Hematopoyesis AAyFA
Hematopoyesis AAyFA
Hematopoyesis AAyFA
Andrés Alcalá
Federico Acosta
Hematopoyesis
Las células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas) se originan en la médula ósea
mediante un complejo proceso de diferenciación y maduración celular. En este proceso denominado
“hematopoyesis” participan varios factores de maduración. También es fundamental la participación
de las moléculas de adhesión celular, presentes en las células hematopoyéticas, en las células del
estroma y en la matriz extracelular.
La hematopoyesis ocurre en la médula ósea a partir de la 2da mitad del embarazo y en el resto de la
vida. La médula ósea se encuentra en la cavidad medular de los huesos largos (principalmente en las
epífisis) y en los espacios existentes entre las trabéculas de los huesos esponjosos.
Histología
La médula ósea está formada por dos
importantes compartimientos: vascular y
hematopoyético.
Los vasos sanguíneos del compartimiento
vascular forman un esqueleto estructural en la
médula ósea. La sangre que ingresa a la médula
ósea lo hace por las arterias nutricias que
perforan la diáfisis a través de los agujeros
nutricios. Estas arterias entran en la cavidad
medular y dan origen a la arteria longitudinal
central, desde la cual se generan pequeños
vasos que irrigan tanto la médula como el
hueso cortical. Las ramas dirigidas a la médula
descargan su sangre a capilares, los cuales
vacían en una extensa red de sinusoides. Los sinusoides (45 a 80 mm de diámetro) están compuestos
por células endoteliales, una lámina basal y una capa externa de células reticulares; estas últimas
cubren aproximadamente el 50% de la superficie endotelial. Estos sinusoides drenan en una vena
longitudinal central, que a su vez descarga su contenido en venas que salen del hueso por el conducto
nutricio.
El pasaje transendotelial de células maduras, desde el comportamiento hematopoyético a la sangre
ocurre directamente a través de poros de migración transitorios (<4 μm de diámetro) que se forman
en las células endoteliales de los sinusoides.
El compartimiento hematopoyético está formado por los islotes de células hematopoyéticas de las
diferentes líneas celulares (serie eritroblástica, serie granulocítica, serie monocítica serie linfoide y
serie megacariocítica), en sus distintos estadios madurativos. En células se ubican entre los
sinusoides, y entre éstos y la cortical del hueso
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Además de las células hematopoyéticas
en la médula ósea también existen otras
células que forman parte del
denominado estroma medular. Entre
ellas destacan: macrófagos, células
reticulares y algunas células adiposas
(figura 1-2). Estas células participan
activamente en la regulación de la
hematopoyesis secretando citoquinas y
factores de maduración. Adicionalmente
los macrófagos fagocitan núcleos
expulsados por los eritroblastos
ortocromáticos al madurar a
reticulocitos, células alteradas y células
muertas.
Compartimiento de células madres. Las células madres o troncales (“stem cells”) representan
menos del 1% de las células de la médula ósea. No son identificables morfológicamente, por lo que
deben ser identificadas por el inmunofenotipo (CD34+, CD38-) y adicionalmente (CD90+, CD117+
y HLA-DR-), o ser estudiadas en cultivos in vitro.
Las CTH (“stem cells”) también denominadas CFU-ML (Unidad formadora de colonias mieloides y
linfoides) dan origen a dos líneas celulares principales, mieloide y linfoide (figura 1-3). En la línea
mieloide, a partir de la CFUGEMM (granulocítica, eritroide, monocítica y megacariocítica) se
producen dos diferentes CFU “encomendadas”, CFU-GM (granulocito, monocito) y CFU-MegE
(megacariocito, eritroide); posteriormente se generan las CFUG, CFU-M, CFU-E, CFU-Meg.
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Entre los mecanismos de control que regulan las células troncales, destacan: células del estroma
medular, matriz extracelular (fibronectina, vitronectina, laminina, colágeno), moléculas de adhesión
(integrinas, superfamilia de las inmunoglobulinas, selectinas), y citoquinas y factores de crecimiento.
Actualmente existen varias fuentes de «stem cells»: médula ósea, sangre periférica, sangre de cordón
umbilical, hígado fetal y sistemas in vitro, siendo la sangre periférica y de cordón umbilical las más
utilizadas actualmente en el tratamiento con células progenitoras.
