Hora Santa de La Familia

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Hora santa

FAMILIA, JESÚS ESTÁ LLAMANDO A LA PUERTA DE TU HOGAR, ¡DÉJALO


ENTRAR!

I. EXPOSICIÓN DE JESÚS SACRAMENTADO

Canto de adoración

II. ESTACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

III. OFRECIMIENTO DE LA HORA SANTA

Ismael: Señor Jesús, estamos ante tu presencia, queremos acompañarte


en esta hora de adoración. Jesús sacramentado, la Iglesia es consciente de
que el matrimonio y la familia constituyen uno de los bienes más preciosos
de la humanidad, como familia de Dios te agradecemos por todas las
bendiciones que cada día nos das y te ofrecemos esta hora Santa por las
familias del mundo entero, por su bienestar material y espiritual, sobre
todo la ofrecemos por aquellas que sufren a causa del hambre, la violencia,
que están a punto de separarse, por los que tienen familiares enfermos,
por los que sufren debido a la falta de recursos económicos, por los que
solo tienen como familia a la Iglesia, por los que han sido abandonados por
sus familiares. Señor, bendícenos y fortalécenos en los lazos de amor y
unidad. Amén.

Momento de silencio personal para que cada familia (persona) haga su ofrecimiento.

Ismael: Oh Espíritu Santo, Espíritu Divino de luz y de amor: yo te consagro


durante mi vida y para la eternidad mi inteligencia, mi corazón, mi
voluntad y todo mi ser. Te consagro también a mi familia. Amén.
Normita A.: Dios no es un ser solitario, es una Familia formada por el Padre
y el Hijo y el Espíritu Santo, y la Iglesia, pueblo santo de Dios, es la gran
Familia de Dios en la tierra. La familia, a su vez, es imagen de Dios que «en
su misterio más intimo no es una soledad, sino una familia» (Juan Pablo II,
Homilía en Puebla 2: AAS 71 p. 184). Es una alianza de personas a las que se llega
por vocación amorosa del Padre que invita a los esposos a una «intima
comunidad de vida y de amor» (GS 48), cuyo modelo es el amor de Cristo
a su Iglesia. La «comunión de las personas deriva, en cierto modo, del
misterio del «Nosotros» trinitario y, por tanto, la «comunión conyugal» se
refiere también a este misterio.

La familia, que se inicia con el amor entre el hombre y la mujer, surge


radicalmente del misterio de Dios. Esto corresponde a la esencia más
intimo del hombre y de la mujer, y a su natural y auténtica dignidad de
personas. "La familia misma es el gran misterio de Dios. Como «iglesia
doméstica», es la esposa de Cristo. La iglesia universal, y dentro de ella
cada Iglesia particular, se manifiesta más inmediatamente como esposa de
Cristo en la «iglesia doméstica» y en el amor que se vive en ella: amor
conyugal, amor paterno y materno, amor fraterno, amor de una
comunidad de personas y de generaciones."

Tanito Jr.: Señor, fortalece la fe en mi familia para sentir y mantener viva


tu presencia, Señor contamos contigo en las dificultades, en el dolor, en
las angustias. Contamos contigo, cuando nuestra oración sea débil, cuando
la tristeza nos invada. Señor, queremos hacer siempre tú voluntad.
Confiamos Señor pero aumenta nuestra fe.

Canto: Formamos la gran familia.


IV. MOMENTO PARA PEDIR PERDÓN

Gely: Familia, este día estamos llamados a contemplar el amor infinito que
nos da la Familia perfecta formada por la Santísima Trinidad. Familia de
infinito amor a quien dirigimos en este momento un acto de perdón por
las veces en que no hemos dejado entrar a Jesús a nuestro hogar. En
presencia del Señor, reconozcamos en silencio nuestras faltas y nuestros
pecados porque hemos permitido la desobediencia en nuestra familia, en
nuestra mente, en nuestro corazón. Pidamos perdón por nuestra falta de
entusiasmo, de generosidad, de entrega en la tarea de promover y
defender a la familia.

Breve momento de silencio.

Gely: Decimos tres veces: SÁNAME SEÑOR, HOY QUIERO VIVIR. DANOS
TU AMOR, SIN TI NO PUEDO SER FELIZ.

Canto: Sáname Señor, o Danos un corazón

Normita A.: Después de haber pedido perdón al Señor, démosle gracias en


este segundo momento por su fidelidad y por su amor manifestado en el
don de nuestra familia, aun cuando nosotros le cerramos la puerta del
corazón de nuestra familia.

«El deber de santificación de la familia cristiana tiene su primera raíz en el


bautismo y su expresión máxima es la Eucaristía, a la que está íntimamente
unido el matrimonio cristiano... Volver a encontrar y profundizar tal
relación es del todo necesario si se quiere comprender y vivir con mayor
intensidad la gracia y las responsabilidades del matrimonio y de la familia
cristiana. La Eucaristía es la fuente misma del matrimonio cristiano. En
efecto, el sacrificio eucarístico representa la alianza de amor de Cristo con
la Iglesia, y a su vez sellada con la sangre de la cruz. Y en este sacrificio de
la Nueva y Eterna Alianza los cónyuges cristianos encuentran la raíz de la
que brota, que configura interiormente y vivifica desde dentro, su alianza
conyugal. En representación del sacrificio de amor de Cristo por su Iglesia,
la Eucaristía es manantial de caridad. Y en el don eucarístico de la caridad
la familia cristiana halla el fundamento y el alma de su «comunión» y de su
«misión», ya que el Pan eucarístico hace de los diversos miembros de la
comunidad familiar un único cuerpo, revelación y participación de la más
amplia unidad de la Iglesia; además, la participación en el Cuerpo
«entregado» y en la Sangre «derramada» de Cristo se hace fuente
inagotable del dinamismo misionero y apostólico de la familia cristiana."
(Familiaris consortio, 57).

