Crucifijo Templario de Torija PDF

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El soprendente Crucifijo Templario de Torija

Emilio Cuenca Ruiz y Margarita del Olmo Ruiz


E n Torija, no muy lejos de lo que se cree son ruinas de una casa
templaria, fue hallado un crucifijo medieval que se pens era una cruz
de Caravaca, pero se trata de una cruz patriarcal de Jerusaln de doble
brazo con un Cristo crucificado y no de una genuina cruz de Caravaca
medieval con los ngeles que la portan sujetndola desde ambos lados
de su palo vertical. Tras una amplia investigacin (ver obra de refe-
rencia) se ha determinado que se trata de un crucifijo templario.
La relacin de los Templarios con esta cruz patriarcal se debe a que
haban surgido como grupo de la mano del Patriarca de Jerusaln, ante
quien pronunciaron los votos solemnes de la incipiente Orden. La pri-
mera cruz que utilizaron los Templarios, ya en 1118, nueve aos antes
de su reconocimiento oficial, fue la Cruz Patriarcal de Jerusaln de
doble brazo, de color rojo, colocada sobre el hombro izquierdo de su
manto blanco. En 1147, el papa Eugenio III les impuso el uso de la cruz
griega, la sencilla cruz de cuatro brazos rectos e iguales. La cruz griega
haba sido la ms difundida en Espaa desde los siglos VII y VIII; la
vemos en el tesoro de Guarrazar, y cruces griegas son las asturianas
medievales de La Victoria y de Los ngeles. Para los Templarios, desde
entonces, la Cruz Patriarcal de Jerusaln de doble brazo fue utilizada
solamente por el Gran Maestre y altos dignatarios; sus rplicas, confec-
cionadas por orfebres de la Orden, se utilizaban en los rituales de ini-
ciacin.
En la elaboracin de este crucifijo de Torija descubrimos las tcnicas
de las que habla el monje Tefilo en su libro del ao 1120, De Diver-
sibus Artibus (De las Diversas Artes), que se utilizaban para fabricar
objetos litrgicos en los monasterios.
La superficie del crucifijo de Torija est decorada con la tcnica del
repujado (levantando el metal desde atrs con golpes); acanalado (levan-
tando el metal desde el frente); y grabado de variada fuerza.

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El sorprendente Crucifijo Templario de Torija

El diseo est hecho con decoracin de alambre moldeado (fili-


grana).
La pieza, una vez terminada, fue cubierta con niello, una mezcla con
apariencia de pasta negruzca consistente en sulfuro de cobre o sulfuro
de plata. El resultado es un alto contraste entre el niello negro mate y el
brillo del metal.
Este pectoral de plata sobredorada, de trece centmetros de largo,
encontrado en Torija, atiende a la siguiente descripcin: es la conocida
Cruz Patriarcal de Jerusaln de dos traversas con un Cristo crucificado.
Encima de la primera traversa un cartel con la palabra INRI, y sobre
l la estrella de Jerusaln.
Sobre la primera traversa, la ms corta, reposan la cabeza y los brazos
extendidos de Cristo. Sobre la segunda traversa una leyenda. En el brazo
derecho, izquierdo segn lo vemos de frente, la palabra DOMINE; y en
el brazo izquierdo la palabra MEMENTO. En el palo vertical est el
cuerpo de Cristo, y bajo sus pies la palabra MEI. En su conjunto es una
frase latina que dice textualmente: Seor, acurdate de m, frase que
pronunci el buen ladrn en el Glgota, segn San Lucas, captulo 23,
versculo 42: Seor acurdate de m cuando llegues a tu reino. Tam-
bin se narra en el evangelio apcrifo de San Nicodemo.
En el pie de la cruz hay una calavera simbolizando el triunfo de
Cristo sobre la muerte. La calavera, sin tibias, se ofrece sobre una ban-
deja a los pies de Jess.
Se atribuye a los Templarios el utilizar la calavera como smbolo de
resurreccin y es en la calavera del crucifijo de Torija donde podemos
comprobar como los Templarios mediante una expresin plstica nos
lo muestran. La calavera en representacin de la muerte es ofrecida a
los pies de Cristo sobre una bandeja. Cristo ha vencido a la muerte. Pero
lo ms sorprendente y relevante es ver como la calavera del crucifijo
de Torija no tiene sus cuencas vacas, tiene ojos. As la exponen con el
propsito de anunciarnos que tras la muerte sigue habiendo vida, por
obra y gracia de la resurreccin que Cristo nos anunci y obr en su
propio cuerpo.

