Mis Primeros Cuentos de Prejardin
Mis Primeros Cuentos de Prejardin
Mis Primeros Cuentos de Prejardin
En Albany, a la colonia holandesa, vivía el panadero Van Buenas tardes. Aprenda a contar..., -dijo la anciana al salir.
Ámsterdam, célebre por su honestidad ya que siempre daba a Desde ese día, el negocio empezó a ir mal. Los pasteles no se
sus clientes lo que correspondía al importe que pagaban. cocían, la tarta de manzana quedaba ácida, las galletas se
quemaban. Los clientes preferían otras tiendas.
no, que de mí no consigues zafarte- exclamó el ratón. ayudarme después de mi mala actitud contigo en el
pasado y me has hecho comprender lo necio que fui.
No te preocupes, amigo. Supongo que has aprendido
El elefante, que tenía pánico a los ratones, comenzó a correr que todos tenemos derecho a ser felices y a habitar
de un lado a otro despavorido hasta que el pequeño ratoncito tranquilos en nuestro hogar, y todo aquel que lo
decidió dejarle en paz para que huyera, y cuanto más rápido
entienda, será mi amigo.
mejor.
Un día la hormiga se vio atacada por una terrible sed y decidió
La amistad que salva vidas acercarse a una charca cercana para poder saciarla. A pesar
La amistad es uno de los sentimientos más bellos y poderosos de los intentos de la pequeña hormiga para no caer al agua, el
que existen. Dan igual las diferencias o semejanzas que tronco sobre el que procuró deslizarse para beber giró con tan
posean dos amigos, ya que la fuerza que les une es superior a mala suerte, que finalmente cayó. ¡Qué miedo sintió la
todo lo demás. Y esto lo saben muy bien una paloma y una hormiguita, tan pequeña y sin saber nadar en el agua!
hormiga que, de no conocerse, pasaron a ser dos grandes e Por suerte una paloma pasaba por allí y pudo ver el miedo de
inseparables amigas. aquella hormiguita intentando salir del agua sin ningún éxito. Y,
rápida como el mismo viento, se aproximó volando hasta
alcanzar a la hormiga con el pico y posarla en tierra firme para
ponerla a salvo.