Momento de silencio para el diálogo personal con el Señor. Motivar a los asistentes a darle
gracias a Dios.

Ismael: Tenemos tanto porque agradecer y en ocasiones nos olvidamos.


Familia, demos gracias a Dios por las veces que ha entrado a nuestro hogar.
Recordemos que Dios siempre está a la puerta llamando, especialmente
nos espera a que lo dejemos entrar en la intimidad del alma de cada
integrante de la familia, cuando nos alimentamos de su cuerpo, sangre,
alma y divinidad.

V. HABLA SEÑOR QUE TE ESCUCHO

Itzy: Familia, escuchemos la Palabra de Dios. “MIRA QUE ESTOY A LA


PUERTA Y LLAMO: SI ALGUNO ESCUCHA MI VOZ Y ME ABRE, ENTRARÉ EN
SU CASA Y COMERÉ CON ÉL Y ÉL CONMIGO.” (Ap 3, 20).

Reflexión: Familia, siempre Jesús llama a la puerta del corazón de cada uno
de los que quienes la integran Él desea que los hogares vivan la plenitud
del amor, que la cena de su propia sangre y cuerpo que nos propone sea
siempre el principal alimento de la familia.

Cantemos juntos para alabar a Dios en respuesta a su llamado.


Canto: Te doy gracias, Jesús.

VI. MOMENTO DE AGRADECIMIENTO

Candy: Llenos de agradecimiento expresemos algunas de las muchísimas


cosas con las que Dios ha bendecido a la humanidad por medio de las
familias cuando le hemos abierto la puerta de nuestro hogar. Demos
gracias al Señor por su designio sobre la vocación y la misión de las familias
y por lo que representan en la vida de la humanidad y de la sociedad.

Respondamos diciendo: TE DAMOS GRACIAS, PADRE.

Lector:
1. Padre, Hijo y Espíritu Santo, Familia Divina; por brindarnos hoy la
oportunidad de contemplar tu imagen en la familia, por todo lo que
nos permites ver de Ti en ella. Oremos.
2. Te damos gracias porque los esposos forman una sola carne al unirse
en matrimonio, convirtiéndose en los padres que orientan y educan a
sus hijos para que lleguen a Ti, en el camino de la vida, mediante la
oración, la participación en la eucaristía y el ejemplo de fe, esperanza
y amor a Dios. Oremos.
3. Te damos gracias por las familias que saben acoger con amor
generoso a sus hijos, por su esfuerzo en educarlos y guiarlos hacia ti.
Oremos.
4. Te damos gracias por la mujer-esposa y el hombre-esposo que unen
irrevocablemente su destino en una relación de recíproca entrega, al
servicio de la comunión y de la vida. Oremos.
5. Te damos gracias por la familia, comunidad de amor y vida a
semejanza Tuya y que irradia a los demás tu presencia al vivir el
Evangelio en el interior de la familia, en su trabajo y en la sociedad.
Oremos.
6. Te damos gracias por las familias que viven fieles a ti en medio del
sufrimiento y la separación de sus Miembros. Oremos.
7. Te damos gracias por las familias que rezan el rosario, para bien
propio y de la humanidad, que saben Que en María tienen a una
Madre corredentora que los guía hacia su Hijo Jesús. Oremos.
8. Te damos gracias por las familias que reconocen la fuente de agua
viva en la sagrada Eucaristía y la frecuentan asiduamente, para
sentirse unidos a Cristo en su misión. Oremos.
9. Te damos gracias por las familias que ejercen su apostolado en la
Iglesia por sentirse cuerpo de Cristo y que son objeto y sujeto de
evangelización progresiva y permanente. Oremos.
10. Te damos gracias por todas las iniciativas que favorecen la verdadera
dignidad de las familias en todos los campos de la existencia, del saber
y del hacer humano. Oremos.
11. Te damos gracias por haber elegido a nuestra familia para vivir el don
de tu gracia y así, alimentados por Ti, permitirnos poner los cimientos
de una nueva primavera para las familias. Oremos.

Canto: Un vaso nuevo

Alicia: Sigamos en silencio la siguiente oración pensando en lo profundo


de nuestro corazón. ¡Qué agradable es Ponernos en las manos de Dios!

Alicia: Padre mío, me abandono a Ti. Haz de mi lo que quieras. Lo que


hagas de mi te lo agradezco, estoy dispuesto a todo, lo acepto todo. Y
porque para mi amarte es darme, entregarme en tus manos sin medida,
con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre. Con tal que tu voluntad se
haga en mi y en todas tus criaturas, no deseo nada más, Dios mío. Pongo
mi vida en tus manos. Te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón,
porque te amo (Padre Charles de Foucauld).

Canto de adoración.
VII. RESERVA DE JESÚS SACRAMENTADO.

ORACIÓN PARA RESERVAR EL SANTÍSIMO (Los que puedan se ponen de rodillas).

Ministro: Adoremos al Santísimo Sacramento, signo de unidad, vinculo de


caridad, banquete pascual en el que se recibe a Cristo. Se renueva el
memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda
de la futura gloria. Amén.

V/. Nos diste el pan del cielo,


R/. Que contiene en si todo deleite.

Oh, Jesús que en este Sacramento admirable, nos has dejado el memorial
de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los Sagrados Misterios de
tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto
de tu redención. Tú que vives y reinas, por los siglos, de los siglos. Amén.

ALABANZAS DE DESAGRAVIO
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea María Santísima, la excelsa Madre de Dios.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

(Inmediatamente se realiza la reserva, mientras se canta)


CANTO FINAL

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