El documento resume los principales hitos en el proceso de juicio y castigo a los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar en Argentina entre 1976-1983. Inicialmente, el gobierno democrático derogó la ley de autoamnistía de la dictadura y creó una comisión para investigar los crímenes, cuyo informe "Nunca Más" se publicó en 1984. Sin embargo, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida de 1986 y 1987 limitaron los juicios, hasta que
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El documento resume los principales hitos en el proceso de juicio y castigo a los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar en Argentina entre 1976-1983. Inicialmente, el gobierno democrático derogó la ley de autoamnistía de la dictadura y creó una comisión para investigar los crímenes, cuyo informe "Nunca Más" se publicó en 1984. Sin embargo, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida de 1986 y 1987 limitaron los juicios, hasta que
El documento resume los principales hitos en el proceso de juicio y castigo a los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar en Argentina entre 1976-1983. Inicialmente, el gobierno democrático derogó la ley de autoamnistía de la dictadura y creó una comisión para investigar los crímenes, cuyo informe "Nunca Más" se publicó en 1984. Sin embargo, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida de 1986 y 1987 limitaron los juicios, hasta que
El documento resume los principales hitos en el proceso de juicio y castigo a los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar en Argentina entre 1976-1983. Inicialmente, el gobierno democrático derogó la ley de autoamnistía de la dictadura y creó una comisión para investigar los crímenes, cuyo informe "Nunca Más" se publicó en 1984. Sin embargo, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida de 1986 y 1987 limitaron los juicios, hasta que
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La dictadura, aún en el poder, dicta en el
mes de septiembre la Ley de Pacificación
Nacional (Autoamnistía) para evitar que los crímenes cometidos en el marco del terrorismo de Estado fueran juzgados. Una de las primeras medidas, cuando asumió en el mes de diciembre el gobierno democrático, fue derogar la ley. El presidente Raúl Alfonsín crea la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) para investigar crímenes cometidos por la dictadura. El informe final de la comisión fue publicado en el mes de septiembre de 1984 bajo el título “Nunca Más”. Ese mismo año se impulsó la reforma del Código de Justicia Militar y se estableció que cualquier delito cometido entre el 24 de marzo de 1976 y el 26 de septiembre de 1983 en el que se denuncia a las Fuerzas Armadas sería juzgado por el Consejo Supremo de esas fuerzas.
Debido al malestar social que produjo esta
decisión y el rechazo de los organismos de Derchos Humanos, se incorporó una cáusula que abría la posibilidad de apelación ante la justicia civil. Entre abril y diciembre de El 7 de octubre, a tres meses ese año tiene lugar el Juicio de asumir la presidencia de la a las Juntas que juzgó y Nación, Carlos Menem firmó condenó a los principales cuatro decretos en los que miembros de las juntas indultó a los jefes militares militares que gobernaron el procesados por cometer país entre 1976 y 1983. El delitos en el marco del tribunal a cargo del Juicio terrorismo de Estado que no fue la Cámara Nacional de habían sido favorecidos por Apelaciones en lo Criminal y las leyes de Punto Final y Correccional Federal de la Obediencia Debida Capital Federal. La acusación promulgadas durante el fue llevada adelante por la gobierno de Raúl Alfonsín. Fiscalía y las víctimas sólo participaron en calidad de testigos. Frente a las presiones de sectores de las Fuerzas Armadas (Ejército, Armada y Fuerza Aérea), el gobierno de Raúl Alfonsín busca frenar el avance de otras causas judiciales, impulsando en el Congreso la sanción de la Ley de Punto Final que establecía una fecha límite para iniciar juicios por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado. Esta ley se promulga el 24 de diciembre de 1986. En junio, luego de que en Semana Santa se produjera el primer levantamiento militar, se sancionó la Ley de Obediencia Debida, que eximía de responsabilidad penal a oficiales medios y subalternos de las Fuerzas Armadas, con la justificación de que habían actuado bajo órdenes de los mandos superiores. De esta manera, se limitaron los juicios en trámite y la posibilidad de nuevos juicios a futuro. Esta ley no alcanzó a delitos como la apropiación de niñas y niños, las violaciones sexuales y el robo de bienes, lo que posibilitó que se realizaran algunos juicios por estos delitos. El 30 de diciembre Carlos Menem dictó nuevos decretos, en los que indultó a los jefes de las Juntas Militares condenados en 1985. Debido a estos, recuperaron la libertad Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Orlando Ramón Agosti, Roberto Viola y Armando Lambruschini.
