La Deuda Externa de Colombia

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La deuda externa de Colombia

La deuda externa es la suma de las deudas que tiene un país con entidades
extranjeras. Se compone de deuda pública (la contraída por el Estado) y deuda
privada (la contraída por empresas y particulares).
La deuda externa con respecto a otros países, comúnmente se da a través de
organismos como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.
El principal argumento para que un país contraiga una deuda es que teóricamente
permite conservar los recursos propios y recibir recursos ajenos para explotar,
procesar o producir nuevos bienes y servicios. Sin embargo, se vuelve un
problema cuando dicho dinero no se utiliza en aquello para lo que fue solicitado,
cuando se usa de manera ineficiente o cuando las condiciones de devolución se
endurecen ya sea por incumplimientos anteriores del deudor o por presiones
externas para modificar la política económica.

Origen
En 1973 el precio del petróleo se multiplicó por cuatro. Los países productores
ganaban enormes cantidades de dinero, y bancos privados acudieron a estos
países con tipos de interés extremadamente bajos. El 60 % de los créditos fueron
a países empobrecidos. En el caso de América Latina, varios países de la región
se encontraban bajo regímenes dictatoriales, que contrajeron deuda de manera
imprudente o deliberada.
A finales de 2000 sucedieron cuatro hechos perjudiciales para estos países:
Subieron los tipos de interés (se multiplicaron por cuatro desde finales del año
1970 hasta principios del año 1980), lo que precipitó la crisis de la deuda del año
1982, que se manifestó con fuerza en los países latinoamericanos. En ese
momento, se fomentó la adquisición de nuevos préstamos para hacer frente al
pago de deudas impagables, provocando a raíz de esto la catástrofe económica
de esa década y la multiplicación de la deuda.[cita requerida]
Se apreciaba fuertemente el dólar.
Cayó el comercio mundial y se despreciaron las exportaciones del Sur que no eran
petróleo.
Se iniciaron los planes de ajuste estructural.
Se llegó entonces a una situación, que metafóricamente explicaba el analista
Ignacio Ramonet, en la que los países del Tercer Mundo invertían más dinero en
devolver los intereses de esa deuda que en su propio desarrollo.

Causas para un endeudamiento con entidades extranjeras


Catástrofes naturales, epidemias y similares, que obligan a pedir préstamos para
paliar sus efectos.
Inversiones en nuevos cultivos, industrias, etc. que pueden fracasar por no
haber tomado en cuenta el riesgo de cambios en los mercados u otras razones
importantes.
Mala administración de los fondos, que producen un déficit sostenido que
supone cada vez más recursos externos para compensarlo.
La negligencia (intencional o no) respecto a los efectos que las deudas excesivas
pueden tener, o bien la ausencia de prerrequisitos antes de concederla. Así,
autores como Marc Reffinot apuntan que un fenómeno parecido ya sucedió en la
década de 1930 tras el crac del 29 y, pese a contar con esa experiencia, se
permitió volver a endeudarse a las naciones.2
En el Fórum 2004 de Barcelona se propuso la llamada deuda indigna, como
aquella que se contrajo y se permitió contraer pese a saber que ocasionaría serios
problemas a la economía y al desarrollo del país que la solicitaba. La llamada
deuda indigna tiene además como requisito que al organismo o país prestamista le
resultará imposible no saber los efectos que dicho crédito ocasionará al receptor.

La deuda externa en Colombia


A julio de este año, el país llegó a un nivel de endeudamiento internacional de
42,7% del PIB. Se destaca que la deuda pública creció un punto porcentual como
proporción del PIB, pero el endeudamiento privado creció de manera importante,
al pasar de representar 17,7% del PIB a finales de 2018 a 19,6% en julio pasado.
Esto significa que el nivel de endeudamiento de Colombia pasó de US$131.946
millones en diciembre de 2018 a US$135.558 millones en julio pasado.
En el caso del sector privado se destaca que el flujo neto de endeudamiento fue
de $6.233 millones en 2018, la cifra más alta desde 2013 y que en los primeros
seis meses del año, el flujo neto fue de US$3.389, lo que significa que los
colombianos no han parado de endeudarse con el extranjero.
El tema es sensible, pues ante una devaluación como la que se ha registrado en el
último año, el peso de la deuda externa para los actores económicos colombianos
ha empezado a pesar más.

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