Capitulo 14 Fases en La Vida Del Derecho
Capitulo 14 Fases en La Vida Del Derecho
Capitulo 14 Fases en La Vida Del Derecho
I. INTRODUCCIÓN
253
254 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
1. El derecho
La primera precisión que hay que hacer aquí es que cuando hablamos
de derecho nos referimos al derecho en sentido objetivo, es decir como
norma (norma agendi), o Derecho con mayúscula, frente a su opuesto,
que es el derecho subjetivo, como facultad (facultas agendi), o derecho
con minúscula. No es lo mismo hablar, por ejemplo, del derecho consti-
tucional que del derecho a la vida.
El desenvolvimiento doctrinal de la idea de derecho subjetivo, al
que, repetimos, aquí no nos referiremos, tiene su primera formulación
en Roma, aunque es discutible si en realidad allí existían auténticos de-
rechos de este tipo o simplemente un sistema de garantías procesales.
En Guillermo de Ockham331 la polémica entre los franciscanos y el pa-
pado en torno al alcance de la regla de la pobreza evangélica dio lugar a
la distinción entre la nuda propiedad de los bienes, entre el dominium, y
el derecho subjetivo o facultades de uso y disfrute sobre la cosa. Poste-
riormente, el iusnaturalismo racionalista, con el paso del estado de na-
turaleza al de sociedad civil, sitúa en éste el origen de la idea de garan-
tía o derecho subjetivo, frente a la gran inseguridad jurídica existente
en aquél. Después, el positivismo del siglo XIX y principios del XX
elabora ya el concepto, así Austin, como reverso de un deber jurídico,
como las dos caras de una misma moneda; Savigny, como poder de la
voluntad (Willensmacht); Ihering, como interés jurídicamente protegi-
do, o Jellinek, como una síntesis del aspecto subjetivo de la concepción
de Savigny y el objetivo de la de Jellinek. Es más adelante cuando se
produce la negación de la realidad de los derechos subjetivos, desde po-
siciones formalistas como la de Bentham, Kelsen o Duguit, que los
consideran quimeras o espejismos jurídicos, y desde las teorías realis-
331 Villey, M., “La génèse du droit subjectif chez Guillaume d’Occam”, Le droit sub-
jectif en question, París, Sirey, 1964.
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 255
Hay que partir aquí del concepto de derecho como orden normativo de
la conducta humana inherente a la sociabilidad del hombre (Ubi homo,
ibi societas; ubi societas, ibi ius). Pero esa convivencia humana está re-
gulada también por otros sistemas de normas desde otros puntos de vista.
Estos órdenes normativos son, entre otros, la moral, la religión y los usos
sociales. A continuación vamos a ver cuales han sido las relaciones entre
el derecho y la moral, tanto desde una perspectiva dinámica como en el
momento actual, es decir, desde un punto de vista estático.
a. Perspectiva dinámica
332 Montoro Ballesteros, Alberto, Sobre la revisión crítica del derecho subjetivo des-
de los supuestos del positivismo lógico, prólogo de Rodrigo Fernández Carvajal, Murcia,
Universidad de Murcia, 1983. Alessi, Renato, “La crisi attuale della nozione di diritto
soggetivo e i suoi possibili riflessi nel campo del diritto pubblico”, Scritti giuridici in me-
moria de V. E. Orlando, vol. 1, pp. 1-27. Comporti, Marco, “Formalismo e realismo in
tema di diritto soggetivo”, Studi in onore di Francesco Santoro Passarelli, Napoles, Jo-
vene, 1972, vol. I, pp. 715-784. Daniele, Nicola, “Questioni vecchi e nuove sul diritto
soggetivo e sul’interesse legittimo”, Annali dell’Istituto di Diritto Pubblico dell’Univer-
sità degli Studi di Roma, Padova, Cedam, 1976, pp. 33-100. Fasso, Guido, “Riflessioni
logico-storiche su diritto soggetivo e diritto oggetivo”, Rivista Trimestrale di Diritto Ci-
vile, 2, 1972. Hernández Marín, Rafael, “Derecho subjetivo: análisis lógico de un tema
de doctrina general del derecho”, Estudios de Filosofía del Derecho y Ciencia Jurídica
en memoria y homenaje a Luis Legaz y Lacambra. 1906-1980, Madrid, Centro de Estu-
dios Constitucionales, 1983, vol. I, pp. 485-520. La Torre, Massimo, “La teoria del dirit-
to soggetivo nel’primo Kelsen”, Revista Internazionale di Filosofia del Diritto, 1, 1989,
pp. 58-95. Longchamps, François, “Quelques observations sur la notion de droit subjectif
dans la doctrine”, y Thomann, Marcel, “Christian Wolff et le droit subjectif”, Le droit
subjectif en question, op. cit., nota 331.
256 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
ejemplo, para Platón las normas emanadas del Estado, es decir el derecho
positivo, se entendían como consejos para el recto vivir, para la consecu-
ción de la felicidad, unidas a las normas morales.
