Hora Santa Por Las Familias Julio
Hora Santa Por Las Familias Julio
Hora Santa Por Las Familias Julio
De este amor proviene la familia y en ella nacen un conjunto de relaciones, padres-hijos-hermanos, mediante las
cuales toda persona humana es introducida en la familia humana, y en la familia de Dios, la Iglesia, que
encuentra en la familia, nacida del sacramento, su cuna y el lugar donde se anuncia el evangelio de la manera
más eficaz y duradera. La Iglesia doméstica.
La Sagrada Familia también, como la familia de hoy, tuvo que afrontar y convivir con grandes problemas; con
una dramática situación en cada uno de sus miembros: un padre que biológicamente no lo era; una madre que
no era esposa plena; y un hijo que rebasaba la dependencia natural. A ella deben acudir las familias de hoy para
aprender a vivir el amor y el sacrificio, conscientes de que la gracia del sacramento del matrimonio fortalece a
los esposos para sacrificarse el uno por el otro, y a ambos por los hijos.
Con nuestros cantos y oraciones aclamemos el misterio del amor de Cristo que ha querido quedarse con
nosotros para caminar juntos por la vida.
Pidamos perdón a Dios por las infidelidades a su Plan de Amor, démosle gracias por el don del matrimonio y la
familia y alabémoslo por su misericordia. Participemos con grande fe y
alegría en este encuentro con Cristo vivo, camino de conversión, comunión y solidaridad para nuestras
familias.
1
PRIMER MOMENTO: PETICIÓN DE PERDÓN
G UIA: Hermanos, ante el Señor Jesús, con un corazón contrito, reconozcamos nuestras faltas de generosidad para
con nuestras familias, por no esforzarnos en vivir el Plan de Dios para la familia. Escuchemos y reflexionemos
unas palabras de San Juan Pablo II:
LECTOR: «Por otra parte, no faltan, signos de preocupante degradación de algunos valores fundamentales –de la
familia–: una equivocada concepción teórica y práctica de la
independencia de los cónyuges entre sí; las graves ambigüedades.
Acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos; las dificultades concretas que con frecuencia
experimenta la familia en la transmisión de los valores; el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del
aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización,
la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepcional.» (F.C. 6)
G UÍA: El papa Francisco nos aconseja:
LECTOR: “Preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son
más frágiles y a que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón.
Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego,
como padres, cuidan de sus hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de los
padres”.
Reflexionemos en silencio estas bellas palabras.
MOMENTO DE SILENCIO
La fe y obediencia de San José nos sirve de ejemplo para nuestras vidas. María más santa, obedece a José, su
esposo, y llegado el tiempo a Jesús, Dios con Nosotros:
2
¿Cuántas veces el Señor nos dice algo y no le hacemos caso?
En presencia del Señor, reconozcamos en silencio nuestras faltas y nuestros pecados porque hemos permitido la
desobediencia en nuestra familia, en nuestra mente, en nuestro corazón.
Pidamos perdón por nuestra falta de entusiasmo, de generosidad, de entrega en la tarea de promover y defender
a las familias.
MOMENTO DE SILENCIO
3
SEGUNDO MOMENTO: ACCIÓN DE GRACIAS
G UÍA: Despuésde haber pedido perdón al Señor, démosle gracias en este segundo momento por su fidelidad y
por el su amor manifestado en el don de nuestras familias.
LECTOR: «Eldeber de santificación de la familia cristiana tiene su primera raíz en el bautismo y su expresión
máxima es la Eucaristía, a la que está íntimamente unido el matrimonio cristiano...
Volver a encontrar y profundizar tal relación es del todo necesario si se quiere comprender y vivir con mayor
intensidad la gracia y las responsabilidades del matrimonio y de la familia cristiana. La Eucaristía es la fuente
misma del matrimonio cristiano. En efecto, el sacrificio eucarístico representa la alianza de amor de Cristo con
la Iglesia, en cuanto sellada con la sangre de la cruz. Y en este sacrificio de la Nueva y Eterna Alianza los
cónyuges cristianos encuentran la raíz de la que brota, que configura interiormente y vivifica desde dentro, su
alianza conyugal.
G UÍA:En cuanto representación del sacrificio de amor de Cristo por su Iglesia, la Eucaristía es manantial de
caridad. Y en el don eucarístico de la caridad la familia cristiana halla el fundamento y el alma de su
«comunión» y de su «misión», ya que el Pan eucarístico hace de los diversos miembros de la comunidad
familiar un único cuerpo, revelación y participación de la más amplia unidad de la Iglesia; además, la
participación en el Cuerpo «entregado» y en la Sangre «derramada» de Cristo se hace fuente inagotable del
dinamismo misionero y apostólico de la familia cristiana.” (Familiaris consortio, 57).
“El Coronamiento litúrgico del rito matrimonial es la Eucaristía -sacrificio del «cuerpo entregado» y de la
«sangre derramada»-, que en el consentimiento de los esposos encuentra, de alguna manera, su expresión”
(Carta a las Familias, 11).
4
CANTO: Cantemos al amor de los amores
Cantemos al amor Rey de la Gloria, [coro]
de los amores, amor por siempre a Ti,
cantemos al Señor. Dios del amor.] Por nuestro amor
Dios está aquí, Oculta en el sagrario
venid adoradores, Unamos nuestra voz Su Gloria y esplendor
adoremos a los cantares Para nuestro bien
a Cristo Redentor. del coro celestial. Se queda en el santuario
Dios está aquí, Esperando
[Gloria a Cristo Jesús, al Dios de los altares Al justo y pecador
cielos y tierra alabemos
bendecid al Señor. con gozo angelical. [coro]
Honor y gloria a Ti,
GUIA: Llenos de agradecimiento expresemos algunas de las muchísimas cosas con las que Dios ha bendecido a
la humanidad por medio de las familias. Demos gracias al Señor por su designio sobre la vocación y la misión
de las familias y por lo que representan en la vida de la humanidad y de la sociedad. A cada oración
respondamos diciendo: Te damos gracias, Padre.