Con la reforma constitucional, se otorgó
jerarquía constitucional a los tratados internacionales en materia de derechos humanos, art. 75 inc. 22. Se dictó el procesamiento de los represores imputados en la megacausa «Operativo Independencia», que tuvo lugar en la provincia de Tucumán, donde se investigaron delitos cometidos en perjuicio de 269 víctimas entre 1975 y 1977. En el marco de esta acción represiva, se había creado el primer centro clandestino de detención de la Argentina, conocido como «La Escuelita de Famaillá». Hoy funciona allí un Espacio para la Memoria.
La Corte Suprema de Justicia otorgó mediante un
fallo el beneficio de reducción del plazo de las penas, llamado «dos por uno», a condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. Ante el masivo rechazo popular, y de diversos sectores de la sociedad, el Congreso de la Nación sancionó una ley que impedirá que en el futuro se puedan dictar este tipo de medidas. A partir de peticiones realizadas por los organismos de derechos humanos argentinos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en las que se denunciaba la sanción de las leyes de impunidad, este organismo, en el informe 28/92 , consideró que estas leyes resultaban violatorias del derecho a la protección judicial y a un proceso justo, ya que derivaron en la paralización de las investigaciones judiciales y en impunidad. Recomendó al gobierno argentino esclarecer los hechos e individualizar a los responsables. El 30 de diciembre, con una presentación impulsada por la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, se inició la causa Plan Sistemático de Apropiación de Menores durante la última dictadura . Este delito no estaba alcanzado por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.
Ante la imposibilidad de condenar penalmente a las
personas responsables de los crímenes perpetrados durante el terrorismo de Estado, se empezaron a desarrollar los Juicios por la Verdad, procedimientos judiciales sin efectos penales pero que permitieron probar y conocer la verdad sobre lo sucedido. Uno de ellos fue el caso por la desaparición de Alejandra Lapacó, hija de Carmen Aguiar de Lapacó (foto), Madre de Plaza de Mayo y fundadora del CELS. Se anularon en sede judicial las leyes de Punto Final y Obediencia Debida en el caso iniciado por Abuelas de Plaza de Mayo por la apropiación de la niña Claudia Poblete Hlaczik. En este fallo el juez dictaminó que ambas leyes eran contrarias a la Constitución nacional y a los tratados de derechos humanos vigentes al momento de su sanción y decretó, consecuentemente, su invalidez, inconstitucionalidad y nulidad. El fallo fue ratificado por la Cámara de Apelaciones y por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Se sancionó en el Congreso de la Nación la Ley Nº 25.779, que anula las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Este hecho fortaleció el proceso de reapertura e inicio de nuevas causas. Antes de la sanción de la ley, por medio de otra, se incorporó la Convención sobre Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad a la lista de tratados con rango constitucional vigentes en el país.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró
la inconstitucionalidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida en el Caso Poblete Hlaczik. Para tomar esa decisión, el máximo tribunal de la República abordó el concepto de «delitos de lesa humanidad» y afirmó que lo que permite calificarlos como tales es el hecho de que afectan a la persona como integrante de la humanidad y son cometidos por el Estado. Estos crímenes son imprescriptibles A casi cuarenta años del retorno de la democracia, se han dictado más de 286 sentencias vinculadas al terrorismo de Estado, han sido condenadas más de 1088 personas, mientras que 166 resultaron absueltas, según el último informe de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad del Ministerio Público Fiscal. De dichas sentencias, 41 han contemplado delitos por violencia sexual.
El Tribunal Oral Federal N°1 de San Martín, provincia
de Buenos Aires, imputó por primera vez a responsables por la complicidad civil empresaria con la última dictadura, en el marco de la llamada causa Ford. Este proceso judicial investigó la participación del personal jerárquico de la empresa en las violaciones a los derechos humanos que sufrieron 24 trabajadores de esta multinacional.