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Emilio Cuenca Ruiz - Margarita del Olmo Ruiz

Algunos investigadores de temas templarios consideran la calavera


como el recipiente sagrado y vivo que contiene todos los misterios, algo
as como el Grial.
En el reverso de este crucifijo, o pectoral templario, podemos ver
una imagen femenina rodeada de ngeles; se trata de la Asuncin de la
Virgen Mara (siempre presente en la Orden del Temple).
La Asuncin de Mara no aparece hasta el siglo XI en los libros litr-
gicos. En el Liber mozarabicus se han registrado hasta 280 sermonarios
y numerosos himnos que expresan esta creencia. Aunque la tradicin
comienza en el siglo VI, del siglo XI data la ms antigua representacin
de la Asuncin, en la Biblia de Farfa, procedente de Ripoll; y es en el
siglo XII cuando el tema comienza a difundirse, culminando la plena
difusin en el siglo XIV con El Misterio de Elche, representacin can-
tada a la creencia. La catedral de Cartagena fue la primera que se dedic
a la Asuncin. El uno de noviembre de 1950 la Asuncin de Mara se
declar dogma de fe, promulgado en la constitucin Munificentissimus
Deus.
Es relevante la devocin de los Templarios por la Virgen. Durante la
ceremonia de ingreso en la Orden, las promesas del caballero postulante
se efectuaban a Dios y a la Virgen Mara, y juraban Por Dios y Nuestra
Seora; y con frecuencia Por Dios y la Virgen Santsima.
En la Regla del Temple se deca: Nuestra Seora estuvo en el
comienzo de nuestra religin, y en su honor y, si a Dios place, estar
tambin en el final de nuestra religin y de nuestras propias vidas.
El fuerte vnculo entre la Orden del Temple y la devocin mariana,
se demuestra incluso en las mazmorras francesas. Cuando eran tortu-
rados los caballeros no dejaban de invocarla con esta oracin: Santa
Mara, Madre de Dios, muy pa, gloriosa, Virgen preciosa, te esperamos
oh! consoladora. Maria estrella del mar, condcenos al puerto de la sal-
vacin.
Tambin vemos en este reverso el monograma IHS utilizado desde
el siglo III (Iesus Hominum Salvator: Jess el Salvador de los Hom-
bres).

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El sorprendente Crucifijo Templario de Torija

Los tres clavos que vemos en el reverso de este crucifijo de Torija


son el precedente de la ilustracin de un misal franciscano del siglo XV
donde se presenta una cruz rodeada de los elementos de la pasin, ico-
nografa que se materializ en una escultura de autor annimo del siglo
XVIII, que se exhibe en el Museo de los Oficios de Pars, donde a una
cruz de madera, el autor aade elementos reales sobre sus palos: esca-
lera, lanza, martillo, tenazas, clavos, etc. Se utiliz esta iconografa en
el siglo XIX, en el reverso de una pequea cruz de plata de siete cent-
metros (pieza de joyera) que podemos encontrar en el Museo Lzaro
Galdiano de Madrid.
En la parte superior del reverso, por encima de la Virgen, dos ngeles
sostienen una corona, similar a la corona del conde Don Garca en su
cenotafio de San Isidoro de Len, y del mismo estilo al que presentan
diversas obras sobre cobre esmaltado en Navarra: la Virgen y el nio
en el retablo de San Miguel in excelsis, en el monte Aralar; un rey mago
en el evangeliario de Roncesvalles; y en Nuestra Seora de Jerusaln
de Artajona, llevada desde Jerusaln a esta poblacin por un cruzado.
La rara (por inusual) posicin de la mano izquierda de la Virgen tam-
bin la presenta Santiago peregrino en la iglesia de Santa Marta de Tera
(Zamora).
La Luna, en cuarto creciente apuntando sus cuernos hacia abajo, era
el emblema del Islam, que podemos ver en algunos escudos de soldados
musulmanes. Los cruzados usaron este smbolo lunar en los primeros
aos, tras la reconquista de Jerusaln, para significar la victoria del cris-
tianismo sobre el Islam, como as lo podemos observar a los pies de la
Virgen en este crucifijo; tambin en el sello de cera del siglo XII fabri-
cado tras la reconquista de la ciudad de Jerusaln, donde una cruz
patriarcal, que se eleva sobre una luna en cuarto creciente con sus
cuernos hacia abajo, es adorada por un grupo de cruzados; ambas im-
genes se pueden ver en la obra Torija en el gran secreto de los Templa-
rios, en www.guadabooklibrary.com, en PDF con descarga gratuita.
El crucifijo de Torija atiende a la siguiente descripcin: Se trata de
un crucifijo con una cruz patriarcal de estilo bizantino, del siglo XII,
cuyas caractersticas principales son: remates de la cruz pomateados o
acampanados; Cristo vivo en posicin frontal, perspectiva vertical, tan
solo hay una ligera flexin de las rodillas y un leve desplazamiento

