Tema 1
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VALORES
SUPERIORES DEL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL. LOS PRINCIPIOS
FUNDAMENTALES DE LA CONSTITUCIÓN: LA SOBERANÍA, LA DIVISIÓN DE
PODERES, LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA, LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA. A
REFORMA CONSTITUCIONAL.
La Constitución Española de 1978 (CE, en adelante) se puede definir como la norma
suprema del ordenamiento jurídico español; o como la norma institucional básica del estado
español. Regula el orden político, la organización y ejercicio del Estado, garantizando los
derechos y libertades de los ciudadanos. Toda la normativa debe cumplir las pautas que
marca la CE sin contradecirla.
Se define como sistema constitucional, el régimen político que está regido por la CE, con el
principal objetivo de regular el comportamiento y actuaciones de las instituciones políticas,
evitando de esta forma el abuso de poder.
Su contenido mínimo es:
Principios básicos de la convivencia política del Estado.
Los derechos de los ciudadanos.
La división de poderes y los órganos que van a ejercer esos poderes.
La CE se creó cronológicamente a través de los siguientes hitos:
Aprobación: 31 de octubre de 1978
Ratificación: 6 de diciembre de 1978
Promulgación: el 27 de diciembre de 1978 el Rey sanciona y promulga la CE ante
las Cortes Generales.
Publicación: el 29 de diciembre de 1978 se publica en el B.O.E, entrando en vigor el
mismo día.
La CE tiene una serie de características formales:
En comparación con otras constituciones la CE de 1978, es una constitución
extensa, por el número de artículos que tiene y por su complejidad.
Es formal y escrita, se plasma en un texto que ha sido aprobado en un proceso
político complejo.
Está incompleta, numerosos artículos han requerido su desarrollo mediante leyes
orgánicas.
Está influenciada por otras constituciones europeas.
Tiene origen popular, y carácter monárquico y parlamentario. Fue elaborada y
redactada por un Parlamento que fue elegido mediante sufragio universal.
Es rígida, debido al procedimiento de reforma que tiene.
Tiene valor normativo, es una fuente de derecho que establece las pautas que
regulan la normativa.
Es flexible para gobernar con diferentes ideologías.
ESTRUCTURA Y CONTENIDO ESENCIAL
La CE está compuesta por un preámbulo, un título preliminar y diez títulos divididos en 169
artículos estructurados de la siguiente manera:
Título Preliminar: artículos 1 al 9
Título 1: De los derechos y deberes fundamentales (10 al 55)
Capítulo 1: De los españoles y extranjeros (11 al 13)
Capítulo 2: Derechos y libertades (14 al 38)
Sección 1: De los derechos fundamentales y las libertades públicas (15 al 29)
Sección 2: De los derechos y deberes de los ciudadanos (30 al 38)
Capítulo 3: De los principios rectores de la política social y económica (39 al 52)
Capítulo 4: De las garantía de las libertades y derechos fundamentales (53 al 54)
Capítulo 5: De la suspensión de los derechos y libertades (55)
Título 2: De la Corona (56 al 65)
Título 3: De las Cortes generales (66 al 96)
Capítulo 1: De las Cámaras (66 al 80)
Capítulo 2: De la elaboración de leyes (81 al 92)
Capítulo 3: De los tratados internacionales (93 al 96)
Título 4: Del Gobierno y la administración (97 al 107)
Título 5: De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes generales (108 al 116)
Título 6: Del poder judicial (117 al 127)
Título 7: Economía y Hacienda (128 al 136)
Título 8: De la organización territorial del Estado (137 al 158)
Capítulo 1: Principios generales (137 al 139)
Capítulo 2: De la Administración local (140 al 142)
Capítulo 3: De las Comunidades Autónomas (143 al 158)
Título 9: Del Tribunal Constitucional (159 al 165)
Título 10: de la Reforma Constitucional (166 al 169)
4 disposiciones adicionales
9 disposiciones transitorias
1 disposición derogatoria
1 disposición final
Parte dogmática y orgánica
La CE se divide en 2 partes:
Parte dogmática que se centra en reconocer los principios constitucionales que
inspiran el nuevo orden político del Estado. Está formada por el Título preliminar y el
Título primero.
Parte orgánica que establece la estructura de los poderes del Estado, regulando la
organización política y jurídica. Está compuesto por el resto de los títulos, del
segundo al décimo.
LOS VALORES SUPERIORES DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO
Los valores de la CE de 1978: tienen como objetivo crear un estado de nueva planta que
goce de unas características y principios determinados. La CE los señala en el Título
preliminar, concretamente en su artículo 1.1 estableciendo que “España se constituye en un
Estado social y democrático de derecho, que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. “
Entre ellos no existe una relación de jerarquía sino de complementariedad y para su
correcta lectura deben ser siempre interpretados en relación al principio personalista que
inspira el sistema constitucional español que establece como clave del sistema la dignidad
humana y el libre desarrollo de la personalidad. Los cuatro valores superiores formulados
pueden ser reconducidos al binomio libertad-igualdad.
