Uro - Eje Reproductivo Masculino

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UNIVERSIDAD CATÓLICA ¨NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN¨

CAMPUS ALTO PARANÁ


FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
CARRERA DE MEDICINA
CÁTEDRA DE UROLOGÍA

EJE REPRODUCTIVO
MASCULINO
ALUMNOS:
• Arthur Fiuza Y14026
• Ricardo Rolon 48100

PROFESOR:

Dr. Daniel Godoy

CURSO
4to

2023
INTRODUCCIÓN:

El eje hormonal masculino es un sistema fundamental en el organismo del hombre que


regula y controla diversas funciones y características propias de la masculinidad. Este
sistema está compuesto por una compleja red de órganos, glándulas y hormonas que
trabajan en conjunto para mantener el equilibrio hormonal necesario para el desarrollo y
funcionamiento adecuado del cuerpo masculino.

A lo largo de la vida de un hombre, el eje hormonal masculino experimenta cambios


significativos, especialmente durante la pubertad y la edad adulta. Durante la pubertad,
la producción de hormonas como la testosterona se incrementa, lo que desencadena el
desarrollo de características sexuales secundarias, como el crecimiento del vello facial y
corporal, el desarrollo muscular y óseo, y el cambio de la voz.

Sin embargo, el eje hormonal masculino no solo tiene un impacto en el desarrollo físico,
sino también en la salud y el bienestar general. Las hormonas masculinas, como la
testosterona, desempeñan un papel crucial en la regulación del estado de ánimo, la libido,
la función sexual, la producción de esperma y la salud cardiovascular, entre otros
aspectos.
EJE HORMONAL SEXUAL MASCULINO (GÓNADAS MASCULINAS)

¡EL EJE HORMONAL MASCULINO DETERMINA LA VIDA SEXUAL DEL


MACHO! Es responsable de las características fenotípicas del hombre y por su acción
sobre el encéfalo, de la conducta sexual del mismo.
EJE HORMONAL SEXUAL MASCULINO.
CARACTERÍSTICAS GENERALES.
El eje endocrino que regula las hormonas sexuales masculinas comienza en el
hipotálamo con la secreción hipotalámica de Kisspeptina, hormona que participa de
forma importante en el inicio de la pubertad, que a su vez regula la secreción de la
GnRH o LHRH y el GAP (péptido asociado a la GnRH )(es un fragmento de ésta,
encargados de regular la secreción de las gonadotropinas adenohipofisarias LH y FSH,
las cuales regulan a su vez la secreción de los andrógenos de origen testicular. Además,
hay que tener en cuenta la prolactina que también participa en la regulación de la
secreción de testosterona y su acción periférica, la hormona del crecimiento y la
insulina.

