Derecho y Moral - ACP
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Derecho y Moral - ACP
At
(. ( d-o Q, z!r^Lr, 9ob,.t'. rc^ [ , J. A
objeto aquello que es derecho de otro. La norma jurídica no prescribe, sólo
atribuye, define o dice qué es derecho de quién; la norma moral no dice qué
es lo justo, ni causa la existencia de 1o justo, sólo prescribe lo que hay que
oL) &-,rsio L UMsAr?ovna6[o na., zoztt¡rllt
I hacer con lo que ya es lo justo o el derecho de otro.
De lo expuesto en el primer capítulo puede extraerse que, en síntesis,
3+g la distinción entre moral y derecho es la distinción entre una especie del
obrar humano y la materia de esta especie, entre lo concerniente a un campo
132. Alfredo Cruz prados, Ethos
de lo moral, al campo de la justicia, y Io concerniente a la realidad que es
y potis.op. cit., pp.
339-341.
objeto y condición de posibilidad de ese campo de lo moral. Podría decirse
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que moral y derecho
SOBRE LA REALIDAD DEL DERECHO
del derecho, que es lo que exige, sobre esta rearidad, una cláse val, el término "i'us" va siendo sustituido por "derecho" (directum), término
de saber que que posee sentido moral, que expresa lo que es recto o csrrecto en la acción
no es necesaria ni posible respecto de esas otras realidades.
La acciónjusta, y en la vida de los hombres, y el de¡echo pasa a ser entendido, paulatina-
la norma que prescribe esta acción, y la virtud que constituye la perfecta
Áeúe, como el conjunto de normas que son la medida de esa rectitudr.
disposición subjetiva para dicha acción, son realidad.. ,orá1.r, o'derecho"
sobre las Efectivamente, significa originalmente lo que está recto, endere-
que versa el saber moral. En cambio, el derecho, aquello
que es suyo de zado, en su forma o ñgura adecuada, y se opone a 1o torcido o entuerto (lor-
alguien, así como larazónde la existencia de tal cosa, y la medida
de su ru; intortus), a lo que está desviado o falto de acierto. Con la sustitución de
determinación, son realidades jurídicas, fundamento del campo
moral de Ia "ius" por "derecho" -afirma Vlley-, se va produciendo la moralización del
justicia, y materia del saber jurídico.
derecho, es decir, se va difuminando la diferencia entre la misma cosa justa
Pero, de todas formas, y a riesgo de repetir argo de ro ya dicho,
parece y la conductajusta, entre lojusto y el obrarjusto, y hablar de derecho deja
Iógico tratar de un modo más deteniclo y formal la distinción entre de consistir en hablar de algo que las cosas .ron, y pasa a consistir en hablar
moral
y derecho, habida cuenta de la relevancia y del carácter polémico de una cualidad que las acciones poseen: la rectitud, que por tratarse de una
que esta
cuestión ha adquirido en Ia filosofia jurídica contemporánea. cualidad de las acciones, sólo puede ser rectitud moral. Finalmente, a esto
viene a sumarse la idea de que esa rectitud ha de consistir en la conformidad
de la acción con una regla, por lo que el derecho se convierte en la norma
1. Drs-r'rNcurR EL DERECH, DE LA MoRAL, oEseuÉs DE M,RALT,AR y que es regla o medida de la rectitud o derechura de las acciones2.
NORMATIVIZAR EL DERECHO En este proceso de moralización y normativización del derecho, Villey
atribuye un papel destacado a la Segunda Escolástica, por cuanto esta tradi-
Que la distinción entre moral y derecho se haya convertido en una ción centró el estudio de la moral y del derecho en la idea de la ley natural,
cuestión central, permanente e intrincada en la reflexión entendida esta idea según el neoestoicismo cristiano, y no en su auténtico
sobre el derecho,
se debe notablemente.al predominio del planteamiento sentido tomistar. Ciertamente, el regreso a Santo Tomás que la Segunda Es-
normativista, que
afecta tanto al pensamiento moral como al pensamiento jurídico. colástica intentó llevar a cabo, estuvo mediatizado por el contexto filosóf,rco
En ambos
campos del pensamienlg, la norma es erigida en categoría originado por el escotismo, en el que la moral aparecía entendida en clave
central y ftmda-
mental, por lo que la distinción entre derecho y moial se profundamente legalista. Este condicionamiento indujo a los escolásticos
convierte en la
distinción entre dos tipos de normas: la norma jurídica y la
norma moral.
Pero la normativización del derecho se lleva a cabo desáe
la previa mora_
lización delmismo. La conversión del derecho en noffna I .
Alfonso Carcía Callo. lus y derecho- Discurso de ingrcso en la Real Academia de Jurispruden-
es ei efecto con_ cia y Legislación, Real Academia de.lurisprudencia y Legislación, Madrid. l96l: (cit. en Amadeo
junto de la moralización del derecho y de la normativización de Fuenmayor, La inspiración crístiana de las leyes, Cuadernos del Instituto Martín de Azpilcueta.
de la moral. El
derecho se normativiza al asimilarse a la moral, unavezque Navarra Grálica Ediciones. Berriozar, 2003).
ésta ya ha sido 2. Michel Yilley. Compendio de filosoJía del derecho, vol. I. EUNSA, Pamplon4 1979, pp. 126
normativizada,yaha sido concebida regaristamente, como
ética de rarey y ss.; fdem, El derecho. Perspectiva griega, judía y uistiana, Ghersi. Buenos Aires, I 978, p. 98; Rcna-
de la obligación; y, por esto, er modero de norma según to Rabbi-Baldi Cabanillas, Lafilosofiajurídica de MicheL L'illey,EUNSA, Pamplon4 1990. p. 157.
er cual er derecho
es normativizado, no es otro, en el fondo, que el 3. Michel Yilley,Compendiodefilosofiadel derecho,op.cit.,pp. 129-130' Idem.E/derecho,
mismo modelo con el que op. cit., pp.80-86.