Compartimiento mitótico. A partir de las CFU de las líneas celulares específicas antes mencionadas,
se generan las primeras células reconocibles morfológicamente de cada línea celular: mieloblasto en
el caso de los granulocitos, que posteriormente madurará a promielocito y luego a mielocito etapa en
la cual se diferencian las tres líneas específicas de los granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y
basófilos).
Comportamiento de maduración - almacenamiento. Las etapas posteriores de maduración de los
granulocitos corresponden a juveniles, baciliformes y segmentados. Por su parte, la serie monocítica
madura en las etapas de monoblasto y monocito.
De la CFU-Meg, la línea megacariocítica se reconoce las etapas de megacarioblasto, megacariocito
y plaquetas. En la serie eritroblástica se reconocen las etapas, proeritroblasto, eritroblasto basófilo,
eritroblasto policomatófilo, eritroblasto ortocromático, reticulocito y glóbulo rojo.
En la línea linfoide, a partir de la CFU-L, después de un proceso de diferenciación y maduración se
originan los linfocitos B y linfocitos T; estos últimos requieren una etapa posterior de maduración en
el Timo.
Células troncales hematopoyéticas (CTH)
Es una población celular que reside en la médula ósea de un individuo adulto y que es responsable
del origen de todo el espectro de células sanguíneas maduras.
3 propiedades características de la CTH son:
• Su multipotencialidad
• Su capacidad de autorrenovación
• Capacidad de proliferación.
Por lo tanto, una célula troncal hematopoyética puede ser definida como células clonogénicas que
poseen la propiedad de renovarse a sí mismas, de proliferar y de diferenciarse hacia todos los tipos
de células sanguíneas.
División de las células troncales hematopoyéticas
La generación continua de células sanguíneas maduras desde el “pool” de células troncales
multipotentes, sin alteración del tamaño de éste, puede lograrse por división celular simétrica,
asimétrica o ambas en cualquier nivel de la jerarquía hematopoyética.
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Una de las preguntas es cómo logra la CTH dividirse produciendo dos células hijas con diferentes
destinos, y si es así, cómo regula esta asimetría. La asimetría
puede resultar por procesos extrínsecos o intrínsecos (figura 1-
4). En el modelo extrínseco, las células hijas son originalmente
idénticas, pero adoptan diferentes destinos debido a factores
ambientales como por ejemplo, citoquinas (figura 1-4A). En
el modelo intrínseco, la célula hija difiere al momento de la
división debido a una partición desigual de los determinantes
del destino celular, tales como factores de transcripción,
receptores celulares o RNA (figura 1-4B). En mamíferos, hay
pocos ejemplos de división celular asimétrica, siendo la
corteza cerebral de la marta un ejemplo. En estos, las células
progenitoras del tubo neural, pueden dividirse ya sea
verticalmente y producir dos células hijas idénticas, u
horizontalmente para producir una célula hija que permanece
en la zona ventricular y una neurona migratoria. En la célula
progenitora, el receptor Notch-1 se localiza en la superficie
basal de tal modo que en la división vertical se segrega
solamente a la que se diferenciará a neurona migratoria.
En células hematopoyéticas humanas, mediante la utilización
de un colorante fluorescente de membrana (PKH26) se ha
podido evidenciar división celular asimétrica en una CTH proveniente de hígado fetal.
Aproximadamente el 30% de las CTH-CD34+ generan una célula hija que permanece sin dividirse
(fuertemente fluorescente con PKH26), en tanto que la otra célula hija se divide en forma exponencial
perdiendo intensidad de fluorescencia. Experimentos de re-cultivo de las células fuertemente
fluorescentes, demostraron capacidad de auto-renovación en un porcentaje similar al del cultivo
primario con lo que se puede concluir que las células CD34+ obtenidas se comportarían como CTH
o células progenitoras tempranas con capacidad de autorenovación por división celular asimétrica.
La búsqueda de mecanismos moleculares que expliquen la división celular asimétrica ha llevado a la
identificación de los genes “notch” como cruciales en la regulación de la autorenovación celular
versus diferenciación celular. El producto proteico del gen “notch” funciona como receptor de
superficie celular y además como factor de regulación de la transcripción, con la función de transmitir
señales del medio ambiente hacia el núcleo de la célula. La activación de “notch” inhibe la
diferenciación celular y variaciones en los niveles de expresión del mismo dan como resultado una
heterogeneidad de respuesta a la diferenciación celular.