EJE HORMONAL MASCULINO


Regulación que a partir de la pubertad muestra un cambio en el patrón de secreción de
la GnRH y LH haciéndose pulsátil, lo que determina la maduración y entrada en función
de las gónadas masculinas.
No todas las hormonas sexuales en el hombre son de origen testicular, sino que una
parte procede de la capa reticular de las suprarrenales (andrógenos suprarrenales) y del
tejido adiposo.
GÓNADAS MASCULINAS.
El testículo, como órgano endocrino, pertenece al eje hormonal sexual masculino. Tiene
un tamaño de 4 a 5 cm de diámetro mayor, forma ovoide y un peso de 35 a 40 gramos.
Está formado por parénquima rodeado de una cápsula con tres capas: túnica vaginalis;
túnica albugínea y túnica vasculosa. La túnica albugínea penetra en el parénquima y lo
divide en unos 250 lóbulos con tres túbulos seminíferos cada uno.
GÓNADAS MASCULINAS.
La diferenciación del testículo a partir de la gónada indiferenciada depende de los genes
en Y, X y autosomas 7, 9, 11 y 17. Se inicia a partir de la semana 6ª y el primer evento
morfológico evidenciable es el desarrollo de los precursores de las células de Sertoli que
al agregarse forman los cordones seminíferos, colonizables por las células germinales
primordiales. Luego aparecen los precursores de las células de Leydig y empieza a
detectarse testosterona en el embrión de 6 a 7 semanas.
TESTÍCULO MASCULINO
En definitiva el testículo presenta un 80% de túbulos seminíferos donde se produce la
espermatogénesis y un 20% de tejido conectivo donde se encuentra fibroblastos,
macrófagos, vasos sanguíneos, linfáticos, terminales nerviosas no mielinizadas, células
mioides y las células intersticiales del estroma que originan a las células de Leydig
(análogas a las células tecales ováricas), encargadas de la síntesis y secreción de
andrógenos. Estas células son inidentificables antes de la pubertad pero después son
claramente diferenciables. Durante la etapa embrionaria (aparecen hacia la 8ª semana)
son funcionales y su activación depende de la HCG (gonadotropina coriónica humana)
de origen placentario (la LH aparece hacia la semana 10), lo que permite la secreción
de andrógenos necesarios para la diferenciación sexual. A partir de la semana 22 la
esteroidogénesis depende de la LH. Después del nacimiento hay un nuevo incremento
de actividad de éstas células con incremento de testosterona en plasma, con un máximo
en el 3º mes y luego caída a mínimos en el primer año.
La tercera ola de actividad en las células de Leydig se produce en la pubertad como
consecuencia del incremento de las gonadotropinas.
TÚBULOS SEMINÍFEROS
Cada túbulo seminífero tiene un diámetro de 200 µm, y termina en sus dos extremos
por un solo conducto que desemboca en unos canales: rete testis. Se rodea de una
membrana basal que separa al túbulo de las células del estroma (células de Leydig, etc.),
al otro lado muestra un epitelio estratificado con una luz central y dos tipos celulares:
las células germinativas (espermatogonias) en distintas etapas de maduración y las
células de Sertoli (análogas a las células granulosas ováricas) que abarcan el espacio
entre la membrana basal y la luz tubular. Su citoplasma se alarga rodeando a las células
germinales. Además estas células presentan uniones estrechas que forman la
denominada barrera hemato-testicular, la cual actúa como filtro plasmático
seleccionando los compuestos plasmáticos útiles para la espermatogénesis y formación
del líquido tubular [1], evitando la difusión de autoantígenos del interior del túbulo a la
sangre. Además separa al epitelio germinativo en un compartimento basal con células
germinales inmaduras y un compartimento adluminal con células germinales más
maduras. Estas células de Sertoli son responsables de la síntesis y liberación de la
inhibina que regula la secreción de FSH; de estrógenos a partir de los andrógenos
procedentes de las células de Leydig y bajo el estímulo de la FSH, de una proteína
fijadora de andrógenos (ABP), la cual fija hormonas sexuales y las almacena en el
túbulo para su uso en la maduración espermatogénica. Uniendo al estradiol evita que
éste inhiba la síntesis hormonal de las células de Leydig. Sintetizan la activina, péptido
de la familia de la inhibina cuya acción es activar la síntesis y secreción de FSH,
también secretan folistatina que regula la FSH, el SGF (factor de crecimiento
seminífero), transferrina, etc. En el feto son responsables de la secreción del factor
antimülleriano, por el cual se evita la feminización gonadal. Hasta la pubertad siguen
proliferando y en la edad adulta tienen un papel nutritivo, fagocitario y sustentador de
la espermatogénesis.
CONDUCTOS Y GLÁNDULAS ANEXAS
Composición del semen En el epidídimo se produce la maduración de los