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SOB RE LA REALIDAD DEL DEREC HO DERECLIO Y MORAL
del XVI y del XVII a centrar la mirada en la doctrina tomista de la ley entiende por "derecho" una conducta
¡¿- tain, Massini afirma la misma ideal ,y
tural, y a considerar esta doctrina como el núcleo esencial y el fundamento lo cual significaría una conducta ajustada a la normas. Con razón,
¡,rsta,
último del pensamiento moral y jurídico del Aquinate. Entendido de esta '^frrrnuVilley que, contra lo que se sostiene con frecuencia, el pensamiento
manera, es decir, como despliegue y explicitación de ese núcleo esencial, derecho y moral, sino que los unió -contando para ello
rnoderno no separó
de la idea de ley natural, el pensamiento tomista se presentaba como capaz, precedentes-, y convirtié el derecho en algo semejante a aquello
con claros
aparentemente, de superar los problemas planteados por Escoto y ockharn
sn lo que yahabia sido conveftida la moral: en un ánibito de normas de
-la falta de fundamentación intrínseca de lo moral-, manteniendo, al mismo conducta, o en un ámbito de conductas sometidas a normae.
tiempo, la orientacién legalista que éstos habían imprimido a la moral. perq
Después de normativizar el derecho al asimilarlo a una moral conce-
en verdad, con esta interpretación, santo Tomás quedaba profundamente
desfigurado, y a su doctrina de la ley naturar se re asignaba un sentido y bida legalistamente, se ha pretendido distinguir entre derecho y moral, sin
un papel completamente extraño al conjunto de su pensamientoa. En santá
revisar esa misma normativización. Lógicamente, en estas condiciones, la
distinción entre derecho y moral sólo puede consistir en la distinción entre
Tomás no hay ni legalismo moral, ni normativismo jurídico. Su concepción
dos clases de normas -normas jurídicas y normas morales- que sólo pueden
de la moral no se fundamenta en la ley
-sea ésta natural o positiva, divina diferenciarse entre sí, o bien por el modo como cada una vincula la acción,
o humana-, sino en el deseo de bienaventuranzay en Ia virtud como dis-
o bien por el ámbito de acción sobre el que cada una de ellas versa. Pero el
posición subjetiva necesaria para re4lizar ese deseo, y su concepción del
problema está en que ninguno de estos tipos de diferencia -ni una diferen-
derecho --como ya se ha mencionado- ni siquiera incluye la ley entre las
cia formal o en cuanto al modo de obligar, ni una diferencia material o en
acepciones secundarias del término ..derecho,,.
cuanto al campo de aplicación- implica un cambio esencial o de naturaleza
con esta lectura distorsionada de santo Tomás, los escolásticos cola- en una no[na que es norma de conducta, prescripción de una acción. Esta
boraron a consolidar el planteamiento legalista o normativista de la moral noÍna siempre será norma moral.
y del derecho, que se perpetúa a Io largo der pensamiento moderno, hasta
llegar con toda su fuerza a nuestros días. La idea de que el valor moral de
una acción reside en su conformidad con una norna, es decir, la idea de 2. Concrtvtono
que la moralidad se reduce en el fondo a legalidad, se ha convertido
en un
principio ampliamente compartido y profundamente arraigado, tanto en el Los intentos de llevar a cabo esta distinción se han basado en alguno
pensamiento moral, cuanto en el pensamiento jurídico por lo que respecta
de estos tipos de diferencias, como criterio pretendidamente válido para
al valor de justicia. Así, por ejemplo, perelman aftrma,cómo invocando una distinguir lo jurídico de lo moral. Como ya se mencionó en el primer capí-
opinión comúnmente aceptada, que un acto se califica de justo cuando es tulo, el criterio adoptado con más frecuencia es seguramente la coactividad.
conforme con una regla5. El mismo Kelsen admite que un óomportamiento El derecho se distinguiría de la moral por el carácter coercitivo de la norma
es justo cuando es conforme con una norrna que lo instaura como jurídica. Para Kelsen -que, a este respecto, se declara continuador de la
deber, y
que el valor de justicia de este comportamiento se funda en su relación tradición positivista del XIX'o-, el carácter coactivo de la norma jurídica es
con
la normaó. Y desde una postura iusnaturalista, y en concordancia con Mari-
7. Carlos lgnacio Massini , El derccho, los derechos humanos ¡, el valor del derecho. Abele-
4. Alfredo Cruz Prados. Deseo y verdic'ación. La estruclura cle la ética, EUNSA. do-Perrot. Buenos Aires. 1987, p. 221.
fundamentnl
Pamplon4 2015. pp. t9-33.
8. Carlos I. Massini Correas, l-ilosoJia del derecho. El derecho y los derechos humanos, Abe-
5. Ch.Perelman."Laideadejusticiaensusrelacionesconlamoral,elderechoylalllosofia,,.en Iedo-Perrot, Buenos Aires, 1994, p. 28.
H. Kelsen y ofros, Crítica del derecho natt¿ral, Taurus. Madrid. I 966, p. 166.
9. Michel Yilley, El derecha. op. cit., p. 88.
6. Hans Kelsen- "Justicia y derecho natural", en H. Kelsen y otroi, crítica del derecho natural, 10. HansKelsen,Tboríapuradel derecho. lnü"oducciónalosproblemasdelocienciajurídica
op. cit., pp. 29,65 y 66. (l" edic., 1934), Trorta, Madrid, 201 l, p. 57.
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SOBRE LA REALIDAD DEL DERECHO DERECHO Y MORAL
Kelsen. Teoría pura del derecho (2,, edic.. I960), . 13. Robert Alexy, El concepto y la naturaleza del derecho, Marcial pons, Madrid, 2008, pp.
ll12. Lq.r
Miguel Reale, lntroduccíón pir.ámide,
UNAM,México, 1979.' p.
.' 4g. 44-47 y 63-69.
al clerecho. Madricl. 1976, pp. St_eZ. 14. H. L. A. Hart, The Concept of Law, Clarendon Press. Oxford, 1994, pp. 10, 34, 39, 40 y 90.
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t4l
SOBRE LA REALIDAD DEL DERECHO
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DERECHO Y MORAL
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SOBRE LA REALIDAD DEL DERECHO DERECHO Y MORAL
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SOBRE LA REALIDAD DEL DERECHA DERECHO Y MORAL
de lo perteneciente a la moral. Las demás virtudes no se caracterizan por dngue a la primera de la segunda es el poder ser introducida, cambiada o
esa referencia al otro que es propia de lajusticia, pero esto no significa que e[minada por decisiones libres y attorizadas que, a su vez, están reguladas
se trate de hábitos que perfeccionan o disponen al sujeto de cara sólo a su oor otro tipo de recursos, por normas secundarias, que no son normas pres-
bien individual. Si fuera así, no se trataría de auténticas virtudes. Estas otras criptivas ni morales. Frente al derecho, lo que la moral excluye no es tanto
virtudes ordenan al hombre en sí mismo considerado -sus potencias, sus la coactividad cuanto el que sus normas puedan ser producidas mediante
apetitos, sus pasiones-, y no en cuanto relacionado con otro sujeto particu- actos de Potestad3r'
lar2e, pero ese orden o correcta disposición del hombre en sí mismo, no se Este planteamiento sirve de contexto a la formulación de la denomi-
orienta al bien individual de éste, sino que tiene el sentido de hacerle capaz
nada"paradoja de la irrelevancia"32. Es evidente que las normas jurídicas
e idóneo respecto de bienes más perfectos que los meramente individuales.
pretenden ser obligatorias, es decir, pretenden constituir razones suficientes
Por esto, los bienes y los actos de todas las virtudes se ordenan, en última
e indisponibles para la acción. La cuestión es si las rilzones para obrar que
instancia, al bien común, y en este sentido pertenecen todos ellos a la justi-
el derecho nos proporcionason distintas que las que nos proporciona la
cia generalso.Privatizar la moral, asignando a un ámbito práctico distinto -
moral. Si las razones que el derecho nos proporciona son válidas, obligan
el'o{erecho"- toda conducta humana con relevancia social e intersubjetiva, verdaderamente, por ser conformes con las razones que proceden de la mo-
equivale a disolver la moral en un puro subjetivismo emotivista, y a vaciar
ral, al seguir aquéllas no estamos haciendo otra cosa, en el fondo, que seguir
lo social de toda sustancia y signifrcación moral. éstas, y, por lo tanto, las normas jurídicas resultan irrelevantes o superfluas.
