Estrategia para Redes Sociales
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Estrategia para Redes Sociales
Han sido varias las corrientes cuyos basamentos buscan contrarrestar el efecto
hollywoodense que, desde principios de siglo, ha penetrado en el imaginario social
a nivel global. Sin embargo, a lo largo de la historia de esta expresión artística no
han dejado de existir alternativas, muchas de ellas radicalmente opuestas
al American way of life predicado en la pantalla grande.
Ese nuevo cine de la Italia doliente y maltrecha de la postguerra, con sus millones
de desocupados, su miseria y su hambre, hace películas rompiendo esquemas,
tradiciones y sistemas productivos: busca a sus actores entre la gente de las
calles, les propone los diálogos y deja que ellos mismos corrijan o inventen sus
parlamentos, se aleja de los viejos estudios, de los vestuarios, de las grandes
escenografías y filma en los suburbios y las viviendas humildes, se identifica con
el drama de los jubilados olvidados, de los pescadores explotados y el pueblo
oprimido.
Exponentes
Por otra parte, tenemos a Roberto Rossellini, quien estrenaría su primera película
neorrealista “Roma, ciudad abierta”. Donde muestra los últimos días de la
ocupación en la capital de Italia desde el punto de vista de un militante, un
sacerdote y una ama de casa. Po su condición de film independiente, el uso de
actores desconocidos y la crudeza de las escenas, esta película se considera
como la punta de lanza del neorrealismo.
Al final del día, la crudeza de las historias en ambos casos implica, de forma
ineludible, abordar contextos políticos, económicos y sociales. No obstante el
compromiso de ambas partes, el Nuevo cine latinoamericano ha superado al
italiano volviéndose más radical, contestatario, más local y enalteciendo la
identidad de cada uno de sus pueblos, introduciendo al espectador en las
profundidades de sus respectivos lastres y matices.
Para tener una idea mínima de cómo se produjo la recepción del neorrealismo
italiano en la isla, se debe justamente indagar primero en el contexto cultural y
cinematográfico, en específico, anterior a la Revolución.
Esto condujo necesariamente a una postura política que, entre otras cosas,
ansiaba una recuperación de la identidad nacional. Y en este sentido, el
neorrealismo fue un cine político en esencia, que se propuso reinventar la industria
y la dramaturgia fílmicas. El ICAIC tenía que identificarse con ese plasma estético
e ideológico. El realismo como estética desde la que representar el mundo,
subvertir los códigos que estructuraban los géneros fílmicos instituidos por las
grandes productoras norteamericanas, la creación de nuevos modelos de
producción y la relación sostenida entre las películas y los espectadores eran
problemáticas comunes entre los autores del neorrealismo y los autores cubanos.