espermatozoides, almacenamiento y reabsorción de parte del líquido tubular. El
conducto deferente sirve de almacenamiento de espermatozoides.
El conducto eyaculador es la parte final del conducto deferente y atraviesa las vesículas
seminales las cuales secretan el 60% del líquido seminal de tipo mucoide, rico en
fructosa y otros nutrientes (vitaminas), prostaglandinas, fibrinógenos, etc. (Ver cuadro
en la figura). El resto del líquido procede de la próstata que produce un líquido alcalino
rico en fosfatasa ácida, calcio, ácido cítrico, colesterol, enzimas de la coagulación y
profibrinolisina. Las glándulas bulbouretrales (glándulas de Cowper y Littré)
determinan una secreción mucoide alcalina en la uretra precedente a la eyaculación.
Esta eyaculación (análisis del semen) de tipo alcalino sirve para contrarrestar la acidez
del flujo vaginal.
ESPERMATOGÉNESIS
Es la transformación de las espermatogonias en espermatozoides. Comienza en la
pubertad y dura toda la vida. Cada ciclo dura 74 días (64 en el testículo y 10 en el
epidídimo).
ESPERMATOGÉNESIS
La etapa testicular consta de tres fases:
a) proliferación mitótica de espermatogonias;
b) transformación meiótica de los espermatocitos primarios;
c) espermiogénesis: formación y maduración del espermatozoide.
1ª fase: Las espermatogonias forman de dos a tres capas de células en la zona próxima
a la membrana basal. Grupos de éstas inician un ciclo de espermatogénesis cada 16 días.
De cada una se generan 64 espermatozoides.
Por efecto de la testosterona se producen mitosis que dan lugar a distintos tipos de
espermatogonias hasta su transformación en espermatocitos primarios. Una
espermatogonia se divide en cuatro, tres siguen dividiéndose y una queda latente para
dar lugar después a una nueva generación.
2ª fase: se produce la meiosis que determina la formación de dos espermatocitos
secundarios, con 23 autosomas cada uno, pero uno con el cromosoma X y el otro con el
Y. Se convierten en espermátidas.
3ª fase: Es la fase madurativa, donde las espermátidas se transforman en
espermatozoides flagelados totalmente diferenciados con pérdida de citoplasma,
pasando éstos al epidídimo donde siguen madurando, adquiriendo motilidad a medida
que progresan por dicho conducto, siendo totalmente maduros y móviles los que se
encuentran al final de dicho conducto. Su mayor movilidad y capacidad de fertilización
se potencia dentro del ambiente genital femenino (en el cuello uterino). Los
espermatozoides (60 micras de tamaño) tardan en cruzar el epidídimo entre 2 a 4
semanas.
Como dato importante es el de la temperatura ideal para la espermatogénesis. Ésta debe
ser inferior a la normal del interior corporal, por lo que los testículos se colocan fuera
de él, donde la temperatura suele ser de unos 32º C, gracias al aire circulante por el
escroto y el intercambio de calor arteria-vena espermática. Por esta razón es importante
evitar los incrementos de temperatura en esta región, mediante prendas que eviten la
aireación adecuada del escroto o mediante baños de agua caliente diarios superiores a
los 30 minutos. Durante el invierno es mayor el número de espermatozoides
producidos, independientemente de la temperatura a la que esté expuesta el escroto.
CONCLUSIÓN:
En conclusión, el eje hormonal masculino es un sistema esencial para el desarrollo y
funcionamiento adecuado del organismo masculino. Desde la pubertad hasta la edad
adulta, este sistema controla la producción de hormonas clave, como la testosterona, que
son responsables de las características sexuales secundarias, el desarrollo muscular y óseo,
así como de la regulación del estado de ánimo y la función sexual.
Es importante tener en cuenta que el equilibrio hormonal es fundamental para la salud y el
bienestar masculinos. Los desequilibrios hormonales pueden tener efectos adversos, como
la disminución de la libido, la disfunción eréctil, la pérdida de masa muscular, la fatiga
crónica y el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En este sentido, es crucial contar con un estilo de vida saludable que incluya una
alimentación balanceada, ejercicio regular, manejo del estrés y la búsqueda de atención
médica adecuada para mantener un equilibrio hormonal óptimo. El conocimiento y la
comprensión del eje hormonal masculino permiten una mejor gestión de la salud
masculina y una mayor calidad de vida en general.
BIBLIOGRAFIA
Ross, M. H., Pawlina, W., & Barnash, T. A. (2011). Histología: Texto y Atlas Color con
Biología Celular y Molecular. Editorial Médica Panamericana.
Hall, J. E. (2020). Tratado de Fisiología Médica de Guyton y Hall. Elsevier.
https://www.webfisio.es/sistema-endocrino-2/hipotalamo-endocrino/eje-hormonal-
masculino/

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