Si, por el contrario, la norma jurídica no es superflua, porque su validez no
deriva de su conformidad con la moral, entonces, seguir la norma jurídica
4. I¡¡srmuc¡oNnr-roao sería algo distinto que actuar moralmente bien. Esta paradoja, que parece no
dejar otra salida que reconocer las normas jurídicas o bien como redundan-
Otro criterio utilizado para distinguir el derecho de la moral es el ca- tes, o bien como independientes de la moral, es utilizada -como indica Et-
rácter institucional del primero. En el recurso a este criterio destaca la pos- cheverry- como argumento a favor de la separación entre derecho y moraF3.
tura de Hart. Para este autor, lo que diferencia al derecho de otros órdenes
En suma, lo que aquí se nos plantea es la aparente necesidad de que el
normativos, como el moral, es la institucionalidad del derccho, es decir, la
derecho, entendido como el orden normativo que incluye la regulacién de
peculiaridad que tiene el derecho de constituir un sistema de normas que no
su propia producción a cargo del poder, constituya un orden normativo dis-
está compuesto sólo por normas prescriptivas, que mandan acciones, sino
tinto e independiente del orden moral, como única forma de que no resulte,
también por norrnas que otorgan poderes para crear normas del primer tipo.
en el fondo, irrelevante y prescindible. La autoproducción del derecho, su
El derecho se distingue por disponer de normas secundarias, que son nor-
carácter institucional ha de significar que se trata de un sistema distinto y
mas que regulan la creación, modificación y aplicación de las noflnas que
separado de la moral.
prescriben conductas. Como ya se ha señalado anteriormente, para Hart, la
normajurídica, aunque sea coactiva, no consiste en mera predicción o regla Contra esta aparente conclusión, Cianciardo y Etcheveny argumentan,
basándose en Aristóteles, que la fundamentación del derecho en la moral no
de la coacción. La coerción es sólo una función secundaria, que se cumple
cuando fracasa la función primaria y principal de Ia norma, que consiste en
proporcionar guía a la conducta del ciudadano; y, en cuanto a esta función, 3 1. FI. L. A. Har1 op. cit., pp.26, I 73- 180 y 2481 ldem, "El positivismo y la independencia entre
el derecho y la moral" en R. M. Dworkin (comp.), op. cit., p.44.
la norma jurídica prescriptiva se asemeja a la norma moral. Lo que dis-
32. lmn Cianciardo. "La parado.ia de Ia irrelevancia moral del gobiemo y del derecho. Una
aproximación desde el pensamiento de Carlos Nino", en Juan Cianciardo (etalt.). Razón jurídicay
razón noral. Estudios sobre la valoración é¡ica en el derccho. Porrua, México, 2012, pp.2-8: Juan
29. STh., Il-ll. q. 58. a.7c. B. Etcheverry, ''La relevancia del derecho que remite a la moral", lbid., p.34.
30. STh., II-ll. q. 58. a.5c. 33. .luan B. Etcheverry op. cit., p.32,
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SOBRE LA REALIDAD DEL DERECHO DERECHO Y MORAL
convierte al derecho en irrelevante, pues éste es necesario para proporcio- la producción de aquéllas, y se reconoce que este orden normativo institu-
nar a la moral el grado de determinación y de eficacia que hacen falta para cional, a pesar de tener que ser conforme con el orden moral, es relevante
regular de manera efectiva y realista la vida social, y esto supone la legiti- y necesario por las razones antedichas, lo que se está mostrando no es que
midad de poder optar entre posibles concreciones, diversas pero igualmente el derecho se distinga realmente de la moral, sino que aquello a lo que se
admisibles, convirtiendo en obligatoria la seleccionada3a. Efectivamente, llama "derecho" no es más que la forma acabadamente práctica de la moral,
para Aristóteles la ley es necesaria para dotar a lo moral, a la virtud, de o la parte de la moral a la que, como sociedad, necesitamos dar una forma
verdadera practicidad, lo cual implica hacerla practicable -induciendo a la acabadamente práctica. El carácter institucional del derecho -de lo que en
virtud mediante la ley- para quienes no poseen inicialmente un buen carác- este debate se está entendiendo por derecho- no distingue al derecho de la
ter, que son la mayoría, pues la buena disposición no suele ser natural. Por moral. Si la moral exige ser determinada y propugnadapara hacerse verda-
esto, el paso de la ética a la política, de la investigación sobre la virtud a la deramente practicable, la norma que la determina y promueve es una norrna
investigación sobre cómo legislar, es necesario para completar la filosofia rnoral, y el acto de producir esta norma es un acto que cumple una exigencia
de las cosas prácticas y humanas, pues respecto de lo práctico, el bien no es moral.
sólo conocerlo sino practicarlo3s. En verdad, carece de fundamento el postulado de Hart, de que las nor-
Equivalente al paso de la ética a la política en Aristóteles, es el sentido mas morales no pueden ser producidas. Al revés de lo que Hart sostiene
que tiene, enla Suma Tbológica,la ubicación del tratado de Ia ley al final de expresamente, sí se puede afirmar que el legislador puede introducir reglas
lala-lfae, después del estudio de los actos humanos y de la virtud. Unavez morales3T. Una norma creada válidamente por una autoridad legítima -lo
estudiados los principios inhínsecos de nueshos actos, corresponde estudiar que Tomás de Aquino enliende por ley* es una norma moral, y es lógico que
-señala Santo Tomás- los principios externos o extrínsecos que nos mueven -como ocurre en el Aquinate- el estudio de este tipo de norrna forme parte
al bien3ó. Ni en Aristóteles ni en Tomás de Aquino la moral es normativista. de la reflexión moral. Obviamente, esta norna podrá ser acertada o equi-
La ley no es la causa de la moralidad de nuestros actos, y larazínformal de vocada, moralmente buena o moralmente mala, pero, en cualquier caso, se
esta moralidad no es la conformidad de los actos con Ia ley, la legalidad de tratará de una norrna moral. También los actos pueden ser buenos o malos,
los actos, ya se trate de actos de justicia o de cualquier offa virtud. La mo- y todos ellos son actos morales. Que una norna de ese tipo sea moralmente
ralidad de los actos humanos reside formalmente en su intrínseca bondad, incorrecta no significa que se trate de una norma no moral -jurídica, por
en su misma y verdadera deseabilidad, es decir, en la capacidad que en sí ejemplo- que no es conforme con una nonna moral. Significa que esa nor-
mismos poseen de hacer bueno y feliz al sujeto que los realiza. La acción ma -ella misma- es una norma moral equivocada, es un error moral: es una
justa no consiste esencialmente en cumplir la ley, sino en dar a cada uno lo falsa determinación práctica de un principio o valor moral.