En mamíferos, se han identificado cuatro genes homólogos a “notch” (notch 1-4) y en vertebrados su
expresión se ha observado en tejido neuro-epitelial, epidermis, epitelio intestinal y dentario,
endotelio, precursores hematopoyéticos y estroma.
La participación de “notch” en hematopoyesis ha sido ampliamente investigada desde su detección
en células CD34+ de médula ósea y en células hematopoyéticas precursoras. De hecho, algunas
leucemias linfoblásticas T involucran una mutación en el gen “notch”-1 resultando en una activación
constitutiva de la proteína lo que contribuiría a la enfermedad. Estudios recientes han demostrado que
las señales a través de “notch” pueden inhibir apoptosis, lo que sugiere la posibilidad de que una
alteración de la actividad proteica de “notch” pueda contribuir a la leucemia por inhibición de muerte
celular, además o en vez del aumento de proliferación celular.
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Las señales de “notch” pueden ser reguladas a diferentes niveles y un sinnúmero de evidencias
experimentales involucran a los productos proteicos de los diferentes genes “notch” en diversas
respuestas, no solamente en la capacidad de auto-renovación celular sino además en la decisión de
linajes de diferenciación hematopoyética, lo cual dependería de la señal extracelular o ligandos tales
como citoquinas o factores de crecimiento.
Ontogenia de la célula troncal hematopoyética
Desde el desarrollo de un animal, el cual comienza con la fertilización del ovocito, las células se
comprometen, progresivamente, a un tipo celular específico. Las células generadas a partir de las
primeras divisiones celulares postfertilización tienen la capacidad de formar un animal completo, por
lo que se les denomina “totipotentes”. En mamíferos, esta capacidad se pierde durante el pre-implante,
en la formación de la blástula en la que se distinguen una capa externa, una capa interna y una masa
celular interna de la cual se pueden obtener células troncales embriónicas pluripotentes (ES). Durante
la gastrulación se establecen las tres capas germinales, el ecto-, endo- y mesodermo con el
consecuente grado de compromiso celular, lo que dará como resultado células maduras con funciones
específicas con una vida media limitada y baja capacidad de proliferación, necesitando ser renovadas
constantemente. Sin embargo, no todas las células maduran a etapas terminales y es posible encontrar
células en tejidos diferenciados con capacidad proliferativa y de auto-renovación, las que se
denominan células multipotentes (figura 1-5).
Células hematopoyéticas (CH) y células endoteliales vasculares (CE) son los tejidos que maduran
más tempranamente durante embriogénesis y es ampliamente aceptado que ambos tipos celulares
comparten precursores comunes. Durante la embriogénesis temprana, estos linajes se forman desde
el mesodermo próximo-lateral y evidencias histológicas sugieren que tanto las CH como las CE se
diferencian desde un precursor bi-potente llamado hemangioblasto. Inmediatamente luego de la
generación del mesodermo, las células de la región interna se diferencian a CH y las de la región
externa a CE vasculares.
Estudios recientes en varias especies de vertebrados sugieren que el sitio primario de hematopoyesis
es el mesodermo del saco embrionario. Aunque las células troncales hematopoyéticas definitivas y
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primitivas se generan durante embriogénesis, aún es controversial si la producción de CTH definitivas
ocurre en el mesoderma del saco embrionario o más tarde durante la embriogénesis.
Las señales moleculares necesarias para la generación del sistema hematopoyético en el embrión y
en adulto involucran a genes tales como bmp-4 que actúa tempranamente afectando la formación del
mesodermo, al gen para el receptor de tirosina kinasa, flk-1, al gen para el factor de crecimiento
transformante, tgf- β1 y al gen para el factor de crecimiento “Stem Cell Leukemia”, scl.
Un gran número de genes parecen participar en la regulación del desarrollo de la hematopoyesis a
diferentes niveles, ya sea a nivel embriogénico o en la hematopoyesis definitiva. Sin embargo, las
evidencias sugieren que la hematopoyesis primitiva embrionaria no requiere de CTH definitivas, en
tanto que para la hematopoyesis adulta su existencia es crucial.
El funcionamiento de la jerarquía hematopoyética adulta requiere de señales adicionales de
regulación que confieran otras propiedades, tales como un alto grado de proliferación celular,
capacidad de autorenovación y señales relacionadas con la integración de las células a otros tejidos.