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Emilio Cuenca Ruiz - Margarita del Olmo Ruiz

lateral de las caderas; ombligo marcado; abundante melena y barba


(frente al Cristo alejandrino que carece de ella).
El crucifijo procede posiblemente de Jerusaln, Chipre o Antioqua,
antigua capital de la provincia romana de Siria, hoy ciudad turca, y primera
plaza importante conquistada por los cristianos en la primera cruzada.
Frente al Cristo alejandrino se aprecia una nueva actitud trascendente
que ensalza el mundo superior en detrimento del terrenal. Abstraccin
frente a los motivos romanos ms naturalistas. El orfebre est ms atento
en resaltar la majestad de Cristo que en representar con detalle la fiso-
noma humana. Mientras los brazos los resuelve con simples lneas
rectas, se esmera en mostrar el nimbo o aureola de santidad presidida
por un perfecto cartel, con dos clavos remachados que lo fijan a la cruz,
donde se menciona con gran nitidez la identidad del crucificado: INRI
(Iesus Nazareno Rey de los Iudos).
Carece de corona de espinas, porque este elemento es un aadido
posterior, del gtico. Tambin se esmera en resaltar las heridas de las
manos, pies y costado, de las que brotan grandes gotas de sangre, tres
de cada mano, tres de los pies y una del costado (ya que del costado
tambin broto agua), en alusin al manantial de gracia y salvacin que
representa la sangre de Cristo; aunque se le dota de una evidente apa-
riencia de serenidad, pues el artista tiene una clara preocupacin de no
envilecer ni degradar la figura de Jess, mostrando la victoria de Cristo
sobre la muerte; el cuerpo triunfante parece ignorar el sufrimiento
propio de la realidad del suplicio.
Son numerosas las asociaciones de Templarios que representaban el
Santo Grial con tres gotas de sangre y un cliz, segn las investigaciones
de la britnica Nina Epton sobre los grafitis pintados en el castillo tem-
plario francs de Montreal-de-Sos, en Arige, que presenta en su obra
The Valley of Pyrene (El valle de los Pirineos, 1955).
Como es caracterstico en estos Cristos bizantinos del siglo XII, el
Cristo de Torija presenta el pao de pureza en forma de lienzo con una
vuelta en la parte superior y ceido a la cadera por un cordn terminado
en un gran nudo.
Este es el tpico crucifijo templario con cruz patriarcal dedicado a San
Dimas: Cristo vivo, con los ojos abiertos, mira hacia su derecha, al buen

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El sorprendente Crucifijo Templario de Torija

ladrn, quien le est rogando que se acuerde de l cuando est en su reino.


Esta peticin del buen ladrn est inscrita en el crucifijo templario.
El nombre del buen ladrn era Dimas. Segn el protoevangelio ap-
crifo de Santiago, Jos de Arimatea expone que se llamaba Dimas, era
galileo, posea una posada y robaba a los ricos para favorecer a los pobres.
Este crucifijo se les entregaba a los altos dignatarios de la Orden del
Temple. Como estaba prohibido por la Iglesia llevar pectorales que no
fuesen relicarios, este pectoral templario deban llevarlo colgado secre-
tamente sobre el pecho, hasta el da de su muerte, que sera clavado en
el fretro utilizando los dos orificios marcados en la traversa inferior de
la cruz, cruz que era considerada por los Templarios la cruz carismtica
de la Orden.
Se dice que los Templarios han utilizado un buen nmero de cruces
diferentes, pero lo nico cierto, documentado y contrastado, es el uso
de la patriarcal, la griega y la tau, cruz sta ltima que adoptaron con
carcter institucional y la esculpieron en piedra en los muros y en las
habitaciones principales de su castillo de Ponferrada. Encomienda del
Temple, esta de Ponferrada, desde 1178 por concesin de Fernando II
de Len, representando con la cruz tau al blasn o distintivo pblico y
universal de la Orden. Este castillo de Ponferrada es considerado el
cenobio y fortaleza principal de todas las que la Orden del Temple man-
tena en la Pennsula, con 8000 metros cuadrados de superficie y triple
muralla.
La tau es la otra cruz templara, y no porque la palabra Temple
comience por la letra T, como apuntan unos; o porque sea la cruz
egipcia atribuida a primitivos cultos que consideraban el principio feme-
nino en el origen de los dioses, como apuntan otros.
Para los Templarios, la tau, era la proclamacin del secretismo ocul-
tista de la Orden.
Adoptaron la cruz tau, y en rededor de ella fundaron su mstica,
porque San Dimas fue crucificado sobre una cruz tau, esa tau que
forman con las palabras del buen ladrn en el crucifijo templario de
Torija. Los Templarios aseguraban haber encontrado la autntica cruz
sobre la que haba sido crucificado Dimas y la guardaban y custodiaban
como la ms valiosa reliquia. La cruz tau, sobre la que haba sido cru-