suyo, porque el objeto de la justicia no es la ley sino el derecho. La ley es La moral no es un conjunto de ideales, máximas o principios pura-
necesaria por razones prácticas: para dar a la virtud la determinación y la mente abstractos, ni un mundo de valores y convicciones exclusivamente
motivación suplementaria que son necesarias para hacer que la virtud sea interiores y personales. Pero da la impresión de que es así como se está
ampliamente y ordinariamente practicable. entendiendo la moral cuando se da por sentado que la moral es algo ajeno
Ahora bien, nada de esto implica distinguir realmente entre derecho y a toda legislación y a toda institucionalización. Si la moral fuera algo así,
moral. Si por derecho se entiende un conjunto de normas de conducta pro- algo completamente abstracto e interior, sería la moral y no el derecho lo
ducidas por una autoridad que actúa siguiendo otras normas, que regulan que resultara irelevante, pues una moral así sería completamente inútil para
guiar la acción humana, que siempre se da en particular y en relación con
34. Juan Cianciardo, op- cit., pp.28-29; Juan B. Etcheverry- op. cit., pp. 58-60.
35. Etica a Nicómaco, I l79b y I l8lb.
36. Sf¿., I-ll. q. 49, introd. y q. 90. introrl. 37. H. L. A. Hart, The Concept of Law. op. cil., p. 229.
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SOBRE LA REALIDAD DEL DERECHO DERECHO Y MORAL
otros, y que, por lo tanto, necesita no sólo determinación sino una determi- el tipo de bien común que es posible alcanzar. Pero esto no significa que
nación válida y reconocible intersubjetivamente. Las normas de conducta =como a veces se piensa3e- la ley se refiera sólo a la perfección del hombre
generadas en una institución -la familia, la empresa o el Estado-, y gene- en cuanto ciudadano, y no a su perfección integral como persona, como si
radas en conformidad con las reglas de las que se ha dotado esa institución la primera fuera una perfección parcial o sectorial en comparación con la
parala creación de normas dentro de ella, son norrnas morales, en cuanto segunda, la cual sería la perfección propia y plenamente moral, a la que
que representan la determinación o materialización de exigencias morales, aptnfariala totalidad de las normas y virtudes morales. Lá referencia al bien
gracias a la cual, y según la cual, estas exigencias se hacen practicables en el común no rebaja ni estrecha el carácter moral de la le¡ y el tipo de perfec-
seno de dicha institución. Las noÍnas de tráfico son normas morales porque ción -perfección ciudadana- al que la ley dirige al hombre, no es un tipo
son el modo, el único modo ordinario, de vivir el cuidado de la vida humana rnenor, circunstancial y, mucho menos, accesorio de perfección moral. La
-oono matarás"- en el ámbito de la conducción de automóviles, como prác- referencia al bien común es constitutiva de toda la moral, por ser el hombre,
tica social. el sujeto moral, un ser naturalmente social. Y la misma nattxalezasocial del
En tanto que determinación práctica de una exigencia moral, la norma ser humano excluye laposibilidad de distinguir materialmente entre perfec-
institucional puede versar sobre cualquier materia moral que afecte al tipo ción moral y perfección ciudadana, y nos obliga a reconocer que, de suyo,
de bien humano que se realiza en la correspondiente institución. Por esto, la perfección moral del hombre será tanto más plena y eminente cuanto más
Aristóteles y Tomás de Aquino afirman que la ley se ocupa de todas las ma- tenga de perfección ciudadanaao. Por esto puede afirmar Santo Tomás que
terias morales, y prescribe actos de todas las virrr¡des, pues ambos entienden cuando la ley se ordena al verdadero bien común, hace al hombre bueno
que el bien común político exige y ordena a sí todos los bienes morales3s. "en sentido absoluto"ar. No necesitar proporcionar determinación práctica
La ley no versa sólo sobre exigencias de justicia, ni convierte en materia de y exigibilidad pública a todos los contenidos morales, para alcarzar un de-
justicia -dejusticia particular- lo que prescribe, por el hecho de prescribir- terminado bien común, no es incompatible con la posibilidad de que este
lo. La ley convierte lo que prescribe en materia de justicia general o legal, bien sea -en su género- superior a cualquier otro bien común y que, en con-
pero --como ya hemos visto- la materia de esta justicia comprende los actos secuencia, ordenar al hombre a ese bien sea conducirle hacia su perfección
de todas las demás virtudes, en cuanto ordenables al bien común. No es sólo más completa, aunque no sea conducirle perfectamente.
1o concemiente a la justicia particular, sino lo relativo a cualquier campo de
la moral, lo que es susceptible de determinación práctica mediante notmas
institucionales, y la necesidad de llevar a cabo esta determinación, depende 5. Exrrnronroao
de lanaturalezay necesidades de la institución de que setrate. Por lo tanto,
el derecho, entendido como un orden normativo dotado de institucionali- Con frecuencia, los criterios anteriores aparecen acompañados por la
dad, tampoco se distingue de la moral en general, en razón de la materia explícita apelación a otro criterio, que tiene con aquéllos una innegable re-
sobre la que esas normas pueden versar. lación. Este criterio es la exterioridad de lo prescrito por la norma jurídica.
Es cierto que la ley prescribe aquellas conductas que son directa o más El derecho se distinguiría de la moral por el hecho de que la norma jurídica
estrictamente necesarias para el bien común -dependiendo esto, a su vez, sólo exige la acción exterior y, por lo tanto, esta norma queda perfectamente
de las necesidades y posibilidades de este bien-, y que, por tanto, la ley no cumplida con un cumplimiento puramente externo o material, cualquiera
manda todo lo moralmente bueno, ni prohíbe todo lo moralmente malo. La
ley es tolerante con todo aquello que no necesita prescribir para promover 3g..lavierHervada,¿Quéeselderecho?,op.cit.,pp.ll5yl6l-163;ldem,Leccionespropedéu'
..., op. cit., pp. 414-420.
t¡cas
40. Alfredo Cruz Prados, Ethos ¡t Polis. Bases para una reconstrucción de laflosoJía política,
EUNSA. Pamplona, 2006, pp. 182-190.