Influencia de factores de crecimiento involucrados en la decisión de linaje
La sobrevida y proliferación de la CTH y de progenitores más diferenciados está ampliamente
influenciada por la acción de diferentes tipos de mediadores, tales como citoquinas, factores de
crecimiento, péptidos, moléculas de adhesión y la expresión de sus respectivos receptores. Estos
cumplen un rol importante en la especificación de linaje y en la determinación del destino de las
células precursoras.
En general, tres modelos podrían explicar la acción de factores extrínsecos sobre el destino de células
precursoras (figura 1-6). Es posible que células funcionalmente equivalentes, las cuales poseen al
menos dos potenciales de linaje, reciban diferentes señales externas y respondan de acuerdo al linaje
especificado por la señal (figura 1-6A).
Otro modelo propone que la adquisición de linaje ocurre independiente de las señales extrínsecas pero
que los factores de crecimiento y citoquinas son esenciales para la supervivencia, proliferación o
apoptosis de la célula comprometida (figura 1-6B).
Un tercer modelo combina los dos anteriores dando como resultado diversas posibilidades. Por
ejemplo, la CTH pluripotente genera células multipotentes, las cuales son influenciadas por factores
externos para comprometer linaje o para proliferar y madurar en células ya comprometidas (figura 1-
6C).
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Experimentos similares con otras citoquinas relacionadas a linajes y sus receptores, arrojan resultados
equivalentes, apoyando el postulado que el compromiso de linaje puede ocurrir en ausencia de las
señales particulares.
Ejemplos de factores y citoquinas necesarias para la maduración de ciertos linajes celulares son:
Líneas celulares.
Eritropoyesis. Desde proeritroblasto hasta el glóbulo rojo.
En las primeras semanas de vida embrionaria se producen en el saco vitelino. Durante el segundo
trimestre de gestación, el hígado es el principal órgano productor, pero también se producen en el
bazo y los ganglios linfáticos. Durante el último mes de gestación y tras el nacimiento, se producen
exclusivamente en la médula ósea.
Estas células comienzan sus vidas en la médula ósea a partir de un solo tipo de célula llamada célula
precursora hematopoyética pluripotencial.
Los estadios madurativos con capacidad de mitosis son: proeritroblasto, eritroblasto basófilo y
eritroblasto policromático (doble mitosis). Luego le siguen los estadios de eritroblasto ortocromático,
reticulocito y glóbulo rojo. A partir de un proeritroblasto se obtienen 16 eritrocitos. El proceso de
maduración y diferenciación eritroblástico se caracteriza por: hemoglobinización progresiva,
reducción del tamaño nuclear hasta picnosis y expulsión.
La primera célula que puede identificarse como perteneciente a la serie eritrocitaria es el
proeritroblasto. Este se divide múltiples veces formando finalmente muchos eritrocitos maduros.
Las células de primera generación se llaman eritroblastos basófilos porque se tiñen con colorantes
básicos, estos acumulan poca hemoglobina. Posteriormente en el proceso de diferenciación es el
eritroblasto policromático, cuales tienen áreas basófilas y acidófilas (policromatofilia) por la
cantidad abundante de polirribosomas que generan basofilia, y el depósito de hemoglobina que causa
acidofilia Luego aparece el eritroblasto ortocromático con citoplasma acidófilo, núcleo pequeño,
picnótico y excéntrico.Posteriormente se van llenando de hemoglobina hasta una concentración de
34%, el núcleo se condensa hasta un tamaño pequeño y su resto final se absorbe o expulsa de la célula,
al mismo tiempo se reabsorbe el retículo endoplásmico. En este estadio se llama reticulocito porque
aún tiene una pequeña cantidad de material basófilo correspondiente al aparato de Golgi, mitocondrias
y algunos orgánulos. Durante este estadio la célula pasa de la médula ósea a los capilares sanguíneos
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mediate diapédesis. El restante material basófilo desaparece en 1-2 días cuando termina la síntesis de
hemoglobina y la célula se vuelve un eritrocito maduro.
Eritropoyetina (EPO).
Glucoproteína 34k dalton. Formada en un 90% en los riñones y el resto sobre todo en el hígado. Se
cree que es secretada por células intersticiales de tipo fibroblasto que rodean a los túbulos en la corteza
y médula exterior. Cuando hay hipoxia en el tejido renal conduce a niveles tisulares superiores de
factor 1 inducible por hipoxia que actúa como factor de transcripción para diferentes genes como el
de la eritropoyetina. Normalmente la eritropoyesis ocurre a nivel basal, para reemplazar GR
envejecidos. Pero se ve estimulada por disminución de la tensión de oxígeno en el ambiente, por
aumento de la afinidad del oxígeno por la hemoglobina y otros estímulos que disminuyen la liberación
de oxígeno a los tejidos. La EPO es obligatorio desde la etapa de CFU-E hasta el eritroblasto basófilo.