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Emilio Cuenca Ruiz - Margarita del Olmo Ruiz

cificado Dimas, encontrada por los Templarios, la consideraron una


conexin entre ellos y Cristo, era una seal de Dios.
Gracias al crucifijo encontrado en Torija podemos especular sobre
el que consideramos el secreto ntimo y mejor guardado por los Tem-
plarios desde la fundacin de la Orden: el nombre de su clandestino
Santo Patrn. As, el crucifijo templario de Torija nos da la respuesta:
Cristo vivo con los ojos abiertos mirando hacia Dimas, el buen ladrn,
quien le est rogando que se acuerde de l cuando est en su reino; y
este ruego de Dimas esta inscrito en las traversas de la cruz templaria:
Domine memento mei.
Nunca se ha sabido a quien veneraban ni a que santo se encomen-
daban, de ah las desafortunadas interpretaciones y falsas acusaciones
de que adoraban a seres malficos.
Pero el crucifijo templario de Torija resultaba descaradamente her-
tico por muchas razones (ver obra de referencia), una de ellas, por la
imbricacin de la cruz tau formada con las palabras de Dimas (Domine
memento mei) en la misma cruz de Cristo. En el misterio de la muerte
y triunfo del Salvador se inclua como un todo a San Dimas y su cruz
tau, cruz donde se haba ajusticiado a los dos ladrones. Se haba profa-
nado el crucifijo; que traducido al lenguaje popular era pisar y escupir
sobre el crucifijo, principal y ms grave acusacin que se present en
el proceso seguido contra la Orden del Temple.
Si para un monje-soldado templario era un privilegio morir en
nombre de Cristo, valoraban en grado superlativo a San Dimas, que
haba muerto junto a Cristo y haba sido llevado al cielo por el mismo
Cristo.
Consideraban a San Dimas la nica y primera persona de este mundo
que con seguridad haba alcanzado el reino de los cielos, reconocindose
su santidad antes que la de cualquier otro mortal. Y era el nico que
haba demostrado que sus ruegos ante Jess haban sido atendidos. La
redencin de Dimas por Cristo era una prueba slida de la voluntad de
Dios, era una prueba indiscutible e incuestionable.
San Dimas y la cruz tau simbolizaban algo ms que una postura ms
o menos hertica, suscitaban la doctrina y el ideal del triunfo de la fe,
del arrepentimiento y del amor sobre la razn; la fe, el arrepentimiento

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El sorprendente Crucifijo Templario de Torija

y el amor sobre la fra y frrea burocracia de la Iglesia de Roma; una


rotunda fe frente a tantos fariseos. El culto a San Dimas se manifestaba
como un freno al poder de la Curia Romana y un vehculo de hereja.
La cruz tau en la que muri San Dimas se conserv largo tiempo en
la isla de Chipre, donde la llevaron los Templarios, tras conquistar la
isla en 1191.
El crucifijo templario encontrado en Torija es uno de los elementos
que configuran la obra que hemos denominado Torija en el gran secreto
de los Templarios.

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Emilio Cuenca Ruiz - Margarita del Olmo Ruiz

BIBLIOGRAFA:

- Emilio Cuenca Ruiz y Margarita del Olmo Ruiz: Torija, Los Tem-
plarios y la Mesa de Salomn. Carpeta en estuche: Templarios en
Guadalajara. Torija y la Orden del Temple. 1300 Aniversario del
nombre de Torija. 700 Aniversario de la condena de la Orden del
Temple en el Concilio de Vienne. 300 Aniversario de la Biblioteca
Nacional de Espaa. Coleccin: Papeles para leer y tocar nm. 2.
Intermedio Ediciones. Guadalajara, 2011. Con mltiples lminas en
color. Edicin de 75 ejemplares numerados.
En Internet: En WWW.GUADABOOKLIBRARY.com, en PDF
con descarga gratuita. (Web sin publicidad).

- Emilio Cuenca Ruiz y Margarita del Olmo Ruiz: Torija en el gran


secreto de los Templarios. Carpeta en estuche: Templarios en Gua-
dalajara. Torija y la Orden del Temple. 1300 Aniversario del nombre
de Torija. 700 Aniversario de la condena de la Orden del Temple en
el Concilio de Vienne. 300 Aniversario de la Biblioteca Nacional de
Espaa. Coleccin: Papeles para leer y tocar nm.3. Intermedio Edi-
ciones. Guadalajara, 2011. Con mltiples lminas en color. Edicin
de 75 ejemplares numerados.
En Internet: En WWW.GUADABOOKLIBRARY.com, en PDF
con descarga gratuita. (Web sin publicidad).

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