38. h¡ca a N¡cómaco.ll29b:.Sf¿., f I-tt, q. 58, a. 9, act. 3. 4L STh., I-ll, q. 92, a. lc.
ts6 t57
SOBRE LA REALIDAD DEL DEREC
HO
DERECHO Y MORAL
Es cierto que rajusticia tiene como meta no es una mera invocación de la virtud, su función no consiste simplemente
una realidad exterior y objeti_
va: la correcta proporción o ajustamiento en instar a actuar por un determinado valor. si así fuera, si la norma moral
entre personas y cosas. Dar a cada
uno lo suyo se ordena ararearización versara sobre la motivación, la norma dejaría la determinación de la acción
de un orden externo, de una situación
material en Ia que cada persona y cadacosa en manos de la disposición moral a la que la norma induce al sujeto. pero,
se encuentra en su lugar: cada
cosa que es suya se encuentra con entonces, la norma actuaría como un mero criterio o principio moral. por el
su dueño, y cada uno tiene exactJmente
suyo. En este senrido, ra acción justa posee lo contrario, Ia norma existe y es necesaria porque no siempre la motivación o
es producción o factura de una realidad
una esencial di.";ri;;;
oiética: forma del obrar es suficiente para determinar la acción, y porque, a pesar de
exterior que permanece una vez que que --como es frecuente- falte en el sujeto la motivación adecuada, la acción
cesa la acción. por esta razón,también
santo Tomás ,uuruyu qr. iá¡urti.iu correcta es posible. Por esto, si la norma moral indica la acción que ha de
versa so-bre acciones y exteriores, en tanto que, por medio de
-cosas
Ios hombres se proporcionan éstas, realizarse, es decir, si la norma moral es norma y no una mera exhortación a
y ajustan átre sírr. La norma de justicia
pres- la virtud, la norma moral no puede versar sobre la motivación.
cribe la acción que da lugar a io justo,
a ese orden o situación exterior, cuya
medida es objetiva y no depende, por En el fondo, alutilizar el criterio de la exterioridad, lo que se está to-
tanto, de las condiciones ,ub¡.riru,
del agente. Y esra norrna quádr.urprida coí mando como rasgo distintivo de la norma jurídica frente a Ia norma moral,
ra simpre p;;..ió;;e dicha
158
1s9
SOBRE LA REALIDAD DEL DERECHO DERECHO Y MORAL
47. Alftedo Cruz Prados, DeseoyveriJicacíón, op. cit., pp. 34-54, 419-433 y 451-468.
48. Ét¡ca a Nicómaco.ll29b.
46. STh.. t-ll. q. 100, a. 9 resp. 49. STh., II-tl. q. 58, a.9, ad.3.
160 161
REALIDAD DEL DERECHO DERECHO Y MORAL
SOB RE LA
162 163
SOB RE LA REALIDAD D EL D EREC HO DERECHO Y MORAL
ma es meramente exterior, en la medida en que el motivo de dicho acto se Como puede apreciarse, Santo Tomás, al señalar estas características,
aleja del fin propio de la virtud: por ejemplo, cuando el acto se realiza por aldestacar el rasgo de la objetividad, se está refiriendo al objeto de lajusti-
puro miedo a la pena. Pero, de todas formas, la norma queda cumplida con cia, al derecho o lo
justo, no al acto mismo de esta virtud, a la acción justa,
ello, pues el modo de la virtud no es objeto del precepto. Dropiamente dicha. Lo que se determina por relación a otro y con inde-
Por lo tanto, si por "norma jurídica" se entiende una nonna que pres- oendencia de cómo lo hace el agente, es esa situación o posición exterior
cribe un acto justo, lo distintivo de esta noÍna no es el ser susceptible ds que constituye el ajustamiento real de un sujeto con otro, y que se realiza
un cumplimiento puramente exterior y material, pues la posibilidad de esta cuando uno da al otro lo suyo. Todo el argumento de Santo Tomás pertenece
clase de cumplimiento coresponde a toda norma moral, en la medida en al artículo dedicado a demostrar que Ia justicia tiene un objeto específico,
que prescribe una acción exterior y determinada. con características propias, y que es el derecho. No se está tratando, pues,
de la acción de lajusticia, de la acción propia de una virtud; es decir, no se
Por otra parte, si porjusticia se entiende la virtud correspondiente al
está tratando de la acción que es posible porque existe esa realidad que es
acto justo, al acto prescrito por una "norma jurídica", la justicia no se di-
ferencia de las demás virtudes por atender exclusivamente a la dimensión su objeto. Aquello sobre lo que versa esta acción puede tener una realidad
externa o poiética de ese acto, pues ninguna virtud moral es perfectiva de exterior y objetiva, pero esta acción, en cuanto tal, no puede ser un mero
lo que se hace sin ser perfectiva de quien Io hace. La diferencia entre lo movimiento o acontecer exterior, que no asume la subjetividad del propio
agenfe; y la excelencia en esta acción, lajusticia, si es una virtud, no puede
formalmente virtuoso y lo materialm'ente virtuoso, también es posible res-
pecto de la justicia. La justicia de un acto que sea mera realización extema y consistir en mera eficiencia, en simple perfección poiética o técnica. Lo
que se dice 'Justo" al margen de "cómo se hace por el agente" es el objeto
material de lo justo, no es justicia formal, pues ese acto podría incluso estar
hecho por error.
exÍerior del acto, no el mismo acto en cuanto acto moral.
Lo que la objetividad de lo justo implica paÍa la justicia es una es-
Lo que verdaderamente distingue a Ia justicia es -como ya ha sido tra-
pecial facilidad para que, en el ámbito de esta virtud, se dé la virtud -la
tado- la objetividad de la medida o determinación de aquello sobre lo que
justicia- sólo material, para que el acfo rcalizado sea sólo materialmente
versa: el derecho o lo justo. Como explica Tomás de Aquino, "aquello que
justo, pues el término de este acto, lo que queda realizado por é1, puede ser,
es recto en las acciones de las demás virtudes, y hacia lo que tiende la virtud
de hecho, lo justo, aunque el modo de realizarlo sea impropio de 1a virtud;
como a su propio objeto, se determina por relación al agenfe" ,y, por ello, en
e implica, igualmente, una especial facilidad parala normativizacién, para
estas virtudes "no se define algo como recto sino teniendo en cuenta cómo
la prescripción, en forma de norma, de la acción justa. En general, en las
lo hace el agente". Efectivamente, qué acto es realización de lo valiente, lo
demás virtudes, la determinación del objeto, del medio virtuoso, depende
templado o lo liberal, es algo que sólo puede determinarse en función de
de la identidad del agente, por 1o que sólo desde una correcta apreciación de
quién sea el sujeto del acto y, por lo tanto, considerando las condiciones
esta identidad puede acertarse en la medida de Io recto, y esta apreciación
subjetivas de su realización, Pero lo recto en el acto dejusticia, es decir, lo
justo -añade el Aquinate- no se determina por relación al agente, sino "por es fruto de las correctas disposiciones subjetivas. Só1o el soldado valiente
sabe acertar con lo valiente en un soldado. Por esto, respecto de la materia
relación a otro sujeto", pues 1o justo -que es un "medio real", como dige en
de las demás virtudes, es más difícil la existencia de normas o, al menos,
otro momento- es lo que ajusta o iguala a un sujeto con otro. Por esto, 'ose
de normas con suficiente precisión. De todas formas, caben normas sobre la
llamajusto (iustum) (...) a aquello que es eltérmino de un acto de justicia,
materia de estas virtudes, porque es posible -por razones prácticas- deter-
aun sin la consideración de cómo se hace por el agente"; y esto, lo justo -
minar la acción correspondiente, objetivar el medio virtuoso, aunque esta
concluye- es el derecho, que es el objeto de lajusticia56.
