth Mayo (2018) replicaron
nuevamente el estudio, primero utilizando una cámara y después omitiendo su uso. Como parte
de sus conclusiones proponen que, lejos de ser excluyentes, los estudios de Strack y
Wagenmakers son consistentes con las teorías que explican cómo el sentirse observado afecta
las señales internas relacionadas con la actividad más básica; en este caso con la
retroalimentación facial.
notoriamente cuando no hay un dispositivo electrónico grabando (con lo cual, los participantes
Por el contrario, el efecto disminuye cuando los participantes saben que están siendo
externas, para las cuales, la información interna no está disponible o no está preparada.
Así pues, Noah, Schul y Mayo (2018) concluyeron que la presencia de la cámara llevó a los
músculos.