Los rasgos definidores de los valores se concretan en ser una norma jurídica. Esta idea se
destaca por la utilización del verbo propugnar en el texto constitucional y por su
autocalificación de superiores.
Poseen un fundamento racional-histórico y tienen una dimensión de totalidad
constituyéndose como elementos identificadores del sistema. Son por lo tanto guía para la
interpretación y desarrollo del ordenamiento.
En nuestro texto constitucional la libertad se recoge no sólo como valor superior del
ordenamiento sino también como derecho fundamental en el artículo 17.1 CE (“Toda
persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad,
sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la forma
previstos en al ley.”), así también como principio en el artículo 9.2 CE (“Corresponde a los
poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y
de los grupos en que se integran sean reales y efectivas; remover los obstáculos que la
impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida
política, económica, cultural y social.”) como mandato dirigido al legislador para promover
una libertad material, real y efectiva.
La Igualdad, inseparable de la libertad admite también dos dimensiones. La igualdad formal
o la igualdad ante la Ley, y la igualdad material o real. La igualdad formal tiene su encaje
constitucional en el artículo 14 de la Constitución española: “Los españoles son iguales ante
la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo,
religión, opinión o cualquier otra concidición o circunstancia personal o social”. La igualdad
formal es una conquista del Estado liberal frente al privilegio representado en el Antiguo
Régimen. Fue rápidamente recogido en los textos declarativos de Derechos más
destacados del período como son la Declaración de Virginia y la Declaración de Derechos
del Hombre y del Ciudadano .
La igualdad en un sentido material se regula en el artículo 9.2 como mandato al legislador
para remover los obstáculos que dificultan o impidan su plenitud. El Capítulo 3 del Título III
dedicado a los principios rectores viene a complementar esta llamada a la promoción de la
igualdad efectiva.
Respecto al valor justicia está anunciado en el Preámbulo como uno de los objetivos
básicos que la nación española se propone establecer: “ La nación española, deseando
establecer la justicia, la libertad y la seguridad, … En el artículo 1 se reitera que España
propugna la justicia como un valor superior del ordenamiento jurídico. En los artículos 24 y
25 se constitucionalizan como derechos la propia tutela judicial y algunas condiciones y
formas del procedimiento. En el artículo 53 se defifne al juez como garante de los derechos.
En el Título IV, artículo 106, se define a los tribunales como controladores de la potestad
reglamentaria y la legalidad de la actuación administrativa. El Título VI la define como
«poder» y establece sus principios básicos. El Título IX define su último y más novedoso
carácter como justicio constitucional. El artículo 162 establece el régimen de justicia en las
CC.AA.
En todo caso, desde el punto de vista jurídico-político está íntimamente vinculada a la definición de
Estado de Derecho a la definición constitucional del principio de división de poderes e incluso a la
estructura compleja de la división territorial del poder autonómico y a la nueva concepción
constitucional de un Estado, con poderes limitados, incluso en el ámbito de la competencia
legislativa del Parlamento.
Por último el pluralismo político y su inclusión expresa como valor superior se explica por
la propia experiencia autoritaria española de la dictadura franquista y por el momento de
redacción del texto constitucional español bajo la máxima del consenso entre fuerzas
opositoras. El pluralismo supone así la aceptación de un poder soberano aunque limitado
por una serie de contrapesos.
La realización del pluralismo en nuestro texto constitucional se articula a través del papel
que despeñan los partidos políticos en su expresión y como instrumento fundamental para
la participación política, pero también realizan este papel otras agentes sociales como los
sindicatos y la opinión pública garantiza de manera transversal por la regulación de
derechos como los de asociación, manifestación y muy especialmente de la libertad de
expresión en sus distintas dimensiones. La garantía de la opinión pública, manifestación del
Pluralismo, es consideraba como uno de los elementos estructurales esenciales de la
democracia liberal.
La combinación de estos valores da lugar a los cinco principios inspiradores del régimen
constitucional que aparecen recogidos en:
Artículo 1.1: España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que
propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la
igualdad y el pluralismo político.
Artículo 1.3: La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
Artículo 2: La CE se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria
común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la
autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas
ellas.
La proclamación del contenido esencial de los derechos constitucionalmente reconocidos
como límite al legislador parece consagrar de modo redundante lo que es obvio: el
legislador, sometido como todos los poderes públicos a la CE, art. 9.1 CE, ha de respetar
sus contenidos, entre los que se encuentran los derechos fundamentales. Todos los
preceptos de la CE se imponen al legislador, entre ellos naturalmente los que proclaman los
derechos.
LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA CE: LA SOBERANÍA, LA DIVISIÓN DE
PODERES, LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA Y LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Se recogen en el Título Preliminar, artículos 1 al 9.
Estado social y democrático de derecho (art. 1.1CE)
Soberanía popular El art. 1.2CE establece que la soberanía nacional reside en el pueblo
español, del que emanan todos los poderes del Estado.