determinación sea, en buena medida, convencional. Es la existencia de esta
no[na, de la prescripción de una acción concreta como determinación pre-
56. STh.. Il-ll, q.57, a. lc. tendidamente válida del acto propio de una de esas virtudes, lo que intro-
164 165
SOBRE LA REALIDAD DEL DERECHO DERECHO Y MORAL
duce en el ámbito de tales virtudes ia posibilidad de la virtud material, del Siguiendo a Kant, algunos intentan distinguir el deber moral del de-
acto que sólo materialmente es acto de virtud. Lo que respecto de lajusticia ber jurídico, mediante la diferencia entre autonomía y heteronomia. Segun
es posible en virtud de su mismo objeto, respecto de las demás virtudes es Kant, el deber moral sólo puede ser autónomo, autoimpuesto, y, por tanto, la
posible en la medida en que quepa nonnatividad sobre ellas. norma que genera este deber, la norma moral, sólo puede ser una noflna que
Toda norma moral -sea de justicia o de cualquier otra virtud- admite el sujeto se da a sí mismo, sólo puede ser autolegislación58. En cambio, la
un cumplimiento meramente exterior y material. La función de la norma es noma jurídica procede de un legislador externo, es una norma heterónoma,
inculcar la virtud, conducir a la adquisición de ésta, por lo que la norma no por lo que el deber que procede de ella es un deber que versa sólo sobre la
puede exigir el acto formalmente virtuoso. Por esto, la norma moral puede realizaciónexterior de lo prescrito: sobre la conciliación externa de la liber-
ser coactiva. Por admitir, de suyo, un cumplimiento sólo material, la norma tad de uno con la libertad de los demás, dicho en términos kantianos. Este
moral puede ir acompañada de la provisión de un motivo espurio -la ame- deber no es móvil para la misma acción que cumple la norma.
naza del castigo- para el cumplimiento de dicha norna. La posibilidad de Por su parte, Radbruch acepta la idea de que una obligación moral sólo
.un cumplimiento meramente exterior, y la coactividad, que supone la admi- puede ser una obligación autónoma, pero se sirve de esta idea para concluir,
sión de esta clase de cumplimiento, no sitúa a una norna prácfica fuera del precisamente, lo contrario: que la heteronomía no puede ser lo que distinga
ámbito de la moral, porque, como una ética de la virtud permite reconocer, a la norma jurídica de la norma moral. El derecho no puede ser heterono-
todo lo que pertenece al itinerario que va desde el atenimiento material a mia, porque la única fuente de obligación es la aceptación de la norma por
la norma, desde la observancia o la continencia, hasta la virtud acendrada, uno mismo; por lo que la norma jurídica sólo puede obligar -sólo puede ser
es decir, hasta la perfecta connaturalidad con la acción recta, se encuentra aúénticanoÍna- en cuanto aceptada por la propia conciencia. Pero las obli-
dentro del campo de lo moral y es objeto de la ciencia moral. gaciones autónomas, autoimpuestas, son obligaciones morales. Por tanto
-concluye Radbruch-, la obligación jurídica es, en última instancia, obliga-
ción moral. El deber jurídico no se distingue del deber moral por su funda-
6. La relsn olsnNclóN ENTRE DEBER ¡unÍotco Y DEBER MoRAL mento o por su forma de vincular al sujeto, sino sólo por su contenido: es el
deber que versa sobre lo relativo a otro sujeto y que éste puede reclamafe.
Es lógico que la pretensión de poder distinguir entre norma moral y Esta postura es rechazada por autores positivistas que consideran esen-
norma jurídica, en los términos que estamos viendo, vaya acompañada por cial para Ia defensa del positivismo la neta separación entre derecho y mo-
la pretensión de poder distinguir entre deber moral y deberjurídico' Si exis- ral. Para éstos es necesario admitir, para no caer en el iusnaturalismo, que
ten diferentes tipos de normas, deberan existir diferentes tipos de obligacio- la norma jurídica es, ciertamente, obligatoria, pero que esta obligatoriedad
nes, pues cada tipo de norma genera un tipo de debersT. Por tanto, el fracaso puede ser jurídica sin ser moral. La norma jurídica, en cuanto tal, implica
en el intento por distinguir esos dos tipos de normas, comportará, lógica- el deberjurídico de obedecerla, pero no el deber moral de hacerlo60. Para el
mente, el fracaso en el intento por distinguir entre estos dos tipos de deber. positivismo jurídico normativista, que se define a sí mismo como afirma-
Si la diferencia entre noÍna moral y norma jurídica {omadas ambas como ción de la separación entre derecho y moral, resulta de vital importancia la
nofinas de conducta o acción- no es real, la diferencia entre deber moral y posibilidad de un deber jurídico, distinto e independiente del deber moral.
deber jurídico tampoco lo es.
166 t67
SO B RE LA REALIDAD DEL DE REC HO DERECHO Y MORAL
Ante todo esto, lo primero que cabe afirmar es que, en verdad, la obli- por esto, para muchos, el deber jurídico es el tipo de deber generado por
gación moral no puede ser estrictamente autónoma. Tiene razón Anscombe una nofina coactiva. El deberjurídico es el deber de realizar
una acción, que
al considerar que la idea de una auténtica autolegislación, de la imposición úrocede de la conexión existente entre Ia acción contraria y una sanción. Es-
de un deber a uno mismo, es sencillamente absurda6r. Nadie queda verda- iar obligado jurídicamente, estar sometido a una noüna coactiva, significa
deramente obligado por una noflna de la que uno mismo puede dispensarse, noder ser sancionado si no se actúa conforme a esta norma65. "Que una con-
por ser uno mismo el autor de ella. La libertad que puede cumplir o incum- áu"ta s"a obligatoria -dice Kelsen - significa que Io opubsto a esa conducta
plir una norna, no puede ser ella misma la causa de la norma. Como sos- es condición de que la sanciÓn sea debida"66. Jurídicamente obligado está el
tiene Santo Tomás, "en sentido estricto, nadie impone una ley a sus propios individuo que, con su conducta, puede, o bien dar lugar a la sanción, o bien
actos"62. Una norma aceptadano es una norma autoimpuesta: es una norma e\¡itsrla. En definitiva, la obligación jurídica no es más que la conexión de
reconocida como válidamente impuesta. Una cosa es que la norma -si es u1a conducta -la conducta contraria a la ordenada por la noflna- con una
válida y legítima- ordene al sujeto a un fin o bien que le corresponda a éste sancién; y como esta conexión es en 1o que consiste la norma jurídica, la
como propio , y otra, muy distinta e imposible, que la norrna sea dada por el obligación se identifica con la misma norma67.
