San Vital

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San Vital de Rávena, mosaicos

El ábside y presbiterio de San vital de Rávena presentan un programa eucarístico y


trinitario en el que participa la corte imperial, el emperador aparece retratado como
representante supremo, apreciándose una clara sacralización de la figura imperial
(nimbado); se subraya asi la ortodoxia católica sobre la doctrina arriana. En el tramo del
presbiterio se puede apreciar una separación mediante un intercolumnio de las naves del
deambulatorio. Hablamos de una decoración que se corresponde con una fase en la que
Ravena es capital del exarcado bizantino, fruto de un empeño por parte del emperador de
oriente en recuperar la ortodoxia católica.

En este contexto de recuperación territorial es donde se enmarca el programa iconográfico


de Ravena, donde se resalta la temática de la trinidad; se representa el momento de
consagración de la Iglesia por parte de Maximiano en el 548. En el ábside pueden
apreciarse las representaciones enfrentadas de Teodora (ya fallecida) y Justiniano,
portando en las manos el cáliz y la patena, las ofrendas que se entregan en el momento
previo a la ceremonia eucarística. Se produce en oriente una hierocratización del poder
imperial, un cesaropapismo donde el emperador asume todo el poder religioso e imperial.

En el intradós del arco triunfal puede apreciarse una imagen de cristo siriaco, a ambos
lados los retratos de busto de los doce apóstoles, en el extremo inferior dos santos. Los
medallones se separan entre si con parejas de delfines (significado del delfín). En el panel
del presbiterio la decoración recorre toda la altura hasta el mismo arranque de la bóveda
de arista que lo cubre.

Las lunetas laterales cuentan con distintas prefiguraciones eucarísticas y trinitarias; en la


parte superior de etas dos ángeles (en sustitución de las antiguas nikes romanas) sujetan
un medallón con una cruz de orfebrería de las que cuelgan las letras griegas alfa y omega,
estas en el mismo eje que las tres figuras sentadas en la mesa (imago clipeata); la del
lateral sur, se encuentra sobre la mano de dios, y el altar sobre el que se celebra la
eucaristía. Entre los arcos del intercolumnio se aprecian unas aves comiendo unas frutas
de la cesta, una referencia simbólica a la eucaristía. Se utiliza un capitel con cesta de
tronco de pirámide invertida, y encima un cimacio denominado pulvinus.

La luneta correspondiente al tramo del presbiterio puede verse varios iconogramas


representados uno a continuación del otro; escenas relacionadas con la vida de Abraham.
De izquierda a derecha, Sara, esposa de Abraham que con un gesto de sorpresa espera a
la puerta de la casa. A continuación, Abraham que ofrece comida a tres huéspedes; el
conjunto de esta escena se conoce como la hospitalidad de Abraham, o la aparición en el
encinar de Mambré. En el extremo más a la derecha, el sacrificio de Isaac, sacrificio que
la mano de Dios lo impide. Se trata del anuncio por parte de los tres ángeles sentados a
una mesa de que Abraham y Sara van a ser padres. Por otra parte, el sacrificio de Isaac,
una rememoración de Cristo en la cruz, una prefiguración del misterio de la eucaristía.

El panel se completa hacia arriba con las representaciones de los profetas, Jeremías y
Moisés, vestidos como sabios antiguos. Sobre estos los evangelistas Juan y Lucas, Mateo
y Marcos se encuentran en la pared de enfrente. La hospitalidad de Abraham se relaciona
con un mensaje trinitario que encaja perfectamente con la necesidad del momento de
defender el mensaje ortodoxo católico que proclamaba la divinidad de Cristo frente a la
doctrina arriana que la negaba, y consecuentemente el misterio de la Santísima Trinidad
(una prefiguración tipológica del anuncio a María). Los episodios se suceden sin
continuidad; junto al anterior, la mano de dios se predispone a parar a Abraham, una
prefiguración tipológica del sacrificio de Cristo en la cruz, y consecuentemente de la
eucaristía.

En el panel derecho (lado sur) pueden apreciarse diversos elementos figurativos iguales
al panel enfrentado. Volvemos a encontrar a Moisés, y en lugar de Jeremías, al profeta
Isaías, hacia arriba los dos evangelistas restantes, Mateo y Marcos. La decoración
continua a partir de las cráteras, desarrollándose un denso follaje por toda la parte
superior, en el vértice sobre el arco una cruz (decoración inspirada en obras antiguas). En
el arco que comunica con el presbiterio se parecían unas cornucopias entrelazadas que
recuerdan a los cuernos de la abundancia de la iconografía pagana.

En la luneta se aprecia el sacrificio de Abel que ofrece un cordero, en el extremo opuesto,


Melquisedec que ofrece un pan. En la parte central, saliendo de entre las nubes, la manos
de Dios. El altar sobre el que depositaran sus ofrendas es de carácter eucarísticos,
probablemente similar al que ocuparía el espacio de San Vital. En la bóveda de arista que
cubre el presbiterio, concretamente en el arco frente al triunfal se ven dos ángeles
portando una rueda de rayos solares con un crismón. En la bóveda una decoración vegetal,
y en el centro el cordero de Dios (Cristo redentor, mensaje eucarístico), sostenido por
cuatro seres angélicos que apoyan sobre una esfera azulada.
El ábside de San Vital de Rávena, concretamente en la clave el intradós en vertical con
cristo cosmócrator y el crismón. La parte inferior decorada bajo la idea paradisiaca, aun
asi el fondo es completamente dorado. A los laterales de Cristo dos ángeles que
introducen otros dos personajes; en el extremo izquierdo, San Vital con las manos veladas
para recibir la corona del martirio; en el lado derecho el obispo Eclesio, fundador de la
iglesia bajo dominio ostrogodo, portando la maqueta de la iglesia que ofrece a Cristo. El
tema se enmarca en las sagradas presentaciones, donde un ángel introduce a un mártir. El
Cristo cosmócrator, en este caso comparable, puede compararse con el del sarcófago de
Junio Baso.

Se ven en San Vital de Ravena ambas tipologías de las representaciones de Cristo, por un
lado, el siríaco, barbado y con cabellos largos; y por otro el helenístico, más joven e
imberbe. En la parte superior del arco se ven representaciones de Jerusalén (misterio de
la muerte y resurrección de Cristo) y Belén (misterio de la encarnación); bajo estas sendas
palmeras que sitúan la escena en un contexto paradisiaco. Destacan los famosos paneles
de Justiniano y Teodora; el primero del emperador, con ricas vestimentas y corona,
portando la patera, le acompañan distintos personajes como soldados y Maximiano, el
obispo consagrante. Enfrentado a este, el mosaico de Teodora representada con el cáliz
en un escenario particular relacionado con la idea de poder (nicho venerado), acompañada
con sendas mujeres vestidas como cortesanas de la época. Ambos participan en la
ceremonia de consagración, en el proceso eucarístico (reyes magos en la túnica de
Teodora aporta a la idea, San apolinar el nuevo).

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