En Roma el tema de si ya se distinguía o no entre derecho y moral no
es una cuestión pacífica en la doctrina. Están, por un lado, los partida-
rios de la inexistencia todavía de esa dicotomía. Éstos se apoyan, por
ejemplo, en el hecho de que entre los preceptos jurídicos se encuentren
los tria iura praecepta (honeste vivere, alterum non laedere, suum cui-
que tribuere), los cuales tienen carácter más bien moral. Además, se
fundamenta esta posición en máximas como la de Celso cuando define
el derecho como ars boni et aequi. Por el contrario se argumenta que sí
se daba ya en Roma la separación derecho-moral entre otras en la cono-
cida sentencia de Paulo, según la cual non omne quod licet honestum
est. A modo de conclusión, podríamos afirmar que los romanos, aunque
conocieron de hecho la distinción, no trazaron una construcción teórica
de la misma.
Más claro parece el hecho de que la Patrística y la Escolástica no ma-
nejaron la escisión entre el mundo de lo jurídico y el de lo moral. En esta
época ocurrió lo contrario que en Grecia, donde el derecho fue absorbido
por la moral. Con la Patrística y la Escolástica la moral es absorbida por
el derecho, adquiriendo forma jurídica, casi legalizada.
Es con Tomasio en 1705 cuando aparece por vez primera una teoría
sobre la cuestión, por la necesidad en su tiempo de limitar la acción del
Estado, es decir del derecho, y reivindicar la libertad individual de pen-
samiento, esto es, la esfera de lo moral. También en Kant se encuentra
claramente presente la distinción, la cual es llevada al extremo por
Fichte. Posteriormente presenciamos una reacción de signo contrario,
que tiende a reaproximar derecho y moral, reacción que llega hasta
nuestros días.333
333 Vecchio, Giorgio del, Filosofía del derecho, Barcelona, Bosch, 1974, pp. 330-333.
Macía Manso, Ramón, “Derecho y moral en Immanuel Kant”, Derecho y moral. Anales
de la cátedra Francisco Suárez, 28, 1988, pp. 353-411. Ferry, Luc, “Sur la distinction du
droit et de l’Ethique dans la première philosophie de Fichte”, Archives de Philosophie du
Droit, 1981, pp. 287 y ss. Laclau, Martín, “Aproximaciones a la distinción kantiana entre
moral y derecho”, Anuario de Filosofía Jurídica y Social, IV, 1985. Macía Manso, Ra-
món, “El derecho y su relación con la moral según la teoría de J. A. Fichte”, Anuario de
Filosofía del Derecho, Zaragoza, 1992, 9, pp. 407-442.
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 257
334 Véase, entre otros, Geiger, Theodor, Derecho y moral, Barcelona, Alfa, 1982, trad.
de Garzón Valdés. Ernesto, Gianformaggio, Letizia, “Sul senso della giustificazione mo-
rale e giuridica”, Ética e diritto, dirigida por Letizia Gianformaggio y Eugenio Lecalda-
no, Bari, Laterza, 1986, pp. 151-172. Hart, Herbert Lionel Adolphus, “Positivism and the
Separation of Law and Morals”, Harvard Law Review, 1958, pp. 593-629, y Derecho y
moral. Contribuciones a su análisis, Buenos Aires, De Palma, 1962, trad. de Genaro Ru-
bén Carrió. Raz, Joseph, La autoridad del derecho. Ensayos sobre derecho y moral, Mé-
xico, UNAM, 1982, trad. de Rolando Tamayo y Salmorán. Rodríguez Paniagua, José
María, “La diferenciación de moral y derecho”, Filosofía y derecho. Estudios en honor
del profesor José Corts Grau, Valencia, Universidad de Valencia, 1977, t. II, pp. 363-371;
Rodríguez Paniagua, José María, “Derecho natural y normas de la moralidad”, Anuario
de Filosofía del Derecho, 13, 1968, pp. 149-159; Derecho y ética, Madrid, Tecnos, 1977.
Tebaldeschi, Ivanhoe, “Normatività e libertà nel discorso etico e nel discorso giuridico”,
Rivista Internazionale di Filosofia del Diritto, LII, 1975, pp. 268-300. Turnbull,Grace,
“Imperatives, Logic and Moral Obligation”, Philosophy of Science, 27, 1970, pp. 347-390.
Law, Morality and Society. Essays in Honour of H. L. A. Hart, dirigidos por Peter Michael
Stephan Hacker y Joseph Raz, Oxford, Claredon Press, 1977. Lamont, W. D., Law and the
Moral Order, Aberdeen, University Press, 1981. Jestaz, Philippe, “Les frontières du droit
et de la morale”, R. R. J. Dr. Prosp., 2, 1983, pp. 334-353. Detmold, M. J., The Unity of
Law and Morality, Routledge & Kegan Paul, Henley on Thames, 1984. Koller, P., “Recht-
Moral-Gerechtigkeit”, Juristische Blätter, 106, 1984, pp. 286-300. Perelman, Chaïm,
“Recht, Moral und Religion”, en Krawietz, Werner et al. (Hrsg.), Theorie der Normen,
Berlín, Duncker und Humblot, 1984, pp. 145-150. Broekman, Jan M., “La separación entre
derecho y moral, una estrategia del discurso jurídico”, Boletín Asociación Argentina de Fi-
losofía del Derecho, 28, 1985, pp. 1-6. Cotta, Sergio, Le rapport du droit à la morale, Bru-
xelles, Facultés Universitaires Saint Louis, 1986. Lang, W., “Relacje miedzy prawem i mo-
ralnoscia” (Relaciones entre el derecho y la moral), en Studia Filozoficzne, 2-3, 1985, pp.
117-144. Lee, S., Law and Morals, Oxford, Paperbacks, 1986. Fernández, Eusebio, “Las
relaciones entre el derecho y la moral en H. L. A. Hart”, en Squella, Agustín (ed), H. L. A.
Hart y el concepto de derecho, Revista de Ciencias Sociales, Universidad de Valparaiso,
28, 1986, pp. 401-429. Luis Vigo, Rodolfo, “Vinculaciones entre el derecho y la moral en
H. L. A. Hart”, en Squella, Agustín (ed), H. L. A. Hart y el concepto de derecho, op. cit.,
en esta nota, pp. 431-471. Welch, D. D. (ed.), Law and Morality, Philadelphia, Fortress
Press, 1987. Greenawalt, Kent, Conflicts of Law and Morality, Nueva York-Oxford, 1987.
Baroness, B. W., “Morality and the Law”, Cambrian Law Review, 18, 1987, pp. 14-24.
Coleman, J., “On the Relationship between Law and Morality”, Ratio Juris, 1, 1989, pp.
66-78. Baird, R. M., Morality and the Law, Prometheus, Buffalo, 1989. Alexy, Robert,
“On Necessary Relations between Law and Morality”, Ratio Juris, 2, 1989, pp. 168-184.
Álvarez, Norberto, “Derecho y moral. Anotaciones críticas al criterio de diferenciación”,
258 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
Anales de la Cátedra Francisco Suárez, Granada, 28, 1988, pp. 411-422. En el mismo
número de dicha revista también Cortina Orts, Adela, “Límites y virtualidades del proce-
dimiento moral y jurídico”, pp. 43-63; López Calera, Nicolás María, “La democratiza-
ción moral del derecho”, pp. 225-239; López Castellón, E., “De la ética de las sanciones
a la ética de las virtudes”, pp. 1-27; López Moreno, Ángeles, “Moral en el derecho positi-
vo. Una dimensión parcial en el estudio de las relaciones moral-derecho”, pp. 423-446;
Martínez Roldán, Luis, “Moral y derecho positivo”, pp. 103-115; Montoro Ballesteros,
Alberto, “Sobre las relaciones entre moral y derecho”, pp. 65-102; Pérez Luño, Anto-
nio-Enrique, “Derecho, moral e ideología”, pp. 154-164; Rodríguez Molinero, Marceli-
no, “La moral en el derecho vigente”, pp. 117-130; Vernengo, Roberto José, “Moral y
derecho. Sus relaciones lógicas”, pp. 29-42; Igartua Salaverría, Juan, “La moral en la jus-
tificación de las decisiones judiciales”, pp. 165-192. Suárez, C. F., Derecho y moral,
Granada, Universidad, Departamento de Filosofía del Derecho, 1988. Gianformaggio, Le-
tizia, “Rapporti tra etica e diritto”, en Viano, C. A. (ed.), Teorie etiche contemporanee, To-
rino, Bollati-Boringhieri, 1990, pp. 149-164. Santiago Nino, Carlos, “Sobre los derechos
morales”, Doxa. Cuadernos de Filosofía del Derecho. Universidad de Alicante, l990, pp.
311-326. Perelman, Chaïm, Etique et Droit, Bruselas, Université Libre de Bruxelles,
1990. Vernengo, Roberto José, “El relativismo cultural desde la moral y el derecho”, en
Olivé, L. (ed.), Ética y diversidad cultural, México, UNAM, 1991; Id, “Morales y órde-
nes jurídicas, problemas lógicos de su aplicación”, en Actas III Congreso Internacional
de Filosofía Jurídica y Social. La Plata, 1991. von Wright, Georg Henrik y Aarnio, Au-
lis, “On Law and Morality. A Dialogue”, Ratio Juris, 3, 1990, pp. 321-330. Garzón Val-
dés, Ernesto, “Algo más acerca de la relación entre derecho y moral”, Doxa, 8, 1990, pp.
111-130. Laporta San Miguel, Francisco J., “Derecho y moral, vindicación del observa-
dor crítico y aporía del iusnaturalista”, Doxa, 8, 1990, pp. 131-147. Vernengo, Roberto
José, “Normas morales y normas jurídicas”, Doxa, 9, 1991, pp. 205-224. Wintgens, L. J.,
“Law and Morality: A Critical Relation”, Ratio Juris, 2, 1991, pp. 177-201. Fernández
García, Eusebio, “La obligación moral y la obligación jurídica”, en Macía Manso, Ra-
món (ed.), op. cit., nota 175, pp. 41-55. G. Orsi (ed.), Recht und Moral, Frankfurt, Peter
Lang, 1992. Habermas, Jürgen, Morale, diritto e politica, Torino, Coppa, Einaudi, 1992.
Perry, John, Morality, Politics and Law, a Bicentennial Essay, Nueva York, Oxford Uni-
versity Press,1990.
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 259
que existe entre una hipótesis y una tesis, entre un hecho condicio-
nante o supuesto de hecho y una consecuencia jurídica. El primero
tiene la forma “si es A” (por ejemplo, si matas), la segunda la es-
tructura “debe ser B” (en el ejemplo, debes ser condenado a una pe-
na privativa de libertad). El vínculo que une ambos elementos es
una relación de imputación. Es propia del mundo del deber ser (So-
llen), de las leyes jurídicas. A esta clase de vinculación se opone la
llamada relación de causalidad, típica del mundo del ser (Sein) y de
las leyes físicas, de las proposiciones no prescriptivas, sino descrip-
tivas. La relación de causalidad une una causa y su efecto. La dife-
rencia entre imputación y causalidad radica en que en la primera el
nexo no es necesario, sino arbitrario y convencional. Por el contra-
rio, en la segunda el vínculo es de necesidad. Así, según la ley de la
gravedad, si soltamos un cuerpo en el aire, éste necesariamente ex-
perimentará una caída o empuje hacia abajo. Por el contrario, si al-
guien mata a otro puede ser condenado a pena privativa de libertad,
pero también, dependiendo de la cultura, a pena capital o a otro ti-
po de sanción.
— Por el fin. El derecho se ordena al fin “temporal” del hombre, la
moral mira a su finalidad “última”.338 Aquél quiere hacer buenos
ciudadanos. Ésta pretende hacer santos. El derecho ordena la con-
vivencia humana. Es un medio para la sociedad. La moral, por el
contrario, intenta realizar los valores supremos, la bondad. La nor-
ma jurídica es emitida en consideración a la persona autorizada
para exigir el cumplimiento de la conducta ajena, es decir, al titu-
lar del derecho subjetivo. A todo derecho subjetivo corresponde
un correlativo deber. Así, el comportamiento humano en relación
con el derecho se divide en conductas neutras (lo permitido como
libre) y acciones valoradas positiva o negativamente (derecho sub-
jetivo y deber jurídico, respectivamente). Por el contrario, la nor-
ma moral es dictada por razón del sujeto llamado a cumplirla, en
atención al titular del deber jurídico, porque en puridad en la mo-
ral no hay ni siquiera titulares de los derechos subjetivos. Hablar
de un “derecho de Dios” a exigir el cumplimiento de los deberes
morales sería una expresión metafórica.
338 Ciuro Caldani, M. A., “Meditación sobre la virtud en el derecho”, Boletín 3, Bue-
nos Aires, 1984, Centro de Investigación de Filosofía Jurídica, 1985. Unwin, N., “Mora-
lity, Law and the Evaluation of Values”, Mind, 1985, pp. 538-549.
262 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
339 Esquivel Pérez, Javier, Kelsen y Ross, formalismo y realismo en la teoría del dere-
cho, México, UNAM, 1980, p. 130. Pese a ello “hay un sentido en el que puede hablarse
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 263
c. Relaciones
En general puede decirse que existe una cierta subordinación del dere-
cho a la moral.341 Pero para ver esto con más claridad es necesario distin-
guir dos acepciones del término moral. Una es su vertiente formal, la
“moral” como estructura, en expresión de Aranguren. Según dicha acep-
ción, la misma incluiría también lo inmoral y lo no meritorio. El otro
sentido es el material, la “moral” como contenido, que comprendería só-
lo lo virtuoso.
Desde el primer punto de vista —la moral como estructura—, pode-
mos decir que los actos sociales, tales como los jurídicos, son también
actos humanos, es decir morales. Desde la segunda vertiente —la moral
de «legislatura moral», en ciertos casos en los que al crear normas jurídicas el órgano le-
gislativo crea obligaciones jurídicas”. Al respecto, Vernengo, Roberto José, “Validez y
verdad en la ‘Teoría general de las normas’ de Hans Kelsen”, Anales de la Cátedra Fran-
cisco Suárez, 25, 1985, p. 18, afirma que: “También las normas de un derecho natural (o
de una moral positiva o ideal) son válidas, aunque no pueda señalarse cuáles sean los he-
chos que las instauran; su validez sería, en todo caso, ajena a actos humanos de produc-
ción o tales actos, de existir, serían irrelevantes para juzgar su validez”.
340 Kelsen, Hans, Teoría general del derecho y del Estado, México, UNAM, trad. de
Eduardo García Máynez, 2a. ed. 1979, pp. 131 y 144. Pattaro, Enrico, Lineamenti per
una teoria del diritto, Bolonia, Clueb, 1985, pp. 47-51. Hay trad. castellano de Ignacio
Ara Pinilla, Madrid, Debate, 1986; e Introduzione al corso di filosofia del diritto, Bolo-
nia, Clueb, 1987, vol. I, pp. 171-173.
341 Osuna Fernández-Largo, Antonio, “Pertenencia de lo jurídico a lo moral. Refle-
xiones sobre una teoría iusfilosófica clásica”, Anales de la Cátedra Francisco Suárez, 28,
1988, pp. 305-329.
264 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
gadores, pero nada más. Sin embargo, no pagar una deuda contraída le-
galmente puede dar lugar a medidas tales como el embargo de bienes.
Asimismo, no saludar a alguien no acarrea mayores consecuencias, pero
si es el soldado el que no saluda a un superior, puede ser obligado a ha-
cerlo o, si no, ser encerrado en el calabozo.
En cuanto al carácter autónomo o heterónomo, una vez más los usos
sociales se asemejan al derecho y se diferencian de la moral, al ser hete-
rónomos, impuestos desde fuera.
Por lo que concierne a la finalidad, los usos convencionales se carac-
terizan por la impersonalidad. Representan más bien una pseudo-vida
respecto a la vida auténtica del hombre, que es su trayectoria personal.
Ésta resulta, por ejemplo, la opinión de Ortega y Gasset. A ella se opone
Ambrossetti. Lo cierto, como apunta Legaz y Lacambra, es que los usos
son manifestación de lo concreto dentro de la totalidad del ser, de la vida
de la persona, que se desarrolla en un plano histórico, con exigencias es-
pecíficas de oportunidad y conveniencia, aun cuando como persona tien-
da a reinsertarse de un modo directo en la totalidad. Habría así en las re-
glas de decoro social un elemento personal y un elemento social. Ortega
acentúa la escisión entre la vida individual y la social. Ferrater Mora, por
su parte, resalta la unidad de la existencia, una e indivisible.
Igual que puede haber un derecho positivo injusto, hay reglas de de-
coro inmorales, con lo cual patentizan más su carácter de usos frente a
la moral. Por ejemplo, tal es el caso de la costumbre del duelo, para sal-
dar los lances de honor, existente en épocas anteriores. Podría afirmarse
que los usos no tienen una normatividad autónoma. Como dice Rad-
bruch se hallarían con el derecho y la moral, más que en una relación
sistemática, en una relación histórica. Son la forma común e indiferen-
ciada en la que se hallan contenidos una moral y un derecho en embrión
y una moral y un derecho degradados.
El valor que predomina en los convencionalismos sociales es el deco-
ro. Así como en el derecho era la justicia y en la moral la honestidad,
aquí se trata de un tercer valor. El decoro no puede considerarse en el
mismo plano axiológico que lo justo y lo honesto, aunque ciertas actitu-
des contrarias al mismo son, en última instancia, antijurídicas e inmora-
les. Podríamos incluso afirmar que en rigor sólo hay una casta de valo-
res, que son los éticos, el bien, como señalaba Platón. La justicia y el
decoro no serían sino manifestaciones de los mismos.
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 267
2. El derecho positivo
A. Idea general
teria de validez similar a la del derecho natural. Así, dice Kelsen344 respec-
to al derecho divino que en la religión católica existe una norma positiva
en la “Epístola a los Romanos” de San Pablo en la que se dice que “todos
han de estar sometidos a las autoridades superiores, pues no hay autoridad
sino bajo Dios; y las que hay por Dios han sido establecidas, de suerte que
quien resiste a la autoridad resiste a la disposición de Dios y los que la re-
sisten atraen sobre sí la condenación”.345 Las palabras de San Pablo signi-
fican que los hombres deben someterse al derecho positivo (se entiende
que al canónico o de la Iglesia y al eclesiástico del Estado), porque deben
obedecer los mandatos de Dios y Dios ha ordenado obedecer ese derecho
positivo.
En consecuencia, es imposible que la norma a tenor de la cual los hom-
bres tienen el deber de someterse a los mandamientos de Dios sea enuncia-
da por una autoridad. La misma no puede ser sino presupuesta por la teo-
logía, de la cual es la hipótesis metafísica, la norma fundamental. Ocurre
lo mismo que con el derecho natural en la hipótesis según la cual los hom-
bres deben someterse a las órdenes de la naturaleza. Esta norma no puede
ser enunciada por la naturaleza. No puede ser sino presupuesta por la doc-
trina del derecho natural y tiende a fundar la validez del derecho sobre un
orden jerárquicamente superior al derecho positivo, sobre un orden divino
natural. Según ambas doctrinas, el derecho positivo no posee ningún ele-
mento de validez intrínseca. Es la validez del orden divino o del natural la
que es objeto verdadero de ambas. Y el fundamento de esta validez es para
estas dos teorías una norma fundamental, no dada por la autoridad del or-
den divino o natural, sino presupuesta como hipótesis. Esta idea no es
aceptable para el positivismo, para el cual el derecho positivo es un orde-
namiento “soberano”. La estructura es, pues, paralela en la validez del de-
recho positivo y del derecho natural, por un lado, y del derecho canónico
como derecho positivo y el derecho divino, por otro: una última Constitu-
ción material y una norma fundamental.
Aparte del derecho canónico en la religión católica se encuentra el de-
recho hebreo, que es el derecho del pueblo judío plasmado en el Antiguo
344 Kelsen, Hans, “Quel est le fondément de la validité du droit?”, Revue Internatio-
nale de Criminologie et de Police Technique, 1956, p. 164. Hay trad. al italiano de Gae-
tano Arangio-Ruiz, “Il fondamento della validità del diritto”, Rivista di Diritto Interna-
zionale, XL, 1957, pp. 497-511.
345 Epístola de San Pablo a los Romanos 13, v. 1-3, que sería la primera Constitución
positiva histórica en el orden religioso.
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 271
3. El ordenamiento jurídico
A. Idea general
a. Teorías normativistas
348 Kelsen, Hans, Teoría pura del derecho, trad. castellana de la 2a. ed. en lengua
alemana de Roberto José Vernengo, México, UNAM, 1980; Kelsen, Hans, Teoría ge-
neral del derecho y del Estado, México, UNAM, 1983, trad. castellana de Eduardo
García Máynez, pp. 129-135; Kelsen, Hans, “On the Basic Norm”, California Law Re-
view, 47, 1, 1959, pp. 107-110; Kelsen, Hans, “On the Basis of Legal Validity”, The
American Journal of Jurisprudence, 26, 1981, pp. 178-189, trad. inglés por Stanley L.
Paulson; Kelsen, Hans, “The Concept of the Legal Order”, The American Journal of
Jurisprudence, 27, 1982, pp. 64-85, trad. por Stanley L. Paulson; Kelsen, Hans, Teoría
general de las normas, manejamos la trad. italiano de Mario G. Losano, Torin, Einaudi,
1985, pp. 216 y ss.
349 Bobbio, Norberto, Contribución a la teoría del derecho, Valencia, Ed. Fernando
Torres, 1980, trad. cast. de Ruiz Miguel, pp. 325-332.
274 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
b. Teorías antinormativistas
c. Teorías mixtas
352 Ramos Pascua, José Antonio, La regla de reconocimiento..., op. cit., p. 203.
Dworkin, Ronald, Los derechos en serio, Barcelona, Ariel, 1984. Trad. cast. de Marta
Guastavino, especialmente pp. 95-100.
353 Kelsen, Hans, “The Concept of the Legal Order”, op. cit., nota 348, p. 7; Kelsen,
Hans, “¿Quel est le fondement de la validitè du droit?”, Revue Internationale de Crimi-
nologie et de Police Technique, 1956, pp. 167 y ss. Hart, Herbert Lionel Adolphus, “Kel-
sen´s Doctrine of the Unity of Law”, Hart, Herbert Lionel Adolphus, Essays in jurispru-
dence and philosophy, Oxford, Clarendon Press, 1983, pp. 309 y 310.
354 Sobre el tema, La Pérgola, Antonio, “La transformación del derecho internacional
en derecho interno y la teoría de Hans Kelsen”, Revista Española de Derecho Internacio-
nal, 14, 1961, pp. 467-516.
278 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
4. La norma jurídica
360 Jareborg, Nils, “Some Conceptions of valid Law and Legal System”, Rechtstheo-
rie, Berlin, Duncker & Humblot, 2, 1981, p. 260, y Heraud, Guy, La validité juridique,
cit., pp. 478-489, especialmente p. 484.
361 Garzón Valdés, Ernesto, “Algunos modelos de validez normativa”, Estudios en
honor del doctor Luis Recaséns Siches, México, UNAM, 1980, p. 396.
362 Bulygin, Eugenio, “Time and validity”, en Martino, A. (ed.), Deontic logic, com-
putational Linguistics and Legal Information Systems, II, Amsterdam-Nueva York-Ox-
ford, North-Holland Publishing Company, 1982, pp. 76 y 77.
363 Esta polémica es recogida por Santiago Nino, Carlos, La validez del derecho, op.
cit., pp. 69 y ss.
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 283
364 Donato Donati, Il problema delle lacune dell’ordinamento giuridico, Milán, Società
Editrice Libraria, 1910, pp. 47 y ss. Frente a esta interpretación, Galloni, Giovanni, La in-
terpretazione della legge, Milán, Giuffrè, 1955, pp. 138. Esser, Josef, Principio y norma en
la elaboración jurisprudencial del derecho privado, Barcelona, Bosch, 1961, p. 327.
365 Biondi, Biondo, voz “ratio legis”, Novissimo Digesto Italiano, p. 896, habla de
mens legis.
366 Clemente de Diego, Felipe, “La analogía en el Código Civil español”, R. D. P.,
1913-1914, pp. 373.
367 Bobbio, Norberto, L’analogia nella logica del diritto, Turín, Istituto della R. Uni-
versitá, Memoria, XXXVI, serie II, 1938. p. 105.
368 Biondi, Biondo, voz “ratio legis”, op. cit., nota 365, p. 896 y en el Nuovo Digesto
Italiano, p. 1121.
369 Bobbio, Norberto, Teoría dell’ordinamento giuridico, Turín, Giappichelli, 1958,
pp. 174 y 175.
370 Schopenhauer, Arthur, De la cuádruple raíz del principio de razón suficiente, Ma-
drid, Gredos, 1981, trad. y prólogo de L. E. Palacios.
371 Ferrater Mora, José, Diccionario de filosofía, Madrid, Alianza Editorial, 1981, pp.
2780 y ss.
284 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
372 Figa Faura, Luis, “La analogía”, Ciclo de conferencias sobre el nuevo título preli-
minar del Código Civil, Barcelona, Colegios de Abogados y Notarial de Barcelona y
Academia de Jurisprudencia y Legislación de Cataluña, 1975, pp. 47 y ss.
373 Giorgio Feliciani, L’analogia nell’ordinamento canonico“, Milán, Giuffrè, 1968,
pp. 50 y ss.
374 Como exponente de una concepción intermedia entre la a) (para qué) y la b) (por
qué) puede citarse la de Betti, el cual distingue según se considere la ley como hecho his-
tórico, en cuyo caso su ratio viene dada por el fin en vista del cual fue promulgada, o co-
mo expresión actual de una exigencia perenne no agotada. Entonces la ratio viene dada
por su fundamento actual, ya lógico, ya axiológico. Betti, Emilio, Interpretación de la ley
y de los actos jurídicos (Teoría general y dogmática), Madrid, Edersa, 1975, trad. caste-
llano de José Luis de los Mozos, pp. 158-161.
375 Galloni, Giovanni, op. cit., nota 364, p. 140. Calvo García, Manuel, “Metodología
jurídica e interpretación, el postulado de la racionalidad del legislador”, Anuario de Filo-
sofía del Derecho, III, 1986, p. 106. Esser, Josef, op. cit., nota 364, p. 327: “En la juris-
prudencia continental es un mérito de Wach haber descubierto la autonomía de la ‘ratio
legis’ frente a la ‘intentio legislatoris’. Interpretar la ley no significa escudriñar y descu-
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 285
brir una voluntad que ha sido la fuente de la palabra, sino una voluntad que constituye el
contenido de la ley”.
376 Albaladejo, Manuel, Derecho civil. I. Introducción y parte general, vol. 1o. Intro-
ducción y derecho de la persona, Barcelona, Bosch, 1989, pp. 22-24.
377 Sobre el tema, véase Montoro Ballesteros, Alberto, “Significación y límites del ca-
rácter general y abstracto de la norma jurídica”, Filosofía y derecho. Estudios en honor
del profesor José Corts Grau, II, Universidad de Valencia, 1977, pp. 1-30.
378 Lumia, Giuseppe, Principios de teoría e ideología del derecho, Madrid, Debate,
1973, pp. 38-40.
286 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
Este epígrafe estudia las normas desde una óptica meramente formal,
para hacer referencia exclusiva a su estructura lógico-lingüística. La nor-
ma jurídica estudiada desde esta perspectiva constituye el objeto de la
teoría general del derecho, frente al punto de vista del contenido, que es
tratado por la dogmática jurídica, la cual tiene una tarea exegética del
significado de las normas, y sistemática, de reagrupación de las mismas.
Desde la perspectiva lingüístico-formal la norma jurídica es una proposi-
ción, es decir una secuencia de palabras dotada de significado. Cosa dife-
rente son los enunciados, como conjunto léxico-sintáctico de signos lin-
güísticos con los que se expresa la proposición. Una misma proposición
puede expresarse con enunciados distintos y un mismo enunciado puede
expresar proposiciones diferentes.379
El problema de las normas jurídicas remitiéndose a las teorías del len-
guaje380 y a sus diferentes funciones es una vía de estudio de la que cada
vez se hace más uso en Italia, especialmente desde la introducción, prin-
5. La ley
A. Idea general
381 Pattaro, Enrico, Filosofía del derecho..., op. cit., nota 356, pp. 127-166.
290 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
382 Son de destacar en este tema tres estudios, uno el ya mencionado de José Antonio
Ramos Pascua sobre la regla de reconocimiento; otro de Cracogna, Dante, “Regla de re-
conocimiento y norma básica”, H. L. A. Hart y el concepto de derecho. Revista de Cien-
cias Sociales. Valparaiso, 28, 1986, pp. 367-387, y el tercero de de Páramo Argüelles,
Juan Ramón, “La regla de reconocimiento en la teoría de H. L. A. Hart”, Anuario de Fi-
losofía del Derecho, 1990, pp. 559-566.
383 De este modo se soluciona el problema planteado por Raz (en Simmonds, N. E.,
“Legal Validity and Decided Cases”, Legal Studies, I, 1981, pp. 34-35) de que como la
regla de reconocimiento es en sí misma una costumbre judicial no puede conferir ningún
status especial a las demás costumbres jurídicas. Sí lo podría hacer ya que, a diferencia
de éstas, en aquélla la opinio iuris sería la Grundnorm.
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 293
384 A este respecto dice Santiago Nino, Carlos, La validez del derecho, op. cit., p. 23:
“Un punto crítico en el cual Harris se aparta de Kelsen es en su tesis de que no sólo los ju-
ristas sino también los jueces deberían presuponer la norma básica. Aun cuando Kelsen no
es muy claro sobre esto, dudo mucho que le entusiasmara la extensión de la clase de perso-
nas que deberían aceptar la norma básica; una cosa es ‘razonar’ teóricamente de acuerdo
con la presuposición de que un sistema eficaz está justificado y otra cosa es ‘actuar’ según
esa prescripción”.
385 Vernengo, Roberto José, “Validez y verdad en la «Teoría general de las normas»
de Hans Kelsen”, Anales de la Cátedra Francisco Suárez, 25, 1985, p. 16: “Ello signifi-
ca... que la cadena de validez puede consistentemente remontarse a una ‘Grundnorm’
aceptada por la jurisprudencia teórica dominante (o a una regla de reconocimiento vigen-
te, según otra versión corriente del positivismo)”.
294 ESTUDIOS DE FILOSOFÍA JURÍDICA Y POLÍTICA
Pero habría incluso una tercera fase, producto de las dos anteriores. La
misma estaría protagonizada no por el derecho legal, ni por el derecho
consuetudinario, sino por el, en una acepción amplia y algo impropia,
llamado derecho jurisprudencial. En este sentido, ¿qué es la jurispruden-
cia sino una costumbre judicial? Esto es más claro en los sistemas de de-
recho anglosajón, en los que el precedente es no sólo fuente del derecho,
sino la principal fuente del mismo. Por el contrario, en sistemas de dere-
cho continental, como el español, su función es la de mero complemento.
Hay que llamar la atención sobre el hecho de que el Código Civil en su
título preliminar, tras la reforma del 31 de mayo de 1974, habla de com-
plementar y no de completar como función de la jurisprudencia.
Es decir, que la tarea del juez sería en tres sentidos: 1) creando la rule
of recognition; 2) aplicando el derecho legal y consuetudinario; 3) com-
plementándolo a través del derecho jurisprudencial. Esto es válido tanto
si consideramos la jurisprudencia como ciencia (Roma), como fenómeno
judicial (Francia), o como método (Inglaterra).
Además, hay que tener en cuenta que la regla de reconocimiento, al
configurarse como una costumbre judicial incorpora ya en sí, como tal,
una serie de pautas de validez. Así, por ejemplo, su racionalidad; su pro-
yección hacia el pasado, como justificación, y hacia el futuro, como pre-
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 295
sentencia, sino que parte de ella. Habría, pues, una cuarta fase, junto a las
de creación, aplicación y complemento, la de verificación. Ésta se situa-
ría ya en el plano de los hechos en sentido estricto, pero considerando és-
tos no como principio del derecho, sino como constatación a posteriori
del mismo.
Martin Diego Farrell388 ensaya una nueva teoría realista, superadora
de las insuficiencias del realismo jurídico hasta entonces existente, así
como de las de la norma básica. Según su concepción, dicha norma sería
un axioma, lo que en griego significa raíz de un desarrollo evidente por
sí mismo, cuya validez no puede ser probada dentro del mismo sistema.
Además, con el carácter de axioma se explicaría la característica de la
norma básica de convertirse en determinado momento en norma positiva,
al igual que un axioma de un sistema determinado puede convertirse en
teorema de otro, es decir, en una proposición que afirma una verdad de-
mostrable. Esto ocurriría, por ejemplo, cuando se consideran conjunta-
mente el ordenamiento jurídico nacional y el internacional. Para Farrell,
el orden internacional tendría mayor jerarquía que los sistemas naciona-
les, siendo la norma básica de un orden nacional (axioma), norma positi-
va del derecho internacional (teorema). Se la conoce como principio de
efectividad y estipula el reconocimiento de aquellos gobiernos que hu-
bieran conseguido obediencia generalizada. No obstante, esto no elimi-
naría el problema de la norma básica, el cual seguiría existiendo, aunque
referido ahora al orden internacional.
Otras ventajas de la teoría del axioma de Farrell son que los axiomas
dan unidad al sistema, pudiendo derivarse de ellos deductivamente los
demás enunciados del mismo. Además, al poder elegirse los axiomas ar-
bitrariamente y sin un contenido determinado, la norma básica hubiera
evitado su contaminación fáctica. Pero, aún como axioma, la teoría de la
norma básica estaría viciada para el realismo, por moverse en el plano
normativo. Farrell va más lejos y afirma que incluso el realismo de Ross
sería incorrecto, pues relaciona una norma jurídica no con un hecho, sino
con otra norma. La diferencia sería que en el positivismo ésta sería una
388 Seguimos básicamente las siguientes obras del autor: Farrell, Martin Diego, Hacia
un criterio empírico de validez, Buenos Aires, Astrea, 1972, pp. 14 y ss., especialmente
pp. 61-67; La metodología del positivismo lógico. Su aplicación al derecho, Buenos Ai-
res, Astrea, 1979, y Farrell, Martin Diego y Grün, Ernesto, “Problemas de verificación en
el derecho”, Derecho, filosofía y lenguaje. Homenaje a Ambrosio L. Gioja, Buenos Ai-
res, Astrea, 1976, pp. 55-75.
FASES EN LA VIDA DEL DERECHO: EL “ITER” JURÍDICO 297