Hora Santa Por Las Familias

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HORA SANTA POR LAS FAMILIAS.

CORO 1. Dios no es un ser solitario, es una Familia formada por el Padre y el Hijo y el Espíritu
Santo, y la Iglesia, Pueblo Santo de Dios, es la familia de Dios en la Tierra. La familia, a su vez, es
imagen de Dios, es una alianza de personas a las que se llega por vocación amorosa del Padre que
invita a los esposos a una «íntima comunidad de vida y de amor», cuyo modelo es el amor de Cristo
a su Iglesia.
CORO 2. La familia que se inicia con el amor del hombre y la mujer, surge radicalmente del
misterio de Dios. Esto corresponde a la esencia más íntima del hombre y de la mujer, y a su natural
y auténtica dignidad de persona. La familia misma es el gran misterio de Dios. Como «Iglesia
doméstica», es la esposa de Cristo. La Iglesia universal y dentro de ella cada Iglesia particular, se
manifiestan más inmediatamente como esposa de Cristo en la «Iglesia doméstica», y en el amor
paterno y materno, amor fraterno, amor de una comunidad de personas y generaciones.

CORO 1. Por eso, hermanas y hermanos, vamos ahora a contemplar el Misterio de Cristo Esposo en
su humanidad eucarística, y por Él y en Él, contemplemos agradecidos el misterio de nuestra
familia. Con nuestros cantos y oraciones, aclamemos el misterio del amor de Cristo, que ha querido
quedarse con nosotros para caminar juntos por la vida; pidamos perdón a Dios por las infidelidades
a su plan de amor, démosle gracias a Dios por el don del matrimonio y la familia, y alabémoslo por
su misericordia. Participemos con gran fe y alegría en este encuentro con Cristo vivo, camino de
conversión, comunión y solidaridad para nuestras familias.

CORO 2. La Eucaristía es un sacramento verdaderamente admirable. En él se ha quedado Cristo


mismo como alimento y bebida, como fuente de poder salvífico para nosotros. Nos lo ha dejado
para que tuviéramos vida y la tuviéramos en abundancia, la vida que tiene Él y que nos ha
trasmitido con el don del Espíritu, resucitando al tercer día después de la muerte; es efectivamente
para nosotros la vida que procede de Él. ¿No instituyó Él la Eucaristía en un contexto familiar,
durante la Última Cena?
TODOS. Señor nuestro Jesucristo, que con tu pasión, muerte y resurrección sellaste la Nueva
Alianza con tu pueblo y bajo las especies del pan y del vino te quedaste en medio de nosotros;
concede a cuantos reconocemos tu presencia real y verdadera en la Eucaristía, saber descubrir tu
presencia en nuestras familias, «Iglesias domésticas», así como en cada uno de nuestros hermanos y
hermanas. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los
siglos de los siglos. AMÉN. TODOS. En la Sagrada Eucaristía, Tú estás todo entero, todo vivo, mi
bien amado Jesús, tan plenamente como estabas en Betania. Como estabas en medio de los
Apóstoles, ¡igual estás aquí, mi bien amado y mi todo! ¡Oh! No estemos jamás fuera de la presencia
de la Sagrada Eucaristía ni un solo instante. AMÉN

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