La producción de esta hormona está regulada por las demandas de oxígeno de los tejidos. La hipoxia
renal conduce a la liberación de prostaglandinas, aumentando el AMPc renal que conduce a una
reducción de los niveles de calcio intracelular, lo que intensifica.
Su función es estimular la producción de proeritroblastos a partir de las células precursoras
hematopoyéticas en la médula ósea, además hace que los proeritroblastos pasen con mayor rapidez
los diferentes estadios eritrocitarios. Cuando una persona se encuentra en una atmósfera con poco
oxígeno comienza a formarse eritropoyetina en minutos a horas y la producción máxima tiene lugar
en menos de 24 horas. Aun así, no aparecen nuevos eritrocitos en la sangre sino hasta unos 5 días
después.
Formación de Hemoglobina:
Comienza en los proeritroblastos y continua incluso en el estadio de reticulocitos. Cuando los
reticulocitos dejan la médula ósea y pasan al torrente sanguíneo, continúan formando mínimas
cantidades de hemoglobina durante otro día más o menos hasta convertirse en un eritrocito maduro.
Recordando que el succinil-CoA se una a la glicina y forma una molécula pirrol. Cuatro pirroles se
combinan para formar la protoporfirina IX, que a su vez se combina con hierro para formar la
molécula hemo. Este hemo se combina con una cadena polipeptídica larga, una globina sintetizada
por los ribosomas formando una subunidad de hemoglobina llamada cadena de hemoglobina. Cuatro
de estas cadenas se unen para formar la hemoglobina completa. La forma común de hemoglobina en
el adulto es la hemoglobina A, compuesta por dos cadenas alfa y dos cadenas beta. Cada cadena de
hemoglobina se une mediante enlaces débiles a una molécula de oxígeno, lo que supone un total de
cuatro moléculas de oxígeno u ocho átomos de oxígeno.
• Migración de los progenitores al timo: se cree que por receptores de adhesión que se ligarían
selectivamente al endotelio tímico permitiendo su entrada al interior del órgano
• Diferenciación: en la zona cortical del timo. A medida que migran a zonas más internas de la
corteza avanzan en su diferenciación. En estados finales salen del timo a la periferia a través
de vías linfáticas o venas
• Selección tímica: dentro del timo suceden dos eventos de selección:
o Generación de auto tolerancia eliminando o silenciando aquellos linfocitos T que
poseen una alta afinidad por antígenos propios (selección negativa)
o Generación de linfocitos T maduros con un TCR capaz de reconocer el complejo
principal de histocompatibilidad propio asegurando que la respuesta inmune sea
restringida por este. (selección positiva)
Los linfocitos entran en el sistema circulatorio continuamente junto con el drenaje de la linfa
procedente de los ganglios linfáticos y otros tejidos linfáticos. Tras unas horas salen de nuevo de la
sangre y así hay una circulación continua de linfocitos por el organismo. Estos tienen una vida de
semanas o meses; dependiendo de la necesidad del organismo.
Por otro lado, los linfocitos NK derivan de las CMLT, que se difrerencian en la médula ósea. Los NK
no poseen ni los receptores, ni los marcadores específicos del linaje T
Megacariopoyesis
Las plaquetas se originan a partir de los megacariocitos de la médula ósea. El proceso de maduración
consiste en poliploidía con gigantismo nuclear y acidificación del citoplasma.
Precursores megacariocitos: se encuentran en 1-4/1000 células nucleadas en la médula ósea. Pero no
pueden ser distinguidas morfológicamente de otras células diploides.
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• BFU: MK. Requiere 21 días para dar origen a varias colonias con alta celularidad. Es
estimulada por IL1 y 3 y trombopoyetina para originar CFU-MK
• CFU-MK: estadio más maduro; requiere de 10 a 12 días para formar colonias de baja
celularidad
• LD-CFU-MK: da origen a algunas colonias con baja celularidad y alto contenido de DNA,
es decir, ha disminuido la multiplicación celular junto al aumento del proceso de
endomitosis.
Megacariocitos: varias etapas de maduración: