Demanda de Accion Oblicua Declarada Con Lugar Feb-2014

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TSJ Regiones - Decisión http://guarico.tsj.gov.ve/DECISIONES/2010/MARZO/397-22-1326-09-1...

II
Pruebas de la parte demandante presentadas con el libelo de la demanda.
Copia Certificada de Documento que riela a los folios 3 al 08: Consta de documento registrado por
ante la Oficina Subalterna del Distrito Roscio del Estado Guárico, bajo el Nº 18, Folios 113 y 119,
Protocolo I, Tomo 1°, Tercer 3° Trimestre del año 2.001, que el ciudadano JOSÉ TEMISTOCLE
LEDEZMA MORENO, venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nº V-
9.885.168, me dio en venta pura y simple, perfecta e irrevocable, un inmueble constituido por una
casa de habitación ubicada en la Urbanización Rómulo Gallegos, calle 8, sector 4, Nº 10, presentado
en el libelo de la demanda.
Copia Certificada de Documento que riela a los folios 09 al 15: Consta de documento registrado por
ante la Oficina Subalterna del Distrito Roscio del Estado Guárico, bajo el Nº 16, Folios 94 y 98,
Protocolo I, Tomo 4°, Cuarto Trimestre del año 1.999, que la ciudadana CARMEN MIREYA
GARCÍA, mediante el cual le da en venta bajo la modalidad de pacto de retracto, un inmueble
constituido por una casa de habitación ubicada en la Urbanización Rómulo Gallegos, calle 8, sector
4, Nº 10, al ciudadano JOSÉ TEMISTOCLE LEDEZMA MORENO, venezolano, mayor de edad,
titular de la cédula de identidad Nº V- 9.885.168, presentado en el libelo de la demanda.
Ambos instrumentos se valoran, por cuanto los mismos no fueron impugnados ni tachados por la
parte demandada, de conformidad con los artículos 1.357 y 1.359 del Código Civil.
En este sentido, cabe destacar el rango constitucional que se le otorga a este tipo de documentos, al
considerar la institución del Registro Público como una garantía efectiva de protección a la
propiedad, por ser un registro llevado por el Estado y cuyo objetivo es garantizar la seguridad
jurídica de los actos y de los derechos inscritos respecto a terceros de buena fe mediante la
publicidad registral, con la inscripción o anotación de los actos y contratos relativos al dominio y
demás derechos reales sobre los bienes inmuebles que ofrece protección a los titulares para
acreditar su derechos. Así se decide.-
Probanzas de la parte demandada presentadas con el escrito de contestación de la demanda.
Copia de sentencia: dictada por el Juzgado Superior Civil, Mercantil, Transito, Trabajo y de
Protección al Niño y al Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado Guárico en fecha 06
de Agosto del 2.002, mediante la cual se le da a la ciudadana CARMEN MIREYA GARCÍA el
carácter de poseedora del inmueble objeto de este procedimiento.
Copia certificada de sentencia: dictada por el Juzgado Superior Quince en lo Civil, Mercantil y del

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Transito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas en fecha 07 de Febrero


del 2.007, mediante la cual se le ratifica a la ciudadana CARMEN MIREYA GARCÍA su condición
de poseedora del inmueble ubicado en la Calle 8, Sector 4, Nº 10, de la Urbanización Rómulo
gallegos de esta ciudad de San Juan de los Morros del Estado Guárico.
Se le otorga valor probatorio al instrumento de acuerdo a lo establecido en los artículos 1.357 y
1.359 del Código Civil.
Constancia de Residencia: Emanada por el Consejo Comunal “Rómulo Gallegos Sector 4 Uno”, de
fecha 02 de Marzo del 2.009, a favor de la ciudadana CARMEN MIREYA GARCÍA. Se otorga
valor probatorio de conformidad con el artículo 1.359 del Código Civil:
“Artículo 1.359 El instrumento público hace plena fe, así entre las partes como respecto de
terceros, mientras no sea declarado falso: 1º, de los hechos jurídicos que el funcionario público
declara haber efectuado, si tenia facultad para efectuarlos”.
En el lapso probatorio promovió:
Copia Certificada de decisión: dictada por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil, Bancario y del Transito de la Circunscripción Judicial del Estado Guárico, en fecha 24 e
Marzo del 2.009, mediante la cual se demuestra una vez más que la ciudadana CARMEN MIREYA
GARCÍA es poseedora del inmueble objeto de este proceso.
Se valora el instrumento de acuerdo a lo establecido en los artículos 1.357 y 1.359 del Código Civil.

LA PROCEDENCIA DE LA ACCIÒN OBLICUA.


El artículo 1.278 del Código de Procedimiento Civil, establece; “los acreedores pueden ejercer, para
el cobro de lo que se les deba, los derechos y las acciones del deudor, excepto los derechos que son
exclusivamente inherentes a la persona del deudor.”
Mediante el ejercicio de esta acción el acreedor puede, para obtener el pago de lo que es debido,
ejercer los derechos y acciones de su deudor salvo los que sean exclusivamente personales a éste.
En principio, de una interpretación literal de este artículo, pareciera que el acreedor puede ejercer
para el cobro de lo que se le deba, los derechos y acciones de su deudor, excepto los derechos que
son exclusivamente inherentes a la persona del deudor. Sin embargo, el criterio de la doctrina y de
la jurisprudencia oscila entre dos principios que se contraponen: El interés del acreedor en ejercer el
mayor número de acciones y derechos de su deudor para evitar ser perjudicado por la negligencia
de este y el interés del deudor de no perder la facultad de ejercer libremente sus derechos y
disponer de su patrimonio. Como consecuencia tenemos que se han establecido por la doctrina y la
jurisprudencia determinadas limitaciones a los derechos y acciones que puede ejercer el acreedor
mediante la acción oblicua y entre estas tenemos que el acreedor no puede ejercer sino los derechos
de que ya sea titular el deudor, como en el caso que nos ocupa, cuando el deudor es propietario de
una cosa que esta en manos de un tercero.
En el caso bajo estudio, el ciudadano GIOVANNI DE JESUS BARRADES RODRIGUEZ adquirió
mediante venta pura y simple que le efectuara el ciudadano JOSE TEMISTOCLES LEDEZMA
MORENO, un inmueble constituido por una casa de habitación ubicada en la Urbanización Rómulo
Gallegos, calle 8, sector 4, Nº 10 en esta ciudad, el cual a su vez adquirió este por venta con pacto
de retracto que le realizara la hoy demandada CARMEN MIREYA GARCIA, quien nunca puso en
posesión del inmueble al comprador originario; circunstancia esta que hace procedente que el
ciudadano GIOVANNI DE JESUS BARRADES RODRIGUEZ esté dotado del interés de ejercer la
acción de cumplimiento de contrato, en los términos que constan en el libelo que encabeza este
expediente. Y ASI SE DECIDE.-

EFECTOS DE LOS CONTRATOS.

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En relación a los contratos, el artículo 1.160 del Código Civil establece: “Los contratos deben
ejecutarse de buena fe y obligan no solamente a cumplir lo expresado en ellos, sino a todas las
consecuencias que se derivan de los mismos contratos, según la equidad, el uso o la Ley”. Así
mismo, establece Artículo 1.205: “Toda condición debe cumplirse de la manera como las partes han
querido o entendido verosímilmente que lo fuese” y el Artículo 1.264: “Las obligaciones deben
cumplirse exactamente como han sido contraídas. El deudor es responsable de daños y perjuicios,
en caso de contravención”
En relación a los contratos de venta, establece el Artículo 1.486: “Las principales obligaciones del
vendedor son la tradición y el saneamiento de la cosa vendida” y el Artículo 1.487: “La tradición se
verifica poniendo la cosa vendida en posesión del comprador”.
La obligación del vendedor de transferir al comprador la propiedad o derecho vendido es esencial a
la venta. En este sentido, el artículo 1161 del Código Civil establece: “En los contratos que tienen
por objeto la transmisión de la propiedad u otro derecho, la propiedad o derecho se trasmiten y se
adquieren por efecto del consentimiento legítimamente manifestado; y la cosa queda a riesgo y
peligro del adquirente, aunque la tradición no se haya verificado”
Ahora bien, la tradición se verifica poniendo en posesión de la cosa vendida al comprador (artículo
1.487 del Código Civil). Al respecto, ha opinado el Dr. MADURO LUYANDO, en su obra, Curso
de Obligaciones que: “La conservación de la cosa y su entrega, son obligaciones de hacer que
constituyen consecuencias necesarias de la obligación de dar, y en cierto modo complementan su
cumplimiento. En la práctica, en la gran mayoría de los casos, el deudor cuando no cumple una
obligación de dar, lo hace incumpliendo las obligaciones de hacer consecuenciales de aquélla”.
En el caso de especie, la demandada de autos celebró contrato de venta bajo la modalidad de pacto
de retracto y convino con el acreedor originario que rescataría la cosa en el lapso de sesenta días
contados a partir de la fecha de protocolización del documento que cursa inserto al folio 9 del
expediente y que si transcurrido dicho lapso, no ejercía el derecho de rescate el inmueble éste
pasaría de manera definitiva a la propiedad del comprador, materializándose simple y efectivamente
la venta.
Ahora bien, habiendo quedado materializada la venta, en virtud de no haber efectuado la vendedora
el rescate del bien vendido en el tiempo estipulado para ello en el contrato, en consecuencia, la
vendedora debió cumplir con su obligación de entregar la cosa y ponerla en posesión del comprador
como así lo establece nuestra norma adjetiva.

CUALIDAD DE POSEEDORA DE LA DEMANDADA.


Tanto en el acto de contestación de la demandada como durante el debate probatorio, la
demandada alegó tener la cualidad de poseedora del inmueble, en virtud de residir en él, desde hace
más de treinta años.
En este sentido, el autor Emilio Calva Baca, define la Posesión en su libro “Código Civil
Venezolano” (página 453). “Concepto de Posesión: Se considera la posesión como un concepto
jurídico anterior a la propiedad, y en nuestro ordenamiento legal la posesión se considera como un
hecho gramaticalmente no debe confundirse “poseer” con “tener” o posesión con tenencia. La
posesión consiste en un poder físico ejercido por alguien que tiene una cosa para sí, ya sea en
custodia (depósito), o en garantía del cumplimento de una obligación a favor del poseedor (prenda,
anticresis) o que la tiene con el fin de usarla o de explotarla económicamente, con independencia de
la intención en el poseedor de considerar ese bien propio.”
Así mismo, considera que la posesión es “una relación del hecho entre la persona y la cosa con el
fin de su utilización económica”. Por lo tanto, es poseedor quien está en relación económica directa
con el bien. Y se considera que son poseedores: El propietario, el arrendatario, el depositario,

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acreedor prendario o anticrético, el comodatario, el usufructuario, el usuario.


Por otra parte, diferencia entre la Posesión y la Propiedad en el sentido de que mientras la
propiedad es un derecho la posesión es un hecho. No todo poseedor es propietario, pero sí al
contrario. No siempre el propietario explota o disfruta el bien o bienes de los cuales es dueño;
entonces otro sujeto asume la posesión directa de tales bienes, ya sea por propia decisión o porque
el propietario se lo ha transferido (anticresis, prenda, arrendamiento, comodato, depósito.
Según Savigny, partiendo de la nomenclatura y clasificación posesoria de los romanos, atribuye a la
posesión dos elementos: el corpus y el animus. El corpus consiste en una serie de actos materiales
que traducen el poder físico que una persona ejerce sobre una cosa. El animus es la intención de
tener la cosa para sí, o de obrar como propietario de la misma. El corpus por sí, solo genera una
situación de hecho que es la tenencia; pero no hay posesión si no existe ánimo. La mera tenencia se
transforma en posesión apenas el titular empieza a considerar la cosa poseída como de su
propiedad. Para Savigny, en la posesión, el animus debe ser siempre a titulo de dueño animus
domini o, por lo menos, rem sidi habendi (de tener la cosa para sí). Este elemento anímico es lo que
da nombre a su teoría subjetiva de la posesión. La diferencia entre el mero tenedor y el poseedor
depende de que su elemento subjetivo sea animus detinendi o animus domini. Pero esa posición
anímica no debe ser arbitraria: debe derivar de algún titulo de posesión, que sea apto para transferir
el dominio, en el caso del animus domini.
Nuestro legislador acoge la teoría subjetiva, la cual implica los dos elementos: uno material, el
“corpus” y otro psicológico, el “animus”.
1° El “corpus” de la posesión no es “la cosa o derecho” poseído, sino que, expresado en los
términos de nuestro Código, consiste en “la tenencia de la cosa o el goce de un derecho”, o en
términos más tradicionales, en “ejercer el poder de hecho sobre una cosa o en el ejercicio efectivo
de un derecho sobre ella”. Cabe insistir en que esas expresiones alternativas no se justifican porque
la “tenencia de la cosa” o el “ejercicio del poder de hecho sobre la cosa” no es sino el ejercicio de
hecho del derecho de propiedad sobre la cosa, de modo que el “corpus” consiste siempre en el
ejercicio de hecho de un derecho.
Aun cuando el “corpus” no consiste en el derecho a poseer o “ius possidendi” sino en el ejercicio
de un poder de hecho, debe destacarse que: a. La relación efectiva con la cosa no constituye
“corpus” de la posesión, cuando las circunstancias que la rodean no crean la apariencia de que el
sujeto pretende ejercer un poder de derecho. Por ello, no pueden servir de fundamento a la posesión
los actos que son producto de la hospitalidad o de la ejecución de una relación de servicio, ni de los
actos meramente facultativos ni los de simple tolerancia. b. El comportamiento del poseedor debe
coincidir con el contenido de un derecho. Dicho de otra manera, la actuación que constituye el
“corpus” de la posesión debe consistir en la actuación que realizaría el titular de un derecho que
ejerciera dicho derecho.
2ª El “animus” tal como esta regulado en nuestro Derecho, no es siempre una cuestión meramente
psicológica.
Ha de atenderse a la voluntad real del poseedor en el momento de adquirir el poder de hecho,
cuando adquirió este por su propia y exclusiva voluntad. En tal caso, el “animus” puede
manifestarse en forma explicita o categórica; pero también en forma tacita a través de actos
materiales (como el del poseedor “independiente”).
En cambio, si se adquirió el poder de hecho por obra de una causa típica de adquisición del poder
mismo, como puede ser un negocio jurídico (por ejemplo, una venta, arrendamiento, etc.), la
intención se deducirá de esa causa en forma objetiva. Así se dirá que quien recibe la cosa en virtud
de una donación, venta o permuta tiene “animus”; pero que quien la recibe en virtud de un
arrendamiento, comodato o deposito no tiene “animus” (cualquiera que sea la voluntad o intención

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real del sujeto). En realidad, en estos casos no se trata de que la persona tenga o no tenga la
intención de tomar la actitud de propietario o de titular de otro derecho, sino que la Ley no toma en
cuenta esa eventual intención de quien actúa en virtud de un titulo que es un reconocimiento del
derecho ajeno.
Por otra parte, como se ha dicho, la sola voluntad real posterior de quien adquirió el poder de hecho
como detentador no basta para convertirlo en poseedor.
El “corpus” hace presumir la existencia del “animus” y en concreto del “animus domini”: “Se
presume siempre que una persona posee por si misma y a titulo de propiedad.
El propietario debe tener un título legal de su derecho de dominio y puede, en ejercicio de las
facultades que le conceda la ley, gravar o enajenar el bien, lo que no le está permitido al simple
poseedor. Ahora bien, para ser considerado poseedor de buena fue debe haber necesariamente un
titulo de posesión, sea o no justo, y el poseedor debe estar convencido de que su titulo es legítimo;
pero ese titulo en realidad esta viciado; caso en el cual la posesión es de buena fe porque el
poseedor cree en su legitimidad por ignorancia o por error de hecho o de derecho sobre el vicio que
invalida se titulo (resaltado nuestro). Esta legitimidad dura mientras las circunstancias permitan al
poseedor presumir que posee legítimamente o mientras sea citado en juicio. Contrapuesto a la figura
anterior, tenemos al poseedor de mala fe, que puede ser poseedor sin titulo, o también con titulo
insuficiente pero donde el poseedor conoce de esta situación, como ocurre en el caso de especie,
por lo que, mal podría la hoy demandada alegar una condición de poseedora que a la luz de la
doctrina nunca ha tenido, pues, en uso de las facultades que como propietaria del bien inmueble le
otorgaba la ley, lo dio en venta al ciudadano JOSE TEMISTOCLES LEDEZMA, circunstancia que
desvirtúa su alegato de ser poseedora mismo.
Analizados los elementos probatorios que incorporaron las partes durante el proceso, es forzoso
concluir que se han vulnerado los derechos constitucionales de propiedad previsto en el artículo 115
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que establece: “Se garantiza el derecho
de propiedad. Toda persona tiene derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes” y así
mismo, dispone el artículo 545 del Código Civil lo siguiente: “La propiedad es el derecho de usar,
gozar y disponer de una cosa de manera exclusiva, con las restricciones y obligaciones establecidas
por la ley”
En comentario a la Constitución de 1999, el Autor Freddy Zambrano, considera que “la propiedad
es un derecho real por excelencia que implica un poder directo e inmediato sobre la
cosa…(omissis)…Los autores clásicos caracterizaban el dominio subrayando los siguientes
atributos:…; el ius abutendi, o derecho de disponer de la cosa -conservarla, donarla, destruirla o
incluso abandonarla llegado el caso…Otra de las características de la propiedad es su carácter
excluyente, en el sentido de que comprende el derecho de usar y gozar la cosa de modo
exclusivo…”
Por su parte, Emilio Calvo Bacca, en comentario referente al artículo 545 del Código Civil, señala:
“El derecho de propiedad es el derecho real más amplio y perfecto…en sentido objetivo, es el
conjunto de disposiciones legales que regulan la propiedad del hombre sobre los bienes.
Subjetivamente, es la facultad o poder legítimo de ejercer las diferentes facultades que le reconoce
la norma objetiva en los bienes sobre los recae este derecho. En conclusión, es el derecho que
pertenece a todo ciudadano de gozar y disponer a su antojo de sus bienes, de sus rentas, del fruto
de su trabajo y de su industria…(omissis)…es un derecho real, completo, absoluto, exclusivo,
perpetuo e inviolable…” Al respecto, la Sala Político Administrativa, en sentencia de fecha 31 de
octubre de 2000, sentencia Nº 02121, estableció: “…Los principales atributos del derecho de
propiedad son: su uso, goce y disposición. La doctrina describe la facultad de usar como aquella que
consiste: “…en aplicar directamente la cosa para la satisfacción de la necesidad del titular; por

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actuación de las ventajas que es susceptible de proporcionar sin tomar los frutos ni realizar una
utilización que comporte su destrucción inmediata…” Mientras que el goce: “…se concentra en la
facultad de percibir los frutos y los productos que la cosa genera…”(Kummerow, Pert. Bienes y
Derechos Reales. Derecho Civil II. UCV. 1969, págs. 239 a 243)”
“Ciertamente, el profesor Kummerow, en la citada obra se refiere, entre otros al clásico concepto
de propiedad consagrado en el Código Civil Francés como aquel “derecho de usar, gozar y disponer
de la cosa de la manera más absoluta, siempre que no se haga de ella un uso prohibido por las leyes
y los reglamentos…”
En este orden de ideas, tenemos que el artículo 796 del Código Civil establece: “…La propiedad y
demás derechos se adquieren y transmiten por la ley, por sucesión, por efecto de los contratos.”,
respecto a lo cual, el autor Cavo Bacca, señala que “El contrato traslativo, con efectos reales,
implica por el juego del principio del consentimiento, que -la propiedad u otro derecho- penetran en
el patrimonio del adquiriente por efecto del consentimiento legítimamente manifestado…” y que el
derecho de propiedad “puede cesar por mediación de un acto voluntario del titular…”
En el caso que nos ocupa quedó establecido que el accionante es el legítimo propietario del
inmueble constituido por una casa de habitación ubicada en la Urbanización Rómulo Gallegos, calle
8, sector 4, Nº 10 que el ciudadano JOSÉ TEMISTOCLES LEDEZMA MORENO, venezolano,
mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nº V- 9.885.168, le dio en venta pura y simple,
perfecta e irrevocable según documento registrado por ante la Oficina Subalterna del Distrito Roscio
del Estado Guárico, bajo el Nº 18, Folios 113 y 119, Protocolo I, Tomo 1°, Tercer 3° Trimestre del
año 2.001, en fecha 06 de julio de 2001, por lo que, en uso de las facultades que el derecho de
propiedad le otorga acciona contra la ciudadana CARMEN MIREYA GARCÍA, quien en fecha 10
de diciembre de 1999, dio en venta mediante contrato consensual bajo la modalidad de pacto de
retracto, a JOSE TEMISTOCLES LEDEZMA el referido inmueble, según consta de documento
registrado por ante la Oficina Subalterna del Distrito Roscio del Estado Guárico, bajo el Nº 16,
Folios 94 y 98, Protocolo I, Tomo 4°, Cuarto Trimestre del año 1.999, hecho este que no fue de
ninguna forma negado ni desvirtuado por la demandada quien simplemente se limitó a manifestar
reiteradamente que es poseedora de dicho inmueble, considerando quien aquí juzga que la hoy
demandada se encuentra poseyendo de mala fe y de forma ilegítima el inmueble que en fecha 10 de
diciembre de 1999 dio en venta al ciudadano JOSE TEMISTOCLES LEDEZMA. En consecuencia,
la presente acción debe prosperar en derecho por encontrarse fundamentada en el ejercicio de un
derecho de rango constitucional como lo es el derecho del uso, goce y disfrute que de la propiedad
del inmueble adquirido tiene el actor GIOVANNI DE JESUS BARRADES RODRIGUEZ, debiendo
la ciudadana CARMEN MIREYA GARCIA poner en posesión del bien vendido a su legítimo
propietario, como en efecto se señalará en la parte dispositiva del presente fallo. Y ASI SE
DECIDE.-

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