Esta soberanía se manifiesta en las elecciones democráticas, por las que se eligen los dirigentes
políticos.
División de poderes: en los sistemas democráticos existe la división de poderes, de forma que estos
se mantengan independientes y se controlen entre sí. Existen tres poderes: legislativo, ejecutivo y
judicial. Esta división no es absoluta, hay relaciones, equilibrios y controles recíprocos entre las
distintas instituciones. Las distintas instituciones en ocasiones necesitan colaborar entre sí, en otras
actúan de forma independiente ó controlan a otras instituciones. Esta organización de las
instituciones es muy importante; evita el abuso en el ejercicio del poder.
Representación política: La democracia directa resulta impensable en el mundo actual. La
articulación de la representación política tiene lugar a través de los distintos procesos electorales y
en España se regula en la Ley Orgánica del Régimen Electoral que comprende la regulación de los
que se ha denominado el régimen electoral general y disciplina por tanto la participación de
electores y elegibles en los procesos electorales presididos por los principios clásicos del sufragio
universal, libre, igual, directo y secreto.
Participación ciudadana regulada en el artículo 23 CE que establece “Los ciudadanos tienen el
derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes,
libremente elegidos en elecciones periódicas, mediante sufragio universal.”
Y en su apartado segundo este artículo establece: “Asimismo, tienen derecho a acceder en
condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen en las
leyes.”
LA REFORMA CONSTITUCIONAL
Hasta ahora las dos únicas reformas de nuestra CE han consistido en añadir en el artículo 13.2 la
expresión “y pasivo” referida al ejercicio derecho de sufragio de los extranjeros en las elecciones
municipales y la segunda reforma es la del art. 135 llevada a cabo el 27 de septiembre de 2011 para
limitar el nivel de endeudamiento de las AA.PP; artículo que será desarrolado por la LO 2/2012 de
Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.
La CE dedica el artículo X a la reforma constitucional. Se establecen dos procedimientos
diferenciados:
El procedimiento de reforma ordinario del artículo 167 CE se articula a través del procedimiento
legislativo común, pero con cuatro especialidades:
1.- La primera de ellas en lo referente a la iniciativa que se atribuye a una pluralidad de órganos,
pero con preferencia de unos sobre otros. Por último, se excluye la posibilidad de la iniciativa
popular.
2.- Se establece un quórum reforzado de aprobación al exigirse uma mayoría de tres quintos.
3.- Se establece un sistema de composición entre Cámaras. Si no existiese acuerdo entre Cámaras
se nombrará una comisión paritaria y si persiste el desacuerdo podrá aprobar el texto siempre que
hubiese obtenido una mayoría favorable del Senado y lograse una mayoría de dos tercios en el
Congreso.
4.- Se establece la posibilidad de que en los 15 días siguientes una décima parte de los diputados
de cualquier cámara soliciten la celebración de un referéndum de la ratificación.
Artículo 167 CE
“1. Los proyectos de reforma constitucional deberán ser aprobados por una mayoría de 3/5 de cada
una de las Cámaras. Si no hubiera acuerdo entre ambas, se intentará obtenerlo mediante la
creación de una Comisión de composición paritaria de Diputados y Senadores, que presentará un
texto que será votado por el Congreso y el Senado.
2. De no lograrse la aprobación mediante el procedimiento del apartado anterior, y siempre que el
texto hubiese obtenido el voto favorable de la mayoría absoluta del Senado, el Congreso, por
mayoría de ⅔ , podrá aprobar la reforma.
3. Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su
ratificación cuando así lo soliciten, dentro de los 15 días siguientes a su aprobación, 1/10 de
los miembros de cualquiera de las Cámaras.
El procedimiento de reforma extraordinario o revisión se limita a los supuestos en el que el
contenido material de la reforma se concrete en una revisión total del texto o afecte al Título
Preliminar, al Capítulo Segundo, Sección primera del Título I que regula los derechos
fundamentales o al Título II relativo a la Corona.
El procedimiento es agravado, ya que, el artículo 169 CE exige en primer lugar una
aprobación de principio, interpretada por el Reglamento del Congreso y del Senado como
una aprobación de conjunto sin debatir artículo por artículo.
Consecuentemente a esta aprobación se procedería a la disolución automática de las
Cámaras y a la convocatoria del elecciones.
La nuevas Cámaras deberán ratificar la revisión. La tramitación en este caso se realizaría a
través del procedimiento legislativo ordinario, pero con la exigencia del voto favorable de ⅔.
La celebración del referéndum en este caso es obligatorio.
Artículo 168 CE
“1. Cuando se propusiere la revisión total de la Constitución o una parcial que afecte al
Título preliminar, al Capítulo segundo, Sección primera del Título I, o al Título II, se
procederá a la aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la
disolución inmediata de las Cortes.
2. Las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto
constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras.
3. Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su
ratificación.”
El artículo 169 CE imposibilita que se ponga en marcha la reforma constitucional estando
vigente el estado de guerra o los excepcionales regulados en el artículo 116 CE: alarma,
excepción y sitio.