propio sujeto ordenado por ella. Para que la norna sea real, hace falta que Pero entender la obligación en estos términos, como efecto o reflejo
haya una diferencia real entre el sujeto ordenado y el sujeto ordenante. de la punibilidad de la conducta contraria, equivale, en verdad, a eliminarla
Por otra parte, que lo debido sea algo relativo a otro y que este otro por completo. Estar obligado a algo no consiste en el mero hecho de estar
puede reclamar, no diferencia -como pretende Radbruch- al deber jurídico expuesto a una pena en caso de no realizarlo. No es la punibilidad de una
respecto del deber moral. También Hart parece admitir que lo que distingue acción lo que genera el deber de hacer la contraria. Es el deber de hacer algo
al deber jurídico del deber moral, es que el primero significa que existe una lo quejustifica el castigo por no hacerlo: se castiga al que no 1o hizo, porque
acción que puede ser reclamada o demandada al sujeto afectado por ese tenía el deber de hacerlo6s. Como el mismo Hart reconoce, la obligación de
deberó3.La posibilidad de reclamación no distingue al deber jurídico del hacer algo es independiente de la probabilidad de ser castigado si uno no lo
deber moral, porque esa posibilidad no es otra cosa que una característica hace6e. Por tanto, la norma jurídica, si genera alguna obligación, ha de ser
del deber dejusticia, pero el deber dejusticia es sólo una especie del deber una obligación que sea independiente del carácfer coactivo de esta noÍna,
moral. Como Raz reconoce, la moral incluye deberes que no se derivan del que trascienda y, por ello, justifique la amenaza del castigo que esta nonna
derecho de otro: debemos hacer cosas a las que otros no tienen derecho comporta. La norma ha de estar afirmando la existencia de una razónpara
estrictamente6a. Pero esto no significa que cuando el otro sí tiene derecho la acción, más allá de la probabilidad del castigo, y esta razón --como Raz
a lo que nosotros debemos hacer, y, por 1o tanto, puede reclamarlo, nuestro concluye frente al empeño de Hart por separar derecho y moral- sólo puede
deber no sea moral. Lo que significa es que no todo deber moral es deber ser una obligación moral70. En cuanto coactiva, la norma no genera ninguna
de justicia, y que, por esto, la moral -como concluye Raz- no puede estar obligación, porque no existe la obligación de evitar la pena. Si la coactivi-
basada sólo en derechos. dad es lo que hace a una noÍna norma jurídica, la norma jurídica no genera
Como ya se ha tratado, la coactividad es el rasgo que con más frecuen- ningún deber, ¡ por lo tanto, no existe el deberjurídico.
cia se señala como distintivo de la norma jurídica frente a la norma moral.
65. Matthew ll. Kramer, op. c¡t., pp.85-86; l,uis Recasens Siches,Tratado general defilosofia
61. G. E. M. Anscombe, "Modern Moral Philosophy'', The Collected Philosophical Papers of G. del derecho, Porrúa, México, 1991,p.240; Manuel Segura Ortega. op. cit., p.198.
E. M. Anscombe, vol. III: Ethics, Religion and Politics, Basil Blackwell. Oxfbrd, I981. p. 37. 66. Hans Kelsen, Teoría pura del derecho (edic. I 960), op. cit., p. 39.
62. STh., I-ll. q. 93, a. 5c.; cfr. I-ll, q. 90, a. 3c q. 96, a. 5, ad. 3. 67. Ibid., pp. 129-130.
63. H. L. A. Hart, Essqus on Bentha¡n, Clarendon Press, Oxford, 1982, pp. I jg- l6l . 68. Carlos Santiago Nino, Introducción al análisis del derecho. Ariel, Barcelona 1 995, p. I 9 I .
64. J. Raz, "Right-based Moralities", en Jeremy Waldron (ed.), Theories oJ Rights, Oxford Uni- 69. H. L. A. Hart, The Concept of Law, op. cit.. p. 83.
versity Press" New York, 1984, p. 184. 70. Matthew H. Krame¡ op. cit., p.83.
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SO B RE LA REALIDAD D EL D EREC HO DERECHO Y MORAL
170
t7t
SOBRE LA REALIDAD DEL DERECHO DERECHO Y MORAL
cumplimiento, etc.) se entiende como medio para la adquisición y práctica Obviamente, también en el ámbito jurídico se tiene en cuenta la acción,
de la virtud, como patrón del obrar continente, y, en cuanto tal, como re¿- setratasobre ella y se valora lo que hace el sujeto. Pero la visión o perspec-
lidad moral. Mientras estamos tratando del obrar humano (de la acción, de tiva jurídica de la acción es diferente de la visión o perspectiva moral de la
la prescripción de una acción, de la virtud o excelencia en Ia acción...), nos rnisma. En la perspectiva moral, la acción aparece en cuanto buena o mala,
encontramos dentro del campo de"lo moral, dentro del ámbito de los intere- es decir, no significando otra cosa que su propio valor moral, y este valor
ses y de la competencia del saber moral. Nos encontramos en el campo del reside más propiamente en lo que la acción hace sobre el mismo agente, que
derecho, de lo que concierne al saber jurídico, cuando tratamos acerca de en lo que hace sobre el mundo exterior a éste. Una visión moral de la acción
cosos: de cosas que, en cuanto asignadas a un sujeto frente a otro, ajustan es una visión centrada en lo que, mediante la acción, el agente hace de sí
o proporcionan a éstos por lo que respecta a un patrimonio compartido. La mismo; es la visión de la acción en cuanto autoperfección, o autodeterioro,
moralidad se refiere a las acciones: es un carácter o cualidad de éstas. La del mismo sujeto de la acción. En cambio, una visión jurídica de la acción
juridicidad se refiere a cosas: es una condición, estatuto o formalidad que es una visión centrada en lo que, a causa de esa acción, offo ha de hacer o
reviste a ciertas cosas. puede hacer sobre el agente. En la perspectivajurídica, la acción no apare-
La distinción entre el derecho y la moral es la distinción enhe una clase ce identificada con su valor moral, sino con su valor jurídico, y este valor
de cosas, de realidades existentes en medio de nosotros, y el obrar que tiene consiste en el hecho de ser razón para atribuir al agente una cosa u otra, un
por objeto esa clase de cosas, es decir, las acciones cuya forma de bondad beneficio o una carga. El valorjurídico de la acción es la capacidad que ésta
o de maldad es la justicia o la injusticia. Junto con estas acciones, perte- posee de ltacet suya una cosa para el agente. La visión moral de Ia acción es
necen a lo moral las normas que regulan dichas acciones, y la virtud que la visión de la acción como causa de un hábito (mas); la visión jurídica de
hace excelente su realización. La norma jurídica, la norma que pertenece al la acción es la visión de la acción como causa de un i¿¿s.