LECTOR:
1. Padre, Hijo y Espíritu Santo, Familia Divina; por brindarnos hoy la oportunidad de contemplar tu
imagen en la familia, por todo lo que nos permites ver de Ti en ella.
2. Te damos gracias porque los esposos forman una sola carne al unirse en matrimonio, convirtiéndose en
los padres que orientan y educan a sus hijos para que lleguen a Ti, en el camino de la vida, mediante la
oración, la participación en la eucaristía y el ejemplo de fe, esperanza y amor a Dios.
3. Te damos gracias por las familias que saben acoger con amor generoso a sus hijos, por su esfuerzo en
educarlos y guiarlos hacia ti.
4. Te damos gracias por la mujer-esposa y el hombre-esposo que unen irrevocablemente su destino en una
relación de recíproca entrega, al servicio de la comunión y de la vida.
5. Te damos gracias por las familias que son comunidad de amor y vida a semejanza Tuya y que irradian a
los demás tu presencia al vivir el Evangelio en el interior de la familia, en su trabajo y en la sociedad.
6. Te damos gracias por las familias que viven fieles a ti en medio del sufrimiento y la separación de sus
miembros.
7. Te damos gracias por las familias que rezan el rosario, para bien propio y de la humanidad, que saben
que en María tienen a una Madre Corredentora que los guía hacia su Hijo Jesús.
8. Te damos gracias por las familias que reconocen la fuente de agua viva en la sagrada Eucaristía y la
frecuentan asiduamente, para sentirse unidos a Cristo en su misión.
9. Te damos gracias por las familias que ejercen su apostolado en la Iglesia por sentirse cuerpo de Cristo y
que son objeto y sujeto de evangelización progresiva y permanente.
10. Te damos gracias por todas las iniciativas que favorecen la verdadera dignidad de las familias en todos
los campos de la existencia, del saber y del hacer humano.
5
11. Te damos gracias por haber elegido a nuestras familias para vivir el don de tu gracia y así, alimentados
por Ti, permitirnos poner los cimientos de una nueva primavera para las familias del tercer milenio.
GUIA: Ha llegado un momento muy especial. El Salmista nos invita al júbilo: “Alégrense en el Señor, oh justos,
exulten, griten de gozo, todos los rectos de corazón” (Sal 32, 11). Preparemos nuestro corazón para exultar de
gozo como María, ante el misterio del amor de Dios.
«El buen Pastor está con nosotros en todas partes, igual que estaba en Cana de Galilea, como Esposo entre los
esposos que se entregaban recíprocamente para toda la vida, el buen Pastor esta hoy con ustedes como motivo
de esperanza, fuerza de los corazones, fuente de entusiasmo, siempre nuevo y signo de la victoria de la
civilización del amor.» (Carta a las Familias de S.S. Juan Pablo II. Roma, 2 de febrero de 1994, 18)
Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la
bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia. Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivo
de queja contra otro. Como el Señor los perdonó, a su vez hagan ustedes lo mismo. Por encima de esta vestidura
pondrán como cinturón el amor, para que el conjunto sea perfecto. Así la paz de Cristo reinará en sus corazones,
pues para esto fueron llamados y reunidos. Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes y esté a sus anchas. Tengan sabiduría, para que se puedan aconsejar
unos a otros y se afirmen mutuamente con salmos, himnos y alabanzas espontáneas. Que la gracia ponga en sus
corazones un cántico a Dios, y todo lo que puedan decir o hacer, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando
gracias a Dios Padre por medio de él.
Palabra de Dios.
G UÍA:
La familia está llamada a edificar el Reino de Dios y a participar activamente en la vida y misión de la Iglesia.
Los miembros de la familia, enseñados por la Palabra de Dios, confortados con los sacramentos y los auxilios
de la gracia, e irradiando el espíritu del Evangelio, vienen a ser una pequeña porción viva de la Iglesia.
6
En la familia los padres deben comunicar el Evangelio a los hijos, pero también pueden recibirlo de ellos. La
familia debe transmitir la fe a otras familias y a los ambientes donde se desenvuelve su vida ordinaria.
Jesucristo nos enseñó que "cuando hay dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos"
(Mt 17,19).
Alabar a Dios, darle gracias y pedirle sus dones forma parte esencial de la vida de una familia cristiana.
MOMENTO DE SILENCIO
7
CANTO: Altísimo Señor
Altísimo Señor, que supiste juntar Ven y se trocará del destierro cruel
a un tiempo en el altar, con tu dulzura la amarga hiel.
ser cordero y pastor
Quisiera con fervor, amar y recibir Oh convite real que sirve el Redentor
a quien por mí quiso morir. al siervo del Señor comida sin igual;
Pan de vida inmortal, ven a entrañarte en mí
Cordero divinal por nuestro sumo bien, y quedo yo trocado en Ti.
inmolado en Salén, en tu puro raudal
de gracias celestial, lava mi corazón, Los ángeles al ver tal gloria y majestad,
que el fiel te rinde adoración. con profunda humildad adoran su poder,
sin ellos merecer la dicha de gustar
Suavísimo maná, que sabe a dulce miel, el pan del cielo, hecho manjar.
ven y del mundo vil nada me gustará.