ámbito de lo jurídico y no de lo moral, versa sobre esa clase de cosas, y no Desde el punto de vista jurídico, la acción interesa en cuanto posible
sobre este tipo de acciones. La norma jurídica no prescribe la acción justa,
título de un derecho. Una cosa es juzgar una acción como buena o como
sino que define qué cosa es derecho, qué cosa posee el caráctq de suya y
mala, y otra valorarla como título de un derecho, es decir, considerarla ra-
respecto de quién. Es, pues, regla o medida de la ahibución de cosas a per-
zón de una atribución, de una alteración de lo que el agente tiene como
sonas, de la vinculación o corespondencia entre unas y ohas. La función de
suyo. Y lo segundo no se sigue directa y exclusivamente de lo primero. Que
esta norma es conocer o definir qué es lo justo, no instar a su realización:
una acción valga como título de un derecho no se debe a estrictas razones
es conocer la existencia y el contenido exacto del objeto de la acciónjusta,
morales, sino a razones sociales. No depende de lo que la acción expresa y,
no imperar esta acción. La norma jurídica -y, en general, todo lo que forma
alavez, consolida del modo de ser del agente, sino que depende de lo que,
parte del saber y de la prácticajurídica- no es un recurso para hacer buena
objetivamente, la acción representa parael orden social.
la acción humana y parahacer bueno al hombre mismo, sino para saber con
precisión qué corresponde a cada uno en un determinado orden colectivoT6. Esto implica que, desde el punto de vista juridico, la acción no es con-
Larazónde atribuir algo a un sujeto, no es, propiamente, contribuir a su me- siderada perfectamente como acción, no es tomada en la integridad de su ser
jora moral, sino hacer posible que lo colectivo sea verdaderamente un orden práctico, es decir, de su ser moral. Desde el punto de vistajurídico, la acciótt
de participaciones. La finalidad de lo jurídico no es la perfección moral, de es considerada principalmente en su dimensión exterior o física, en su con-
la persona, sino la perfección material y objetiva de un ethos social. dición de hecho o acontecimiento material que modifica el orden del mundo
exterior. Jurídicamente, la acción consiste en un fenómeno peúeneciente a
la realidad exterior, que causa un cambio en esta realidad, y este cambio
consiste en que una parte de esta realidad, algo ya existente en ella, pasa a
76. Michel Yilley, Conpendio defilosoJía del derccho, vol. [. op. cit., pp. 126 y ss.l Javier Her-
vada, l-ecciones propedéuticas..., op. cit,. p. 84. ser lo suyo del sujeto de la acción. Por esto --como ya hemos visto-, lo que
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SOBRE LA REALIDAD DEL DEREC HO DERECHO Y MORAL
distingue a lo jurídico frente a lo moral, no es que la norma jurídica exijq ¿onducta en el ciudadano,
y éste la recibe como razónpara realizar dicha
sélo un cumplimiento exterior, sino que, respecto de la norma de conducta, I.,nducta. Si esta nofina va acompañada de la amenaza de una sanción, es
-nurur"forrut para
que es siempre noÍna moral y que, de suyo, admite un cumplimiento rne- la eficacia de esa nofina como nolma moral, es decir, es
rnorcnciu,
ramente material, a lo jurídico sólo le interesa propiamente la exterioridad mediante un estímulo adicional y espurio, la capacidad de esa
de ese cumplimiento, la acción de cumplirla en cuanto fenómeno exterior. ío*u para provocar el comportamiento previsto. Se trata, pues. de una
ior*u dada con intención moral -inducir al ciudadano.a la acción
que se
Ciertamente, en el ámbito jurídico puede tomarse en cuenta aspectos
interiores de la acción, pero estos aspectos sólo son atendibles en la medid¿ considera buena y que, por tanto, le hará bueno-, de una
y sanción estable-
con intención moral.Laarnefiazade la pena no se introduce
en que lo requiere o lo permite la consideración de la acción en su exterio- cida igualmente
parasituar al ciudadano ante una altemativa --o realizar la acción o sufrir la
ridad, es decir, la consideración de la acción como razón de una atribución.
Las condiciones internas o subjetivas de la acción, que pueden excusar mo- i"nu-, sino para moverle a cumplir la norma, y evitar, así, que la amenaza
ralmente el acto, es posible que no lo excusen jurídicamente77. Es posible irngu qr" ser cumplida. En esto consiste el éxito de la norma como nolma
que las circunstancias que hacen el acto exterior moralmente excusable, no rnotal, y de la amenaza de la pena como recurso moral'
puedan ser tenidas en cuenta hasta el punto de que dicho acto no constitu- Pero esta misma norna, considerada desde el punto de vista jurídico,
yalarazón de una atribución, la causa de una modificación de lo suyo del se convierte en una norma jurídica, esto eS, se convierte en la medida de lo
agente. Así, el que causó un perjuicio a otro, sin ninguna intención de dañar, atribuible como suyo a un determinado sujeto. En manos deljuez -no del
puede estar obligado a indemnizar. La ignorancia de la ley no excusa jurídi- legislador-, esa norma tiene la finalidad de servir de criterio para reconocer
camente de su cumplimiento, pero no hay deber moral de conocer todas las lo que corresponde como suyo a un sujeto caractetizado por una determina-
leyes, pues tal cosa es moralmente imposible. Y, al revés, las circunstancias da conducta. Ahora, la norma no es instrumento para el logro de la conducta
exteriores pueden hacer que tenga valorjurídico un acto que supone una ac- recta, sino instrumento para la resolución del conflicto, de la desigualdad
titud interior moralmente censurable. El ocupante de un inmueble, aun ac- producida por la conducta inconecta, Ahora se trata de una norma de atri-
tuando sin buena fe, puede acabar alcanzando al legítimo dominio de éste; bución, facilitada aljuezpara que se sirva de ella en su función de decir lo
y el deudor puede omitir, sin consecuenciasjurídicas, el pago de la deuda justo. La perspectiva jurídica convierte en ratio iuris lo que era una norna
si el acreedor no puede documentarla, aunque, no obstante, siga teniendo el moral.
deber moral de pagarla. El valor j urídico del acto no depende, propiamente,
de su valor moral, sino de las necesidades que, para su claridad, seguridad y
estabilidad, plantea el ordenjurídico. Por esto, la culpabilidad o responsabi-
lidad en el ámbito jurídico, no implica, de suyo, reproche moral. Encontrar
culpable a alguien es sólo reconocerle autor de un acto que es razón de una
atribución, que es un acto que constituye al agente en titular de un derecho.
Lo que, en el ámbito jurídico ocurre con Ia acción, ocurre igualmente
con la norma de la acción. En sí misma considerada, la norma que prescribe
una acción es norma moral; y es en cuanto norma moral como esta norma
se relaciona con el sujeto que la dicta y con el sujeto que la recibe. El legis-
laclor dicta una norma de acción, con el objetivo de lograr una determinada
'77. H. L. A. Hart, The Corcept of Law op. cit., pp. I 73- I 80.
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